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Ley Ómnibus, día 2 bis: otra vez se fueron al mazo

Fotos Nacho Yuchark y Lina Etchesuri para LAVACA
El segundo día de debate de la Ley Ómnibus mostró el siguiente panorama:
-Dentro del Congreso, la ansiedad libertaria por llegar a tener la Ley. La ansiedad de la oposición amistosa por complacer la ansiedad libertaria pero intercalando sus reclamos (un punto simbólico de este tema lo protagonizó Miguel Angel Pichetto. Cuando dijo que quería continuar la sesión pese a la violencia en la calle, fue aplaudido por el bloque de LLA y respondió: “Dejen de aplaudir, no sean pelotudos”). La tercera ansiedad fue la del peronismo y la izquierda por evitar la sanción de esa Ley de efectos cada vez más destructivos para una sociedad ya vastamente castigada por el ajuste de los últimos años, potenciados en los últimos dos meses. La hipótesis más transitada: el oficialismo llega a tener mayoría propia para aprobar la Ley Ómnibus en general. Por eso quería continuar sesionando para llegar a votar. En el palco, como una sombra, se había instalado para ver y capitalizar ese posible resultado Karina Milei, El Jefe. Finalmente, pasada media noche, la sesión se levantó y pasó a cuarto intermedio. No se sabe cómo reaccionará el Ejecutivo, ni qué seguirá negociándose.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
-Afuera del Congreso empezaba a naturalizarse la violencia policial. El periodismo fue un blanco fijo para Gendarmería, Prefectura y Policía Federal: balas de goma, golpes, y gases de efecto cada vez más nocivo. Hubo 27 periodistas que sufrieron la acción policial. Las agresiones ordenadas por Patricia Bullrich sumaron a toda clase de manifestantes que no estaban cortando las calles, incluidas jubiladas y jubilados. Las calles fueron cortadas más por el accionar policial que por los manifestantes. Se calcula un mínimo de 60 heridos y dos detenidos. También fueron atacados algunos militantes de los partidos congregados allí. Y con el correr de las horas la cacería abarcó también a las vecinas y vecinos autoconvocados en las esquinas con sus cacerolas. El clima se enrareció con el avance policial, como suele ocurrir, ordenado en coincidencia con el horario pico de la programación televisiva y de noticieros. En Rosario hubo a la vez una manifestación convocada por la Asamblea de Trabajadores de la Cultura contra la Ley Ómnibus. También allí hubo represión y siete personas detenidas.


Fotos Nacho Yuchark para lavaca
A la noche, inabarcables para la señora Bullrich y las autopercibidas fuerzas del orden, comenzaban los cacerolazos en Buenos Aires (Corrientes y Medrano, San Juan y Boedo, en el propio Congreso) y acaso en muchos otros lugares del país, anunciando que el tema no está terminado.


Fotos Nacho Yuchark para lavaca
Mientras en el recinto se seguía intentando ganar y/o perder tiempo, a las 17 se aprestaban las fuerzas de Gendarmería, Policía Federal y Prefectura, ataviadas y pertrechadas a tono con la guerra que libran contra una importante parte de la sociedad.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
17.20
Empezaron a llegar las primeras organizaciones políticas, sociales y culturales, en cantidad moderada y referenciadas en partidos de izquierda. Y cada vez más autoconvocados.
Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero que luego se descompensaría entre los 37º sumados a la temperatura policial: “Es claro que en la Argentina avanza un esquema represivo. En este mismo lugar hubo cuatro compañeras detenidas del partido radical”.
Un hecho llamativo durante la jornada es que la UCR se manifestó repudiando las detenciones del día anterior (incluida su afiliada Ivanna Bunge), pero no se conoció nada con respecto a las de este jueves.
Agregó Belliboni: “Hubo represión, un ataque sistemático a la libertad democrática lo cual quiere decir que Milei no solo quiere un cambio de algunas leyes, quiere un cambio de régimen político. En Argentina está en juego la libertad democrática. O triunfa la libertad o triunfa la dictadura de Milei. Somos manifestantes pacíficos. Estamos ocupando los lugares que podemos ocupar. Defendemos el derecho a la libertad de expresión. Eso está en juego en la Argentina hoy. Lo que hace la ministra es ilegal. Debería intervenir un juez y no está interviniendo”.

Fotos Nacho Yuchark para lavaca
17.30
Primer acto: la Policía de la Ciudad se ensaña con los partidos de izquierda, los únicos presentes frente al Congreso ahora.
Matías Ávalos fue el primer detenido de la jornada. Estaba trabajando de sonidista en la movilización.
Testimonio de Matías Ávalos y la indiferencia de la policía al preguntarles de qué se lo acusaba:
La concentración, minutos antes de la provocación policial, era totalmente pacífica.
19.00
Una columna de asambleas barriales autoconvocadas avanzó sobre Avenida Rivadavia. Cantaron: «Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode».
19.10
Llegó Gendarmería a Plaza Congreso. Hay descoordinación entre las fuerzas.
19.20
La militarización desproporcionada de la Plaza de los Dos Congresos incluía escudos, y ostentación de armas con balas de goma.
19.35
Se formó una columna enorme de Gendarmería (lucían el clásico y ominoso uniforme “tortuga”). Adelante, las motos, con un conductor y un francotirador.
19.38
La policía amedrenta con la moto. Y se rien. Se supone que cumplen con su deber, pero parece ostensible que disfrutan. Sus “enemigos” están indefensos frente a las armas que les ha dado el Estado (pagadas por la sociedad), lo cual dice mucho sobre la actitud policial.
19.40
La policía motorizada hace su performance. Las motos dan vueltas en U para amedrentar a los manifestantes. Con el novedoso y reforzado gas pimienta en la mano (ya nadie sabe con qué químicos) listos para atacar.
19.50
Represión en Plaza Congreso: balas de goma y camiones hidrantes.


