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Tomas, asambleas y paro en el Estado contra los despidos: lo que empieza

El gremio estatal ATE decidió realizar un paro nacional el viernes, después de un día de tomas y asambleas en distintos organismos del Estado en repudio a los despidos masivos. La lluvia no impidió las movilizaciones ante la certeza de unos 11.000 despidos en el sector público que el vocero del presidente Manuel Adorni corrigió hacia arriba: 15.000. Lo hizo en plena mañana, como una provocación más mientras las fuerzas policiales se desplegaban hacia las sedes estatales en conflicto. Nada pudo evitar ni disimular los reclamos, que derivaron en un plenario por la tarde que convocó en el paro para el viernes. Lo que se vio y escuchó en las calles, pasos futuros y pronósticos de un abril agitado.
Textos: Lucas Pedulla y Franco Ciancaglini.
Este miércoles la mañana parecía una noche. Se vieron imágenes muy diferentes en los organismos del Estado: en cada caso, trabajadoras y trabajadores que intentaban resistir o torcer de algún modo la política de desempleo impulsada por el gobierno nacional.
Hubo lugares, como el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), donde se vio una cola de personas bajo sus paraguas esperando resignadamente que les informen su situación.

Una imagen muy distinta se vio y vivió en el INADI, donde trabajadoras y trabajadores empujaron hasta vencer la resistencia policial y de la seguridad al grito de “unidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode”.
Así lograron instalarse dentro del edificio para llevar a cabo una asamblea.

Entre esos dos ejemplos, cada dependencia buscó su modo de plantarse frente a la situación que el gobierno parece dispuesto a seguir agravando. Un plenario de ATE realizado durante la tarde determinó la convocatoria a un paro del sector para el próximo viernes 5, que posiblemente incluya una marcha hacia el Ministerio de Economía que todavía comanda Luis Toto Caputo. La CGT también tuvo reunión, y Héctor Daer confirmó que están estudiando posibles movilizaciones y medidas (un paro) durante abril, aunque el tema se terminará de definir la semana próxima.

El día de los paraguas. En este caso, frente a Desarrollo Social.
Desempleo en Trabajo
Samanta tiene 38 años, es insulinodependiente y en julio cumpliría 10 años como trabajadora en la cartera de Trabajo –antes Ministerio, hoy relegada a Secretaría– pero previo al fin de semana largo de Pascuas recibió un mail a las cinco y media de la tarde.
“Me echaron”, dice allí, en Leandro N. Alem al 650, con lágrimas en los ojos. Así se enteró de que fue una de las 520 personas despedidas en la cartera laboral. “Trabajaba justamente en el área que reinserta en el mercado laboral a poblaciones vulnerables, llamada Dirección de Enlace con Políticas Sociolaborales. Y dependemos de una subsecretaría que no sabemos si va a estar en el próximo organigrama, porque no hay estructura nueva ni funcionarios nombrados”.
Samanta habla debajo de una lluvia que no cesa, en la puerta de la Secretaría de Trabajo, uno de los escenarios del llamado de ATE para ocupar organismos, dependencias y ministerios estatales en rechazo a los despidos, cifra que el gremio calculó en más de 11 mil familias y que al rato el vocero Manuel Adorni elevaría a 15.000. Las asambleas se replicaron también en el INADI, Desarrollo Social, ENACOM, Servicio Meteorológico Nacional, entre otras.
En Trabajo se escuchan dos cantos que acompañaron la jornada:
- “Pettovello no te lo decimos más, si nos tocan compañeros qué quilombo se va armar”.
- “Techint, basura, vos sos la dictadura”.

Foto Lina Etchesuri para Lavaca
El ministerio de Techint
Las razones de la última consigna son públicas. El actual secretario de Trabajo es Julio Cordero, que no esconde en su perfil de Linkedin que trabajaba a tiempo completo como abogado de Grupo Techint, liderado por el magnate Paolo Rocca.
Para confirmar de qué se trata todo, Rocca apareció en la lista de la revista Forbes entre los milmillonarios del mundo (5.600 millones de dólares). Es el segundo argentino, detrás de Marcos Galperín, aunque en realidad Rocca no aparece allí como argentino sino italiano. El Grupo Techint (cabeza, además, del negocio petrolero por ejemplo en Vaca Muerta) es al que le abrieron las puertas de Trabajo para colocar a su gente. Por eso allí desembarcó también Ernesto Rona, que se desempeñó durante décadas en el área de recursos humanos de la corporación. Un tercer nombre vinculado a Techint es Miguel Ángel Ponte, hombre de la ministra Sandra Pettovello en Capital Humano, ministerio del que hoy depende Trabajo.
Por eso el secretario general de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, afirma desde el micrófono: “Rocca designó más funcionarios en el Gobierno que la propia fuerza política que ganó las elecciones. Estamos obligados a repensar viejas consignas del movimiento obrero. En los 90 decíamos que hay que fortalecer al Estado para liberar la Nación, pero hoy con Milei nos damos cuenta que si el Estado se fortalece o se debilita depende de quién lo mira. Si lo miramos de nuestro lado, decimos que están destruyendo el Estado y el servicio del pueblo, pero la AEA (Asociación Empresaria Argentina) está diciendo: felicitaciones Presidente”.

