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El mundo según el PO

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Aunque los medios grandes apenas les dedican unas líneas, el Partido Obrero es uno de los fenómenos de la izquierda de los últimos años. En esta nota, uno de sus líderes, Marcelo Ramal, candidato a jefe de gobierno de Buenos Aires, explica las actitudes e ideas de su organización sobre: los piqueteros, el Foro Social, el centroizquierda, el retorno del marxismo y los cuestionamientos sobre “aparateo”, cooptación y dogmatismo que le hacen los movimientos sociales autónomos a su partido.

Marcelo Ramal tiene una cicatriz sobre la ceja izquierda ocasionada de un modo absurdo; no posee auto, o mejor dicho tiene un Ford Falcon que decidió abandonar en la calle tras envolverlo en una lona; y sigue creyendo, contra toda moda y tendencia, que la revolución socialista es un proyecto absolutamente vigente, factible e inexorable.

Tiene 48 años y milita desde hace 30 en una agrupación a la vez visible y enigmática de la izquierda argentina, el Partido Obrero que, dentro de ese planeta ideológico, asume como propias las ideas y acciones de León Trotsky. Para comprender el perfil del entrevistado, tal vez sea ilustrativo saber que antes aún, cuando Ramal y quien esto escribe teníamos 15 años, fumábamos como escuerzos (ahora somos ex fumadores), leíamos a Ray Bradbury, escuchábamos a Los Beatles y a Joao Gilberto, nos rateábamos del colegio, íbamos a los bailes de 15, nos desvelábamos tocando la guitarra y jugábamos al fútbol de modo opinable. En cierta oportunidad me dijo: “Si estás en contra de la injusticia, de que unos tengan mucho y otros tengan poco y nada, entonces sos socialista”.

No sabría cómo calificar el resultado de semejante anuncio, pero lo que aquí importa entender es que la actitud y las ideas básicas de Ramal parecen ser las mismas, ahora que es candidato a jefe de gobierno de Buenos Aires, pero -más aún- tras constituirse en una de las figuras intelectual y estratégicamente más reconocidas de su partido.

Como político, y antes aún de llegar a la mayoría de edad, Ramal fue uno de los encargados de organizar clandestinamente a su movimiento estudiantil durante la dictadura. Luego fue responsable del desarrollo y organización del Partido Obrero en todo el país y hoy es secretario parlamentario del bloque de la legislatura porteña que lidera Jorge Altamira, además de dictar Economía Industrial en la Facultad de Ciencias Económicas, y de meterse con relativa frecuencia en problemas.

No responde al cliché del político argentino. La cicatriz en la frente se produjo cuando una camioneta repartidora de pollos con su puerta trasera mal cerrada pasó junto a Ramal dándole literalmente un portazo en la cara, que lo dejó tendido y sangrante sobre la vereda:

“Con tal de no lidiar con las mafias de las aseguradoras, no inicié juicio alguno”, dice.

A su viejo Falcon le reventaron todos los cristales. Ramal compró una lona y lo dejó envuelto en la calle, incrementando así su activismo como peatón y pasajero de subtes y micros porteños. Se mete en problemas cuando, como en el caso del desalojo del ex-Padelai, conoció la persuasiva acción de la Guardia de Infantería, que se dedicó a pegarle con su característico entusiasmo y lo mandó al hospital golpeado en los riñones, las costillas y la cabeza. Esa vez sí Ramal decidió iniciar un juicio contra los funcionarios porteños, empezando por Gabriela Gonzáles Gass, que monitoreó el operativo de desalojo haciendo curioso honor a su cargo: Secretaria de Desarrollo Social.

Al margen del anecdotario personal y político, ¿cómo piensa, cómo actúa y como se planta ante el futuro el PO, ese partido radical, a veces misterioso y de apariencia creciente, que parece haber sabido sobrevivir a las sucesivas crisis de la izquierda? ¿Y cómo se expresa ese pensamiento cuando se reemplaza el monólogo de barricada o el debate entre iniciados, por una conversación serena, informal y levemente caótica, tomando un cortado?

-Tal vez sea prejuicio o desconocimiento. El Partido Obrero es un partido de izquierda, pero siempre me pareció de clase media. Ahora existe también como Polo Obrero: piqueteros. ¿Es un cambio cualitativo?

