Malón
Huelga de hambre total, encadenados en la Corte Suprema de Justicia
“Si tengo que morir aquí, voy a morir por el pueblo de Jujuy. Lo voy a hacer. No voy a comer, ni voy a tomar agua. Es una decisión. Lo hago por toda la provincia de Jujuy” dijo a lavaca Marcos Tinte, de Abra Pampa, con su sombrero, su whipala de colores y una cadena en su brazo izquierdo que lo ata a la baranda de la escalinata de entrada a la Corte Suprema. Poco más abajo observaba todo indignado el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, tampoco recibido por los jueces: apenas los secretarios se dignaron a hacerlo. Dijo a lavaca cosas como “esto es gravísimo” y “son unos hipócritas”.
Hace ocho días el Malón de la Paz que representa a los pueblos originarios jujeños llegó a Buenos Aires reclamando por la reforma (in)constitucional de Gerardo Morales y el desconocimiento a los pueblos originarios en relación con la tierra que ocupan desde siempre (tema reconocido legal y constitucionalmente, pero ignorado prácticamente).
La respuesta oficial y extraoficial ha sido de absoluta indiferencia. No los recibieron, no les permitieron instalar algún resguardo por lo que están a la intemperie desde entonces, tampoco tienen novedades del Ejecutivo ni del Legislativo, y los medios los ignoran con una violencia tal vez alimentada por el racismo y las pautas. Este martes tomaron la decisión: tres de sus integrantes, Marcos, Walter (de Tilcara) y Lucas (de Santo Domingo) comenzaron la huelga tanto de alimentos como de bebida. Lo que dicen mujeres y hombres que siguen decididos a conseguir una respuesta.
Es martes y que sea martes significa que desde hace una semana el Tercer Malón de la Paz está en Buenos Aires, donde arribó desde Jujuy el martes 1° de agosto, Día de la Pachamama. Es ocho del ocho. Y es el octavo día que las comunidades originarias de Jujuy mantienen una vigilia permanente y pacífica en la Plaza Lavalle, frente a la Corte Suprema de Justicia, institución a la que le exige dos puntos concretos:
1) Que reciba a una delegación del Malón para dialogar.
2) Que declare la inconstitucionalidad de la reforma de la Constitución provincial ejecutada por el gobierno comandado por Gerardo Morales.
Pasaron ocho días y ninguno de los cuatro jueces que integra la escueta Corte se dignó a recibirlos.
Decidió no recibirlos su presidente, Horacio Rosatti.
Decidió no recibirlos su Vicepresidente, Carlos Rosenkrantz.
Decidió no recibirlos uno de sus ministros, Juan Carlos Maqueda.
Decidió no recibirlos el otro de los ministros, Ricardo Lorenzetti.
Este último, quien se jacta de ser un defensor del ambiente y hasta ha escrito libros como El colapso ambiental y La teoría del Derecho ambiental, había prometido recibir a un contingente. Pero el jueves pasado la orden cambió: primero les dijeron que podrían pasar 10 maloneros. Luego 5. Luego 3. Luego 1.
Pasó el referente del pueblo Ocloya Néstor Jerez, pero sólo le permitieron ir hasta la mesa de entrada. Le pidieron que deje un número de teléfono y que lo “llamarían”. Nadie llamó. Ni Rosatti. Ni Rosenkrantz. Ni Maqueda. Ni el mismísimo Lorenzetti.
El panorama:
- Es martes 8, y ya llegaron el martes pasado.
- Están a la intemperie porque el gobierno de la Ciudad no les permite instalar algunas carpas para protegerse del frío, del calor, de las lluvias.
- Tampoco hay novedades de los otros dos reclamos (la intervención de la provincia de Jujuy y la sanción de la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena);
Entonces –como ya es ocho del ocho y este es el octavo día que el teléfono no suena, ocho días de indiferencia, de desprecio, de racismo– tres maloneros se encadenan a las escalinatas de la Corte Suprema. Y no solo se encadenan sino que plantean una huelga de hambre dura: de hambre y de sed.
“No voy a comer, no voy a beber hasta que los jueces estén acá. Salí de mi pueblo con esa decisión y tengo que volver con una respuesta. Si no tengo una respuesta no vuelvo”, dice Marcos Tinte, de la localidad de Abra Pampa, que lleva una whipala en la que se lee una inscripción: “Jujuy resiste”. Lo mismo reafirman sus dos compañeros, que sostienen un cartel: “Corte Suprema de la Nación, exigimos Justicia”. Son Walter, de Tilcara y Lucas, de Santo Domingo.
Pérez Esquivel: “Se fueron a dormir la siesta”
Pero los jueces no aparecen, a diferencia del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, que exige que los tienen que recibir “urgentemente”, traspasa el vallado y se mete en Tribunales pero sale a los dos minutos y le dice a lavaca: “No hay nadie. Se fueron a dormir la siesta. Son unos hipócritas”.
Minutos después lo llaman e ingresa de nuevo. Sabe a qué va: cuando los jueces lo reciban, les pedirá que atiendan al Tercer Malón. Pero nada de eso pasa. No hay jueces. Son las dos de la tarde pero no hay ningún juez trabajando.
Pérez Esquivel le explica a la gente de las comunidades que integran el Malón: “Me recibieron los secretarios de los jueces, que no pueden responder por ellos. Ninguno de los jueces está presente, tratamos de explicar la necesidad de que les informen cómo está la causa sobre la inconstitucionalidad de la reforma. Y nos dijeron que ayer entró otra causa por las contravenciones que se están ejecutando contra militantes jujeños. Por otro lado, está en trámite la causa judicial que inició el Gobierno Nacional que recién estos días volvió de la Procuración. Les volvimos a plantear la necesidad de que los reciban a ustedes y los secretarios dijeron que sólo se ocupan de las causas judiciales. Eso es lo único. Esto es racismo, discriminación e intolerancia. La burocracia está en todos lados. Les dije que no se olviden que no se trata de un expediente, sino que son rostros de hombres y mujeres que reclaman sus derechos y que deben ser respetados”.
Ni un poquito de voluntad
–Desde el Serpaj (Servicio de Paz y Justicia) le habían enviado una carta a la Corte Suprema para que reciba al Tercer Malón. ¿Cuál fue la respuesta?
–No hubo respuesta. La enviamos antes de que el Malón llegue a Buenos Aires, hace más de diez días pero hasta el día de hoy no me contestaron. Esto es muy grave– dice Pérez Esquivel a lavaca.
“Justicia, trabajá”, dice un cartelito pequeño que no necesita más espacio para dar en la tecla. Y se canta: “Queremos Justicia. Queremos Justicia. Que vengan los jueces. Que vengan los jueces”.
De este lado del vallado está Verónica Chávez, una de las referentas de las Salinas Grandes. “Tomamos la decisión de que los hermanos se encadenen porque nosotros queremos que se haga justicia urgente. No es fácil estar aquí, son más de 5 noches que estamos en la intemperie. Hay frío, hay de todo y nuestras familias están allá solas, resistiendo en las rutas de Jujuy, en donde estamos desde el 16 de junio. La Corte debe sacar un dictamen urgente. Nosotros somos seres humanos como ellos, pero al no recibirnos demuestran que no tienen corazón. Sentimos una discriminación total, porque hace más de un mes que presentamos el reclamo ante esta Corte y fue como si nada. Pensé que nuestra presencia, el venirnos de tan lejos, iba a conmover a los jueces, a los políticos, pero no hay ni un poquito de su voluntad. Nosotros no les vamos a hacer nada, nosotros queremos hablar con ellos, dialogar con ellos”. Y vuelve a aclarar, como si hiciera falta: “Somos seres humanos”.
Hay que esforzarse para escuchar porque las canciones no cesan ni un segundo. “En esa casa, hay una banda, hay una banda de delincuentes, que vende todo, a bajo precio y ahora quiere vender al pueblo”.
El pueblo canta pero no lo escuchan.
(Fotos Sebastián Smok).
El concepto de genocidio
Entonces hay que seguir diciendo como hace Néstor Jerez, cacique de Oclayo: “El encadenamiento es por el desamparo total que sufrimos desde el 1º de agosto, donde en esta permanencia pacífica ni siquiera nos permiten colocar una carpa para resguardar a nuestros mayores, a las mujeres, a los niños. Se profundiza lo que ya padecemos en Jujuy donde no hay Estado de Derecho, donde se sigue persiguiendo a los hermanos, donde se sigue adelante con una cacería con prácticas antidemocráticas. Ni bien llegamos le presentamos a la Corte un pedido de audiencia formal y no hubo respuesta. Esto se agrava más cuando la Procuración General de la Nación ya dictaminó que la Corte debe pronunciarse, sin embargo no lo hace”. Y aclara con voz pausada: “Esta Constitución se apropia de todo el territorio, de las tierras fiscales, del agua, de los recursos naturales, de la biodiversidad. Pero sólo nos dejaron entrar hasta la ventanilla de entrada de la Corte. Para nosotros es la continuidad del genocidio y del extermino de los pueblos”
“Miles de personas han sobrevivido sin amor, ninguna sin agua”, dice una bandera con las letras pintadas con los colores de la whipala. La sostienen una malonera de un lado y un malonero del otro. Cantan: “Cómo no voy a luchar, cómo no voy a marchar, si nos quitan los derechos, por eso no nos callamos más”. Hacen una pausa que es colectiva y completan: “Cuánto cuesta, cuánto vale nuestra pacha; no queremos lastimarla, por eso no nos callamos más”.