La reportera gráfica Susi Maresca, atendida tras los balazos de goma que recibió. El brazo de nuestro fotógrafo Juan Valeiro.
Las fuerzas disparan a mansalva sobre quienes estaban en la Plaza de los Dos Congresos.
19.55
Adentro del Congreso, algunos diputados (Unión por la Patria, Coalición Cívica, izquierda) piden que se suspenda la sesión.
20.00
Se vota si se suspende la sesión.
El oficialismo y los «dialoguistas» rechazan la suspensión. Quieren continuar el debate para que se vote, mientras se reprime afuera. Rodrigo De Loredo (UCR) pide desalojar los palcos del recinto. Martín Menem preside el encuentro y dice: continuemos.
20.05
La Policía hiere a varios trabajadores de prensa
Nicolás de Anred: “Recién me tiraron. Enfrente del cine Gaumont. Estaba manifestándose la gente pacíficamente. Estábamos nosotros cubriendo y empezaron a tirar. A cazar gente. Eso es lo que están haciendo”.
20.06
Llega la Prefectura.
20.10
Salieron diputados de la oposición a la calle. A dos metros tiran gas pimienta. Esto dice Santiago Cafiero: «Un desastre. Esto sale con violencia. Esto es el gobierno de Milei, el modelo de Milei».
20.30
Natalia Zaracho diputada nacional, sale de la sesión, observa la represión y describe lo que ocurre afuera en relación con el adentro: “Es una vergüenza lo que está pasando adentro. Pedimos un cuarto intermedio para salir y ver lo que estaba pasando con la represión a la gente y se negaron. Todavía no hay dictamen. Todavía están negociando. Es una vergüenza que todavía no sepamos qué se va a votar. Todavía no sabemos la letra chica, hay artículos que todavía se están negociando. Esto que pasa afuera es para distraer a la sociedad, porque adentro se juega el destino y el futuro de nuestra patria. Se están rifando nuestros recursos naturales y nuestros derechos”.
Cecilia Moreau: “Que se parara la sesión es una cuestión de humanidad y seriedad política, no es una cuestión de estrategia parlamentaria. Hago un llamado al presidente Milei a que reflexione sobre lo que está pasando en la calle. Lo que hay que retirar es las fuerzas de seguridad que están exacerbando la violencia y la represión. Por supuesto hay que cuidar la calle y el Congreso, pero dejar que la gente se manifieste libremente. Estamos en democracia y este es un operativo desmesurado”.

Jubilados movilizados frente a los grupos pertrechados de la Policía. Fotos Lina Etchesuri para lavaca
20.35
Magnolia y María. Madre e hija, protestan frente al Congreso pese a todo. Magnolia dice:
“Estamos reclamando los derechos del pueblo. La Patria no se puede vender. Mi hijo tiene 14 años y no va a poder vivir su vejez, a mis nietos no voy a poder conocerlos libre como yo he sido. La ley afecta el futuro; esta ley vulnera todos nuestros derechos adquiridos. En estos meses se complicó mucho la vida, vamos a vivir en la calle porque no se puede alquilar nada. No se puede comer; el costo de vida es carísimo. A los diputados les pedimos que no se vendan. Que respeten nuestros derechos que por eso los votamos. Que no se vendan. Que no se vendan. Que no se vendan”.

Magnolia y María. Fotos Lina Etchesuri para lavaca
20.40
La LLA está retirando a sus oradores del debate. El objetivo: que se vote más rápido.
20.50
Se canta en Congreso (afuera): «Señor, señora, no sea indiferente, reprimen jubilados en la cara de la gente». Desde adentro no se escucha.
21.00
Zulema, de Jubilados Insurgentes: “Estamos preocupados porque el problema de los jubilados es el mismo que el de los trabajadores. Creció la precarización, el trabajo informal y por tanto bajaron los aportes al sistema jubilatorio. Entonces nuestra lucha es la misma que la de los trabajadores. Por eso nuestra canción es que están robando la jubilación”.
Dice la canción: “Trabajador, te estamos avisando/ que tu jubilación te la están afanando./
Y también les decimos /que quieren tener ganancias siderales/ robando los aportes previsionales./ Te roba el Estado, te roba el empresario, con la inflación, te roban el salario”.
Agrega Zulema:
–A esta altura de la vida lo único que queremos es cambiar esta sociedad para las generaciones que vienen.
–¿Le tienen miedo a las Fuerzas de Seguridad?
–También estamos luchando por ellos, porque no van a poder jubilarse. Pero ellos no lo entienden. Y si nos pegan, vamos a sufrir la misma represión que todos. Como estamos en la lucha, estamos contentos.


Fotos Nacho Yuchark para lavaca
21.30
La cantidad de policía que sigue habiendo es totalmente desproporcionada.
La policía le pegó además a un anciano que simplemente se quitó la gorra que llevaba señalándose su cabeza y desafiándolos a que le siguieran pegando.
Los policías lo miraban.
La sociedad mira.

Fotos Nacho Yuchark para lavaca
00.30
Se frena el debate. Hay un nuevo cuarto intermedio.
Continuará.


