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La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

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Esta es la séptima entrega del registro fotográfico colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo. En esta oportunidad, la cobertura fue realizada por Daniel Merle, en el encuentro del jueves 21 de marzo. Son siete así lxs fotógrafxs, reporterxs y artistas que están sumando su mirada a la idea de memoria, verdad y justicia.

Cada jueves, desde hace más de 40 años, las Madres circulan alrededor de la Pirámide de Mayo, a las 15.30. El registro actual de esos eventos es una iniciativa autogestiva coordinada por la editora Claudia Acuña y la fotógrafa Alejandra López. Todas las semanas se registra ese ritual en el que las Madres marchan en sentido contrario a las agujas del reloj.

El material reunido será entregado a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas anteriormente a que los envíen por mail a cooperativalavaca@gmail.com para sumarlos a estos archivos.

Aquí, la crónica que el propio Daniel escribió para acompañar estas imágenes, con su experiencia de otro jueves.

Las abraza

Texto: Daniel Merle

Llegan en una combi blanca, me dicen.  Va a entrar por detrás de la Pirámide y estacionar al lado de un gazebo blanco del lado de Rivadavia donde hay unas sillas, micrófonos. A las 15.30 horas en punto llega la combi, bajan varias personas, una de ellas con pañuelo blanco en la cabeza. “No es Madre, es hermana, pero lleva el atributo porque es la continuidad de esos pañuelos en la Plaza para cuando ellas ya no estén”, me dicen. Por último, baja Pina Fiore, madre de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, uno de los dos grupos en los que “Madres” se ha dividido desde hace muchos años ya. El otro es Línea Fundadora, que llegará en pocos minutos. Pina tiene 94 años y con la ayuda de dos compeñerxs toca con la punta de su pequeño pie los baldosones de la Plaza al bajar de la camioneta.

La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

La estoy mirando en este preciso momento, veo la punta del zapato. Imagino una especie de “bendición”. Se me ocurre que Pina está bendiciendo ahora esta Plaza tan recargada de luchas y tragedias. Poco después, ella sonríe desde su silla de ruedas, se abraza con todos los que se le acercan. La ronda de las Madres de Plaza de Mayo número 2393 va a comenzar.

Se forma un grupo compacto detrás del cartel azul con letras blancas que dice: “No pasarán”.

La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

Una larga cuerda contiene la cabecera del grupo. Del lado de la Pirámide, las ollas de las cocineras de los barrios carenciados del conurbano llevan una punta, del lado externo, Pina sostiene la cuerda con firmeza.

La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

A una prudente distancia ya comenzó también su ronda el grupo Línea Fundadora, encabezado por Elia Espen, también en silla de ruedas.

La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

La ceremonia dura una media hora, no sé cuántas vueltas a la Pirámide serán. En un momento el grupo de Pina se desvía y se acerca hasta el monumento a Belgrano y lo bordea, arrecian las consignas contra Milei. Los policías que custodian las rejas de la Casa de Gobierno prestan más atención al grupo, que sigue compacto ahora avanzando unos metros hacia la Rosada.

La ronda de Madres, en la mirada de Daniel Merle

Sigo paso a paso el ritual, imagino que últimamente tiene esta característica extra: ir a putear al gobierno. Se llega a un clímax. Luego, la ronda vuelve a su circularidad habitual en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Releo esto que escribo y me doy cuenta de que es una simple descripción de un procedimiento. Un cierto ritual que persiste por más de cuarenta años y que seguramente habrá tenido variaciones, mayores o menores concurrencias, cambios climáticos. Pero siempre la presencia de las Madres. Esta presencia se acerca a un momento de inflexión: las Madres no son eternas. La ronda debe continuar en su misión de persistir en la memoria de los desaparecidos y su reclamo de justicia.

Vuelvo a mi casa con un recuerdo nuevo en los detalles de este ritual al que asistí tantas veces en el pasado. La simple descripción de un procedimiento protagonizado por una presencia mágica, inextinguible, siempre novedosa, que se renueva en mi corazón, una vez más.

