Nota
#AbortoLegal 2.0: «Las De Sistemas» también firmaron su Carta
Más de 140 trabajadoras de la industria tecnológica firmaron su Carta Abierta a diputadas y diputados en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Son parte de un colectivo que se llama “Las De Sistemas”, que nació entre un grupo de amigas para visibilizar las violencias cotidianas en un ambiente machista: hoy son más de 300. Nuestra crónica, reportaje fotográfico y video.
“Sé que llego temprano”, dice la programadora Mariana Silvestro, primera en llegar a la Carta Abierta de trabajadoras de la industria tecnológica por la legalización del aborto, con una remera violeta en la que se lee «[Las] De Sistemas» con unos anteojos de marco grueso como imagen, y dice: “Necesitamos esta ley ya: es una emergencia de salud pública”. Faltan 20 minutos para la foto colectiva que de forma autoconvocada organizó este colectivo que nació en noviembre y en pocos meses reunió a 300 trabajadoras de todo el país. “Nuestro sector es muy masculino en el mundo laboral e informático: esa también es nuestra problemática. Nos fuimos juntando a través de ciertos tenemos, armamos un grupo y cada mes tenemos un encuentro donde hablamos sobre tecnología y feminismo”.
Hablan a través de un chat grupal que se llama Slack, que les permite tener varios canales a la vez. Por allí difunden sus actividades y, también, convocaron a firmar de manera virtual ya que muchas no podían por sus trabajos. La respuesta no tardó en llegar.
Sólo ayer firmaron más de 140.

Foto: Martina Perosa
Lo revolucionario
Eran cuatro amigas que se reunían en el antiguo centro cultural de MU para hablar sobre las violencias cotidianas de su trabajo. “Pasaban cosas feas en nuestros laburos y era una forma de hablar entre nosotras”, dice a lavaca Estefanía Miguel, desarrolladora, una de esas amigas. Luego, en noviembre, convocaron a una actividad en MU Trinchera Boutique: vinieron 30. “Nos preguntamos qué podíamos hacer y creamos esta comunidad. Debatimos sobre feminismo, apoyamos el proyecto de ley de la Campaña, y activamos para pensar propuestas como las que le hicimos al Gobierno en el W20 sobre inclusión digital de la mujer”.
Ya marcharon en el Paro Internacional de Mujeres del 8M y ahora se preparan para un nuevo Ni Una Menos. También hacen cursos de oratoria para potenciar a las compañeras. Raysa Alanes, desarrolladora, cuenta cuáles era las “cosas feas” que cada una experimentaba en su espacio laboral. “Mucha cosificación. Mucho abuso, mucho micromachismo. Estamos hartas, y por eso nos empezamos a organizar y a juntar a ver por qué nos afecta todo esto”.
Estefanía: “Hay muchas chicas que abandonan sus trabajos. Nos preocupa y la idea es ocuparnos de eso. No hay nadie más siguiendo ese ambiente: somos 16 por ciento de mujeres en las carreras de tecnología. En muchos laburos he sido la única. En nuestro trabajo somos el 20 por ciento. Es muy hostil el ambiente, pero cada vez somos más”.
¿Cómo es el feminismo en clave tecnológico? Raysa: “Fue innovador. Me gustaba la iniciativa porque no se conocía algo que juntara feminismo y tecnología. Es revolucionario”.

Foto: Martina Perosa
La época
Nayla Portas, desarrolladora: “Había una necesidad muy grande en nuestro rubro de hablar entre nosotras. Es un rubro muy masculinizado. Somos pocas cuando estamos en las empresas pero cuando nos juntamos empezamos a ver que, en realidad, somos muchas, y que todas vivimos situaciones en la que nos sentimos identificadas. Por la necesidad de apoyar y potenciarnos. Además de temas como la brecha salarial y los machismos en el trabajo, es particular de este momento que estamos viendo donde los colectivos están surgiendo y cada vez con más fuerza. Ese momento impulsó a que podamos formar el colectivo. Hace 11 años trabajo en sistemas y no se me hubiera ocurrido que en el ámbito laboral pudiera hablar de aborto y de machismo. Hoy me siento en la libertad de decirlo”.
Magdalena García Cano, también desarrolladora, sintetiza con un concepto preciso que significa esta comunidad. “Es un espacio seguro donde nos empoderamos. Tenemos muchos problemas en común y nos cuesta visibilizarnos. En otras épocas éramos un montón de mujeres: en los ´70 éramos un 70 por ciento. Luego, eso se revirtió: se armó el estereotipo de hombre geek que trabaja ensimismado y programaba, por lo que terminó siendo un lugar donde el hombre cis blanco predominaba. Era difícil meterse ahí, que somos personas de distintos géneros que podemos dar una charla o estar en un puesto de mayor jerarquía. Y eso es para que las nuevas que vengan puedan ver y decir: ´Yo también puedo hacer esto´”.

Foto: Martina Perosa
La carta completa
Carta a Favor del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo
Las mujeres cis, lesbianas y trans que trabajamos en la industria del software como ingenieras, programadoras, analistas, testers, docentes, diseñadoras, comunicadoras y otras profesiones vinculadas al ámbito tecnológico, nos unimos a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Formamos parte de una industria dominada por varones cis, que castiga la maternidad quitándonos posibilidades de empleo o ascenso, mientras la sociedad nos condena cuando elegimos no ser madres.
Somos trabajadoras de un sector privilegiado, contamos con la información y los recursos para prevenir y terminar con un embarazo no deseado. Nosotras también abortamos bajo la mirada estigmatizante de la sociedad, pero sin riesgo para la vida. Sin embargo, somos conscientes de que nuestra realidad no es la de todas y no podemos ser ajenas al sufrimiento de tantas otras.
El derecho a la interrupción voluntaria del embarazo es una cuestión de salud pública y debe extenderse a todas las mujeres y personas gestantes. Nos parece inadmisible que ante la desesperación de atravesar por esta situación y sin contar con recursos, el aborto clandestino en condiciones precarias y arriesgando la vida sea la única alternativa, mientras el estado permanece indiferente. No queremos más muertes evitables.
Desde nuestra comunidad trabajamos activamente por acortar la brecha de género en la industria tecnológica y consideramos que no puede haber igualdad de oportunidades si no se
garantizan los derechos fundamentales de acceso a la educación sexual integral, anticoncepción y aborto legal, seguro y gratuito.
Les pedimos a diputados y diputadas que voten a favor del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, sin ambigüedades que dificulten su implementación, porque decidir sobre el cuerpo propio es nuestro derecho.
Nota
De la idea al audio: taller de creación de podcast
Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]
Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!
De la idea al audio: taller de creación de podcast
Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.
¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.
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Contenidos:
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- Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.
Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.
Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
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