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Los jubilados no compran $LIBRA

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La marcha de jubiladas y jubilados de este miércoles sufrió embates con el característico entusiasmo de la Policía Federal, acompañada por la Prefectura y el Grupo de Acción Motorizada, pero logró desbordar esa represión y al protocolo de Patricia Bullrich para dar la vuelta al Congreso. La Comisión por la Memoria contabilizó 20 heridos y dos detenciones, presenciadas por lavaca. Detalles y voces de un miércoles en el que se habló del  criptogate y de estafas mucho mayores.

Por Sergio Ciancaglini

Había más gente que de costumbre en la marcha de este 19 de febrero, expresándose con carteles. Ejemplos:

“Gilada del mundo, uníos”, con el corolario de $LIBRA y la Casa Rosada.

“Comprá la Memecoin del almacén Don Manolo”, graffiti con la imagen de Manolito como homenaje a Quino.

“Milei soy jubilado. Me quitaste dinero, remedios, comida, pero no podés quitarme la dignidad de luchar”.

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La marcha cuando pudo desbordar el bloqueo organizado por la policía. (Fotos: Catalina Distéfano/lavaca.org).

Se sumaron grupos de los hospitales Posadas y Bonaparte y de distintas empresas en conflicto, y llegaron también participantes de la Asamblea Antifascista y Antirracista que colmó el centro con su marcha del 1º de febrero.

Miguel estaba con la pancarta convocando a la unidad de los giles: “Esto de las cripto es una desgracia anunciada. Para mí el país vive un choreo genético. Lo anunció Darwin. Viene de familia. Milei, Macri, Caputo. Pero bueno, creo que tiene que haber mucha más movilización, y permanente, porque están hundiendo al país. Y la estafa que hizo Milei con las criptomonedas, al lado de la estafa que están haciendo con las jubilaciones, es un poroto”.

La referencia de Miguel fue tanto por la reducción violena de los haberes de los jubilados desde 2024, a la noticia económica de estos días: “Están usando los fondos de las jubilaciones del Ansés para frenar la suba del dólar que se les estaba viniendo por el escándalo de las criptomonedas”.   

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No solo jubilados apoyaron la marcha. (Fotos: Catalina Distéfano/lavaca.org).

“Está difícil la esperanza”

La policía comenzaba a tratar de limitar la presencia de manifestantes en la vereda. Allí estaba Lara: “Soy independiente autoconvocada vengo acá con compañeros de las asambleas barriales como la de Boedo y de la Asamblea Antifascista Antirracista LGTBIQ. Yo había venido ya todo el año pasado y siempre que puedo con la comisión de jubilades. Hoy se sumaron un montón de organizaciones. Hay algo de la unidad que se puede ver que es esperanzador, dentro de todo lo terrible que está pasando. Lo de la criptomoneda es una crisis, pero también pasa que después de esta crisis política no nos animamos a nombrar lo que viene después si se va Milei. Entonces tenemos que unirnos porque se están jugando muchas cosas. Hay que armar nexos. Los jubilados vinieron a nuestra asamblea. Es muy confuso todo, pero lo único que tengo claro es que hay que estar en la calle. Está difícil la esperanza, pero la alimentamos uniéndonos”.

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Guerra contra los + 80

La policía seguía intentando empujar la manifestación contra las paredes. Pertrechados como para una guerra,  aplicaron valerosamente gas pimienta a la cara de jubilados octogenarios y de mujeres jóvenes. Algunos de los efectivos parecían haber acumulado su talle XL tras posible acumulación de consumo problemático de pizzas, pero no abandonaban su tarea. La gente cantaba: “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode”. Pasaban automovilistas que hacían sonar sus bocinas al son de las consignas de la manifestación.

Sin que se comprendiera bien por qué, la policía efectuó dos detenciones a personas que acompañaban el reclamo de los jubilados: Matías Márquez y Vícente Oscar Pereyra. En el caso de Pereyra, alcanzó a entenderse que es un hombre en situación de calle en la zona de Parque Chacabuco. La policía le dio a tomar agua tras agredirlo con gas pimienta, antes de introducirlo junto a Márquez en un camión celular sin informar hasta ese momento a qué comisaría los llevaban.