Sobre Daniel Merle

Nació en Buenos Aires en 1954. Estudió Bellas Artes en la escuela Manuel Belgrano y Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Es Magister en Curaduría en Artes Visuales por la Universidad Nacional de Tres de Febrero y prepara su tesis para el Doctorado en Artes Comparadas por la misma universidad. Trabajó como fotógrafo, editor y redactor en Los diarios La Nación, y Clarín. En la Agencia Reuters fue fotógrafo de staff para Argentina, Uruguay y Paraguay.  Ha recibido el segundo premio del concurso internacional Nikon en 1979. Menciones en el concurso Coca Cola en las Artes y las ciencias en 1984 y 1985. El primer premio de fotografía por la libertad de prensa Pedro Joaquín Chamorro de la Sociedad Interamericana de Prensa en 1989. En 2014 fue jurado del World Press Photo Contest en Amsterdam. En 2015 Mención especial del jurado en la categoría Fotografía del Salón Nacional de Artes Visuales. En 2022 obtuvo otra Mención Especial del Jurado en la categoría Artes Gráficas del mismo Salón Nacional. Es docente de la diplomatura en fotografía de la Universidad de San Isidro. Es investigador en fotografía  en el Centro Materia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

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Represión y reacción

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(Por Claudia Acuña)

Con las cámaras en alto y sentados en el asfalto (imagen de portada), más de cuarenta reporteros y reporteras gráficas lograron que liberen al fotógrafo Tomás Cuesta y se desestimen varios de los cargos que querían atribuirle a Javier Iglesias, otro de los fotógrafos arbitrariamente detenido al finalizar la ronda de los miércoles de las y los jubilados en el Congreso. También fueron apresados Pablo Luna, jubilado ex trabajador de YPF y Leandro Cruzado, integrante del Club Antifascista, quienes según la fiscalía Este –a cargo de iniciar la causa judicial– podrían recuperar la libertad mañana al mediodía.

Como todos los miércoles la prensa fue blanco de gases y palos por parte de las fuerzas de seguridad, que en esta oportunidad intentaron dar un paso más: el video que muestra la detención de Tomás Cuesta (al final de este artículo) es la evidencia de la brutalidad de su accionar. Cuesta, quien habitualmente trabaja para medios internacionales, estaba cubriendo la ronda para la organización Amnistía Internacional, que en estos días está elaborando un informe sobre  la represión estatal a la protesta de jubilados enviando a Buenos Aires a una especialista de la oficina central de esa oenegé, desde Inglaterra.

Represión y reacción

Uno de los detenidos del miércoles: jubilados y la prensa en la mira.

Javier Iglesias es un fotógrafo independiente que cubría la protesta para medios especializados en temas de represión estatal. Ambos fueron derribados al piso, ambos soportaron la rodilla de un gendarme en la mejilla para aplastarles así la cabeza contra las baldosas, ambos fueron esposados y trasladados al estacionamiento situado exactamente enfrente del ingreso al Senado de la Nación. El contraste se hizo aún más evidente cuando los dos fotógrafos fueron obligados a pararse en el paredón de la playa de estacionamiento mirando hacia el frente: lo que veían desde esa posición era el Palacio, símbolo de la representación democrática. Quizá porque el oficio es exactamente ese –saber mirar– los y las fotógrafas que llegaron hasta allí para conocer la situación de sus colegas decidieron hacer entonces un camarazo con sentada: no iban a naturalizar  otro miércoles de impunidad. El momento, además, era muy sensible: acababan de llegar las noticias del resultado de la nueva operación al reportero Pablo Grillo, a quien una descarga de Gendarmería lo hiriera de gravedad y le dejara como secuela una hidrocefalia que hoy obligó a colocarle una válvula para drenar el líquido del cerebro al abdomen.  

Represión y reacción

Otro de los detenidos. Foto publicada en Tiempo Argentino.

El primero en sumarse a la plantada fue el secretario general de Sipreba, Agustín Lecchi. “Todos los miércoles jubilados y periodistas somos el blanco de la represión. No nos vamos a mover de acá hasta que tengamos una respuesta”. También personal de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad se presentó tanto en el estacionamiento como en la fiscalía para conocer la situación y los argumentos que, supuestamente, justificaban las detenciones. Finalmente llegaron los representantes políticos: el diputado Germán Martínez –presidente del bloque de diputados de Unión por la Patria- la senadora Silvina García Larraburu y el senador Mariano Recalde: en ese orden. En tanto, la fiscalía aceptó revisar “pruebas”: comprobó así que no había ningún video ni declaración policial que justificaran la detención de Tomás Cuesta y ordenó su liberación. Los tres restantes debían esperar la decisión del juzgado, por que la fiscalía ya había validado las detenciones en un trámite más rápido que el pedido de explicaciones.

