CABA
Quién controla el descontrol de Barrick
La ONU responde: qué pasó en Jáchal. El responsable de la oficina de la ONU encargada de auditar el desastre que dos veces hizo Barrick en Veladero responde todas las preguntas y deja muchos interrogantes sobre el mito de la “minería responsable”. Por Franco Ciancaglini.
Desde la oficina de la Organización de las Naciones Unidas se ve el epicentro de Buenos Aires: el Obelisco, la diagonal hacia Casa Rosada, Mc Donald´s, la gente cruzando la 9 de Julio cual hormiga. El ventanal es poderoso y el ruido de los embotellamientos ni se siente en la sala de reuniones gracias al material aislante. En este escenario inmaculado, el asesor regional de Medio Ambiente, Alejandro Rossi, aparece de fino traje e invita café y/o agua.
Las tazas llevan las siglas UNOPS: United Nations Office for Project Services.
En la sala, lo único que hay es una biblioteca con los distintos informes que producen estas oficinas de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, tentáculos que la ONU despliega en todo el mundo –en especial debajo de la línea del Ecuador- para asesorar a sus gobiernos miembros sobre cuestiones de “desarrollo”. Aquí en Argentina está instalada en el microcentro porteño, y también en San Juan.
La ONU desembarcó en la cordillera en el año 2011, cuando inició un proceso de consultas que hasta ahora tuvo cuatro capítulos: dos consultas sobre movimientos sísmicos y otras dos traducidas como “apoyo al gobierno del Estado de San Juan para la auditoría independiente y la revisión del cumplimiento de la legislación sobre el desempeño ambiental de grandes proyectos mineros”. Estos proyectos fueron anunciados como un shock de control a las empresas mineras que explotan cuatro yacimientos sanjuaninos -Lama, Gualcamayo, Casposo y Veladero- y sus resultados finales serán presentados ahora, en octubre.
El estudio que monitorea la mina del desastre, Veladero, comenzó en septiembre de 2014 y tuvo un apéndice exactamente un año después, cuando ocurrió el derrame de millones de litros de agua cianurada sobre las cuencas del Río Jáchal: el equipo de UNOPS se desplazó hacia la zona y elaboró un informe que dio a conocer en mayo de este año. El estudio halló cianuro y metales en la zona del derrame, pero UNOPS indicó que no había peligro para el consumo humano. Los medios comerciales leyeron esto último. Los vecinos resaltaron lo primero.
Ahora, ya con el informe publicado, y amablemente, Rossi abre las puertas de la oficina central para contestar sobre el rol de la ONU ante aquel derrame y ante el nuevo, ocurrido este 8 de septiembre. Empieza con una aclaración: “Todo lo que tenemos para defender lo que decimos es el estudio sobre el incidente del 13 de septiembre de 2015. Ahora, es cierto: sabemos que no es fácil, que hay algunas agencias de ONU que producen documentos de referencia, algo más soft. Nosotros acá trabajamos en el terreno. Este un proyecto muy extremo”.
¿Por qué extremo?
Porque cuando vos tocás temas como el agua, naturalmente eso polariza las opiniones que tienen los sectores. Cada Estado tiene sus normas vigentes para definir cómo va a ser el uso del agua. Lo que no tiene derecho es a ocultar información acerca de con qué criterios el agua se distribuye.
En el caso de los derrames de Barrick…
Vos tenés la obligación de decir cuál es el estado actual del agua, y eliminar el discurso de “no a la minería”, “sí a la minería”: esos discursos no te permiten entender si cuando te dan el vaso de agua vos podés tomarla o no. Y hoy la gente tiene esa necesidad de cortar con la sanata: “déjame saber si podemos tomar el agua o no”.
Principio precautorio: ante la duda, no la toman.
Si no tenés data, tenés motivos. Pero si tenés data, ya la cosa cambia, tenés un elemento lógico para confrontar con otros estudios. Lo que es muy difícil es hacer políticas públicas sin datos; necesitás datos en temas complejos. Cuanto mayor es el nivel de riesgo más tenés que invertir en estudios previos y en participación para que la gente pueda creer lo que le estás diciendo.
El problema es que UNOPS llega una vez que Veladero está instalado: los niveles de base no se pueden conocer, no tiene con qué comparar.
