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Más Nunca Más que Nunca

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Más de 500 mil personas volvieron a marchar en todo el país por Verdad, Memoria y Justicia en tiempos en los que el Estado es usado como herramienta negacionista, además de la miseria planificada, con represión. Como los miércoles con los jubilados y jubiladas, la calle demostró una vez más que es el escenario donde la sociedad se expresa por fuera de los moldes con alegría pero también con bronca, aunque sin violencia cuando la policía no aparece. ¿Casualidad? Las voces de jóvenes sub 20, niños, niñas y padres en otra jornada histórica de lucha en la que, después de 19 años, hubo acto unificado. ¿Qué es la unidad, más acá de lo electoral? ¿Cómo se está construyendo? ¿Se está construyendo? ¿Qué contenido tiene? La sociedad la llena, en esta crónica de lavaca.

Por Lucas Pedulla, Francisco Pandolfi y Sergio Ciancaglini. Fotos de Tadeo Bourbon para lavaca.

El primer 24 de marzo sin Norita Cortiñas, ni Mirta Baravalle, ni Laura Jordán, ni Otilia Acuña, ni Lita Boitano, ni tantas otras, se merecía un marco de unidad: más de 500 mil personas (400 que calcularon en CABA desde el escenario, más las que marcharon en todo el país), autoconvocadas, de asambleas, sindicatos, secundarios y organizaciones, llenaron la Plaza y la Avenida de Mayo y todos sus alrededores, como un aprendizaje y un mensaje pensando en el presente y también en el futuro.

Después de 19 años, organizaciones y partidos convocaron juntos, acaso como un reflejo de lo que representan las mayorías golpeadas desde abajo; y también, consensuaron un documento. Debajo del escenario, por las calles, miles de personas celebraron la decisión como un gesto ante estos tiempos oscuros. Un gesto de unidad que está siendo rellenado por la propia práctica de la sociedad movilizada.

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Fotos: Tadeo Bourbon

La ley de la calle

Las expresiones culturales, de alegría, de dolor, de reclamo y de firmeza se ven y sienten en toda la marea que va y viene por Avenida de Mayo, las Diagonales Sur y Norte, y las calles aledañas. Se ve y se siente en el montón de infancias corriendo, saltando y jugando, junto a las Madres y Abuelas, y a las madres y abuelas sin mayúscula también, que siguen llegando a la Plaza, rodeadas de mensajes contundentes y hermosos, como estos:

  • Militar la vida.
  • El aislamiento y la desmemoria son armas del sistema.
  • Que la calle no nos calle.
  • Sembrar memoria, cosechar futuro.
  • Solo el pueblo salvará al pueblo.
  • Milei y Bullrich, hijos de Videla.
  • 1976-2025: La casta fue, es y será económica.

Hay bombos, trompetas, cantos, bailes, y mucha gente con remeras de Norita Cortiñas, de Maradona, de Hebe Bonafini, de Spinetta, de Rodolfo Walsh. Está también presente en todos lados el fotógrafo de 35 años atacado por la policía el miércoles 12 de marzo, Pablo Grillo: en bombos, en fotos, en carteles, en banderas, en stickers, en canciones. Y en esta producción que llevamos desde lavaca, especialmente para enviarle en su recuperación en el hospital Ramos Mejía todas esas energías que circularon hoy.

Lo que no hay: policía. Ni uno. Y pasa nada. Ningún incidente. Ningún detenido. Ningún herido. Otra vez, al igual que en la Marcha del Orgullo Antifascista, la ausencia policial garantizó una marcha pacífica cargada de sentido, sin violencia, al revés de cuando las fuerzas de Bullrich provocan y generan los disturbios que intentan opacar los contenidos de la protesta.

Sobre Avenida de Mayo y Piedras, Marcelo, fletero de 55 años, es uno de los que acepta sacarse una foto con el cartel de “Fuera Bullrich”. Se le humedecen los ojos al decir que conoce a Pablo Grillo del barrio: es de Remedios de Escalada, sur del conurbano, el barrio de Pablo. “Ese miércoles Pablo cae a 15 metros mío —dice Marcelo, que tiene una remera de HIJOS—. Nunca vi una cosa igual. Mirá que tengo marchas, pero nunca vi tanto odio: simplemente por estar te pegaban. Ligué un palazo por estar con un abuelo arrodillado: esa saña no la recuerdo”.
¿Cómo salimos de eso? “Me cuesta establecer una ruta de por dónde salimos. Sí hay que tratar de cambiar la economía de la gente. Hoy la gente no puede comprar, el Gobierno eliminó cosas básicas como la carne. Para mí se sale con salud, educación y economía, pero con este gobierno, eso no va a ser posible”.
Qué significa este 24 de marzo: “Es un punto para curar heridas y recargar”.

Qué unidad

Son las 15 y desde 9 de Julio ya no se puede caminar más. La histórica y enorme bandera azul con la cara de los 30 mil cruza desde ahí hasta la Plaza de Mayo.

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Foto: Tadeo Bourbon/lavaca.org.

La gente, que antes del cruce de esta bandera estaba cantando “Patricia Bullrich, la puta que te parió”, se detiene. Hace silencio, no insulta más a Bullrich (por un rato…) y aplaude. Aplaude sin parar. Sin frenar. Aplaude a las y los desaparecidos. Pasan uno, dos, cinco, diez minutos y la bandera sigue su curso con dirección al escenario donde se leerá el documento. Una vez que entró en su totalidad, la masa otra vez canta. Esta vez:“Milei, basura, vos sos la dictadura”.

