Nota
Ver para creer: la experiencia de Naturaleza Viva en Santa Fe
Vivieron 4 años en el monte escapando de la dictadura, se exiliaron, y a la vuelta crearon una granja sin agrotóxicos. Hoy venden productos sanos a todo el país y acaban de crear una escuela con otro paradigma. Biodinámica, política y futuro junto a los jóvenes pasantes que viajan para ver cómo se hace. Esta nota fue publicada en la edición 121 de MU. ▶ FRANCO CIANCAGLINI
Primero, llegaron los monos. Después, aparecieron búhos y águilas coloradas. Ya había iguanas, zorros, patos, perros, gatos, vacas y novillos. Estaban las plantas de maracuyá, de palma, chirimiyo, pomelo, palta; decenas de variedades de arroz, trigo, harina, soja. Mes a mes, además, se suman jóvenes pasantes de distintas partes del país que acuden a trabajar y conocer esta granja agroecológica. Todos, humanos, plantas y animales, parecen buscar lo mismo: un lugar donde vivir mejor.
Como en todo paraíso, hay un Adán y una Eva: Remo Vénica e Irmina Kleiner. “Todo lo que se ve, no estaba”, sintetiza él, 74 años, sobre estas 120 hectáreas en la que trabajan y viven 15 familias. Estamos en Guadalupe Norte, Santa Fe, y la dinámica de este flujo animal, vegetal y humano que se acerca a este rincón del mundo tiene un nombre que parece redundante pero que por estos tiempos se volvió una rareza: Naturaleza Viva.
Mientras se mueve por el bosque, y a su lado Irmina recolecta tomates para el almuerzo, con ojos abiertos y el espíritu de un niño Remo relata entusiasmado: “Estoy decepcionado de mis capacidades: los monos me superaron ampliamente”. Remo se ríe, acomoda un palito dentro de un balde con agua para que las abejas (esos bichos peligrosos) puedan beber, y sigue: “Yo estaba intentando hacer plantaciones de chirimoya, de moringa, de palta, en el descubierto. Y claro, tenés el problema de los soles potentes que te las matan, y en invierno te jode la helada. Entonces entré con otra mirada al bosque”.
Primera pista: hay otra forma de ver las cosas. Las mismas cosas. Sigamos: el bosque es una parte del casco de la granja que estuvo por años sembrado con una mezcla de frutales y forestales. Remo: “Después de 30 años que está ahí el bosque, entré y lo miré de forma distinta y me topé con todo lo que me habían hecho los monos estos años. ¡Es un jardín de frutales! Che, cinco variedades de frutales que sembraron ellos. Yo peleando para tener unas plantas de chirimoya, y ellos me sembraron 500 plantas de chirimoya. Porque ellos comen, van al bosque, hacen caca, y lo siembran”. Remo terminará la anécdota -sólo por ahora-con su frase de cabecera: “Cosa’ e locos”.
En su tercer viaje a esta granja, MU también vuelve a Naturaleza Viva para mirarla con otros ojos.

Foto: Nacho Yuchark.
Los del suelo
Todo lo que sucede en Naturaleza Viva está cargado del sentido de la vida de Remo e Irmina. Aunque parezca pomposo, es literal: existen ya un libro – Monte Madre de Jorge Miceli- y una película -Los del suelo de Juan Baldana- que reflejan la huida que emprendió esta pareja por el monte chaqueño durante 4 años, escapando de los militares a fines de los 70. Allí tuvieron una hija y un hijo, y parieron también dos ideas sin las cuales tampoco se entiende Naturaleza Viva: “El contacto con la naturaleza, y la importancia a los alimentos”, resume Irmina en el bosque, mientras Remo le muestra otra planta sembrada por los monos.
La historia del escape y posterior exilio fue largamente contada en la nota Sobre vivir y otras cosechas (MU n° 22) y en distintas emisiones del programa radial de lavaca, Decí MU. La historia previa se remonta a los años 60, cuando los Vénica eran una familia de seis hermanos que manejaban más de 2.000 hectáreas en este norte de Santa Fe. Remo recuerda: “En esa sociedad yo conviví con los agroquímicos. No solo conviví: yo era el que sabía las dosis de los venenos. Y era el que los aplicaba”.
En 1968 Remo Vénica tenía 24 años, era un joven que trabajaba en el campo de sus padres, que acudía a charlas de formación política y frecuentaba las reuniones de grupos católicos. Ese año el Grupo de Acción Católica necesitaba un coordinador para el área del NEA. Era cantado: llamaron a Remo. La familia le permitió ir por 2 años que después se alargaron. Relata: “Yo tenía un problema acá (se toca la boca del estómago). En ese momento estaba haciendo un tratamiento largo con médicos muy especiales de los adventistas, que tienen clínicas súper avanzadas. Trabajaba tanto con agroquímicos, con tractor, con caballos. Para nosotros el veneno no hacía nada a los seres humanos; ésa era la publicidad de aquella época: para seres sin sangre. Y los médicos no dieron pie con bola”.
A Remo le detectaron inflamación del duodeno, síntoma que desapareció mágicamente durante los años que estuvo alejado del campo familiar donde se aplicaban agroquímicos, organizando al campesinado. “Al cabo de los años me di cuenta que el tema era ése: el veneno”.

Foto: Nacho Yuchark.
Remo trabajó como responsable de la región NEA para el Grupo de Acción Católica, que ya en los 70 tuvo un rol preponderante en la organización del movimiento campesino, previo a la conformación de las Ligas Agrarias. Remo debía volver a su casa en 1970, según lo pactado con su familia. “Y me proponen dos años más como responsable nacional del movimiento. Mi familia se niega y entonces… -a Remo se le llenan los ojos de lágrimas, y a su vez, se ríe-. Fue acá -señala la entrada a la casa-. Estaba mi padre, y le arranco una hoja del Evangelio que dice: quien toma la manija del arado y mira hacia atrás, no es apto para el reino de los cielos. Y me fui”.
En 1972 se corta otro hilo: la Iglesia expulsa al Grupo de Acción Católica como movimiento oficial de la institución. Entonces comienza lo que Remo llama “la historia de lucha campesina fuerte, donde se llegó a paralizar el país” -una historia que él cree que jamás fue bien narrada-, y sigue “el proceso de Cámpora, donde fuimos activos protagonistas”.
Había conocido a Irmina en Misiones, se casaron en 1973 y dos años después, con Isabel Perón, comienza la vida de película (de terror y de amor al mismo tiempo) de Remo e Irmina: “A nosotros nos persiguen un año antes de la dictadura. Estuvimos cuatro años escondidos en la selva, y otros cuatro en el exilio”, resume ella. Al recupearse la democracia en 1984. regresaron junto a sus hijos a Guadalupe Norte: “Primero trabajé en una fábrica de electrónicos, como una manera de mimetizarnos un poco: imaginate que ser subversivo no era bien visto”, cuenta Remo. Cuatro años después se volvieron a insertar en el campo con una idea novedosa: “Propusimos la creación de un lugar libre de agrotóxicos”.
A partir de la experiencia de vivir cuatro años en el monte, el contacto con los campesinos y la enfermedad que había sufrido Remo, el paradigma fumigador que estaba en pleno apogeo esos años no picó en Naturaleza Viva. Irmina suma otro factor: “En Europa vivimos fuertemente el impacto y los debates sobre la contaminación, y el Partido Verde en Alemania era una movida política y social muy fuerte en aquel entonces. Acá ni se hablaba de esas cosas. Cuando volvimos vimos el contraste entre lo que todavía quedaba de natural, y los campos destrozados por el uso de los agroquímicos”.
En estas hectáreas ahora verdes de Guadalupe Norte, lo único que quedaba de fértil era la tierra debajo de los alambrados, que no había sido fumigada. Remo: “Todo el proceso de repoblación de árboles fue una tarea que nos metió bien adentro del tema agroecológico”. Irmina recuerda cómo fue imposible reponer el bosque nativo: “Precisamente, porque es nativo”. Entendieron así, a prueba y error, el rol del hombre en el proceso de la naturaleza. “Hay que observar cómo se mueve la naturaleza para aprender”, repite Remo. Y vuelve al presente: “Ahora, con la incorporación de los monos ¡mama mía! Pensábamos que nos iban a comer la fruta. Y resulta que fueron los mejores agricultores. Si ustedes pueden venir acá en 30-40 años, ¡ése bosque lo que va a ser!”.
Dinámica de la vida
En Naturaleza Viva, como en todo campo, hay una rutina bien marcada que incluye levantarse bien temprano y, de manera religiosa, dormir la siesta. El almuerzo se sirve con puntualidad 12:30, en general cocinado por las manos de Irmina y para un batallón de pasantes jóvenes y devoradores. A veces se cenan los restos del almuerzo. Y los domingos se come, también religiosamente, un asado.
“Qué sacrificio la agroecología”, dice Remo mientras destapa un vino orgánico y señala con el mentón el asado recién servido. La introducción es ideal para contar que los vinos más caros del mundo son los biodinámicos, y también los chocolates y helados producidos según este paradigma que va un paso más allá de la agroecología. Lo que hacían en Naturaleza Viva lo llamaban “producción orgánica”. Luego fue “agroecológica”.
Fue recién en 1997 cuando Remo, invitado a un congreso, escuchó una palabra nueva: biodinámica.
La agricultura biodinámica tiene su origen en ocho conferencias del año 1924 dictadas por el austríaco Rudolf Steiner a un grupo de agricultores preocupados por la pérdida de fertilidad de sus suelos, el aumento de plagas y enfermedades en sus cultivos y animales. Al igual que las corrientes de agricultura ecológica orgánica, la biodinámica no utiliza agroquímicos sintéticos –fertilizantes, insecticidas, fungicidas, herbicidas, etc.- pero se diferencia de ellas porque considera a las sustancias no solo en su aspecto material sino también en su aspecto cualitativo: “Portadoras de fuerzas”.
Es característico de la agricultura biodinámica la utilización de preparados especiales compuestos por productos minerales y orgánicos. Y se trabaja alrededor de un concepto clave: el sistema cerrado o integrado, en el que cada residuo de una producción funciona como insumo de otra. Ejemplo: “Nuestras vacas comen el pasto y lo transforman en leche, que pasa a la quesería. Se vende el queso, y el residuo que es el suero, alimenta los terneros. La bosta de ese ternero, como todos los residuos vegetales y animales, van al biodigestor, dispositivo que produce dos cosas: por un lado gas, con lo que eliminamos ese gasto, y por el otro biofertilizante”.
Es decir: lo que para otros es gasto o basura, aquí es ganancia.
Ese equilibrio que se intenta conseguir en sentido ecológico también se procura en el sentido social: relaciones entre quienes trabajan, y de éstos con la sociedad. “Vos podés ser agroecológico pero podés seguir pensando de manera materialista –sigue Remo-, desencadenando un modelo donde tu pensamiento siga siendo de rentabilidad. En la biodinámica eso es muy difícil porque sus principios son muy claros respecto de lo social: Steiner fue uno de los creadores de la medicina antroposófica y las escuelas Waldorf”, proyectos que completan esa integralidad.