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Una de las jóvenes agredidas: la policía le arrojó gas pimienta en el rostro. (Fotos: Catalina Distéfano/lavaca.org).

La marcha de todos modos logró desbordar a la policía instalada sobre Rivadavia, entre el Congreso y su Anexo, y lanzarse por la calle Riobamba cantando «Paso a paso, se viene el jubilazo». Se interrumpió absolutamente el tránsito por esa calle. La canción: “Fuera yuta, fuera», con referencias menos musicales a las señoras madres de los y las uniformadas.

Y una canción clásica dedicada a las denominadas fuerzas del orden: “Qué feo debe ser, pegarle a jubilados para poder comer”.  

Luego de Riobamba la marcha giró a la izquierda por Hipólito Yrigoyen. La policía decidió detener las agresiones y se dedicó a desviar el tránsito que venía por Entre Ríos. La marcha completó la vuelta y llegó a la esquina del Congreso de Rivadavia y Callao, agitando las banderas e impidiendo el tránsito. Una jubilada agitaba una bandera y cantaba sola, pero feliz: “Qué boludos, el protocolo se lo meten en el culo”.

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Entre destrucción y distracción

Virginia iba hablando con sus compañeras de Jubiladas Insurgentes. “La marcha me pareció genial por la presencia de organizaciones de trabajadores despedidos como Shell, Pilkington, la gente de los hospitales Garrahan, Bonaparte y Posadas, hizo que fuera una convocatoria que es directamente proporcional a la represión irracional que mandaron. Con gente armada y un despliegue magnífico que significa gastar un montón de plata para atacar y reprimir a jubilados que marchamos siempre pacíficamente. Sin embargo atacaron, golpeando y con gas pimienta contra personas mayores que solo estamos expresándonos”.

Explica el movimiento que se notó en la calle: “De alguna manera les ganamos ocupar la avenida Rivadavia, luego Combate de los Pozos, Yrigoyen y Callao. Por eso cantábamos: ‘la calle es nuestra’. ¿De quién va a ser si no es de la ciudadanía?”.

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Integrantes de la Asamblea Autoconvocada de Boedo y la Asamblea Antifascista Antirracista LGTBIQ+. (Fotos: Catalina Distéfano/lavaca.org).

Virginia ríe ante la consulta sobre si compró $LIBRA: “Con la jubilación que pagan no llegamos a pagar la comida de fin de mes. Esa es la gran estafa que le han hecho a millones de personas a las que les disolvieron sus ingresos”. Es enfermera y fue educadora clínica en una empresa norteamericana antes de jubilarse. Su mirada sobre  Milei: “No lo creo un loco, pero tiene un perfil psicopático muy evidente. No registra culpa, no registra error. En términos porteños, me parece además una persona trucha”.

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La policía en actitud de ataque para agredir a los manifestantes.

Pero Virginia tiene una duda: “En estos días todos los medios estánhablando de la estafa con las criptomonedas. Y yo no sé si no termina siendo también un modo de tapar y distraernos de otras cosas. Por ejemplo, se acaba de saber que este enero cayó el consumo de la sociedad un 10,6% con respecto a enero de 2024. Hace un año fue un desastre, porque veníamos de dos meses de inflación terrible, por culpa también de Milei: diciembre del 2023 había sido el 25% y enero 2024 fue 20%. La caída del consumo fue brutal. Pero este enero fue todavía peor, por la pobreza a la que nos están sometiendo”. A eso también agrega la novedad del denunciado uso de los fondos de las jubilaciones por parte del gobierno para mantener controlado el dólar, frente a la inestabilidad generada por el escándalo de la estafa con $LIBRA.

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Otro dato de la crisis: el llamado “índice de ingreso disponible” estudia cuánto dinero queda del ingreso de cada persona después de haber pagado gastos como alimento, vivienda, agua, luz, gas, expensas y transporte público. Ese índice muestra que la caída promedio fue del 18%, pero en los sectores más pobres llega al 25% menos, a lo largo de 2024.

Raúl dijo a lavaca que fue positivo el saldo de la manifestación: “Conseguimos dar la vuela al Congreso y no pudieron imponernos el Protocolo de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que busca evitar que estemos en la calle. No lo logaron, aunque reprimieron bastante” cuenta, como resignado a esa violencia de la policía hacia la sociedad.   