Justo ahí, empieza a llover.

Pero la gente no se mueve. O en realidad, todo lo que hace es moverse. Está donde quiere estar.

Y dice todo lo que siente decir.

Marilé Neumayer vive en el barrio porteño de Flores y es docente de la UBA, de la Universidad de Avellaneda y del Centro de Formación Profesional 24, una escuela pública de oficios. “Este gobierno retomó la represión, y Pablo Grillo es todo un emblema. Es terrible que a más de 40 años sigamos aguantando esta historia. Es muy triste”. Sobre la unidad de los organismos de Derechos Humanos en esta marcha: “A veces uno critica a su propia familia, pero cuando la vienen a joder de afuera, nos unimos todos porque es la única forma de defensa. Acá es lo mismo: no hay otra forma de vencer a esta gente, porque a esta gente hay que vencerla para siempre. Para eso debemos tener una ley contra el negacionismo”.

Recuerda: “A mi viejo, Carlos Eleuterio Neumayer, le pusieron una bomba porque pidió un habeas corpus por una persona desaparecida. Entonces, ¿vamos a seguir con esto?”. 

¿De cara al futuro? “Me cuesta pensar con esta Justicia y este parlamento que son un chiste y no reflejan a la mayoría de los argentinos. En principio, debemos saber a quién estamos eligiendo y recuperar la confianza en la fuerza, porque nosotros somos muy fuertes, aunque nos hayan hecho creer que no”.

Marcos tiene 89 años. Camina despacio, con su bastón, pero con una firmeza admirable. Cruza la 9 de Julio y va hacia la Plaza de Mayo, contento. Una vez más. Integra la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la Argentina. Cuenta que marcha todos los miércoles al Congreso desde 1993. Y que esta semana será la movilización 1.782. Dice orgulloso: “Es muy importante la unidad que se logró hoy, que también logramos en nuestro sector, y la solidaridad que el pueblo está teniendo con los jubilados. Estamos marcando un camino de la unidad de acción. Y este es el único camino, creando una verdadera fuerza política alternativa, para enfrentar y derrotar a este gobierno”.

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Foto: Tadeo Bourbon/lavaca.org.

Iván tiene 39 y es vendedor. Natalia también tiene 39, es arquitecta, y lleva en la panza un futuro de siete meses, que posiblemente venga el próximo 24, en 2026, cuando se cumpla medio siglo del golpe. Son del conurbano de San Martín. Él piensa en la unidad que se refleja en las calles: “Un poco tarde. Pasaron cuatro años de un gobierno todos separados, muchos años que la izquierda no va junta, y hoy son los únicos que van también separados: seguimos divididos. Por eso nos gobierna esto que no se puede clasificar”.

Natalia ve el lado positivo: “Cada año hay más gente en la calle, y me siguen sorprendiendo los niños, la juventud, y eso también es recordar y tener memoria. No dejarse pasar por arriba. Todos los años hay que seguir luchando hasta que las cosas se acomoden, porque salir a la calle es más una alegría que una lucha”.

¿Nos une el espanto o algo más? Iván piensa: “Somos muchos hoy, y no es solo el espanto lo que une al argentino, tampoco solo el fútbol. Nos unen cosas lindas como la solidaridad, aun en este Estado que se retira de absolutamente todo. Creo que eso es algo que no nos pueden robar, y es lo que tenemos que mirar porque somos pueblo”.

Micaela tiene 42, una remera que dice “juicio y castigo”, y camina de la mano con Ezequiel, que tiene 45 y una camiseta de Lanús. Ambos son de ese municipio del sur del conurbano. Dudan un poco de la idea de unidad: “Lo veo difícil ahora, porque creo que sigue habiendo un núcleo que apoya este gobierno. Sí creo que tiene que haber más unidad, eso sí, y una fuerza política que vaya más adelante y nos represente un poco más”. Ezequiel: “Hay una legitimación del ajuste económico, y estas semanas también lo vimos con la represión. Creo que hay que prepararse porque se van a venir años difíciles”.

Micaela es empleada de PAMI: “Tengo varias caras de la moneda. Por un lado, los jubilados y un recorte no solo en lo económico, sino también en remedios, en subsidios sociales, en el aumento de la SUBE. Por otro, hay muchos empleados del Estado que siguen apoyando o no le dan bola a eso. ¿Por qué? Porque no hay conciencia de clase”.
Por eso Micaela pierde la paciencia: “Tenemos que fijar cosas en común entre muchos partidos. Dejarnos de joder con la interna, que el peronismo una cosa, que el kirchnerismo otra”. Iván observa: “El tema de la unidad es ¿qué se nos mete cuando abrimos la tranquera?”.
Micaela responde: “Todos para adelante, con educación y salud pública”.
Ambos vuelven a tomarse de la mano, y siguen marchando.

Todas las familias

Juliana tiene 37 años y conforma una de las postales más lindas de la jornada. Tiene en brazos a su beba recién nacida mientras a su lado salta su otra hija, unos pocos años más grande. Las tres sonríen. Es de Mar del Plata y vive en Buenos Aires. Dice Juliana: “Mostrar la unidad en la calle, ese es el futuro que necesitamos. Es la única manera que no se nos impregne el miedo que desde el gobierno nos quieren imponer. Por eso cada miércoles debemos ser más marchando con los jubilados. Sé que es difícil, pero hay que sostenerlo. Si estamos juntos, saldremos de esta”.