Foto: Nacho Yuchark.
Irmina da otro ejemplo que aplican día a día: “Ahí conocimos que existe la herramienta de los calendarios lunares”. Se refiere a los calendarios astronómicos –o agrícolas- que están adaptados a las particularidades de los trabajos rurales que vinculan lo que ocurre en la tierra de cultivo con los acontecimientos astronómicos registrados durante el mes y el año. En Naturaleza Viva el experto es Enrique Vénica, hijo de Remo e Irmina, ingeniero agrónomo, quien viajó por primera vez a Brasil a interiorizarse sobre biodinámica en el año ´99. Años después Naturaleza Viva sería sede de la Asociación para la Agricultura Biológico-Dinámica en Argentina, que realiza cursos, charlas y talleres.
Más allá de estas concepciones filosóficas, Remo enseña que la biodinámica se ve en algunas cuestiones bien prácticas:
- “Por ejemplo, cuando dicen que conviene cortar el pelo en cuarto creciente para que crezca más vigoroso; o en cuarto menguante si preferís que crezca lento”.
- Remo pide sacar una foto a una vaca con cuernos y a otra sin cuernos: “Mirá si no es así: la vaca con cuernos tiene cara de gozosa, de felicidad; la otra, de desgraciada”. La diferencia, en ambos casos, contempla que tanto los cuernos como el pelo están en sintonía con los procesos lunares.
- Otro ejemplo más: “Estamos en la era de Acuario, era de la mujer, era de solidaridad, cooperativa. Por ahí no se nota porque una era es larga. La idea es ver si con la sensibilidad de la mujer cambiamos este mundo perverso”.
- El último: el asado y el vino que, mientras se hablaba de biodinámica, desaparecieron de la mesa.
El infierno está encantador
Remo no tiene eslóganes políticos que estén muy de moda. “Las ciudades tienen que desaparecer”, es uno de ellos. Seguro no será candidato en Capital Federal: “El 50% de la gente de la ciudad está al pedo”. Lejos de ser antipopular, Remo se erige sobre una propuesta única y concreta: “El principio de globalización de la felicidad de los seres humanos”. Su compañera de fórmula, Irmina, sentencia: “El problema no es la pobreza: el problema es la riqueza”.
Ambos – militantes de los años 70 pero activos durante todos los años siguientes reciben con angustia las noticias que llegan vía celular o computadora desde la Plaza de Congreso, la Casa Rosada o donde toque el conflicto de turno. ¿Cómo se ve el infierno desde el paraíso?
Irmina: “No solo hay que oponerse sino construir otro paradigma. Dentro de los sectores populares lo ven como utopías o descuelgues, pero frente a estas realidades no hay otro camino. Aún gobiernos que puedan ser más progresistas o más populares, no hicieron conciencia del significado de las transformaciones, por ejemplo el tema de la tierra. Ante los despidos y la falta de trabajo, obvio que el camino es la lucha social, pero no tiene salida si no hay soberanía alimentaria”.
Remo plantea que el problema es la distribución urbanismo-ruralidad y dice que la tierra debería ser del Estado, tener una función social. Su modelo de país es la expansión de lo que aplica en Naturaleza Viva: granjas integrales de asociaciones de familias, con producción soberana y diversificada. ¿Es tan fácil? Mañana subimos al gobierno, pasado Remo es ministro de agricultura. ¿Qué hacemos? Remo: “Facilitarle a todos los que quieran regresar a la tierra la vivienda, la tierra y cómo mínimo un año de asignación para poder vivir hasta acomodarse. A los cuatro meses comenzás a ser autosuficiente. Y al año ya estás en marcha. Estoy hablando de un apoyo fuerte, de repoblar el campo”.
Irmina: “Primero tenés que conseguir a la gente que quiera volver al campo y quiera hacer eso: no es tan fácil. Es una revolución cultural lo que se necesita, no es solamente la idea de un cambio productivo. Y a esa revolución cultural yo la veo lejos. Se está dando, empieza a darse mucho más que cuando nosotros recién empezábamos: todo el mundo nos trataba de locos y ahora ya no nos consideran tanto. Ya cuando nos llaman a hablar de agroecología decimos hay otra gente que está haciendo esto, nosotros tenemos que disfrutar de los nietos”.
Remo: “Yo creo que se van a venir momentos muy difíciles, muy complejos, pero que va a surgir de las cenizas una perspectiva nueva. Así como el proyecto de Macri se juega al todo por el todo, las luchas sociales se van a plantear el todo por el todo. Porque quienes más tienen que perder son los sectores de poder”.
Recuperar, resistir, producir
En Naturaleza Viva las vacas tienen hectáreas y hectáreas para pastar, a los arroces, de tan ricos, hay que cuidarlos de las aves, el bosque – ya dijimos- es de los monos y más allá las hectáreas se pintan de trigo, maíz, lino y soja no transgénica que irán a parar a la producción de aceite y harina. Estas producciones y los quesos son el potencial que da valor agregado a los productos primarios, y permiten a la granja subsitir comercializando directamente sus productos.
¿Cómo repercuten las medidas económicas de ajuste aquí? “A nosotros nos trajo ventajas el proceso, en el sentido de que hay mayor demanda de productos naturales”, sorprende Remo. “Es bajo el porcentaje pero para nosotros, como empresa chica que produce alimentos, antes había que abrir el mercado y ahora hay que cerrarlo coquetamente. Es tal el grado de deterioro de la comida en estos últimos años que el impacto es muy evidente”.
Irmina: “A nosotros nos preocupa la situación del país pero por la manera con que encaramos la producción no necesitamos de las corporaciones para hacer uso de los agrotóxicos y las semillas. Tenemos nuestro propio abastecimiento de semillas y fertilidad a partir del manejo que hacemos de las fuerzas que actúan sobre el planeta. Logramos a partir de la historia y de algunas astucias, quizás, de visiones y perspectivas, descubrir que la manera de resolver el tema del campo es hacer el proceso total. Es decir: ser productor de alimentos. Todo lo que producimos se vende”.
Quesos, aceites y harinas, pero además granola, arroz yamaní, dulce de leche, mermeladas, jugos, vino, yerba, semillas y hasta productos medicinales pueden encontrarse en la tienda que tienen en la granja y desde donde despachan a 23 de las 24 provincias del país.
Escuela de vida
“Lo que ha desvirtuado todo esto, son las universidades”, sentencia Remo. Cuando se refiere a todo, es a todo. Remo interpreta que desde allí se baja un modelo “vinculado al materialismo” que, sobre todo en el caso de la agricultura, es evidentemente manejado por las corporaciones (ver nota de este número: Ovejas). Irmina da un ejemplo: “Las tesis siempre están enfocadas a una producción y a la rentabilidad. Si nosotros hacemos ese análisis producto por producto de las cosas que hacemos en Naturaleza Viva, se cae todo. Analizado individualmente no cierran los números, tenés que tomarlo en forma global. Con la patria financiera no hay sistema productivo que aguante: perdés la mirada integrada y a través del tiempo”.