-Ni muy muy, ni tan tan. Hay una apreciación de ese tipo, pero si se piensa en cómo se desarrolló el Polo Obrero, no podría haber ocurrido sin una implantación previa. Muchos de los compañeros que desarrollaron los movimientos de desocupados eran delegados de fábricas, activistas gremiales del PO y en el cuadro de desocupación masiva a partir de 1998, inician un trabajo que tiene su centro en los desocupados, pero que tiene su origen en trabajadores con una experiencia gremial y política previa.

Yo te diría que -más allá del Polo Obrero- no se puede entender ese desarrollo masivo del movimiento de desocupados, sin entender que una buena parte de la vanguardia obrera de los años 70 u 80, que eran militantes sindicales combativos en las fábricas, luego se dedicaron a este trabajo.

-No son los que siempre estuvieron marginalizados, los llamados pobres estructurales.

-Acá hay una definición estratégica importante. No nos gusta la expresión de excluidos, cuando se habla del desocupado. Porque la idea de excluido supone que hay una clase obrera ocupada y una masa más o menos amorfa de gente que ha dejado de pertenecer al régimen social capitalista. Y en realidad el desocupado es funcional al sistema capitalista porque no podríamos explicar los bajos salarios, la liquidación de los convenios colectivos, etcétera, si no hubiera un colchón tan amplio de desocupados que fuerza objetivamente a esa precarización. El desocupado forma parte de la clase obrera, y de todo este movimiento de lucha. En el caso del Polo Obrero, lo concebimos como un movimiento que reúne a trabajadores desocupados y ocupados. Estamos absolutamente en contra de separarlos. No queremos hacer congresos de excluidos por un lado, y de trabajadores por el otro. Además ¿cuál es la frontera entre ocupados y desocupados en una situación de precarización como la actual? Pero el propio Polo Obrero demuestra que el Partido Obrero había establecido raíces importantes dentro del movimiento gremial.

Ahora, ese crecimiento ¿tiene que ver sólo con el Polo Obrero, con los desocupados? No es tan así. Tiene que ver con un cuadro político más general que venía produciéndose. Y el ejemplo más claro es el movimiento estudiantil. El año pasado Franja Morada (estudiantes de la Unión Cívica Radical) después de decenas de años, desde cuando nosotros estudiábamos, perdió la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires). Pero el año pasado perdió a manos de un frente de agrupaciones de izquierda en el cual estamos. Este año nos toca a nosotros presidir la FUBA. Esto antes no existía. Entonces hay un cuadro político más general, que se relaciona con la crisis capitalista, con la desintegración de los partidos políticos tradicionales y con el cuadro político que eclosionó en el 2001 y 2002. Entonces sin desmentir que el desarrollo del Polo Obrero ha sido un poco el motor de este crecimiento, hay que ver que había un plano más general que te lo explica.

-Pero el de los piqueteros es un tipo de respuesta y de movimiento particularmente novedoso.

-Sí, porque hablando más allá del Polo, hay un patrimonio general del movimiento piquetero que representa un cambio histórico en la Argentina: haberle ido a disputar a los punteros políticos el corazón de su dominio. Hay una crisis del proceso punteril. Hasta las manzaneras duhaldistas empezaron a mirar con interés o a asimilarse al proceso de la organización piquetera, muchas de ellas peleadas con las manipulaciones de los políticos y los punteros.

-¿Por qué decís que es un cambio histórico?

-Frente a un cuadro de hambre y desocupación, las organizaciones barriales en vez de agruparse sobre la base del favor político y la prebenda, se organizan para luchar por la comida: tan simple como eso. Ese hecho constituye un cambio histórico en la Argentina, que no atribuyo al Polo Obrero sino a un conjunto de organizaciones que participan de ese proceso.

-En lo estrictamente económico, se está hablando de quién maneja la ayuda social.

-Sí, pero hay algo notable: cuando la ayuda social la manejaban los punteros, nadie hablaba de discrecionalidad o malos manejos. Todo estaba fenómeno. Ahora, aunque haya sólo un 5 o 10 por ciento de la ayuda social que han logrado obtener los piqueteros en ese proceso, vienen el Banco Mundial y todos los organismos a hacer monitoreos y toda una parafernalia de auditorías. ¿Cuál es el problema? Lo que se quiere es liquidar el proceso piquetero, para reconstruir el viejo sistema punteril.

-Otro cambio sería un trabajo más concreto en cada barrio.

