Sigamos en contacto

CABA

Coca Cola y el marketing que enferma: Tuve tu veneno

Amables promotores entregan folletos que presentan como material educativo sobre nutrición y diplomas con el logo de la empresa para los niños que se portan bien en la consulta. ¿Cómo entró y quién saca del hospital público a Coca Cola? Tal la pregunta que realiza Soledad Barruti en una de las notas de la nueva Mu, edición 102, que ya está en los kioscos,y que aquí reproducimos. Datos: en un país enel que se consumen 80 litros de gaseosas per cápita, hay 620.000 niños de colegios primarios que reciben en la escuela el márketing de Coca Cola, que usa 6 hospitales públicos para promocionar sus productos.

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Amables promotores entregan folletos que presentan como material educativo sobre nutrición y diplomas con el logo de la empresa para los niños que se portan bien en la consulta. ¿Cómo entró y quién saca del hospital público a Coca Cola? Tal la pregunta que realiza Soledad Barruti en una de las notas de la nueva Mu, edición 102, que ya está en los kioscos, y que aquí reproducimos. Datos: en un país en el que se consumen 80 litros de gaseosas per cápita, hay 620.000 niños de colegios primarios que reciben en la escuela el marketing de Coca Cola, que usa 6 hospitales públicos para promocionar sus productos.

Coca Cola y el marketing que enferma: Tuve tu veneno

El diploma que entregó hace 2 años Coca Cola en el Hospital Penna


Los visitadores de Coca Cola aparecieron en el Hospital Penna hace unos tres años. Para el médico Fernando D’Ippolito el programa empresario coincidió con un momento especial: recién recibido, estaba a suerte y verdad con su vocación, con esa atención lúcida de los estrenos que sirve para confrontar la teoría con lo que hay alrededor. Estaba haciendo la residencia en medicina general porque quería dedicarse a lo que se dedica ahora: la atención primaria de las familias que no tienen acceso a la salud porque básicamente no tienen nada: ni gas, ni agua segura, ni alimentos frescos, ni calles por las que transiten colectivos o ambulancias. Enseguida se dio cuenta de que había llegado al lugar perfecto.
A pocas cuadras del hospital está la villa 21-24, la más importante de la Capital Federal: entre Barracas y Pompeya, ocho manzanas donde viven 60 mil personas. Su trabajo se abrió como un caleidoscopio a las necesidades: guardias, internaciones, consultorios externos y hasta la supervisión de cursos y talleres de nutrición que estaba seguro podían mejorarles la vida. “Está entre los problemas más urgentes que tienen: el alimento y sus consecuencias. Estamos hablando de niños que almuerzan chicitos con jugo, siguen con un pancho, galletas y gaseosas. Comida, comida: con suerte a la noche”, dice D’Ippolito ahora en un tono que seguro no tenía tres años atrás: exhausto. No resignado, más bien sin fuerzas para activar las ganas; esa íntima tragedia que se detona cuando uno se cruza cada vez con algo peor. “No sabría decir bien por qué pero tengo los números que lo hacen evidente: desde que empecé las personas pesan más, no menos, sufren porque no pueden atender adecuadamente su diabetes o su hipertensión. Se esfuerzan, hacen lo que pueden, pero enseguida se desmoralizan. Más si son chicos”.
El esfuerzo y la frustración: eso veía una y otra vez, sobre todo cuando le tocaba una de las prácticas más simples y a la vez más importantes de pediatría, el control de talla y peso de los niños.
Fue en alguna de esas prácticas, un día de semana cualquiera, cuando se cruzó con la representante de la empresa por primera vez. Era una chica joven, y traía regalos; y en un hospital público como ese, donde siempre falta de todo, alguien que trae algo, lo que sea, es bien recibido. “Si no entendí mal se trataba de una nutricionista, y como suelen hacer los visitadores médicos, entregaba el material, pero antes pedía firma y sello”.
Material que entregaba la empresa dos años atrás: recetarios membretados con el logo de la marca. Coca Cola en rojo y abajo el blanco clásico para que el médico indique, ¿qué? ¿Un antibiótico? ¿Un calmante? ¿Una dieta?
“Pero peor es el otro: mirá”, dice D’Ippolito y muestra el diploma al buen comportamiento. “Hoy a …. se le otorga este diploma porque el Dr/Dra ….. le pidió que 1. Sacara la lengua, 2. Tosiera o 3. Respirara hondo; Y LO HIZO SIN LLORAR NI PROTESTAR”, dice el cuadro. Así: con los espacios a completar, las instrucciones, y las mayúsculas. Con un corazón sonriente y con el logo en cursiva de la marca, enfrentado a la firma del profesional que lo complete.
“Cuando lo recibí me alarmé”, dice. “Me alarmé porque es una marca directamente vinculada a las enfermedades que los médicos intentamos sanar, como la obesidad en los niños, y porque estaban entregando un certificado que aplaude la obediencia a una orden de conducta. Es Coca Cola diciéndole a un chico cómo se tiene que portar”.