Represión y reacción

“La clave fue la reacción”, sintetiza uno de los colegas de Tomás, que comunicó inmediatamente la noticia a su mamá que en estos días está trabajando en el Festival de Cannes: es la jefa regional de la agencia internacional de noticias Associated Press.

Represión y reacción

Un signo de los tiempos: Detenidos sin explicación, contra la pared, en un estacionamiento usado por la policía ubicado exactamente frente al así llamado Honorable Senado de la Nación Argentina.

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Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

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Las jubiladas y jubilados hicieron este miércoles algo tan interesante como disruptivo: moverse. Fueron eludiendo a las fuerzas federales buscando otros lugares donde hacer sus semaforazos. De pronto gendarmes y policías se quedaban en posición de combate contra la nada, porque la movilización se había movido a otro lado. Eso no logró evitar escenas absurdas de represión y gases de esos grupos antimotines pertrechados (los cascarudos, les dicen por su aspecto desde el estreno de El Eternauta). Grupos que cumplen un rol cada vez más vergonzoso y patético. Hubo además tres detenidos, y la sesión que en Diputados debía tratar un aumento para las jubilaciones no pudo hacerse por falta de quórum de la casta oficialista de LLA sumada al PRO y la UCR. Tampoco hubo entonces declaración de emergencia para los municipios afectados por las inundaciones ni para definir la investigación del caso de corrupción a través de la criptomoneda Libra. La otra noticia: Pablo Grillo, el fotógrafo herido el 12 de marzo por Gendarmería, fue intervenido quirúrgicamente este miércoles por sexta vez, con un resultado esperanzador, mientras la calle presentaba la nueva coreografía antirrepresiva.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

La Coreografía es el arte de organizar y estructurar movimientos corporales sucesivos, formando una secuencia planificada y diseñada para un rendimiento artístico o una rutina de ejercicio. Una “escritura de la danza” con tres dimensiones cruciales: estructura, organización y propósito.

Este miércoles el Congreso se convirtió en una pista que lo tuvo todo. Los cuerpos –con arrugas y bastones, con canas y máscaras de gas– llevaron una composición sobre el espacio público planificada y diseñada para un rendimiento que ya es una rutina: protestar, reclamar, pedir justicia. Fue una secuencia distinta a la de cada miércoles, días que ya convirtieron en una ceremonia de creatividad social.

Al mediodía, el palacio legislativo, cuya sesión ya había caído por falta de quórum, estaba vallado con un dispositivo de guerra. La oposición iba a llevar una serie de proyectos clave para el sector más perjudicado del gobierno de Milei: el aumento en las jubilaciones, la suba del bono congelado de quienes perciben el haber mínimo y la continuidad de la moratoria previsional –que venció el último 23 de marzo, y que ofrecía la posibilidad de acceder a una jubilación a personas que no cumplen con los años de aportes necesarios. La sesión –caída por obra y (des)gracia de los diputados que responden al gobierno nacional (La Libertad Avanza) y sus aliados (PRO y UCR)–también incluía la declaración de emergencia para los municipios bonaerenses afectados por las últimas inundaciones y definir la presidencia de la Comisión Investigadora por el escándalo de la criptomoneda Libra.

Nada ocurrió.

Salvo lo habitual: el Ministerio de Seguridad, como cada miércoles, valló el afuera del Congreso con cuatro fuerzas, la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, y un muro de vallas que rompió el protocolo antipiquetes y cortó la libre circulación por Avenida Rivadavia y por Entre Ríos hacia Callao, igual que el miércoles pasado.

Pero los jubinautas hicieron algo tan interesante como disruptivo: moverse, acompañados de algunos gremios, y organizaciones sociales como la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular). Cuando el cordón de prefectos evitaba que la gente bajara a la calle, la marcha los sobrepasaba y bajaban a la avenida Rivadavia.

