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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche

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Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.

Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Lef en Newen Mapu. Fotos: ECYP Confederación Mapuche de Neuquén

Unos seres blindados con cascos, escudos, escopetas y borceguíes, se acercan a otros seres pertrechados con vinchas, ponchos y una extraña idea: no consideran que deban ser serviles, domados ni resignados, y se escuchan junto a la casa de gobierno, gritos y detonaciones mientras los efectivos (?) blindados siguen pegándoles en el piso a hombres mayores, zamarreando y castigando mujeres y a menores de edad, y cuando otras mujeres intentan ayudar a las capturadas los blindados las empujan, las agreden, las provocan, mientras un hombre de poncho se acerca para intentar liberar a una joven de esos seres con manoplas antidisturbios con nudillos reforzados, pero al hombre lo sacuden y le apuntan específicamente a la cabeza y por la espalda, conducta heredada al menos desde que en 2007 le reventaron el cráneo –también por la espalda– al docente Carlos Fuentealba, pero esta vez el efectivo (?) no alcanza a descargar el arma en medio de la confusión y los otros blindados detienen a la joven y a un total de 18 personas, una de ellas menor de edad, que manifestaban pacíficamente en reclamo de otra de sus extrañas pretensiones –que se cumplan la leyes y la Constitución– cuando dos de los detenidos, Lefxaru y Umaw, son obligados a sentarse en el piso con los brazos esposados a sus espaldas como delincuentes rodeados de policías, y les toman una foto que permite que un diario porteño que alguna vez creyó ser nacional tenga su tapa del día siguiente (21 de julio) mostrando a ambos con un título revelador de cierto fracking cognitivo: “Otra vez los mapuches”. 

Esposado, vigilado, en el momento de esa foto Lefxaru está por hacer y decir algo. 

Rock & power

Lefxaru Nawel (Lautaro Nahuel según el DNI) nació en 1987. Su mamá Noemí era empleada en el Poder Judicial. Su papá Jorge era tornero y hace mucho es logko (autoridad y referente) de la Confederación Mapuche de Neuquén. Jorge, 62 años, es quien intentó liberar a la joven de los policías, poniendo su propia cabeza en la mira policial. 

Lef no habla inmerso en el yo o el ego: los mapuche no usan las prótesis autorreferenciales que impregnan estos tiempos selfies. Cuenta las cosas con una voz cultivada en otro ecosistema mental: “Vivíamos en el oeste de la ciudad, la zona más pobre. En la primaria y secundaria más de la mitad de los chicos y chicas éramos mapuche. Las mujeres de la comunidad dijeron: ‘además de la escuela, los pibes tienen que estar en contacto con su identidad’. Armaron de la nada un centro cultural. Enseñaban alfarería, a trabajar en el telar, y aprendíamos allí también nuestra historia y el idioma mapuche que es el mapudungun. El telar y la alfarería no eran lo mío, y por suerte hay grandes artistas en la comunidad. Lo que sí aprendí fue el idioma y la historia, como le pasó a muchísima gente mapuche. Pero además ese centro era un espacio de encuentro para nosotros casi todas las tardes y fines de semana, eso era una alegría”. 

Si viajásemos a los 90, podríamos ver a un Lef de 10 años de edad, a su familia, sus amigos y amigas, a la comunidad entera desde abuelos hasta bebés, parando el gasoducto de Loma la Lata o recuperando tierras que intentaban quitarles pese a lo que dictaban la Constitución y los tratados internacionales firmados por el país como reconocimiento a los pueblos indígenas.

Si el viaje fuese 15 años atrás veríamos a Lef como werken (vocero) mapuche, organizando con su hermano y colega Umaw y varios compinches tomas y luchas: la palabra “lucha” anda a veces malversada, pero para la comunidad es un ejercicio territorial y físico permanente, no una metáfora, una expresión de deseos o un emoji. 

Además, los veríamos creando una experiencia asombrosa, Puel Kona (guerreros del este), un conjunto que hace música que puede tejer rock con ska, reggae, cumbia, chamamé o con toda la diversidad latina y folklórica o no del alimento orejístico de quienes dinamitaron muchos prejuicios. Teclados, batería, guitarra, saxo y trompeta se mezclan con instrumentos tan sonoros como sus nombres: xuxuka, kulxug, xompe, pivika. Umaw (que además es periodista) explica que nada de esto es música étnica: “Ni de ninguna de las etiquetas de la industria. Lo nuestro es rock mapuche, no somos indiecitos tocando la guitarra. Te venden culturalmente la imagen del indio derrotado, triste, borracho o artesano. Tampoco somos una caricatura con plumas, poncho y sikus. La realidad es distinta: tomamos nuestros instrumentos, luego los del rock, decimos lo que queremos decir, y podemos hacer un ska en mapudungun, y temas en castellano con una diversidad de instrumentos, musicalidades, idiomas, para que se difunda el mensaje”. 

En algunos geriátricos se supone que el rock podría estar colonizándoles la cultura. Amaru, otro de los integrantes de la banda: “A los referentes mayores les pareció algo bueno y positivo. Si tenés el apoyo de tu gente, lo que opinen los demás no interesa”. Podría planearse que son ellos los que se adueñan y recrean el rock y otros estilos, y no al revés: “Es que somos parte de un pueblo vivo”. Una vez en el escenario lo suyo no es una ceremonia: es una fiesta. “Siempre muy arriba: mucho power”. El poder, en el idioma que se quiera, atraviesa toda esta historia. 

Su primer disco fue producido y grabado por Goy Ogalde, de Karamelo Santo, y tiene un tema ilustrativo: Clandestino. 

“Clandestino en tu propia tierra.
Extranjero en tu propio origen.
Es nacer y ya estar condenados,
existir, pero ser invisibles”.

