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Un mes después de la represión por la Ley Bases: dos nuevos liberados, y dos que siguen en prisión
Plaza de Mayo congregó este viernes un acto al que asistieron dos flamantes liberados: uno en situación de calle que iba rumbo a una iglesia, y otro que perdió la casa. Las reflexiones y sentimientos, el acto, la carta de puño y letra y el comunicado de las personas ex detenidas. El «ejercicio represivo irracional» según parte del poder judicial, y la red de la libertad, cuando quedan aún dos personas presas. Por Lucas Pedulla.
Hace un día que Cristian Valiente –verdulero, 41 años– y David Sica –desempleado en situación de calle, 33 años– recuperaron su libertad. Estuvieron presos casi un mes sin pruebas tras la cacería de la Ley Bases pero hoy vinieron a Plaza de Mayo porque todavía quedan dos personas que siguen en el penal de Ezeiza por protestar: Daniela Calarco Arredondo y Roberto de la Cruz Gómez. Vinieron porque saben el valor de ese tejido que se organizó en este afuera este mes, y la solidaridad que propició sus liberaciones.

Fotos: Juan Valeiro / lavaca.org
San Expedito y la policía
David vino invitado por Cristian. El 12 de junio, día de la represión, estaba intentando cruzar Callao y Mitre cuando lo paró un vallado policial. Hacía cuatro meses que estaba viviendo en la calle porque lo habían desalojado de su vivienda y ese día no se había enterado de la marcha porque le habían robado el celular. Sólo quería cruzar el vallado para caminar por Mitre hasta la iglesia de San Expedito y buscar algo de ropa y comida. La policía no lo dejó y discutió con una oficial: «Me escribieron (en el acta) que le pegué un cabezazo en el casco, que la escupí y que la patee: no la patee, no la escupí y no la cabecee», dice a lavaca. «A lo sumo hubo un leve empujón, porque ella me maltrató y me agredió».
Por querer ir a una iglesia, un mes de cárcel.
¿Qué espera ahora?: «Que renuncie Milei», dice sin dudar.

El Estado presente. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Perder la casa
Cristian, este mes, perdió su casa. Vivía en una pieza de un hotel céntrico donde trabajaba y fue a juicio porque no estaba registrado y la justicia le dio la razón (derecho que la Ley Bases borró ese miércoles en su capítulo de reforma laboral). Hasta que le pagaran su deuda, debía vivir allí. Pero lo desalojaron. El día de la protesta había ido a manifestarse: «Si estoy en contra de las políticas, voy. Es mi derecho», dice, y se ríe cuando le recuerdo que lo acusaban de tener una granada pero, en verdad, era un gas que la policía usa para reprimir. Cuenta: «Me quedé en la Plaza del Congreso cuando ya habían desalojado todo. En el piso encuentro ese aerosol, que decía ‘Ministerio de Seguridad’ y tenía fecha de vencimiento en 2022. Mirá con qué está reprimiendo a la gente, pensé. Quería mostrarlo a la televisión y a los medios. Pero ni bien salgo viene la motorizada, me balean con goma la espalda y las piernas, y me rompen una costilla. Cuando me detienen gritan ‘granada, granada’, cae una brigada de explosivos, cortan la cuadra y me tiran dos horas a una esquina llena de orín sin saber quién me iba a llevar».

Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
La red de la libertad
Lo llevaron a la Comisaría 4º, pensó que saldría rápido (“sólo fui a manifestarme, es mi derecho constitucional”), pero un comisario los hizo dormir esposados al aire libre: “Después nos mandaron a Comodoro Py esposados como vacas, y nos decían que nos acusaban que éramos terroristas y queríamos torcer la democracia. 17 horas en un camión esposados, sin darnos nada. Nos bajan, nos llevan a un cuartito y nos decían: ‘Zurdos de mierda, por qué no van a trabajar, esto ya se les acabó’. En ese cuartito, señores de traje y corbata dicen que nos niegan la excarcelación. Ahí dos monos del Servicio Penitenciario nos meten las cabezas en las rodillas, nos suben a un camión, nos escoltan cinco motos y yo, que cuatro horas antes estaba en mi casa, ahora estaba llegando a un penal de máxima seguridad. Les decía que era simple y chequearan las cámaras porque no había hecho nada”.