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

Los manifestanes se alejan de la valla formada por fuerzas de seguridad, y hacen el semaforazo más adelante.

Entonces aparecía la Federal, y el movimiento era el mismo: la gente subía, los efectivos acordonaban, la gente se alejaba hasta sobrepasar el último efectivo, y volvía a la calle a repetir la secuencia. Luego de varias veces, quienes manifestaban decidieron abandonar Rivadavia, cruzaron la plaza, y cortaron Hipólito Yrigoyen. A la altura de Entre Ríos apareció la motorizada de la Federal, y otros policías de la misma fuerza acordonaron esa punta de la plaza. Entonces los y las jubinautas cruzaron de nuevo la plaza y volvieron a Avenida Rivadavia, donde repitieron la secuencia varias veces más. En medio de un gobierno que los gasea y golpea todos los miércoles, hicieron algo distinto y con una rebeldía particular acompañada por cantos como: “Andá a Malvinas, la puta que te parió” (especialmente dedicado a Gendarmería) y el clásico “qué feo debe ser pegarle a un jubilado para poder comer”. 

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

Policías vs la nada: la gente se había ido del otro lado de la plaza para cortar la calle donde no había fuerzas de seguridad.

Hoy la coreografía sumó otra definición al movimiento en el espacio, aunque el día no estuvo exento de los gases, heridos y detenidos a los que nadie quiere acostumbrarse: Javier Iglesias, Leandro Cruzado y Pablo Luna fueron trasladados a las cárceles de Madariaga y General Paz. 

Hubo un cuarto detenido, el fotógrafo Tomás Cuesta, que fue liberado.

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

Los momentos en que sí hubo represión. Fotos Juan Valeiro

Quórum, y para quién juega el árbitro

¿Por qué no hubo sesión? Faltaron cuatro diputados para lograr el quórum. Hubo 124 presentes –la mayoría de los de Unión por la Patria, la izquierda, 11 legisladores de Encuentro Federal, la Coalición Cívica, 10 de Democracia para Siempre, el radical Julio Cobos y Sergio Acevedo de Por Santa Cruz– y 133 ausentes –entre ellos los diputados de Córdoba Carlos Gutiérrez, Ignacio García Aresca y Alejandra Torres, que responden al gobernador Martín Llaryora; el chubutense Jorge Ávila, dos diputados de Democracia para Siempre (escindidos del radicalismo “peluca”), y 6 legisladores de Unión por la Patria que no llegaron a tiempo.

Christian Castillo es diputado del Frente de Izquierda por la provincia de Buenos Aires y habla con lavaca en medio de la Plaza de los Dos Congresos: “Cada miércoles presentamos nuestro reclamo por tener al Parlamento sitiado, es insólito, pero no podemos lograr que no se hagan estos operativos represivos delirantes, que lamentablemente siempre se cobran heridos. Es un gobierno de represores, es un desastre, pero no hay que amedrentarse ni dejar de venir. Esa es la señal: aunque monten todo el aparato represivo, la movilización no se va a frenar”.

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

Jubiladas y jubilados gaseados por las llamadas «fuerzas del orden». Su delito, reclamar por la destrucción de los haberes que les pertenecen por ley y por haber trabajado toda la vida.

Lo que sí se frenó fue la sesión de Diputados. Opina: “Faltaron 4 diputados para dar quórum, estuvimos al borde. En un vuelo que salía hoy temprano desde Santiago del Estero venían tres diputados y el vuelo lo retrasó el gobierno como tres horas y llegaron 20 minutos tarde. Con ellos quedábamos a uno y seguro alguien más se hubiese sentado de los que estaba dando vuelta y especulando. Además hubo otros que estaban enfermos”.

¿La maniobra del avión pertenecerá a lo que se llama “la casta”? Ahora habrá sesión en Diputados el 29 –si finalmente no hay paro de aviones– o el 4 de junio.

Nelly, 71 años, opina: “Están todos en convivencia con el mandato de Milei, que es el presidente de la crueldad, del achique”. Néstor, 74 años, amplía: “Nuestros representantes en realidad son pseudos representantes, porque no nos representan. Hacen lo que quieren los de arriba, son esclavos del poder”.

