#NiUnaMás
Morir a los 14: marcha de adolescentes por el femicidio de Ludmila, cara a cara con la Bonaerense
Los datos: del viernes 4 al viernes 11 de septiembre, una semana, se cometieron siete femicidios en cinco provincias argentinas. En la provincia de Buenos Aires, se registraron 71 en lo que va del año. En ese contexto, la familia y las amigas de Ludmila Pretti, la joven de 14 años asesinada en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, encabezaron una movilización por el centro de Moreno para exigir justicia frente a la Fiscalía que tramita la causa. Chicas de 14 y 15 años cara a cara con la Bonaerense exigiendo respuestas. Cantan: “Señor, señora, no sea indiferente, nos matan a las pibas en la cara de la gente” y plantean: “La policía no nos cuida, nos cuidan nuestras amigas”.

Bianca tiene 14 años y un concepto claro: “Esto es rabia”.
En la esquina de Zeballos y Alberdi, en Moreno, a solo cinco cuadras de la estación, diez chicas de 14 y 15 años con carteles y afiches pintados a mano se detienen a medio metro de un cordón de veinte efectivos de la policía bonaerense.
Cara a cara.
Las chicas levantan sus carteles hasta el cielo.
Las chicas cantan: “Yo sabía que a los femicidas los cuida la policía”.
El rostro de Ludmila Pretti, 14 años, se replica en las fotos que las jóvenes enarbolan frente al muro policial que les impide llegar hasta la UFI N°4 del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez, a cargo de Federico Soñora, el fiscal que debe investigar el femicidio.

El cuerpo de Ludmila fue encontrado el domingo por la noche, semidesnudo y dentro de una bolsa entre dos colchones en una casa ubicada a cinco cuadras de la suya, en la localidad de Francisco Álvarez. Había desaparecido el sábado a la noche, cuando salió con amigos. El principal sospechoso es Cristian Jerez, 19 años, ya detenido en Virrey del Pino (La Matanza), que alquilaba la casa donde se halló el cuerpo.
Jerez acudió el domingo a la comisaría, hasta habló con Leandro Pretti, el papá de la joven, y estando allí dijo que iba a buscar su DNI. Escapó. Al día siguiente, la rabia continuó frente a la comisaría de Álvarez, donde los vecinos fueron reprimidos. Jerez fue detenido el lunes a la noche.

“No quiero que la causa se dilate”, dice a lavaca Leandro, el padre de Ludmila, minutos antes de la movilización. “Acá en Moreno fue el octavo femicidio del año, y están los que no se declaran, los padres y madres que tienen miedo salir a pelear a la justicia. Yo no tengo miedo de nada. Me quitaron a mi hija. No tengo nada que perder. En la causa todavía no encontraron el celular de Ludmila. ¿Cómo puede ser? Ahí tiene que haber más cosas. Si tengo que cortar la ruta todos los días, lo voy a hacer para que me escuchen. Me tienen que dar lugar a ver la causa. Vine con familiares, con amigas y compañeras de mi hija, toda gente de Álvarez. Me quitaron la vida. No quiero que a ningún papá le pase esto. Era una nena divina. Mi única hija. Estamos destrozadísimos”.
Duele.
La marcha comienza.

La rabia y los abrazos
Dos jóvenes llevan dos carteles que dicen:
- “Justicia por Ludmila y por todas las que no volvieron”.
- “Se lo debemos a las pibas que nunca volvieron”.
Ambas son dos de las mejores amigas de Ludmila.
Ambas se llaman Bianca y tienen 14 y 15 años: “Nos conocemos desde primaria. Muy buena piba, súper alegre. Salió a divertirse y la mataron. Pensamos que era mentira. No caemos. Da mucho odio porque no podemos salir tranquilas sabiendo que nos pueden matar. Encima escuchamos justificaciones de la hora y un montón de cosas que dicen los medios que es cualquier cosa. Decían que estaba ‘sola’. No tienen derecho a quitarnos la vida por más que estemos solas a cualquier hora. No tienen derecho a matarnos. Ahora juzgan a la familia, al papá y a la mamá, que encima que perdieron a su hija se tienen que bancar los comentarios de la gente. En Álvarez siempre hubo violaciones, abusos sexuales, ¿pero que maten? No. Pero la policía nunca hace nada. Donde murió mi amiga siempre había música. Por más denuncias que se hacían, siempre pasaban por alto. Por eso nuestra rabia, más que nada, es por la policía”.