Dueños de la Argentina
A unos metros, Colina de Abra Pampa tiene de la mano a su hijo de tres años
Por él está acá. Y por muchas otras personas que tal vez ni se dan cuenta. “¿Por qué llegamos a radicalizar la protesta? Porque la justicia está manejada por unos políticos que no escuchan al pueblo, que le están dando la espalda, que se creen dueños de la Argentina. Y el Congreso y la Casa Rosada parece que están del mismo lado. Todos miran la riqueza que tenemos nosotros en el territorio. Todos miran sus intereses propios. Intereses personales de ellos y de las multinacionales. No piensan en el
pueblo. Teníamos la esperanza en un principio de que cuando llegáramos nos iban a recibir, pero no fue así, por eso tendremos que seguir endureciéndonos día a día”.
Se sigue cantando, entre tamboreadas, entre folclore, entre gritos para que dejen que el equipo de enfermería del Malón pueda asistir a los tres hermanos originarios en huelga de hambre y de sed.
Pero tampoco hay permiso ni hay respuesta. Ni hay palabra alguna. Ni empatía ni humanidad.
¿Los jueces tienen que trabajar?
Hay resistencia, porque hay música: “Dicen que los del norte somos callados, pero cuando nos mienten nos levantamos. Libres o muertos, jamás esclavos”, dicen una y otra vez, mientras Salustiana pide el megáfono para cantar y luego para sentenciar, de espaldas a una Corte muda, sorda, ciega y cómplice. “A los jueces de una vez por todas los tenemos que poner a trabajar, nos tienen que responder, deben dejar de hacer oídos sordos y dar la cara. Son unos cobardes. Acá estamos para que nos vean. Somos los indios que no aceptamos más discriminación. Somos los indios que ya no queremos que nos maten”.
Y Marcos Tinte ahí está parado. Ya con la noche y el frío como acompañante. Con el brazo izquierdo encadenado. Con su sombrero blanco en la cabeza. Con su poncho marroncito. Con su dignidad a cuestas. “Si tengo que morir aquí, voy a morir por el pueblo de Jujuy. Lo voy a hacer. No voy a comer, ni voy a tomar agua. Es una decisión. Lo hago por toda la provincia de Jujuy”.
Mu190
MU en una provincia en conflicto: El jujeñazo
En 2023 la provincia se sacudió frente al gobierno de Gerardo Morales, que eligió la violencia y la criminalización de quienes defienden el trabajo, el salario, el agua y la vida. Y derechos reconocidos por toda la legislación. La aprobación de una reforma nada constitucional. Negocios políticos y familiares, nepotismo y autoritarismo. Niveles cada vez más altos de pobreza, indigencia e injusticia. Las balas que apuntan a los ojos de la sociedad. Esta es la recorrida que hicimos por la provincia: cada corte hasta los 3.500 metros de altura. Juego sucio, identidad, esperanzas, relación con la tierra, el futuro y lo que dicen las comunidades sobre la capacidad de la mente y la del corazón.
Texto: Francisco Pandolfi
Fotos: Lina Etchesuri
Junio de 2023 quedará en la memoria del pueblo jujeño. Por lo represivo y por la fortaleza de muchos de sus habitantes. Por el avasallamiento y por la lucha que continúa en cada rincón de la provincia. Quedará en la memoria por la reforma parcial de la Constitución del gobernador Gerardo Morales (presidente además del Comité Nacional de la UCR) y por la sublevación de una comunidad educativa con salarios empobrecidos. Quedará en la memoria porque Jujuy despertó: la generalización –como licencia narrativa– tiene su apoyatura en que el viernes 16 se gestó en San Salvador la mayor movilización en su historia: entre 80 y 100 mil personas, mediante la unidad de docentes, trabajadores estatales en general, organizaciones sociales, políticas, gremiales y de derechos humanos, junto a los pueblos originarios que ese día arribaron desde distintas localidades encolumnados en el Tercer Malón de la Paz.
El lema de la manifestación fue unánime: “Gerardo Morales aprobó su reforma a espaldas del pueblo jujeño”. De espaldas y mientras dormía. Horas antes, en esa madrugada, la había votado por unanimidad la Convención Constituyente de Jujuy, integrada por el oficialista Frente Cambia y el Frente Justicialista (Juntos por el Cambio y el PJ).
Junio quedará en la memoria, también, porque a partir de ese día las comunidades originarias cortaron las rutas en más de 20 puntos estratégicos, decisión que aún persiste al cierre de esta edición. Del sur al norte, y en cada una de las regiones: en los Valles, las Yungas, la Quebrada, la Puna. Ese mismo viernes 16 de junio, la localidad de Abra Pampa fue el epicentro de la primera represión. Un día después, se encarnizó la violencia policial en Purmamarca y el martes siguiente, en otra multitudinaria marcha, se ejecutó en San Salvador una cacería con más de una centena de heridos y 68 detenidos.
El estado de las cosas
Tras esa seguidilla de balas de goma y de plomo y de gases lacrimógenos, la gente empezó a cantar a lo largo y ancho del territorio: “Morales, basura, vos sos la dictadura”. El gobierno jujeño no es una dictadura, pero sembró la provincia de un tipo de violencia que permite recordar tiempos más nefastos del país:
- Fuerzas policiales reprimiendo en motos y camionetas sin patentes.
- Fuerzas policiales usando camionetas de empresas privadas para levantar gente (táctica ya vigente durante El Apagón de Ledesma en 1976 que derivó en el secuestro de más de 400 personas, 55 de las cuales siguen desaparecidas).
- Fuerzas policiales disparando a la cabeza: cuatro personas perdieron la vista en uno de sus ojos.
- Fuerzas policiales disparando, persiguiendo y deteniendo a periodistas y fotógrafos.
- Pago de un bono de 50 mil pesos a cada policía el día después de ejecutar la represión.
- Hostigamiento a comuneros y dirigentes de pueblos originarios.
- Amenazas de despidos a manifestantes.
- Incendio del auto de dos dirigentes sindicales.
- Allanamientos a viviendas sin orden judicial.
- Intervención de fuerzas policiales a asambleas de estudiantes.
- Encapuchados de civil tirando piedras a quienes protestaban.
- Policías infiltrados en las marchas.
- Policías que lanzaron gases lacrimógenos vencidos, extremadamente más tóxicos.
- Policías rompiendo puertas de casas, sin otro motivo que generar miedo.
- Policías sin identificación.
- Decenas de detenciones arbitrarias.
- Detenciones ilegales, sin intervención durante días de jueces y fiscales, ni explicación de sus causas..
- Represiones y acción psicológica, a 40 años de la recuperación de la democracia.
Lo inconstitucional
La aprobación de la reforma constitucional también tiene aires antidemocráticos. La abogada jujeña Alicia Chabale, integrante del equipo que asesora a las comunidades originarias de Salinas Grandes y la laguna de Guayatayoc, describe: “La reforma es inconstitucional y tiene varios defectos, de forma y de fondo. En lo formal, se publicó en el Boletín Oficial en septiembre del año pasado la Ley 6302 hecha por el Poder Ejecutivo que convocaba a realizar la reforma. Sin embargo, en la Constitución Provincial de 1986 está previsto que la declaración para hacer una reforma es exclusiva de la Legislatura. No importó: se aprobó la ley”. Sigue: “Se determinó que las elecciones de los constituyentes se haría el 7 de mayo pasado, junto a las elecciones a gobernador, intendentes, diputados y concejales. Así fue, y estaba previsto que sesionen durante 90 días hábiles, unos cinco o seis meses por feriados y fines de semana. Esto no fue así: tuvo un tratamiento exprés; las sesiones empezaron a fines de mayo, se votó el viernes 16 de junio, en primera instancia, y el martes 20 en segunda cuando dejaron sin efecto los artículos 50 y 36 por la resistencia de los pueblos originarios”.
Completa: “Otra discusión jurídica refiere a si la Convención Constituyente tenía funciones para reabrir el debate convencional el día 20 y eliminar esos dos artículos que ya habían aprobado la semana anterior. La función del convencional termina ahí. La jura que se hace, tan protocolar y antigua, tiene la función de darles legalidad y legitimidad a los actos que se desarrollen. Acá votaron una vez, hubo repudio del pueblo, sacaron dos artículos y votaron de nuevo, como si nada”.
¿Es legal que la Convención Constituyente haya estado integrada por funcionarios actuales? “No, y esto figura en el artículo 100 de la Constitución provincial. ¿Cómo hicieron? Se tomaron licencia en sus cargos y sesionaron. Esto es lo que hizo el propio Morales, uno de los constituyentes. Se pidió licencia como gobernador, abrió la Convención, dictaminó las normas y luego se pidió licencia de la Convención. Después, previo a votar, se pidió licencia como gobernador y volvió para asumir las funciones como constituyente. Así funciona todo acá”.
El trabalenguas; las idas y vueltas; la repetición de la palabra “licencia” es una síntesis de lo que sucede en Jujuy mientras estos funcionarios aplastan la palabra democracia.
La doctora Chabale enumera algunos de los problemas de fondo:
1. “No se consultó a las comunidades originarias antes del dictado de la Ley 6302, como lo establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo que tiene rango de norma constitucional, que refiere a la consulta previa anterior a una disposición legislativa que afecte a las comunidades indígenas”.