Beto llegó con su esposa Débora y sus mellizos: Juan y Ernestina. Él es diseñador, ella abogada, y Ernestina y Juan tienen 9 años, sin decisión sobre futuras profesiones.
“Venimos todos los años. Ellos nacieron un 16 de marzo y el 24 estábamos acá. Tenían ocho días, así que no entramos a la Plaza, pero estuvimos cerca viendo al grueso de la gente”, cuenta Beto. Tiene amigos que estuvieron desaparecidos en el centro clandestino El Vesubio.

Débora: “Vemos que vienen muchísimas familias y está bien. Tenemos que estar juntos”. Beto: “En este tipo de temas no tiene que haber diferencias. Y fijate. No hubo un solo policía, y a la vez no hubo ni un solo problema. La gente viene en paz a hacer una conmemoración y estamos todos bregando por lo mismo. Con la policía hay un tema de leyes físicas, de acción y reacción”.

Beto cree que para que se haya llegado a la actual situación política influyó decisivamente la última gestión “llamala kirchnerista, peronista, justicialista, frentista o como quieras, pero fue desastroso. Y a nivel de comunicación avanzaron con el odio inoculado todo el tiempo, las muletillas, las falsedades, metiéndole odio a la gente en la cabeza. Agregale el hartazgo, y tenés la situación definida, que ahora se traslada al Congreso”.

¿Por qué al Congreso? “Porque parecen todos panelistas de televisión, se putean, se cagan a palos, se tiran cosas”. Ernestina y Juan ríen, cuando les pregunto se ponen serios y dicen sobre esos panelistas: “Están locos”. Débora agrega: “Hay que hacer una autocrítica porque, si no, se van a repetir los mismos errores. Y a la vez hay que entender que lo de la ultraderecha es un fenómeno que está pasando en muchos países, no solo acá”.

Beto: “También es cierto que hay que hacer más. Yo veo lo de los jubilados y me emociona. Me da bronca, y también orgullo. Pero tiene que apoyarlos mucha más gente. Cuando fue la marcha universitaria salimos todos en defensa de que todos los pibes estudien. Pero los miércoles no veo ningún pibe estudiante de la universidad pública viniendo a defender a los jubilados. Lo mismo con los trabajadores, aunque ahora parece que va a venir la CGT, por fin. 

¿Hacia adelante? «Yo soy de los que cree que cada gobierno tiene que terminar su mandato. Pero ojalá recapaciten en el destrozo que están haciendo”.

Débora, al contrario, no parece ilusionarse: “Yo creo que explota todo. La gente está muy tibia, pero creo que esto no se aguanta mucho más. Hay gente que vive en una burbuja, tiene plata, viaja al exterior, pero es un sector muy chiquito. Todavía no se está oyendo a los que no tienen voz”.

Lucas es de San Justo y tiene 36 años. Está parado junto a su compañera sobre Avenida de Mayo porque seguir caminando se les hace imposible con ese bebé hermoso que nació en septiembre de 2024 y que no para de sonreír a esa marea de pueblo que le pasa por el costado. Es el primer 24 de Lisandro y no podía faltar. Dice su viejo: “El compromiso con la consigna de Memoria, Verdad y Justicia es innegociable, más en este contexto oscuro que no sabemos qué va a pasar; todos los días quieren voltear el más mínimo pacto democrático que construimos desde hace tanto tiempo. No podemos tolerar que un diputado diga que hay que ‘pasar la página’ y que se debe ‘terminar como el feriado nacional’”. Frente a esto, Lucas realza la unidad de los organismos: “Es importantísimo este ejemplo para el resto de la sociedad civil en pos de un proyecto colectivo de país que nos lleve hacia adelante. Esto debe darse desde las bases, yendo a buscar a las personas que hoy están lejos de cualquier partido político y dejando de tener las máximas de siempre, para escuchar a esa masa hoy un poco alejada pero que también quiere construir en conjunto”.

Adriana es trabajadora social. Su hija Luana tiene 9 años y lleva un pañuelo con dos palabras impresas: Nunca Más.

“Es impresionante la gente que vino. Yo estaba con un poco de miedo. Pero Luana me dijo: ‘Mamá, tenemos que ir’. Ella es la valiente. Escribió ‘memoria, verdad y justicia’ en unos papeles y se los repartía a la gente. Estoy orgullosa de ella”. Luana sonríe, brillan sus ojos. Hizo además un dibujo con una idea vital, pero no muy frecuente: “Mi corazón tiene memoria”.

Adriana: “Lo que estamo viviendo es un horror total, una deshumanización. Venir aquí te da otro ánimo y si llorás no es de tristeza, sino de emoción. Pero después ves a la policía pegándole a personas ancianas y no se puede creer. Son ellos los que no quieren que la gente levante la voz”.

Luana da un respingo y dice algo sencillo y parecido a lo que nos decía Estela de Carlotto en la nueva MU: “Son malos”. Su mamá plantea: “Yo me acuerdo del 2001, ir a dormir con hambre en serio. Y ahora veo a los jubilados planteando que no tienen para comer y es increíble que no podamos ir hacia adelante, a mejorar. Igual para mí no es solo lo económico. Estamos con una bestia humana gobernando más allá de que pare la inflación, que encima no la para. Es todo una mentira grande como una casa y ahora terminaron con otro fracaso, con los payasos del FMI”.