Hay acompañamiento de partidos de izquierda y de la Campaña contra las Violencias hacia las Mujeres de la regional oeste, pero la dimensión de la rabia que describe Bianca son los cuerpos de esas jóvenes que llevan carteles y cantan a gritos:
- “Señor, señora, no sea indiferente: nos matan a las pibas en la cara de la gente”.
Los carteles escritos a mano por estas mismas chicas conmueven:
- “Hoy no están todas, porque desde la tumba no pueden gritar”.
- “Dejen de ignorar nuestras muertes”.
- “Si la próxima soy yo, salgan a las calles, griten mi nombre y abracen a mi mamá”.

Este último lo lleva una chica de 15 años llamada Ludmila, como su amiga. “Nos conocemos de la escuela, del barrio. Pedimos justicia, que no pase nunca más. Nos queremos vivas. Tenemos 15 años y tenemos miedo de no volver a nuestras casas. Pedimos justicia para que no le pase a ninguna más. No puede ser que no podamos salir en paz porque siempre hay un hijo de puta que nos arrebata la vida”.
El Observatorio Lucía Pérez de Violencia Patriarcal registró en la última semana -del viernes 4 al viernes 11 de septiembre- siete femicidios en cinco provincias del país. En la provincia de Buenos Aires, se registraron 71 en lo que va del año. Como remarca el Observatorio, no son cifras, sino la dimensión que expone un genocidio.
Las chicas se abrazan.
Lloran.
Se miran, se secan las lágrimas entre ellas, y vuelven al grito.

Una joven se acerca a la mujer que tiene el micrófono y pregunta si puede decir algo. Se lo dan. Y se presenta: «Me llamo Ayelén. Tengo 23 años. Es la primera vez que me animo a hablar y a contar que hace diez años un hijo de puta mató a hachazos a mi hermana y mi mamá. Mi hermana tenía 3 años».
La joven agradece. Devuelve el micrófono.
La abrazan.

Otro cartel que agita el asfalto de Moreno lo lleva Candela, una joven de 20 años:
- “La policía no nos cuida, nos cuidan nuestras amigas”.
También es de Francisco Álvarez, aunque no conocía a Ludmila.
Y pone en palabras: “Todas salimos a luchar por lo mismo. El cartel significa que la policía nunca está presente. Siempre que nos pasa algo, nunca está. La culpa es de los asesinos y violadores que ellos dejan sueltos. Por eso nos cuidan nuestras amigas: nos preguntamos si llegamos, nos pedimos la ubicación. Nos tenemos entre nosotras”.
La rabia de estas chicas tan jóvenes continúa así: cara a cara.
Bianca, nuevamente, sintetiza todo: “Queremos justicia”.











#NiUnaMás
Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.
Por María del Carmen Varela
Foto: Lina Etchesuri
#NiUnaMás
38º Encuentro Plurinacional: el regreso

Por Claudia Acuña
Fotos Line Bankel
A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.
Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.
Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?
Consultar a una amiga.
Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.
Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.
El mío:
“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.