Es verdad. En este caso, como vos bien decís, hay un partido en marcha, que es un emprendimiento funcionando de acuerdo a determinadas reglas. Cuando vos entrás a un emprendimiento en marcha tenés que tener mucho cuidado de medir a la empresa con la misma regla que está usando la autoridad administrativa. A los efectos de la auditoría, nosotros hacemos dos estudios en San Juan, y le agregamos el informe del incidente ambiental. Originariamente había dos componentes: uno, si cumple con las reglas que le fijó la provincia, no importa si son buenas o malas; segundo, definir cuáles son los temas en los que se puede mejorar la regulación minera en la provincia de San Juan. Ese estudio está corriendo y se tiene que entregar a finales de octubre.
Del dicho al hecho
¿Qué dice el informe de la auditoría?
Se terminó y actualmente está en la revisión del comité técnico nuestro, que es la fase previa a la entrega a la provincia de San Juan. Una vez que se haga entrega a la provincia, la provincia tendrá un tiempo razonable para hacer sus comentarios y ver si hay algún error, y después programar la sesión pública de presentación de los resultados.
¿Por qué el informe pasa por el gobierno provincial antes de darse a conocer?
Tiene que ver solamente con datos materiales, si por algún error u omisión hubiese algún dato que no se refleja con claridad. Es para ver si aparece la tabla A, si ese dato es correcto o si por alguna razón se tomó un límite de tolerancia distinto de lo que dice la legislación vigente. Así como nosotros tenemos técnicos que hacen una revisión, el gobierno tiene su chance también para observarlo. Pero no tiene que ver con el enfoque de la auditoría: eso ya fue aprobado en los términos de referencia al origen del proyecto.
El otro estudio: el de las recomendaciones.
Tenemos varias fuentes para llegar a las recomendaciones. Primero, los hallazgos del equipo auditor en mina. La segunda fuente, un estudio de legislación comparada que va a analizar Estados Unidos, Canadá, Perú y Chile acerca de qué cosas están más adelantadas en otros lugares que en San Juan en particular. El tercer flujo es la opinión de la sociedad civil: se van a lanzar una serie de entrevistas con cada una de las 40 organizaciones registradas en el proyecto, más cualquier otra que se interese. Finalmente, se va a requerir la obligación del propio sector gubernamental acerca de dónde ven ellos que están los cuellos de botella en el ejercicio del control. Es un estudio que va sumar porque va a permitir distinguir entre esa regla que se usa hoy y la regla que se debe usar para tener una minería a la altura de los desafíos que impone el siglo 21.
¿Qué organizaciones van a participar?
De todo el país, que tengan una trayectoria tomada sobre la problemática de la minería en San Juan. Entran desde Greenpeace hasta (la asamblea) Jáchal No se Toca.
Ya hubo un antecedente no muy feliz con la Asamblea.
Los invitamos cuando hicimos la sesión informativa, estuvo Saúl Ceballos presente y tuvo la oportunidad de preguntar. Es más: nosotros reservamos en el salón un lugar especial para la Asamblea porque creíamos que parte de dar la explicación de lo ocurrido era dársela a los más vulnerables.
Saúl nos dijo que las respuestas que dieron eran demasiado técnicas para entender cómo impactaba en la vida de la gente. Por ejemplo, cuando les preguntó si el agua se podía tomar o no.
Es un ejercicio, es un antecedente, yo no quiero decir que es algo perfecto. Es un camino, se tiene que institucionalizar y está bueno que se utilice este mecanismo cada vez que una autoridad administrativa haga un estudio, lo presente en público, conteste preguntas…
Qué se hizo y qué no
La UNOPS ya hizo siete recomendaciones en el informe de mayo.
Son las recomendaciones ad hoc que aparecieron con motivo del incidente ambiental. El estudio del incidente ambiental no comprendía recomendaciones, sino una fotografía de los cuerpos de agua. Y nos pareció que había que ir más allá para jugarse con algún criterio para tomar acción inmediatamente. Por esa razón agregamos recomendaciones basadas en el principio precautorio.
Usted le dijo al diario Tiempo Argentino que no fueron tenidas en cuenta.
No: no dije que no fueron tenidas en cuenta. Lo que dije es que no tuvimos un reporte oficial de cómo se han considerado las recomendaciones. Es más, cuando terminamos de hacer la auditoría preguntamos a la empresa si se estaba haciendo algo con las recomendaciones y dijeron que las estaban considerando para la quinta actualización del informe de impacto ambiental. Pero nosotros no tuvimos, ni por el Ministerio ni por la empresa, ningún tipo de respuesta respecto de cuáles recomendaciones se habían tomado y cuáles no. Tampoco era mandatorio.