“No compré criptomonedas” dice también riéndose. “Lo que pasa es esto: para mí y para tanta gente, no es una sorpresa que Javier Milei haga esta cosas que son destrucción de la economía y del trabajo, y además corrupción. Milei es la casta. Ahora lo que hay que ver es qué ocurre con gente que lo apoyó, tal vez engañada o confundida”.

¿Y qué va a pasar? “No sé, lo único que te puedo asegurar es que vamos a seguir peleando por lo que es justo, y estoy convencido de que cada vez vamos a ser más”.

Arrancó la marcha: “Paso a paso se viene el jubilazo”

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-02-19T21:08:57.614Z

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Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

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Un miércoles con marchas separadas, y gente buscando recuperar la iniciativa, la creatividad y la fuerza de reunirse. Imágenes sobre Boca, el peronismo, las traiciones, la CGT, el Garrahan con aumentos, y algunas ideas para salir del corralito.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: Juan Valeiro

“Miércoles de jubilados”, anuncia un grafiti pintado de rojo en medio de la plaza de los dos Congresos. La proclama denota una costumbre. Lo habitual. Algo que se hizo norma y, como tal, tiene su costado positivo y otro que no tanto. 

Este “miércoles de jubilados” tiene algo particular, distinto al resto, que rompe la costumbre, lo habitual, lo normal: esta vez, un grupo convoca a las 14, otro a las 15 (como venía sucediendo) y otro a las 17. En conjunto (y separados) forman una síntesis de lo que es hoy la fragmentación de las luchas en Argentina.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

La calle y lo colectivo.

La organización de Jubilados Insurgentes es la que llega primero. Pasadas las 14, ya andan haciendo semaforazos y marchando alrededor de la plaza. Las canciones, esta vez, sobre todo apuntan a la CGT (Confederación General del Trabajo), que en esta misma jornada eligió su nueva conducción hasta 2029, que seguirá en forma de triunvirato: Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Solá (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio). La elección llega en medio de los crecientes rumores por parte del Gobierno nacional de avanzar con una reforma laboral. 

Boca River y el recibo

Armando, vecino de Barracas, tiene 75 años y dos esperanzas: “La primera es ganarle a River el domingo”. Boca –su Boca– siempre le genera ilusión, aunque la situación del equipo a veces lo tira para atrás: “Ver a algunos jugadores me la quita”.

Cualquier comparación con la política no es mera coincidencia, se ríe, y por eso cuenta lo otro que lo esperanza: “Venir a marchar todos los miércoles”. Su jubilación ya no le alcanza y pregunta si hace falta mostrar su recibo: “Son 390 mil pesos en la mano”, dice, moviendo la cabeza. “Se hace re imposible. Por eso venimos: aunque nos den un palazo en las elecciones, vamos a seguir luchando”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Asamblea a megáfono abierto.

Su análisis: “El peronismo no está unido porque hay mucho traidor. Hay una CGT quieta, que hoy se renovó, pero muchos sindicatos no aportaron nada. Recién ahora el Garrahan consiguió algo, pero a los jubilados nos siguen pisando. Encuentro el déficit en la falta de unión del pueblo porque somos pocos los que venimos todos los miércoles. Necesitamos más apoyo. El único apoyo es la prensa”.

Se pregunta por qué no hay más políticos que acompañen: “Si ellos nos representan, ¿por qué no pelean con nosotros? Como dijo Perón, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Por eso perdimos: pelean por un cargo pero cuando hay que salir a pelear de verdad, no los veo”.

Entre Boca y la CGT, Armando mueve la cabeza. Pero mantiene su esperanza.

Asamblea en el corralito

Una vez que los jubilados terminan de dar la primera de las varias vueltas que hoy se caminan, proponen algo no habitual, no normal, distinto, “porque algo diferente tenemos que hacer, así no va más”. Un concepto que representa una buena dosis de sabiduría: “Es bueno reconocer cuando no sabemos bien qué hacer”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Zulema agarra el megáfono y dirige la batuta. En 3, 2, 1 se arma una asamblea espontánea en la calle con un objetivo: “Que hable quien tenga alguna propuesta concreta para pensar qué hacemos y definir cómo seguimos, coordinados, para que no quede cada uno con su librito”.

