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Efecto Noy

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Fernando Noy. Alguien lo definió como “el poeta de las intensidades” y es cierto. Es uno de los grandes, en todos los sentidos posibles: por su obra, por su vida y por todo lo que representa y desordena. Así es ser Noy.

Efecto NoyEstá sentado en una mesa de un bar de San Telmo, volando de fiebre en una noche fría. No debería estar aquí, pero estamos hablando de poesía. Fernando Noy es poesía, y si hay que arder, prefiere arder hablando sobre aquello que más ama.
El médium. La poesía no está en la boutique, ni tampoco está en los libros. La poesía es dura, es resistente, es acción. Por eso uno de los poemas de mi nuevo libro, Piedra en flor, dice: “Ya no compro libros, leo las ventanillas, las caídas del sol.” Ahora termino el quinto libro y luego estoy empezando el sexto, porque los libros se hacen solos, uno es medium, chamán, mentira que uno se sienta a escribir un poema. El poema es una constelación, no es que me ponga a llenar algo para cumplir la cuota. El poema te pone la silla, el poema te pone la piedra, el zaguán, el poema te pone hasta el pelpa, yo iba a lo de Alejandra Pizarnik con papeles encontrados en los tachos, yo escribía ahí, aunque ahora soy más de los cuadernos Gloria. Alejandra era una sibarita de los papeles, me decía ¡Cómo podés escribir en una servilleta! Varios años después de su muerte, un día vamos por la calle con su hermana Miriam y vemos una de esas librerías preciosas que hay ahora, que tienen cosas insólitas, nuevas, y me dice Miriam: ¡Pensar que hasta en eso fue precursora mi hermana! Y es verdad, porque Alejandra , por ejemplo, toda la biblioteca la tenía absolutamente forrada. Entonces me decía, por ejemplo, Octavio Paz, ¿qué es? Ya sé, plateado. ¿Nerval? Bordó. ¿Dorado? Artaud. Estaban todos, Milosz, Trakl, esos poemas que no se encuentran más.
 
 
En llamas. Yo perdí muchos libros. Resulta que vuelvo después de un viaje muy largo, de un año, algo así, le había prestado el departamento a un amigo y había dejado muchos libros en una portería, libros artejibarizados, intervenidos, dibujados, y el portero me dijo, mire, yo no se los doy si no me paga 1.500 dólares, porque su amigo se fue y no pagó nunca nada. Yo me quería morir. Fabiana Cantilo y un grupo de gente amiga me ayudaron. Tardé 48 horas en juntar la plata y cuando llego, el tipo había prendido fuego dos valijas mías. Ahí nace Cuentos quemados por el portero, donde reescribo todos esos cuentos inéditos que estaban en las valijas que quemó este hijo de puta. Yo dejé de escribir cuentos porque descubrí que a nivel estilístico todos los cuentos son el mismo. Entonces nació un estilo, una grafía, una manera de narrar. Quería hacer un cuento hiperrealista, un cuento surrealista, un cuento con un devenir, y en este libro lo logré, falta un pim, pam, éste sale, éste se queda. Leopoldo Brizuela, Oliverio Coelho, Luisa Valenzuela, por ejemplo, son buenos escritores, pero son autores de repertorio. No son contracanto, no son atonales: siguen una línea. Ahora yo te voy a decir una cosa que te va a poner contento: en mis cuentos me resulto genial. Ahí sí me aplaudo.
 
 
La orfebrería del lenguaje. Tengo casi sesenta pirulos, no es tanto, hay gente que tiene mayor obra y más importante, pero no puedo parar de escribir un poema por día. Algunos, una vez terminados, no se pueden tocar, como si fueran un haiku: es posible que alguno lo desarme, lo vuelva a armar, pero la primera versión es la que reina. Con otros, en cambio, me encarnizo, me obsesiono en este trabajo de orfebrería del lenguaje. Amelia Biagioni se quejaba de que no podía parar de corregir, de que aun editados sus libros, sigue corrigiéndolos, a mí me pasa lo mismo. Uno corrige, corrige y corrige, porque es su modo de corregir el mundo. Porque la poesía, el libro, siempre va a estar en el mundo. Ahora, qué hermoso cuando el poema no se deja tocar más, cuando está coagulado, cuando es realmente un zafiro, una esmeralda o un pedazo de carbón. Hay poemas que pueden ser joyas y otros que pueden ser latas de un coche de bodas.
 
 
Las grandes. Yo creo que hay tres grandes grandes acá: la pasionaria, que es Alejandra Pizarnik; la hechicera, que es Olga Orozco, y la cósmica, que es Amelia Biagioni. Alguien me dijo: tenés que dar un taller, y cobrar mucha plata, y yo dije no, taller no doy, porque soy la persona menos indicada para aprehender la poética, y ahí se me ocurrió hacer un recital donde yo recitara a las poetas que a mí me enseñaron qué, cuándo y cómo. Y ahí empezaron los recitales con Alejandra, Orozco, Biagioni. Ahí soy la Callas.
 