Luana nos mira. Le pido que me diga tres palabras que para ella sinteticen la imagen de este acto. Piensa unos segundos, con esa seriedad que solo se tiene a los 9 años, y responde: “Alegría, furia y verdad”.

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Foto: Tadeo Bourbon

Dónde está la juventud

En la movilización también hay una cantidad de adolescentes y jóvenes que emociona.

Cleo tiene 20 y está en la orilla de la Plaza, a punto de entrar al máximo epicentro antiamnésico del país. “Es un día para mantener la memoria, para hacerlo desde la juventud, para demostrar que no nos olvidamos”. Ailén, también de 20: “Además del luchar por nuestro presente, no debemos olvidar a los desaparecidos”. Lauti, de 22: “Hay que recordar lo que pasó, porque el pueblo tiene que saber la verdad”. Y dicen los tres: “Ante este gobierno lo más importante es unirnos, la única manera de combatirlo es todos juntos. Si no nos subimos al mismo colectivo, no vamos a llegar a ningún lado. Uno por uno, nos van a ir destruyendo. Todos juntos o nada”.

Pilar, de 21, y Valentina, de 22, viajaron desde Quilmes. Una estudia en la UBA, la otra en la Facultad de La Plata. En tres minutos dan una clase de política, de sociología, de humanidad, de visión a futuro. “En los tiempos que estamos viviendo debemos hacer hincapié en la memoria, pero no solo recordar las atrocidades, sino qué condiciones hubo para que eso pasara. Por eso no podemos quedarnos callados cuando reprimen en una marcha de jubilados, porque ese silencio es el que permitió que después terminara pasando lo que pasó. No es solo recordar, sino recordar para no repetir”. 

Intuyen una estrategia para lo que viene: “No tener miedo a pesar de todo lo que pasó y salir a la calle igual”.

¿Cómo se le llega a las y los jóvenes que no están acá? “Estaría bueno que los artistas se animen a hablar más, que no tengan miedo de perder cierta cantidad de seguidores por decir ‘che, esto no lo banco’, y no me refiero a posicionarse partidariamente, no pasa por ahí, sino en expresarse en cuestiones básicas para llegar al público más joven. Todo se fue corriendo más a la derecha. Antes, por ejemplo, los jugadores de la Selección tenían un cartel que decía ‘Nunca más’, ahora ya no lo hacen porque los etiquetan como kirchneristas. Eso hay que transformarlo, los derechos humanos no son partidarios”.

A su lado se está armando la columna de los centros de estudiantes. Mario y Sofía son dos estudiantes de quinto año de la escuela de Artes y Medios Osvaldo Pugliese, también conocido como el Padilla: así se referencian en la enorme bandera que llevan. “La mirada sobre este momento la aportamos desde la comunicación -apunta Mario-. Es muy triste la situación porque hay una retroversión: se pensaba una comunicación para todos, con Ley de Medios y televisión pública, pero hoy tenemos cada vez más monopolios”.

Sofía y un enfoque: “Pareciera que siempre volvemos a un estado anterior, como si estuviéramos en la aguja hipodérmica”. Según esta famosa teoría, que busca explicar la persuasión de los medios en las personas, que “inyecta” la información en un receptor sin posibilidad de repelerlo. Muchas de ellas nacieron en contextos de regímenes totalitarios: “Hoy sólo se trata de adoctrinar a las personas”, piensa Sofía. 

Mario piensa en las redes sociales: “Son muy raras, ya no sé quién las domina. Todo el mundo habla por ahí pero nada tiene sentido. Se trastornó tanto que todos quieren tener la razón. Ya no importa la noticia sino la forma de comunicar y la búsqueda de adoctrinamiento”. Lo articula con la juventud y Milei: “Se está creando un sentido de una mente colmena: todos repiten lo mismo, responden igual, sin manera de razonar, con una sola figura que manda”.

Sofía sintetiza: “El razonamiento no es algo que está presente”.

¿Cómo salimos? Mario no duda: “Estando juntos, tratando de explicarle al otro, y pensando que yo no quiero que le pase al otro lo que me pasa a mí, y por eso hay que acompañar”.

Jóvenes sub 20 proponiendo que la salida no es en las redes, sino estar juntos.

Estar juntos: el acto

El acto llamado a las 16.30 arranca puntual. Hablan las madres Taty Almeida y Elia Espen, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Estela de Carlotto, de Abuelas; y el Premio Nobel de la Paz y presidente del Servicio de Paz y Justicia, Adolfo Pérez Esquivel.

Dos locutoras unen a cada emblema con las consignas consensuadas. La única persona que no forma parte de los organismos e invitan a subir es una de las voces que más quisimos escuchar desde el 12 de marzo, cuando un proyectil de gas lacrimógeno le rompió la cabeza a su hijo: Fabián Grillo, el papá de Pablo. Sus palabras son sintéticas y agradecidas: “Gracias a ustedes y a los profesionales del hospital público, Pablo está mejor. Y va a estar acá”.

Lo abraza una ovación.

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Estela de Carlotto y el papá de Pablo Grillo, hoy en el acto.

Luego, las locutoras repasan consignas que recuerdan a Jorge Julio López, a Santiago Maldonado, Iván Torres, que subrayan que “no perdonamos, no olvidamos, no nos reconciliamos”, que libertad a Milagro Sala, que la búsqueda de la dictadura era un plan económico de miseria planificada, que abajo el DNU, la Ley Bases, que fuera el Fondo Monetario Internacional, que basta de discursos de odio.