Fotos Nacho Yuchark para lavaca

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
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Lo invisible

Por Claudia Acuña
El artista italiano Salvatore Garau fue noticia estos días porque vendió una escultura invisible. La tituló Yo soy. La casa de subastas Art- Rite le entregó al comprador un certificado mientras exhibía la pantalla en blanco. Esa nada se cotizó en 18.300 dólares. A pesar de no poder verse, el artista impuso algunos requisitos para su venta: la obra debe situarse en un lugar libre de obstáculos con un espacio alrededor de un metro y medio.
No es la primera vez, aunque sí la mejor remunerada, que Garau presenta obras invisibles. La última la instaló en Nueva York, antes en Milán. Todas consistían en lo mismo: un espacio vacío delimitado por cintas blancas que forman un cuadrado y un audio que recita:
“No me ves, pero existo, justamente sobre esta blanca y redonda geometría.
Sientes mi ausencia que es una verdadera existencia.
¿Aún no me ves?
Sin embargo, estoy aquí, frente a ti
y lloro porque soy belleza y amor, que están desapareciendo.
Dame la forma que quieras.
Haz que no desaparezca del todo.
Si me sientes presente, existe”.
El artista justificó así la obra: “No se ve la escultura, tampoco el artista y sin embargo estamos los dos. Representa una perfecta metáfora de estos días. Estamos viviendo un momento en el que nuestro ser físico, nuestro existir, es reemplazado por nuestras imágenes virtuales y por nuestra voz, también impalpable. Nuestro ser de carne y hueso debe enfrentarse con la ausencia, que es la verdadera presencia en estos tiempos”.
El miércoles de esta semana una multitud desbordó la Plaza de Mayo en un acto que tuvo como protagonista un escenario vacío. ¿Por qué instalar un escenario para no subir a nadie? Lo que ocupó un lugar central fue, en cambio, un audio de wasap, que transmitía un mensaje de la ex Presidenta Cristina Fernández. Sin embargo, ese escenario vacío también habló: dijo mucho sobre lo que representa para esa fuerza política el proceso interno que desencadena su condena. Imposible no recordar la letra de Charly que, proféticamente habla del escenario vacío, de “una prisión que no es mía”, de “ventanas muy agitadas” y de “un millón de manos que me aplauden.”
Aquel miércoles y a pocas cuadras otro vacío se hizo oír. En los alrededores del Congreso y en la marcha de las y los jubilados –que hace apenas dos semanas era definida por referentes de esa misma fuerza política como el punto de unión “de todas las luchas”– se quedó esperando que la multitud caminara las pocas cuadras de distancia para acompañarlos.
Y nada.
Así ese vacío imperdonable se convirtió, también, en una perfecta metáfora de estos días.
Ayer viernes la ceremonia del audio de wasap se repitió en Parque Lezama.
Otra vez, la multitud.
Otra vez, el rito de la escucha atenta y sensible.
Otra vez el espacio poblándose sólo por el sonido.
Pero esta no hubo escenario, aunque sí micrófono, que utilizó Máximo Kirchner, el hijo de esa voz que no se ve, pero se siente. Le habló a una multitud que lo escuchó, pero –como al futuro– parece no verlo.
¿Es ese vacío lo que sostiene a Milei?
¿Es una invitación a colmarlo?
¿Es un peligro o una oportunidad?
¿O ambos?
Son algunas de las preguntas que en los próximos días, por acción u omisión, se irán revelando.
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Argentina en un día: miércoles, Plaza de Mayo y Congreso

Acto del peronismo en Plaza de Mayo, con audios enviados por Cristina Fernández de Kirchner. Jubilados y jubiladas ante un Congreso sitiado de vallas por el “protocolo” que cortó el tránsito por todo el centro porteño. Marchas divididas por arriba. ¿Y por abajo? ¿Por dónde se canaliza la energía social que alimenta la protesta? ¿Qué le dice el peronismo a los jóvenes? ¿Qué rol cumplen quienes se consideran dirigentes? ¿Qué simbolizan los jubilados que marchan cada miércoles, y no solo de vez en cuando? La división infinita y los puntos en común para intuir cómo siguen las cosas
Francisco Pandolfi, Lucas Pedulla y Franco Ciancaglini