Cuando Lef lo escribió tal vez no sabía que esa letra sobre lo mapuche podría terminar siendo aplicada a una creciente porción de integrantes de la tribu argentina. Puel Kona no apoya la causa mapuche: es la causa mapuche. “O una partecita”, dice Lef, que jamás pierde de vista el todo. Fueron teloneros en los dos descomunales shows de Roger Waters en el Estadio Único de La Plata (2018) ante 50.000 personas cada vez y, cuando la irrealidad nacional y neuquina lo permiten, salen a recorrer con sus recitales power las comarcas a las que los invitan. Acaban de difundir el tercero de sus discos, Weftun, que se puede escuchar en las redes y muestra que este viaje de Puel Kona no apunta para atrás sino al futuro. 

10.000 personas apoyando a los mapuche. Umaw y Lef en el piso, esposados por la policía, por reclamar que se cumplan las normas constitucionales y legales de reconocimiento a las comunidades.

El doctor y las promesas

Otro salto en la vida: Lef estudió Derecho. “En un momento dejé, me parecía una farsa, y me concentré en aprender cada vez más el idioma, pero finalmente por el impulso de la comunidad que fue muy importante para mí, retomé la carrera y me recibí”. Es abogado de la Confederación e integra el Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas dedicado principalmente a las causas de los pueblos patagónicos mapuche y mapuche-tehuelche, en el que trabaja con apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Es profesor de Derecho Indígena en la universidad. 

¿Cuál es el conflicto que esta vez desató la represión, con Lef y Umaw esposados y detenidos? Explicación breve: “Nos despojaron hace 140 años de las tierras fértiles para mandarnos a las áridas, pero ahora esas son las tierras codiciadas por el modelo y las corporaciones. La historia es circular”. Tanto el Estado argentino como el neuquino reconocieron el derecho mapuche. Un interesante libro de autoría colectiva llamado Constitución Nacional, artículo 75, inciso 17, plantea entre otras cosas “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios”, garantizar el respeto a su identidad y “la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan”. 

Otro volumen, la Constitución de Neuquén (2006) va más allá. Asume la preexistencia indígena “como parte inescindible de la identidad e idiosincrasia provincial”. Anuncia que reconocerá la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que no serán enajenables, “asegurará su participación en la gestión de sus recursos naturales y demás intereses que los afecten, y promoverá acciones positivas a su favor” (políticos, petroleras y policías podrían estar padeciendo dificultades en comprensión de texto). En ambas constituciones se habla de “propiedad comunitaria”, que no es “propiedad privada” y que implica un uso para la vida, no para el mercado. Lef: “Yo vivo en el Lof Newen Mapu. Si un día me voy a vivir a otro lado no puedo vender la casa como si fuese mía. Queda para la comunidad, para otra familia”.    

Para materializar ese reconocimiento constitucional se estableció la necesidad de hacer un relevamiento de las tierras para otorgar la personería jurídica a las diferentes comunidades, hecho que en varios casos se ha concretado, y en otros sigue pendiente. Las cuatro comunidades que reclamaban ante la gobernación neuquina son Newen Kura (Rincón de los Sauces), Fvta Xayen (paraje Tratayén, Añelo), Kelv Kura (Portezuelo) y Ragilew Cárdenas (Picún Leufú) que arrastran la situación desde 2013 cuando la Corte Suprema de Justicia ordenó a Neuquén regularizar el reconocimiento y entregarles las personerías. “Fue un fallo importante pero los gobiernos se negaron a aplicarlo y solo buscaron entorpecer la aplicación de este derecho” relata Lef. 

Para que cada quien elija dónde está la violencia: “En 2023 se aprobó la ley provincial de consulta previa, libre e informada a las comunidades indígenas con personería jurídica y se puso un plazo para el registro de las que faltaban. La provincia no cumplió, por lo que en 2024 seguimos reclamando con acciones directas. En septiembre de ese año, el gobierno firmó un acta de compromiso de reconocimiento legal a las comunidades en un plazo de dos semanas. Tampoco lo cumplió. Semanas atrás, se comprometió en un acta a dar una respuesta en cinco días. Y otra vez lo mismo, siendo que tenemos todos los requisitos cumplidos: esa nueva mentira no fue admitida por las comunidades que definimos encadenarnos a la gobernación. Lo que falta es que el gobernador firme el decreto, pero no quiere hacerlo, porque entregar la personería obliga a que ante cualquier proyecto que involucre las tierras indígenas, se debe consultar y contar con la aprobación comunitaria”.   

El reclamo duró cuatro días. Lo que se pedía es cumplir con la Constitución, las leyes, el fallo de la Corte Suprema y el cúmulo de acuerdos y promesas de la propia provincia, pero la gestión encabezada por Rolando Figueroa mandó como respuesta al Grupo Especial de Operaciones Policiales a atacar a la comunidad mapuche. 

Lef, capturado y esposado, hizo dos cosas. 

Mientras la policía seguía pegando y persiguiendo, cantó a capela Cinco siglos igual, de León Gieco, tema que habla de soledad, ruinas, soberbia, mentiras, lealtades, tumbas, sueños del mal, tinieblas, flores, revoluciones, e informa: “Y aunque muchos no están, nunca nadie pensó besarte los pies”. 

Luego ante un teléfono que le acercaron Lef brindó la clave de la situación: “Esta es la respuesta del gobernador a la lucha histórica del pueblo mapuche, a la entrega de las personerías jurídicas que tienen fallo de la Corte Suprema y todos los requisitos reunidos. Este es el blindaje a las petroleras por parte de Figueroa que es ni más ni menos que un bufón de las empresas. Por eso a toda la gente que apoya a Figueroa, manifiéstense a favor del pueblo mapuche. Que nos dé las personerías jurídicas. Que cumplan los relevamientos. Que cumplan con los estudios de impacto ambiental y que no perforen el (lago) Mari Menuco. Mientras estuvimos acá estos días, hubo 10 sismos en la zona de Añelo (centro urbano del área de fracking para extraer petróleo y gas de Vaca Muerta, actividad que provoca los sismos). (Horacio) Marín de YPF, y Tecpetrol (del grupo Techint encabezado por Paolo Rocca) son responsables de todo lo que está pasando. Están matando la tierra, apaleando la tierra y así apalean a los que la defendemos”. 