Un estribillo fue uniendo algunas de las consignas: “Fuera Bullrich”.

Elia es la primera que habla: “Seguimos exigiendo justicia y castigo a todos los culpables. Cárcel común y perpetua. Apertura de todos los archivos de 1974 a 1983. El destino de todos los hijos apropiados durante el cautiverio y de las y los compañeros que nos faltan: ¿dónde están?”.

Sigue Estela: “Hace 48 años luchamos por restituir la identidad a cientos de bebés robados. Como siempre pedimos información, quienes tengan algún dato para aportar llamen a Abuelas, también quienes tengan dudas sobre su identidad. En esta lucha llevamos 139 casos resueltos. Necesitamos de toda la sociedad para encontrarlos”.

Sigue Adolfo, que canta un fragmento de La memoria, de Léon Gieco: “Derogación de la corrupta Ley Bases, del DNU, de las facultades delegadas. Denunciamos la situación social de pobreza en la que viven cada vez más familias. El cierre y vaciamiento de políticas y asistencia a los más vulnerados. El vaciamiento de hospitales y programas de salud. Defendamos la tierra y el agua contra el extractivismo”.

Taty Almeida cierra: “Tenemos la fuerza de la historia de nuestro pueblo, por eso pretenden negar el genocidio y hacen apologismo. Denunciamos el desmantelamiento de los sitios de la memoria, de la CONADI, del Banco Nacional de Datos Genéticos. Exigimos la preservación de los espacios para la memoria que funcionan donde hubo centros clandestinos de detención y exterminio. Esta marcha va a ser histórica porque después de mucho tiempo logramos la unidad. Estamos demostrando que un pueblo unido jamás será vencido. Terminemos gritando bien fuerte por los 30.000”.

La plaza le hace caso y grita bien fuerte, una vez más. Más que nunca:

-¡Treinta mil compañeros desaparecidos! ¡Presentes!

La multitud desconcentra la Plaza y sus alrededores de a poco (muy de a poco, como celebrando esta plaza entera toda para el pueblo), y que celebra que llegue, justo antes de cerrar esta crónica, un mensaje de la familia de Pablo Grillo: “Hoy estuvo sin fiebre, con la kinesióloga; lo sentaron y le dieron alimentación blanda por la boca, que toleró. La curva sigue siendo ascendente. Un peldaño más, o piano a piano, como diría el Tolo Gallego. Pablo lucha y lucha junto al cuerpo médico. Gracias totales”. Tal vez sea otro signo para el futuro.

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Petróleo y geopolítica: carta de María Galindo a Corina Machado

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«Cuestionarte a ti no es legitimar a Maduro» escribe la artista, activista y pensadora boliviana María Galindo, fundadora de Mujeres creando, dirigiéndose a la reciente ganadora del Nobel de la Paz, la venezolana María Corina Machado. Galindo, entre muchos otros conceptos, refuta la idea de que hay dos opciones entre las cuales elegir y, al contrario, compara y equipara actitudes del régimen venezolano con las de la oposición que Machado busca simbolizar. El trasfondo petrolero y geopolítico de lo que está ocurriendo, y la desmentida a los lugares comunes mediáticos y políticos. El título de la carta, que María Galindo hizo llegar especialmente a lavaca: Alma llanera y alma imperialista no son lo mismo, ni tampoco son equivalentes. Aquí la reproducimos completa.

Alma llanera y alma imperialista no son lo mismo, ni tampoco son equivalentes

Dirigido a María Corina Machado

María Galindo

Desde Bolivia

Quiero decirte María Corina Machado que cuestionarte a ti no es legitimar a Maduro.

Quieres hacer creer al mundo que solo hay dos caminos y eso no es cierto y lo digo no porque esté en Venezuela, ni haya pisado jamás tu tierra, sino porque en ningún país hay dos opciones. Las opciones son múltiples y quienes están dispuestos a despedazar un país para hacer valer sus posiciones son equivalentemente detestables y en eso eres bien igualita, bien parecida al Maduro que detestas.

Maduro con tal de imponerse esta dispuesto a cualquier cosa, aunque quienes paguen esa cualquier cosa sean los, las y les venezolanes.

Tú lo mismo, tu igual, tú de otra manera, pero muy parecida, es decir a costa de la gente.

También quiero decirte que no eres Venezuela, no eres la democracia, ni la libertad. Eres Corina Machado; pretenderte Venezuela, pretenderte la solución para Venezuela, pretenderte la democracia para Venezuela es parte del gran problema frente al cual estamos.

No sé si vale la pena rebatirte de forma directa porque abres, partes y perteneces a eso que se llama no respetar a quien piensa diferente, no tener ni siquiera interés en ello, y por eso no vale la pena rebatirte porque no estas dispuesta a abrir ni siquiera una discusión sobre el papel que estas protagonizando para Venezuela y para todo el continente como bien sabes y vienes anunciando.

Tu eres la buena, la que no se puede poner en cuestión, la heroica, la representante de una democracia que no está dispuesta a discutir, debatir ni aceptar discrepancia.

Los planes de Trump sobre todo nuestro continente no son planes de respeto a democracia alguna, a brazo productivo alguno, a libertades culturales, filosóficas, o políticas y no se ni para que lo digo porque es tan obvio, tan pero tan obvio. Tu no sirves más que para abrirle las puertas a Trump para que se instale, invada y además controle el petróleo venezolano, tu papel en esta historia es un papel denigrante por decir lo menos.