-Sí, en nuestro caso hay incluso quienes dicen que el Polo Obrero creció porque puso comedores populares. Es una versión a veces vulgar que algunos presentan del crecimiento de la izquierda, no sólo el nuestro: “les dan planes y crecen”. Pero nadie se ha puesto a pensar en el cambio histórico y sustancial que significa que un grupo de personas sin trabajo se agrupen para luchar por ese plan, por su comida: salen, lo conquistan en alguna medida, luego lo defienden también con lucha. Antes venía un puntero y decía “te lo doy, pero vení a votar a la interna”.

Esto implica que el Partido Obrero ha hincado el diente en el corazón del dominio del peronismo, que es el gran Buenos Aires, esas barriadas completamente dominadas por los punteros, donde comienza a construirse esta otra realidad.

Todo esto lleva a una conclusión política impresionante: una parte de la Argentina está sobreviviendo porque ha organizado en forma independiente y autónoma los elementos necesarios para poder comer, para poder trabajar, y para poder vivir. Los comedores, los merenderos, todo ese proceso. Es muy necio el que dice “ah, ponen un comedor, lo mismo que hace un peronista” sin pensar que el peronista ha actuado como puntero, y que la gente cuando hace un comedor con el Polo Obrero, luchó, ocupó un terreno, cortó una ruta, fue a una municipalidad, luchó para conquistar esa realidad.

Naturalmente nosotros tomamos todo esto como piso, como punto de partida de un proceso de organización y politización más vasto. Persuadimos a los compañeros de los límites de ese proceso, y de la necesidad de encarar un cuadro de lucha más amplio. Desenvolvemos un proceso de formación política, y no me refiero a una cosa puramente doctrinaria, sino a una lucha que también es formativa.

-Me suena un poco depresivo. Alguien hace un comedor, obtiene algo para el barrio o realiza un microemprendimiento, y ustedes explican las limitaciones del proyecto, que para esa persona es central, diciéndole que apenas es un pasito inicial.

-Ojo, si alguien va donde se está recorriendo una experiencia de este tipo, y dice “esto no va andar”, “esto tiene limitaciones insuperables” te van a sacar cagando con toda razón. El PO desarrolla a fondo esa experiencia, y sólo sobre esa base se gana después un derecho de abrir un debate sobre eso. No sé la cantidad exacta, pero el PO debe tener unos 500 comedores populares. Promovimos su organización. No es que asistimos desde afuera, tipo “bueno, que la gente los haga, y después les advertiremos sus limitaciones…”. No, la militancia del PO se empleó a fondo en esos lugares. Es como ocurre con el movimiento piquetero. Se discutió hacer una campaña conjunta con otras organizaciones para reclamar puestos de trabajo genuinos en las fábricas. Se hizo la campaña, y lo importante es que fue una forma de expresar cómo vemos la limitación de los planes jefes y jefas de hogar. Los arrancamos, pero no los endiosamos, estamos luchando por otra cosa.

(Durante la conversación Ramal no habló casi nunca del resultado de este tipo de iniciativas, pero valorizó siempre la lucha, tomándola casi como un resultado en sí mismo).

-¿Cómo trazarías un mapa del movimiento piquetero?

-Nosotros formamos parte del Bloque Piquetero Nacional, donde están el Movimiento Territorial de Liberación, la coordinadora Aníbal Verón, es todo el bloque que los medios captan como los piqueteros duros o combativos, frente a D’Elía y Alderete, que representan al sector piquetero que cerró un acuerdo con Duhalde, para decirlo brutalmente. No quiero ponerlo en términos agraviantes, sino en un terreno objetivo. Es un acuerdo por el cual detrás de una cierta cantidad de reivindicaciones, planes de empleo, alimentos, se ha pactado una tregua con el gobierno.

Nosotros formamos parte del bloque que estuvo el 26 de junio en el Puente Pueyrredón, es el bloque de movimientos que también mantiene un cuadro reivindicativo, pero nunca ha aceptado a cambio de esas reivindicaciones una tregua con el gobierno. Es el sector que mantiene las banderas del 19 y 20 de diciembre.

Una anécdota. Cuando pusieron a Juampi Cafiero en la secretaría de seguridad bonaerense, se reunió con el Bloque y aceptó dar unos planes de empleo, ayuda alimentaria, y terminó diciendo: “pero ahora no me van a acampar en la plaza”. Le contestaron que sí: “seguimos con la idea del 19 y 20, que se vayan todos”. Eso caracteriza al Bloque Piquetero.

-Pero hay diferencias entre esos grupos.