La policía lo levantó del piso para llevárselo. Lef alcanzó a decir “marici wew”. Significa “diez veces venceremos”. Mientras lo trasladaban a la cárcel la gente reunida cantaba: “El pueblo mapuche vive, la lucha sigue y sigue”. Los ex medios de comunicación podrían conservar el título “otra vez los mapuches” porque promete seguir funcionando.  

Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Parte de la comunidad Newen Mapu ante el Mari Menuco, embalse que abastece de agua a Neuquén, amenazado por el proyecto de 400 nuevos pozos: la gente frente a la política de regalarle recursos invaluables a las corporaciones.

Teoría cascaruda

Pasaron cuatro horas en la cárcel con las preocupaciones al revés: “Adentro estábamos preocupados por cómo estaría la gente afuera, nuestras familias. Aquí se usó la misma estrategia que en Buenos Aires: atacar primero a quienes registraban la represión para que dejaran de filmar. Después siguió la cacería, incluso contra personas que pasaban por ahí. Hemos visto a los gendarmes y demás integrantes de estos grupos y ninguno tiene la pupila sana cuando están ahí. El que me había agarrado y me aplastaba la cabeza contra el suelo con la rodilla me dice ‘quedate tranquilo’. Y yo le respondí: ‘Quedate tranquilo vos, que te tiemblan las manos’. Re alterados estaban. Vamos a presentarnos judicialmente contra el abuso policial en el operativo”. 

La policía actuó contra 60 personas que se manifestaban. Al día siguiente hubo una reunión en la ruka (casa) de la CMN que no dio abasto para 300 personas. Una semana después una marcha en Neuquén capital en apoyo a la comunidad reunió a 10.000 personas, una de las mayores de los últimos tiempos. “Sentimos mucho apoyo. Hay odio y racismo que se transmiten más que nada por las redes y los medios, pero no en la convivencia. Y hasta algunos que te atacan, después te ven en la verdulería y vienen a saludarte”.

Días más tarde otra comunidad mapuche, Lof Kaxipayiñ, de la zona de Loma la Lata, alertó la llegada de las petroleras y la policía. Nótese la mesura del comunicado que firmó el logko David Cuerqui: “Queremos manifestar total desconformidad por carecer de información, de consulta previa libre e informada como lo establece la Ley 3401 de la provincia del Neuquén y el Convenio 169 de la OIT y por tratarse de lugar sagrado para la comunidad tal como se lo anticipamos a YPF en reiteradas oportunidades. En tal sentido y para evitar futuros conflictos solicitamos a los organismos de control de la provincia del Neuquén y de YPF S.A. se establezca un espacio de diálogo para analizar de qué trata su proyecto y la garantía de no afectación a nuestra vida comunitaria, salud y seguridad”.

El logko pide diálogo. “Eso es lo que no quieren las petroleras. Saben que la razón está de nuestro lado y no tienen argumentos para debatir en serio” describe Lef. “Por eso nunca nos invitan a mesas ni a paneles sobre estos temas. Saben que no pueden discutirnos”. Si los mapuche no pueden participar, hacerse oír, escuchar, exponer sus razones, solo queda el prejuicio contra ellos.  

“Estamos en un gobierno de corporaciones. El caso de Marín en YPF es una demostración, trabajó siempre para Paolo Rocca, Techint y Tecpetrol. Las empresas escribieron el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) y tenés hasta al futuro embajador o los militares norteamericanos diciendo qué quieren que hagamos. Ya hay ni enmascaramiento”. 

Un hallazgo: “Con todo el furor de El Eternauta, yo decía que Milei y Patricia Bullrich no son los que deciden o gobiernan. Son los cascarudos. La democracia está controlada por los sectores de poder que se aseguran negocios por décadas apoyados por los medios. Es un pacto extractivista que no es cuestionado por la política, ni siquiera por los más audaces de los periodistas famosos, digamos. Son debates vedados. Por eso nos pasa que no estamos muy enfocados en discutir la última barbaridad que diga Milei sino el plan económico que hay atrás, que es lo que realmente nos está jodiendo la vida”. 

El gordo y el flaco

¿Qué sería el pacto extractivista? “Desde el gordo Dan hasta Pedro Rosemblat te dicen que hay que usar los recursos naturales, como si la agenda fuera usarlos o no. Es un falso debate. Lo que proponemos discutir es para qué y para quién usás esos recursos, quién decide y cómo los vas a usar. No es una discusión ambiental solamente, que es con lo que quieren bajarle el precio. Es una discusión económica, de soberanía y sobre todo de proyección. Porque si vos contaminás el agua del lago Mari Menuco que abastece a toda la ciudad de Neuquén, como quieren hacer metiendo 400 pozos incluso bajo el agua, no tenés alternativa productiva pero tampoco de vida, porque no va a haber agua”.   

En estos temas no se percibe la grieta: “Hay una situación de continuidad. Nosotros nos hemos plantado contra el acuerdo con Chevron, y todos estos años hemos confrontado con los proyectos apoyados por todos los oficialismos. El peronismo se victimiza, ‘no somos lo mismo que la derecha’. No se trata de eso, sino de cuestionar qué modelo de país estás planteando cuando hablás de Vaca Muerta, del litio, de la megaminería, poniendo siempre adelante a las empresas para que revienten el agua. Me hace acordar a Mad Max, la película donde la gente iba con los tachitos buscando que les dieran gotas de agua. Esto lo planteamos hace mucho y ahora hay una profundización que nadie discute. No es igual que gobierne la ultraderecha o el peronismo que tiene una idea de distribución de la renta. Eso no lo minimizo porque puede ser la diferencia entre que mucha gente coma o no. Pero es preocupante que las fuerzas que tienen posibilidad de gobernar tengan una actitud de entreguismo y servilismo, pensando que esa es la única forma de relacionarnos”. 

Preexistentes a Marx

La idea: si lo propio es valioso, ¿por qué no hacerlo valer? “Un caso que discutimos es el de las regalías. La propia Constitución neuquina plantea que deben ser usadas para buscar modelos energéticos alternativos, cosa que jamás se hizo”. Un caso llamativo es el de Noruega, potencia petrolera que cobra el 78% de regalías, entre ocho y diez veces más de lo que cobra Argentina (que tiende a dejar de cobrar hasta limosnas para que haya más inversiones extranjeras). Con esos fondos y lo que recauda la empresa estatal, el pueblo originario vikingo acumuló un descomunal fondo de pensiones con el que surfea las crisis del neoliberalismo. “Lo que hacen aquí con los recursos es como quemar tu casa para cobrar el seguro porque no tenés plata: vivís 6 meses, y te terminás quedando sin la plata y sin la casa”.