Asamblea en el hall del ENACOM.
“Hoy no termina nada”
Estima Aguiar que este esquema de despidos estatales abarca en teoría de 14 a 21.000 casos. ATE realizó un monitoreo de la situación hasta ahora, con el resultado parcial de casi 7.000 despidos:
- Anses: 1.200.
- Secretaría de Trabajo: 517
- Secretaría de Agricultura Familiar: 900
- INCAA: 170
- Ministerio de Capital Humano: 800
- Centros de Referencia de Desarrollo Social (CDR): 600
- Agencia Nacional de Discapacidad: 332
- Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf): 300
- Indec: 100
- Personal Civil de las Fuerzas Armadas: 280
- Secretaría de Comercio: 225
- Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo): 120
- Secretaría de Cultura: 208
- Nación ART: 200
- Acumar: 120
- Subsecretaría de la Mujer: 150
- Conicet: 87
- Servicio Meteorológico Nacional: 80
- Secretaría de Derechos Humanos: 12
- Administración General de Puertos: 185
- Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV): 89
- Parques Nacionales: 79
- Vialidad: 67
- Ministerio de Economía: 26
- COPREC (Servicio de Conciliación Previa en las Relaciones de Consumo): 25
- Secretaría de Energía: 21
- CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte): 2
- Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP): 40
A esos 7.000 hay que agregar el anuncio del vocero de que se llegará a 15.000.
Aguiar denuncia la militarización en muchos organismos para evitar las asambleas. “Los despidos son todos ilegales. No los vamos a aceptar. Por eso resolvimos estos ingresos masivos y simultáneos. La historia nos demostró que es con lucha la única posibilidad de revertir esta situación. Sé que hay debates, algunos que dicen que se abrió alguna mesita de diálogo para ver si reincorporamos uno o dos compañeros. Pero yo me formé en un sindicato en el sabemos que siempre perdemos, si el diálogo, si no está precedido por un plan de lucha. Por eso hoy no termina nada: hoy empieza todo. Vamos a hacer un plenario con 1.000 delegados para profundizar el plan de lucha y un paro nacional antes de que termine esta semana. No podemos, a la pérdida de derechos, sumarle la ineficacia para defendernos”.

Asamblea en la Secretaría de Derechos Humanos.
La destrucción del Estado
Bajo esta lluvia escucha Sol. Tiene 39 años, hace 20 años se desempeña en Trabajo, hace 2 es planta permanente. Calcula que “zafó” de esta tanda de despidos pero que no sabe si será una de las próximas, cuando terminen los contratos que el Estado prorrogó por otros tres meses: “Trabajo en la Dirección Nacional de Protección e Igualdad Laboral. En nuestra subsecretaría echaron a 13 personas. Es tremendo. Y en tres meses viene otra tanda. Estamos sin autoridades, acéfalos, desde que asumieron estamos boyando, sin tareas. Es desesperante. El fin es la destrucción del Estado, la desregulación absoluta. Vienen por todo”. Se le humedecen los ojos: “Tengo un hijo autista. Es un hogar monomarental. Soy yo con mi hijo. Ser trabajadora estatal es mi identidad. Amo lo que hago”.
Daniela Frencie es delegada general de la Junta Interna de ATE en Trabajo y explica a lavaca: “El sentido de este desguace está enmarcado en el plan estratégico del gobierno y del grupo económico que se hizo cargo de la cartera laboral para pegarle a políticas clave como: 1) la conciliación laboral, 2) el seguimiento de paritarias, 3) los planes de formación profesional, 4) las estrategias de políticas de igualdad laboral en el mercado de trabajo, 5) la inserción territorial que tiene este organismo para poder garantizar las políticas”.
Traduce: “Desguaza todo esto para ir por el trabajo y el derecho de todos los laburantes”.

Aguiar, con chaleco verde, durante el acto en Trabajo. Foto: Lina Etchesuri para lavaca
Eso entendieron también algunos referentes sindicales que llegaron en apoyo.
- Hugo Yasky, secretario general de la CTA de lxs Trabajadorxs: “Hay que construir un plan de lucha. La unidad no se declama, se construye con hechos”.
- Jorge Yabkowski, por la CTA Autónoma: “Le mandamos una carta a la CGT para que ponga fecha del paro. Mucho más temprano que tarde tendremos ese paro general para parar esa ofensiva”.
- Abel Furlán, secretario general de la UOM, que denuncia más de 8.000 despidos en el sector desde diciembre: “Sabemos lo que significa un telegrama en el seno de nuestras familias. Es un gobierno totalmente insensible que viene a atropellar al pueblo en general”.
- Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria: “Si el gobierno no cambia las políticas, va a ser el voto popular el que cambie al gobierno”.
A cada orador la calle le respondía el mismo canto: “Paro paro paro, paro general”.
A la calle también llegan videos o imágenes de las otras sedes. En el INADI, las trabajadoras logran vencer el cerco de la policía y entran. En la Secretaría de Derechos Humanos se realiza una asamblea masiva. Sobre Leandro N. Alem, el delegado de prensa de ATE en Trabajo, Hernán Izurieta, subraya la importancia de la medida: “Nosotros y nosotras defendemos los edificios donde trabajamos cotidianamente, las políticas públicas, los puestos de trabajo, los derechos laborales, económicos y sociales de nuestro pueblo. Quienes agreden, son violentos y quieren ver sufrir a nuestro pueblo, son los funcionarios que están dejando a miles de compañeros en la calle”.