Coca Cola y el marketing que enferma: Tuve tu venenoEn la guardia y en la escuela

Hoy el material que quedó de entonces no es el único que se puede encontrar en el hospital. En la entrada de la guardia que recibe 120 mil enfermos al año, Coca Cola dejó un almanaque 2016 que devela otras formas de publicidad no convencional que inevitable o estratégicamente llegan a ese target al que aseguran ellos ya no le hablan: los menores de 12. Entre las típicas acciones –cuidar el agua, reciclar envases, trabajar con las comunidades donde establecen sus plantas- el cuadernillo da cuenta también del concurso intercolegial de baile, Baila Fanta y del torneo intercolegial de fútbol, Copa Coca Cola. Dos acciones que se llevan adelante desde hace años, porque sirven a la marca para subrayar el mensaje al que más fuerte se abrazan: hay que moverse. No importa que una botellita de gaseosa tenga 66 gramos de azúcar: si los chicos bailan, saltan, corren atrás de una pelota hay quienes dicen que lo queman, le ganan a las calorías, no engordan, y pueden, al otro día, seguir tomando.
Vida activa, vida saludable, vida feliz.
Eso recalcan también en el programa de educación con el que lograron desde 2008 ingresar a las escuelas públicas de 16 provincias con un alcance estimado en 620 mil niños. Dale juguemos se llama y fue desarrollado por la marca a través de la Fundación Alimentaria y avalado por el Comité Olímpico y la Federación Argentina de Cardiología. “Con el consentimiento de autoridades educativas provinciales, se capacitan docentes y se entrega material áulico y deportivo para los recreos. Son las autoridades escolares y sus docentes quienes implementan el programa. De acuerdo a nuestros lineamientos globales de marketing responsable, este programa se realiza sin presencia de nuestras marcas frente a los alumnos”, asegura Francisco Do Pico, que hace un año pasó de encargado de comunicación de Monsanto a ocupar un sillón similar en Coca Cola, en donde parece que no creen que algo que dice que fue hecho “para Coca Cola Argentina” tenga presencia de marca.
Insólito.
“Aunque no más que lo que me enteré después”, dice D’Ippolito abriendo la puerta a un enigma que nadie parece dispuesto a resolver: “Las visitadoras de Coca llegan al hospital casi todos los meses. No se sabe quién las deja entrar ni cuál es el propósito: entregan folletos, hablan con los médicos, recopilan firmas y sellos. Tal vez hacen estudios de mercado. O estadísticas. O buscan hospitales aliados, ¿cómo saberlo?”.
Les preguntamos.
“Coca-Cola de Argentina brinda exclusivamente información sobre los ingredientes de sus productos. El principal objetivo del relacionamiento con los profesionales de la salud es escucharlos y responder a sus inquietudes respecto a los productos e ingredientes del portafolio de la compañía, siempre mediante información basada en la evidencia científica disponible y explicada por profesionales de la salud”, dice Do Pico, no sin antes aclarar que visitadores médicos no son porque para Coca, “la función de un visitador médico es promover fármacos de venta bajo receta, para así lograr la prescripción médica de los mismos. A tal efecto son contratados por laboratorios farmacéuticos”.

