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Desaparecido en el barrio

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Susana es la compañera y Paula la hija del periodista Luis Píriz. También son vecinas del genocida apodado El Nazi y, si la justicia las obliga, de Etchecolatz. ▶ LUCAS PEDULLA

Desaparecido en el barrioHay que decirlo. Esta nota comienza a escribirse con varios demonios asaltando la memoria. Inquietan, molestan, duelen. Tras las palabras y los silencios, tras memorias y justicias. Están allí.
Su negación -se dirá en esta charla- equivale a una batalla perdida.
Mirarlos a los ojos -se dirá también- cambia la conversación.
No es fácil, se contestará en algún momento, pero sostener la mirada -se dirá- es político. Por eso estamos aquí.
1.
En el Bosque Peralta Ramos, verde zona arbolada de cabañas y chalets en la zona sur de Mar del Plata, entre pájaros que afinan y vientos de sal, nos esperan en una casa de madera y piedra Susana y Paula, madre e hija, sobrevivientes del terrorismo de Estado en Argentina.
Allí, a tan sólo cinco cuadras, pretende retornar Miguel Osvaldo Etchecolatz, mano derecha del general Ramón Camps durante los años de horror, condenado cinco veces a prisión perpetua y principal foco en la desaparición en democracia de Jorge Julio López. El Tribunal Oral Federal N° 1 le concedió la prisión domiciliaria, pero el juez federal Ernesto Kreplak, que lo investiga en otras causas en las cuales está procesado, se la negó.
Etchecolatz no sería el único vecino genocida: el juez Kreplak concedió en febrero la domiciliaria a Juan Miguel Wolk, alias El Nazi, responsable del centro clandestino Pozo de Banfield. Se hizo pasar por muerto, fue descubierto por la hermana de uno de los desaparecidos en la Noche de los Lápices, violó la prisión domiciliaria entre 2012 y 2013, fue preso y hoy está procesado por torturar a más de 300 personas y por el robo de bebés. En marzo, Abuelas, Madres, hijas y vecinos hicieron un escrache silencioso frente a su chalet.
Allí estamos.
2.
Susana Chamizo vive en el Bosque hace 17 años, pero no es de Mar del Plata. Nació en Palermo, se crió en San Isidro, vivió en Capital y tras el golpe se mudó 13 veces en un año. “En uno de los departamentos tuvimos que caminar un tiempo entre colchones y almohadones para que no se escuchara, porque supuestamente estaba deshabitado. También había que tirar la cadena cuando el vecino la tiraba y abrir la canilla cuando el vecino la abría”. Susana explica: “Estábamos clandestinas”.
Era 1976 y Susana Chamizo ya tenía dos hijas con su compañero Luis Julio Píriz, hoy desaparecido. Militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
3.
Susana creció en una casona de San Isidro que -dice- era la primera del barrio en tener ascensor. Cuenta que nació dos años antes del famoso discurso de Evita que inauguró la televisión argentina: el 17 de octubre de 1951. Su papá fue el empresario Julio Chamizo, candidato a presidente en 1973 por Nueva Fuerza, el partido fundado por Álvaro Alsogaray, que sacó el 1,96% de los votos, pese a una fuerte campaña publicitaria. También había sido candidato a gobernador de Buenos Aires en 1958 por el Partido Cívico Independiente.
Su hija Paula le dice que fue la oveja negra de la familia. Susana matiza: “Era diferente. En casa siempre decían que era defensora de pobres y ausentes. A todas las empleadas les enseñaba suma, resta, multiplicación y división. Pero mis padres respetaban mucho la individualidad de cada hijo. Nos dieron mucha libertad, confiaron siempre en nosotros. Yo escuchaba Zitarrosa y no había problema”.
4.
Susana se detiene en un recuerdo: “Mi madre, antes de morir, me pidió perdón por no haberme creído. Cuando ella se enteró de la búsqueda de las Abuelas, me dijo: ´Perdón, pensé que exagerabas. Nunca pude pensar que hacían esa atrocidad, me hubiera muerto si tocaban a mi nieto´. Papá también, cuando yo estaba en la cárcel: no creía que sucedía lo que yo decía. Y te hablo de cuando desapareció Luis. No creían que era tan atroz la realidad”.