Foto: Lina Etchesuri para lavaca
Mediodía de miércoles.
Valeria, 45 años, y su hijo Santino, de 13, estuvieron una hora esperando el 96 en Virrey del Pino, en los confines de La Matanza, pero se terminaron tomando el 620 hasta Liniers, y de ahí el tren Sarmiento hasta Once, y de ahí la línea A del subte hasta la estación Piedras.
Más de dos horas y tres transportes públicos, ¿para qué? “Por Cristina”, define Valeria, una de las “gente suelta”, que viaja rumbo a la Plaza de Mayo sin estar organizada o encolumnada. Portando una bandera de Argentina, esperan, como muchas de las miles de personas que se van cruzando en el viaje y ya en Avenida de Mayo, escuchar algo desde el escenario que les signifique un hilo del que tirar.
También, con la certeza de inhabilitación de Cristina para ejercer cargos públicos, se animan a pensar qué escenario se abre de aquí en más. Sale el prode de candidatos, sin vueltas: “Si no es Cristina, Axel, pero será lo que diga ella”, dice Valeria. ¿Así no pasaron Scioli, Massa y Alberto? Valentina firme: “Lo que diga ella. O Axel”.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca
Por Avenida de Mayo las columnas avanzan. Pasan banderas de CTA, Satsaid, Aeronáuticos, UTE, CICOP, Metrodelegados, SUTEBA, Unidad Popular, Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS Capital, entre pasacalles de ATE y del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), del gobernador bonaerense Axel Kicillof, con la leyenda: “Argentina con Cristina”.
Por las diagonales también hay movimiento: desde la Sur, avanza una columna gruesa de La Cámpora y gremios de la CGT, como los universitarios de FEDUN; por la Norte, la sorpresa de partidos, organizaciones y centros de estudiantes de izquierda. Su bandera: “La proscripción refuerza al régimen”. Muchas de estas banderas no se quedarán, sin embargo, hasta el final del acto.
Sí se queda Estela, 64 años, jubilada, vecina de CABA, que dice que nadie la trajo sino que vino solita por Cristina: “Es un desastre todo”, diagnostica. Quién le gusta: “Kicillof”. Alejandra, también jubilada y de CABA, 67 años, no vino por Cristina sino por todos porque “están haciendo mierda” la democracia. ¿Qué espera después del acto? No se anima a pronósticos porque –dice– todo es muy incierto: “Hay que ver si hay continuidad y organización”, desliza. Tampoco se arriesga a decir si tiene algún candidato: “No hay ninguno que me guste. Hay que ver qué pasa con Kicillof”.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
Dame fuego
Sara (54), Sandra (44), Lilian (53), Marcela (52), Emilce (48) y Miriam (57) son todas docentes de primarias y secundarias de Merlo, oeste conurbano. “Hay que defender la democracia”, dice Sara. A su lado, Lilian espera que la marcha sea un punto de inflexión y unidad: “Veníamos separados, tirando para diferentes lados y esto nos congrega en unión para hacer frente a una situación preocupante”. Para Emilce, es un llamado de atención al Gobierno: “Nos vamos a seguir defendiendo. Y que se dejen de joder con Israel porque somos Argentina”. Si no es cristina, ¿quién? Todas responden al unísono: “Axel”.
Emilce suma: “Grabois”. Miriam lanza: “Santoro, pero más Axel”. Sara y el gen local: “Mariel”, dice, por Mariel Fernández, intendenta de Moreno. ¿Qué tienen todos ellos en común? Sandra resume: “Fuego peronista”.
Frente al Cabildo están sentadas Angélica (69) y Adriana (66), que vinieron desde Córdoba capital. Salieron en micro a las 20.30 del martes, las paró Gendarmería en el medio “para hacer acting”, y llegaron a la ciudad de Buenos Aires a las 6 de la mañana. “Si no reforzamos las calles esto va a durar quién sabe cuánto tiempo”, dice Angélica, que tiene bien en claro que el peronismo cordobés es un poco particular. “Por decirlo de una forma elegante”, dice Adriana. ¿Cómo habría que llamarlo? “Carnero, traicionero, de derecha”, describe, al punto de que tuvieron que exigirle al PJ provincial que abriera el partido para reclamar el día del fallo de la Corte: “Ellos se callaron la boca y dijeron que había que respetar la institucionalidad. Si no fuera por Schiaretti, Milei no habría ganado las elecciones”. Sobre quién les gusta para lo que sea que venga: “Axel, sin dudas. Lo amamos”.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.
Audios redondos
En Plaza de Mayo, a las 15.08 suena la Marcha Peronista. Es el anuncio de que el acto comienza. Seis minutos después, se canta el Himno. Hay lágrimas, voces roncas, dedos en v. Luego, la sorpresa: se escucha la voz de Cristina. Circulan los shhh. La plaza entera, colmada, se calla.
Made in Argentina: la plaza central por excelencia, llena de bombos y bullicio popular, se queda en el más puro silencio. La sensación es de respeto, pero no deja de sorprender; lo produce una persona no en cuerpo y presencia desde un escenario, sino desde una grabación que hizo en su casa en el barrio de Constitución, estando presa.
Cristina habla de que el modelo económico de Milei es insostenible y que el verdadero poder económico lo sabe: “Por eso estoy presa”, dice. La plaza aplaude. “Pueden encerrarme a mí pero no a todo el pueblo argentino”, subraya y pide volver a organizarse para planificar la salida a esta crisis. Y dice que, de las cosas que más les gustó escuchar de estos días de caravanas y concentraciones en San José 1111, fue la canción “Vamos a volver”, que resuena nuevamente en esta plaza: “Revela una voluntad”.
Se despide y, tras una breve llamada en vivo desde su casa, vuelve a saludar a la plaza, arengando su organización. Luego, suena Todo preso es político, de Los Redondos. Las columnas empiezan a desconcentrar, la gente se empieza a retirar. Y Marti, una joven militante de La Cámpora en zona sur del conurbano, vuelve emocionada: “Vamos a volver, a volver a reinventarnos, a volver a construir políticas de cuidados y de derechos”.
Afirma que el mensaje fue clave para la militancia: “Fue un empujón de energía para que no nos atemorice este gobierno hambreador, sino para salir con más fuerzas que nunca al territorio para ganarlo de nuevo”.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
A dónde va la energía
Los testimonios de esta calle demuestran que fue un acto muy importante para la militancia. Muy. Pero inmediatamente concluido lo importante era otra cosa: “Que se entienda la diferencia entre la militancia y la gente. Y también que se entienda qué significa hoy la militancia”. Lo dice alguien que conoce el movimiento desde adentro y desde hace años y que por eso mismo lee el acto con memoria y proyección.
Si mira a los aparatos, los ve debilitados en relación a la capacidad de movilización que tenían años atrás cuando ondulaban las banderas de La Cámpora a lo largo de diez cuadras, otras tantas del Evita o Barrios de Pie, hoy desaparecido, más los etc etc. (La conclusión es evidente: tras cuatro administraciones del Estado en las que tuvieron en sus manos la caja de varios programas sociales ningún dirigente pudo/supo o logró construir una organización política duradera y comprometida).
Irrumpió sí por primera vez en Plaza de Mayo la bandera de la línea Kicillof y la columna de Grabois, las dos únicas renovaciones de esta temporada.
Si se mira por fuera de las internas partidarias, hubo una gran mayoría de gente suelta: esa es hoy la columna vertebral de la militancia. “Unos y otros de los que vinieron hoy representan personas que votaron a los candidatos de este sector, sean cuales fueran. En ese sentido son militantes. Se fueron hoy como no estaban ayer: convencidos de que si militan vamos a volver. Se fueron con la ilusión y con la mística peronista”.
El tema es a donde se va a enchufar finalmente esa energía que Cristina logró renovar, la única dirigente peronista capaz de calentar este frío invierno del progresismo y también la única a la que ninguna de las personas que fue hoy a Plaza de Mayo podrá votar.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
La grieta juventud/peronismo
¿A qué se enchufa toda esta energía?
“Al pasado”, responde el consultor político Gustavo Córdoba, experto en encuestas electorales entre otras disciplinas de comunicación política.
Precisa: “El acto de hoy mientras sea deseo, promesa, impacta”. La incógnita es qué pasará cuando eso que hizo latir se concrete. “Este es un momento político excepcional, único y por eso mismo representa un verdadero desafío, entre otras cosas, de liderazgo político”. En ese sentido señala que el desafío es claro: quién es capaz de conducir este proceso. “Sin duda lo está conduciendo Cristina y esto ha sido el resultado de la decisión de la Corte Suprema de romper el equilibrio de poderes, quizá por error de cálculo. Lo cierto es que al confirmar la condena la empoderó. Por otro lado ya sabemos cómo conduce Cristina: tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. El desafío que tiene Cristina hoy es conducir integrando a todas las tribus que hay en el peronismo, habida cuenta de la necesidad electoral de tener un buen desempeño en septiembre en Buenos Aires y en octubre en todo el país”.
Lo que destaca Córdoba: “Lo que ya estaba polarizado se ultra polarizó”.
Lo que preocupa: “El peronismo no es algo que escuche la generación más joven. No solo no lo escucha: ni le llega su mensaje. Y ese es un problema que impacta directamente en los resultado electorales porque se trata del segmento etáreo que más participa. Son los mayores de 50 los que menos han ido a votar en las últimas elecciones y es en ese sector donde el peronismo obtiene mayor repercusión”.

