Artes
Arquetipos: el festival de las máscaras

Este viernes arranca la 4° edición del Festival de Teatro de Máscaras Arquetipos, organizado por el Club de Artes Los Pompapetriyasos de Parque Patricios. Esta fiesta del teatro, que se extenderá hasta el 29 de septiembre, busca difundir el teatro de máscaras, lenguaje teatral ancestral cuya técnica forma parte del entrenamiento del teatro comunitario. La programación incluye obras provenientes de distintas partes de la provincia de Buenos Aires y el clásico del grupo Los Pompas, Lo que la peste nos dejó, estrenada en 2012, surgida por los estigmas en torno al Parque Ameghino.
Compañías teatrales de Necochea, Bahía Blanca, Florencio Varela, entre otras, participarán de este Festival que pone el acento en el teatro de máscaras. La idea surgió durante la pandemia, cuando pensaron distintas propuestas para convocar a la comunidad a participar de juegos teatrales e implementaron un trabajo sobre máscaras de cartón con la colaboración de Máscaras Iriarte, del escenógrafo y realizador de máscaras Alfredo Iriarte. “Todo el teatro comunitario tiene una fuerte impronta del teatro de máscaras —cuenta Agustina Ruiz Barrea, directora de Los Pompas— que es un lenguaje muy empático , que provoca cercanía, ternura, sensibilidad. Por eso decidimos hacer este festival, hacerlo crecer, acompañarlo”.
Ocho obras componen el Festival, sumadas a Lo que la peste nos dejó, obra emblemática de Los Pompas, grupo nacido hace veintidós años cuando el Grupo de Teatro Comunitario Catalinas Sur y el Circuito Cultural Barracas buscaron cómplices para su aventura artística colectiva en otros barrios desde la Carpa Cultural Itinerante. Sus primeras obras fueron Con familias como ésta y Visita Guiada. En 2006 dejaron de ensayar en el Parque Patricios debido a la construcción del subte H, se mudaron entonces al Parque Ameghino, poco concurrido y con un estigma que se ocuparon en investigar. Ese lugar había oficiado como cementerio durante la epidemia de fiebre amarilla en 1871. También estaba muy cercana la cárcel de la Av. Caseros, el Muñz, hospital de aislamiento más importante de Sudamérica, un matadero, el barrio donde se quemaba la basura.El desafío era escarbar y encontrar otras capas desde donde producir memoria y arte.
El interrogante que los convocó fue: ¿Qué es lo que la peste nos dejó? Y así surgió la esencia esta obra, estrenada en 2012 y declarada de interés cultural por la Legislatura Porteña, que indaga sobre las huellas de la fiebre amarilla en Buenos Aires a fines de 1800. El debut fue en el Parque Ameghino, lugar de inspiración, y luego la presentaron en distintos espacios públicos y galpones: el teatro del colegio Bernasconi, la escuela ORT, Tecnópolis, el Centro Cultural Haroldo Conti de la ex ESMA, el Circuito Cultural Barracas, el teatro Catalinas Sur, el Club Huracán, el Cabildo, entre otros. Después vinieron otras obras que les permitieron seguir interviniendo en las calles del barrio.

“Este año hicimos el Festival como pudimos pero nos pareció interesante seguir sosteniéndolo, porque creemos que el teatro crece, se despliega y muta si se producen intercambios con otras experiencias y conocemos otras maneras de hacer. En este caso, el lenguaje de máscaras es el que prima en casi todos nuestros trabajos” aclara Agustina. Los Pompas crean con los pies y el corazón en el barrio de Parque Patricios, “partiendo de las historias individuales y colectivas de sus habitantes, las problemáticas que los definen, su pasado y su presente”. En 2011 lograron alquilar un espacio propio en la esquina de Brasil y Esteban de Luca, allí pintaron un mural con la ayuda de lxs vecinxs. En 2019 se mudaron a la actual sede de Brasil 2640 y en octubre de 2021 pudieron hacer la inauguración oficial en el marco del 1° Festival de máscaras Arquetipos. Allí presentaron la obra Retazos de una espera, historias de cartón, creada a partir de las máscaras construidas durante el aislamiento. En esta sala con capacidad para 150 personas, arranca hoy una fiesta del teatro comunitario, también a modo de homenaje a uno de sus impulsores, recientemente fallecido, el gran Ricardo Talento, director e inspirador del Circuito Cultural Barracas.