5.
Se conocieron en una librería en Pueyrredón y Santa Fe. Luis la vio entrar un 2 de abril de 1969 y le dijo a su amigo librero, también militante, que le hiciera la segunda: se hizo pasar por vendedor. Susana tenía 20 años y se puso a mirar un libro sobre Picasso. Luis se acercó. “¿Pensás que me lo voy a llevar?”, le preguntó Susana. Le respondió que sólo quería saber si le interesaba. Susana le comentó que tenía que animar una fiesta infantil y estaba buscando algo para hacer con los chicos. Luis le recomendó las obras que Debussy le compuso a su hija. Susana aceptó. “Me dijo: tengo que hacer una ficha con tu nombre, dirección y teléfono para hacerte un descuento”.
Se los dio.
Cuando llegó a su casa en San Isidro sonó el teléfono. Era el vendedor. “Ahí empezó la historia. Recién nos encontramos el 14 de abril, porque él iba a la facultad y yo estudiaba Letras y no coincidían nuestros horarios. Me re enamoré”.
Luis tenía 32 años.
6.
Luis Julio Píriz nació el 25 de marzo de 1937, también en el seno de una familia política: su papá, Leandro Píriz, fue el secretario de Juan Hortensio Quijano, vicepresidente de Juan Domingo Perón. Luis se sumergió a los 13 años en el grupo Praxis, fundado en 1956 por Silvio Frondizi, uno de los hermanos del ex presidente Arturo. Silvio era un emblema de la izquierda argentina, marxista, formador de cuadros por generaciones, a quien alguien llamado Ernesto Guevara le propuso la titularidad de la Universidad de La Habana. No aceptó: su lugar era Argentina. “Uno de esos cuadros que formó fue Luis”, define Susana.
Luis escribió, junto a compañeros de Praxis, Del peronismo al tercer movimiento histórico y De la Reforma Universitaria a la Revolución Nacional, entre otros textos. Estudió, se recibió y trabajó como médico ferroviario. “Estaba en uno de los puestos médicos en la marcha a Ezeiza cuando volvió Perón. Después, la militancia lo llevó para otro lado”. Fue periodista en La Opinión y, ya como militante del PRT, en El Mundo, el diario del partido. “En La Opinión empieza haciendo notas de política exterior y enseguida lo pasan a Cultura. Fue uno de los primeros que habló de Lacan. Le interesaba mucho David Cooper y la antipsiquiatría. Uno de sus últimos textos son los escritos económicos del Che”.
Luis viajó dos veces a Cuba en aquellos años revolucionarios. “En uno de esos viajes se encuentra con una persona, pero en ese momento estaba muy preocupado por un problema que había tenido con el Citroen. Se la pasa hablando sobre el auto y no habla de otra cosa. Cuando se despide, alguien le dice quién era esa persona. Se quería matar”. Era el Che, de incógnito.
7.
Dos años antes del golpe recibieron la primera amenaza de la Triple A: “Una mensaje con tres A marcadas con sangre. Cuando Paula nació, Luis me dijo que nos teníamos que ir. Me voy con las dos nenas a Uruguay un tiempo”. Susana hace un silencio que recorre épocas.
Y sigue:
“No pensábamos que iba a ser tan duro. No pensaba que iba a haber desapariciones. Pensaba, sí, que podíamos estar presos, pero no lo que realmente pasó”.
“Cuando el 24 de marzo de 1976 escuchamos que los milicos habían tomado el poder, Luis recibe una comunicación, corta y me dice: ‘No te pongas mal, se acelera el proceso’. Ahí sí tomé conciencia de que se venía una jodida. Es más: el día que desaparece, le pedí por favor a Luis que no fuera. Por favor. Estábamos en un departamento en pleno centro, Talcahuano y Sarmiento, donde teníamos una especie de lavadero: si bajabas un ténder no podías abrir la puerta por lo angosto que era. Yo me enojé y le bajé el ténder para que no pudiera darme un beso. ‘Por favor no te vayas’, le dije. No nos despedimos. Estuve muy enojada con él durante muchos años. Muchísimos”.