Aunque no es lo central, ya dijimos que de esta granja viven 15 familias y comen cientas, y existen numerosas –cada vez más- experiencias agroecológicas que corren al agromodelo por el lado de la rentabilidad. Dice Remo: “No hay que hablar solo de rentabilidad, sino de libertad: nosotros tenemos 40 novillos y 40 vacas que anualmente podemos vender o comer. Es el banco, la reserva de capital por si tenemos que hacer inversiones. Y el principal elemento de ganancia es la leche y el queso. Además, con buenos manejos del suelo tenés una fertilidad creciente. Los otros campos decrecen: acá en Guadalupe nos ofrecen un montón de campos devastados para recuperar y producir”.
Para completar ese “ciclo cerrado”, que es una especie de fuerte contra la tempestad, y empezar a hablar de libertad, creatividad y valores, Naturaleza Viva encara un flamante proyecto: fundaron la escuela Los Girasoles. Manejada por Eduardo Vénica y su esposa Constanza Mauro, tuvo un fin de 2017 exitoso: “Hicimos una muestra con trabajos de los chicos y los padres no podían creer que estuvieran hechos por ellos”, relata Constanza.
Convertir a los niños en verdaderos artistas fue el trabajo que demandó este primer año de una escuela que irá creciendo con la generación que ahora tiene 6 y 7 años. En el 2018 esperan abrir primer grado, y también un plurigrado con niñxs de distintas edades. Cercano al modelo Waldorf, Los Girasoles implementa un sistema integral conocido como Escuelas V.I.V.A.S: Valores, Imaginación, Vivencias y Autoconocimiento. Así, la formación de un niño no sólo contempla la parte intelectual, sino también la emocional y la motriz. “Queríamos ver cómo la granja sale a la comunidad a transmitir lo que sucede acá. Era un paso natural buscar formar a los niños, que son el futuro de la comunidad”, asegura Constanza.
La ley Nacional de Educación permite la elección de metodología asociada a un plan de estudios específico y la consecución de determinados resultados: por ejemplo, aprender a leer. Algunas diferencias en Los Girasoles: los niños hacen huerta como actividad diaria, y los maestros no utilizan el “no” para disciplinar a los niñxs. “Cada vez más logramos el apoyo de la comunidad”, asegura Constanza comparando las vacantes de este año y mirando de reojo a Remo, uno de los abuelos con niños en Los Girasoles que, según la metodología implementada, debe ir cada 15 días a clases para también educarse en la formación de un par de sus 14 nietos.
Vivir para contarla
En Naturaleza Viva ocurre, además, otro tipo de formación: mes a mes viajan hasta Guadalupe Norte pasantes detodos los puntos de la Argentina y del mundo. Sólo durante febrero había jóvenes de Mar del Plata, Lanús, San Juan, Rosario, Chaco y Berlín.
Esta vez están Emiliano, Martina, Florencia, Eugenia y Valentín. Todos viven en la ciudad, pero tienen en común el interés por trabajar la tierra. Emiliano es jardinero y lleva adelante un proyecto de huertas en el penal de San Martín llamado “Reverdecer”. Martina estudió cine en La Plata pero se empezó a interesar por “otros saberes” que circulaban por fuera del estudio formal: “Cuando dejé de estudiar mis viejos me decían: ´vas a tener 50 años, te vas a cansar de estar plantando en la tierra y no vas a tener un título´. Yo lo veo exactamente al revés: tenés un título y no sabes plantar una papa”.
Los jóvenes hablan de “vida digna” que no sólo mire el bolsillo, y nombran cosas extrañas, como el alma: “Estar acá te nutre por muchos lados, es un bienestar que no es razonable: el cuerpo se siente bien”, sigue Martina. “Cada vez me empieza a cerrar más la necesidad de retomar estos saberes, de vincularse con la tierra, los pueblos originarios, de que la lucha tiene que ser saber qué comemos, tener un lugar donde plantar, cómo criar a tus hijos. Siempre intentando un equilibrio entre lo que uno desea y la realidad en la que vive”.
La pregunta del millón: ¿Cómo lograr ese equilibrio? Emiliano arriesga una teoría: “No te tenés que ir a vivir al campo. Si vos te ponés a plantar tus plantas en tu casa ya te ponés a observar el sol, la lluvia, y empezás a tener un sentido un poco más amplio, una sensibilidad más grande de la que tenías. No hay vuelta atrás con eso. Son cosas que no sabías que ahora sabés: no es lo mismo saber de feminismo que no saber”. Martina: “Cuando lo empezás a ver, lo incorporás. Vuelvo a la ciudad y vuelvo al bondi, pero es otra observación: es como abrir un pedazo de techo y decir ´puede ir por ahí también´”.
Eugenia es ingeniera agrónoma. Dice: “En la secundaria perdí el hilo y dije: ¿qué voy a hacer de mi vida? No quería vivir encerrada. Me cambié de ingeniería química a agronomía. Me encantó, pero falta la parte agroecológica. Cuando la cursé ni siquiera estaba como materia. Los de la producción orgánica y agroecológica siempre eran los más combativos y militantes y a mí no me atraía esa parte. Cuando me nombraron la agricultura biodinámica, que tenía una parte más espiritual y en armonía, me llamó más. Los preparados, el manejo con otras fuerzas… Hay una conciencia mayor en relación al cuidado de la salud vinculado al desarrollo espiritual. Vos podés comer todo sano impecable, pero si estás nervioso, es lo mismo”.
Florencia, que vive en las cercanías de Rosario, plantea: “Uno milita algo que no hace. A lo sumo una huerta en la facu. Entonces tenía ganas de venir para poder contagiar o compartir y de ahí construir algo genuino. ¿Vamos a poner una granja?”, pregunta a sus ya amigos, y todos ríen. Emiliano también coincide en que hay otra fuerza común: “Cada uno en su lugar se fue moviendo en lugares parecidos. Encontramos temas comunes. Con mis amigos digo ´todes´ y creen que me confundí; acá lo tiro y estamos en la misma”
La ronda termina con la consigna de definir en una palabra, que se convierten en algunas más, qué se siente ver a la naturaleza viva:
Martina: “Fuerza, alegría, comprobar que es posible, de que está siendo, sucede”.
Eugenia: “Entusiasmo. Que lleva trabajo pero se logra”.
Emiliano: “Lucha”.
Florencia: “¡Iba a decir ´lucha´! Bueno: observación. Observar un poco más, mirar al otro, a la otra. Hay que observar más”.
Por Naturaleza Viva pasan unos 1.000 jóvenes y niños al año. Alrededor de 60 son pasantes, y el resto llegan en delegaciones de escuelas secundarias y universidades. Remo hizo ese cálculo hace poco para una conferencia y lo acompaña, como todo, con una reflexión: “Es un cauce de conocimiento que viene a nosotros enorme, del cual no paramos de aprender. ¡Además de aprender de los monos!”.