Foto: Ramiro Domínguez Rubio para lavaca.
Jubilados ante las vallas
Al mismo tiempo, en el Congreso, sucede la concentración de jubiladas y jubilados de cada semana. Pero la escena no tiene nada que ver con ninguno de los miércoles previos. Incluso los miércoles de verano, de extremo calor, o miércoles feriados, o miércoles de lluvia. Esta vez, la plaza está vacía. Vaciada.
Pararse en la intersección de Avenida de Mayo y Sáenz Peña sirve para ver dos postales bien distintas si se mira a ambos costados:
- Hacia 9 de Julio, la cola de una marea de gente mirando a la Casa Rosada.
- Hacia Callao, un vacío en las afueras del Congreso de la Nación, edificio aislado de la ciudad y piquete máximo del centro porteño, totalmente vallado, impidiendo el tránsito por Entre Ríos, Callao, Rivadavia, Hipólito Yrigoyen, Ríobamba, Combate de los Pozos entre otras aledañas.
Hay otras postales que reflejan lo mismo: la ausencia de cuerpos más allá de una centena de jubilados.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.
Entonces, todo lo que se habla, se escucha bien nítido.
Una señora le dice a otros dos: “Con esta división Bullrich se está haciendo un orgasmo. Eso es lo que le calienta, dividir, dividir, dividir”.
La señora se llama Mabel, tiene 69 años y vino de Isidro Casanova. Cree que el acto en Plaza de Mayo “fue partidario” y que hoy el PJ volvió a no sumarse a la pelea de los jubilados. “Fue un miércoles más sin estar del lado de quienes más estamos sufriendo”. Mira lo positivo, aún en la falta de unidad: “A este gobierno un poco le debe joder que haya tantos focos de reclamo, pero hoy era un momento para haber demostrado una real unidad y que toda la gente que fue a la Plaza de Mayo viniese acá a protestar por cómo estamos viviendo. Me da bronca que se haya convocado la concentración una hora antes de la nuestra, cuando somos nosotros quienes venimos haciendo escuela en la resistencia todo estos meses y todos estos años”.
Críticas y reflexiones
Otra postal son los carteles y los discursos en contra de la proscripción a Cristina Fernández de Kirchner, que trasciende las posturas partidarias. “Los juby contra la proscripción”, firma: PTS Independiente; “Corte suprema ilegítima = fallo inválido”.
Rubén (72) y Mario (70) integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados. Fueron a Plaza de Mayo a las 14, y antes de las 15 ya estaban congregando en Congreso.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.
Rubén: “Fuimos a hablarle a los compañeros que fueron a Plaza de Mayo para defender su derecho de votar, porque más allá de nuestras diferencias políticas creemos que hay que superar esa consigna: acá hay un problema de conciencia de clase y la forma de salvar a su líder o a su símbolo es solamente derribando a este régimen y a su plan económico criminal. Eso fuimos a decir allá y por eso volvimos acá: esta es nuestra pertenencia, nuestra trinchera. Los jubilados estamos en contra de la proscripción a Cristina pero la única manera de resolver ese problema y tantos otros que tenemos es organizarse para una huelga general, sino es imposible”.
Dice Mario: “Acá, ahora, debíamos haber estado todos, en una única movilización, exigiendo un plan de lucha nacional, con paros y movilizaciones, para lograr el desprocesamiento de Cristina, pero también para tirar abajo el plan motosierra que nos está matando a los trabajadores y a los jubilados. Acá es necesario un encuentro nacional de trabajadores que unifique la lucha, no lo de hoy. La convocatoria una hora antes de nuestra marcha por parte de la dirigencia del PJ nos parece un error, cuando saben bien que los miércoles es el día de la resistencia de los jubilados”.
Cierra Rubén: “Más que un error, fue una política que decidieron implementar, y se nota que terminó la manifestación y no vinieron acá. Eso demuestra que no quieren ir a fondo en el enfrentamiento contra este gobierno”.
La desunión de las marchas
A eso de las 16 horas encontramos a Griselda, quien tiene una remera de Cristina pero mientras se pasa un audio de la ex Presidenta en la Plaza de Mayo, ella está junto a los jubilados en Congreso. Viene de allá, claro, pero al no poder entrar a la Plaza por la cantidad de gente que había, eligió venir a un lugar más cómodo. Y donde sumara más.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
No vino sola: vino junto a un grupo de amigas desde Berazategui, en tren. Todas ahora escuchan la radio abierta de los miércoles, a la que asisten siempre que pueden: “Hoy como hice paro pude venir”.