David Sica y Cristian Valiente, los dos liberados. Quedan aún en prisión Daniela Calarco Arredondo y Roberto De la Cruz Gómez. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Destaca la red que se armó en el afuera y les permitió estar hoy en libertad, pero también valora y subraya la solidaridad de los presos comunes. ¿Cómo se sale un mes después de la prisión? Responde Cristian: “Me cambió. No pertenezco a ningún partido político, pero ahora quiero poner el cuerpo. Siempre fui un laburante, desde los 14 años. Tuvimos muchas leyes que ganamos con los años, pero ahora los tiempos son otros, y hay que tomar cartas en el asunto. A ellos les conviene sacarte el laburo, que salgas a robar y mandarte a la cárcel para tenerte dormido y sedado. No quieren que crezcan los que laburamos, sino los amigos de los poderosos, mientras pretenden que nos banquemos las migajas”.
De fondo, la Plaza de Mayo se va llenando y Cristian se emociona: “Nos tenemos que dar cuenta de que tenemos que unirnos y dejar las diferencias de lado, porque los de arriba solo quieren dividirnos. El pueblo unido puede ser feliz sin esperar nada de ellos”.


Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
El búmeran de Adorni
La organización del festival, motorizada por la Coordinadora por la Libertad de Lxs Presxs de la Ley Bases, es un éxito. Hubo una preocupación en el inicio cuando la policía de la Ciudad y la Federal no dejaban ingresar el camión-escenario: la Ciudad echaba la culpa a Nación y viceversa. El reclamo se viralizó con el correr de los minutos y, a las 15, el camión ya estaba en la plaza. Un primer triunfo que, con el correr de las horas, coronaría la jornada.
El festival también llegaba con un runrún de mensajes reenviados con los dichos del vocero presidencial Manuel Adorni, que amenazó planteando que no hagan el festival en la calle porque, si no, “van a ir presos ellos también, aparte de los que ya están presos, les van a ir a hacer compañía a la prisión”. Además, la banda Sudor Marika, una de las convocantes, había divulgado amenazas que les llegaban por mail y redes sociales, luego de que el propio Adorni viralizara la participación del grupo en el festival. Un extraño búmeran comunicacional que no mermó la participación, sino que la aumentó.


Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
En el plano judicial, la liberación de Cristian y David (que siguen procesados por atentado a la autoridad simple y agravado, respectivamente) llegó el jueves tras un nuevo fallo de la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones, que confirmó, con los votos de los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah, los procesamientos con prisión preventiva de Daniela Calarco Arredondo y Roberto de la Cruz Gómez. A Daniela le imputan el incendio y daño agravado de las bicicletas del Gobierno de la Ciudad. A Roberto, atentado a la autoridad agravada y daño agravado. Además, el fallo le hace constar que tiene antecedentes. Un dato es que los jueces, sin embargo, desestimaron el delito de intimidación pública.

Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
El «ejercicio represivo irracional»
El tercer juez es Roberto Boico, cuyo voto a favor de las excarcelaciones quedó en disidencia, pero realizó una interesante lectura de la protesta social como derecho constitucional: “La violencia como conducto del ejercicio de la protesta excede lo jurídicamente tolerable, como también lo excede el ejercicio represivo irracional de parte de las autoridades públicas. Ambos extremos empalidecen la calidad democrática. Es indudable que resulta difícil precisar límites jurídicos estandarizados de las prácticas sociales de protesta, pero lo claro es que el ‘manifestante’, a secas y en contexto pacífico, no puede categorizarse como un ‘enemigo’, ni tampoco, livianamente, con calificativos e imputaciones adjudicables a quienes procuran desestabilizar el sistema democrático. Que los puede haber, ¡pues claro!, pero la estigmatización anticipada del colectivo que protesta, sin distinciones ni pruebas contundentes, no se corresponde con una actuación enlazada a los cánones de derechos humanos que nuestra Constitución reconoce y protege”.

Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
Un párrafo que apunta contra la acusación del fiscal federal Carlos Stornelli, cuya denuncia quedó desarticulada casi por completo, aunque siga insistiendo con siete encarcelaciones.
Ahora, la decisión queda en manos de la Cámara de Casación Federal.
Puño y letra
A la Plaza ingresa una enorme columna del Frente Piquetero. En el escenario, además de denunciar los allanamientos a organizaciones sociales y las detenciones de 10 compañeras en Neuquén, militantes del Movimiento Teresa Rodríguez-Votemos Luchar leen una carta que Daniela, su compañera, escribió desde la cárcel, a puño y letra.
Lavaca la transcribió íntegra para que, también, ayude a su difusión:
“Compas:
Debido a mi falta de talento literario, caeré seguro en todos los lugares comunes a lo largo de estas líneas. Pido disculpas adelantadas por eso.
No tengo más que palabras de agradecimiento hacia ustedes. Estoy al tanto del laburo enorme que están haciendo para conseguir la libertad de quienes aún siguen detenides.
Ya hace un mes que estamos en esta situación. Quienes decidimos entregar nuestras vidas a dar pelea en pos de un mundo sin explotación, sabemos que estas injusticias son las armas que usará el capitalismo para doblegarnos. Pero lo peor que puede pasarnos no es perder la libertad física; sino que nos dejemos arrebatar la libertad de pensar, de sentir y de soñar (y mucho cuidado!! porque eso pueden conseguirlo mientras paseamos distraídamente por Parque Lezama, sin enterarnos que ya dejamos de ser libres). Es por esto que necesitamos entender el tamaño del enemigo. Dejar de lado mezquindades e individualismos y abonar cada une, desde nuestro lugar, la mayor unidad a la clase trabajadora. Este mes de encierro no ha conseguido hacerme dudar ni un solo momento de que el camino ES Y SEGUIRÁ SIENDO LA LUCHA Y LA ORGANIZACIÓN.
Somos hijes de un pueblo que sobradamente sabe de ganar y defender sus derechos con lucha. Somos hijes y nietes de la plaza, y si las madres y las abuelas siguen en ella; lo mínimo que tenemos que hacer es honrar su lucha luchando!!


Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
No quiero extenderme mucho más para no aburrirles. Solo volver a agradecer a todes, a cada organismo de DDHH, orgas políticas y sociales, mis abogades no sólo por la labor técnica (sino y sobre todo), por el acompañamiento humano, particularmente a mi familia y compás de organización por la incondicionalidad y el amor. Gracias a mi cuna que es mi amado movimiento piquetero.
Somos más y mejores quienes entendemos que un mundo más justo, sin explotadores ni explotades es tan posible como necesario, y debemos pelear para lograrlo. Porque como ya nos enseñó alguien infinitamente más sabio que yo: ES MEJOR MORIR DE PIE QUE VIVIR ARRODILLADES!!!
-BASTA DE CRIMINALIZAR LA PROTESTA SOCiAL
– Ni UN AJUSTE MÁS, Ni UN DERECHO MENOS
– HASTA EL SOCIALISMO SIEMPRE… VENCEREMOS
Dani”.
Los aplausos son masivos. Algunes ex detenides lloran, la emoción es mucha. Por el escenario pasan las bandas y les artistes que se acercaron para masificar el reclamo: Flopa Lestani, Paula Maffia, Saga.hfk, Sudor Marika, La piba berreta, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió. Por abajo se ven diputados, diputadas y referentes del Frente de Izquierda y de Unión por la Patria: un arco que va desde Miryam Bregman y Celeste Fierro a Sergio Palazzo y Juan Marino.
Antes del cierre, quienes se suben al escenario son les ex detenides a leer el comunicado que consensuaron. También es emocionante porque cristalizan el trabajo que vienen sosteniendo hace un mes, cuando sus vidas cambiaron para siempre y cuyas familias armaron esta red que permitió sus liberaciones, que ahora buscan continuar y sostener por las dos personas que faltan. También compartimos el comunicado completo:

Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
“Queremos agradecerles a cada uno de los que hoy se acercó al festival, a un mes de las detenciones del día de la movilización contra la ley bases. Para quienes no saben, somos un grupo de los 33 detenides que hoy nos encontramos en libertad, pero aún faltan Daniela Calarco y Roberto Gómez. Ayer a la noche liberaron a David y Cristian porque el armado judicial del fiscal Stornelli se cae a pedazos. El día 12, fuimos detenides ilegalmente por un operativo represivo llevado a cabo por Javier Milei, Patricia Bullrich, y Jorge Macri. Decidimos movilizarnos ese día porque lo que se votaba era una ley vergonzosa de ajuste y entrega, una ley que va contra los derechos de la inmensa mayoría del pueblo argentino. Reivindicamos el derecho a manifestarnos contra todas las políticas que afectan directamente a la vida de todo el pueblo trabajador.
Con un operativo policial descomunal de todas las fuerzas de seguridad federales y de la Policía de la Ciudad, el gobierno fue decidido a reprimir y acusar a los manifestantes de terroristas que quieren hacer un golpe de estado. Nuestras detenciones fueron arbitrarias y violentas, la mayoría nos estábamos retirando cuando salieron a cazarnos, en muchos casos entre golpes, patadas, palazos y balas de goma.
Fuimos detenides por la Policía de la Ciudad, que nos llevó a comisarías y alcaidías hasta el viernes 13 que nuestra causa pasó a la justicia federal, y por la Policía Federal, por lo que fuimos ingresados al sistema penitenciario desde el primer momento, cuando la justicia penal tiene un pedido de cupo con una lista de espera de más de 4500 personas para su ingreso.
A algunas de nosotras nos hicieron pasar 17 horas adentro de un camión celular, esposadas, sin poder ver a un abogado, a un médico ni poder hacer una llamada telefónica. Cuando fuimos a la comisaría 15 de Chacarita nos dejaron tiradas en un pasillo, esposadas, sin agua, con amenazas constantes de la policía y donde tuvimos que dormir en el piso con frazadas que nos mandaron nuestros familiares. En Comodoro Py nos desnudaron una por una en un cuarto a puertas abiertas. Otros fuimos llevados a cárceles federales de máxima seguridad (Devoto, Ezeiza y Marcos Paz), donde agentes del Servicio Penitenciario Federal nos recibieron con pasamontañas y nos rociaron con gas pimienta en la cara. Nos verdugueaban e interrogaban en todo momento. Convivimos con el frío, ratas y cables pelados de electricidad donde había zonas con agua, corriendo riesgo de quedar electrocutados. Hostigaban a nuestros familiares que querían visitarnos y ponían trabas para el ingreso de comida y ropa. Somos víctimas de la violencia institucional habilitada por los discursos de odio de aquellos que ejercen el poder. Lo repetimos para que no se olvide que todavía Roberto y Daniela siguen presos por ejercer el derecho a la protesta. EXIGIMOS SU INMEDIATA LIBERTAD.
También queremos agradecer a todes les que se fueron movilizando por las diferentes alcaldías y comisarias, a quienes estuvieron en Comodoro Py el viernes 14, cuando excarcelaron a 17, y a los que estuvieron el martes 18 en la concentración en esta misma plaza, la Plaza de nuestras Madres y Abuelas, que posibilitó la liberación de 11 más. Ese día se dictaron 28 faltas de mérito por ausencia de pruebas e irregularidades en el procedimiento. Escuchar sus gritos, cánticos y bombos nos llenaron el corazón ahí adentro donde la cosa se volvia desesperante al ver nuestros derechos pisoteados. Esas concentraciones y esa Plaza de Mayo repleta el martes 18, son producto de la más amplia unidad de que quienes defendemos los derechos humanos y las libertades democráticas, de la más amplia unidad del arco político, sindical, de organizaciones sociales, estudiantiles, asambleas barriales y de personas autoconvocadas que se acercaron. Esa unidad que seguimos necesitando hasta que salgan en libertad Roberto y Daniela y se cierren todas las causas.