06/09: Anarquía Marítima de la Compañía Pan y Circo de Bahía Blanca
07/09: Lo que la peste nos dejó, Los Pompapetriyasos
08/09: 3er Cordón del Conurbano, una tragedia marrón, de los Payasos del Matute, ganadora de la Fiesta Provincial del Teatro 2023
13/09: Mutar, teatro de máscaras.
14/09: Lo que la peste nos dejó, Los Pompapetriyasos
15/09: Como el caracol, de Compañía Analógica de Necochea, ganadora de la Fiesta Provincial del Teatro 2023.
20/09: Varieté Rodante.
21/09: Lo que la peste nos dejó, Los Pompapetriyasos
22/09: Serenatas y sanatas, otro espectáculo de Los Pompas, de creación colectiva.
27/09: La nariz.
28/09: Lo que la peste nos dejó, Los Pompapetriyasos
29/09: Despiertas,¿Quiénes fueron ellas? de Pregones Varelenses, Grupo de Teatro comunitario Florencio Varela.
Más información: www.pompapetriyasos.com.ar
Entradas por Alternativa Teatral
Teatro
ENTRÁ: una semana de teatro contra la motosierra

El Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa (ENTRA) organiza una semana de funciones teatrales de todas las salas que quieran sumarse, del 3 al 9 de julio, como una gran vidriera del trabajo artístico “y un megáfono para visibilizar la situación de emergencia cultural que atraviesa el sector”, según plantea. La crisis incluye el desfinanciamiento del Instituto Nacional del Teatro, que pone en crisis tanto lugares y puestos de trabajo, como la riqueza teatral y cultural que se ha venido gestando con el correr del tiempo. Trabajadorxs de las Artes Escénicas de Buenos Aires con redes en todo el país planean distintas acciones performáticas y el Festival teatral. Los datos para sumarse y participar.
La asamblea de artistas ya lleva tres encuentros en El Galpón de Guevara de Chacarita (CABA), y está en contacto permanente con otras asambleas de distintos puntos del país: su espíritu federal busca visibilizar la falta de políticas destinadas a la gestión cultural pública. El resorte que puso de manifiesto la necesidad de juntarse a pensar y pasar a la acción fue el decreto presidencial que perjudica, entre otros, al Instituto Nacional del Teatro (INT) y una precariedad cada vez más notoria que afecta fuertemente al sector desde hace años y se agravó desde la asunción del actual gobierno.
¿Qué dice el decreto 345/2025 sobre el INT?
Este decreto publicado el pasado 21 de mayo, convierte al INT en una unidad organizativa de la Secretaría de Cultura de la Nación y disuelve su Consejo de Dirección. Crea un Consejo Asesor con carácter ad honorem. De esta manera le quita su condición de ente autártico, es decir, pierde la capacidad de gestionar sus recursos y pasa a depender de la Secretaría de Cultura. El decreto alega “una gestión deficiente de la administración”. Se espera que el resultado sea el progresivo desmantelamiento y más despidos con el fin de “equilibrar las cuentas públicas”.
¿Para qué sirve la Ley Nacional de Teatro?
El Instituto Nacional del Teatro fue creado gracias a la Ley Nacional de Teatro (24800), una norma modelo impulsada por el sector artístico que está vigente desde 1997 y con el tiempo consagró a Buenos Aires como una de las ciudades con más salas teatrales del mundo. El apoyo a teatros, espectáculos y elencos a partir de concursos, muestras, festivales, premios, becas, planes de formación e investigación, permitió que cada vez más salas y espacios culturales surgieran a lo largo del país y generó trabajo para trabajadorxs del arte. Si el INT se desfinancia, el resultado será el cierre de salas y pérdida de puestos laborales y de esa riqueza cultural gestada en años de trabajo.