Explica Lef: “Dicen que Neuquén es la provincia con más ingreso per cápita, pero no dicen que es la más endeudada del país, con pobreza, desocupación cada vez más altas (segunda en la Patagonia),  es imposible alquilar, no hay gas, o es carísimo.  En las escuelas nos contaban el gran ausentismo de chicos que se enferman porque las familias para calentarse queman basura, que es lo único que les queda. ¿De qué progreso hablan? Ese modelo no es solo de Milei, es de las empresas apoyadas por toda clase de gobiernos incluido el peronismo. No se debate el extractivismo ni tampoco el alcance de la democracia y la partidocracia que plantean elegir un gobierno, cosa que es fundamental, pero se olvidan de todos los derechos”. 

Conviene aclarar que ese razonamiento no es de izquierda partidaria. Alguna vez Umaw planteó a MU: “No existimos para ellos, toman al pueblo mapuche como parte de la clase obrera, pero para nosotros no es así: somos un pueblo preexistente al Estado y también al marxismo”. Esto tampoco significa hostilidad, sino que los mapuches tienen la actitud de pensar por su cuenta, cosa que suele sorprender ingratamente a quienes los miran desde arriba. 

Datos sobre la utopía

Diagnóstico de Lef: “Occidente entró en la etapa del fin del cinismo y está mostrando su verdadero rostro. Te dicen en la cara lo que quieren, y no puede ser que eso no nos interpele. En Argentina hay una élite blanca porteño-centrista y pro-norteamericana que nos ha llevado a creer que lo único que hay que hacer es conseguir inversiones. Lo han hecho todo el tiempo y seguimos siempre igual o peor, en una realidad de mezquindad, empobrecimiento y miseria humana”.

¿Y entonces? “Los que estamos cuestionando al extractivismo tenemos que corrernos del ‘noísmo’, de decir solamente no, para animarnos a plantear debates. No alcanza con un discurso autocomplaciente que nos haga valorar nuestras propias palabras como quien se mira al espejo, sin cuestionar lo que se está haciendo. Capaz que alguno tiene una forma mejor, pero nosotros buscamos eso”.  

¿Por ejemplo? “Teníamos la fantasía de que con las redes se iba a pluralizar el pensamiento, y pasa lo contrario. Frente a ese cinismo y la crueldad, reivindicamos la solidaridad de la comunidad no como un planteo ingenuo sino como una construcción práctica y cotidiana”. 

Los mapuche usan las redes y la comunicación, pero no quieren ser usados por ellas. “Queremos salir de la situación de supervivencia y plantear de qué manera queremos vivir un proyecto político que represente el küme felen, el buen vivir pensado como una manera de relacionarse con la naturaleza que no sea destructiva y que permita una proyección de vida. Donde haya participación en la gestión de los recursos y los bienes y las decisiones. Somos ciudadanos argentinos de nacionalidad mapuche. No somos el problema, somos parte de la solución. El pueblo argentino, como nosotros, sufrió un genocidio, pero las propuestas políticas siempre son elegir el mal menor,  vivir dentro del neoliberalismo, resignarnos. Un pueblo resignado es un pueblo muerto. Necesitamos otros modos de existir si queremos un futuro”. 

Enumeración de posibilidades: “No nos va a salvar la oposición, no nos va a salvar el Congreso ni Comodoro Py, ni Clarín y TN. Lo que tenemos que defender con toda la fuerza es nuestro derecho, con la verdad por delante pero también poniendo el cuerpo y la energía no solamente en resistir esta realidad difícil, sino en proyectarnos”. Defiende algo que llama “la renovación de las utopías”. Pero en modo mapuche todo tiene otro significado. La utopía es por definición el no lugar, el lugar ideal, pero que no existe. En este caso las utopías se refieren a lugares y territorios concretos. Y a acciones: “El desafío es unir las luchas y desde abajo plantear alternativas que realmente cuestionen lo que está pasando”.  

Cachetes y planes   

A Lef la sonrisa se le abre al infinito al hablar de donde vive, en la periferia de Neuquén: el lof Newen Mapu (energía de la tierra, o tal vez la tierra de la energía). “Ustedes vinieron y conocieron esto cuando no había nada. Hemos construido mucho, con una potencia enorme y mucha fuerza. Nuestros hijos se crían aquí. Mi hija Liq se crio aquí y ya es una mapuche que nació en un territorio libre”. 

Liq tiene dos años, una mirada que está tratando de comprender al mundo, y cachetes XL. Lef me cuenta cómo la comunidad Kaxipayiñ logró echar por segunda vez a YPF, dejando que realice tareas de mantenimiento, pero impidiendo que intenten convertir al embalse Mari Menuco en un colador de contaminación. 

Me habla de Weftun, el disco de Puel Kona con canciones dedicadas al agua y las semillas sin venenos, a lo plurinacional y a ese enigma llamado amor. El nombre del disco reúne en una palabra muchas cosas: resistencia ante los problemas, pero también reconstrucción, personal y colectiva. Frente a la descomposición, recomposición y revitalización. Frente a lo pasivo, lo activo. La noción de recuperar el poder de proyectar y de hacer. Y una idea que sobrevuela todo el álbum: renacer. Seguirá la conversación mucho más allá, pero más acá Lef aclara: “Por eso hay algo que está en nuestra cosmovisión: frente a los planes de muerte, los planes de vida”.   