 
Los fabulosos cuatro. En los 70 había grandes escritores. Estaban Néstor Sánchez y Osvaldo Lamborghini. Ésos son los más grandes y suelen ser opacados por el falso resplandor de la biyuya. El tercero es Laiseca, y el cuarto sería David (Viñas). Hay toda una conjura contra Sánchez: vivió una vida muy terrible con la obra más importante de Argentina, era tan delirante y tan genial que no le daban el placet de genio. Liliana Heer fue muy amiga de él. Es lógico: el que los lee nos mira, somos ese eco. Liliana Heer destruye el canon con sus libros, está formando parte de esa pléyade de artistas que son únicos, como Clarice Lispector, como Leonora Carrington, que acaba de morirse. Es un surrealismo más surrealista que el propio surrealismo. Cortázar se declara enorme admirador de Sánchez: no le llega ni a los talones. Sánchez no era un conformista, no era un lobbysta, no hacía todo lo que hay que hacer para después ser. El amhor, los Orsini y la muerte, ¿Eso que es? ¿Novela? ¿Poesía? Es como Lautréamont. Los demás son poetas de diploma, poetas diplomados, poetas de heladería, de carrera, poetas del jet set. Son poetas transgénicos: se están mintiendo a sí mismos y sobre todo, a la poesía, porque se la creen, loco. Es muy triste ver grandes escritores que van siendo destruidos por esa pandilla falsa… Hay algunos grandes que no están supermercadizados: Irene Gruss, Juana Bignozzi, y hay otros más jóvenes, muy importantes, como Daniel Amiano, Martín Gambarotta, Rodolfo Edwards, Clara Muschietti, Pablo Marchetti… Se es o no se es poeta. Algunas figuras hemos llegado a ciertos lugares más sólidos y aéreos. Yo agredo a los falsos poetas, los recrimino, los insulto, porque todos se llenan la boca con la Pizarnik, pero si supieran lo que sufrió esta mujer para ser quién era. Es fácil guitarrear desde afuera. También hay un problema: en esa época, por ejemplo, Pizarnik comenzaba a hilar sus juegos verbales, experimentando con textos nuevos, incursionando en el lugar donde las palabras se mordían y se violaba a sí misma y provocaba una situación hilarante y al mismo tiempo sorprendente, y la gente –los pares de ella, incluyendo a Olga Orozco– decían que estaba loca, que eso no era nada. Y justamente eso es el mayor aporte, la revolución en la plena quietud de sus certezas. Yo no niego la influencia de ella: todo lo contrario, hay gente que la oculta, que dice: “Sí, es cierto, este trajecito me lo hice parecido, pero la tela me la compré en París”.
 
 
La fija. La poesía es como el fútbol y como el hipódromo: uno sabe cuáles son los caballos que jugó, y cuál ganó, cuál perdió, es un lenguaje de pares. Cuando uno nombra a Joyce Mansur, por ejemplo, es como decir “la yegua Bataraza”, o como hablar del gol que le hizo Riquelme a no sé quién. Mi padre gastó toda su fortuna en los caballos, y yo creo que los caballos son los poetas y con los poetas yo no pierdo, gano. Los poetas son la fija, ¿no? La gente escucha más el ronroneo de las bestias porque no ha ejecutado el gusto de la percepción poética. Algún día será simplemente eso.
 
 
Matrimonio igualitario. Hubo muchos amigos que quedaron en la indefensión y en la calle, fueron eyectados de mansiones ante la muerte de sus compañeros. Tengo diez casos para contarte; entre ellos está el de la pareja de Bergara Leumann, pero creo que el matrimonio es un tema de cierta asociación dentro del amor para poder cuidar al otro. Cuando anunciaron el matrimonio igualitario yo estuve muy de acuerdo, pero dije: ¿para cuándo el divorcio?, y ahí se reían todos, pero se quedaban mudos, porque no sabían qué responder ante el humor, porque el humor es una especie de granada o bomba atómica que explota. Yo creo también que se puede ser padre, todo bien, se pueden tener hijos, de todo tipo, de todo origen, que un hombre con otro hombre pueden criar a una niña o un niño, pero creo que así se diluyen los estigmas originarios, porque así uno ya no es gay: es un padre, un hermano, un hijo o un marido. Por eso digo ya no soy mas gay, yo prefiero ser puto, yo sigo siendo puto.
 
 
El terror y la maravilla. El destino me llevó a un lugar realmente hermoso. Yo nunca pensé que andaría por la calle mariconeando, fumando marihuana, y no tendría problemas. En el Proceso, cuando lo hacía, era tan buena actriz que no se daban cuenta. Fumaba contra el viento: era toda una apuesta para sobrevivir. Ahora es la libertad absoluta, que es el terror para algunos y la maravilla para otros. Ahora, lo único que siento excepcional es el hecho poético, la poesía, ajeno a todo este menjunje, a toda esta coyuntura, porque está eso de “Piden pan no les dan”, pero después del alimento, ¿qué?
 