Foto: Nacho Yuchark.
Nota
El acto de Cristina en Plaza de Mayo: una de suspenso

“Una más y no jodemos más” fue el grito más atronador de toda la tarde en Plaza de Mayo, en referencia a una posible candidatura de Cristina Kirchner. Fue el signo más visible del «operativo clamor» con el que se había ideado el acto, aunque ella ya había aplacado las semana previas la hipótesis de ser candidata.
En un discurso que reivindicó tanto a Néstor Kirchner como a sus dos mandatos, CFK dejó el tema electoral sin definición. Terminado el acto Florencia, entre la multitud, brindó a lavaca un editorial políticos de la jornada en 9 palabras: “Nunca sabés cuándo va a ser la última plaza”.
Pese a truenos, rayos y tormentas, el encuentro más ansiado por el kirchnerismo simbolizó una medición actual de fuerza y movilización aunque no dejó definiciones sobre el enigma 2023: quién será el o la candidata del actual espacio oficialista, con todas sus diferencias. Los cálculos llevaron el termómetro movilizador a 500.000 personas, dato otros relativizan: en ambos casos, y como tantas cosas, el tema pasa a formar parte del sistema de creencias de cada persona. La ex presidenta hizo una pormenorizada defensa de su gestión, resaltando los altos salarios o el hecho de haber encontrado un Producto Bruto de 167.000 millones de dólares al asumir Néstor Kirchner, y llevarlo a 647.000 millones de dólares al finalizar el mandato en 2015. El gobierno de Macri, en cuatro años, bajó el Producto a 400.000 millones, dejando 120.000 millones de dólares de deuda que hoy sigue condicionando al país.
Definió a la Corte Suprema como un «mamarracho indigno», planteó la necesidad de un nuevo diseño institucional y pacto democrático y sugirió: «Basta de pedirle al otro que haga lo que no se está dispuesto a hacer».
Muchas mujeres escucharon el final del discurso de Cristina con las manos como en un rezo, esperando que definiera su propia candidatura, o la de alguien más, cosa que quedó pendiente. El acto, entonces, parece haber sido un posicionamiento en las negociaciones que se vienen para definir candidaturas ante el misterio que significan las PASO y luego los comicios. Y una demostración de apoyo frente a lo que llamó mamarracho, y frente a los pantanos de Comodoro Py. Con Cristina, aparte de sus nietos, tuvieron un rol televisivamente importante Alicia Kirchner, Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Wado de Pedro y Sergio Massa, en medio de ese palco plagado de invitados que aplaudieron frases pertinentes, como “Se discuten muchas boludeces en los medios”. (Confirmando la teoría, luego se conocieron repercusiones de políticos y panelistas oficialistas y opositores sobre el acto, realizando piruetas verbales que rellenaron –como suele ocurrir– horas estériles de programación televisiva y tal vez cerebral).
Crónica de la jornada. La música que se escuchó, una teoría sobre el hambre y las ganas de comer. Las reflexiones entre pancartas, pastelitos y lluvia de quienes estaban abajo del palco, en la calle. Ideas y hallazgos de personas que se movilizaron y no se sienten necesariamente espectadoras. Lo que dijeron las personas movilizadas antes y después del acto.

La Plaza, los reconfortados y las sorprendidas. (Fotos: lavaca/Sol Tunni).
Mujer anonadada y caritas feas
Gerardo, 56, comerciante, brindó a lavaca un primer signo saliendo de la Plaza en el atardecer tormentoso: «Vinimos a escucharla y nos vamos reconfortados, porque en estos tiempos en que la política pasa por otro carril venir a escucharla a ella nos nutre y nos hace seguir con fuerza para el mañana».
¿Y hacia adelante? «Vamos a acompañar al compañero que se decida o que decida Cristina».
Mariana, 55, bancaria estaba con otra sensibilidad menos conformista: «Estoy anonadada, porque me doy cuenta de que no sé quién va a tomar la posta y quién va a tener los huevos suficientes para hacer lo que dice Cristina, que es diseñar un programa y es poner caritas feas”. La vicepresidenta había planteado: «El problema que hoy tenemos acuciante es la distribución del ingreso. Creanme que para distribuir el ingreso muchas veces hay que ponerle carita fea a los que tienen mucho. Y no se trata de confrontar».
Mariana completa su idea caminando de salida por Avenida de Mayo: “¿Quién de los nuestros va a tener los huevos para hacerlo? Ella hoy tiró el encuadre que hay que seguir, ¿pero quién lo va a llevar a cabo? No sé”.
Se queda pensando sobre el asfalto mojado: “El único candidato que a mí me parece que podría ser el de Cristina, con todas las letras, sería Kicillof (gobernador bonaerense), pero no se lo puede sacar de donde está».

Truenos, rayos y lluvia que no detuvieron a las familias que se acercaron. (Fotos: lavaca/Lucas Pedulla).
Todo puede pasar
Florencia e Inés son amigas, de Ituzaingó y Morón, 33 y 60, diseñadora gráfica y arquitecta.
Explica Florencia: «Básicamente había ganas de venir porque hay como mucha incertidumbre. Yo venía a escuchar si había una fórmula, pero bueno: nunca sabés cuándo va a ser la última plaza… ya me puse un poco catastrófica: pero hace casi cuatro años ya pasamos por esto y la verdad que yo estoy con miedo, estoy con miedo por la oposición, no porque gane la oposición, no es por una cuestión de resultados, sino por los discursos que se vienen escuchando. No es solamente por una cuestión económica, sino por una cuestión social, se está viendo mucha violencia, ya no se respeta nada, todo puede pasar».
«A mi me gustaría que sea ella la candidata, pero tampoco la podemos exigir, pobre mujer. Ya dijo que no, ya está. La verdad me gustaría que sea Axel, no me gustaría que sea Massa, pero también soy consciente de que ayudaría a la elección porque hay mucha gente que no es del partido que a Massa lo votaría».
Mística y bastones
Alejandra, 48 años, es docente de música: «Estamos debatiendo lo que dijo. Ya tomó una decisión, pero deja como una mística, un relato a seguir construyendo, y el ejercicio es que ese relato lo tenemos que construir nosotros, más allá del candidato. Ella siempre está hablando del proyecto de país, eso es a lo que está apostando, no importa quién. De hecho, cuando asume Alberto, ella se lo dice: ‘Vuelva al pueblo para no confundirse, apóyese en el pueblo’. Me parece que ese es el ejercicio democrático que ella está planteando, entonces uno termina en los nombres, pero en realidad lo que hay que debatir acá es qué proyecto queremos. Lo de Colonia no, Patria sí, eso es lo de fondo que hay que seguir laburando y militando que es lo más difícil; eso justamente es lo que los medios de comunicación te sacan del centro todo el tiempo».
Martín, 35: «Ella es la conducción, una voz necesaria, sea candidata o no, ella representa a la mayoría y tiene una palabra convocante, ordenadora y tiró cuatro ejes de discusión, como la economía y la Corte; ella es muy dialoguista; la dibujan como que no pero es súper dialoguista y estadista».
Paula, también 35: «Sí, lo importante es el proyecto, aunque a mí me encantaría que sea ella porque nos representa, pero también estábamos hablando recién que nos gustaría Wado. O Grabois, aunque no sé si para presidente». Martín retruca: «Grabois se hace el purista con Massa, pero con los macristas se sienta a tomar el té, como con Carolina Stanley y Pepín Simón». Paula: «Bueno, no es momento de tirarnos con el bastón del mariscal”.
La Plaza de fue vaciando bajo la lluvia del 25 de Mayo.

Pancartas que implican una certeza, y algunas incertidumbres electorales. (Fotos: lavaca/Sol Tunni).
La inteligencia colectiva en la previa
Todo había empezado mucho antes.
La noche anterior ya la Plaza se va ocupando de gente que quiere estar cerca del palco. Llegan, sobre todo, desde distintas provincias. Una señor de Salta dice: “Quiero ver qué puntos especiales, bien claritos, nos da Cristina sobre lo que hay que hacer de ahora en más”.
Durante la mañana comienza a verse el río de gente. Lavaca consulta deseos de quienes van por Avenida de Mayo hacia la Plaza. Todo es demasiado más interesante en forma y contenido que lo que se suele ver en televisión o escuchar en radios. Las respuestas de una señora de tapado, una pareja sub-20 y un hombre de gorrito de lana forman casi un programa político.
“Reforma del Poder Judicial”.
“Inseguridad”.
“Que los pibes no se vayan del país”
“Recuperar la Ley de Medios”.
Todos tienen trabajo, tal vez por eso no hablen de inflación. O la inflación es un problema tan obvio que desear que termine es algo que no hace falta siquiera mencionar.
Una mujer lleva una remera con una pregunta para diferenciar palabras: “¿Justicia o Poder Judicial?”