El clima de una época.
Izurieta avisa que van a hacer un cordón para dejar entrar a lxs despedidxs y realizar la asamblea dentro del edificio. En esa fila, donde se ven rostros con mucha angustia y ojos humedecidos, Samanta está a punto de entrar a Trabajo, pero antes llega a decir a lavaca: “Arrasaron con el cupo laboral trans, con compañeros que tienen tratamiento prolongado, con enfermedades crónicas. Es deshumanizante”.
Samanta entra. Afuera, sigue lloviendo.
Evita y el capital humano
El rostro de Evita sigue estampado sobre el edificio de Desarrollo Social, que ahora es parte de “Capital Humano”. La mayoría de las ventanas de las oficinas de sus 22 pisos están sin luz. Muchas de las personas que allí trabajan se encuentran afuera, en la calle, bajo sus paraguas, concentradas en reclamo de los más de 1.200 despidos en esta dependencia.
En la puerta sobre la calle Lima, dos hombres corpulentos que se identifican como de UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) dividen las filas entre las y los trabajadores “de Desarrollo” y los “de Salud”, que comparten edificio.
Del primero, 1.200 trabajadores fueron despedidos, contando este edificio, Anses y cientos de oficinas territoriales distribuidas por todo el país. De Salud, por el momento, ninguno.
“En Capital Federal ya hay 11 mil despidos con nombre y apellido y lugar de trabajo, así que protestamos para lograr su revinculación”, dijo a lavaca Daniel Tano Catalano, secretario general de ATE Capital, en la puerta del edificio de Evita. “Y sabemos que puede subir ese número ya que hubo gente que todavía no fue notificada”, adelantó minutos antes que el vocero presidencial precisara la cifra de 15.000 despidos totales al momento.
En Desarrollo, una de las políticas más desarmadas fue la de los llamados Centros de Referencia que no se encuentran en el centro porteño, sino en las distintas provincias acercando los distintos programas estatales. Dice Catalano: “Desde diciembre para acá todos los centros de referencia y los lugares de asistencia directa sobre las infancias no están recibiendo ningún tipo de estructura. Los pibes entre 3 y 4 años y los centros de asistencia, no tienen los subsidios que recibían. Las personas que tienen enfermedades crónicas no tienen medicamentos. Personas con enfermedades oncológicas tampoco… Todo se afecta”.
El Ministerio se encuentra paralizado de hecho desde el cambio de gobierno. Del subsecretario para abajo, no hay funcionarios designados, por ende no hay tareas. ¿Hay algún criterio en los despidos? Catalano: “No. Despidieron a gente con veinte, diez, treinta años de antigüedad; compañeros de planta permanente, compañeras que están embarazadas; despidieron del cupo de discapacidad, del cupo travesti trans. O sea, no hubo criterio. Armaron una franja y simplemente los echaron. No se preocuparon por ver tareas y funciones”.
La entrevista se interrumpe porque la policía irrumpe: cruza desde el Ministerio, donde estaba apostada por orden de Patricia Bullrich, hacia la plaza donde sucede la concentración. En una muestra de provocación, se paran al lado de las y los trabajadores, que no cortaban la calle, ni siquiera parcialmente. Luego de algunos empujones, los efectivos logran que nadie siquiera pise el cordón.
La sobreactuación policial, sin sentido, durará menos de 30 minutos. Se retiran, y evitan confrontaciones innecesarias, que nunca se sabe si no es su verdadero objetivo.
Políticas integradoras
José Gazpio luce una bolsa de consorcio como chaleco, pero no está haciendo una performance, sino protegiéndose de la lluvia con lo que tenía a mano. Fue despedido el miércoles pasado por mail: “Vi el correo el jueves a la mañana”, cuenta. “Lo veíamos venir, ya habían llegado comunicaciones de otras dependencias. Sabíamos de los compañeros de Anses, del Servicio Meteorológico y sabíamos que los compañeros que estábamos en Desarrollo Social, específicamente en áreas referidas a la asistencia social, como la Secretaría de Economía Social, muy vinculada al Potenciar Trabajo. Ellos no creen en el Estado en términos generales pero en lo específico sabíamos que podíamos ser destinatarios de estas medidas”.

José Gazpio: «Lo veíamos venir».
José era trabajador de la Dirección nacional de Políticas Integradoras, junto a otros 9 compañeros. Él y dos más fueron despedidos. Sus tareas: “Hasta el cambio de gobierno estábamos muy abocados a un programa llamado Plan Federal de Ferias. La idea era fortalecer ferias de la economía popular con material, instrumentos, gazebos, carteleras, articulaciones con los municipios para que los dejen trabajar, etc. Con el cambio de gobierno no tuvimos tareas, como miles de compañeros de distintos ministerios. No sabíamos quiénes eran nuestro jefes (los conocimos hace poco), nunca hablaron con nosotros de nada, de qué debíamos hacer. O sea: tampoco podían saber ellos qué hacíamos, ni por qué nos debían echar”.
José confirma que casi todas las secretarías se encuentran paralizadas. Grafica sobre lo que genera la falta de personas designadas: “El Estado es una estructura jerárquica, si no hay líneas de trabajo, quienes estamos abajo somos peones, no es que podemos tomar decisiones por nuestra cuenta ni mover expedientes”.
Con el Estado paralizado, no solo los trabajadores están sin tareas sino que las políticas de asistencia no llegan, en un contexto de desastre económico. “Si a nosotros nos dicen que esto que estábamos haciendo no es necesario, nosotros no hubiéramos tenido problema de hacer otra cosa. Pero nadie nos dijo nada. Esa fue la estrategia”.
¿Esa estrategia tuvo un criterio de despido?
Yo creo que no hay criterio. Cuando vos decís que vas a echar 70 mil tipos lo que querés es desmantelar el Estado. Por ejemplo la Datse, organismo que garantizaba el acceso a medicamentos caros a personas que no los pueden pagar, que sufren enfermedades de baja incidencia (son pocas las personas que las padecen en la sociedad). ¿Cuál es el criterio de desarmar eso? Es un crimen.
¿Cómo termina esto?
Hay un sector de la población que sigue enojado, y se dicen cosas absurdas como recesión con esperanza, con ilusión. Pero cuando el conjunto de la población empiece a no llegar a fin de mes, y tenga que recortar cosas que ya no puede recortar, tendremos más acompañamiento los sectores que estamos peleando desde el día uno.
¿Cuál va a ser la estrategia?
Hay una doble estrategia: cagarnos a piñas o militarizar todos los conflictos, y por otro lado somos todos chorros, delincuentes, y con eso desgastan, difaman, pero es imposible que este rumbo económico tenga algún futuro para la mayoría. Yo no la veo.
¿Qué ves hacia adelante, en lo laboral, en lo personal?
Yo tengo un hijo por venir, va a nacer en mayo. A mí no se me caen los anillos. Soy un laburante y voy a conseguir laburo, seguramente…
¿Y las cuentas?
Acá ganamos menos que la canasta básica, tengo dos hijos, mi compa labura como municipal y cobra la mitad o menos que yo. Pagamos alquiler, y nos alcanzaba hasta ahí, ahora menos… Será difícil conseguir laburo con estas características en este escenario donde todo el mundo está buscando laburo, o porque tiene que tener un laburo más o porque la rajaron de otro lado. Y así, aumenta la explotación. No sé si esta gente tiene algún cargo de conciencia, si piensa que la gente la está pasando mal o simplemente no le importa.
¿Vos qué creés?
Que no le importa.
Cómo se sigue
Desde abajo de un gazebo el micrófono pasa por algunos representantes sindicales. Se grita por la reincorporación de las y los despedidos. Se habla de una “violencia nunca vista” contra los trabajadores estatales. Se menciona que lo que se defiende no son solo los puestos laborales, sino la función del Estado misma, su alcance y su eficiencia. Y se vaticina que esto recién comienza.
“Vamos a hacer una asamblea en cada sector de trabajo”, dice Catalano a lavaca. “Se va a mandatar a la Seccional Capital para un paro el viernes. La idea es marchar y ver si podemos abrir la mesa de negociación para que la gente vuelva a trabajar. No vamos a prestarnos a la confrontación con la policía que propone este gobierno para preservar a las y los compañeros”.
¿Cómo sigue todo esto?
Debería ser con un movimiento obrero que nos organice para dar mejor las peleas, las organizaciones sociales siendo parte de ese debate y la estructura política en el parlamento dando los debates que deba dar y creando las condiciones para que Milei dé una vuelta de tuerca a lo que está generando que es realmente nocivo. Si no tiene resistencia, no va a revisar nada de lo que está haciendo.
¿Qué tan lejos se está de ese debate y esa estructura?
Ojalá la CGT que se junta hoy pueda brindar un día y un lugar para juntarnos y manifestar de manera colectiva. Si no, el miércoles que viene los movimientos sociales van a agarrar la calle y habrá que acompañarlos. Hay que estar en todos lados: no podemos abandonar la calle.