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Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

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La calle volvió a dar una respuesta de movilización, encuentro y solidaridad frente a un Congreso en el que Milei –presidente del país– se dedicó a dirigir el griterío de sus barras contra opositores. Y un radical (si es que tal identidad existe) que cobra millonadas como diputado, se dedicó a balbuceos acaso onanistas con respecto a las diputadas, defendiéndose luego con una teoría delirante. La presencia en la plaza de Fabián, el padre de Pablo Grillo, el fotógrafo agredido por las fuerzas de seguridad del oficialismo. La idea sobre lo que hay que organizar. Una marcha de la Gorra que denuncia la violencia institucional, historias sobre cómo recuperar el humor y la ironía, un “Rappi” que cuenta su día y la teoría sobre Luis Caputo en plan verdulero.

Por Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

La Cámara de Diputados se renovó con la presencia en el recinto del presidente Javier Milei y su hermana Karina, secretaria General de la Presidencia, festejando a viva voz que el resultado de las últimas elecciones, más el movimiento de algunos diputados que se autoperciben peronistas, transforman a La Libertad Avanza en la primera minoría, lo que le facilitaría el tratamiento de las reformas que el gobierno quiere imponer, como la laboral. Todo esto con barras comandadas por Milei hostigando con cantitos a los opositores.

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Imagen de la 9º Marcha de la Gorra en Congreso, acompañando a los jubilados, contra la violencia institucional y policial. Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

La transmisión osciló entre esas imágenes y otras perlitas, como el micrófono abierto de un diputado por donde se escabulleron ciertos comentarios desagradables respecto de la apariencia de algunas diputadas. Sus pares señalaron al radical chaqueño Gerardo Cipolini como el responsable, aunque se defendió con un argumento tan extraño como esa Cámara, en la frontera del delirio: “La tecnología ha avanzado a límites irreconocibles. Tal vez uno sale diciendo cosas que no ha dicho”. 

Pablo: la recuperación del humor

El devenir de ese palacio, entre cantos, saludos y gestos que acaparan la atención de los portales supuestamente periodísticos sigue diferenciándose mucho de la calle que todos los miércoles separa la valla que cruza de punta a punta la plaza.

“El Congreso vallado a espaldas del pueblo es más que una metáfora”, define a la perfección Fabián Grillo, papá de Pablo, el fotógrafo herido en su cabeza por una granada de gas lacrimógeno el 12 de marzo, brutal ataque que lo mantiene internado desde entonces, y del cual sigue recuperándose.

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

El domingo Pablo cumplió 36 años, y por eso jubilados y jubiladas se acercan a Fabián a saludarlo saludarlo y preguntarle cómo está Pablo.

“Está bien, está mejorando, y lo volvieron a trasladar del Hospital Ramos Mejía al Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca. También habla, discute y putea”. Para Fabián esos son grandes indicadores de mejora de su hijo.

Además, está manejando humor e ironía. Cuenta que un médico cubano, tras una charla de ocasión, le dijo: “Amigo, entre bomberos no nos pisamos la manguera”. Y Pablo le respondió: “Yo no soy bombero”.

Fabián se ríe. En minutos tiene que irse a una muestra fotográfica en la Asociación Madres de Plaza de Mayo, frente a la plaza de Congreso, pero antes lo invitan a la asamblea de la Mesa Coordinadora de Jubilados. “Soy el papá de Pablo, pero no quiero hablar en nombre de él, porque Pablo habla y habla bien”, dice, lo que despierta emociones y aplausos. Fabián cuenta que a partir de octubre es un jubilado más y por eso viene también a marchar: “Esto es lo que nos va a levantar. Es por lo cual le pegaron a Pablo, porque él iba a mostrar la lucha de los jubilados unida con las hinchadas y los gremios. Esa imagen no podía pasar: ¿cómo puede ser que haya solidaridad?”.

Pero la hay, dice Fabián: “Acá estamos”.

La hincha que trabaja para el barrio

Gabriela, hincha y vecina de Dock Sud (y la imagen que encabeza esta nota), es una de las tantas que organiza esa solidaridad. Sobre una mesa tiene desplegados paquetes de fideos, arroz, polenta, azúcar, salsas, botellas de aceite, latas de arvejas, bolsas con cebollas. Con otros cómplices junta donaciones para que jubilados, personas en situación de calle, o con alguna discapacidad –hoy es el Día Internacional que los conmemora– se lleven después de la marcha. “Es para hacer algo, porque en el barrio está todo complicado. Tengo tres hijos, soy mamá soltera, y sé lo complicado que es, así que imaginate para un jubilado de la mínima. Incluso en el barrio se ve que alguno se quiere hacer el vivo subiendo los precios en la verdulería, por lo que un vieji se tiene que caminar diez cuadras para conseguir precio. Es horrible lo que está pasando, porque de repente Caputo es el verdulero”. 

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

Gabriela se interrumpe porque llega un chico con la mochila de Rappi, en su bici, a dejar donaciones. “¿Ves? Por esto lo hacemos, esto es la solidaridad”, dice Gabi, emocionada. 

¿Cuánto hay que pedalear?

El trabajador de Rappi se llama Gastón, tiene 31 años y vive en Isidro Casanova, partido de La Matanza. Su vida laboral es una síntesis de este momento. Trabaja en una empresa logística, pero solo cuando lo llaman: para eso tiene que estar atento a las notificaciones que le llegan al celular. “Es cuando abren la convocatoria”, dice. Y después agrega la descripción de buena parte del presente: “Son las formas en las que hoy se está precarizando el trabajo”. 

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Testimonio arriba de la bicicleta sobre la situación laboral: el pedaleo infinito. Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

Por eso en los días libres se pone el casco, se sube a la bici y pedalea como Rappi, desde las dos de la tarde hasta las doce de la noche. 

–¿Cuánto llegás a hacer por día? 

–Treinta lucas. 

Hace una mueca al ser consultado sobre el prejuicio de que muchos trabajadores de Rappi son afines al gobierno. “Muchos trabajadores de muchos rubros lo votaron, pero sí, hoy prima un individualismo muy fuerte”, define. La reforma laboral le parece “horrible”, pero reconoce que su generación es parte de una época que no conoció casi ninguno de los derechos que la Ley de Contrato del Trabajo consagra: “Es cierto. Y ese es el problema”. 