Los colores contra el gris de la tarde (Fotos lavaca/Sol Tunni).
Dos hombres portan una bandera: “Cristina el pueblo te ama y te necesita”.
Por Twitter alguien lanza otra definición política, sobre certezas y sobre incertidumbres:
“Con Cristina hasta la luna. Con los demás, hasta donde ella diga”.
Que nombre al candidato
A las 11.30 de la mañana la Plaza de Mayo ya está llena. «Es que viajamos toda la noche» explica una joven que hace de cordón de La Cámpora, que vino desde Córdoba. «Hoy es más que bancar a Cristina, es recordar a Néstor. Es mostrar fuerza para que la derecha agrandada sepa que estamos fuertes y en la calle».
Otra joven de veintipico le propone otro final a la frase, en tono irónico, medio chiste-medio en serio: «Unidos y organizados».
Algunos pasacalles se animan a proponer nombres: figuran carteles de Grabois, de De Pedro y de Katopodis, tal vez los más ligados a las militancias territoriales; no se ven carteles de Scioli, Rossi ni otros que han mostrado su voluntad electoral, que habrá que ver en qué queda tras las palabras de la vicepresidenta.

Letanías y aspiraciones en Plaza de Mayo. (Fotos: lavaca/Sol Tunni).
Todo parece fluir: las columnas separadas por cordones, acomodándose en sus lugares indicados o ganados en la plaza, van poniéndole límites a la posibilidad de circular por el lugar.
Cada 100 metros sobre Avenida de Mayo hay grandes pantallas que mostrarán a Cristina hablando. Se espera que la Plaza se colme rápido y las personas puedan seguir la conferencia desde donde estén, hasta donde lleguen. Quienes se acerquen a Avenida de Mayo tendrán transmisión privilegiada, no así en las otras arterias o en los bordes de la plaza, donde se espera que la voz de Cristina suene bien fuerte.
«Es un evento bastante pautado, se convocó a las dos y Cristina dijo que habla a las 4. Nosotros estamos acostumbrados a actos mucho más largos» responde alguien veterano sobre la convocatoria temprana.
No llueve. Y eso es toda una noticia. Hace calor, muchos aprovechan para hidratarse, ponerse en cuero, cantar y tocar: hay clima de hinchada.
¿Qué se espera que diga Cristina? «No me importa lo que diga, hay que bancarla: la quisieron matar» dice una señorita. Al lado suyo un joven: «Que diga quién va a ser candidato «. Otro postula: «Wado». Pero son propuestas tímidas, esperando lo que defina ella.
El otro protagonista del día es Néstor, presente en fotos, banderas y hasta tatuajes. A 20 años de asumir, otra mujer espera que se explique todo lo que se logró en esos años de gobierno, «para recordarle a los pibes que no lo vivieron» casi como una clase de historia. Y que se analice el presente, «el acuerdo con el FMI, la pandemia» y las dificultades que, cree, hicieron que estos 3 años y medio con ella como vicepresidente no fueran los mejores, o los esperados.

Esperando definiciones, ejerciendo el aguante (Fotos: lavaca/Sol Tunni)
¿Dónde queda Plaza de Mayo?
La banda sonora de la tarde es primordialmente la cumbia. Suena Rosalía, suena Trueno con “Tierra Zanta”, y Los Palmeras con “Soy Sabalero”.
Junto al Cabildo un joven de la mano de su la novia consulta intrigado: «¿Dónde queda Plaza de Mayo?». “Es esto” le contestan señalando alrededor, y él sale feliz y apurado hacia el palco. No sabe dónde está pero sí para qué vino, por primera vez. Y eso a algunos les da esperanza. Algo que empieza.
Se escucha “Universo Paralelo” de La Konga.
Entre la gente hay quienes vienen desde Trelew, Tucumán y Chaco, otros de Florencio Varela o Lomas del Mirador. Viviana tiene 54 años y es de Pilar. Olina tiene 61 y es de Villa Martelli. Ambas son trabajadoras de casas particulares y dicen que gracias a Cristina están recibiendo aportes: «40 años trabajando y descubro que nadie me había aportado». Quieren que vuelva Cristina y sea candidata.
Pero ya dijo que no: «Tiene que ser ella. La esperanza es lo último que se pierde. Gracias a ella volvimos a tener todo lo que nos sacaron. Hizo muchas cosas por las mujeres, los jubilados, las asignaciones. ¿Que hicieron los otros? Nos dejaron sin trabajo».
¿Qué falló para que ahora las cosas sean tan inciertas? Cuestionan que faltó unidad y respeto para estar en una situación como la actual: «Unidad, porque cada uno hoy piensa en su parte. Y respeto, porque las Canosa y los Baby Etchecopar dicen cualquier cosa abusando la confianza de la gente». Cuentan a lavaca un deseo fraguado mientras limpiaban vidas ajenas: «Que se vayan todos los jueces corruptos» dice sobre ciertos universos paralelos.

Familia movilizada (Fotos: lavaca/Sol Tunni).
¿Fin o principio?
Unas mujeres en la era de la cincuentena se sacan selfies con la notera de C5N y de paso le preguntan si sabe “bien-bien” a qué hora hablará Cristina. La joven responde que sabe lo mismo que todos: que dijo a las 4 y que si bien suele demorarse, esta vez el clima apremia. ¿O será una cuestión de pronósticos? Los canales oficialistas están en etapas complejas, oscilando entre una suerte de depresión por el supuesto “no” de Cristina a una postulación, y reacciones exaltadas por solo pensar que una resurrección política puede darse a partir de este acto.
El dilema es si lo de hoy es un fin, o un principio.
Celeste (21) dice que “llueve, nieve o truene” iba a estar acá: se queja de que, al final, hace un calor de verano y ella vino toda emponchada. Pasa como con el clima político: no se entiende si hace frío o demasiado calor. Pero Celeste armó un rancho a una cuadra de la Plaza –porque ahí, a las 12, ya no se puede ni caminar– con su pila de ropa en el medio y algunos bizcochitos para tirar hasta que hable Cristina. “Me muero por un chori pero no hay un mango” se justifica y el precio del embutido (600 pesos, 2 por mil) obliga a pensarlo. Y a juntarse con alguien más para aprovechar la rebaja.

Recuerdos de la Ley de Medios (Fotos lavaca/Sol Tunni)
La oferta gastronómica de hoy incluye, además de choris y bondiolas, empanadas fritas y pastelitos, a tono con el 25 de Mayo. El local cooperativo Lo de Néstor, a tres cuadras de la Plaza sobre la calle Bolívar, reabrió después de unos meses difíciles porque hoy es su día: se especializan en locro. Tienen lleno el local, están tomando reservas y pedidos. “A las 3.30 los echo a todos” avisa el mozo, avisando que él también querrá hacer esas cuadras hasta llegar a la Plaza. El lugar se define como «Un bar para seguir discutiendo el proyecto» aunque por ahora se nota más apetito locrero que ganas de debatir.
También hay vendedores de escarapelas y otros artilugios con motivos patrios que inundan Avenida de Mayo como una góndola en el asfalto: gorros, banderas, pilusos, pins, stickers, imanes. La mayoría con Néstor y de Cristina. No hay más imágenes.
No parece ser un día para asomar demasiado la cabeza, aunque el partido está en marcha: “Hoy se lanza un nuevo Frente de todos” dice un dirigente a la tevé. En Lo de Néstor nadie está mirando la pantalla.