2. “Posterior al dictado de la ley, no se conoció el texto completo hasta el viernes 9 de junio, apenas una semana antes de que se vote. El pueblo jujeño entero, no solo las comunidades, no sabía qué iba a decir nuestra Constitución”.
3. “El gobierno no tuvo otra opción que salir a dar de baja los artículos 50 y 36, pero el haberlos querido incluir da la pauta del propósito de esta reforma: darle todo el poder al Ejecutivo. Se reconocía a la personería jurídica de las comunidades, la posesión y la propiedad comunitaria de las tierras, pero atribuía en forma exclusiva la facultad de decisión sobre ellas a la provincia, recortando lo que dice la Constitución Nacional en reconocimiento de las comunidades originarias como preexistentes al Estado”. “Los nuevos derechos que se incorporan en la reforma parcial son de exclusiva facultad del Poder Ejecutivo, con conformidad de la Legislatura donde el oficialismo jujeño tiene mayoría. Así, la regulación del agua (donde no se menciona que es un derecho humano), la atribución de las tierras fiscales, la decisión de cuál es productiva o no, entre otros varios artículos, le otorgan facultad absoluta al Ejecutivo”.
4. “Con respecto a los recursos naturales pasa exactamente lo mismo: su regulación queda sujeta a lo que disponga la provincia. Pero la provincia no es una isla aunque así la hacen parecer. Somos parte de un sistema federal donde hay un orden cuya cúspide es la Constitución Nacional. Tenemos que cumplir por ejemplo el tratado de Escazú, que se incorporó como legislación nacional y establece la promoción y la defensa de quienes cuidan el ambiente. En este caso, las comunidades indígenas que fueron y están siendo perseguidas por la policía. La reforma no cumple los tratados y la legislación internacional a la cual adhiere el país. Desde lo jurídico es inabordable esta reforma que refleja el desconocimiento absoluto de las normas que nos rigen como Estado”.
Lo que encendió el fuego
Las movilizaciones y el paro que sacudieron a Jujuy comenzaron con las y los docentes el 5 de junio, protestando contra “los salarios de miseria”. Marchas de antorchas, mateadas masivas y las ollas populares, así como un enorme repertorio de canciones creativas, fueron el caldo de cultivo no solo para visibilizar los 34 mil pesos del salario básico más pobre del país, sino también para magnificar el reclamo por la reforma constitucional. Primero para que no se apruebe; luego para que no se jure; después –y ahora– para que se derogue.
Las manifestaciones de la comunidad educativa contaron con un fuerte apoyo de otros gremios, sobre todo de los trabajadores estatales que entre los años 2016 y 2023 perdieron el 65% del salario real. En ese lapso que abarca la gestión de Gerardo Morales, la inflación acumulada fue de 399% y la suba del salario nominal de 277%, lo que da una diferencia en contra del 122% del salario acumulado. Esto se enlaza con los últimos datos oficiales del INDEC: la pobreza en Jujuy asciende al 41,8% de la población, por encima del promedio nacional que es de 39.2%. La indigencia trepó al 8.1%.
Entre canto y canto, entre marcha y marcha, enseñan los maestros: “Estamos muy precarizados; yo tengo 14 años de antigüedad y cobro 70 mil pesos. Y encima nos jubilan con la mínima”, dice María, docente no formal, mientras camina al ritmo de “Fuera Morales Fuera”, y de “Somos los docentes de Jujuy, aquí presentes, los docentes que nunca se venden, a la patronal”.
Mónica es maestra jardinera: “En la pandemia trabajamos las 24 horas y ni así nos aumentó el sueldo. Nuestro salario no cubre la canasta básica”. La canasta básica total está en 250 mil pesos para una familia de cuatro miembros, y el sueldo neto de un docente primario y secundario (básico más adicionales) ronda los 125 mil. Hay que hacer esfuerzo para escuchar el descargo, porque suena uno de los hits: “Morales gato sos un ladrón, le robaste a la educación”.
Las letras de las canciones mezclan palabras duras y sensibles, así como un festival de ritmos: coplas, huaynos, tinkus, pin pin y carnavalitos. Hay para elegir en el cancionero pero no en otras cosas, cuenta Viviana, maestra jardinera. “No podés comprarle ni ropa a un hijo. Ya ni digo paseos o viajes: ni las necesidades básicas se pueden garantizar. Además, no podemos enfermarnos porque nos cortan el presentismo por faltar un día”.
A un mes de iniciar el reclamo, el Centro de Docentes de Enseñanza Media y Superior aceptó los 200 mil pesos de piso salarial propuesto por el Ministerio de Educación provincial y levantaron el paro, aunque aseguraron que “bajo ningún punto de vista” dejarán de pelear contra la reforma “que consideramos inconstitucional”. En cambio ADEP, el sindicato de educadores de Nivel Inicial y Primario, continuaba el paro exigiendo una nueva paritaria, la derogación de la reforma constitucional y en apoyo al consenso al que llegaron las comunidades originarias: cortes de ruta hasta la derogación de la reforma.
Un corte y una Quebrada
La decisión tomada por el Tercer Malón de la Paz de restringir el libre acceso de los vehículos en rutas nacionales y provinciales tiene como motor el hartazgo total. Las comunidades originarias dijeron “basta” y “hasta las últimas consecuencias”. De ahí no se mueven. Entonces debíamos movernos nosotros desde el sur hasta el norte de la provincia, desde los valles, pasando luego por la Quebrada de Humahuaca y subiendo hasta esa meseta increíble, la Puna, a más de 3.500 metros de altura, para escuchar, conocer y ampliar las diversas miradas sobre este momento esencial.
Corte de Purmamarca
Desde San Salvador hasta Purmamarca hay 54 kilómetros de un paisaje impresionantemente bello. La Quebrada de Humahuaca es una seducción para la mirada ante tanta biodiversidad, caballos y vacas, cielo, montañas, infinitos cactus; con una paleta llena de diversos verdes que uno se sorprende de que existan.
En la entrada a la ciudad hay una bandera argentina y una whipala, binomio que estará presente en cada reclamo. Y en cada persona que da testimonio. “Morales es un traidor, una mala persona que está vendiendo a la Argentina con sus negociados”, comenta Nicolasa, de 31 años y cinco hijos, entre los cuales está su bebé de 5 meses, a quien acuna mientras habla: “Nunca pensé exponer a mis hijos de esta manera; estoy muy triste, jamás había pasado una represión así, fue horrible, agarraban a cualquiera, no importaba si era una mujer, un niño, les daba lo mismo”.
Pegado al típico cartel turístico que dice “Purmamarca”, una bandera con letras verdes pintadas prolijamente, anuncia: “Nación Kolla”. A metros está Mariana, que lleva una botella de plástico vacía. Cuando pasan los autos cada vez que se levanta el corte –cada 3 o 6 horas dependiendo la decisión asamblearia–, la botella es su herramienta para hacer ruido, chocándola contra su muñeca. Habla y no contiene las lágrimas que acarrean varios días durmiendo mal, y el haber recibido dos balazos de goma: “Es un dictador que vino a matarnos”.
Un día después de la aprobación de la reforma, el miércoles 21 de junio, se celebró el nuevo año andino (año 5531) y se realizó la ceremonia del Inti Raymi, la fiesta del sol. “Pese a la tristeza que quedará marcada por haber iniciado un nuevo año de esta manera violenta, el Tata Inti, nuestro sol, nos dio energías para seguir”, explica Mariana, de 48 años. Otra compañera algo más joven: “Estamos protegidos por guías sagradas y espirituales; por nuestros ancestros; por una fuerza superior que nos da fortaleza”, dice Semilla, que pide ser llamada así por miedo a una represalia: “Morales es un tirano que debe ir preso, por perverso. Es mala gente y conduce un aparato violento y turbio que de un segundo a otro puede montar lo que desee. No le importa la Pacha, solo el dinero”.
En Purmamarca se siente un temor latente por sospechas de infiltrados de la policía, de la gobernación, de los servicios de inteligencia. “Vienen y nos sacan fotos para provocarnos miedo. A muchos nos han amenazado de muerte”, dice Semilla. Aurora necesita desterrar algunos estigmas que se anduvieron repitiendo en cadena televisiva: “Nos tildan de kirchneristas y no es así. No militamos en el kirchnerismo, ni en la izquierda, ni en la Tupac de Milagro Sala; militamos por la vida. Morales es un asesino. ¿Cómo definirlo de otra manera? Nos dice terroristas a nosotros, cuando él nos genera terror”.
Corte de Tilcara
No lo pueden creer. O quizá sí, pero no les deja de asombrar. Horacio Rodríguez Larreta presentó como su acompañante en la fórmula presidencial al mismísimo Gerardo Morales. Lo vieron en un televisor de la estación de servicio de la entrada de Tilcara. Lo leyeron en el zócalo de la pantalla. A menos de cincuenta metros la comunidad tilcareña corta la ruta 9 exigiendo la renuncia del propio Morales, que muy lejos aparece posando en un salón de Palermo, en Buenos Aires.
Habla Griselda: “Él es el responsable de que tengamos el agua contaminada, de haber explotado nuestros bienes naturales y de entregarles las riquezas a las empresas extranjeras. Y que la mayoría de la población cobre sueldos miserables. Él es el responsable de que no tengamos proyectos de esperanza”. Antes de aceptar la charla, Griselda junto a su amiga Graciela pidieron la identificación de prensa. No será una excepción, sino la regla en los todos los cortes que recorrimos desde MU. “Estamos teniendo muchos problemas, hay muchos infiltrados”, justifica Graciela, quien un poco más distendida, explica: “Estamos seguros de lo que hacemos, hay esperanzas porque tenemos raíces, que son nuestras identidades”.