Foto: Lina Etchesuri para Lavaca
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Elecciones porteñas 1: “Hay que sufrir”

El bunker libertario volvió a ser el hotel del megamillonario Eduardo Elsztain. La motosierra y la anunciada presencia del perro Conan. El Zorro libertario, la fuerza del cielo, y un peloteo con un jubilado que de algún modo explica el presente. Alfredo Casero una feliz víctima de todos. Esta crónica se complementa con los otros escenarios que muestra lavaca este domingo de elecciones legislativas en las que el candidato del gobierno Manuel Adorni tuvo poco más del 30% de los votos, el opositor Leandro Santoro superó el 27, el PRO algo menos del 16%, y en el que el 47% de la gente no fue a votar. Las reflexiones y los hits libertarios.
Por Franco Ciancaglini
Cae la tarde y cae el frío frente al Hotel Libertador: el búnker de la Libertad Avanza deja a periodistas y público afuera. Y adentro, solo la casta, compuesta por una rara mezcla de pocos políticos y muchas celebridades tuiteras de cuarta y quinta categoría. Mientras cae la noche los únicos que serán reconocidos al entrar serán Lilia Lemoine, El Gordo Dan, Espert, y el actor Alfredo Casero, que tuvo una exclusiva con lavaca.
Afuera, ocupando desde temprano el vértice del vallado para estar lo más cerca posible de la puerta (a unos 15 metros) el núcleo duro de la militancia despliega su color:
- Llegan el Zorro Libertario,
- Jaqui y su hija Isabela con una careta de Adorni primero y de Conan después;
- está Santiago, el de la pala gigante;
- aquel que tiene un cartel escrito a mano sobre la fuerza del cielo que dice Virrey del Pino;
- y un joven con un parlante gigante que pasa en loop la marcha militar Avenida de las Camelias.
Estas personas están siempre en todas las manifestaciones. Son los seguidores geeks que avivan las cámaras y hacen disparar flashes; detrás, jóvenes vestidos de negro y de traje los acompañan más o menos silenciosamente; los más organizados son aquellos que llevan remeras y banderas que los lectores de lavaca han sabido describir como de estética Harry Potter con el lema “las fuerzas del cielo”.
Uno de los primeros que descubrió a esta especie fue Damián, vendedor de merchandasing desde hace casi diez años.

Damián y el merchandising libertario (fotos Juan Valeiro).
Cuenta que en la pandemia salió a vender banderas argentinas y escarapelas en las marchas anticuarentena. “Ahí me di cuenta de que había un grupito de jóvenes que tenían su propia marca” dice señalando a la Bandera de Gadsden que muestra una víbora y la leyenda “Don´t tread on me” (no me pisotees o, más libremente, no te cagues en mí) que paradójicamente fue símbolo de un grupo de autodefensa LGTBQ en la década de los 90. “Empecé a seguirlos y cuando salió Milei, yo ya estaba ahí”.
Con visión de negocios, Damián es entonces uno de los que aplicó la marca Milei a variedad de pines con algunas frases tristemente célebres (“No la ven”, “Esto es exactamente lo que voté”) o que encarnan memes: por ejemplo el de la cara del Ministro de Economía y la leyenda “Caputo masterclass”. Los pines que más salen: el que dice “Las fuerzas del cielo” y el de la cara de Milei. Sobre las gorras: “Antes me las sacaban de las manos a 15 lucas. Hoy las puse a 6 y no vendí nada”. ¿La calle está así? “En los recitales hay más plata, la gente compra. Aquí ni se acercan”.
Fernando confirma la teoría. Vino para el recital de Eugenia Quevedo al Movistar Arena acompañando a su mujer, que eligió también hospedaje: el Hotel Libertador. “La verdad está buenísimo”, cuenta. 600 mil pesos el finde. Jamás se imaginó que su paseo coincidiría con el bunker libertario, propiedad del megamillonario Eduardo Elsztain que se lo cedió a Milei durante la campaña electoral de 2023 no se sabe a cambio de qué.
Fernando tiene una carnicería en Coronel Suárez (a 600 km de CABA) con cinco empleados, aclara que trabaja mucho y sugiere que no apoya a este gobierno. Post recital, cuenta, se fue a comer una pizza y quedó espantado con los precios: “Una grande de muzza, una levité y un agua, 40 lucas”. A su lado, un compañero ocasional lo escucha y suma: “¿El Fernandito sabés cuánto está? ¡3.500 pesos!”.
Ambos están chusmeando cerca de las vallas, observando la situación. Antes de irse para adentro, el carnicero anuncia un invierno duro en Suárez. Él tiene su negocio bien ubicado en el centro, pero ya siente una baja en los bolsillos golpeados. “La verdad, no sé qué va a pasar” dice y apaga su cigarrillo para entrar al hotel donde, asegura, está un piso abajo del 21 donde se hospeda Santiago Caputo. “Eso me dijo mi señora; yo solo lo conozco a Milei”.