Como modo de manifestar la necesidad de defender la cultura, la asamblea propone –en articulación con asambleas de todo el país– un Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa (ENTRA), del 3 al 9 de julio. ¿Para qué un encuentro de teatro? “En el marco del decreto 345/2025 por el cual se pretende modificar los elementos esenciales del funcionamiento de INT y convertirlo en una oficina más de la Secretaría de Cultura de la Nación y en el contexto de ajuste sistemático a la cultura, nos proponemos brindar una semana de funciones teatrales como una gran vidriera del trabajo artístico, utilizando el hecho escénico como megáfono para visibilizar la situación de emergencia cultural que atraviesa el sector. El festival tiene como finalidad difundir nuestra actividad, fortalecer los lazos entre creadores y públicos y reivindicar el valor del arte como herramienta de resistencia y transformación social”.
De este Encuentro Federal podrán participar todas las salas que quieran sumarse y proponer al menos una función a la gorra del 3 al 9 de julio, día en que se realizará una asamblea abierta con el objetivo de trazar un mapa cultural nacional donde cada asamblea de cada localidad del país redacte un breve documento con reflexiones y propuestas.
Para participar, cada sala podrá completar el formulario, hasta el 23 de junio:
e-mail: [email protected]
IG: @festivalentra

Artes
Esa musiquita

Liliana Herrero y Susy Shock presentaron Hay palabras, que no es un show sino una ceremonia que sembró emoción y magia. Junto al guitarrista Pedro Rossi y con artistas invitadas, las dos funciones programadas se agotaron en menos de 24 horas. Así fue la primera.
Por Claudia Acuña
Fotos Lina Etchesuri

Susy Shock tiene todas las palabras necesarias escritas en un libro que lee saboreando el tono exacto que necesita esta época. Las despliega como si sacara de una cajita mágica pañuelos de colores o palomas, o cualquiera de esas cosas que maravillan justamente porque no son exóticas, sino precisas: tocan algo que está muy adentro. ¿Será memoria? ¿Quizá emociones? No hay que esperar mucho para saberlo. Apenas un tema que templa las delicadas cuerdas de Liliana Herrero y entonces, sí, ya está, a la segunda canción, apenas nos estamos acomodando en la silla para disfrutarla, la pequeña gigante ya es La Herrero. No es justo decir que canta porque lo que hace es algo que va más allá de interpretar un tema. Tampoco lo actúa. Diría que lo siente, lo acaricia, lo sacude y lo atrapa como una médium poseída por los acordes y los sentidos de cada estrofa. Nos cantará Liliana:
“Toda la patria en el suelo
sobre dos palos en cruz
y encima el viento
y abajo el viento”.
Y entonces La Herrero es ese viento. Literalmente y sin metáforas.
Ya está.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
A los pocos minutos de iniciado lo que nunca podrá denominarse show estamos definitivamente atrapadas en una ceremonia regada con lágrimas. Lloramos todes, sí, y es difícil definir por qué o demasiado fácil: no es por tristeza, aunque también; no es por dolor, aunque también; definitivamente no por nostalgia: es la belleza lo que conmueve.
Un rato antes y en el camarín Liliana estará brindando porque los chequeos médicos la consagraron ganadora de una guerra contra las células malas y Susy recordará aquella vez en la que su maestro de teatro, Héctor Propato, les preguntó qué era la felicidad. Luego de escuchar algunas respuestas, las corrigió: “La felicidad es ser lo que soñaste ser a los 20 años”. Susy tenía por entonces 18. Le pregunto cuál era su sueño. “Esto”.