-Sí, en el movimiento piquetero hay muchos problemas que están en discusión. Los de organización interna, por ejemplo, cada uno los resuelve pero hay asuntos comunes, como el de los emprendimientos productivos. El Polo Obrero tiene emprendimientos productivos, pero tratamos de explicar los límites de estos proyectos.

-Otra vez avisando sobre los límites.

-Pero es así, no pretendemos desarrollar una economía piquetera autocontenida que funcione y sobreviva mientras subsista el capitalismo. Organizamos a los piqueteros para luchar contra ese régimen social, que es otra cosa.

-Pero otros grupos lo consideran valioso, eficiente y positivo en sí mismo, no una mera etapa de un plan mayor.

-Está bien, vamos a recorrer esa experiencia a fondo. Pero lo que no vamos a hacer es colaborar con un microemprendimiento y luego imaginar una sociedad de microemprendimientos. Un mundo de huertas comunitarias. No, no le vamos a decir eso a la gente. La sociedad capitalista ha llegado muy lejos en la organización social del trabajo. Si fuéramos a un mundo de microemprendimietos, estaríamos retrocediendo en la historia 300 años.

Nosotros decimos claramente que somos partidarios, así como algunos obreros tomaron fábricas en sus manos, que el movimiento obrero tome en sus manos a través de una acción común a la Ford, a IBM a aquellos bastiones en términos de productividad del trabajo que hoy están en manos del capitalismo. De lo contrario estaríamos pregonando una utopía reaccionaria. Pero aunque tengamos concepciones distintas en estos puntos con otros grupos, muchas veces coincidimos en planes de lucha, actividades comunes. En esas organizaciones hay grupos muy combativos, gene que ha llevado adelante luchas muy importantes. Nosotros no le atribuimos al Polo Obrero una mayor combatividad ni superioridad sobre otros en ese terreno, lo que reivindicamos es una estrategia política, un programa.

-Ahí aparece otro dilema. El PO hace diagnósticos y críticas meticulosas sobre la situación, pero ¿cuál es la propuesta?

-Antes de ver qué propone, hay que ver qué construye el PO. Tu posible impugnación de que criticamos pero ¿a dónde van? ni siquiera sería totalmente válida. Porque una organización tiene que demostrar con su programa qué ha sido capaz de construir. La cuestión de fondo en la etapa histórica de los 90, la idea central de toda la llamada globalización es que como resultado de la disgregación de la URSS y Europa del Este, como resultado del proceso de internacionalización de capitales, el capitalismo había logrado armonizar el planeta y las relaciones sociales de un modo absoluto.

-El fin de la historia.

-Claro, y apareció la idea de que la etapa histórica de la revolución socialista había concluido. Esta fue la idea inclusive gran parte de la izquierda o de los que se consideraban ligados a ella, o al centroizquierda, que compartieron esto diciendo “agreguemos al fin de la historia, la agenda social”. Pero en términos más profundos, lo que el PO plantea es otra cosa: la vigencia histórica de la revolución socialista. La caducidad de las relaciones sociales capitalistas manifestadas hoy por ejemplo en el plano de la guerra y sus consecuencias terribles, y la necesidad de una transformación social profunda qué sólo va a poder ser planteada en el plano internacional.

Naturalmente que esta transformación social profunda requiere de una organización, de un programa, de quienes la propugnan, de que los trabajadores y los oprimidos por ese régimen logren una organización, una orientación, un programa, que significa un partido.

Entonces, hemos construido sin desdeñar luchas y reivindicaciones parciales, pero tratando de que los movimientos adquieran una perspectiva estratégica. Es decir las organizaciones que se estructuran en torno al PO procuran una reivindicación parcial, luchan por ella, pero son educadas y son formadas en la perspectiva de la lucha por la revolución socialista.

-Formación, educación, adoctrinamiento. El riesgo es ser asfixiante, o hablar desde arriba. Porque todo el discurso parece un “pack” difícil de discutir, con dirigentes que da la sensación de decir: “yo sé todo”.

-No, no, todo se tiene que probar en una organización de un movimiento de masas y de una experiencia política concreta. El PO no es solo una especie de propuesta intelectual, o una secta doctoral que se dedica a enmendarle la plana a lo que hacen los demás. No, el PO se ha inscripto como una realidad política en el país, y esa realidad, que haya podido encarnar en una fracción de trabajadores de una forma relativamente masiva muestra su necesidad histórica, se inscribe en un proceso que traduce las reivindicaciones de un sector de los explotados que se ha organizado con él. Este es el punto substancial.