A todos y a cada uno de ustedes les debemos, nada más que la conquista de nuestra libertad, pero tenemos que pedirles algo más. Que nos sigan acompañando hasta que liberen a Daniela y Roberto, que se rechacen las apelaciones que hizo la Fiscalía a la falta de mérito dictada sobre siete compañeres y sobre todo hasta que se cierren las causas.
Durante el último mes vivimos una persecución desmesurada por parte del Estado, no solo durante nuestras detenciones, donde pasamos por penales de máxima seguridad sin siquiera estar procesades. Sino también afuera, siendo hostigados en las redes sociales, estigmatizados por el gobierno y la prensa oficial, incluso ayer el vocero presidencial Manuel Adorni publicó un tweet en contra de sudormarika por tocar acá, habilitando discursos de odio y amenazas. Nuestra solidaridad con Sudormarika. Hoy, el mismo Adorni en la conferencia de prensa nos amenaza con mandarnos a la cárcel. QUE SEPA QUE NO LES VAN A ALCANZAR LOS PENALES PARA LLEVAR A ESTA MULTITUD QUE DEFIENDE LA DEMOCRACIA.
Lo que nos pasó es una muestra del avance represivo de este gobierno, porque las detenciones siguen. En las últimas semanas en distintas movilizaciones fueron detenidos dos trabajadores del INTI, tres personas en Tucumán, allanamientos y detenciones a organizaciones sociales, o la policía en las puertas de los sitios de memoria decidiendo quién entra o no a sus puestos de trabajo de manera intimidante. Porque esta misma gestión que nos reprime avanza sobre nuestros derechos desmantelando la Secretaría de Derechos Humanos y sus políticas públicas. Despidiendo trabajadores y trabajadoras del Estado que son quienes garantizan derechos. Detrás de un supuesto ahorro presupuestario están queriendo avanzar sobre políticas y consensos alcanzados por nuestra sociedad en los últimos 40 años.
Tenemos claro cuál es el rumbo que nos quieren imponer. Juegan con nuestros miedos, con nuestras vidas y el mensaje intimidante que quieren dejar es que, si protestas, podes terminar en un penal. No es contra nosotros, es contra todes. Porque entendemos que la protesta es un derecho y buscamos vivir en libertad y democracia.
Siempre sentimos la solidaridad de ustedes, de nuestras familias, que pasaron de ser desconocidas a hermanarse en la lucha y de las personas privadas de libertad que siempre supieron la injusticia que se estaba cometiendo. Mientras tanto en el SERPAJ se alcanzaba una unidad de distintos sectores de todo el arco político, organismos de DDHH, sindicatos, organizaciones sociales y asambleas: así nace la Coordinadora por la Libertad de los Presxs de la ley Bases. A quienes también agradecemos.
Por último, sigamos tejiendo redes, forjando la más amplia unidad necesaria para no permitir que pasen por encima de nuestros derechos. Porque somos un país de vanguardia reconocido a nivel mundial en materia de DD.HH. Hace más de 40 años gritamos NUNCA MÁS y NUNCA MÁS ES CON MEMORIA Y SIN PRESOS POLÍTICOS.
Protestar es un derecho, no un delito!
Libertad a Roberto Gómez y Daniela Calarco y todos los presos políticos!
Cierre de todas las causas!
Basta de despidos y persecuciones!”.