Eduardo es un veterano de 78 años, vive cerca, sobre Avenida Libertador, lo abriga una campera uniqlo, una banderita argentina y, también, mira por curiosidad. ¿Le gusta Adorni, o Milei, los dos? “El conjunto me gusta. Mientras no vuelvan los que estuvieron antes…”.
¿Pero qué le gusta más, este gobierno o que no esté el kirchnerismo?
-Primero, es eso. Son antripatria, anti todo. El peronismo nunca acepta a nadie que no sea peronista.
¿No se parece esa descripción a lo que pregona Milei?
-Hay que darle una oportunidad, nada más.
¿La economía?
-Muy bien.
¿Usted está mejor que antes?
-Hay que sufrir, soy jubilado, pero bueno, hay que sufrir. No queda otra.
¿Piensa que en adelante será mejor?
–Pienso que sí, se va a ir sintiendo la mejoría. Brillante la idea de ir cerrando ministerios, empezando por el de la Mujer.
¿Pero los jubilados no fueron los principales recortados?
-Pero, ¿por qué? Porque llevaron millones para el ministerio de la Mujer, porque eran todos parásitos. Ahora este hombre va a empezar de a poquito con la anticorrupción.
¿El caso de la criptomoneda Libra, cómo lo ve?
–La gente siempre le va a buscar algún motivo para criticarlo. Yo mientras combata la corrupción lo veo bien. Y lo otro que siga su curso, para eso está la justicia, entre comillas. Acá no hay justicia, acá la justicia la manejan los oficialismos.
¿O sea, ahora, este gobierno?
-Bueno, por eso.
¿Por eso…?
-Por eso.
¿Macri le gusta?
-Mirá, yo lo voté a Macri. Pero cuando él ganó, dejó en manos no sé si era Sturzenegger… y si yo pagaba 100 de gas, pasé a pagar mil. Entonces la gente votó con el bolsillo; yo voté con el bolsillo, y le voté en contra.
¿Y ahora con qué votó?
Acompañándolo a este hombre.
De repente sale alguien desde adentro del hotel y desde unos 10 metros grita 4 números y vuelve corriendo hacia adentro: ¡31 a 27! Algunos escucharon, la mayoría pregunta qué dijo: “Que vamos ganando”, aclara el del cartel de Virrey del Pino a la tropa. Entonces se desata el primer hit de la jornada, la famosa canción arrítmica compuesta por Inteligencia artificial con melodía de Dragon Ball llamada “Me chupa la pija la opinión de los kukas”.
En pleno entone, que no superará el pogo de una canción melódica de Euge Quevedo, sale Lilia Lemoine y se pliega a los cánticos. Dura unos pocos segundos esa euforia: la diputada agarra el cartel de Virrey del Pino y lo sacude para lograr así algunas fotos y videos, y vuelve a meterse al hotel de Elsztain.

Con los números se disparan las primeras interpretaciones: una mujer dice que está aliviada porque “estaba toda cagada” con que ganara Santoro; el hombre de la uniqlo de la calle Libertador dice que todavía hay que esperar el escrutinio final; otra mujer calcula que lo positivo es “la cantidad de votos que tienen en contra” en clara referencia al kirchnerismo; un joven se acerca y sentencia: “Murió el PRO”.
Otra de las estrellas del no-bunker libertario es una niña llamada Isabella. Su madre la lleva a todas las marchas y le da una motosierra hecha con cartón y le hace poner distintas caretas de personas, y también de un perro: Conan. Su madre es Jaqui.
¿Por qué las caretas a tu hija?
-Lo hago por apoyo al Presidente desde siempre.
¿Desde cuándo?
-Las marchas de las 2 vidas. Él estaba, yo estaba ahí también, una persona común, yo le dije que el aborto tiene que dejar de existir, y también le pedí por los animales. Soy activista por los animales. Tengo la careta de Adorni, de Milei, y también la de Conan.
¿Qué te representa el perro Conan?
-Tengo algo personal con Conan. De haberlo visto en mi casa. Ella (señala a la hija) lo vio en mi casa. Ojalá se lo pueda contar al Presidente.
¿Cómo fue ese momento?
–Isabella me dijo que estaba Conan en el comedor. Yo me quedé. Mi perro ladraba. Y ahí me quedé asustada y dije: no puede ser. Por eso para nosotros Conan nos acompaña todo el tiempo.
¿Todo el tiempo?
-Exactamente. Es un mensaje. Cada vez que yo voy a buscarlo al presidente, Conan aparece.
Jaqui, esta vez, no contó con la llegada del perro fallecido en 2017. Su hija sonríe.
Llegan números cada vez más definitivos: sigue arriba Adorni, debajo Santoro, detrás lejos Lospennato, mucho más allá Larreta y el resto. Las interpretaciones: “Liquidamos a dos, al kirchnerismo y al PRO”, “ahora hay que ir por Buenos Aires que es el último bastión de los kukas”; “con una mano en el corazón quisiera que vuelva Marra”; “en provincia, Espert”; “no, Bullrich”.
Desfilan nombres pensando en elecciones futuras: Laje, Santilli, el Gordo Dan, que luego pasará saludando del otro lado de las vallas.
De este lado sigue el Zorro, que hoy fiscalizó en una escuela en Balvanera, siendo él de Almirante Brown. “Cero pesitos, de onda, para toda la gilada que fueron a pudrirla a Palermo”, arranca picante, nada a tono con el aristócrata Diego de la Vega.
¿Te enojó que haya salido que a les pagaron a algunas personas por ir al cierre de campaña? “Sí, pero se notaba a la legua que eran altos orcos”.
¿Fue una operación? “Obvio. Yo lo sigo a MIlei desde que éramos 40. Nuestra cabeza es otra, no nos metemos en política para estar rapiñando”. El Zorro se llama Juan Pablo y es jardinero. ¿Sería candidato? “¡Yo le gano a Moreno!”.
Con los números puestos, la euforia aumenta y antes justo de que hable Milei, llega el ex actor Alfredo Casero:
¿A qué viniste al bunker? ¿Te invitaron?
Sí, vine a verlo.
¿Estás contento?
Claro que estoy contento.
¿Qué te gusta, que haya ganado Adorni o que el PRO haya perdido?
Me importa un pedo la derrota del Pro, me importa la victoria de Adorni.
¿Y cómo la ves para la elección nacional?
Me parece que tendría que haber sido más. Fijate, son los tres tercios de Cristina. Adorni tendría que haber ganado por muchísimo más. Lo que pasa es que se separan, lo mismo pasó la otra vez: mientras tengamos a Macri y todo eso…
¿Por qué pensás que votó tan poca gente?
No tienen idea lo que se juega. Son unos pelotudos, porque se podrían haber quedado un moco muy grande. Es una verdadera pena que la gente no entienda que tiene que votar. Son culo pesado. Mucha gente no fue, gente amiga mía no fue. No tienen idea lo que se pierden.
¿No es al revés, la baja participación tal vez favoreció al gobierno?
Vos sos muy joven, a mí me cagaron muchas veces. Es única la posibilidad. Me voy a jugar. Y en realidad me juego porque lo creo. Porque ya me cagaron todos.
Si te invitan a ser candidato, ¿te gustaría?
¡Voy a ser candidato para presidente! ¡Chau!
Después de la ironía Casero sortea la valla.
Detrás suyo una joven morocha con trenzas dice “soy candidata” pero no la dejan pasar.
Una nenita grita Milei Milei.
Se sigue escuchando el hit arrítmico que dice: “Para hablar hay que ganar”.
Se avecina una larga y fría noche de memes.
Fin.
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Elecciones porteñas 2: del catering a la calle