Y convivimos con organizaciones de lucha y movimientos que sostienen muchas de cosas diferentes. Sólo que pensamos que la superación de esa experiencia política va a poder ser procesada a través de una lucha y una experiencia. El debate, después, abona esa lucha, porque sin una teoría política, sin tratar de extraer una conclusión de esas experiencias, la lucha en sí misma no serviría, alguien puede darse la cabeza mil veces contra la pared si no saca una conclusión. Entonces hemos construido una organización.

-¿Cuánta gente se mueve alrededor del PO?

-Un indicador objetivo es que en un acto que hicimos en Plaza de Mayo fueron 10.000 personas. Es una movilización importante para nosotros.

-Decías que la izquierda se sumó a la noción de que la revolución socialista es impracticable. ¿Ustedes nunca siquiera dudaron de eso, al ver situaciones como el derretimiento de la Unión Soviética?

-No, lo que se ha visto en esos años es que aquellos regímenes burocráticos se desintegraron como parte de la crisis de la economía capitalista. Hay un mito que dice que la socialización de los medios de producción se vino abajo por las limitaciones de la planificación. En realidad estas burocracias venían entrelazándose con el capitalismo desde mucho antes. El ejemplo más evidente fue Rumania, donde Ceaucescu fue literalmente colgado por los planes de austeridad que aplicó bajo la tutela del FMI. Todas las rebeliones populares en esos países, a fines de los 70 y luego en los 80, se desataron por los planes del FMI, que funcionaban bajo la misma dinámica que la Argentina bajo Menem. Endeudamiento externo, créditos, ajuste. La caída de la Unión Soviética y del Muro de Berlín formó parte de la crisis de la deuda, y de todo el proceso que se llevó puesto al gobierno mexicano, antes a la dictadura militar argentina, y a tantos otros.

-Convengamos que a la Argentina se la llevan puesta con una frecuencia preocupante.

-Pero fijate: toda esa crisis del Este alimentó la expectativa de un relanzamiento del capitalismo a nivel mundial, la globalización. Se pensó que la recolonización de Rusia, China, Europa y el resto, iba a abrir posibilidades ilimitadas. Pero lo que se ha visto es que el capitalismo no pudo remontar el proceso, sólo prorrogó la crisis hacia el futuro.

-Me perdí: ¿hacia qué futuro?

-Hacia delante, pero todo ese proceso estalló ahora. Y la Argentina es un punto de inflexión. En la historia de todo esta situación internacional probablemente haya que ver al cacerolazo y la rebelión del 19 y 20 como la estación terminal de un proceso que empezó 10 años antes.

Alguien puede decir que eso es localismo. Que le damos importancia porque nos pasó a nosotros. No, sería una necedad. Tiene un valor internacional porque la Argentina ha sido un paradigma. ¿Cuál es la particularidad de la crisis argentina?

-Se me ocurren varias.

-Te digo la central: la particularidad argentina es su universalidad. Un país sometido al hiperendeudamiento, las privatizaciones, la desregulación laboral, la apertura, la desocupación en masa: el conjunto de fenómenos que caracterizaron una década de tentativa de relanzamiento capitalista, no en la Argentina sino en el mundo. La Argentina fue uno de los casos más extremos, directos, elogiados, colocado como ejemplo. Que eso haya terminado en el 19 y 20 de diciembre no es un dato local: es un dato mundial. Marca un punto de inflexión. Y el fracaso de esa tentativa es lo que colocó al mundo nuevamente ante la guerra. Fracasados los medios financieros, económicos y comerciales para establecer una reorganización capitalista, Estados Unidos ha salido a imponerla por la vía directa de la guerra.

-Tu idea es que se viene más de lo mismo, pero peor.

-Sí. El menemismo mundial.

-Me quedo más tranquilo. ¿Esto funcionará por las buenas o por las malas?

-No sé. Se puede abrir un período de barbarie. Estados Unidos arrasó Iraq, pero la guerra que ha agudizado todas las crisis y todos los antagonismos internos dentro del capitalismo. La ONU es una cáscara vacía, la crisis entre Europa y Estados Unidos se ha agravado.

Pero la ora cara de la guerra es que ha extendido el 19 y 20 de diciembre a buena parte del mundo. Marchas, lucha, movimientos, rebelión. Es un poco lo que decía Lenin. Una etapa histórica de guerra y revoluciones.