El presidente del bloque de diputados de UxP Germán Martínez, está en la esquina de Callao y Rivadavia, intercambiando opiniones, consejos y reclamos con un puñado de quince jubiladas y jubilados. Uno de ellos le hace una propuesta:

–Tienen que convocar a una movilización masiva, de un millón de jubilados. No de 400 como somos cada miércoles. Vas a ver cómo no hay Gendarmería ni Policía que nos cague a palos.

Martínez le dice a lavaca: “El quórum que no fue es lamentable. Todavía hay diputados y diputadas que no se dan cuenta de la importancia que tiene la agenda que estamos impulsando, con eje en los jubilados, la emergencia hídrica en vastos lugares de Buenos Aires y la estafa cripto. Yo creo que como están hasta las manos con la estafa cripto hacen lo imposible para evitar que haya sesión”. 

Sobre el Congreso vallado: “Todas las semana denunciamos la militarización del recinto y hoy lo volvimos a hacer junto a los diputados de la izquierda”.

–¿Cuál fue la respuesta? 

–Nada. Menem (Martín, presidente de la Cámara de Diputados) está como William Boo, el árbitro de Titanes en el Ring. Juega para ellos.

Organizaciones y estafadores

La estrategia de las Fuerzas de (in)Seguridad fue igual que la del miércoles pasado: aislaron el Congreso de la Nación. Las vallas circundaron el palacio legislativo para que las y los jubilados no pudieran hacer el acto ni la movilización de cada semana para denunciar las paupérrimas condiciones en las que viven o sobreviven. No hubo, tampoco, ni tránsito ni transeúntes pudiendo circular por Rivadavia entre Callao y Riobamba. Y también paralizaron la estación de subte Congreso de la línea A. Una vez más, Patricia Bullrich rompió su leitmotiv antipiquete.

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

Mientras el gas cubre el aire, mientras la gente corre, mientras cantidad de personas están tiradas en el piso gaseadas, escupiendo, vomitando, intoxicadas, alguien grita: “¿dónde están las organizaciones?”

Nadie puede responder. O lo que responde es la imagen de la ausencia. Y una certeza que cae de madura: las únicas veces que no hubo represión es cuando las organizaciones sociales, sindicales, partidarias, se hicieron presentes con un músculo significativo y no sólo con un puñado de sus dirigentes para (in)cumplir o con más cartelería que personas.

Quienes vienen semana a semana son distintos curas. El Padre Pancho integra el grupo de Curas de Opción por los Pobres y ejerce su religiosidad en Merlo Gómez, oeste del conurbano bonaerense. Le cuenta a lavaca lo que vio: “Reprimen de manera injustificada. Solo generan un clima de violencia. No responden a un estímulo de quienes protestan, no. Al contrario. No controlan, provocan”. 

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

¿Qué está viendo en su barrio? “Desazón, una búsqueda de salvar las papas. Crecen las ferias de venta, crecen los comedores, crece la cantidad de cartoneros, crecen los que venden tortillas en las esquinas, crecen quienes se la rebuscan de cualquier manera y como pueden. Y crece el clima de violencia, de inseguridad, de robos. Todo eso está alarmantemente creciendo”.

Se escuchan cacerolas golpearse, y canciones que apuntan a los hombres (y mujeres) de bastones largos: “No son obreros, no son trabajadores, son policías cuidando estafadores”.

Mientras en el Congreso de la Nación pasa todo esto, Pablo Grillo, el fotógrafo herido el 12 de marzo por Gendarmería, es intervenido quirúrgicamente por sexta vez desde la marcha de jubilados en la que fue herido. Llega un mensaje tranquilizador de su familia: “La operación salió bien. Pudieron colocarle la válvula y un catéter para desviar el exceso de líquido cefalorraquídeo al abdomen”.

Marcha de jubilados: el día de “la coreo”

La gente continuó movilizándose: un jubilado con camiseta de Independiente llevaba un cartón escrito a mano: ”Nadie se salva solo”, frase popularizada por la emisión de la serie basada en la historieta El Eternauta. Una jubilada llevaba un gran cartel con un texto basado en otro libro que tal vez alguien aplique en algún momento:

“Constitución Nacional, Artículo 29: “El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria”.

El próximo miércoles seguirá escribiéndose esta historia.