¿Que no sea obligatorio no le hace perder capacidad de control al trabajo de UNOPS?
En cualquier lugar, si trabajamos para un gobierno, la intervención nuestra es la de un tercero imparcial cuyas recomendaciones no son vinculantes, pero suelen tener un impacto importante. Por dos razones: primero por el sustento técnico que tienen; y segundo por la publicidad que suelen tener. O sea que al final del camino alguien tiene que explicar qué se hace con la información que ha brindado la ONU. Y finalmente yo destaco: es el propio gobierno el que quiere enterarse de esto y mejorar sus gestiones. Sería un contrasentido que al final el gobierno decidiera no usar esa información. Normalmente se usa. Hay algunas de corto, mediano y largo plazo, porque para el sector público no todo es fácil de hacer.
En esa línea, ¿sería un contrasentido decir algo en contra del gobierno?
Ya lo hemos hecho: en Perú dijimos que no se podía aprobar un proyecto, y te podés imaginar cómo sonó eso en los despachos que nos habían contratado. Pero al final dijeron ‘bueh, vamos a tener que adecuar el proyecto’, como debe ser.
El segundo desastre
¿Por qué la ONU no pudo preveer que iba a ocurrir otro derrame?
Esa inquietud había aparecido en tu nota anterior y está bueno aclararla porque tiene que ver con la naturaleza de la intervención que tuvo UNOPS en este caso. Nosotros decimos que hacemos “auditoría”, pero no “monitoreo”. Parece una palabra nada más, pero hay una gran diferencia: la auditoría lo que hace es extraer una fotografía, pero no te quedás adentro de la mina. Y como no te quedás, por lo tanto no estás en condiciones de ser un watch dog (perro de vigilancia) que avisa a tiempo. No lo podíamos haber previsto. Lo que sí habíamos recomendado es algunas estrategias de contención porque dijimos: si ese sistema falló una vez, podía fallar otra vez. Parte de las recomendaciones planteaban generar un dique de contención.
¿Fueron a la mina después de ocurrido el segundo derrame conocido?
En este caso no estamos teniendo intervención. No fuimos a mina después del incidente ocurrido. Sí dirigimos una nota oficial al ministerio solicitando información, pero no tuvimos respuesta. Por lo tanto lo que sabemos del incidente es lo mismo que se sabe a través de los medios de comunicación.
¿Qué versión tiene?
Parecería que no habría habido una fuga de material líquido, sino de material sólido, pero de ese material sólido podría tener traza de distintos contaminantes. Entonces el tipo de situación es diferente, en esos términos, pero el lugar donde ocurrió es el mismo. Es una luz roja de alerta que obliga a tomar acción.
¿Fuera Barrick?
¿Barrick tiene que irse?
El factor central para decidir si una mina tiene que seguir funcionando o no es ver la magnitud de los eventos que ocurren dentro de una mina. Cuando ocurren accidentes mayores, donde hay una situación que está fuera de control, el cierre de la mina tiene una finalidad preventiva. En algún caso, si una mina esté funcionado fuera de todo parámetro o norma, la única manera es cerrarla. De la misma manera que ocurre con las empresas cuando se las clausura. Ahora, normalmente lo que ocurre cuando se determina que hay un accidente ambiental es determinar qué ha fallado. Y si lo que ha fallado tiene que ver con un factor humano, ese factor humano puede ser aumentado en cantidad, puede ser acompañado permanentemente por la autoridad que esté a cargo; cuando tiene que ver con la maquinaria, puede haber una suspensión preventiva para que el sistema pueda ser retesteado por un tercero. En este caso dependerá del caso concreto de qué ha fallado, pero insisto: la idea de los accidentes es algo con la que está familiarizado el sector industrial en general. Lo importante es la reacción frente a los accidentes, la manera de manejar la información y asegurar, en primer término, que no haya riesgo para la población.
Pareciera que en la minería el sistema de control es menor al nivel de riesgo…
Hay temas que son complejos de la minería y uno no puede pensar en sentarse a una mesa sin información de contexto. Uno tiene que ser provisto de información para entender de qué está hablando. Eso también es responsabilidad, en definitiva, de la administración. De lo contrario es muy difícil que uno se pueda entender. De los que saben mucho a los que no saben tanto, para proveerlos de información. Y a los medios de comunicación, también.