Definiciones sobre el operativo clamor. (Fotos lavaca/Lucas Pedulla).
El problema adentro
Sebastián y Olga vinieron desde Chubut específicamente para este acto. «Venimos para que nos diga algo que pueda ser», dice Olga, 69 años, jubilada. «Aunque ella ya hizo mucho. Los mejores años de mi vida fueron kichneristas. Venimos a acompañarla y defenderla porque hasta matarla quisieron».
¿Qué faltó? Olga y un profundo editorial político callejero: «No se cumplió con el compromiso que tenían. Hay que ayudar más al de abajo que al de arriba». Él tiene 41, es comerciante: «Nos peleamos entre nosotros. Nuestras internas son difíciles. El problema lo tenemos más adentro que afuera». Un deseo: «Transformar la Corte urgente, volver a la Ley de Medios, redistribuir la riqueza» dice Olga. Sebastián lo explica desde su oficio: «Manejar los precios de los alimentos. Si me llega caro, tengo que vender caro. Si solucionamos eso vamos a poder proyectar para adelante».

Fotos: lavaca/Sol Tunni
“Salís pero no sabés si volvés”
Ruth Aredes vino de Tucumán con otras 15 mujeres que gritan al celular grabando: «Vamos Cristina». Son parte de la red nacional de mujeres, de curas villeros y monjas por opción por los pobres. «Hoy queremos escuchar un grito de esperanza. Con ella sea cual sea la decisión, vamos a acompañar. Con ella vivimos en una Patria. Queremos soberanía y trabajo genuino. Que dejen de vender nuestros commodities, no puede ser que venga cualquiera y se quede con la Patagonia».
¿Y qué es lo que pasó para que se esté en una situación tan para atrás?
«Formación política. Queremos despegar de nuevo y enamorarnos de un proyecto nacional y popular». Un deseo: «Echar a todos esos cortesanos corruptos. No creemos en esta justicia».
Carla tiene 44 y Rosana, 51. Son promotoras de salud del Movimiento Evita en diversos barrios de La Matanza. «Anhelo que diga que se va a presentar ella, aunque ya dijo que no. Me gustaría que sea quien sea, se comprometa de verdad con el pueblo», dice Carla.
¿No pasó eso ya con Alberto?
Rosana: «Al principio sí, pero después esquivó el bulto. Se abrió de gambas. No nos mandó comida a los merendederos. Y eso es el Estado. Además de ser militantes somos amas de casa, y tuvimos que exprimir los bolsillos para que no falte el plato de comida».
¿Qué faltó para llegar a este nivel de incertidumbre?: «Faltó trabajo. La mayoría fuimos madres solteras y tuvimos que salir a buscar. Y lo otro muy grave es la inseguridad: con mi familia nos despedimos todos los días como si no nos volviéramos a ver. En los barrios salís pero no sabés si volvés. Hay que enfocarse seriamente».
¿Un deseo? Carla se emociona: «Que los jóvenes no se vayan del país. Hoy mi hija tiene 18, se está profesionalizando y se quiere ir. Y a veces tengo que darle la razón. Me cruzo con taxistas que son abogados o médicos. No por desmerecer, pero ahí hay familias que bancaron titulos que hoy se desmerecen». Rosana también frota su lámpara de los deseos: «Pensar en los jóvenes y futuro».

Remera con definiciones. Fotos: lavaca/Sol Tunni.
Voy a olvidarme de mí
Agustina tiene 24 años y vino de Rosario con dos amigas. «Se generó mucha expectativa por este momento. Hay esperanza e ilusión, pero también bastante incertidumbre. Hoy hay una crisis económica que genera un nivel de individualización, que rompe espacios. Pero estos encuentros nos convocan a reunificarnos de nuevo. Se juega nuestro futuro en términos políticos, económicos y culturales». Un deseo: «Fortalecer lo colectivo»
lena tiene 33, Pablo 31, son pareja, se aman y se besan frente a la cámara de lavaca. Él es administrativo en una escuela, ella en una empresa privada. «Vinimos a bancar a la jefa», dicen. Vienen de Rosario. Elena: «Nos encantaría que nos digan que va a ser candidata, algo imposible por la Corte corrupta que tenemos. Pero esperamos una guía, un ‘es por acá’. El peronismo está dividido, sabemos que la patria es el otro, pero hoy esperamos su claridad y su conducción».

Danzando bajo la lluvia. (Fotos lavaca/Sol Tunni).
Sigue la cumbia con Mario Luis con un título un tanto zen: “Voy a olvidarme de mí”. La letra podría estar simbolizando mucho de lo que se percibe en el ánimo de la multitud. “Voy a sentarme al frente de la calle, para esperar a ver si tú regresas”.
Pablo piensa en los goles en contra de la política: «Falló que hay mucho ego. Y falta empatía. Si a vos te va mal, a mí no me puede estar yendo bien. Es así». Elena tiene un deseo claro sobre lo que se necesita: «Lo principal es la vivienda. Yo soy de Salta y hay tierra de sobra, nomás que está acumulada en pocas manos». Pablo habla de los alimentos y en pocas palabras dice demasiado: «En un país productor no puede ser que la mitad de la población tenga hambre. Y en un gobierno peronista».
La cumbia suena cada vez más fuerte. Guadalupe (25) y Ariel (27) vinieron de Avellaneda con su bella hija Delfina de 9 y su bello hijo León, de 3. Él trabaja en la administración del puerto y ella es estudiante de abogacía.
«Venimos por respeto a la familia, que siempre fue peronista», dice Ariel. Delfina completa: «Y por respeto a la patria». Como muchas personas, esperan que Cristina se postule, aunque sea solo una expresión de deseos: «La gente lo piensa igual porque sabe que ella pasó cosas que ningún presidente o persona pasó. Cristina tiene mucho huevo para enfrentar todo lo que está enfrentando hoy. Mucho huevo. Por eso estamos acá: para bancarla».
Sobre qué faltó, piensan: «Faltó tiempo. Venimos de 8 años donde tuvimos macrismo y pandemia. Sin esos años de pérdida capaz hoy estaríamos en otra cosa como país. Hablo por la juventud, porque los grandes ya pasaron muchos gobiernos, pero hoy la juventud la está peleando. La gente de pueblo, ¿no?, porque los que no están acá hoy están en la costa». ¿Con qué la están peleando?: «Hoy hace falta que la gente llegue a fin de mes para comprarse un plato de comida al mediodía y a la noche. Nosotros somos inquilinos también, y el tema vivienda está complicado. Ojalá podamos repuntar». La cumbia se sazona con Charly García, siempre Hablando a tu corazón.

Pastelitos e indicadores de la época
Virginia es peronista, tiene 56 años y se vino en colectivo desde Quilmes con cuatro cajas con pastelitos que vende a 250 pesos y tortafritas que vende a 300. «Espero escuchar algo bueno, que nos de trabajo a todos, que cambie esta miseria». Tiene un radar callejero para entender mejor que nadie esos vaivenes económicos: «Antes la gente estaba más suelta con la billetera, ahora le cuesta más el pesito. A mí me bajan mercadería más cara, y yo un poquito tengo que subir, pero tampoco mucho. Pierdo, pero también gano».
¿Cuál es su indicador? Virginia dice algo que debería enseñarse en las autopercibidas «ciencias sociales»: «Me pongo en el lugar de la gente que tiene hambre y ganas de comer”. Encadena el siguiente razonamiento: “Entonces pienso: ¿cómo le voy a cobrar tanto?»
Se acercaba la hora de escuchar la palabra crucial de la convocatoria de una tarde gris y llena de colores.
Entre el hambre y las ganas de comer.

Nota
Femicidio de Griselda Blanco: Periodistas Argentinas y Fatpren reclamaron una investigación seria y responsable

Las dos organizaciones encabezaron una conferencia para reclamar que se investigue las amenazas y presiones que recibió la víctima por ejercer su profesión. Adelantaron que viajarán a Curuzú Cuatiá este viernes y que solicitarán que la Secretaría de Derechos Humanos se constituya como querellante. Durante el encuentro se repartieron cintas negras de luto. A horas de terminar la conferencia se conoció la noticia de que la fiscal ordenó acceder a la información guardada en la nube del celular perdido, uno de los reclamos expresados en la conferencia.