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Elecciones porteñas 1: “Hay que sufrir”

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El bunker libertario volvió a ser el hotel del megamillonario Eduardo Elsztain. La motosierra y la anunciada presencia del perro Conan. El Zorro libertario, la fuerza del cielo, y un peloteo con un jubilado que de algún modo explica el presente. Alfredo Casero una feliz víctima de todos. Esta crónica se complementa con los otros escenarios que muestra lavaca este domingo de elecciones legislativas en las que el candidato del gobierno Manuel Adorni tuvo poco más del 30% de los votos, el opositor Leandro Santoro superó el 27, el PRO algo menos del 16%, y en el que el 47% de la gente no fue a votar. Las reflexiones y los hits libertarios.

Por Franco Ciancaglini

Cae la tarde y cae el frío frente al Hotel Libertador: el búnker de la Libertad Avanza deja a periodistas y público afuera. Y adentro, solo la casta, compuesta por una rara mezcla de pocos políticos y muchas celebridades tuiteras de cuarta y quinta categoría. Mientras cae la noche los únicos que serán reconocidos al entrar serán Lilia Lemoine, El Gordo Dan, Espert, y el actor Alfredo Casero, que tuvo una exclusiva con lavaca.

Afuera, ocupando desde temprano el vértice del vallado para estar lo más cerca posible de la puerta (a unos 15 metros) el núcleo duro de la militancia despliega su color:

  • Llegan el Zorro Libertario,
  • Jaqui y su hija Isabela con una careta de Adorni primero y de Conan después;
  • está Santiago, el de la pala gigante;
  • aquel que tiene un cartel escrito a mano sobre la fuerza del cielo que dice Virrey del Pino;
  • y un joven con un parlante gigante que pasa en loop la marcha militar Avenida de las Camelias.

Estas personas están siempre en todas las manifestaciones. Son los seguidores geeks que avivan las cámaras y hacen disparar flashes; detrás, jóvenes vestidos de negro y de traje los acompañan más o menos silenciosamente; los más organizados son aquellos que llevan remeras y banderas que los lectores de lavaca han sabido describir como de estética Harry Potter con el lema “las fuerzas del cielo”.

Uno de los primeros que descubrió a esta especie fue Damián, vendedor de merchandasing desde hace casi diez años.

Elecciones porteñas 1: “Hay que sufrir”

Damián y el merchandising libertario (fotos Juan Valeiro).

Cuenta que en la pandemia salió a vender banderas argentinas y escarapelas en las marchas anticuarentena. “Ahí me di cuenta de que había un grupito de jóvenes que tenían su propia marca” dice señalando a la Bandera de Gadsden que muestra una víbora y la leyenda “Don´t tread on me” (no me pisotees o, más libremente, no te cagues en mí)  que paradójicamente fue símbolo de un grupo de autodefensa LGTBQ en la década de los 90. “Empecé a seguirlos y cuando salió Milei, yo ya estaba ahí”.

Con visión de negocios, Damián es entonces uno de los que aplicó la marca Milei a variedad de pines con algunas frases tristemente célebres (“No la ven”, “Esto es exactamente lo que voté”) o que encarnan memes: por ejemplo el de la cara del Ministro de Economía y la leyenda “Caputo masterclass”. Los pines que más salen: el que dice “Las fuerzas del cielo” y el de la cara de Milei. Sobre las gorras: “Antes me las sacaban de las manos a 15 lucas. Hoy las puse a 6 y no vendí nada”. ¿La calle está así? “En los recitales hay más plata, la gente compra. Aquí ni se acercan”.

Fernando confirma la teoría. Vino para el recital de Eugenia Quevedo al Movistar Arena acompañando a su mujer, que eligió también hospedaje: el Hotel Libertador. “La verdad está buenísimo”, cuenta. 600 mil pesos el finde. Jamás se imaginó que su paseo coincidiría con el bunker libertario, propiedad del megamillonario Eduardo Elsztain que se lo cedió a Milei durante la campaña electoral de 2023 no se sabe a cambio de qué.  

Fernando tiene una carnicería en Coronel Suárez (a 600 km de CABA) con cinco empleados, aclara que trabaja mucho y sugiere que no apoya a este gobierno. Post recital, cuenta, se fue a comer una pizza y quedó espantado con los precios: “Una grande de muzza, una levité y un agua, 40 lucas”. A su lado, un compañero ocasional lo escucha y suma: “¿El Fernandito sabés cuánto está? ¡3.500 pesos!”.