Esto no va de democracia, ni de libertad ni de la buena de María Corina Machado; va de petróleo, de geopolítica marítima en el sur, va de repartija del mundo, de colonialismo, de ocupación y de guerra.

Tú en esta historia no eres la valiente, la resistente, ni tampoco la fiera planificadora, no estas sentada en una mesa con Trump definiendo el futuro geopolítico del mundo, aunque te quieras creer ese cuento, sabes que no es cierto.

Eres la envoltura, el celofán, el relato oficial para encubrir, maquillar, tapar, confundir una ocupación militar imperialista que reabra la herida del continente sur a los tiempos de la triple AA y de la CIA controlando policía, ejercito, calle y cielo.

Este lugar que ocupas no es inocuo, ni es menor, es central para que el mundo se trague el cuento.

Estoy aquí como boliviana, como radialista, como artista, como nada que soy, porque no soy ni ciudadana ya que la ciudadanía en el sur del mundo no existe. Estoy aquí para decirte desde una radio local que no me trago tu cuento y que no por eso soy pro Maduro. No necesito ni de la BBC, ni del New York Times, ni de la Deutsche Welle para contar esto que está sucediendo.

Puedo escribir esta crónica desde el barrio y desde el puesto de comida rápida, puedo escribir esta crónica desde el venezolano acróbata que en los semáforos de La Paz trata de recaudar monedas tragando fuego.

Maduro es una dictadura y tú eres frente a esa dictadura imperialismo no democracia, ocupación militar no libertad.

Tu hija muy elegante luciendo un traje de Carolina Herrena de un costo de 200 veces el salario mínimo vital en Venezuela recibió en tu nombre y hablando un perfecto académico y hoy políticamente imprescindible ingles el premio hablándonos de democracia.

Contemplándola, aplaudiéndola, y marchando en Oslo venezolanos de la oligarquía que es en gran parte la causa principal de la pobreza en Venezuela y la causa principal de legitimación del Madurismo, porque lo que ofrecieron es un despojo racista, clasista, misógino, y homofóbico a nombre de democracia. Y con esto ni quiero en lo más mínimo minimizar la corrupción grotesca del gobierno de Maduro, el papel de las fuerzas armadas y el empobrecimiento de los, las les venezolanes. ¿Como pueden ser 30 dólares el salario mínimo de un país tan inmensamente rico? Eso tendrá que responder el madurismo.

Tu hija más gringa que venezolana es lo que ustedes han producido como clase y como legado. Vive en Nueva York, no en Caracas se ha formado en la escuela de negocios de Harvard y es una perfecta hija del imperio. A ella no la deportaran después de trabajar 10 horas en Mac Donalds.

¿Ya tienen ese supuesto todo al que aspiran como máxima ambición qué más quieren?

¿Crees tú que esa Venezuela popular se puede tragar el cuento de la democracia de peones y esclavos que ofreces?

¿Crees tú que alguna joven venezolana se puede identificar con tu hija de cristal, con su destino de gringa asimilada?

¿Crees tú que no hablamos, que no tenemos voz, ni inteligencia colectiva quienes entendimos en nuestra carne que el único destino posible es el que es colectivo o sea para todos, todas y todes?

Quiero en nombre de la democracia que pregonas decirte que no estoy de acuerdo y que reclamo mi derecho a discrepar contigo, con la ocupación militar como solución al madurismo, creo en la soberanía de los pueblos sobre sus recursos y sus territorios.

No estoy dispuesta a morir por esas ideas, porque no quiero muerte sino vida.

Así que aquí estoy para decir lo que pienso, lo que siento

La vitalidad del Alma Llanera, su dulzura, el arrullo del sol y la capacidad de amar cantar y soñar nos pertenece a quienes amamos la tierra y tú, tú no sabes lo que es eso.

Parafraseando a Pedro Elías Gutiérrez, termino escupiendo tu medallita ya bastante basureada antes en el mundo para legitimar genocidios y ocupaciones imperialistas. No eres la primera en no merecerlo, ni la última en recibirlo para decorar los horrores de los tiempos que vivimos.

Good by baby

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Represión en Mendoza y detención a periodistas: la política de la megaminería

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Al menos 17 personas detenidas (9 de ellas aún lo están) entre quienes había dos periodistas que registraban los hechos. Corridas, persecuciones, detenidos que fueron golpeados por la policía y derivados a hospitales, y operaciones mediáticas para culpar a la ciudadanía. “Este proyecto no cierra si no es con represión y con violación a nuestras libertades democráticas” explicó a lavaca una de las asambleístas. Hubo cuestionamientos al proyecto por parte de la Iglesia Católica y las evangelistas, además de un informe contrario al Informe de Impacto Ambiental del CONICET, que fue censurado, simbolizando la escalada oficialista para defender los proyectos extractivos. Los números sobre posibles puestos de trabajo, que diferencian la propaganda minera de la realidad.   

Bajo las órdenes del gobernador Alfredo Cornejo, la policía de Mendoza realizó la noche del jueves un operativo represivo en el centro de la capital provincial contra la “marcha del agua”, que se manifestaba en rechazo a la aprobación de cuatro proyectos megamineros que la legislatura votó el martes pasado. Hubo 13 detenidos en el comienzo, y luego cuatro mujeres más.

La policía persiguió a manifestantes incluso en bares, en un modo definido a lavaca como “cacería” por parte de integrantes de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza. Las detenciones incluyeron a dos trabajadores de prensa: Bautista Franco y Santiago Algoberro, liberados este viernes al mediodía.