Corte de Uquía
En los costados de la ruta nacional 9, desde Tilcara hasta Uquía, hay algunas vacas, algunas cabras y pocas llamas, que proliferarán mucho más a medida que se avanza hacia la Puna. También casas bajitas de barro, de adobe, de paja, de madera.
Al llegar nos recibe un rojizo y hermosísimo cerro: Las Señoritas. Olga, docente: “Aceptar la reforma es pasar a ser esclavos. Morales es un represor, volvimos a los tiempos de la dictadura, no hay derechos en Jujuy. Tiene doble cara, dice una cosa y hace otra”.
Gabriela revuelve con una rama en una olla gigante el pollo con arroz primavera que pronto comerá su comunidad. Y dice: “Morales se hace el colla; tiene a mucha gente amenazada y cooptada con el compromiso de darle viviendas y dinero”. Al terminar, aconseja que hablemos con Doña Panchita, que está parada a unos metros, luciendo un sombrero rosa y una whipala en sus hombros. Tiene 66 años, una voz tenue y una potencia en sus palabras que refleja firmeza en las ideas: “Nos traicionó. Yo confié en él, lo voté, soy históricamente radical, pero ya perdimos la confianza. Necesitábamos que nos explicara los beneficios de la reforma y no lo hizo. No habló con su pueblo”.
Corte de San Roque
En Uquía ofrecen llevarnos en auto hasta la siguiente trinchera, con la generosa condición de que aceptemos dos bandejas de pollo con arroz. En el próximo destino, ya con las bandejas vacías, nos recibe Omar. Dice que está desvelado y con la convicción de “sostener hasta que se vaya Morales”. En una ronda que se arma espontánea, Alex Frites, docente de 28 años de la comunidad de Varas, sintetiza: “En una palabra, el gobernador es autoritario; jamás se apoyó en el diálogo, siempre hizo lo que quiso”. Luisa escucha y expresa su timidez con el silencio, que solo esquiva por un par de segundos y en pocas letras: “Solo quiero que bajen la reforma”. No necesita decir más que eso y vuelve a escuchar.
Mientras Morales es enfocado por muchas cámaras porteñas a 1.630 kilómetros de los cortes de Humahuaca, sobre la ruta hay muchas infancias que juegan, corren, sienten y piensan. Y que tienen qué decir. Xiomara, de 13 años: “Que dé la cara Morales y se haga responsable de la sangre derramada”. Se contrapone con lo que sabe que había dicho Larreta sobre su ladero: “Es un tipo valiente que no duda en defender los derechos de los jujeños, hubo una muestra esta semana de su temple y de cómo quiere evitar siempre situaciones de violencia”. Jorgelina, con un poncho que la resguarda, no está de acuerdo: “Morales quiere ser dueño de Jujuy, y ahora querrá hacer lo mismo con la Argentina. Sólo piensa en su dinero”.
Pegada a un muñeco de 2 metros y medio de alto que lleva una bandera con el lema “Abajo la reforma”, Verónica describe: “El gobernador siempre ha jugado sucio y esta no es la excepción; todo es una burla, una mentira. No le importamos, se ríe de los pobres, porque nos ve sucios, con zapatillas rotas”.
Muestra sus borcegos raídos. Y sus lágrimas, mientras dice que no cesará el reclamo, porque eso sería “entregar la libertad”.
Corte de Iturbe
La solidaridad está latente en cada tramo del camino y Juan, un vecino de Humahuaca, nos lleva al siguiente reclamo colectivo donde cantan un clásico: “El pueblo, unido, jamás será vencido”, evidenciando lo mucho que hay en juego. En asamblea permanente, Severiano Lamas aclara: “Acá no hay referentes, no hay patrones, somos seres humanos de carne y hueso. Nadie está a cargo del corte”. Lo que expresa no es menor: en todo el camino, en cada corte, no veremos ni infiltrados “porteños” ni “bolivianos” ni “militantes de la Tupac Amaru” ni de “La Cámpora” ni de “la izquierda”, como se buscó clasificar en muchos medios porteños para ensanchar la grieta.
Añade Severiano: “Además, si hablamos de cargos, no podemos quedarnos solo en las personas que estamos acá, porque también está la arena, están las piedras”, cuenta despacio, mirando al piso, sabiendo que la naturaleza no es algo ajeno sino parte de un sistema de vida. “Somos hermanos y nuestra madre es la naturaleza, la que nos dice que no nos podemos rendir”. Y sentencia: “El gobernador se ha enfermado, por testarudo, por haberse endulzado con el dinero; no es un burro, porque el burro es más inteligente que nosotros. Dicen que nos dan planes, pero no recibimos dinero, porque no podríamos hacer escuela de eso; que nuestros hijos y nietos vean que recibimos dádivas va en contra del pensamiento indígena”.
Hay nueve comunidades en este corte de Iturbe. Jacinta es de la comunidad Azul Pampa: “No tenemos agua ni para el ganado, ni para nuestros cultivos, ni para nosotros, por los calores extremos y por las grandes cantidades que se utilizan para el litio. Morales nos entregó por la plata, no tiene perdón”.
Corte de Abra Pampa
Esta vez nos queda únicamente la opción de viajar a dedo, porque estamos en el corte más inhóspito del camino. A los costados solo hay cerros. Delante y atrás, ruta. De la decena de vehículos que esperan pasar, solo uno va a Abra Pampa. Hugo y Graciela son de Neuquén. No tienen lugar, pero lo inventan. El camino está lleno de llamas y la Quebrada de Humahuaca les deja paso a la llanura y a cerros más minúsculos. La concentración en Abra Pampa, la ciudad cabecera del departamento de Cochinoca es enorme. Igual que la desconfianza. Piden identificación y no quieren revelar nombres propios. “¿Quién es Morales? El responsable de que todos los días recibamos amenazas de despidos, de descuentos en los sueldos, de inhabilitación por determinado tiempo para trabajar. Y hasta amenazas de muerte, por no aceptar la reforma”.
Hay 25 comunidades originarias sosteniendo esta trinchera en la Puna, a más de 3.500 metros de altura. El frío se cuela por todos lados. Jamás habíamos sentido un frío así, que parece meterse en los huesos. No alcanzan un buzo, un pullover, una campera. Ni guantes. Ni bufanda. A la madrugada, será peor. Se duerme a la intemperie, en el piso, en colchones, sobre tarimas de madera, con fuegos alrededor que amainan un poco la helada insoportable que alcanza los 10º bajo cero, y que llega hasta los 27º bajo cero en las noches más crudas. ¿Por qué se resiste en estas condiciones? Habla una mujer con voz tranquila, segura, precisa: “Si nos vencen acá, perdemos todo; vendrán por nuestras tierras, por el agua, por la vida. No nos queda otra que aguantar. Es ganar o morir”.
Corte de Perico
De vuelta en San Salvador y a no más de cuatro kilómetros del aeropuerto, la gente reclama no solo por la reforma, sino también porque varias familias están siendo desalojadas de la Finca El Pongo, en la localidad de Perico. Familias productoras de hortalizas y frutas desde hace décadas. “Morales es una persona que no tiene corazón de humildad, que no piensa en los demás, y menos si somos humildes”, dice una campesina que denuncia haber sido desalojada “porque ahora en esas tierras se está plantando cannabis para hacer aceite medicinal que se lo llevan a otro país; no es para beneficio del pueblo, sino de él y de una empresa de Canadá. En Jujuy, veas donde veas, está todo mal”. Denuncia otro campesino: “Por ahora nos sacaron 300 hectáreas y ya dijeron que van a agarrar 300 más. Ya echaron a 8 familias y vienen por más. Ahí también plantábamos caña de azúcar y hacíamos ganadería”. Pregunta en forma de adivinanza: “¿Saben quién maneja todo? El hijo de Morales. Ya hicieron hasta su propia pista de avión”.
Gastón Morales es el presidente de la empresa Cannabis Avatara Sociedad del Estado y su filiación no es un caso aislado en un gobierno jujeño en el que se calcula que Morales es el gobernador con más parientes colocados en puestos políticos del Estado. El número asciende al menos a 25 entre hermanos, hijos, sobrinos, cuñados, un tío y una ex esposa.
En el corte, otra campesina que también pide reserva de la identidad por miedo, asegura: “En la Finca vivimos alrededor de 300 familias de comunidades originarias, que somos preexistentes. No solo no nos consultaron en nada, como deben hacer según la Constitución, sino que vinieron con topadoras a arrasarnos”.
¿Quién cierra los ojos?
La represión sobre las comunidades no es una novedad en Jujuy. En marzo de 2021 Morales ejecutó una brutal represión en el barrio Campo Verde, de San Salvador, donde las y los vecinos buscaban resguardar el único espacio libre que les quedaba. Un año antes, en el inicio de la pandemia, echó a un grupo de inmigrantes obligándolos a subir a un micro hacia Buenos Aires. Un mes después anunció la puesta de fajas en las puertas de las casas de quienes contraían el coronavirus. Por el escándalo que ocasionó su idea debió dar marcha atrás. El 8 de marzo de este año reprimió frente a la Casa de Gobierno la movilización encabezada por la Multisectorial de Mujeres y Disidencias de Jujuy y familiares de víctimas de femicidios.