Ambos están chusmeando cerca de las vallas, observando la situación. Antes de irse para adentro, el carnicero anuncia un invierno duro en Suárez. Él tiene su negocio bien ubicado en el centro, pero ya siente una baja en los bolsillos golpeados. “La verdad, no sé qué va a pasar” dice y apaga su cigarrillo para entrar al hotel donde, asegura, está un piso abajo del 21 donde se hospeda Santiago Caputo. “Eso me dijo mi señora; yo solo lo conozco a Milei”.

Elecciones porteñas 1: “Hay que sufrir”

Eduardo es un veterano de 78 años, vive cerca, sobre Avenida Libertador, lo abriga una campera uniqlo, una banderita argentina y, también, mira por curiosidad. ¿Le gusta Adorni, o Milei, los dos? “El conjunto me gusta. Mientras no vuelvan los que estuvieron antes…”.

¿Pero qué le gusta más, este gobierno o que no esté el kirchnerismo?

-Primero, es eso. Son antripatria, anti todo. El peronismo nunca acepta a nadie que no sea peronista.

¿No se parece esa descripción a lo que pregona Milei?

-Hay que darle una oportunidad, nada más.

¿La economía?

-Muy bien.

¿Usted está mejor que antes?

-Hay que sufrir, soy jubilado, pero bueno, hay que sufrir. No queda otra.

¿Piensa que en adelante será mejor?

Pienso que sí, se va a ir sintiendo la mejoría. Brillante la idea de ir cerrando ministerios, empezando por el de la Mujer.

¿Pero los jubilados no fueron los principales recortados?

-Pero, ¿por qué? Porque llevaron millones para el ministerio de la Mujer, porque eran todos parásitos. Ahora este hombre va a empezar de a poquito con la anticorrupción.

¿El caso de la criptomoneda Libra, cómo lo ve?

La gente siempre le va a buscar algún motivo para criticarlo. Yo mientras combata la corrupción lo veo bien. Y lo otro que siga su curso, para eso está la justicia, entre comillas. Acá no hay justicia, acá la justicia la manejan los oficialismos.

¿O sea, ahora, este gobierno?

-Bueno, por eso.

¿Por eso…?

-Por eso.

¿Macri le gusta?

-Mirá, yo lo voté a Macri. Pero cuando él ganó, dejó en manos no sé si era Sturzenegger… y si yo pagaba 100 de gas, pasé a pagar mil. Entonces la gente votó con el bolsillo; yo voté con el bolsillo, y le voté en contra.

¿Y ahora con qué votó?

Acompañándolo a este hombre.

De repente sale alguien desde adentro del hotel y desde unos 10 metros grita 4 números y vuelve corriendo hacia adentro: ¡31 a 27! Algunos escucharon, la mayoría pregunta qué dijo: “Que vamos ganando”, aclara el del cartel de Virrey del Pino a la tropa. Entonces se desata el primer hit de la jornada, la famosa canción arrítmica compuesta por Inteligencia artificial con melodía de Dragon Ball llamada “Me chupa la pija la opinión de los kukas”.

En pleno entone, que no superará el pogo de una canción melódica de Euge Quevedo, sale Lilia Lemoine y se pliega a los cánticos. Dura unos pocos segundos esa euforia: la diputada agarra el cartel de Virrey del Pino y lo sacude para lograr así algunas fotos y videos, y vuelve a meterse al hotel de Elsztain.

Elecciones porteñas 1: “Hay que sufrir”

Con los números se disparan las primeras interpretaciones: una mujer dice que está aliviada porque “estaba toda cagada” con que ganara Santoro; el hombre de la uniqlo de la calle Libertador dice que todavía hay que esperar el escrutinio final; otra mujer calcula que lo positivo es “la cantidad de votos que tienen en contra” en clara referencia al kirchnerismo; un joven se acerca y sentencia: “Murió el PRO”.

Otra de las estrellas del no-bunker libertario es una niña llamada Isabella. Su madre la lleva a todas las marchas y le da una motosierra hecha con cartón y le hace poner distintas caretas de personas, y también de un perro: Conan. Su madre es Jaqui.