¿Golpes y heridas a detenidos?

Los abogados y abogadas pudieron entrevistarse con los detenidos varias horas después de las detenciones. Julieta Lavarello, abogada de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza, denunció que al menos seis personas tienen lesiones que requirieron traslado a hospitales, con indicios de que las heridas se produjeron tras la detención y no en el momento del arresto.

La doctora Lavarello describió el accionar policial como “criminal” y describió: “Fue un despliegue masivo de efectivos, especialmente de infantería, que esperaron que la manifestación se disperse para hacer las detenciones de manera individual”.

Es una metodología habitual en Mendoza y otros puntos del país: marchas que se desarrollan pacíficamente y hacia el final de las mismas, cuando la gente se desconcentra, el ataque o persecución a grupos dispersos, y el clásico accionar de personajes que nadie conoce, infiltrados entre los manifestantes para provocar a la policía justificando así la represión. Todo esto incentivado por las empresas mediáticas oficialistas, dedicadas a atacar y estigmatizar toda opinión contraria a la megaminería. El cuestionamiento social a la actividadad se fundamenta en su carácter contaminante, destructivo, prebendario y aniquilador de un bien vital como el agua, que por eso tiene como emblema la Ley 7722 de defensa del agua (que posiblemente sea el próximo objetivo de la alianza de las corporación minera y política).   

Represión en Mendoza y detención a periodistas: la política de la megaminería

Persecución y golpes en la noche mendocina (imagen tomada de un video enviado por asambleístas provinciales).

El proyecto que no cierra

Durante la madrugada, otras cuatro mujeres fueron aprehendidas y liberadas al amanecer. De las 9 personas aún detenidas, 7 están en la estación transitoria de detenidos y aprehendidos, en el Polo Judicial.

Desde la puerta, Nora Moyano, integrante de la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza, le dice a lavaca: «Este Estado ya no es democrático, es un mineroestado. Este proyecto no cierra si no es con represión, con la violación de nuestras libertades democráticas, nuestro derecho ambiental y humano. Es una vergüenza lo que hicieron anoche, a dos personas les desfiguraron la cara a golpes y patadas. Cada día se profundiza más el aspecto autoritario y represivo de este gobierno, emulando las peores épocas de la Argentina”. 

Empleo: propaganda y realidad

El geógrafo y docente Marcelo Giraud dijo a lavaca: “Con la crisis que hay, insisten diciendo que este proyecto genera trabajo y movimiento económico. Hay gente que quiere creer esa propaganda, que está desmentida por los propios informes de la empresa. En los comunicados hablan de 3.900 puestos de trabajo durante la construcción (muy poco tiempo) y 2.400 en operación, entre directos e indirectos. Sin embargo en todo el Informe de Impacto Ambiental plantea que para la construcción serán 71 personas de la empresa y 1.000 contratadas”. O sea, la cuarta parte de lo que dice la propaganda oficialista.

“Y para operación de la minera hablan de 2.400 empleos -1.600 indirectos y 800 directos-, pero el IIA reconoce solo 380 directos”. Traducción: solo será el 16% de empleos de lo propagandizado por el periodismo oficialista y el gobierno.  

La Cámara de Senadores de Mendoza votó el martes la media sanción que faltaba a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y aprobó el proyecto de Megaminería PSJ Cobre Mendocino, conocido como San Jorge, que habilita el desembarco de la industria metalífera en la localidad de Uspallata, proyecto rechazado desde 2007 y que no cuenta con la licencia social por parte de las comunidades.

Diputados y senadores, por razones e intercambios que el tiempo quizás vaya aclarando, votaron lo mismo que fue rechazado otras veces, y que en esta oportunidad motivó un pronunciamiento del CONICET, que luego fue censurado. También se pronunciaron en contra la Pastoral Social mendocina, las iglesias cristianas organizaciones sociales de todo tipo  y comunidades originarias. Entre el lunes y martes se produjo una masiva movilización de toda la provincia en rechazo al proyecto San Jorge, que se topó con un Congreso vallado para garantizar la votación a espaldas de la gente.

La historia recién se está escribiendo.

Represión en Mendoza y detención a periodistas: la política de la megaminería

Lo habitual: después de una marcha pacífica, corridas policiales para estigmatizar a quienes se manifiestan. (Imagen de un video enviado por asambleístas).

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Marcha de jubilados: los cantos, los fixtures y el pronóstico de antorchas

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Mientras el país sigue endeudándose, crece el desempleo, las industrias cierran, suben todos los servicios entre el 234 y el 846% y se aplastan los salarios (de los que tienen trabajo) pasan al menos dos cosas: 1) el gobierno celebra y 2) jubiladas y jubilados vuelven a marchar como cada miércoles en reclamo por sus haberes amputados y toda una situación nacional de recesión y destrucción. Un recuerdo a 42 años del regreso de la democracia y mucho sobre el presente: las canciones, los mensajes, el secreto de unas medialunas y lo que dice la gente que sigue movilizándose pese a todo.