Al verlas juntas en el escenario es difícil reconocer la fragilidad del cuerpo de Liliana baqueteado por los tratamientos, pero es evidente la seguridad que transmite la mirada de Susy cuando contempla lo que significa su compañera de escena, no solo para ella, sino para ese público y para esta época. Hay algo ahí para aprender, para valorar y para llevarse como recuerdo. Algo que abriga.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
“Lili nos constituye como disidencia”, dirá Susy para hacer explícito ese legado. ¿Cuál es? Estoy, estamos, frente a una mujer de 77 años que no tiene edad cuando canta. Que lo hace, además, de una manera única, que es especial y esencial. Especial porque no hay otra como ella y esencial porque invita a romper moldes y barreras. También porque lo hace, hay que decirlo, desde el folklore, si se trata de ponerle una etiqueta a lo que entona para transformarlo en otra cosa. ¿Qué cosa? Otra vez será Susy la que tiene la palabra exacta:
“Me siento como una hormiguita frente al huracán
Así de inútil
Así de estallada”.
Así me siento, nos sentimos, porque este Hay palabras nos dejado sin ellas para definirlo.
Hay más, por supuesto.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Quizá lo que emociona, también, es escuchar a Valen Bonetto en su dulce interpretación de Brotecitos.
Y a Mochi cantar:
“Nunca te entregues
ni te apartes del camino:
Nunca digas: No puedo más y aquí me quedo”,
Elles interpretan lo que hoy más se necesita: el futuro.
También suma que nos sorprenda Teresa Parodi agitándonos con Esa Musiquita:
“Tanta soledad, tanta falta
Tanta lejanía
Tanto no poder, tanta nada
Tanta despedida
Tan dolor de puertas cerradas
Tan dolor que humilla,
pero en tu piecita de lata
esa musiquita.
Cómo te devuelve a la vida
esa musiquita”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Esa musiquita, dirá Susy, es una poética.
La nuestra.
La que jamás tendrán ellos.
Quizá por eso mismo lloramos: para regarla.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Músicas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad

Por Claudia Acuña
Están sentadas frente a frente en una amplia mesa repleta de palabras y de cosas. Hay lapiceras y cuadernitos de coloridas tapas, empanadas, ceniceros, libros, vino, agua, flores, y un sinfín de amorosos recuerdos de las formas más variadas, todo en un desorden creativo que da cuenta que desde hace horas que están allí urdiendo lo que soñaron y disfrutando como dos criaturas que juegan muy en serio a crear con lo que hay lo que falta. Susy Shock y Liliana Herrero mantienen por eso mismo una conexión de miradas emocionadas y cómplices durante toda esta charla que intenta dar cuenta de aquello que ese gesto hace obvio: qué las une. Lo harán explicito es una ceremonia que titularon Hay palabras y que agotó en menos de 48 horas todas las localidades para el domingo 15 de junio (a las 20 horas, en La Paz Arriba), lo que las obligó a programar otra el domingo 29, que también se agotó, y ojalá más.
“Si las solas se juntaran la soledad queda sola”, nos recuerda la canción de Susy Shock y esta reunión es exactamente la puesta en práctica de ese verso. De eso también se trata este Hay palabras: de la coherencia entre el decir y el hacer. Las dos cargan con grandes ausencias que están tan presentes como para encender este motor que las impulsó a compartir escenario: sus compañeros de vida –Horacio González y Joel– las acompañan desde otro plano y acomodarse a esa nueva realidad les ha dado una sensibilidad que las impulsa a producir con ese peso, alas. Sin duda, ellos también están sentados en esa mesa, disfrutando lo que intercambian y que de alguna extraña manera ayudaron a concretar. Durante la charla explicitarán que también están allí y aportando a esa olla que las hace hervir Batato Barea, Evita, Lohana Berkins, Nora Cortiñas, Hebe de Bonafini… y muchas más. “Son seres que nos constituyen”, dirá Susy. A partir de esa memoria sensible, este encuentro -se entiende- es abrazo.
Encuentro cercano
Susy es muchísimas cosas, pero sobre todo poeta. Liliana es tantísimas más, pero fundamentalmente cantora. Una desplaza con el impulso de la pasión el orden previsible del lenguaje. La otra, tiene la espada del oído preciso: sabe escuchar aquello que es nuevo y es certero.
