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La cruel verdad

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Habla siempre en plural porque sus películas son el resultado de un esfuerzo colectivo. Su lema: “Se filma o se filma”. Sin actores profesionales y el conurbano como escenario, registra el hoy para cambiarlo. Eso es el cine para Campusano.

La cruel verdadLo primero que uno siente al mirar una película de José Celestino Campusano es desconcierto. La nula estilización, el tosco desplazamiento de la cámara, los personajes siempre a destiempo, la veloz frecuencia con la que los planos irrumpen en un espacio nos provocan una reacción incómoda. Es nuestra sensibilidad la que está a prueba. Porque a pesar del indudable talento de Campusano, que fue legitimado por la crítica y por varios festivales internacionales, no deja de ser desafiante esa irreverencia artística con la que el director se planta a trasmano de ciertos paradigmas cinematográficos que uno, incluso sin reconocerlos como tales, lleva incorporados. Podemos plantearlo de la siguiente manera: existe una colonización u occidentalización del pensamiento, y el pensamiento se manifiesta en el lenguaje. El cine, en definitiva, es un lenguaje. Por lo tanto, existe una colonización en el cine y, lo que es más difícil de aceptar, en la forma de mirarlo. Campusano, entonces, nos hace plantear una pregunta esencial y oportuna: ¿cómo se construye una identidad propia a través del cine?
En los últimos años hubo una proliferación de películas históricas, folklóricas, sobre próceres y gauchos, que tuvieron el incondicional apoyo del INCAA y se proyectaron en las salas comerciales. Al parecer de este director, la propuesta “oficial” consiste en componer una identidad abocándose a nuestra historia, al misticismo de los héroes patrios, con un sesgo torpemente nacionalista y construido sobre relatos canónicos. Campusano lo explica mejor: “Se están destinando fortunas para hacer películas ambientadas hace 50 años. El problema es que la puesta de cámara y la narrativa también son de hace 50 años. Y eso es por un miedo y una imposibilidad de aceptar y visualizar el presente. No ven al prójimo, no ven al igual, porque no lo consideran como tal. Entonces no pueden filmar una película de hoy en día y lo que hacen es un cine anestesiado, adormecido, que no transmite nada”.
Héroes de barrio
La retórica de Campusano, de enunciación ortodoxa y de un calculado uso de las palabras, en un principio parece oponerse a ese cine aparentemente desprolijo. Pero no es así: a medida que nos familiarizamos con la obra, esos personajes interpretados no por actores profesionales sino por gente del barrio, cobran vida. Sus voces desentonadas se transforman en un canto al realismo y notamos que la trama está sutilmente construida sobre los desencuentros amorosos, las relaciones de poder y los cruces generacionales. Ahora entendemos que el nombre de su productora, Cine Bruto, no se debe a la falta de sutileza, sino al afán de mostrar la vida barrial en el estado más crudo y menos artificial posible.
Los protagonistas de sus películas Vil Romance y Vikingo son hombres maduros, viejos, tatuados, con pelo largo y campera de cuero, que hablan, caminan y sonríen igual que como lo hacen en la vida. Vil romance trata sobre la relación homosexual que el protagonista -un vendedor de armas de poca monta- mantiene con un adolescente; Vikingo sobre el vertiginoso mundo del motociclismo. La acción se desarrolla en el Gran Buenos Aires, donde la aventura está atravesada por los códigos barriales -el respeto y la nobleza-, pero donde también hay traición, machismo y violencia: Campusano ha construido la épica del conurbano; sus héroes no son los que cruzaron los Andes, sino los que sobrevivieron a la miseria planificada.
El otro soy yo
Este cine made in Berazategui se sostiene sobre una dialéctica antropológica que busca romper con la otredad; la construcción de ese Otro que siempre es narrado desde afuera, ese Otro ajeno y exótico. Campusano trasciende ese lugar y compone un Nosotros con voz propia, autónomo, que tiene la libertad de narrar la historia que le pertenece. Siguiendo la idea del documentalista Miguel Mirra, no se trata de hacer un relato sobre la gente del conurbano, sino junto a ella. De este modo, Campusano se apropia del lenguaje cinematográfico y lo deja al desnudo: las almas que habitan en el conurbano tienen un lugar puro, auténtico y audaz donde pueden decir: “Somos nosotros”.
¿Cómo definirías tu cine?
Nuestro cine trata de establecer relatos que el intelecto no pueda preconcebir. El universo sí, pero no el intelecto. De hecho, en algún punto, con estas películas ya lo estamos logrando. Considero que la diversidad habita en la periferia y no donde radica la mayor concentración de riqueza y poder. De hecho, todas las capitales del mundo son parecidas: comparten logros, vicios y limitaciones. Y funcionalidad. La periferia, en cambio, es un universo inabarcable, es un festín para cualquier artista. Es muy contradictorio que tenga tan poca representatividad artística. Nunca tuvo lugar en el cine argentino. Los medios masivos utilizan el conurbano para ridiculizarlo. Los marginales de muchas telenovelas son como subhumanos que no tienen anhelos y se arrastran por la vida. No hay nada noble en ellos. Yo hago todo lo contrario. Y respeto los contenidos que ya están instalados: la mejor historia para filmar está sucediendo frente a nuestros ojos. No tengo ninguna duda. El tema es que por una limitación de los sentidos, por un adormecimiento, no la estamos viendo. Nos están gritando al oído y no lo estamos escuchando.
Sigue Campusano:
“Argentina es un país muy particular. En la sociedad y en la política pasa de todo. ¿Por qué el cine no lo refleja? La realidad está que explota de contenidos”.
Y sigue:
“Nosotros tuvimos ocho años de dictadura y diez años de menemismo, que fue un cáncer enquistado en la historia. La sociedad se hizo muy cómplice de esa mediocridad. Por eso hay un adormecimiento, pero no falta nada para que haya un despertar también”.
Y sigue más allá:
“Nosotros hace muchos años que hacemos esto, y lo seguiremos haciendo, porque es una cuestión de militancia por el arte, por dejar el testimonio más puro y menos contaminado de cómo eran los periplos de vida en este momento de la historia”.
¿Cómo se puede construir una mirada y un estilo diferente?
La clave para construir un estilo está en una charla o en un poema. La parte embrionaria de un estilo se puede desarrollar leyendo cosas que están en áreas muy visibles y ajenas a lo estrictamente cinematográfico. El tema es que para poder percibirlas tenés que descontracturar la mirada.
¿Y cómo se descontractura la mirada?
Hay algo que es muy difícil de retirar del cine, que es el problema de clase. Los complejos de clase social que pueda tener un director se visualizan en el corte de una toma, en la duración, en la puesta de cámara, en la iluminación. Se nota más que nunca en la gente que filma a las clases humildes. ¿Qué perfil prepondera? ¿Por qué no hay otro? Porque no lo pueden ver. Necesitan que el pobre esté en ese lugar y no en otro. Entonces, lo estigmatizan y lo entierran en esa ubicación para que no salga de allí. En cada elemento que hace a la construcción del cine se nota.
¿Cómo se construye de otra manera?
Nosotros tenemos una herramienta para luchar contra eso, que es la composición coral: todo el mundo opina en nuestras películas. Si quiere opinar un niño, yo paro el rodaje y dejo que el niño opine. Más aun si es un niño. Yo no me siento desautorizado en absoluto. Permito que todo el mundo nutra. Si hay dudas, filmamos la toma de más de una manera. Eso me ha dado herramientas fabulosas de la composición, porque pudimos salir del Yo, componer por fuera de ese Yo. Me gusta que el cine tenga ese riesgo.
¿Así se puede construir una identidad?
Lo que más refleja la identidad de un pueblo es mantener el tono de las relaciones humanas en el estado más genuino posible. Para eso tenés que formular dos preguntas: qué harías en tal circunstancia y qué dirías en esa circunstancia. Con esas respuestas podés empezar una película en cualquier momento. Si vos tenés una cadencia de planos determinada, y contradiciéndola podés contar algo, ahí estás corriendo un riesgo altísimo, construyendo algo distinto. Si vos podés desplazar ciertos recursos iconográficos e instalar otros que nadie creería que podían funcionar, eso es totalmente subversivo.
El arte ataca
Campusano tiene una premisa de hierro: el artista tiene que ser detractor. ¿Sí o sí? No duda: “Si no es detractor, es cómplice”.
Hombre del conurbano, tiene casi 50 años y trabaja el día entero en su negocio de aberturas, a un costado de la ruta. Es descendiente de indios Pampas, anarquista y militante de organizaciones barriales que batallan contra los negociados de los municipios, la contaminación y el abuso policial: “Las asambleas son fabulosas, porque allí preponderan los intereses comunes por sobre todas las cosas. El problema es que la Constitución las considera ilegales, porque dice que `el pueblo no delibera sino por sus representantes. Pero nuestros representantes representan justamente sus propios intereses, y no los nuestros. Por lo tanto, no podemos esperar a que cambien los representantes para empezar a cambiar algo. Al igual que el cine, las asambleas son herramientas de cambio”.
¿Por qué?
El cine, en lo artístico, es la única herramienta de cambio que queda. Porque tiene una gran particularidad: incide sobre tu inteligencia emocional. Las otras artes también, pero carecen de la posibilidad de relato secuenciado.
Cine y Política parecen ser dos caras de la misma moneda para Campusano. Sus conocimientos sobre una los aplica a la otra, y viceversa: hace poco tiempo formó parte del primer jurado abierto en un festival de cine. Cuenta: “Yo considero que hay tres instancias clave en materia cinematográfica, y estas en general se manejan en la oscuridad: la concesión de premios, la programación de festivales y el otorgamiento de créditos y subsidios. En el festival de Río Negro implementamos, creo que por primera vez, un jurado abierto. Debatimos ante la crítica, ante el público y los directores. ¿Por qué una película es descalificada y otra desfavorecida? Muchas veces te das cuenta de que el capricho y la arbitrariedad priman. Si no podemos desterrar estas actitudes tan perjudiciales, por lo menos queremos exponerlas”.
Ahora, junto a un grupo de directores que conforman ese plural con el que siempre habla, está preparando un congreso que se realizará en Córdoba y en diciembre: “Sería básicamente una asamblea para plantear cómo hacemos para lograr jurados abiertos en los festivales, blanquear el área de programación y democratizar los comités de precalificación del INCAA, que son los que conceden créditos y subsidios. Si no planteamos esto no va a haber renovación posible. Es muy estresante hacer una película en las condiciones actuales. Incluso habiendo sido favorecido con un subsidio, te puede llevar cinco años todo el proceso de gestación. Y es muy difícil que un director pueda desarrollar un talento artístico haciendo una película cada cinco años”.
 
 

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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