Así empieza a pasarse el megáfono de mano en mano, como un ejercicio de democracia participativa en peligro de extinción.

Uno invita a reunirse “todos juntos” en la CTA Autónoma, este próximo viernes y pensar “entre espacios que pensamos distinto un plan de lucha común a encauzar”.

Otra dice que ya no alcanza con esta concentración de los miércoles, que hay que pensar “acciones más allá de esta vuelta a la plaza que nos obliga a hacer este gobierno cada miércoles y entre vallas”. Alguien agrega: “Esto parece un corralito. Cortan todo el tránsito del centro y nos dejan adentro para que marchemos”.  

Otro aporte: “Pero no podemos irnos de acá, lugar emblema de nuestra resistencia; quizás hay que buscar otro espacio, pero en las inmediaciones del Congreso”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Nunca se deja de marchar.

Un jubilado propone ir a Tribunales. Pero ni bien termina de formular la idea, plantea el primer problema: “Aunque claro, ir allá a las 5 de la tarde no tiene sentido, ahí a partir de las 3 no queda nadie”. 

La CGT y el aumento al Garrahan

Alguien sugiere aprovechar que la CGT tiene nueva conducción y marchar hacia allá “por lo menos un miércoles”. No termina de formular la iniciativa que llueven los insultos a la Central sindical. “Pongan a quien pongan es lo mismo, porque el problema es la dirección que tienen y ya sabemos que van a pactar por la reforma laboral. Son unos traidores”. Debe aclararse que la definición de “traidores” es la más suave y elegante que se propinó a la central sindical.   

Otro se envalentona: “¿Alguien cree que ahora nos van acompañar? No vinieron nunca a luchar con nosotros, son ellos quienes nos empujaron a venir acá por las nuestras, porque les importamos tres carajos. Esta mañana solo cambiaron figuritas”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Le da pie a un jubilado con el pelo color ceniza que en menos de tres minutos resume la historia del sindicalismo argentino y hace un homenaje: “Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Agustín Tosco, uno de los referentes del Cordobazo, que logró evitar lo que buscaba la dictadura: implementar la jornada laboral de 12 horas. Con este gobierno estamos retrocediendo medio siglo”.

Tras el desahogo contra la CGT, el enojo sigue: “Ayer se conoció el aumento a los trabajadores del Garrahan y hoy ellos tendrían que haber mandado alguna delegación solidarizándose con nosotros. Su aumento fue un logro colectivo por tantos espacios que los apoyamos”.

Obelisco y tres ideas

La asamblea vuelve al tenor inicial propositivo. “Otra opción es concentrarnos en el Obelisco”, dice uno, pero otra con más canas y experiencia le recuerda: “Enfrente hay una base de la Policía de la Ciudad. No es el punto más estratégico”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Acuerdan tres puntos:

1) seguir viniendo al Congreso, pero seguir pensando el cómo y el dónde;

2) hacer otras acciones por fuera del Palacio Legislativo;

3) pensar nuevas estrategias para el próximo miércoles.  

Termina la asamblea espontánea y Zulema de Jubilados Insurgentes le dice a lavaca: “Todavía no decidimos nada en concreto, será un proceso de pensar qué es lo mejor. Lo que se viene es muy groso y el gobierno está envalentonado con la última elección, por eso no queremos dejar que se asienten, este tiempo es clave para seguir reclamando por nuestros derechos. Nuestra responsabilidad es no dejar este espacio vacío que venimos llenando hace tanto”.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

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La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.

La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.  

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.

Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.

Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.

Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.  

“Será largo lo que viene”

Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”. 

La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.

Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Geopolítica. Foto: lavaca.org

La pierna de Fernando

Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.

“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.

¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.

¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.

Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Llenar las calles de pasos”

Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”. 

También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”. 

Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.

Motosierra, medios y comercio exterior

Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.

Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.

Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.

Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un camino entre quienes piensan parecido

Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.

Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.

¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”. 

El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.

Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Si tirás la toalla, perdemos”

Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”. 

-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?

-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

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Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org

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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche

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Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.

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