Dirá, por ejemplo, Lili, buscando en su cuadernito de tapas coloridas:
“Acá anoté una frase que dijo Susy que abrió una puerta: Todo país es una poética”.
Explicará Susy:
“En estos tiempos de crueldad lo que intentan destruir no se limita a cerrar un ministerio, recortar un programa o pegarles a los jubilados. También se trata de destruir la poética que somos, esa belleza de lo sagrado que nos legaron personas que hicieron muchas cosas en momentos también terribles, que vencieron al miedo, que no estaban adormecidas y de las que hemos heredado una épica que es la que nos va a salvaguardar de esta época de mierda”.
Dirá, también, Lili, leyendo otra anotación de su cuardenito:
“Otra frase que dijo Susy: esta época es más de fieras que de aves”.
Explicará Susy:
“Cuando nos pusimos hablar con Liliana nos fuimos contando las cosas que nos constituyeron y fueron apareciendo historias de nuestra vida personal, muchas personas que nos enseñaron cosas, muchos encuentros colectivos que nos dejaron experiencias, trayectos que atravesamos hasta llegar acá. Y así fuimos poniendo el acento no en esta situación horrible que estamos atravesando, sino en cómo fuimos construyendo nuestras disidencias, cómo fuimos dando nuestras batallas, que son muy similares porque las dos somos guerreras”.
Completará Liliana:
“Que son historias muy diferentes, pero interesantes para cada una de nosotras, porque nos completan. Por ejemplo, en un momento de la charla Susy me dice: “yo siempre decido qué decir”. Y eso me explica también. Porque nunca a ninguna nadie nos pudo imponer letra. También Susy me habla de la importancia de la tribu en momentos así. Y me reconozco en esa definición.”
Así, acobijándose en las palabras, fueron tramando lo que harán y lo que dirán, lo que cantarán y lo que actuarán –atención: Liliana va a actuar!– y lo que tratarán de transmitir.
Para explicarlo, ahora es Susy la que cita una frase de Liliana:
“Me dijo: a través de una canción se puede pensar un país. Y eso es lo que celebramos cuando nos encontramos: la belleza de nuestras canciones. ¡Las de ellos son horribles y ni riman! Entonces es un momento en el que tenemos que hacer algo, que no sé si lingüísticamente es correcto, pero es algo así como elongar hacia la belleza. Nuestra propuesta es esa. No vamos a inventar nada nuevo, sino convidar los sabores que nos constituyen porque creemos que es un momento para aferrarse a eso, de abrazar eso y de honrarlo, de hacer una gimnasia de autoestima. Si lo que pretenden es que odiemos a nuestro país para poder venderlo, lo que necesitamos es indignarnos como cuando escupen algo sagrado.”
Completa Liliana:
“Soy una cantora y como tal nunca pude hacer nada sola: no toco un instrumento, por ejemplo. Pero también como cantora soy responsable y me siento honrada por todo un legado de cantoras, toda una memoria que me sostiene y que, como intérprete, me obliga a interrogarme qué hago con eso. Hay que conversar con ese legado, intervenirlo, cuestionarlo, debatirlo. Y sobre todo formular las preguntas que faltan. Todavía no hicimos todas las preguntas que necesitamos para saber qué fuimos, qué queremos ser y qué queremos aportar a ese legado nosotras. La derrota sería esa: no saberse parte de esa historia y no comprender lo que puede aportar tu voz a ella”.
A esta altura de la charla tengo plena conciencia de que no voy a encontrar las palabras exactas para definir lo que significa esta maravillosa conspiración que representan, así que les pido que lo hagan ellas, porque pueden y saben. La respuesta es una imagen:
“Somos las dos manos que están en el escudo nacional que representan la alianza, la fuerza, la lengua en común, el encuentro, el amor, la amistad y la disposición a no aceptar que las cosas sean inevitablemente como son. No vamos a aceptar ser como ustedes quieren que seamos: eso somos. Y me parece que nuestro país está necesitando que digamos eso”.