El paro, claro está, fue por la movilización a Plaza de Mayo, a la que fue “en contra de la proscripción de Cristina”. Ahora con los jubilados, Griselda reflexiona sobre la desunión de las marchas: “Yo las uní a venir, pero para mí los que organizaron tendrían que haber unido ellos las marchas. Con el grupo que vine lo unimos, no sé si acá primero y después a la Plaza, o al revés… hubo un poco de desacuerdo, primero se iba a ir a Comodoro Py, cambió todo y un poco se desorganizó. Lo importante es que igual la gente está en la calle, porque la Plaza estaba llena”.
A partir de hoy, ¿qué va a pasar? “Cristina estará en domiciliaria, los jubilados acá… Griselda: “Es la incógnita. Ahora parece que estamos todos unidos, pero esto se tiene que mantener. El pueblo sí está unido, pero los dirigentes: ¿se van a unir? Eso es lo que no sabemos. El pueblo se puede unir y en estar la calle estar, pero…”.
¿Está más unido el pueblo por abajo que por arriba? “Exacto”.
Desconcentrados
A las 16:30 horas ocurre la desconcentración de Plaza de Mayo que no parece fortalecer sin embargo a la marcha de jubilados. Solo un puñado que no llega a las 400 personas se suman. Quienes llegan hasta la Plaza del Congreso, cuando ven el vallado y algunas banderas de partidos de izquierda, dan la vuelta y se van por otro lado en la mayoría de los casos.
Eduardo es uno de los pocos que viene caminando por Avenida de Mayo directo a entrelazarse con sus pares. Tiene 74 años y 9 nietos. Es de Quilmes y trae una bandera argentina en sus hombros. Habla despacito, como si midiera cada una de sus palabras.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
Cuenta que tiene artritis reumatoidea y que las inyecciones que se aplica son bastantes caras. “Desde que asumió este gobierno, tengo que renovar el pedido cada seis meses y un mes me dejan sin medicación. Me sale 350 mil pesos esa decisión…”. Cuenta, también, que más de una vez fue gaseado y golpeado. Y que un día como hoy está a la vista, que cuando las marchas son masivas, no reprimen. Focaliza el problema: “Nuestros propios compañeros peronistas que nos tendrían que ayudar, venir a respaldarnos, no vienen. En una oportunidad lo hicieron las hinchadas, en otra los del Garrahan, pero vienen una sola vez y después nunca más, no sirve así. Me da mucha pena, porque el resultado será una Argentina cada día más despedazada”.
¿Seguir gente o seguir ideas?
Mientras, por el altoparlante suena la voz de un jubilado que también conecta por abajo:
“La justicia crápula no tiene moralidad para juzgar a nadie: son los primeros corruptos que defienden este sistema que ataca a los trabajadores y a los jubilados queremos ser claros: nosotros hoy no hemos ido a la Plaza. Hemos optado por dos actividades: hemos estado en el abrazo al Garrahan, con los compañeros de la junta interna de ATE, de la asociación de trabajadores y profesionales del Garrahan, con los autoconvocados: ahí es dónde hay que estar, con los compañeros, cotnra este gobierno de perversos sociales que nos atacan. Y estamos acá otro miércoles, luchando por las reivindicaciones de los jubilados, que son las reivindicaciones de los trabajadores: si no peleamos ahora, no tenemos futuro. Quieren condenarnos a un subsidio a la vejez: crápulas. Nueve millones de pesos se aumentaron los senadores, y nos están condenado ocn una jubilación mínima apenas arriba de los 300 mil pesos”.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.
Luis Pesce es otro de los jubilados que viene de allá, y sintetiza todo en pocas palabras: “Si tenés ego no podés tener ideas. No hay que seguir gente, hay que seguir ideas. A mí lo que me gustaron de Cristina, justamente, son las ideas”.
Menea la cabeza: “Evidentemente están viniendo poquitos”. Y define magistralmente: “No llegan, pasan”.
Carlos, el famoso jubilado de Chacarita, es uno de los que pasa: “No, esto es un poroto (dice por la marcha a la que asiste cada miércoles), allá hubo un millón de personas. La gente fue apoyar a Cristina porque nos están robando el país. No tenemos patria, no tenemos nada. Es una colonia esto. Acá hay que luchar”, reafirma, agitado y mirando el minúsculo grupo de jubilados de esta vuelta. “Qué va a hacer”, define, en vez de adjetivar. Y ya cansado, plantea cómo seguir: “Mañana será otro día, mañana será otra lucha”.
La resaca y la silla de ruedas
Alejandro de Palermo tiene un pasacalle que dice Cristina 2025. Lo cuelga frente al Congreso, después de traerla de Plaza de Mayo. “Los micros no dejaron estacionar, muchos no vinieron acá porque no saben después cómo volver”, ensaya una explicación del desencuentro. “Mucha gente quedó allá. Pero despacito están viniendo algunos”.
Es cierto, a las 17 horas parece alcanzar el pico máximo de unión entre marchas, aunque mientras unos cantan “somos de la gloriosa Juventud peronista”, por el altoparlante hablan del bombardeo a Gaza.