Por María del Carmen Varela

Fotos: Sebastián Smok   

Marcha de jubilados: los cantos, los fixtures y el pronóstico de antorchas

Fotos: Sebastián Smok  /lavaca.org

Sobre Rodríguez Peña, una jubilada camina con los brazos en alto. Su pelo negro, cortito y con patillas recuerda al de la cantante de tangos Virginia Luque. La jubilada canta un tango y mira a los transeúntes compenetrada con la letra: “Mientras que una pebeta / linda como una flor / Espera coqueta / Bajo la quieta luz de un farol”.Dos chicas la escuchan, aplauden y siguen su camino.  Dos mujeres charlan en una mesa del bar “Fulano y Mengano” y detrás del vidrio puede verse el cartel: “Sin pensiones no hay Navidad. Resistencia disca”. Otra jubilada sostiene su pancarta bajo el sol intenso de otra tarde de miércoles de marcha frente al Congreso. Allí sintetiza con precisión digna de economista una realidad insostenible para muchxs: “Milei aumentó:  Bondi 600%, Tren 520%, Subte 846%, Luz 581%, Gas 234%. Salarios 79%”.

Marcha de jubilados: los cantos, los fixtures y el pronóstico de antorchas

Fotos: Sebastián Smok  /lavaca.org

Entre medialunas y cadenas

Una mujer reparte medialunas de manteca recién compradas y explica: “Para que tengan fuerza”. En su remera negra se ve dibujado en blanco el  contorno de la imagen de Norma Pla con gorra policial en mano. Un jubilado con la bandera argentina colgada de su espalda saborea una medialuna. “Este es mi almuerzo”. Pegados sobre las vallas que últimamente suelen  separar a la gente de sus gobernantes, una veintena de retratos en blanco y negro de jubiladas y jubilados forma parte de una muestra fotográfica a cielo abierto realizada por Azul Vivas y Miguel Caamaño, titulada “La disputa por el espacio público. Las vallas y sus protagonistas”

Mientras se canta a viva voz  “Karina es alta coimera”, Raquel Disenfeld está al lado de la valla observando las fotos. Raquel es feminista, anarquista y es la psicóloga que acompañó durante el juicio a Higui (Eva Analía de Jesús, que mató al hombre que intentaba violarla). “Soy jubilada, vivo en un hotel y como no hay ninguna legislación cada dos meses me aumentan, porque todo aumenta. Vine porque esto me da vida”.  En el día en que se conmemora el retorno de la democracia y el día internacional de los Derechos Humanos, algunos jubilados se encadenaron frente al Congreso: otro gesto para repudiar un presente que los tiene encadenados en muchos sentidos.  

Marcha de jubilados: los cantos, los fixtures y el pronóstico de antorchas

Fotos: Sebastián Smok  /lavaca.org

Papá Noel canta

Se movilizaron luego Pablo y Carlos. Trabajaban juntos, son amigos, +70 y vienen todos los miércoles a la Plaza de los Dos Congresos. Recuerdan el día del retorno de la democracia, un 10 de diciembre de 1983, hace 42 años. Carlos se lamenta: “Está ganando el individualismo, eso le está ganando a lo colectivo y este gobierno tiene ese estilo”. Pablo es ingeniero ambiental y cuenta “La democracia fue un momento muy importante. De la represión, de  la muerte, poder volver a expresarse libremente y tener derechos de nuevo fue increíble. Yo milito desde el año 1972, para el retorno de Perón”. Un jubilado pasa con una cartulina amarilla en la que escribió “No a la reforma laboral”. Otro está vestido de Papá Noel, agita unas campanitas, posa para las fotos y canta “Traigan al gorila de Milei para que vea, que este pueblo no cambia de idea y pelea por la liberación”. La vuelta a la plaza arranca.


Otro tema navideño: “Ya se acerca Noche Buena, ya se acerca Navidad. Los viejos estamos en la calle. No paramos de luchar”.

A la altura de la Biblioteca del Congreso, las voces se acallan y hacen un minuto de silencio por la reciente muerte de Alfredo, jubilado que marchaba todos  los miércoles. Al llegar a Sáenz Peña, la marcha encuentra al cordón policial. Un jubilado toma con sus dos manos un pañuelo que tiene escrita la frase que dijera Diego Maradona en 1992 durante el gobierno menemista y que en esta época cobra actualidad: “Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados”. Pasa el pañuelo a unos veinte centímetros de las caras impasibles de los policías. Luego la marcha regresa al Congreso, se suma La Bancaria y pone ritmo con el pulso de los redoblantes. 

Marcha de jubilados: los cantos, los fixtures y el pronóstico de antorchas

Fotos: Sebastián Smok  /lavaca.org


El fixture de Cecilia y las antorchas

Cecilia tiene 72 años, trabajó como médica veterinaria y asegura que vino porque quiere luchar por sus derechos. Sostiene un cartel que dice; “Soy jubilada con la mínima. Sobrevivo diez días al mes. Me siento pisoteada y humillada”. Cuenta que está atenta a las ofertas de supermercados para obtener descuentos, se armó el fixture para no olvidarse de las promociones y que el mes se le haga un poquito más amable. “Esto es muy cruel, no solo por los jubilados, hay gente a la que no se le dio la medicación, enfermos de cáncer, discapacitados que no tienen lo que necesitan. Gente sin trabajo”. Y esboza una teoría: “Esta gente insensible que gobierna parece extraterrestre. Hablaban de unos extraterrestres malos, los reptilianos, para mí son estos”.

Desde el megáfono se anuncia un Festival para el próximo miércoles, de 18 a 20 hs, con música en vivo y luego marcha de antorchas. Hasta el momento confirmaron su presencia el Chino Laborde, Federico Mizrahi, el Cabra de Las Manos de Filippi, Invisibles y Club Artístico Libertad.

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