Nosotros aprendemos de los vecinos.
Sí, se han fogueado.
Ellos dicen: somos un pueblo sacrificado.
No es nada fácil ese debate y pone las cosas en algo que es un poco diferente de lo que es el accidente propiamente dicho, que es la cuestión de los impactos sociales y económicos de la minería. Luego de varios años de relación empieza a haber información acerca de si se cumplen o no esas expectativas. Cuando uno evalúa lo que ha ocurrido dice: ¿la mina ha preparado a esta población para que pueda vivir sin minería? ¿Ha dejado unos recursos naturales en condiciones para poder seguir adelante?
Cuando uno viaja a la poblaciones ve la respuesta: parecería que es “no”.
Hay que contestar con datos. A ese “parecería que no” hay que poder encarnarlo. Para eso es muy importante saber si al origen del emprendimiento hubo buenos indicadores de base. Si uno está interesado en cómo estaba el agua antes, pero si quiere saber qué nivel de empleo había en la comunidad, también necesita datos sólidos. Ahí hay un desafío en todo el mundo y en América Latina en particular de hacer converger la responsabilidad social de las compañías hacia las verdaderas demandas de las comunidades. No solamente a las hipótesis.
La salud de la minería
Otro tema es la cuestión de la relación no solamente entre lo ambiental y lo económico, sino con la salud.
El elemento salud es una pata muy importante para modificar estas cosas acerca de cuál es el impacto de la minería sobre la salud. Si no hay líneas de base epidemiológicas no es posible contestar cabalmente. Ahora, insisto, esto es algo que muchas veces se plantea que no es un problema de la minería en particular. Si querés preguntar qué pasa epidemiológicamente con agroquímicos, tampoco tenés datos. En nuestros hospitales en Argentina la info que se levanta cuando alguien va una guardia es muy frágil.
¿UNOPS no puede hacer esos estudios?
Se ha ocupado en algunos lugares, pero no recientemente en América Latina. A mí me tocó fuera de UNOPS llevar estudios de esa naturaleza y nos dimos cuenta de que el sistema hospitalario es muy débil para tener datos interesantes para hacer políticas públicas.
No me queda claro si UNOPS puede hacer un estudio epidemiológico en el marco de su acuerdo con el gobierno de San Juan.
Nuestro estudio termina con la auditoría que se va a presentar y las recomendaciones. Las recomendaciones van a comprender entre otros aspectos temas sociales, de salud. La idea es hacer una barrida de 360 grados de todo lo que es ambiental, social y salud. Podría verse en el futuro, pero el proyecto termina con estas actividades.
En general, lo hace los propios vecinos: mapeos casa por casa, libretas de médicos rurales, algunos investigadores independientes… Lo que pasa es que después se desacreditan esos resultados porque los hicieron ellos…
Es que necesariamente tenés que incorporarle alguna base que sea técnica. En Perú había un río que estaba contaminado y como no tenían forma de demostrarlo la parroquia cercana decidió convertir una cocina en un laboratorio químico…
Pasó en Jachal: los vecinos cuentan las dificultades que tienen para tener estudios propios. Gastaron 120 mil pesos en traer un perito técnico, Robert Morand.
Esas cosas pasan. Entonces hay que construir un sistema que sea un poco más balanceado para todos los sectores, que puedan tener gente que los asesores que puedan acceder a datos públicos y que se pueda confiar en esos datos. Tampoco se puede saber por la visita de Robert Morand, los 3 días ó 5 días que estuvo… Él da una opinión acorde al tiempo que estuvo. Hay que poner en la balanza y poner cosas que sean iguales, no solamente opiniones sino datos y análisis de los datos.
El control de los datos
¿Para qué sirven los informes de UNOPS?
Nosotros quisimos crear un caso de referencia que sea bueno: hay una forma de abordar la conflictividad con objetividad. No quiere decir que la gente cambie la opinión de lo que piense de la minería, ni en un sentido ni en otro. Pero sí la idea de que algunas discusiones del siglo 21 hay que darlas con datos, uno no puede seguir haciendo una narrativa de si está a favor o en contra de algo simplemente porque trae progreso o contaminación. Uno tiene que poder bajar a tierra y responder las grandes preguntas de las personas: ¿Qué va a pasar con la situación patrimonial? ¿Qué va a pasar con mi salud? ¿Qué va a pasar con mi futuro? ¿Qué va a pasar con mi zona? Hay que responder con datos, no solo con opiniones.