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

Delante de sus ojos avanza la movilización de jubiladas y jubilados, hoy acompañada por la novena Marcha de la Gorra, cara a cara con la policía, pero sin incidentes, salvo por los picos de calor que descompensan a algunas personas. “Siempre que puedo, vengo a acompañar a los jubilados”, se despide Gastón, en un pedaleo que seguirá hasta la medianoche. 

Tal vez haya que dejar de mirar lo horrible, de prestarle atención y darle importancia –como todo lo que ocurrió dentro del Congreso. Y convenga pensar la organización de la solidaridad de la que hablan Fabián, Gabriela y Gastón, como una de las tantas claves para pensar esta época y lo que se viene.

Marcha de jubilados: el papelón vs. la solidaridad

Fotos Juan Valeiro /lavaca.org

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Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

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La Cámara de Diputados mendocina aprobó por 32 a 13 la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto de cobre San Jorge, declaración que había sido impugnada por el CONICET y por las asambleas provinciales. Hubo un “consenso” contrario a las comunidades y a los pueblos originarios, poco transparente y hecho de la materia del lobby, en el cual el oficialismo provincial, el radicalismo, el PRO y la sinuosa actitud peronista coincidieron casualmente con las corporaciones, el oficialismo nacional y la prédica de medios beneficiados con el avance minero. (Dato: por esas cosas es que en Mendoza se hablaba de la “casta política” muchos años antes que el concepto fuera plagiado según es público y notorio). Curiosidad: lo votado en Mendoza implica menos regalías aún que las que otorgaba a la provincia el RIGI que ya era en sí un punto de remate de bienes que las grandes empresas valoran tanto, pero por los que no pagan.

Tras la votación, la gente que estaba en la calle inmediatamente resolvió marchar a la Casa de Gobierno, y seguir en estado de alerta hasta que el proyecto sea tratado en el Senado. La censura en el CONICET y lo que pasó durante la votación.

Por Francisco Pandolfi

Son las 18 horas, 34 minutos, 20 segundos. En la Cámara de Diputados de Mendoza se acaba de debatir de forma expeditiva y de votarse el cuarto y último expediente minero del día: la Declaración de Impacto Ambiental al proyecto San Jorge Cobre Mendocino. Se aprueba por 32 a 13. Las 4 iniciativas mineras ahora pasan al Senado, donde se presume que a principios de diciembre también se votarán a favor. 

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

La multitud, afuera, se entera, explota de indignación y canta ante una hilera numerosa de policías clavados en la puerta de la Legislatura mendocina:

“La cordillera, que linda está,

y si la tocan

qué quilombo se va a armar”.

De aprobarse en el Senado la Declaración de Impacto Ambiental, le permitirá a la Minera San Jorge S.A (perteneciente a la multinacional Solway Holding) llevar a cabo la explotación minera metalífera en Uspallata y conformarse como el primer proyecto de explotación de cobre en el país, en una zona que atraviesa la cuenca del río Mendoza, la cual abastece a una población de 1,5 millones de habitantes, a más de 9.000 industrias y riega 250 mil hectáreas de cultivos. Hoy la Cámara de Diputados votó a favor pese a la Ley 7722 que prohíbe el uso de sustancias tóxicas, como un modo de proteger el ambiente, el agua y la salud, tanto de las personas como de los territorios.

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

Expo fotográfica en la plaza: diputados y diputadas que votan en favor del extractivismo.  

En 2011 la Legislatura había rechazado por unanimidad un estudio de impacto ambiental similar al votado hoy. Mientras que en 2019, luego de derogar la Ley 7722 de defensa del agua, una movilización histórica obligó a la Legislatura a restablecer la norma unos días después.

Con la votación consumada en Diputados, en la puerta de la Legislatura se armó una asamblea multitudinaria donde las distintas asambleas y vecinos autoconvocadxs empezaron a plantearse los pasos a seguir. No para mañana, sino para ya: el consenso fue marchar, desde ese mismo momento, a la Casa de Gobierno. Así empezaron a caminar y a cantar, cuadras enteras, en un grito unificado: “No se negocia, el agua de Mendoza” en un loop colectivo. 

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

Al finalizar, Eugenia Segura de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Uspallata le señala a lavaca la hoja de ruta: “Alerta y movilización permanente hasta el próximo paso, que es el Senado”.

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

Valle de Uco, junto a la ruta. Atardecer, mensaje, y el comienzo de una nueva movilización contra la megaminería.

La censura en el CONICIET

En la noche del martes 24 de noviembre, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Mendoza emitió un comunicado institucional sobre el proyecto megaminero San Jorge, horas antes de que este mediodía se empezara a tratar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) –finalmente aprobada (como se preveía) por la Cámara de Diputados–.

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

Este era el link con el documento publicado en su web oficial https://mendoza.conicet.gov.ar/comunicado-institucional-del-conicet-mendoza-sobre-el-proyecto-san-jorge-cobre-mendocino. Sin embargo, al hacer click no te lleva a ningún comunicado, porque la posición del CONICET Mendoza hoy cambió, repentina y sospechosamente.

La postura (inicial) del Conicet la reproducimos este mismo miércoles en lavaca:  

https://lavaca.org/actualidad/extractivismo-en-mendoza-movilizacion-y-rechazo-ante-la-legislatura-por-el-intento-de-votacion-del-proyecto-san-jorge/.

Algunos extractos: “En los últimos días observamos que avanza el trámite administrativo para otorgar la Declaración de Impacto Ambiental, sin que la empresa haya respondido sustantivamente a las objeciones y sugerencias vertidas en el dictamen técnico y en la mayoría de los informes sectoriales presentados. Muchas de esas objeciones constituyen requerimientos y exigencias importantes consideradas prioritarias para la habilitación de un proyecto como PSJ Cobre Mendocino”.

Otro tramo: “Se identificaron importantes deficiencias en el Informe de Impacto Ambiental. La falta de datos actualizados, de líneas de base completas y de estudios adecuados sobre agua, biodiversidad, patrimonio arqueológico y aspectos sociales impide una evaluación confiable de los impactos que el emprendimiento podría generar en la cuenca del río Mendoza”. 

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

El horizonte de montañas en las que nace el agua: lo que buscan seguir protegiendo las comunidades mendocinas.