Silencio.
¿Cómo cayó?
Cometió el error número uno que puede cometer un militante: ir a la casa de un familiar. Fue al laburo del padre para pedirle un salvoconducto para nosotras, porque mi documento había caído. Sabía que eso era para agarrarme. Me lo había dicho la amante del custodio de mi papá, que en ese momento era director de la Junta Nacional de Carne. Me dijo: “Ni se te ocurra porque te está esperando la Marina”. Tenía información, y él no me escuchó.
8.
Susana y Paula recuperaron los restos de Luis en 2013. Paula: “Ahí nos enteramos que lo fusilan el 20 de junio del 76, junto a 12 compañeros más, a la vera del arroyo Sarandí, en Avellaneda, después de haber estado preso y torturado. Aparece como NN, abatido en combate, según los registros del cementerio de Avellaneda”. Susana dice que hasta ese exacto día, 20 de junio, escribía cartas a sus hijas como si fuera Luis. “En ese momento me dije que no podía seguir con esa mentira, porque no iba a saber cómo manejarla. Ese día sentí que su corazón ya no latía con el mío”.
Paula, sobre esa infancia: “No tengo los recuerdos como fotografías. Son sensaciones. Hay veces que necesito silencio, como cuando caminábamos sobre colchones y almohadas. Tampoco tengo recuerdos de mi viejo, pero sí su voz, y como la de un papá muy presente. Cuando mi vieja fue presa y mi papá desapareció dormíamos con mi hermana dándonos la mano, porque sentíamos que cualquiera de las dos se podía ir como se había ido mi papá”.
9.
Susana es detenida en 1980 cuando intenta sacar su DNI. “Pensaba que ya había pasado lo peor. Mi padre me aseguró que ya podía caminar libremente. Y me jugué. Caí en cana”.
Sigue Susana.
“No caí en la tortura y te digo por qué: dos días antes había llegado la hija del cónsul de España y estaban los organismos internacionales de derechos humanos en Argentina con la lupa puesta acá. Estuve presa cuatro meses nomás, en Devoto. Estuve aislada: querían que me quebrara”.
¿Cómo resististe?
Probé algo: no quería pensar en mis hijas ni en el sufrimiento de todos los que quiero, entonces empecé a pensar en otra cosa. Pensaba en cómo estaba compuesta mi biblioteca, qué puse en el primer estante, libro por libro, hasta que llegué a donde estaba El viejo y el mar (de Ernest Hemingway) y me acordé de una frase: “En la lucha con el pez, yo tengo solamente un cuchillo y esta soga”. Así lo sentí: tenía que manejarme con lo que tenía. Ahí descubrí que podía hablar con mis compañeras por el agujero del tornillo de la cucheta. Una era la sobrina de Tato Bores.
¿Y después?
Cuando salí estuve un año y pico vigilada. Tuve un intento de violación por un carcelero. Cuando ya estaba por violarme le dije: ‘Pensá que pueden estar haciéndole lo mismo a tu mamá, a tu hermana y a tu hija’. Fue como ponerle una cruz a un vampiro. Se fue. Otro me vigilaba siempre en la puerta o en la esquina de casa. Una vez estaba con una amiga y lo enfrenté. Es la mejor estrategia: hay que desarmarlos. Si tenés miedo, te muerden. No: hay que reconocerlos, mirarlos y decirles: ‘Sé quién sos’.
10.
Susana dice entonces: “¿Sabés cuál es el aprendizaje de todo esto? Que todo lo que tiene vida tiene alma. Y que todo lo que se hace por amor te mantiene ilesa”.
11.
La pregunta brota de Paula: “Y con estos genocidas viviendo acá, ¿cómo hacemos?
Susana: “Creo que el Bosque los va a echar, y toda nuestra energía. Creo en esas cosas. Los 30 mil desaparecidos, esa fuerza y vibración que está y existe, eso es lo que va a dar vuelta todo”.
 

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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