Griselda Blanco, la periodista que denunció amenazas y presiones, y fue víctima de un femicidio.
El colectivo Periodistas Argentinas y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa brindaron este miércoles una conferencia en la cual expresaron su preocupación por el femicidio de la periodista Griselda Blanco en Curuzú Cuatiá, Corrientes, y reclamaron que se investiguen las denuncias de amenazas, las presiones por revelar sus fuentes de información y el celular que desapareció de la escena del crimen. ”Hacemos nuestra la preocupación de Griselda por sus fuentes. Necesitamos saber qué pasó y quiénes protegen hoy a las personas que están en riesgo» dijeron en la conferencia y solicitaron «que se sigan todas las líneas de investigación y se cumpla el debido proceso».
La conferencia de prensa estuvo conducida por Silvia Martínez Cassini, de Periodistas Argentina acompañada por Claudia Acuña, fundadora de esa asociación, y por la Secretaria General de Fatpren, Carla Gaudensi. También se sumaron a la conferencia dos integrantes del Observatorio de Libertad de Expresión de Fopea.
Acompañaron la presentación dos centrales de trabajadores –Jorgelina Sosa, de CTA y Leonor Cruz y Silvia de León de CTA Autónoma), Claudia Rodríguez, secretaria de Género de ATE, la ministra bonaerense Estela Díaz, dos subsecretarias del ministerio de las Mujeres de Nación –Carolina Varsky y Natalia Chinetti– María Julia Naddeo, de la APDH, Araceli Ferreyra (ex diputada correntina e integrante del Movimiento Evita) y Agustina Lecchi de SiPreBA.

La conferencia y los abrazos (Fotos: Lina Etchesuri)
Griselda: “Recibo mucha presión, amenazas”
La periodista Silvia Martínez Cassina planteó: «Lo que nos une hoy es una misma consigna: Justicia por Griselda Blanco. Más allá del deseo de que se aclaren rápidamente su femicidio hay muchísimos indicadores que no se pueden dejar afuera. Y le pedimos a la justicia que actúe rápido y transparentemente. Porque estamos hablando del trabajo que hacía Griselda, que venía denunciando a distintos sectores del poder, de los cuales sufrió amenazas».
A continuación presentó a la víctima como “una periodista sin medio y sin miedo, precarizada, pero sindicalizada, que informaba pese a todo y para todos”. Luego se escuchó la voz de Griselda desde uno de los 15 audios que Periodistas Argentinas puso a disposición de quienes quieran escucharlo o reproducirlos y que fueron grabados pocas horas antes de su asesinato.
«Yo lo único que hago es mi trabajo, comunicar, siempre con la verdad. Pero recibo mucha presión, amenazas”, expone Griselda en el audio.
Días antes de ser asesinada, le había entregado a su hijo el teléfono de su abogada, «por si me pasa algo».
Las organizaciones de periodista comunicaron:
- Solicitarán a la Secretaria de Derechos Humanos que se constituya como querellante.
- Viajarán este viernes a Curuzú Cuatiá en una misión destinada a escuchar a la familia de la víctima y a colegas con el fin de realizar un informe que compartirán con todas las organizaciones de la red.

Se anunció en la conferencia que la policía correntina fue separada de la investigación del femicidio. (Fotos: Lina Etchesuri)
“La investigación judicial empezó muy mal”
Claudia Acuña sintetizó los motivos de la conferencia: «Estamos muy preocupadas por las Griseldas de este país, las compañeras que están ejerciendo la profesión en sus provincias, jugándosela. Ellas son las primeras a las que les tiene que llegar nuestro mensaje: no están solas. Estamos acá, también, para ser la voz de Griselda: hacemos nuestra su preocupación por sus fuentes de información y que haya desaparecido su teléfono en ese contexto convierte a ese hecho en un atentado a la libertad de expresión. Estamos acá, unidas todas las organizaciones de periodistas de este país, para decir que estamos comprometidas en seguir paso a paso esta causa judicial. Porque esta investigación arrancó muy mal: vimos las fotos del cuerpo y no deja dudas: se trata de una muerte violenta. Pero nos matan y las fiscales nos suicidan. Afortunadamente, como Griselda era muy buena periodista dejó mucha información, entre ellas el teléfono de una abogada de Corrientes Capital con la que se comunicaron sus hijos y que aportó los audios y contextos necesarios para que, rápidamente, el sindicato de Prensa de Corrientes hiciera los más de 300 kilómetros hasta Curuzú Cuatiá, contuviera a los dos hijos de Griselda y se entrevistara con la fiscal, que aceptó el pedido de apartar a la policía local y caratular la causa como homicidio”.
Concluyó: “»Necesitamos construir una justicia que garantice investigaciones serías sobre los femicidios, y necesitamos que protejan a las personas que están en riesgo».
Carla Gaudensi, de Fatpren, federación que incluye al Sindicato de Periodistas de Corrientes: «Debemos dar un mensaje claro a la sociedad. Nosotras venimos tejiendo redes contra la violencia, que incluye la violencia económica. Y el femicidio de Griselda muestra esa violencia: era una trabajadora precarizada, algo que conocemos muy bien en este gremio, sobre todo las mujeres, que nos genera un marco de indefensión. En este momento la precarización nos está imponiendo una lógica individual, sin embargo Griselda sabía que no estaba sola; era parte de un sindicato, y como organización sindical tenemos que dar esta discusión: el miedo no nos tienen que desorganizar. Contra el miedo y las amenazas tenemos que estar juntas. Y no solamente lo tenemos que hacer entre nosotras, por eso este es un llamado a toda la sociedad».
Gaudensi también señaló la necesidad de seguir de cerca el proceso judicial: “Si no investigan todas las líneas en una causa como el atentado a la Vicepresidenta imagínense lo que pueden pasar con nosotras”.




Nota
Marcha por la reparación para Personas Mayores Travestis y Trans: que sea ley

Marcha en la calle y debate en Diputados. La comunidad travesti trans tuvo un miércoles movido y movilizado. Reclaman la sanción de la Ley de Reparación para Personas Mayores Travestis y Trans. El contenido del reclamo para una comunidad que en promedio no llega a los 40 años de edad. La prostitución, lo que significó la Ley de cupo, lo que se dijo en la calle y también en la Cámara de Diputados. Por María del Carmen Varela y Anabella Arrascaeta.
En la calle

La artista Susy Shock en la marcha de reparación para personas travestis trans. (Fotos: lavaca/Sol Tunni)
El aguacero de la mañana era desalentador este miércoles. El pronóstico anunciaba lluvia para toda la jornada. “Si llueve marchamos igual. Si pudimos sobrevivir a este sistema, no nos asusta la tormenta”, aclaraban en un flyer Las Históricas Argentinas en las redes, una de las tantas formas que emplearon para comunicar lo que hace tiempo esperaban: el día de la Primera Marcha Plurinacional por la Ley de Reparación Histórica para travestis y trans mayores sobrevivientes.
El clima acompañó sin aguar la fiesta, contra todo pronóstico, y hasta por un rato salió el sol.

Marlene Wayar, de la reunión en el Congreso con diputadas para impulsar la ley, a la calle con la marcha por Avenida de Mayo. (Fotos lavaca/Sol Tunni).
La cita fue a partir de las 15 de este 24 de mayo en Plaza de Mayo, donde convivieron los preparativos para el acto de la vicepresidenta Cristina Fernández y, en la otra mitad de la plaza, el colectivo travesti trans que imprimió su sello: cánticos, colores, banderas, abrazos y lucha. Juntes y en las calles.
Carolina Iriarte es tucumana y vive en Buenos Aires hace veinte años. Alta, elegante, cabello recogido y labios pintados de rosa, cuenta que tiene 53 años. “Sigo trabajando en la prostitución. Venimos hoy a la Marcha por la Ley de Reparación Histórica, por todo lo que pasamos, el maltrato de la policía, nos tratan como delincuentes, lo más justo es una reparación porque ya somos mayores. A cualquier persona que pasa los 40 le cuesta, imaginate a nosotras”.