Ferro congregó a Es ahora Buenos Aires, el frente que logró el segundo lugar en las elecciones. Las voces y los silencios, las empanadas mordidas, los frutazos y lo que mostraban las pantallas. La diferencia de clima humano entre el adentro y el afuera. Esta crónica se complementa con los otros escenarios que muestra lavaca sobre este domingo de elecciones legislativas en las que el candidato del gobierno Manuel Adorni tuvo poco más del 30% de los votos, el opositor Leandro Santoro superó el 27, el PRO algo menos del 16%, y en el que el 47% de la gente no fue a votar. Misterios y certezas de un acto que no se hizo.
Por Lucas Pedulla
Foto de portada Edgardo Gómez/ Tiempo Argentino
Son las 17:06, faltan sólo cincuenta y cuatro minutos para el cierre de los comicios, y en la sala de prensa del búnker de Es Ahora Buenos Aires, en cuyas gráficas predomina un color verde flúor acorde al verde más oscuro del club Ferro Carril Oeste, en el barrio porteño de Caballito, la única información que circula –y circulará- es que el armador de la lista que encabeza Leandro Santoro, el presidente de la Auditoría General de la Nación, Juan Manuel Olmos, será la voz oficial cuando aparezcan las primeras tendencias de los resultados, a las 19.15.
Falta mucho.
La decisión de muchos periodistas parece, entonces, prudente: cruzan la sala –una cancha de fútbol cinco– en dirección a la mesa de catering, donde hay jugo de naranja, café, peras, manzanas rojas, manzanas verdes, ciruelas, naranjas, mandarinas, budín de chocolate, budín de banana, medialunas de grasa, medialunas de manteca, y en un ratito llegará lo salado, anuncian los jóvenes contratados para el evento. Uno de ellos no es de CABA, sino de González Catán, y confiesa, por lo bajo, que le gusta Adorni: “Es algo distinto, al menos”, dice, mientras ofrece jugo en vaso de plástico o de vidrio, si es que se quedan en la mesa. Alrededor, algunos periodistas que se ven las caras todos los miércoles en la marcha de los jubilados se preguntan cómo están: “Qué lindo poder comer una medialuna y no correr por los gases”, dice uno, en toda una definición actual del oficio.

