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Se dice de Sin patrón

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Un libro rescata las historias de los obreros «sin patrón»
por Hernán Di Bello
Buenos Aires, 10 ene (EFE).- En Argentina las empresas con empleados convertidos en sus propios patrones pasaron de ser una alternativa al desempleo a un movimiento en permanente evolución que recuperó 162 firmas quebradas y da trabajo a unas 20.000 personas.
Cada uno de esos casos está contenido en el libro «Sin patrón», escrito por cuatro periodistas que durante más de dos años acompañaron un proceso surgido en los albores de la peor crisis económica y social que vivió este país.

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De esa tarea surgió una «trilogía» que incluye un análisis sobre el movimiento, «historias paradigmáticas» con testimonios de los protagonistas y una guía con los datos de las 162 fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores, dijo hoy a EFE Claudia Acuña, una de las autoras.
Sostuvo que para los dos matrimonios que escribieron el libro «fue muy interesante ver toda esa experiencia» de obreros que mantuvieron abiertas metalúrgicas, textiles, alimentarias, madereras y hasta hoteles, entre otras firmas en proceso de quiebra.
En el libro, que ya está a la venta en Argentina, los periodistas canadienses Naomi Klein y Avi Lewis, realizadores de «La toma», un documental sobre el tema que se estrenó el año pasado, consideraron que «las fábricas recuperadas argentinas urbanizaron la propuesta de Los Sin Tierra» brasileños.
Según Acuña, que escribió sin patrón junto a su marido, Sergio Ciancaglini, y la pareja de colegas compuesta por Judith Gociol y Diego Rosemberg, la organización en cooperativas surgió como alternativa para los empleados de «las últimas pymes especializadas» que quedaban en el país a finales de la década de los años 90.
«Como en el año 2000 empieza a ser más rentable la especulación financiera que la producción para estas empresas, los dueños ponen a trabajar la plata y dejan de pagar los salarios. Eso termina en la quiebra y con las persianas de las fábricas bajas», describió.
La periodista explicó que esta situación generó altos niveles de desempleo y para amplios sectores de la población, sobre todo obreros especializados de más de 40 años, significó pasar de formar parte de «la clase trabajadora a convertirse en una no clase».
«Claro que no habría fábricas recuperadas si no se hubiese dado vía libre al capitalismo sin rostro y sin dueño -agregó-. No es el viejo patrón sino el capital especulativo, para colmo protegido por los organismos multilaterales de crédito».
De las centenares de fábricas que volvieron a levantar las persianas por iniciativa de sus trabajadores el libro rescata diez historias que, según Acuña, «permiten entender este proceso», como la de la empresa textil Brukman.
El de Brukman fue uno de los casos más conocidos en Argentina, ya que los empleados, mayoritariamente mujeres, tomaron la planta para evitar su cierre y luego de ser desalojados violentamente por la policía acamparon durante varios meses en una plaza cercana hasta que consiguieron volver al trabajo.
Entre otros logros, las dos agrupaciones que reúnen a fábricas y empresas recuperadas consiguieron la aprobación de leyes para expropiar los edificios y los bienes de las compañías quebradas, que quedaron en poder de los obreros.
Luego de indicar que «las cooperativas de trabajo, que son hijas de este movimiento, sólo en Buenos Aires generaron 3.000 puestos de trabajo en los últimos dos años», Acuña dijo que «se calcula que junto a las empresas recuperadas el sector emplea a unas 20.000 personas».
En un país donde el 14,8 por ciento de la población no tiene empleo, según la última estadística oficial, el movimiento no sólo logró suplir «la falta de política de promoción del empleo del Estado sino la cultura de que el gobierno el soluciona los problemas que le acarrea a la gente por su mala administración», estimó.
Acuña aclaró que de esa «película en movimiento» que captó el libro también surge que «aunque algunas empresas van muy bien, otras siguen teniendo muchos problemas» y «para la gente sólo son noticia cuando son desalojadas o cosas por el estilo».
«Nadie se entera de lo que están produciendo y la idea es mostrar eso en la guía, desde la dirección y el teléfono hasta la forma de organización y la cantidad de gente que trabaja en las empresas recuperadas», manifestó. EFE


Legados paradójicos del neoliberalismo extremo
Los trabajadores sin patrones
Las experiencias de las empresas recuperadas forman parte de una atractiva obra elaborada por el grupo de periodismo Lavaca con el sugestivo título Sin patrón.
Por Daniel Azpiazu y Martín Schorr (Suplemento Cash, Página/12, 20/02/2005)

No hay productividad del trabajo más baja (=0) que la de los desocupados. No hay productividad del capital fijo más baja (=0) que la de la maquinaria inactiva. No obstante, en este último caso, algunos de los propietarios de las mismas se han apropiado de ingentes productividades (financieras) de un capital sustentado –directa y/o indirectamente– en la desactivación de tal equipamiento productivo. Triste e insólita paradoja de una Argentina donde, desde hace largo tiempo, proliferan empresas quebradas con empresarios ricos y ostentosos.