Y además: “Dado que estos vacíos de información limitan la toma de decisiones responsables y pueden comprometer recursos naturales, culturales y comunitarios de alto valor, se considera necesario que las autoridades soliciten la revisión y ampliación del estudio antes de continuar con el proceso administrativo. Sólo una evaluación completa y rigurosa permitirá resguardar el interés público y garantizar la protección del ambiente y del patrimonio de la provincia”.

Sin embargo, ese posicionamiento viró a otro publicado este mediodía https://mendoza.conicet.gov.ar/comunicado-de-la-direccion-y-el-consejo-directivo-del-conicet-mendoza/

En este caso el CONICET Mendoza no denuncia “importantes deficiencias”, ni “objeciones sin responder”, ni “vacíos de información” en la Declaración de Impacto Ambiental. Ahora, lo que dice es que “El CONICET Mendoza no está en contra de ninguna actividad productiva que contribuya al desarrollo de la región”.

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

Eugenia Segura, de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Uspallata, le dice a lavaca desde la puerta de la Legislatura mendocina: “Esta es la línea divisoria de aguas entre la ciencia digna al servicio de los pueblos y la mercenaria, si se le puede llamar ciencia todavía. Mejor dicho, los profesionales al servicio de las corporaciones, sin importar las consecuencias éticas ni legales de sus actos y omisiones”. Desde lavaca nos comunicamos con el CONICET Mendoza para consultar qué había pasado o qué había cambiado, pero el telefonista de guardia que atendió explicó que nadie del CONICET podía atender.

La Asamblea de Trabajadorxs del CONICET, este miércoles por la tarde difundió un texto en redes sociales:

  • “Queremos expresar nuestra máxima preocupación por la baja de un comunicado institucional sobre el #ProyectoSanJorge. Este escrito fue producto de un trabajo de investigación riguroso realizado por investigadorxs de nuestra institución. Sin explicaciones, el mismo fue removido de la web oficial del organismo horas después de su publicación. Decidimos poner en circulación su contenido nuevamente y llamar a la comunidad a defender la ciencia pública, soberana y digna que llevamos adelante desde Conicet”.  
https://www.instagram.com/p/DRiL7ckEe3A/?igsh=MXNqcHJ2eHo2MHAzeQ%3D%3D

El gallinero y el consenso

Todo había comenzado a las 9.30 de la mañana, hora a la que las asambleas mendocinas por el agua convocaron a las puertas de la Legislatura donde la Cámara de Diputados, a partir del mediodía, debatió y terminó aprobando la media sanción al paquete de 4 proyectos mineros que el gobernador Alfredo Cornejo (UCR) envió al poder legislativo el miércoles 29 de octubre, tres días después de ganar las elecciones de medio término.

Mendoza: el consenso de la rosca y la inmediata movilización contra el proyecto minero San Jorge

Pese a ser un día laboral, la convocatoria en contra de la megaminería fue multitudinaria y creció a medida que avanzó el día sobre la Plaza Independencia, frente al Palacio Legislativo. De fondo, las montañas, como símbolo de lo que se busca que no sea arrasado. El paisaje también fue de aplausos, cacerolazos, bombos, redoblantes y cientos de carteles. Algunos más directos, exigían el “no a la megaminería”.

Otros más simples: “El agua es del pueblo”.

Los poéticos: “Somos gotas de un mismo río”, ese río llamado Mendoza y que está en juego si se aprueba el proyecto San Jorge, en la localidad de Uspallata. En una de las vallas lindantes para que las y los honorables diputados no se mezclen con la gente, alguien colgó una cartulina blanca: “Gallinero cerrado por falta de huevos”.

Nadie ve en directo lo que pasa. Ni el pueblo movilizado en las afueras ni quien quisiera seguir la votación en algún otro lado del mundo.

Lo que pasa en Diputados no se transmite. Se oculta.

Mientras la gente sigue de pie en la calle, cantando, gritando, bailando, refugiándose bajo sombrillas o en las sombras que dan las abundantes copas de los árboles.

Desde adentro del recinto iban confirmándose, una por una, las previsibles malas noticias.

Primero se debatió de forma expeditiva y se votó el Fondo de Compensación Ambiental, apuntado a conformar un fondo para afrontar catástrofes ambientales que produzcan las empresas y las revierta el Estado. Se aprueba: 39 (UCR, libertarios y peronistas unidos) a 6.

Segundo tema: se debate de forma expeditiva y se vota el proyecto de ley de regalías mineras, que estipula que una empresa puede pagar como máximo el 3% (igual que la vigente ley nacional), renunciando al límite del 5% que fijaba el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones). Se aprueba: 39 (UCR, libertarios y peronistas unidos) a 6.

La gente, afuera, canta: “No se vende, el agua no se vende”.

Tercero, se debate de forma expeditiva y se vota el expediente Distrito Minero Occidental II, que abarca 27 proyectos de exploración en la localidad de Malargüe. Se aprueba: 39 (UCR, libertarios y peronistas unidos) a 6. 

En las calles se repudia megáfono en mano esa escena de negociados con rostro de “consenso”: “Se acaba de aprobar totalmente fuera de toda legalidad. La Ley 7722 establece que por cada proyecto minero de exploración tiene que entrar a la Legislatura una declaración de impacto ambiental. Y acaban de aprobar 27 proyectos con una sola declaración de impacto ambiental”. 

Lo que sigue es un repudio generalizado. El grito de “ladrones” fue de lo más elegante y suave que se destinó a semejante aberración legislativa.

Por último, se debatió de forma expeditiva y se votó la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto San Jorge Cobre Mendocino. Se aprueba con 32 votos (en la imagen figuran 31 por error) a 13 (los siete votos negativos los sumó el peronismo que en la aprobación del dictamen se habían abstenido).

La multitud, afuera, explotó otra vez de indignación. Se cantó: “La cordillera, que linda está, y si la tocan qué quilombo se va a armar”. Allí comenzó la asamblea, y los primeros signos de la hoja de ruta a seguir, que empezó con una inmediaa movilización.

Esta historia continúa.