Fotos: Juan Valeiro /lavaca.org
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Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Un miércoles con marchas separadas, y gente buscando recuperar la iniciativa, la creatividad y la fuerza de reunirse. Imágenes sobre Boca, el peronismo, las traiciones, la CGT, el Garrahan con aumentos, y algunas ideas para salir del corralito.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos: Juan Valeiro
“Miércoles de jubilados”, anuncia un grafiti pintado de rojo en medio de la plaza de los dos Congresos. La proclama denota una costumbre. Lo habitual. Algo que se hizo norma y, como tal, tiene su costado positivo y otro que no tanto.
Este “miércoles de jubilados” tiene algo particular, distinto al resto, que rompe la costumbre, lo habitual, lo normal: esta vez, un grupo convoca a las 14, otro a las 15 (como venía sucediendo) y otro a las 17. En conjunto (y separados) forman una síntesis de lo que es hoy la fragmentación de las luchas en Argentina.

La calle y lo colectivo.
La organización de Jubilados Insurgentes es la que llega primero. Pasadas las 14, ya andan haciendo semaforazos y marchando alrededor de la plaza. Las canciones, esta vez, sobre todo apuntan a la CGT (Confederación General del Trabajo), que en esta misma jornada eligió su nueva conducción hasta 2029, que seguirá en forma de triunvirato: Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Solá (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio). La elección llega en medio de los crecientes rumores por parte del Gobierno nacional de avanzar con una reforma laboral.
Boca River y el recibo
Armando, vecino de Barracas, tiene 75 años y dos esperanzas: “La primera es ganarle a River el domingo”. Boca –su Boca– siempre le genera ilusión, aunque la situación del equipo a veces lo tira para atrás: “Ver a algunos jugadores me la quita”.
Cualquier comparación con la política no es mera coincidencia, se ríe, y por eso cuenta lo otro que lo esperanza: “Venir a marchar todos los miércoles”. Su jubilación ya no le alcanza y pregunta si hace falta mostrar su recibo: “Son 390 mil pesos en la mano”, dice, moviendo la cabeza. “Se hace re imposible. Por eso venimos: aunque nos den un palazo en las elecciones, vamos a seguir luchando”.

Asamblea a megáfono abierto.
Su análisis: “El peronismo no está unido porque hay mucho traidor. Hay una CGT quieta, que hoy se renovó, pero muchos sindicatos no aportaron nada. Recién ahora el Garrahan consiguió algo, pero a los jubilados nos siguen pisando. Encuentro el déficit en la falta de unión del pueblo porque somos pocos los que venimos todos los miércoles. Necesitamos más apoyo. El único apoyo es la prensa”.
Se pregunta por qué no hay más políticos que acompañen: “Si ellos nos representan, ¿por qué no pelean con nosotros? Como dijo Perón, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Por eso perdimos: pelean por un cargo pero cuando hay que salir a pelear de verdad, no los veo”.
Entre Boca y la CGT, Armando mueve la cabeza. Pero mantiene su esperanza.
Asamblea en el corralito
Una vez que los jubilados terminan de dar la primera de las varias vueltas que hoy se caminan, proponen algo no habitual, no normal, distinto, “porque algo diferente tenemos que hacer, así no va más”. Un concepto que representa una buena dosis de sabiduría: “Es bueno reconocer cuando no sabemos bien qué hacer”.