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El detallado y pormenorizado estudio que sobre las fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores acaba de dar a luz el grupo de periodismo Lavaca, con el muy sugestivo título de Sin patrón, es una brillante exposición de las tantas aparentes “sinrazones” de la historia contemporánea de nuestro país: fábricas cerradas y trabajadores expulsados de su “propia condición de ser”. La complacencia oficial e institucional frente a artilugios empresarios se conjuga con la “conciencia en sí y para sí” de trabajadores que vienen luchando, ni más ni menos, por un derecho garantizado por la Constitución nacional: el trabajo.
El minucioso estudio fue realizado por quienes acompañaron durante dos años este trascendente y relativamente novedoso acontecimiento económico y socio-político. A partir de una muy rica y rigurosa gama de hipótesis sobre el fenómeno de la recuperación de empresas por parte de sus trabajadores, el libro que acaba de editar Lavaca presenta, con una gran riqueza analítica y precisión descriptiva, diez de las experiencias más emblemáticas: Zanon, Brukman, Crometal, Chilavert, Sime, Conforti, Comercio y Justicia, Unión y Fuerza, Renacer-Aurora y Clínica Immecc. Además, ofrece al lector un detallado informe sobre los 161 emprendimientos que han logrado reconstituir ese derecho constitucional de “escasa” difusión en la Argentina neoliberal (el de trabajar); todo ello “sin patrón”.
Lo reflexivo
Si bien en el nuevo capitalismo globalizado el “trabajo asalariado se convirtió en trabajo flexibilizado o basura, creando una nueva categoría social, una no clase”, la de los excluidos, en nuestro país dicho fenómeno adquiere una particular intensidad y asume ciertas peculiaridades distintivas. A partir del quiebre que implicó la última dictadura militar y, al decir de Rodolfo Walsh, la “miseria planificada”, sucesivos gobiernos se encargaron de complacer –subsidiar, transferirle ingentes recursos sociales, etc.– a poderosos intereses empresarios condenando a la movilidad social hacia abajo a los sectores medios y a los pobres.
El “poder respaldado por la asociación ilícita entre un capitalismo global especulador, gerenciado por los organismos internacionales de crédito; un Estado cómplice y una burguesía nacional corrupta; es ése el cóctel feroz y decadente que produce el enorme vacío, el agujero adonde van a caer aquellos que, sabiendo que nadie ni nada va a rescatarlos, deciden la única manera de condenarlo”.
La emergencia de empresas “vaciadas” por sus propietarios y los intentos –lamentablemente, no siempre exitosos– de recuperar su fuente de ingresos por parte de los trabajadores, no parece ser un paso hacia la socialización de los medios de producción. Se trata, pura y simplemente, de una estrategia de sobrevivencia y de recuperación de la dignidad para quienes, como decía Karl Marx, no tienen otra cosa que ofrecer en el mercado que su propia fuerza de trabajo.
Quedan múltiples incógnitas e incertezas sobre el futuro de estos nuevos emprendimientos autogestionados por sus trabajadores. Pero de lo que no hay dudas es de que lo normativo-institucional es una de las tantas asignaturas pendientes. Ello, como apuesta de mínima para morigerar laprofunda regresividad distributiva, la hiperdesocupación y la creciente masa de excluidos de la sociedad.
Las experiencias
La muy ágil reconstrucción de una decena de experiencias, en las que se conjugan clarificadoras entrevistas a los trabajadores con la descripción de los hechos que derivaron en el proceso de recuperación, invita a reflexionar en torno de ciertos rasgos comunes:
• inescrupulosas estrategias empresarias en las que lo más lucrativo fue el “vaciamiento” de sus firmas, que se contraponen a una férrea defensa de la propia fuente laboral por parte de los obreros (aunque no exenta de dificultades de todo tipo, como su inclusión en las páginas “policiales” de la mayoría de los medios “hacedores” de la “opinión pública”).
• el sometimiento a acosos, desalojos, presiones y represiones (judiciales, policiales) de la más diversa naturaleza contra los trabajadores que lo único que pretenden es mantener ese vilipendiado derecho constitucional y su dignidad y la de sus familias.
• la casi generalizada despreocupación –cuando no abierto boicot– por parte del sindicalismo tradicional.
• el apoyo y la solidaridad activa de amplios sectores sociales y, en particular, de los vecinos de los establecimientos recuperados.
• la recurrencia sistemática y generalizada a la democracia directa, a asambleas, para la toma de decisiones que comprometieran o involucraran la continuidad de la condición de activos de los trabajadores recuperados y la operación de las empresas.
• formas horizontales de organización que conllevan salarios igualitarios o, en su defecto, asociados a las responsabilidades y/o cargas horarias de los “sin patrones”.
• y firmas que luego de algunas complicaciones iniciales han demostrado un buen desempeño económico.
La visión resultante de la lectura de esas diez historias resulta muy enriquecedora. Este libro, que recientemente ha publicado el colectivo Lavaca (también bajo forma autogestionada y cooperativa: la página web es www.lavaca.org), constituye una referencia insoslayable para aquellos interesados en los nuevos fenómenos sociales de la Argentina posterior al huracán neoliberal.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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