-Pero desde siempre se escucha decir a los partidos de izquierda que estamos en una etapa pre-revolucionaria. La pre-revolución permanente. ¿Esta vez sentís que es distinto?

-Hubo revoluciones, y muchas fueron confiscadas. Yo siento que la guerra plantea las cosas muy en el terreno de revolución y contrarrevolución. Ojo que no es una visión exitista. Porque allí donde la revolución está planteada, la contrarrevolución también. Esto abre una etapa de polarización política en un plano internacional. La paz, por la cual algunos pregonan en abstracto hoy, solo va a poder conseguirse sobre la base de derrotar a los gobiernos de la guerra, o sobre la base de aplastar a todos, convertir al mundo en un gran cementerio. Es una situación en la que observo que las cosas están en términos mucho más agudos y nítidos que en el pasado.

Ahora, sobre lo del menemismo mundial hay algo más. Buena parte del progresismo mundial también planteó que no iba a haber ninguna alternativa a esto, y que la etapa de las revoluciones se había cancelado. Tomemos el Foro Social. En 1999 el foro capitalista en Davos fue mucho más catastrofista en sus planteos que el propio Foro Social de Porto Alegre. Los grandes monopolios ya estaban previendo la debacle, y el progresismo mundial todavía estaba colgado de la idea de que la globalización era más o menos inalterable.

¿Pero vos pensás realmente que todas las personas que marchan al Foro Social y a todos los movimientos mundiales funcionan como bomberos de la crisis capitalista?

-Ahí va mucha gente luchadora, y por eso nosotros también vamos casi siempre, para intervenir en debates, exponer nuestras ideas, vender nuestros materiales. Pero el razonamiento que hacen muchos progresistas, incluido el PT brasileño, es que la crisis no es resultado del propio desarrollo del capitalismo, sino de que el capitalismo no se ha desarrollado plenamente, o no lo hizo bien. Entonces, vamos a crear condiciones para inversiones, proyectos, y así vamos a poder resolver la desocupación y la pobreza. Es decir: vamos a hacer lo del menemismo, pero con una cuota social. Hay una confianza en las perspectivas del capitalismo como régimen social, que nosotros no tenemos.

-Y tratan de convencer a los que piensan distinto.

-Te diría que nuestra hipótesis de desarrollo no es ir sumando gente, tomar a alguien de izquierda y convencerlo de nuestras ideas, aunque eso existe. Pero nuestra vía real de desarrollo es probar la justeza de nuestros planteamientos yendo a…

-… la comunidad.

-La masa. Ahí se va probar que tenemos un derecho a la existencia y que nuestras posiciones son históricamente necesarias, si logramos calar como alternativa para la gran masa explotada. En todo caso la puja con otras fuerzas ligadas a la izquierda o al llamado progresismo, la dirimiremos en esa capacidad de poder aparecer como una dirección política de los explotados. Planteamos francamente nuestras ideas y principios, pero no estamos esperando que alguien cambie de posición. Lo que queremos es desarrollar una organización. Pero quiero aclarar es que todo esto es válido mientras exista una unidad entre esos principios políticos y esa organización. Si organizaste a la gente según esos principios. Si organizaste por un chupetín, entonces no hay ningún valor, es un engaño. Y hay sectas políticas que creen que un desarrollo pasa por enmendarle la plana a todo el mundo, pero no es nuestro caso.

-Sin embargo, existe la impresión de que el PO es el que ha generado el verbo “aparatear”. Lo acusan de que sólo quiere captar o cooptar -como se dice ahora- una asamblea popular o cualquier otro movimiento, y si no lo logra prefiere partir esa experiencia para quedarse con una de las partes. El argumento que escuché muchas veces es: “Llegó el PO y se pudrió todo. Dividen para reinar”.

-No es así. Para nosotros el mayor desarrollo político posible es que las asambleas se desenvuelvan ampliamente, lo mismo que los sindicatos, los piqueteros. Nunca colocaríamos un interés de esas características por encima del interés general de la asamblea. Pero en las asambleas se han desarrollado debates políticos, y nosotros participamos. En la lista de legisladores del PO tiene a muchos asambleístas, y muchos que no son del PO y no se han sentido aparateados. Y reconocen el aporte del PO para el desarrollo de las asambleas.

-Pero la impresión es que, apenas surge un movimiento social, los partidos van atrás a alimentarse.