En el consultorio

El Hospital Penna, el Fernández, el Gutiérrez, el Garrahan, el Güemes y el Italiano: Coca Cola logra ingresar a todos, y en todos, los médicos -principalmente los pediatras que suelen ser los más requeridos- llaman a las nutricionistas de la empresa, las visitadoras. No hay quien no las haya cruzado, no se haya sorprendido, y no haya terminado aceptando que si bien al principio le resultó algo casi ofensivo –¡Coca Cola ingresando a los hospitales!- al final como se trata de personas amables pidiendo unos minutos nomás de los que depende su sueldo, les abren la puerta de sus consultorios y les prestan un poco del tiempo que casi ni tienen.
“Yo las recibo por educación, porque me da lástima dejarlas ahí afuera. Pero nunca entendí el objetivo de la visita: que justo esa empresa, Coca Cola, se interese por querer hablar con médicos cuando es obvio que nosotros sus bebidas a los chicos no se las vamos a indicar”.
“A mí me hablaron de sodio en el agua”
“A mí de azúcar”
“A mí del jarabe de maíz”
“A mí del aspartamo”
“A mí de la alegría”.
“A mí de hidratación”
Y así.
Intentar entender la estrategia de marketing más polémica del momento no es fácil. Pero puede ser entretenido.

La ciencia del marketing

La primera vez que Vanesa Miquel se topó con el asunto fue a través de una colega que había sido contratada por Coca Cola. Nutricionista ella también lo entendió todo: la oportunidad laboral en un contexto que siempre parece difícil y lo perfecto que sería para la marca si resultaba bien. Entonces no lo dudó. Como era docente de la universidad de la Universidad de Concepción del Uruguay, en Rosario, pensó que para desarticular la trampa, que termina estallando nada menos que en cuerpos que enferman año a año un poco antes, exponerlo frente a sus alumnos. “Les di clases utilizando ese material que es espectacular para desarrollar pensamiento crítico: tanto el contenido como el propósito de la marca y la ética profesional están expuestos en esos folletos”.
Porque lo que entregan las nutricionistas a los médicos, lo que Do Pico llama información basada en evidencia científica, son folletos y cuadernillos que resumen el punto de vista de la empresa sobre distintas temáticas, con referencias a documentos que los apoyan.
Ahí está en papel ilustración La Ciencia de los Azúcares: 24 páginas en las que se presentan temas conflictivos, como el azúcar y el jarabe de maíz de alta fructosa, señalados cada vez con más elementos como los responsables de las pandemias de obesidad y diabetes tipo 2, que en algunos países alcanzan a la mitad de la población y en otros es solo cuestión de tiempo, pero con una astucia dialéctica que podría llevar a conclusiones increíbles. “Los carbohidratos –los azúcares, almidones y fibras que se encuentran en las frutas, verduras, cereales y productos lácteos- son una parte importante de una dieta saludable (…) Las bebidas endulzadas con endulzantes calóricos suministran calorías –energía- de los azúcares que son carbohidratos simples. Los carbohidratos son nutrientes esenciales para la vida”.
Si A es parecido a B, y B es un poquito parecido a C, ¿A es igual a C? Definitivamente, sostiene página a página este cuadernillo.
Mientras en distintas revistas científicas se publican estudios que demuestran que los edulcorantes no calóricos no solo no disminuyen el consumo de azúcar, sino que suman sustancias como aspartamo, ciclamato o acezulfame K que probablemente gatillan problemas parecidos como el aumento de peso, Coca acerca a los médicos un vistoso collage que niega rotundamente nuevos paradigmas.