La mesa es precedida por una hilera de diez televisores RCA que sintonizan nueve canales –América, El 9, TV Pública, El Trece, LN+, Crónica, TN, A24 y C5N- expectantes de la definición, salvo Canal 26, que informa: “Di María confirmó su salida tras perder el campeonato a manos de Sporting”. Un colega dice que se les rompió el móvil.
En un lateral del búnker hay movimiento: personal de organización va y viene armando el escenario donde Santoro le hablará a la militancia. Una trabajadora de la empresa de seguridad invita a pasar al cronista de lavaca, que ve un microestadio vacío, a la espera de un gran acto. Uno de los que mira de reojo el armado es otro trabajador de seguridad, a quien tampoco le interesan mucho las elecciones porteñas porque es de Quilmes, sur conurbano: “Me parece que son todos lo mismo”, dice con desdén, pero destaca el trabajo de su intendencia que todas las semanas limpia el arroyo Las Piedras, aunque la gente siga tirando basura.
De vuelta a la cancha, la charla es con otro empleado de la empresa, que llegó a las 10 y al menos hasta la medianoche tiene que estar. Este varón sí es porteño, de Villa Luro, y dudaba entre “el Chino” (Alejandro Kim, de Principios y Valores, que sacó el 2,03% de los votos) o Santoro.
Pero votó por Santoro: “Más vale perro viejo conocido, a ver si podemos frenar al presidente”, dice y pregunta a la prensa si se sabe algo de los resultados. Por el búnker no circula mucha info, y a algunos periodistas se los ve fastidiosos porque los candidatos llegan por otro ingreso. En los pasillos, algunos organizadores comentan mensajes que le llegan. “Para mí esto es un frutazo –dice uno-, porque tengo a Santoro dos puntos arriba”. Otro le contesta: “Me llegó otra cosa, pero también sospecho: empate técnico con Adorni”.
A las 17.33 empiezan a probar los micrófonos. Las teles siguen mostrando sus títulos:
- C5N: “El peronismo va por el batacazo”.
- A24: “Elección local con impacto nacional”.
- Crónica: “Todos creen que pueden ganar”.
- Canal 26: “Según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, Racing es el mejor equipo del fútbol argentino”.
El tiempo pasa. El cierre de los comicios aumenta las ansiedades. “Somos los únicos que no tenemos algo para decir”, rezongan los periodistas que preguntan cuándo va a bajar alguien, mientras miran por los televisores a sus colegas hablando desde otros búnkers. Algunos mensajes empiezan a llegar. “En mi mesa de migrantes en Almagro ganó Adorni”, avisa una militante peronista. Otro mensaje sobre la baja participación: “Ninguna mesa llegó a 60 personas”. El dato se confirmaría: la participación (53,14%) fue la más baja en 28 años.
Son las 19.15, hora programada para que hable Olmos, y llegan los primeros resultados: Adorni arriba, segundo Santoro, tercero Lospennato. Al microestadio empieza a llegar la militancia.
Maia, 20 años, acepta hablar con lavaca, aunque reconoce que está “recaliente”, y explica por qué: “Pensé que nos iba a ir mejor. Que iba a ser al revés: primero nosotros con 30, segundo ellos con 27. Estuve fiscalizando todo el día”, dice y revolea los ojos. En su mesa hubo empate, pero en la escuela –en Parque Chacabuco– ganó Santoro. El barrio queda en la Comuna 7, donde Adorni terminó sacando apenas una leve ventaja. En tanto, la alianza Santoro, político que se asume alfonsinista, con el peronismo porteño, se impuso en seis comunas.
Maia sobre el tercer puesto de Lospenatto: “Es la muerte del PRO. Para mí les va a pasar lo mismo que le pasó al radicalismo en Juntos por el Cambio: el PRO va a terminar cooptado en La Libertad Avanza”. Le gustaba la composición de la lista de Es ahora Buenos Aires: un radical, la vicedecana de Medicina de la UBA (Claudia Negri), el titular de la Juventud Universitaria Peronista (Federico Mochi), una militante social (Mariana González), un militante de La Cámpora (Juan Pablo Modarelli), una sindicalista (Noemí Geminiani), otro militante territorial (Pitu Salvatierra), entre otros. Maia milita con Negri, en la organización 100 Barrios: “Es la única forma de ganar en la ciudad, con un peronismo más amplio. Siento que en la ciudad es la única forma de competir”, dice Maia y agradece la nota, aunque confiesa: “Me contuve”.
Son las 19.33 y hay movimiento. La prensa se acomoda. Casi veinte minutos después, el cronista del Canal de la Ciudad advierte “ahí vienen” y entran en escena no sólo Olmos, sino el propio Santoro con toda la tropa.
Habla Santoro: “Las urnas han expresado una decisión inapelable. En esta elección se ha cerrado un ciclo político que permitió que durante años las demandas históricas queden insatisfechas. Es necesario poner en contexto: el PRO ha dejado de representar a la mayoría de los porteños”. También dice que compitieron contra dos gobiernos –el nacional y el porteño– y celebra que, con estos resultados, se convirtieron en la primera minoría de la Legislatura, no sólo renovando las ocho bancas en juego, sino ganando dos nuevas.
No hay lugar a preguntas y todos se retiran. El único que saluda a la prensa es Pitu Salvatierra: “El sur ganó”, dice celebrando a esos barrios porteños, los más pobres de esta ciudad con más 3 millones de almas.
Pasadas las 20 horas, mientras la prensa come empanadas de carne recién llegadas (“están frías”, susurra una cronista, que apoya la suya, mordida, sobre la mesa), afuera hay revuelo. Las mismas personas que habían llegado durante la tarde al microestadio, se retiran. “¿Fiscalizamos todo el día para esto?”, dice una militante, enojada ya no sólo con el resultado, sino porque cancelaron el acto previsto. Enrique, de 74 años, levanta los brazos: “Salimos segundos, sí, pero al menos hablemos y pensemos juntos, loco”. Esperaban algo más, en esta noche tan fría después de las tormentas que arrasaron varios pueblos y ciudades.
Pedro, también de 74, dice que se quedó pelado militando en política, como reclamando algún tipo de explicación: “Nos convocaron a un acto de cierre, sabiendo que no fue el mejor resultado, pero vinimos a escuchar las palabras de los dirigentes por quienes trabajamos todo el día. Ha habido un desplante de la conducción, una falta de respeto cívico, más allá de lo ideológico. Es cívico. Me da una mezcla de indignación y, lo peor, de no entender”. Pedro saluda triste y se va, mientras explica qué pasa a cantidad de militantes que recién están llegando a Ferro, después de fiscalizar, como él.
Sin embargo, en la calle Avellaneda al 1200 se canta la marcha peronista. El clima es otro. Pitu Salvatierra recibe abrazos porque los votos permitieron que él pueda ocupar una banca. Está asimilando el resultado y, también, la decisión de levantar el acto: “Fue una elección normal para el peronismo –dice a lavaca-. Si hace un año y medio nos decían que íbamos a salir segundos a dos puntos del primero, firmaba cualquiera, pero en el último tiempo nos ilusionamos con la posibilidad de poder ganar. Por eso el resultado te golpea un poco, pero fríamente no es un mal resultado. Los grandes perdedores son los del PRO”.
¿Por qué entonces levantaron el acto?
-Son decisiones que a mí me superan. La verdad es que cada candidato se empezó a ir y la gente empezó a llegar: creo que hay más efusividad en la gente que en nosotros. Creo que nos equivocamos, porque veo a la gente más contenta que algunos candidatos.
¿Vos estás contento?
-Estoy contento, capaz es un poco mezquino, porque tiene que ver con que, por primera vez en la historia de la ciudad un villero va a estar sentado en una banca de la Legislatura. Por primera vez los 300.000 villeros van a tener a alguien que los represente.
-¿Qué pensás del resultado del PRO?
–Es un proyecto político agotado, la gente se ha cansado de verlo haciendo negocios para los amigos y está buscando otra cosa. Está en nosotros saber interpretar qué está buscando la sociedad porteña para poder acercarle, en las próximas elecciones, una propuesta que esté más en sintonía con lo que desea.
En la mano de enfrente también hay celebración: es por Mariana González, militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), acompañante de personas en situación de calle y con consumos problemáticos de drogas. Como Pitu, es otro rostro, otra realidad social, que va a ocupar una banca. Y en medio de un clima apático y de derrota, Mariana sonríe a cientos de militantes que la fueron a apoyar: “Los luchadores nunca se sienten perdedores, y yo no voy a ser nunca una perdedora. Que se sientan perdedores otros. Les agradezco todo lo que caminamos juntos: corrimos una maratón. Somos solidaridad, somos amor, somos un proyecto que no tiene que ver con esta elección sino con ideales. Y la idea es que otra vida feliz, justa, mejor, y con derechos, es posible”.
Todo un contraste entre el afuera y el adentro. El análisis de qué significa ese mosaico vendrá con el correr de los días.
Mientras tanto, hay militancia que sigue llegando. Varios no quieren hablar, sino juntarse y encontrarse con otros, y pensar y conversar en ronda.
“Mucho no entiendo”, se sincera una joven, cansada de todo el día, que solo necesita un abrazo, sentarse en el cordón de la vereda de un Ferro ya oscuro y semivacío, y abrirse una lata de cerveza.
Actualidad
Elecciones porteñas 3: La lógica del escorpión