Jujuy sigue latiendo a innumerables pulsaciones. A horas de que esta revista entre a imprenta, los hechos relevantes se multiplican, la resistencia continúa y los métodos represivos también.
En la madrugada del 28 de junio la docente y actriz Camila Müller denuncia haber sido agredida físicamente por encapuchados que ingresaron a su domicilio: “No te hagas la revolucionaria, te tenemos junada”. El 30 de junio, el gobierno nacional hace una solicitud tan tardía como necesaria: le pide a la Corte Suprema de la Nación que declare inconstitucional la reforma impuesta por Morales. En la madrugada del 1º de julio el pueblo de Humahuaca toma la Municipalidad y logra, a regañadientes, que el Concejo Deliberante apruebe una declaración de rechazo a la reforma constitucional. El cuerpo de infantería reprime descarnadamente y uno de los balazos de goma le hace perder la vista del ojo derecho al joven Joel Paredes. Es la cuarta persona que pierde la visión en un ojo por un balazo: Mijael Lamas, en Purmamarca, el sábado 17; Ernesto Aguirre y Jorge Rodríguez, en San Salvador, el martes 20.
Un graffiti que exige justicia recorre todo Jujuy: “Tus balas no fueron suficientes para cerrarnos los ojos”.
La iniciativa de la comunidad de Humahuaca sirve de ejemplo para el resto y en las horas siguientes se logran rechazos a la reforma por parte de los Concejos Deliberantes de La Quiaca, Abra Pampa, El Aguilar, Palpalá, El Molulo, Puesto del Marqués y Tres Cruces y se está exigiendo lo mismo en varias localidades más.
Desde el corte de Abra Pampa, un comunero originario amenazado cuenta: “Morales es como dice el dicho, un cuchillo de doble filo. Escribe con la mano lo que borra con el codo. Yo creo que el error de nosotros, del pueblo jujeño, fue darle al poder más poder. Eso no sirve. Yo creo que a cualquier gobierno hay que darle cuatro años. En el segundo mandato demostró tener el poder y llevarse todo por delante. Pero hay que hacer autocrítica: nosotros también somos responsables de lo que hoy estamos pasando”. De fondo, se escucha una canción que es de las más representativas: “Dicen que los del norte somos callados, pero cuando nos joden nos levantamos; libres o muertos; pero jamás esclavos”.
Con vistas a lo que viene, desde la Comunidad San Miguel de Colorado, de Salinas Grandes, una de las 400 comunidades originarias que están preparando una demanda jurídica para exigir la derogación de la reforma, le recuerdan a Morales, en un tono bajito, casi susurrando, algo que creen no tuvo en cuenta al analizar hasta dónde podría escalar el conflicto: “La lucha que damos está relacionada a nuestra cosmovisión, a nuestra madre tierra, al viento, al fuego, al sol, a la luna. Son parte nuestra y por eso esta defensa hasta el final; somos una espina para ellos por reclamar lo justo; una piedra en sus zapatos y lo seguiremos siendo. No dependemos de nadie, de ningún partido ni organización social. Estamos en la tierra para cumplir una función, que no es destruirla ni desmontarla. Uno puede tener un título o no, podés ser científico, geólogo, andar por los salones. Por eso quienes somos de pueblos originarios nunca usamos corbata: porque divide el pensamiento del sentimiento. Si nos pasa eso corre riesgo el futuro y no lo vamos a permitir. Porque la capacidad no está solo en la mente, también está en el corazón”.
Nota
Malón del Orgullo: este sábado 4 en Tribunales
El próximo sábado 4 de noviembre, desde las 13 hs, la Plaza Lavalle frente a Tribunales será sede del Malón del Orgullo, una convocatoria artística y política que contará con la presencia de Susy Shock, Marlene Wayar, Banda de les mostres, Brotecitos, Aldana Bello, Comunidad Ballroom, Maryta de Humahuaca, Andrea Bazán, Caro Bonillo, Nayla Beltrán y otres artistas. Se convoca también a llevar agua, alimentos no perecederos y verduras en beneficio del Tercer Malón de la Paz, grupo de comunidades originarias que se encuentran en permanencia en Buenos Aires en protesta del saqueo de recursos naturales y contra la reforma constitucional que impulsa el gobernador Gerardo Morales en Jujuy. El encuentro representa una alianza tan insólita como poderosa entre comunidades originarias y personas que asistan a la Marcha del Orgullo 2024. Las propuestas: descolonizarnos e ir contra todos los genocidios.
Exactamente un año atrás, la artista Susy Shock estaba parada en la Avenida 9 de Julio cuando vio pasar unos de los típicos camiones convertidos en carrozas con candidatos de derecha. Alrededor todo era aplausos y baile. “Había un montón de gente que creo que ni se daba cuenta que le estaba bailando a la derecha”, recuerda. “Nos pusimos a gritarles por tanta violencia, por tanto despojo, por tanta disputa con ellos y nuestros derechos, porque no solamente nos los han negado sistemáticamente, sino que inclusive cuando tuvieron la oportunidad votaron en contra de nuestras leyes más importantes. Entonces nos dimos cuenta de que éramos dos hormiguitas frente a un huracán y que todo pasaba demasiado rápido como para que exista una discusión política. Decidimos irnos a tomar un café y sentir que ese espacio ya no nos pertenecía, no de la manera que lo fue siempre. Quizás haya que reinventarlo. Ojalá eso suceda”.
La sensación de tener que correrse de ese lugar se mantuvo durante varios meses. “Mientras tanto, la incertidumbre política del país, de sentir que hay una burocratización en general y una institucionalización de los feminismos y de la diversidad que implicó que el pensamiento crítico se diluyera, que la exigencia por todo lo que falta se diluyera, que el conformismo y la comodidad se instalara…”, enumera otras variables.
Fue en medio de todo eso que apareció, desde Jujuy, el Malón de la Paz. ¿Qué representó esa irrupción? Contesta Susy Shock: “Aparecieron con preguntas que nos estamos haciendo, con inquietudes y con un cuerpo fuertemente instalado de compañeras, hermanas y hermanos que discute no solamente una Constitución, sino un modo violento y colonialista, de hacer política que nos llevan puestos. Entonces sentimos, muy humildemente, que teníamos que ir acercándonos a escuchar”.
Susy repite tres veces la misma palabra: escuchar, escuchar, escuchar, como si así fuera posible reafirmarla. ¿Por qué? “Lo digo muchas veces porque es quizás uno de los nuevos símbolos de esta época: escuchar, y lo digo desde una comunidad que tuvo que decir, decir, decir, hablar, hablar, hablar, por la necesidad de contar en voz propia. Quizás nos quedamos demasiado cerca de nuestro testimonio, de nuestras reivindicaciones y se nos estaban llevando puesto el país”.
La diversidad originaria
La convocatoria a un Malón del Orgullo se presenta entonces como un movimiento que implica dos pasos: el desplazamiento de ese centro que une Plaza de Mayo con Plaza Congreso por donde transitará como todos los años la tradicional marcha, e ir hacia otro lugar: el del abrazo con el Malón de la Paz.
Marlene Wayar, activista y teórica trans, lo explica así: “Hay muchas razones para el abrazo porque hay un primer des-abrazo en ignorar a los pueblos originarios que lo que hace es ocultar todo un racismo que tenemos inserto y que, como no lo asumimos, tampoco lo podemos trabajar. El abrazo nos encuentra en el pedido común de humanidad en el sentido profundo, para no dejarnos deshumanizar por un sistema que nos propone la alienación de lo humano, que nos enferma de diferentes modos pero sobre todo desde el capitalismo a ultranza que no nos permite la posibilidad de pensarnos de otra manera que como seres individuales; y eso va en contra de nuestros intereses y en contra de la construcción misma del sentido político de la democracia”.
En el camino de buscar otras formas de habitar y compartir, el encuentro se presenta como urgente y necesario. Dice Marlene: “Si nos pensamos como personas disidentes en términos sexogenéricos, no podemos dejar de ver lo valioso que es no perder la humanidad. Dependemos vitalmente de que no nos deshumanicemos, de que la vida humana valga y la autonomía de esa vida humana sea considerada como el único gobierno posible para sus elecciones de vida. Estoy evitando decir la palabra empatía porque está bastardeada por los partidos políticos, pero de lo que hablo es de la posibilidad de identificarse con el otro, con la otra y de valorarlo de la misma manera que te valoras a vos”.
Abrir los sueños
¿Qué esperan que suceda en este encuentro?
Marlene Wayar: “Espero que se enciendan algunas luces en donde nos demos cuenta de que todo se puede como movimiento, que nos demos cuenta de que nos podemos correr de los lugares preestablecidos, de los lugares diseñados por el capitalismo. Que nos empecemos a descolonizar a nosotras y nosotros mismo, a decir yo tengo la creatividad para llevarla a mi grupo y proponer cosas nuevas que por supuesto seguramente no sean masivas, pero sí van a ser sanadoras para mi y para quienes participen de esto, y espero que dejemos de tener la zanahoria del éxito masivo que ya sabemos que nos lleva al fracaso”.