Nos miramos desconcertados con Alejandro, y él reflexiona: “No soy muy político, lo único que sé es que salimos por la democracia, que es también la lucha del Garrahan, por los jubilados, porque están matando a la patria: nos están destruyendo todo. Esa es mi manera de pensar”.
Para él la condena a Cristina también es parte de eso: de un ataque a la democracia toda. Piensa en vivo: “Cristina es parte de nuestra… a ver, cómo te puedo explicar. Desde mi punto de vista, a Cristina la veo como alguien que nos dio muchos años buenos en este país. Ojalá tuviéramos la chorra toda la vida. Yo sacaba una murga, La resaca de Palermo, y éramos 100 personas que comíamos todos los meses asado con la murga; hoy no podemos ni invitar un guiso. ¡No puedo invitar a la gente a comer un guiso! Les decimos que se traigan un pedazo de carne cada uno”…
Le digo que, tal vez, vivía por encima de lo que podía: se ríe a carcajadas. Remata sin vueltas caracterizando al actual gobierno: “Son enfermos mentales. No les da la cabeza”.
¿Cómo se hacemos para sacarlos, si no se ponen de acuerdo, si los jubilados quedan solos? Alejandro: “Yo siento, loco, que con el voto de octubre tenemos que dar un mensaje. El voto tiene que ser a pleno con el peronismo. Espero que haya un buen peronismo”.
¿Vaya quien vaya? “No sé mucho de política. Pero el que esté en la cabeza, que lleve a la gente de frente march. Tuvimos fallas, tuvimos fallas. Pero con las fallas, loco, se aprende, ¿entendés? Tenemos que aprender a ver quién ponemos ahora, y no equivocarnos. Eso nomás”.
¿Y los jubilados? “Mirá cómo están, a vos te parece que tienen que venir acá? 300 mil pesos cobran. Mi viejo falleció hace una semana. Y me decía: qué ganas de ir con la silla de ruedas. Mi viejo es peronista de toda la vida. Y… lo traje una vez, un mes atrás, estábamos en la otra punta, y me decía: no sabés las luchas que tuvimos acá, con Perón. Y me contaba unas historias, cuando estaba los perseguían… 92 años tenía. Fue tan lindo para mí escucharlo”.
Marcelo se quiebra. Parece recordar esas palabras acaso como una última lección, algo así como: si hace falta se vuelve a marchar, a los 92 años y en silla de ruedas.
Y con alguien como él para llevarlo.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.
Las cosas que se comparten
Zulema, de Jubilados Insurgentes, vuelve del ¡Obelisco! Hasta donde llegó con su grupo después de dar vueltas por todo el centro porteño. Así de inquietos estuvieron hoy y vienen estando las últimas movilizaciones de miércoles, para gambetear a las fuerzas federales e interpelar a los coches y transeúntes con cánticos y mensajes.
Hoy, al llegar, se encontraron con un vallado en toda Callao y toda Rivadavia y una Avenida de Mayo vacía de tránsito. “No venían coches, nada. ¿A quién le protestábamos? No pasaba nada”, cuenta sobre el momento del desconcierto. Así fue que empezaron a caminar por las calles aledañas, hasta llegar al Obelisco, pero sin pasar por Plaza de Mayo.
Cuenta por qué: “Nosotros podríamos haber hecho todos juntos una movilización por los derechos de todos y eso hubiese valido; pero se marchaba solo por Cristina. Ni siquiera pidieron por la libertad, que está mal condenada y por lo tanto tiene que estar libre. De todos modos nosotros queríamos mantener nuestro eje, no aprovecharnos en un sentido oportunista de ir con nuestra propuesta ahí. Queríamos mantener nuestros reclamos permanentes que no son nuestros sino de todos los trabajadores. Estoy segura que todos los que fueron a la marcha de Cristina los comparten”.
Zulema da en la tecla: “La clave es que nosotros planteamos que la lucha por nuestros derechos tiene que ser hecha por nosotros mismos y los otros que tienen los mismos problemas, piensan que los derechos se los va a resolver una figura. Ellos pelean para rescatar esa figura”.
Perón decía que hay que hablar mucho de las ideas, poco de las cosas y nada de las personas: “Sí, pero Máximo dijo que hay que dejar de patalear. Ellos lo resuelven por arriba y arrastran los mismos problemas desde hace tiempo por eso mismo”.
¿Y por abajo…? En uno de sus permanentes movimientos, la bandera roja de Jubilados Insurgentes dio la vuelta a la plaza Congreso y se paró en Sáenz Peña y Avenida de Mayo, a la espera de quienes venían de la Plaza de Mayo. “Estuvimos esperando y cuando vino el primer grupo les preguntamos si venían apoyar a los jubilados como para entrar con ellos de nuevo al Congreso. Y nos miraban… pasaban, no sabían. Capaz que algún grupo de jubilados sí. Pero estamos cruzados por ese problema: otras agrupaciones de jubilados son de partidos. Nosotros no. Eso también sentimos que nos divide. Pero nuestras coincidencias, si todos vienen a luchar, son lo importante”.
Al notar esta desconexión, los Jubilados Insurgentes y un nutrido grupo que los seguía fue primero para Corrientes y Callao y luego para el Obelisco. Le digo entonces a Zulema que mucha gente suelta siguió llegando al Congreso pero, al no estar ellos, quedaban justamente los grupos partidarios de jubilados. Zulema sigue su marcha: “Pero también venían por Corrientes, muchos nos vieron”, afirma.
Entre internas propias, ajenas y entrecruzadas, los Insurgentes plantan otra vez bandera: “Pudimos decir que nosotros luchamos contra toda proscripción. Y los que están más proscriptos son los trabajadores, y desde hace mucho tiempo. Nosotros pensamos que es una pena que toda la gente que apoya a Cristina no salga a luchar por ellos mismos también, por los derechos. Si eso se da, vamos a estar con los brazos abiertos. El tema es que las elecciones son como una mediatización, pareciera que todo pasara por ahí, entonces todo es un camino ya preparado que te saca de la calle”.
Por lo pronto, mientras la militancia desconcentra o llena la pizzería La Americana, un grupo de veteranos y veteranas se mete en un sótano para discutir, intercambiar, pensar cómo seguir adelante, estar juntos.
Como todos los miércoles.
Actualidad
La casta judicial tuvo miedo: prisión domiciliaria para CFK