-Naturalmente los partidos van a cualquier lugar a ganar gente. Nadie va a intervenir en ningún lugar sin buscar una adhesión política: es inevitable. El único problema es en qué se sustenta esa adhesión. Alguien puede pensar “voy a parasitar un movimiento social, para llevarme uno o dos tipos”.

-O para dirigirlo.

-Pero eso puede ser legítimo. Estoy convencido de que mi orientación es justa, voy a intentar dirigirlo. Ahora acá viene otro problema que es el siguiente. Para nosotros un desarrollo partidario se da en una asamblea barrial que sea masiva, que tenga una concurrencia importante de vecinos y trabajadores, que se desarrolle. En ese cuadro nos interesa dirigir una asamblea, ganar compañeros. No nos interesa ser dirigentes de una asamblea raquítica y vaciada. Hay que tener una política para el desarrollo de la asamblea. No te discuto que haya aparatos políticos que digan “yo me trato de llevar tres, y que la asamblea se vaya al cuerno”.

-Otra imagen es que el PO es un poco sordo, y poco pluralista. Yo converso con vos, dialogamos, pero da la sensación de que en términos más cotidianos el PO es prepotente: llega, no discute, proclama, es un grupo cerrado y dogmático.

-Veamos lo del pluralismo. Hace poco hubo una asamblea de varios movimientos piqueteros. Ahí no se lleva la concepción del PO, hay muchos grupos: tampoco nos interesa estar en un movimiento en el que estamos solos representándonos a nosotros mismos. Ahí debatimos, y hay muchos desacuerdos, pero un acuerdo central: no darle tregua al gobierno de Duhalde. En ese sentido la asamblea no fue pluralista. No era un foro de opiniones. Entonces, somos pluralistas -entre comillas- con los que están de acuerdo con ejes de lucha concretos. Pero no somos pluralistas como para invitar a los que han hecho acuerdos con el mismo gobierno que quiere sacar a los piqueteros de la calle,. En cambio, con los que planteen la lucha voy a seguir unido, aunque ellos no tengan la visión estratégica de la revolución socialista.

-Como estructura, otra diferencia es que el PO aparece como un grupo chico, muy centralizado, poco democrático hacia abajo, al revés que los movimientos más nuevos que hoy tienden a ser más horizontales y democráticos, más en red, menos jerárquicos y piramidales.

-Nosotros tenemos una dirección que actúa colectivamente, ni siquiera existe la figura de secretario general. La dirección se hace cargo de sus decisiones. El horizontalismo puede encubrir el más estricto verticalismo. El mayor horizontal de la argentina es verticalista al extremo: Luis Zamora. Él es contrario a toda organización, nadie dirige nada, no construye un partido o una estructura con militantes. Aparece careciendo de un programa y diciendo que va a realizar el programa que la gente le pida. Detrás de esa ambigüedad, da toda la sensación de que ahí se hace sólo lo que dice Zamora.

-Pero hay movimientos sociales que tienen un estilo horizontal. Y parece ser una de las grandes tendencias de estos tiempos. Cuesta delegar representatividad, como si la crisis fuese de confianza.

-Esa es la clave. El horizontalismo extremo encubre una falta de cohesión política. Si estás políticamente cohesionado alrededor de una idea, podés decir que alguien actúe como dirección, no vamos a estar pidiéndoles todos los días revisión de cuentas o que nos consulten cada cosa que van a hacer, porque hay cosas que ya están tácitas en el programa que defendemos. Ahora, si tengo que consultar todo, ¿qué es lo que me une con otros si no puedo delegarles absolutamente nada?

-Si se piensa en grandes símbolos de rebelión de estos tiempos: piquetes, asambleas populares, el “que se vayan todos”, los escraches, todo eso surgió de la sociedad, los movimientos, no de los partidos. La creatividad y las ideas aparecen siempre en otro lado.

-Tomo el guante, pero veamos algo más general. La relación entre los partidos que intervienen en un movimiento de masas y esa gente no se puede considerar compartimentos estancos. Tampoco el argentinazo del 19 y 20 fueron convocados por ningún partido. Eso sería tener la óptica del aparato. Masas que se mueven por una orden. Pero la eclosión, desde otro punto de vista, fue profundamente preparada. No por un fulano en una mesa que decidía qué hacer, cuándo y dónde, sino por una cantidad de acontecimientos en los que los partidos sí intervinieron: puebladas, asambleas populares en todo el país, y la clase media que venía con una cantidad de situaciones y reclamos. Los partidos de izquierda no fueron ajenos a eso. Nosotros decíamos “Fuera De la Rúa y Cavallo”.