Susy Shock: “Creo que en este encuentro, en este acercamiento, desde el sueño de habitarnos políticamente, desde abajo, desde el pie, con las patas en el barro nuevamente, para empezar a hacer, para empezar a sumar otro modo de hacer política. Este es el comienzo, y es la necesidad también. Respetando siempre a tantos pibes y pibas que salen por primera vez a la marcha y que le significa inaugurarse después de salir del closet, sentir que pertenece a una comunidad, a esa esa juventud, a esa infancia que nos sigue siempre nuestro respeto. Pero hay que tirar más alto el horizonte de pensar política en nuestro colectivo, no va a servir de nada que nos hablen con la E si no tenemos planeta, si no metemos en agenda esto, sino nos ponemos en el círculo de quienes están peleando y luchando por los recursos y por el futuro. Espero un nuevo empezar, y eso es gigante, es reparador. Y eso también implica pararse nuevamente en la posibilidad de tener un sueño en un mundo donde parece que se nos perdió a todos. Con pensar en el Malón bendiciendo a las travas que están peleando por la reparación, con ese solo encuentro, a mí se me abre el sueño”.
La convocatoria completa
CONVOCATORIA AL MALÓN DEL ORGULLO
A DESCOLONIZARNOS * CONTRA TODOS LOS GENOCIDIOS
4 DE NOVIEMBRE 13 HS PLAZA LAVALLE. FRENTE A TRIBUNALES
TRAER AGUA, ALIMENTOS NO PERECEDEROS Y VERDURAS
Como movimiento TTNBLGBQ+ y en la inconformidad de nuestro estar en un mundo moldeado por la Heteronorma, nos convocamos a desplazarnos del centro y abrazar al Malón de la paz, el sábado 4 de noviembre desde las 13 hs, con la presencia de Susy Shock, Marlene Wayar, Banda de les mostres, Brotecitos, Aldana Bello, Comunidad Ballroom, Maryta de Humahuaca, Andrea Bazán, Caro Bonillo, Nayla Beltrán y otres artistas, en la Plaza Lavalle, frente a Tribunales. Se invita a traer agua y alimentos no perecederos y verduras.
Creemos en la construcción del amor junto a otros cuerpos, no en la soledad. Observamos con preocupación que los pueblos originarios, guardianes de otras formas de relación con la tierra y los seres vivos, están siendo avasallados por el poder económico y desatendidos por las instituciones democráticas.
A 40 años de la democracia, sentimos que el cuidado de ciertos cuerpos ha sido severamente descuidado. Nos convocamos a desplazarnos del centro. Sabemos que moverse resulta incómodo, genera miedo y conlleva soledad, pero si lo hacemos en comunidad, podemos gestar nuevos modos, propios, autónomos, creativos y liberadores.
Nos convocamos como parte de una urbe fría para construir otras alianzas insospechadas, demostrando así nuestro compromiso con otros cuerpos en luchas y resistencia promoviendo el deseo. Deseamos abrazarnos al 3er Malón de la Paz, con la firme convicción de que existe un abrazo que nuestra nación entera les debe a nuestros pueblos. Tenemos memoria y somos cuerpos migrantes, de la familia nuclear, del patio escolar, de nuestros barrios, pueblos, ciudades y naciones y nociones. Somos migrantes.
Sentimos que no queremos ser cómplices del racismo, un fenómeno que nos preocupa tanto como el odio hacia nuestras existencias. En un país donde el egoísmo se presenta como una alternativa viable, capaz de sacrificar nuestros cuerpos en aras del progreso colonizador, nos imponemos la ética del amor y el compromiso de construir otros vínculos donde activamente nos posicionamos en contra del racismo.
Acompañamos y nos solidarizamos con nuestros pueblos ancestrales, aportando nuestros colores, nuestra alegría, nuestras nuevas danzas y melodías, nuestra rabia, nuestra lucha y nuestro amor. No hemos descendido de los barcos, nacimos en territorios americanos y nuestra urbanidad no nos ha deshumanizado.
CONVOCAN:
- LAS HISTÓRICAS ARGENTINAS
- FUTURO TRANS
- TERCER MALÓN DE LA PAZ
- REVISTA MU – LA VACA
- ROTECITOS RADIO
Nota
Cumple un mes en Buenos Aires el Tercer Malón de la Paz y el gobierno crea una comisión investigadora por los abusos en Jujuy
¿Qué saldo está dejando la movilización de pueblos originarios a la Capital Federal? Llegaron haciendo casi 2.000 kilómetros en contra de la reforma constitucional del gobernador Gerardo Morales en Jujuy, pidiendo la intervención de la provincia y audiencias con la Corte Suprema y el Poder Legislativo, sin éxito. El presidente Alberto Fernández se hizo eco del reclamo, decretando este jueves la formación de una comisión investigadora de los abusos y la violencia institucional en la provincia. La presencia de Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, Horacio Pietragalla Corti junto al Malón. Lo que está en juego, en perspectiva histórica y alcance nacional: los derechos humanos, los recursos naturales, el derecho a la protesta, al territorio y una vida digna. Los debates sobre la extracción de litio, y la realidad de las comunidades donde se planifica la explotación. Reflexiones y peripecias de pueblos que denuncian la falta de democracia en medio de una dirigencia social y política ocupada en la carrera presidencial.
1° de agosto – 31 de agosto de 2023.
La realidad argentina se vive frenéticamente. Sin pausas, sin paréntesis, sin punto y aparte para enumerar algunos sucesos de este mes: llega a Buenos Aires el Tercer Malón de la Paz conformado por más de 400 comunidades originarias de Jujuy. Sexto aniversario de la desaparición seguida de muerte, en medio de una represión ilegal, de Santiago Maldonado. Javier Milei es el candidato presidencial más votado en las PASO. Al día siguiente, el ministro de Economía Sergio Massa devalúa el peso un 22%. Comienza el juicio por el asesinato de Rafael Nahuel en 2017 a manos y fusil del Grupo Albatros, de la Prefectura Naval. Lionel Messi se consagra campeón en los Estados Unidos. La oposición, con la complicidad del oficialismo, da media sanción en Diputados a una nueva ley de alquileres que perjudica aún más al inquilino. El bloque de países emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) anuncia la inclusión de la Argentina a partir de enero de 2024. Matan en Lanús a Morena, 14 años, y a esa conmoción le sigue el crimen del manifestante Facundo Molares Schonfeld, en el Obelisco (y ambos sucesos ya parecen tragados por el olvido). Fallece el fiscal Federico Delgado a los 54 años. El Canal 13 de televisión se burla e intenta ridiculizar a una mujer y un hombre de los pueblos originarios que viajaban en subte (y proponían eliminar prejuicios y planteaban que no era para reírse lo del Malón “porque son cosas que definen el futuro de un país”). El video viralizado mezcló racismo, discriminación, estupidez humana e ignorancia. Se lleva a cabo en múltiples provincias una nueva edición de la Marcha contra el gatillo fácil. El presidente de la Nación Alberto Fernández decreta la creación de la Comisión de Recepción y Análisis de Denuncias sobre Violencia Institucional en la provincia de Jujuy.
Entre el arribo al cemento porteño el 1° de agosto, y esta última noticia, publicada este jueves en el Boletín Oficial, hay un mes entero de un país convulsionado, en cuyo centro político se emplazan integrantes de Pueblos Naciones Atacama, Colla, Quechua, Chicha, Humahuaca, Fiscara, Tilián, Ocloya y Guaraní. Nueve naciones de más de 400 comunidades, organizadas en un único bloque denominado Tercer Malón de la Paz. Instaladas en Plaza Lavalle, frente a la Corte Suprema. Nada menor, en tiempos de fragmentaciones, divisiones, grietas, y tantos etcéteras.
Genialidad bananera
El Malón salió el martes 25 de julio desde La Quiaca y otras localidades de Jujuy provenientes de la Puna, de la Quebrada, de las Yungas, de los Valles, con destino a Buenos Aires. En el camino recorrió más de 1800 kilómetros, a micro y a pie, y otras seis provincias: Salta, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Córdoba y Santa Fe. La decisión de traspasar las fronteras provinciales llegó después de una serie de reclamos denunciados y desoídos puertas adentro. Dulce, 48 años, malonera del Pueblo Churumata, introduce: “Primero, fue por la reforma inconstitucional que llevó a cabo Gerardo Morales. ¿Por qué es inconstitucional? Porque a los pueblos originarios no se nos consultó su contenido, como fija el convenio internacional de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Pero tiene muchas otras falencias, como no haberle comunicado al resto de la sociedad de qué se trataba hasta muy pocos días antes de la jura; como que había 90 días para discutir la nueva reforma y en menos de tres semanas ya la juraron; como que los políticos que fueron parte de la Convención Constituyente también eran diputados, el mismo gobernador, intendentes, que no renunciaron a sus puestos y ejercieron el doble cargo. Fuimos una genial república bananera, en la que a la noche Morales era gobernador y a la mañanita era constituyente… como si fuera una película de muchos años atrás, donde venía un dictador y hacía lo que quería. Así se vive hoy en Jujuy”.
La reforma exprés y a espaldas del pueblo derivó en manifestaciones que fueron reprimidas por un gobierno provincial que sembró el terror de diversas maneras: fuerzas policiales reprimiendo en motos y camionetas sin patentes; uniformados usando camionetas de empresas privadas para levantar gente (como en el Apagón de Ledesma en 1976, que derivó en el secuestro de más de 400 personas, 55 de las cuales siguen desaparecidas); fuerzas policiales disparando a la cabeza y a los órganos reproductores (al menos cuatro personas perdieron la vista en uno de sus ojos); persecución a periodistas y fotógrafos; amenazas a dirigentes de pueblos originarios, sociales, sindicales y docentes; incendio del auto de dos dirigentes sindicales; allanamientos a viviendas sin orden judicial; detenciones ilegales, y etcétera y etcétera.