Fotos: lavaca/Sol Tunni.
Prostitución y reparación
Clara Fox es de Mendoza y también hace algunos años que vive en la Capital, milita en el Movimiento Evita y actualmente, gracias al cupo laboral trans, está trabajando en el INAES. “Esta una forma de reparar todo el daño que nos hicieron y visibilizar a las compañeras que pusieron el cuerpo para que hoy nosotras podamos caminar tranquila y dignamente. Recuerdo a tantas compañeras asesinadas, que se fueron sin un trabajo, sin una vivienda, ellas tendrían que estar acá hoy. Por ellas también estamos acá”.
El megáfono sonaba con alarma de ambulancia mientras gritaban “Reparación, indemnización”.
La edad de muerte promedio del colectivo es de 32 años. Hace poco más de ocho años, un grupo de travestis y trans que lograron superar ese triste promedio y llegaron a los 40 años o más, dedicieron organizarse y crear Las Históricas Argentinas. Patricia Rivas es una de ellas, tiene 53 años y dice: “Nos autoconvocamos por las redes sociales las adultas de toda la Argentina, estamos en contacto unas cien más o menos. Sufrimos persecución tanto en dictadura como en democracia. Nuestra democracia no empezó en el ´83, sino en 2012 con la Ley de Identidad de Género. Se nos negó todo futuro, se nos negó trabajo, estudios, salud, por eso pedimos una vejez digna”.
Marcela Carreño está recién llegada de Tucumán y se vuelve a la noche: “Ya que no tuvimos una buena adolescencia por lo menos que nos sea buena la vejez. Yo tengo 57 años, sigo ejerciendo la prostitución allá en San Miguel y cobro el Plan Potenciar, que complementa pero no es suficiente”. Hoy comieron en la olla popular que organizaron para que todes pudieran primero comer, luego marchar.

Fotos: lavaca/Sol Tunni.
Susy, Lohana y Diana
Agrupades en un costado de la Plaza, desplegaron su bandera. Con los colores negro y magenta se leía: “Ley de Reparación Histórica ya!”. La artista Susy Shock posaba para las fotos que le pedían todes quienes la reconocían. Una imagen de Lohana Berkins (referente del movimiento, fallecida en 2016) hecha de goma espuma con alas brillantes paseaba entre la gente. La hermanx de Diana Sacayán (referente trans, asesinada en 2015), Say, tomó el megáfono: “Si no se tienen en cuenta las transmasculinidades en las leyes que se supone que después se convierten en políticas públicas, lo que termina sucediendo es que nos siguen invisibilizando, nos siguen matando y nos siguen desapareciendo”.
“¿Dónde está Tehuel?” fue otro lema. “Furia Travesti” se escuchaba como un mantra atronador. Mamás y papás de la agrupación Infancias Libres recibieron a su presidenta Gabriela Mansilla, que llegó a las corridas pero a tiempo para la marcha.
Laura Moreira, hermana de Cynthia, una joven trans de 25 años asesinada en Tucumán, dio su testimonio: “Mi hermana fue brutalmente asesinada, sigue sin justicia, sus asesinos siguen en libertad, eran policias expulsados de la fuerza por corruptos. Cynthia salió a una fiesta un 14 de febrero y fue la última vez que la vimos con vida. El 19 de febrero apareció su cuerpo desmembrado, calcinado, en bolsas, en una casa abandonada. Mi hermana sigue siendo discriminada por la justicia de Tucumán. La justicia se burla de las mujeres trans”.

“Somos las nietas de todas las travas que nunca pudieron quemar”, “Diana, Diana corazón, acá tenés las travas por una reparación”, “Lo dijo Diana Sacayán: al calabozo no volvemos nunca más”, “Señor, señora, presten atención. Acá estamos las travas por una reparación” fueron algunos de los cánticos que se escucharon durante la Marcha, que arrancó a las cuatro y veinte y recorrió Avenida de Mayo, Rivadavia, hasta llegar al Congreso de la Nación. Durante la caminata que abarcaba más de dos cuadras se cantó, se bailó, se arengó, se exigió.
Pequeñas y grandes victorias
Romina Escobar afirma: “Estamos para pedir una reparación histórica para todas las compañeras que vivieron la época de la represión, los 90, con los edictos policiales. Son pocas las que están vivas. No están todas acá”. Romina es actriz, trabajó en la novela Pequeña Victoria en Telefé y gracias a la Ley de Cupo Laboral Trans está trabajando actualmente en el INCAA.
“Las travestis somos parte de la Patria. Viva la Patria Travesti. Sin travestis no hay Patria”, se escucha desde el megáfono. Gritos y aullidos. Al pasar por el Café Tortoni, una fila de unas 15 personas miran con curiosidad y sacan sus celulares para filmar y sacar fotos. Unas 50 personas hacen cola en la puerta de un Carrefour Express, quizá para pedir trabajo. Ellxs también miran y apuntan con sus teléfonos. Una gran llamarada surca el aire. Luego de expulsar de su boca el líquido combustible que combinado con un poco de fuego provoca el centelleo, Comando continúa la caminata y repetirá su truco varias veces más. Vino desde las islas del Tigre porque “hay una deuda enorme del Estado y de la sociedad con toda la comunidad travesti trans, con les adultes sobrevivientes mucho más”.

La marcha por la reparación, y la fiesta en la calle (Fotos lavaca/Sol Tunni).
Al llegar al Congreso, los tambores de Batuka dieron la bienvenida y Laurent Tropikalia, Madre de House of Tropikalia, exponente de la cultura ballroom, fue quien tomó el micrófono para recibir a todes y anunciar la lectura colectiva del documento. Si alguien sabe de lucha en las calles es Eva Analía De Jesús, más conocida como Higui. Después de haber estado presa y ser acusada de homicidio por defenderse de un intento de violación, Higui fue absuelta en marzo del año pasado. Para que eso sucediera fue clave el acompañamiento del colectivo, la movilización en las calles y durante los tres días de audiencias en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Martín. Con remera violeta, gorrita con un escorpión bordado y un cartel que decía “Con hambre no puedo estudiar”, Higui se acercó al escenario, saltó, levantó su puño en alto, sonrió y se metió entre la gente hasta perderse en la multitud.
La diputada Mónica Macha, quien presentó uno de los proyectos en la Cámara de Diputados, expresó ante el micrófono: “No es un camino sencillo ni lo tenemos facilitado. Lo tenemos que construir”.
La jornada finalizó con un show musical a cargo de Tía Marilú, Max Vanns, Casa Exilia y Desobedientes FOLQ. Minutos antes, María Pilar Giménez, desde el escenario y para reafirmar un día en el que el colectivo travesti trans hizo historia, leía a viva voz: “Somos comunidad, somos resistencia”.
En el recinto

Horas antes de que el colectivo travesti trans marchara de Plaza de Mayo a Congreso, en la Cámara de Diputados de la Nación la Comisión de Mujeres y Diversidad hubo una reunión para comenzar a tratar la Ley de Reparación para Personas Mayores Travestis y Trans.
La reunión fue informativa, es decir que se realizó para escuchar distintas voces y empezar a construir los consensos necesarios para llegar a un dictamen. Por el momento son cuatros los proyectos de ley que abordan el tema que fueron presentados y tienen estado parlamentario.
La activista y teórica Marlene Wayar empezó su intervención preguntando qué diputadxs estaban presentes. “¿Estamos hablando para el arco político o estamos hablando como siempre medias solas?”. Lo cierto es que estaban presentes solamente cinco diputadas: Mónica Macha, quien preside la Comisión de Mujeres y Diversidad y encabezó la reunión, Romina del Pla, Gabriela Estévez, Lucila Masin, María Rosa Martínez y Florencia Lampreabe.
Durante tres horas, casi veinte exposiciones de activistas, funcionarias y diputadas expresaron la urgente necesidad de contar con la ley. “En Argentina, la comunidad trans ha sido sistemáticamente perseguida, sufriendo crímenes de lesa humanidad en el marco de un genocidio dirigido específicamente hacia nuestro grupo debido a nuestra identidad de género. Estos actos han sido cometidos con la intención de destruir total o parcialmente a nuestra comunidad”, expuso Marlene Wayar.
Los proyectos expresan como objetivo prioritario reparar la vulneración sistemática de los Derechos Humanos del colectivo travesti trans y garantizarles una vejez digna. Recibirían la pensión quienes sean mayores de 40 años, dado que el promedio de vida de las travestis y trans apenas llega a los 40 años.
“Por supuesto, no es un problema presupuestario. El tema es que frente a la posibilidad de ampliar derechos hay sectores que igual van a poner obstáculos”, sostuvo Mónica Macha, presidenta de la comisión cabecera del proyecto. Las otras comisiones a las que posiblemente tengan giro son Previsión y seguridad social (presidida por Marisa Uceda, Frente de todos) y Presupuesto y Hacienda (Carlos Heller, Frente de Todos).
Macha expresó la voluntad de que a mediados de junio haya una primera reunión de comisión para tratar efectivamente el proyecto junto a diputadxs y asesorxs y poder llegar a un texto consensuado que sea llevado al recinto.

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