 
Nomuerte en París. Yo soy antisuicidio totalmente, ¿y sabés por qué?, por haberme intentado suicidar. Yo estaba en París y había tenido un romance loco, con heroína y todo, y esta persona desapareció de mi vida y entonces ya no quería saber más nada. Había comprado todo lo necesario. Me tomé unos vinos para darme fuerza: estaba en un cuarto de hotel muy lindo en París, al mediodía, y tomé tanto que me quedé dormido. Y ahí en el sueño tuve una revelación: aparece Alejandra Pizarnik –te lo juro por mi madre, que vive– caminando, sinuosa, entre las mesas de un bar que podría ser La Paz. Y yo sentado ahí. Me dijo:
–Vengo especialmente a decirte algo.
–¿Qué?
–El suicidio no es la respuesta.
–¿Vos me venís a decir eso?
–Sí, justamente. Primero porque yo me suicidé. Suicidarse es conocer los pasadizos secretos de la desesperación.
Lo más gracioso es que yo me desperté de esa especie de embriaguez y corrí hacia el bar donde estaba el chico que me había vendido el veneno para ratas con el cual pensaba matarme. Era delgado, tenía el pelo largo, anteojos negros, y me dijo bueno está bien, yo te acepto la devolución de esto –yo le había dicho que los roedores estaban asolando una casa: todo mentira– pero tienes que hacer algo por mí. Y ahí, bueno, ¡sabés lo que fue eso! Era muy caro ese veneno: costaba como 100 dólares y en París no era nada fácil juntar 100 dólares. Fue una relación fugaz, yo entendí que el sexo por sexo no servía para nada, pero en este caso me salvó la vida.
 
 
La gaystapo. Cuando caía presa, tenía 17, 18 años, nos levantaban en Corrientes, nos llevaban a la 5° y nos pasaban electricidad por el cuerpo: tengo marcas, todavía. Tenía el síndrome de Estoeselcolmo, porque los canas, viste, “me chupás la pija y te dejo salir”, y yo bueno, dale, si no, no salía nunca más. Como era monona y bonitona, un par de veces lo hice y salí, entonces decían “la Noy es buchona, porque tiene el buche lleno …” de semen que vomitaba durante varios días, de asco, pero estaba libre. Era terrible lo que pasaba con la cosa gay. A mí me agarraban de los pelos, me arrastraban por el suelo, era muy grave la gaystapo.
 
 
Las drogas. ¿Por qué creés que están prohibidas las drogas? Porque si estuvieran permitidas ya no podrían dominarnos. Ni la iglesia ni la policía ni nadie. La marihuana es maravillosa. Si yo tuviera más plantas floreciendo en algún lugar del planeta, es lo único que me falta para ser absolutamente feliz. Como decía Giuseppe Ungaretti, “Hemos perdido el mar, tan solo el mar”. No hay evolución del éxtasis, no hay evolución del placer, no hay evolución de la colmena o el harén, donde lo gay sería casi sagrado, porque casi todas las civilizaciones lo ven así.
 
 
Los niños. Lo que más me horroriza es la Iglesia católica y es la que más tiene ese horror que es la pedofilia. Yo siempre tuve miedo de matar a un pedófilo, veo a un tipo molestando a un niñito y sería capaz de mutilarlo. Venero la infancia. Los niños de 5 años son la salvación. Mi sobrino de 5 años me hace unas preguntas que superan a la poesía. La niñez es evidentemente milagrosa. La niñez es la flor más hermosa, la bebida más hermosa, el sol más hermoso, el árbol más hermoso es un niño, hombre o mujer, lo que fuere, y después viene la adolescencia, que es fascinante. Ahora bien: una vez que pasaste los 20, ¡cuidado conmigo!
 
 
Cristina. Yo quiero decir que Cristina es MI Presidenta y mi Presidente al mismo tiempo, porque la palabra puede ser la misma, pero ése es un detalle de mi vida, como cuál es mi Obelisco, y cuál es mi heladería favorita, porque ya no podemos meternos en otra cosa que no sea poesía.
 
 
Los oráculos. Yo leo a Milosz y digo ¡cómo hiciste! Milosz es lo más grande. Milosz es el papá de Cioran. En Cioran, este rumano terrible, la melancolía es tan pesada, tan poderosa, que deja de lado la falsa celebración, la alegría porque sí. Es una melancolía tan fascinante como la mejor amante. Milosz es un poeta oracular: abrís una página y te responde todo, abrís una página de Rumi, el poeta persa y te responde todo. Por eso digo que lo único que nos faltaría es reeditar, reimprimir a todos los grandes poetas y listo. Y consumirlos, como si fueran botellitas de leche a la mañana.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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