Sin esperanza de ser escuchados en su provincia, y con la certeza de ser perseguidos, el Tercer Malón de la Paz consensuó viajar a Buenos Aires e instalarse en la Plaza Lavalle.
Frente a la Corte Suprema de Justicia, los tres reclamos concretos del Tercer Malón de la Paz
1) Que la Corte Suprema se expida sobre la inconstitucionalidad de la reforma de la Constitución.
2) Solicitar al Congreso de la Nación la intervención de Jujuy.
3) Que el Congreso elabore y sancione la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena.
Con el paso de los días, sumaron otro punto, luego de que a decenas de manifestantes les llegaran multas y contravenciones por cifras mayores a los dos millones de pesos:
4) El cese de represión, hostigamiento, persecución, detenciones e imputaciones a dirigentes y autoridades indígenas en Jujuy.
UN MES EN BUENOS AIRES
A Eloy lo abriga un poncho azul holgado, una bufanda con los colores de la whipala y un sombrero con distintivos de dos banderas: la argentina y la que representa a los pueblos originarios. Sintetiza lo pasado en estos 31 días: “Fue un mes con momentos altos y bajos, de mucha preocupación por lo que continúa pasando en Jujuy, con persecuciones e imputaciones. Y acá que en muchos casos no nos atienden, no nos escuchan. Tanto en la Corte Suprema como en la Cámara de Senadores, y parte de los Diputados. El Tercer Malón de la Paz logró una victoria muy grande, que fue la derrota del dictador Morales y su partido político en la provincia de Jujuy (el candidato más votado fue Milei, con el 39.83%, seguido por la fórmula Rodríguez Larreta – Morales que obtuvo el 18.10%). Otros pasos muy grandes fueron el frenar algunos avasallamientos que sufríamos en la provincia, así como romper las barreras mediáticas y atravesar las fronteras a nivel nacional e internacional, a costa de mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio”.
Luego de ir al Congreso de la Nación a pedir audiencias con ambas cámaras legislativas, integrantes del Tercer Malón fueron recibidos en cuatro oportunidades por diputados de Unión por la Patria y del Frente de Izquierda. ¿Del resto de los partidos políticos? “Nada”. ¿Del Senado? “Nada”. Cuenta Dulce: “En este mes no hubo voluntad del Congreso en general, ni para la intervención de la provincia ni para la ley de propiedad indígena. Sí tenemos unos cuantos diputados aliados, pero no la mayoría. Presentamos notas, pedimos audiencias con cada legislador, sin importar el partido, para que logren comprender y hagan el bien común, pero no se llega al número que necesitamos”.
Johana Arce tiene la capucha de su campera puesta para resguardarse un poco del frío invernal. Es de las naciones Kolla y Guaraní. Tiene 28 años, es comunicadora social y es parte del medio SISA, cuyo nombre homenajea a Bartolina Sisa, histórica luchadora aymara contra el colonialismo. “En lo comunicacional, con la llegada del Malón vimos cierta repercusión, bastante presencia de medios independientes, alternativos e incluso algunos hegemónicos, pero lamentablemente fue bajando y eso es parte de la indiferencia, la discriminación que se vive día a día, lo que también origina que el Malón haya viajado con demandas precisas y concretas que no fueron respondidas hasta el momento. En este mes, hubo varios hechos violentos en la permanencia pacífica, como la policía hostigando y no permitiendo –por directivas del Gobierno de la Ciudad–, poner carpas pese a las lluvias, a la exposición física y emocional; pero esto tampoco fue contemplado en los medios. En cuanto a las movilizaciones, que ya perdí la cuenta de la cantidad porque fueron un montón, tampoco hubo el acompañamiento necesario”. Profundiza el planteo: “Hay que tener en cuenta que las comunidades tienen su forma de organización asamblearia, todas las voces se van escuchando y así se llevan adelante las decisiones, sobre la marcha; eso muchos medios no lo tienen en cuenta a la hora de acompañar”.
A la imposibilidad de poner carpas, medida que se sostiene, vale aclarar que los primeros días tampoco les permitieron instalar baños químicos. Los días de lluvia, agentes de la Policía porteña no permite que las y los malones se cubran con nylon y plásticos: “Pueden poner las lonas para resguardar las cosas de la lluvia, pero la gente no puede ponerse debajo porque eso sería acampar y no están autorizados”, fue la orden del oficial Pérez.
Jorge Angulo es coordinador del Consejo de Pueblos Originarios Llankaj Maki de Jujuy. Vive en Palpalá y es una autoridad indígena de la comunidad kolla Tawa Suyu (“De las cuatro regiones”). Tiene 45 años y lleva puesta una gorra negra con el nombre de su organización, que en quechua significa “Manos trabajadoras” y que lleva la figura de una mujer en el centro: “Estela Silos, referente indigena que falleció hace 8 años. Originaria, militante social, sindical, estudiantil. Ella armó este consejo. Fue una tremenda luchadora que nos dejó el espíritu de que todo se resuelve luchando y organizándonos”, expresa Jorge con voz firme. Comparte su balance de la permanencia frente a Tribunales: “Este mes vino a consolidar un proceso, un mensaje, la voz de que va a haber un cambio. PachaKuti le decimos, que significa el cambio de esta forma de vida, el inicio de un nuevo ciclo. Porque una cosa es el objetivo específico de hacer caer a la reforma y sobre eso hay que seguir buscando estrategias, abrir muchos caminos para lograrlo. Pero lo más fuerte es que el Malón vuelve a instalar la figura de los pueblos originarios como actor político, porque acá hay hermanos y hermanas preparadas, a la altura de cualquier funcionario. Venimos a decir no solamente que estamos resistiendo desde nuestras comunidades, sino también transformando la realidad que nos toca vivir. Que por los desarraigos, hacemos políticas de arraigo; que no solamente frenamos las mineras, sino que pensamos cómo nos desarrollamos. Logramos un objetivo que es ser parte de la agenda, pero no como indios pobres, sino como actores que queremos discutir la forma en que cambiamos esta situación. Cada gestión de gobierno nos ha ido relegando de nuestra función política; en el mejor de los casos solucionando las urgencias y emergencias, pero nada más. Y el Malón vino a poner un freno a eso. Este es el gran triunfo”.
Néstor Jerez es cacique del pueblo ocloya y uno de los voceros designados. Tiene pelo largo, sujetado por un trarilonco negro y blanco. El trarilonco es una cinta que rodea la cabeza a la altura de la frente, como vínculo con los antepasados. Su diagnóstico hasta el momento: “Hay muchos logros que quedan en segundo plano porque lo principal que necesitamos es la nulidad de la reforma y la intervención federal en la provincia. Pero el Malón ha triunfado porque ya es noticia mundial; porque la derrota de Morales en las PASO demuestra el poder originario en Jujuy; porque saliendo del territorio nacionalizamos el problema; porque hay un reconocimiento desde los diferentes movimientos sociales y sindicales al Malón como un actor político; porque realmente estamos demostrando otra forma de llevar adelante la política, donde todo es circular, donde las decisiones se toman en una asamblea, donde realmente el dirigente, la autoridad elegida, tiene que ejecutar lo que dice la asamblea y no al revés. Y también hemos triunfado porque seguimos poniendo en evidencia que la discusión pasa por dos modelos de vida totalmente diferentes y opuestos, como es el que venimos pregonando en los pueblos milenarios basado en el ‘buen vivir’ y el otro que está reflejado en la reforma de la Constitución que implica la continuidad del genocidio y que el gobierno se apropie de los territorios, de las tierras fiscales, el agua, los recursos naturales, la biodiversidad, la genética y prohíbe al pueblo jujeño a expresar su derecho; o sea, una dictadura y volver a la esclavitud”. Casi sin pausa, agrega: “Queremos creer que en Argentina hay Estado de derecho a pesar de que hasta ahora, los jueces de la Corte Suprema no respondieron a nuestro pedido de audiencia desde el primero de agosto, pese a que el procurador General de la Nación ya dijo que le corresponde a la Corte convocar a una audiencia pública”.
En todo el mes, día tras días, el Malón se acercó a la puerta de Tribunales y la respuesta fue el silencio, la puerta cerrada, el vallado. Pidieron audiencia, y no les contestaron. Desde el Servicio de Paz y Justicia (SerPaJ) presidido por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, también solicitaron audiencia, y no le contestaron. En los primeros días de agosto, Ricardo Lorenzetti, uno de los jueces de la Corte, había prometido recibirlos. Les dijeron que podrían pasar 10 maloneros. Luego 5. Luego 3. Luego 1. Entró Néstor Jeréz, pero sólo le permitieron llegar hasta la mesa de entrada. Le pidieron que deje un número de teléfono y que lo “llamarían”.
Les mintieron.
Y entonces, durante más de 50 horas cuatro maloneros realizaron una huelga total, de comida y de bebida, para exteriorizar la bronca. Y tres de ellos se encadenaron en las escalinatas de la puerta de entrada a la Corte.
Tampoco los recibieron. Ni se comunicaron.
La mentira y el ninguneo tienen nombre y apellido: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti.