-Después vino “que se vayan todos”.

-Sí, pero el “que se vayan todos” es un reclamo puramente democrático: que vengan otros. En eso somos crudos: no es la revolución. La limitación está demostrada en que las próximas elecciones la mayoría de la gente va a ir a votar. El abstencionismo es una tendencia relativamente aislada, no hay un vigor del voto blanco, es una tendencia dispersa, heterogénea, el propio Zamora tuvo que dejar el abstencionismo y presentarse. Pero es un problema político complejo el que planteás: solamente un mesiánico podría solazarse y reclamar que las masas reaccionen a una situación política en términos que los plantean los partidos.

-Bien, lo real es que sigue habiendo una crisis de representatividad, y que esos movimientos sociales buscan fórmulas nuevas antes que insistir con esquemas -como el de los partidos- que demostraron no funcionar.

-Es que incluso en la izquierda hubo una gran decepción con la experiencia soviética. Porque lo que yo digo sobre delegar tiene validez siempre que la cohesión política sea real, y que se verifique regularmente. Tampoco es que delegás algo y en diez años nunca más fuiste capaz de ver qué pasaba. Nosotros hacemos congresos todos los años, elegimos democráticamente la dirección…

-¿Pero sentís esa crisis de la representación, con respecto también a ustedes?

-Hay una cosa: la caída de la Unión Soviética, del estalinismo, la visión del Partido Comunista como aparato burocrático llevó a un desprestigio de la idea de partido, como una cosa opresiva, unida por camarillas y por intereses materiales personales. Y a esto se suma la crisis de los partidos tradicionales de la burguesía. Todo esto ha hecho entrar en crisis la idea de partido. Pero el concepto de partido político en un sentido histórico profundo lo reivindicamos tanto como la idea de revolución socialista. Las grandes corrientes ideológicas y políticas se han organizado siempre alrededor de partidos, defendiendo idea y programas, organizándose detrás de ellas. No solo los partidos socialistas también los burgueses. La idea vigorosa de partido está muy lejos de la del aparato opresivo.

-La idea de partido como secta está puesta en cuestión por la idea de movimientos, que parecen más abiertos, menos densos, menos dogmáticos.

-Es que ocurrieron experiencias históricas. En un partido se discute, se intercambian ideas, ese metabolismo político ha sido el motor de la historia. La gente que pudo intervenir en el proceso histórico cohesionada, preparada, siguiendo un programa, con una preparación previa de un programa, desde los jacobinos en adelante.

-¿Estamos ante una reaparición del marxismo como método de análisis, pese a la idea del fin de las ideologías?

-Como docente universitario me pasó una experiencia interesante. Durante todo el período de oro de la globalización, en los medios universitarios hubo un rechazo muy fuerte al marxismo y a las perspectivas del socialismo. Ahora desde hace tres ó cuatro años se ha despertado un interés muy grande frente al marxismo, la economía marxista, el socialismo. La diferencia es que los que quieren hacerlo, ya no van a buscar por el lado de los restos del estalinismo, sino otros caminos. En Económicas este interés renovado se nota por el ranking de los profesores que dictan marxismo frente a quienes n lo hacen. Hay una suerte de furor para inscribirse con los profesores capaces de explicar economía marxista. Y alumnos que durante cinco años estudiaron marginalismo o escuela neoclásica, se encuentran con una revelación. A veces se interesan desde un punto de vista crítico, o ácido. En mi hijo mayor (24 años) lo veo claramente, porque está con un despertar intelectual en torno a la izquierda, no solo en lo económico sino en lo político. Cómo fueron las revoluciones, porqué se burocratizó la URSS. Le surge un interés político que lo veo claramente.

-¿Pero como padre sos igual que como militante? ¿Formás, educás y adoctrinás? ¿O sos un padre más liberal?

-No, yo lo dejo que vaya por las suyas.

-Eso me genera una duda. ¿De qué cuadro son tus hijos?

-Yo soy de Argentinos Juniors y ellos también, desde que nacieron. Podemos discutir política, economía, lo que sea. Todo puede ser admitido. Menos eso: ahí sí que rige el pensamiento único.

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases
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LA NUEVA MU. No podrán

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