¿Por qué las caretas a tu hija?

-Lo hago por apoyo al Presidente desde siempre.

¿Desde cuándo?

-Las marchas de las 2 vidas. Él estaba, yo estaba ahí también, una persona común, yo le dije que el aborto tiene que dejar de existir, y también le pedí por los animales. Soy activista por los animales. Tengo la careta de Adorni, de Milei, y también la de Conan.

¿Qué te representa el perro Conan?

-Tengo algo personal con Conan. De haberlo visto en mi casa. Ella (señala a la hija) lo vio en mi casa. Ojalá se lo pueda contar al Presidente.

¿Cómo fue ese momento?

Isabella me dijo que estaba Conan en el comedor. Yo me quedé. Mi perro ladraba. Y ahí me quedé asustada y dije: no puede ser. Por eso para nosotros Conan nos acompaña todo el tiempo.

¿Todo el tiempo?

-Exactamente. Es un mensaje. Cada vez que yo voy a buscarlo al presidente, Conan aparece.

Jaqui, esta vez, no contó con la llegada del perro fallecido en 2017. Su hija sonríe.

Llegan números cada vez más definitivos: sigue arriba Adorni, debajo Santoro, detrás lejos Lospennato, mucho más allá Larreta y el resto. Las interpretaciones: “Liquidamos a dos, al kirchnerismo y al PRO”, “ahora hay que ir por Buenos Aires que es el último bastión de los kukas”; “con una mano en el corazón quisiera que vuelva Marra”; “en provincia, Espert”; “no, Bullrich”.

Desfilan nombres pensando en elecciones futuras: Laje, Santilli, el Gordo Dan, que luego pasará saludando del otro lado de las vallas.

De este lado sigue el Zorro, que hoy fiscalizó en una escuela en Balvanera, siendo él de Almirante Brown. “Cero pesitos, de onda, para toda la gilada que fueron a pudrirla a Palermo”, arranca picante, nada a tono con el aristócrata Diego de la Vega.

¿Te enojó que haya salido que a les pagaron a algunas personas por ir al cierre de campaña? “Sí, pero se notaba a la legua que eran altos orcos”.

¿Fue una operación? “Obvio. Yo lo sigo a MIlei desde que éramos 40. Nuestra cabeza es otra, no nos metemos en política para estar rapiñando”. El Zorro se llama Juan Pablo y es jardinero. ¿Sería candidato? “¡Yo le gano a Moreno!”.

Con los números puestos, la euforia aumenta y antes justo de que hable Milei, llega el ex actor Alfredo Casero:

¿A qué viniste al bunker? ¿Te invitaron?

Sí, vine a verlo.

¿Estás contento?

Claro que estoy contento.

¿Qué te gusta, que haya ganado Adorni o que el PRO haya perdido?

Me importa un pedo la derrota del Pro, me importa la victoria de Adorni.

¿Y cómo la ves para la elección nacional?

Me parece que tendría que haber sido más. Fijate, son los tres tercios de Cristina. Adorni tendría que haber ganado por muchísimo más. Lo que pasa es que se separan, lo mismo pasó la otra vez: mientras tengamos a Macri y todo eso…

¿Por qué pensás que votó tan poca gente?

No tienen idea lo que se juega. Son unos pelotudos, porque se podrían haber quedado un moco muy grande. Es una verdadera pena que la gente no entienda que tiene que votar. Son culo pesado. Mucha gente no fue, gente amiga mía no fue. No tienen idea lo que se pierden.

¿No es al revés, la baja participación tal vez favoreció al gobierno?

Vos sos muy joven, a mí me cagaron muchas veces. Es única la posibilidad. Me voy a jugar. Y en realidad me juego porque lo creo. Porque ya me cagaron todos.

Si te invitan a ser candidato, ¿te gustaría?

¡Voy a ser candidato para presidente! ¡Chau!

Después de la ironía Casero sortea la valla.

Detrás suyo una joven morocha con trenzas dice “soy candidata” pero no la dejan pasar.

Una nenita grita Milei Milei.

Se sigue escuchando el hit arrítmico que dice: “Para hablar hay que ganar”.

Se avecina una larga y fría noche de memes.

Fin.

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