#NiUnaMás
38° Encuentro Plurinacional: Qué momento

El 38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Travestis, Trans, Lesbianas, Intersex y No Binaries terminó este domingo con una movilización de 20 cuadras por la costanera correntina. Más de 90 mil personas participaron de estas jornadas que se vivieron una vez más como un hecho histórico y más aún ante el contexto libertario: «Qué momento/ qué momento/ a pesar de todo, les hicimos el Encuentro». Voces de distintas generaciones, desde las que fueron por primera vez a las más experimentadas, que participaron de talleres y de conversaciones para pensar y hacer otro feminismo para enfrentar al fascismo. Las canciones, las estrategias, y las opciones para el año que viene: ¿Córdoba o CABA?
Por Claudia Acuña. Fotos de Line Bankel para lavaca.org
Enviadas especiales a Corrientes.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
¿Cuánto son veinte cuadras de feminismo? ¿Y si esas veinte cuadras corresponden a la costanera correntina? ¿Y si se mueven durante dos horas gritando “señor, señora, no sea indiferente, nos robaron a Loan en la cara de la gente”?
A las siete y pocos minutos, la marcha de cierre del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Travestis, Trans, Lesbianas, Intersex y No Binaries partió de un parque con color emblemático: Poncho Verde. Apenas dos cuadras después ya hacía llorar a una señora asomada a la ventana y agitar los brazos a su vecina, tres pisos más arriba, mientras una tercera se atrevía a aplaudir. La multitud se detuvo para saludarlas y, con ese abrazo a distancia, la marcha se sintió bendecida.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
Los cálculos aritméticos dictan que se agotaron todas las plazas de alojamiento en Corrientes Capital, que la demanda desbordó hacia ciudades vecinas como Resistencia y Paso de los Libres, y que eso significa que al menos 70 mil personas llegaron a este Encuentro. Las cuentas por espacio ocupado en el asfalto correntino elevan esa cifra a 90 mil. Cualquiera haya sido la cantidad, lo que sin duda representa en este contexto lo sintetiza una palabra: demasiado. Ese fue el sentimiento que aderezó desde la apertura hasta este final, que hizo llorar a las organizadoras y cantar una y otra vez el hit de este Encuentro: “Qué momento/ qué momento/ a pesar de todo/ les hicimos el Encuentro”.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
Mientras un grupo de chicas de San Luis se pinta la bandera palestina en los cachetes, me cuentan que participaron del taller de antiimperialismo y de otro sobre el trabajo sexual. Dicen con seguridad que el desafío ahora es poder transmitirles a las “más jóvenes” por qué vale la pena organizarse y pelear por mantener derechos que costaron tanto conseguir y seguir batallando por otros que todavía están pendientes. “Las jóvenes tienen que ser el futuro del feminismo y es nuestra tarea que así sea”.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
La que habla se llama Lucía y tiene apenas 22 años. Sus amigas completan: para ellas fue el primero, pero no será el único. No les llamó la atención que existiera cierta tensión entre los aparatos políticos –“lo vemos siempre”– y hasta consideran que “está bien que se debata con pasión sobre temas importantes, como la reforma laboral, porque lo importante es hablar”, aunque sin duda sería mejor que también las escuchen.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
Otro grupo de chicas tucumanas –primerizas también– dirá que les interesó el taller de educación y que aprendieron mucho escuchando a mujeres de todas las edades intercambiando experiencias y opiniones. “No es habitual que podamos conversar con diferentes generaciones y todas en un plano de igualdad: no había quien se presentara como si supiera más o fuera más importante”. Otra dirá que rescató que los talleres no cerraran con conclusiones o recetas sobre lo que hay que hacer. Eran personas compartiendo preguntas y eso es lo que se llevan. Les pregunto cuáles, como ejemplo. Dirá otra: “En el taller de violencia digital alguien planteó que se nota que los varones fascistas están muy activos en las redes y sin duda organizados. Entonces se preguntó: pero ¿dónde están nuestros varones? ¿Por qué ellos consideran que si nos atacan a las mujeres no es su problema? Otra chica planteó su duda: ¿tenemos que hablarles a los varones fachos? Y si así fuera, ¿qué tendríamos que decirles? Nos dejó pensando”.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
Durante el recorrido de esta marcha alegre y sin sobresaltos se cruzaron algunas amenazas que llevaron a la práctica y la resolución al paso de algunas respuestas a estas preguntas. Dos opciones:
Opción No te Tenemos Miedo: cantarles “tiemblan los machistas/ América Latina va a ser toda feminista”.
Opción Defendemos lo Irrefutable: gritar “¿Dónde está Loan?”.
La inteligencia es colectiva.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org
Mañana habrá que resolver también colectivamente la tensión interna que se encarna en la elección de la próxima sede del Encuentro: CABA o Córdoba. Hay quienes temen que en CABA monopolice el tema la prisión y proscripción de Cristina Kirchner. Otras plantean que es hora de un Cordobazo feminista. Ambas cantaron hoy sus preferencias (“que sea en CABA”, gritaban las Mumalá correntinas; “paso a paso se viene otro Cordobazo”, agitaban las cordobesas), pero la marea entera coincidía en lo importante: el poder de estar juntas sigue intacto.
La pregunta que dejó a todas pensando es qué hacer con eso.

Fotos: Line Bankel/lavaca.org


Fotos: Line Bankel/lavaca.org

Fotos: Line Bankel/lavaca.org

Fotos: Line Bankel/lavaca.org

Fotos: Line Bankel/lavaca.org

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