Mauricio Macri enmudecido, la oración fúnebre en una noche sin música ni bailes, los pulgares para arriba de un habitué de galera. El antes y después en el reducto del PRO, que muy temprano tuvo un escenario vacío (foto). Esta crónica se complementa con los otros escenarios que muestra lavaca este domingo de elecciones legislativas en las que el candidato del gobierno Manuel Adorni tuvo poco más del 30% de los votos, el opositor Leandro Santoro superó el 27, el PRO que dejó enmudecido a Macri algo menos del 16%, y en el que el 47% de la gente no fue a votar. Y una reflexión sobre el pesimismo.
Por Claudia Acuña
1.Los especuladores electorales afirman que la escasa participación en las elecciones favorece a los extremos. Ahí estamos. A las 18.15 la candidata del FIT, Vanina Biassi, ingresa a la sede del Club Atlético Fernández Fierro –tradicional hogar de la banda tanguera autogestiva– con una sonrisa y dos presagios: 1) La concurrencia a las urnas de apenas el 50% del padrón perjudica al PRO; 2) La izquierda hizo una gran elección.
Las primeras mesas reportadas por sus fiscales le informan:
- Adorni arrasa en el norte y Santoro lo supera en el sur. Entre los dos suman el 60% de la torta de los votos emitidos.
- La porción PRO –dividida entre Silvia Lospennato y Horacio Rodriguez Larreta– supera por poco el 20.
- Lo que sobra alcanza para que ella –diputada hasta junio– se transforme en diciembre en legisladora porteña.
Las horas confirmarán ese reparto que parece conformar a este extremo: podría ser peor.
2.En el vagón del subte B que me lleva a la otra punta del extremo hay cinco chicos muy jóvenes sentados frente a mí, muy pálidos, con remera, jean y camperas muy negras, que escuchan con atención la cátedra que uno de ellos les ofrece sobre el mejor uso en el Hot Sale de la Cuenta DNI, del kicillofista Banco Provincia.
Los miro.
Me miran verlos.
Los sigo mirando.
Me siguen mirando.
Ambos lados estamos tratando de descifrar intereses o intenciones.
La mía está poblada de preguntas: ¿qué representa esta generación de varones? ¿cómo dialoga esta escena con aquel subte que hace pocos años estuvo invadido por chicas con glitter y pañuelos verdes y ahora por estos pequeños clanes de muchachos oscurecidos? Hay más, pero el vagón se detiene en la estación en la que siempre supe que iban a descender: la que los lleva al miting electoral de Javier Milei.
3.En Plaza de Mayo me sorprende una fila de media cuadra de hombres también ensombrecidos. Los cuento: son 62. No hay mujeres esperando por el plato de comida que esta noche fría ofrece un sacerdote que, micrófono en mano, solicita: “Agradezcan a Dios su solidaridad infinita”.
4.Cuatro cuadras más allá hay velorio. En la calle Balcarce, con escenario y cuatro mozos con bandejas en la mano sosteniendo medialunas que nadie come. Hay poca gente –las cuento: 178– y muchos dirigentes sobre la tarima con fondo amarillo. En el lugar más sombrío, Mauricio Macri, enmudecido. Al frente, leyendo la oración fúnebre, su primo y Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.

Lo escuchan sin pasión y lo aplauden sin ganas. Otra vez la memoria: esta es la séptima oportunidad en la que soy testigo de una ceremonia electoral del PRO. Lo he visto nacer, ganar y celebrar con tres diferentes candidatos; la última vez hace apenas dos años, con Patricia Bullrich como su candidata a presidenta, hoy ya ministra y afiliada a las tropas que acaban de humillarlo. En el juego inevitable de las diferencias noto que no hay música ni baile ni declaraciones y que apenas leída la declaración, la fila de dirigentes huye para eludir no solo a la prensa, sino a los pocos presentes.
Un funcionario de Macri, Jorge, me dirá –por gentileza– algo que interprete oficialmente esta derrota: “Entendimos el mensaje: no somos obtusos. El lunes no juntaremos a reformular, tanto la acción de gobierno como la de la Legislatura. Creemos que la elección se nacionalizó y que nosotros no supimos transmitir qué estaba realmente en juego: la ciudad. “
Le pregunto, entonces, cómo interpreta esta elección en otros términos: sin el apoyo del PRO Milei no sería presidente. Sonríe: “La interpreto como la lógica del escorpión”.
Finalmente, el medio del vacío, encuentro a otro de los infaltables testigos, desde el principio hasta este fin: el Mago Sin dientes. Le pido una foto y posa con los pulgares en alto. Le advierto: es el símbolo del otro bando. Responde. “Pensá lo que quieras”.
Lo que quiero pensar entonces es que el pesimismo es el lujo de los ricos.