Zulema agarra el megáfono y dirige la batuta. En 3, 2, 1 se arma una asamblea espontánea en la calle con un objetivo: “Que hable quien tenga alguna propuesta concreta para pensar qué hacemos y definir cómo seguimos, coordinados, para que no quede cada uno con su librito”.
Así empieza a pasarse el megáfono de mano en mano, como un ejercicio de democracia participativa en peligro de extinción.
Uno invita a reunirse “todos juntos” en la CTA Autónoma, este próximo viernes y pensar “entre espacios que pensamos distinto un plan de lucha común a encauzar”.
Otra dice que ya no alcanza con esta concentración de los miércoles, que hay que pensar “acciones más allá de esta vuelta a la plaza que nos obliga a hacer este gobierno cada miércoles y entre vallas”. Alguien agrega: “Esto parece un corralito. Cortan todo el tránsito del centro y nos dejan adentro para que marchemos”.
Otro aporte: “Pero no podemos irnos de acá, lugar emblema de nuestra resistencia; quizás hay que buscar otro espacio, pero en las inmediaciones del Congreso”.

Nunca se deja de marchar.
Un jubilado propone ir a Tribunales. Pero ni bien termina de formular la idea, plantea el primer problema: “Aunque claro, ir allá a las 5 de la tarde no tiene sentido, ahí a partir de las 3 no queda nadie”.
La CGT y el aumento al Garrahan
Alguien sugiere aprovechar que la CGT tiene nueva conducción y marchar hacia allá “por lo menos un miércoles”. No termina de formular la iniciativa que llueven los insultos a la Central sindical. “Pongan a quien pongan es lo mismo, porque el problema es la dirección que tienen y ya sabemos que van a pactar por la reforma laboral. Son unos traidores”. Debe aclararse que la definición de “traidores” es la más suave y elegante que se propinó a la central sindical.
Otro se envalentona: “¿Alguien cree que ahora nos van acompañar? No vinieron nunca a luchar con nosotros, son ellos quienes nos empujaron a venir acá por las nuestras, porque les importamos tres carajos. Esta mañana solo cambiaron figuritas”.

Le da pie a un jubilado con el pelo color ceniza que en menos de tres minutos resume la historia del sindicalismo argentino y hace un homenaje: “Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Agustín Tosco, uno de los referentes del Cordobazo, que logró evitar lo que buscaba la dictadura: implementar la jornada laboral de 12 horas. Con este gobierno estamos retrocediendo medio siglo”.
Tras el desahogo contra la CGT, el enojo sigue: “Ayer se conoció el aumento a los trabajadores del Garrahan y hoy ellos tendrían que haber mandado alguna delegación solidarizándose con nosotros. Su aumento fue un logro colectivo por tantos espacios que los apoyamos”.
Obelisco y tres ideas
La asamblea vuelve al tenor inicial propositivo. “Otra opción es concentrarnos en el Obelisco”, dice uno, pero otra con más canas y experiencia le recuerda: “Enfrente hay una base de la Policía de la Ciudad. No es el punto más estratégico”.

Acuerdan tres puntos:
1) seguir viniendo al Congreso, pero seguir pensando el cómo y el dónde;
2) hacer otras acciones por fuera del Palacio Legislativo;
3) pensar nuevas estrategias para el próximo miércoles.
Termina la asamblea espontánea y Zulema de Jubilados Insurgentes le dice a lavaca: “Todavía no decidimos nada en concreto, será un proceso de pensar qué es lo mejor. Lo que se viene es muy groso y el gobierno está envalentonado con la última elección, por eso no queremos dejar que se asienten, este tiempo es clave para seguir reclamando por nuestros derechos. Nuestra responsabilidad es no dejar este espacio vacío que venimos llenando hace tanto”.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org
Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.
La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.
Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.
Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.
Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.
“Será largo lo que viene”
Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”.
La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.
Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”.

Geopolítica. Foto: lavaca.org
La pierna de Fernando
Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.
“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.
¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.
¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.
Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
“Llenar las calles de pasos”
Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”.
También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”.
Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.
Motosierra, medios y comercio exterior
Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.
Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.
Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.
Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Un camino entre quienes piensan parecido
Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.
Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.
¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”.
El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.
Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”.

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
“Si tirás la toalla, perdemos”
Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”.
-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?
-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org
Actualidad
Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.
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