Dulce está tomando unos mates para calentarse de una tarde fría, en la que el sol se empieza a despedir, muy lentamente. Hay un paralelismo con las respuestas obtenidas: “Pensamos que íbamos a tener avances con mucha anterioridad y la cuestión se está poniendo lenta, pero los hermanos estamos dispuestos a quedarnos, a luchar como el primer día; estamos pendientes para volver a hacer una huelga de hambre si es necesario. El decreto firmado por el presidente para conformar una comisión investigadora está bueno, pero no es la baja de la reforma ni la intervención de la provincia. Es algo, sí, aunque nuestro objetivo no está cumplido”. Añade: “No es lo que vinimos a buscar, pero esperemos que con este DNU gran parte de los hermanos pueda regresar a sus hogares porque muchos viven de su siembra, de sus animales. Por ejemplo, ya estamos fuera de la siembra de papa y de maíz; o sea, en enero y en febrero no van a tener ningún ingreso económico, no va a haber qué cosechar; y ya en septiembre entran a reproducirse los animales, si ellos siguen acá, en enero y febrero no va a haber animales. ¿Se entiende cómo nos estamos jugando todo quienes permanecemos acá?
LA COMISIÓN INVESTIGADORA
La permanencia del reclamo, en Jujuy y en Buenos Aires, la consistencia de lo que exigen, una mesa de diálogo con la Secretaría de Derechos Humanos y con el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), junto al acompañamiento del SerPaJ, de muchas organizaciones indígenas, sociales y sindicales, derivaron en que el viernes 18 de agosto los recibiera en Olivos el Presidente de la Nación, Alberto Fernández. De esa reunión se consensuó el compromiso de crear la Comisión de Recepción y Análisis de Denuncias sobre Violencia Institucional en la provincia de Jujuy, que dependerá de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El decreto que confirma su creación se publicó ayer en el Boletín Oficial. La Comisión, ya en vigencia, cuenta con un plazo de hasta sesenta días corridos para elevar el informe y tendrá como los siguientes objetivos:
–“Receptar las denuncias de abuso de autoridad, hostigamiento, persecución y demás casos de violencia institucional cometidos por la fuerza policial provincial contra manifestantes durante y después de la protesta contra la reforma constitucional de la provincia de Jujuy”.
–“Recopilar las observaciones formuladas por los organismos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y del Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos (ACNUDH), relativas a la actuación de la fuerza policial provincial durante las protestas llevadas a cabo por las diversas organizaciones sociales, sindicales, comunidades indígenas y demás ciudadanos en la provincia de Jujuy”.
–“Elaborar un Informe para el Congreso de la Nación y la Corte Suprema de Justicia, con las recomendaciones que aseguren el cumplimiento de las obligaciones asumidas por el Estado Nacional en los Tratados y Convenios Internacionales sobre Derechos Humanos”.
El decreto establece que la comisión estará integrada por un mínimo de cinco y un máximo de siete representantes, en carácter “ad – honorem”. Asegura la norma: “Será coordinada por el Director Nacional de Políticas contra la Violencia Institucional y estará compuesta además por la titular de la Dirección Nacional de Asuntos Jurídicos Internacionales en Materia de Derechos Humanos y por expertos de reconocida trayectoria en materia de derechos humanos, quienes serán designados por el Ministro de Justicia y Derechos Humanos”.
“Esta comisión es un paso importante, porque de ella participarán organismos nacionales e internacionales como la OIT, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, además de distintas áreas del gobierno nacional. Pero este paso no quiere decir que terminamos acá y nos volvemos a casa. Vamos a continuar esta lucha, será un proceso largo”, explica Eloy.
Nimia es una joven malonera de Susques, que representa a una franja etaria que se está levantando: “Este decreto lo ganó el Tercer Malón de la Paz poniendo el cuerpo todo el día, todos los días, luego de casi tres meses ausentes de nuestras casas, lejos de la familia, de no compartir un almuerzo ellos. Es un avance importante para demostrar que Gerardo Morales violó todos los derechos; con esto ganamos más fuerza para seguir luchando y volver a tener tranquilidad en nuestro territorio”.
Suma Néstor Jerez: “Esta comisión tiene que generar insumo que sirva para lograr el punto 4 de nuestro reclamo, y que cese la violencia institucional y la violación de los derechos humanos en Jujuy, y a su vez, el informe irá al Congreso y a la Corte Suprema como otro fundamento más para la intervención de la provincia y la derogación de la reforma”.
Dulce es menos optimista. “Está bueno lo que firmó el presidente, pero no vinimos a eso. De hecho, podríamos haber ido a cada ministerio, a pedir una cosa, a pedir otra cosa, pero no es el objetivo del Malón, que es bajar la reforma. No hay conquista intermedia para nosotros”.
–¿Tenés esperanza de que a partir de esta comisión investigadora se derogue la reforma?
–No. Lo que espero es que, una vez que se salga a la luz la investigación de esta comisión, se plante un nuevo jujeñazo y ahí sí se baje la reforma. El poder político actual siempre tiene algún convenio, siempre tiene algún negocio, siempre se deben favores, entonces no va a caer la reforma. Sí creo que cuando se muestre todo lo que pasó en Jujuy, el maltrato, los golpes, las heridas, las persecuciones, y el pueblo en general se entere de lo ocurrido en su totalidad, se levantará nuevamente. Decretos tenemos un montón, leyes también, pero sólo el pueblo podrá lograr bajar la reforma y eso es levantándose de nuevo. Venimos de tantas generaciones buscando liberarnos de los nuevos Estados que están sobre nuestro territorio, que una generación más que esté peleando, no nos va a cambiar. Así que pase lo que pase, lo vamos a seguir intentando.
LARGO PLAZO
El 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas y desde la vigilia se llevó a cabo una asamblea plurinacional pensando en fortalecer la unidad de las distintas naciones originarias. Fue una semilla más, no pensando en el corto plazo, sino de cara al futuro. Desarrolla Eloy: “En todas las provincias del país hay pueblos originarios preexistentes a la nación argentina y a partir de este Malón conseguimos aliarnos con muchos de ellos. Se están dando asambleas plurinacionales en diferentes lugares con el objetivo de construir una confederación de pueblos originarios”.
En el mismo sentido, cuenta Jerez: “Hay que entender que esta lucha va a ser larga porque del otro lado tenemos un monstruo, tenemos la agenda 2030, al nuevo orden mundial, al poder económico y concentrado, al imperialismo, a la corporación de las multinacionales que viene por todos. Por eso, uno de los caminos que ya estamos planificando es visitar cada una de las provincias. Ya nos llegaron invitaciones de varias, como Mendoza, Río Negro, Catamarca, donde iremos para seguir articulando y acompañándonos”.
Sergio Zerpa llegó a Buenos Aires con el Malón y hace unos días regresó a Abra Pampa. Desde el costado de la ruta, analiza: “Este Malón no sólo está siendo importante por lo que pasa en Buenos Aires sino a nivel local. Venimos de un proceso largo y este punto de inflexión hace que las comunidades originarias profundicen el volver a resurgir y a organizarse, sin dependencia de un partido político, sino del mismo sentimiento que nace de defender los territorios”.
Jorge Angulo dirige su mirada al porvenir: “El Malón ha generado un nuevo aire que ya está soplando en las diferentes provincias, en los diferentes pueblos. Aunque sea distinta la magnitud, siento que se está dando un proceso similar al que pasó cuando se transformó el Estado boliviano a Estado plurinacional, cuando no sólo hubo un cambio de gobierno sino una forma donde los originarios pasaron a ser factores políticos. Vamos por ese camino. Este proceso se profundiza con el Malón de la Paz pero viene de hace muchos años”.
Johana Arce nació en Jujuy hace 28 años. Pero debió mudarse a Buenos Aires. “Soy de Ledesma, y cuando el Malón partió en junio a San Salvador viajamos con mi hermana desde Buenos Aires para allá. Lo primero que sentí fue la fortaleza de la lucha, pero también la bronca. Y cuando llegamos acá el primero de agosto, fue potenciar esa bronca, y preguntarme ¿por qué hay que movilizarse hasta acá? ¿por qué tiene que ser acá donde Dios manda y se toman las resoluciones? Me pongo a pensar en mis abuelos, y también en cómo fue que llegamos a Buenos Aires.
¿Cómo llegaron?
-Desplazados. Igual que como muchos llegan a Buenos Aires.
Johana ahora no habla con palabras. Habla con los ojos. Con su emoción. Con su impotencia. Con sus recuerdos. Con su memoria. Con sus abuelos. Vuelve a hablar. Ella, y toda su gente que lleva consigo. “Mi historia familiar me da bronca. Más allá de la fortaleza, me da bronca. ¿por qué hay que llegar a este punto? ¿por qué hay que estar expuestos acá un mes, con respuestas vagas, con muchas respuestas vagas, como este decreto que también es vago, como muchas cuestiones que son vagas? Llegar a Buenos Aires es el desplazamiento forzado, es no poder estar en tu territorio. Alrededor del 2000, en Ledesma, nos desplazaron para plantar caña de azúcar y con mis papás nos vinimos acá, primero a Ciudad Evita, debajo de un puente, y después al barrio Carrillo, en Soldati. Esta reforma de Morales genera esto mismo: que uno pierda su territorio, provoca desplazamientos forzados, donde uno va perdiendo su cultura. La reforma es la pérdida del territorio, es la pérdida de la identidad y por eso acá sigue el Malón, buscando la manera de recuperarla”.
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