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Marcha de jubilados: el hit del día y por qué las cuentas no dan

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Increíblemente sigue sin haber ni asomo de respuesta oficial alguna a los jubilados y jubiladas (salvo la indiferencia en unos casos , la represión en otros). Este miércoles volvieron a marchar en la zona de Congreso. Mientras el gobierno y sus funcionarios se abrazan a los saltitos en las reuniones de gabinete y apenas atinan a debatir el control de cajas opacas y millonadas de dólares, este sector sigue siendo víctima de dos herramientas: motosierra para los medicamentos y servicios, licuadora para sus ingresos. Un miércoles entre alquileres, comida saladita, indiferencia, sombreros Piluso, testarudez para seguir, carteles y nuevos hits musicales.

Por Lucas Pedulla Fotos Juan Valeiro

Miguel, 73 años, vecino de Once, cobra la jubilación mínima (en diciembre será $340.879,59, más el bono de $70.000, y se sumará el aguinaldo), pero solo de alquiler tiene $450.000. Su señora también cobra la mínima –mismos valores–, por lo que pasa lo siguiente: “una jubilación sirve para comer y otra, para el alquiler”.

Marcha de jubilados: el hit del día y por qué las cuentas no dan

Clima de época.

De todas formas está buscando dónde acceder a algún bolsón de mercadería porque hasta hace poco lo ayudaba su hijo –enfermero–, pero ya ni eso. El kilo de morrón en la verdulería le salía $5.000, así que le terminó comprando a un vendedor ambulante, que vendía medio por $1.000. “No quieren que lleguemos a un 2001, pero nos están empujando para allá”, dice en tono chaqueño, tierra de donde se vino hace 20 años porque, explica, Dios atiende mejor la salud en Buenos Aires. La única salida, piensa, es seguir insistiendo, cada miércoles: “Mi parrilla tiene herrumbre”.

Sobre vecinos y siestas

Olga, 70 años, vive a dos cuadras de esta Plaza a la que viene cada miércoles. Todas las semanas la ve así, movilizada. Y escéptica: “Mejor ni hablemos de mis vecinos, porque si pudieran salir a pisarnos, ahora mismo, nos pisarían”. Cuenta que está mal porque el alquiler se le fue a $600.000, el mismo valor que su jubilación. Su hija, por suerte, la mantiene, de lo contrario no podría vivir. La hija tiene tres trabajos: docente en una universidad, administrativa en otra y artista en un grupo de teatro. Ahora se viene la reforma laboral –encima–, pero Olga revolea los ojos al pensar qué es lo que puede pasar en las calles: “Hay mucha indiferencia, porque amenazan con que la jornada se va a extender 12 horas, pero muchos ya están laburando eso. Oíme, lo de trabajar 8 horas, salir de la fábrica y disfrutar tu vida, se terminó. Hoy la guita fácil está matando a la fábrica”.

¿Por qué seguir viniendo? “Porque es la lucha”, dice. “Por Norma Plá”, agrega. “Y porque si nosotros nos bajamos, el gobierno se queda durmiendo la siesta”.  

Marcha de jubilados: el hit del día y por qué las cuentas no dan

Almorzar, cenar, y el hit del día

Carlos, 73 años, también tiene la reforma laboral en la cabeza, por la que armó un cartel en su casa de Avellaneda, sur conurbano, y lo trajo al miércoles que no falta nunca:

  • “Es ahora, CGT. Mañana puede ser tarde”.

Carlos sabe que no hay mucho tiempo. Tampoco espera nada del Gobierno: “Si no tiene piedad con un discapacitado, imaginate con un jubilado. Espera que pasemos de largo”.

Confiesa que hay una palabra que viene odiando mucho: “Gobernabilidad”. Eso siente que garantizó la CGT y los partidos políticos al no querer salir a la calle. Es radical, pero también le habla a los peronistas: “El pueblo está de este lado de las vallas. No puede ser que voten contra nuestros intereses. ¿Pero sabés qué va a pasar? A mitad del 2026 le van a soltar la mano y se van a candidatear en 2027. Los únicos pelotudos que seguimos bancando somos nosotros”. Pese a todo –y a todos– Carlos se mete de lleno en la marcha.

Marcha de jubilados: el hit del día y por qué las cuentas no dan

Carteles de la Ciudad intervenidos para la marcha. En este caso, con la foto de Carlos (Chaca), uno de los jubilados emblemáticos de cada miércoles.

Estela, 63 años, también de Avellaneda, es más práctica: “La CGT está comprada”. También se indigna con los partidos políticos: “No hay unión”. Se embronca con algunos que no están en esta calle, en este cara a cara con la policía –como ella–, o con la bandera argentina que utiliza como capa, o con ese sombrero Piluso que tiene un cartelito que la pinta de cuerpo entero, aunque se le dibuja una sonrisa: “Jubilados testarudos”.

Marcha de jubilados: el hit del día y por qué las cuentas no dan

Expresión de arte conceptual acompañando la manifestación.

Lo testarudo, en Estela, se manifiesta en que no va a dejar de venir y de estar, sobre todo porque su jubilación mínima, con la que antes podía proyectar el mes y más tarde la semana, ahora solo le alcanza para comparar precios en lo diario. Ni hablar –dice– los remedios, porque hoy a muchos se les juega pensar si almuerzan para no cenar.

Marcha de jubilados: el hit del día y por qué las cuentas no dan

Editorial político en siete palabras.

¿Y esta noche?

–Espero comer algo saladito. Puede ser fideo. O arroz. Es muy penoso. Perdoname, pero me pone mal.

Estela se mete a la marcha, la misma de Miguel, Olga y Carlos, y tantos otros y otras, que están siempre, pase lo que pase, siendo los mismos, en horarios distintos, con un sol imposible o en una sombra de radio abierta que tampoco interpela. Todos saben que hay que repensar estrategias, formas, pero que el lugar para hacerlo sigue siendo esta calle.

De fondo, mientras tanto, se escucha el hit del día, al menos mostrando otra impaciencia:

Luchen todos,

no rompan más las bolas,

a ver si se dan cuenta:

la lucha es una sola. 

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