Cristina Fernández de Kirchner no tuvo que ir a los tribunales de Comodoro Py a notificarse de su condena, y cumplirá prisión domiciliaria. La notificación se produjo este martes de manera remota. Esas novedades tuvieron como trasfondo permanente durante la última semana las movilizaciones y vigilias con centro la esquina de San José y Humberto Primo en la ciudad de Buenos Aires. La decisión del tribunal desactivó la marcha prevista desde Constitución hasta el Tribunal Oral Federal Nº 2, pero el Partido Justicialista y distintas organizaciones sociales, sindicales y políticas llamaron a un acto –este miércoles 18 de junio– a las 14, también en Plaza de Mayo. Otras organizaciones mantuvieron la cita de las 10 de la mañana para marchar desde la casa de la ex mandataria hasta la plaza.
Fotos: Juan Valeiro.

Este martes frente al departamento de Cristina Fernánde de Kirchner hubo hasta grupos de danza folklórica apoyando a la ex presidente. Fotos: Juan Valeiro para lavaca.
La condena de CFK a seis años de prisión comenzó a cumplirse domiciliariamente este martes 17 tras ser notificada por el TOF de manera remota. Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola habían solicitado que la acusada fuese a la cárcel. El tribunal presidido por Jorge Gorini rechazó el planteo dando lugar a lo que había solicitado el abogado de la ex presidente, Carlos Beraldi, y señaló: “Su permanencia en prisión en un establecimiento carcelario no solo se presenta, por el momento, como una opción difícil de compatibilizar con una protección efectiva de sus derechos fundamentales sino que además es una opción que la ley expresamente habilita a reemplazar por otra”.
Otro argumento: “La combinación del riesgo para la vida e integridad física de la condenada a raíz del atentado del que fue víctima, junto con la dificultad de garantizar su seguridad en un establecimiento penitenciario sin incurrir en prácticas discordantes para el derecho constitucional y convencional −aislamiento−, nos conducen a la decisión en favor de la concesión de la prisión domiciliaria como única vía hoy compatible con el respeto de los derechos fundamentales de la persona”. Reconocen que toman la decisión tras considerar “el intento de homicidio que la tuvo como víctima, y que como dijimos, es materia de investigación en primera instancia y en juicio”.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.
La detención tendrá como agregado “la colocación de un dispositivo de vigilancia electrónico”. El único dispositivo de este tipo que se utiliza hasta ahora es la tobillera.
Otra condición para Cristina: “Deberá abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”. De hecho, este primer día de cumplimiento efectivo de la condena, no salió a saludar al balcón a la gente que se había reunido en la calle, que incluyó un grupo de danza folklórica y una delegación de actores y actrices, entre tantas otras expresiones.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.
Queda por verse cómo evolucionará la cuestión hacia adelante, porque nadie puede prohibir que la gente continúe reuniéndose allí. El acto del PJ de este miércoles será otra expresión que se estima será masiva. También, como cada miércoles jubilados y jubilados-, quienes nunca dejaron de marchar, estarán enhebrando sus reclamos con todas las situaciones de injusticia social que vive la sociedad en estos tiempos.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.
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