En otras entregas la apuesta está en la hidratación: la importancia de atenderla antes de que sobrevenga la sed (que muchas veces, aseguran, llega tarde) y de saciarla con bebidas que mejor si son saborizadas porque así los chicos “toman entre un 45 y un 50 por ciento más de líquido que si es solo agua”.
“Y lo hacen con referencias: eso me sorprendió”, dice Miquel, “es una jugada astuta de la marca: hacen una lectura propia de distintas publicaciones científicas para hacer publicidad”.
Sin dudas esa estrategia que Coca Cola ha sabido desplegar creando incluso institutos y sociedades, es lo más cuestionable.
Las visitadoras de Coca Cola a las que ellos prefieren no llamar así tienen, como cualquier visitador médico, objetivos: una cantidad de profesionales con los que hablar, relaciones que establecer y material que a su vez les piden a ellos que repartan entre sus pacientes a fin de ampliar la educación nutricional. Así, los consultorios pediátricos de los hospitales públicos de nuestro país tienen pilones de hojas infomerciales que por supuesto llevan a cuestionar, cómo es posible que ingresen, que ocupen el tiempo de los médicos, que dejen cosas.
“Es una locura”, dice Sergio Auger, que también es médico hasta diciembre era el director del hospital Santojanni y desde entonces es el coordinador de Hospitales del Ministerio de Salud. “Para que ingrese alguien a un hospital público tiene que haber un convenio escrito con la dirección. No es que puede pasar quien se le ocurra con un carrito a ofrecer sus productos”.
¿Conoce alguno?
“No. En mi gestión jamás se acercaron de esa empresa a proponerme algo así. Tampoco estoy al tanto de que dentro del Ministerio exista algún convenio marco que lo habilite. Y si me lo propusieran no lo aceptaría”.
¿Tiene Coca Cola algún acuerdo con el sector público en Argentina?
No, dice Do Pico.
¿Entonces?
“Convenio no hay”.
“Si hay nadie lo quiere hacer público”.
“Yo creo que entran así nomás”.
“Libremente”.
“Ven luz y pasan”.

Lo que enferma

El último informe sobre enfermedades no transmisibles del Ministerio de Salud (publicado en febrero de 2016), que ubica al sobrepeso como uno de los problemas más graves por los que atraviesa el país, con el récord regional de niños menores de 5 años obesos, sostiene que hay una asociación comprobada entre el aumento de peso y la ingesta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas. De estas en especial sostiene que:
Se estima que en 2010 el consumo de bebidas azucaradas causó en el mundo 184 mil muertes. 133 mil debido a diabetes, 45 mil debido a enfermedades cardiovasculares y 6.450 debido a algunos tipos de cáncer.
La mayor cantidad de estas muertes ocurrieron en América Latina.
En Argentina, por cada millón de adultos, hay 74 que mueren por el consumo de bebidas azucaradas: es de los países con mayor mortalidad atribuida al consumo de bebidas azucaradas de la región.
En nuestro país el consumo per cápita de bebidas elaboradas por la compañía más grande de gaseosas en 2011 fue de 80 litros: 2,5 veces más que en 1991 y 1,5 veces más que en 2001.
La empresa más grande es por supuesto Coca Cola, que a plena luz del día, anda suelta por los hospitales, se pasea por los consultorios e intenta convencer a los médicos de que ellos no solo no son un problema, son casi la solución.
¿Permitirá Jorge Lemus, el mismo ministro de Salud que autoriza la publicación de un informe con esta contundencia, que este tipo de promoción continúe?
 

CABA

Villa Lugano: una caravana en contra del “Máster Plan”

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el Gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

Seguir leyendo

Actualidad

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

Marcha de jubilados: balas y bolitas
Seguir leyendo

CABA

Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.

Vistas el día de hoy: 37.851