Pero a un año del primer derrame todavía no hay datos. Uno de los vecinos nos decía: “No se sabe qué pasó con Kennedy, qué se va a saber que pasó en Veladero”.
Está bien la reflexión que hacen porque por eso también fue un poco la estrategia de cómo desarrollar los términos de referencia para nuestro estudio. Si nosotros hubiéramos intentado averiguar cuál había sido el origen (del derrame) iban a pasar varias cosas. Primero, que interferíamos una investigación judicial que estaba teniendo lugar. Y uno de los principios de ONU es la no intervención de los asuntos internos de un país. Luego, nos preguntamos ¿qué le importaba a la gente. ¿Saber qué paso con la válvula o saber si tiene riesgo en el agua?
Las dos cosas.
Nos pareció que la segunda era una respuesta inmediata. Nos concentramos en eso. Ahora, entiendo que la investigación siguió, se va a seguir y a falta de uno, ahora viene otro juicio y uno seguramente quiere saber muchas cosas, y también quiere saber por qué se aprobó el emprendimiento. Pero lamentablemente uno no puede contestar todo a la misma velocidad, pero puede empezar a resolver algo y que eso permita empezar a tirar un poco de la cuerda. Nosotros djimos: primer tema, el agua. Sacamos la información, lo entregamos al gobierno y lo presentamos a la sociedad civil. Entre eso y lo que había, hay una diferencia importante.
El informe de UNOPS no responde esas “grandes preguntas de la gente”. Ni siquiera dice: “El agua es potable” o “El agua no es potable”.
Sí, yo entiendo. Y aparte cuando uno toca el primer argumento que es “cuestioné la credibilidad del gobierno”, de ahí para abajo todas las preguntas las contesto por no: no creo, no estoy seguro que el agua la pueda tomar… lo que fuera. La data que nosotros dimos después de haber muestrado toda la zona y poder haber tomado calidad de agua, daba elementos bastantes categóricos para decir que esa agua no había estado en riesgo con motivo del incidente ambiental. Es una verdad incómoda para aquel que está montado en el argumento de que el agua está contaminada para dar una situación de lucha. Pero es la verdad que surge del estudio. Y eso hay que poder decirlo. Los datos hablan solos. Estamos convencidos de esa información que hemos dado. Ahí hay un tema que hay que seguir profundizando: en la medida en que no se crea en las herramientas que se usan, es muy difícil que pueda haber un diálogo. Porque un diálogo requiere un mínimo de respeto y de confianza.
Sucede que los datos se interpretan de distintas maneras. El informe de UNOPS es un ejemplo: los vecinos dijeron que comprobaba que había habido contaminación, porque encontró cianuro en las zonas cercanas a la mina. Y los medios resaltaron que el agua era potable. Otro de los cuestionamientos: el laboratorio donde analizaron las muestras era el mismo con el que trabajaba Barrick Gold.
El laboratorio que intervino un año antes del estudio ya no trabajaba para Barrick. Cuando salimos a hacer la convocatoria tuvieron que asegurar no estar trabajando. Y en esta materia es muy difícil encontrar laboratorios de esa magnitud que no hayan trabajado para ninguna de las empresas. Ahora, lo que pedimos era que no hubiera conflicto de intereses al momento de iniciarse la contratación ni en el período previo. Acreditó no tener ningún tipo de relación un año previo.
¿Pudieron haber mandado las muestras al exterior?
La capacidad de procesamiento, de muestras y de velocidad se hubiera demorado muchísimo. Nosotros seleccionamos con laboratorios que certificaban las normas técnicas internacionales los que nos parecían más sólidos. UNOPS a su vez controla las muestras que hacen los laboratorios.
Para el nuevo informe, ¿con quién trabajaron?
Con el mismo. Y con Induser, pero de forma móvil para cada emprendimiento: el que trabajaba para Barrick, no trabajaba con Casposo; a todos se aplicó la misma ley para que no hubiera incompatibilidad.
Ahora se van a instalar más proyectos mineros: el ministro de Minería presentó el megaproyecto binacional Constelación, y hay otros en puerta. ¿La UNOPS seguirá trabajando para San Juan?
No lo sé, no tengo ninguna información oficial. En la última visita que hicimos a la provincia funcionarios de la cancillería manifestaron estar conformes y con voluntad de continuar, pero al día de hoy no tenemos ningún pedido concreto.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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