Derechos Humanos
Declaración final del Foro social de Salud 2004: DE DÓNDE VENIMOS
En el mes de octubre de 2002, la Facultad de Medicina de la UBA asistía a un inusual espectáculo: Se escuchaban en sus aulas, tal vez por primera vez en muchos años, las voces de los excluidos, las voces y miradas de las organizaciones piqueteras, y del movimiento campesino. No se trataba del ingreso irrestricto. Tampoco era una ocupación. Se trataba del nacimiento del Foro Social de Salud de la Argentina.
Ese colectivo de colectivos que se planteaba como objetivo central denunciar que la Salud no podía ser considerada una mercancía más, sino que debía ser entendida como un Derecho.
Ese Foro no nacía de un repollo. Tenía como padre la confluencia de voluntades que un año antes habían gritado a los cuatro vientos desde Porto Alegre que Otro Mundo era Posible. Un mundo sin guerra, sin hambre, sin miseria, sin injusticia, y, también un mundo sin muertes y enfermedades evitables. La madre, por su parte. Era oriunda de estas tierras: fue la formidable Movilización Popular de 2001 que en el camino de las mejores tradiciones de lucha de nuestro Pueblo le dijo Basta al Neoliberalismo de los noventa y a la nefasta herencia de la dictadura militar. Mediante el terror y la muerte se generaron las condiciones para el saqueo que destruyó nuestro país. ¿El resultado? Indicadores de mortalidad infantil, desnutrición y morbilidad inconcebibles para una sociedad que no había atravesado una catástrofe natural.
Ese primer encuentro del Foro significó la confluencia de organizaciones de desocupados, asambleas barriales, organizaciones de trabajadores de la salud, organismos de derechos humanos, cátedras universitarias, organizaciones de pacientes y otras organizaciones sociales y políticas para plantearle al conjunto de la sociedad que en nuestro País Otra Salud era Posible y Necesaria. El Foro quedó constituido, no meramente como un espacio para el debate de ideas.
Desde su nacimiento se planteó la necesidad de coordinar acciones, de desarrollar la organización popular en el territorio, y, sobre todo de salir a pelear a la calle por hacer realidad el Derecho a la Salud. Esto fue así pues desde el principio nos quedó muy claro que no
bastaba con saber qué queríamos. Era necesario construir la fuerza social capaz de hacer realidad esos sueños.
ACABAR CON LA EPIDEMIA DEL HAMBRE
Se debatió entonces sobre la paradoja de la existencia del hambre y la desnutrición en un país que tiene capacidad para alimentar 300 millones de personas. Pero se señaló también la responsabilidad de las multinacionales en la transformación de nuestro país otrora «granero del mundo» en un país asolado por el monocultivo de la soja con sus nefastas consecuencias socio- económicas.
El Foro ha desarrollado un trabajo en esta dirección, destacándose el trabajo de los compañeros del Foro de Salud y Medio Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires que han denunciado, de manera pública y documentada, la existencia de casos de desnutrición infantil en la ciudad más rica del país y que ahora están impulsando una Ley que declare la Emergencia Nutricional para terminar con este verdadero escándalo, proyecto que el Foro se propone sirva de modelo a una Ley de alcance Nacional.
LA ARGENTINA ESTÁ EN CONDICIONES DE PROVEER MEDICAMENTOS GRATUITOS Y DE CALIDAD A SU POBLACIÓN
Se discutió, ya entonces, la irracionalidad de no poner en funcionamiento la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas para dar una respuesta eficaz y mucho menos costosa desde una perspectiva social al problema del acceso al medicamento para los 15 millones de personas para los que la publicitada política oficial no es más que un parche. Hoy, luego de debatir en profundidad las propuestas del III Encuentro Nacional por la Producción de Medicamentos y Vacunas y de la Multisectorial para la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas y sus implicancias sanitarias, económico- sociales y sobre el sector científico tecnológico, herramientas esenciales para asegurar la soberanía nacional, este cuarto Encuentro del Foro, hace suyas las propuestas de:
– Racionalizar los recursos tecnológicos y humanos de los laboratorios de Producción Pública de Medicamentos y Vacunas (PPMV), promoviendo la máxima utilización de estos y diminuyendo la capacidad ociosa.
– Revertir las limitaciones de esos laboratorios de PPMV promoviendo la actualización tecnológica de los mismos, la coordinación de su producción y la distribución de sus medicamentos.
– Conformar una Red Nacional de Producción Pública de Medicamentos, coordinada por un Ente Central. Esta Red estaría integrada por: Cada una de las UPMs agrupadas por regiones sanitarias, (NOA; NEA; Centro, Patagonia, Bs. As., y Ciudad Autónoma) para trabajar en forma conjunta con las Universidades (Facultades de Medicina, Farmacia, Ciencias Químicas, Ciencias Económicas) y con los Organismos Públicos de Ciencia y Técnica (INTI , INAME) para investigación y desarrollo. Y empezaría a trabajar para conformar el Organismo Coordinador.
– La base del funcionamiento de la Red debe ser la Dispensación Racional de los Fármacos y su posterior Farmacovigilancia, todo dentro de una Ideología en Salud basada en la evidencia. Para esto es necesario que el Organismo Coordinador cuente con una comisión de gente capacitada para definir el listado de Medicamentos Básicos Esenciales, basados en la selección mediante criterios de evidencia científica comprobada, lo que permitirá promover y garantizar el uso racional de medicamentos.
– El Organismo Coordinador debe ser autárquico, financiado con recursos del Tesoro Nacional, que racionalice e integre a todas todas las Unidades Productoras de Medicamentos (UPMs) que intervengan en la Red. Y tendrá como funciones:
Coordinar la actividad de todos los laboratorios dependientes del Estado Nacional. A ellos deberían sumarse aquellos laboratorios que dependen de la jurisdicción de gobiernos provinciales y municipales.
Establecerá las Normativas a la que deberán ajustarse los Laboratorios de la Red.
Evaluará las líneas de producción de cada uno de estos laboratorios, para brindar un uso racional de la producción.
Evaluará críticamente, con máximos recaudos de seriedad y ciencia los medicamentos producidos por los laboratorios públicos.
Decidirá qué medicamentos pueden ser producidos en forma inmediata en las condiciones actuales de capacidad técnica y humana, y cuáles por sus características cinéticas y/o dinámicas no ofrezcan una relación beneficio riesgo aceptable.
Unificará la compra de principios activos y certificará proveedores, para asegurar la calidad y disminuir costos.
El Remediar además de brindar una cobertura muy deficitaria de las necesidades de la población, incrementa el endeudamiento externo y con él, limita la autonomía de decisión nacional. Los casi 100 millones de dólares que el Estado ha destinado a sostener ese programa deben ser reorientados para ofrecer una auténtica solución a los problemas de acceso a los medicamentos básicos esenciales y en perspectiva, para abastecer a toda la red pública de salud, al PAMI y a la seguridad social. La intervención del Estado en el mercado de los medicamentos además se transformaría en un importante factor de regulación del mismo.
REEMPLAZAR AL ESTADO O EMPLAZAR AL ESTADO
Continuamos debatiendo si el objetivo prioritario de la auto-organización popular en la lucha por la Salud debe ser reemplazar al Estado desde las organizaciones populares, o emplazar al Estado para que cumpla con su obligación de garantizar niveles dignos de salud a toda la población, destinando para ello los recursos humanos y materiales necesarios, debate que se enlaza con las distintas alternativas que las sociedades humanas se han dado para resolver los problemas de salud de sus poblaciones. En ese marco volvemos a plantear la propuesta de marchar hacia un sistema nacional de salud gratuito, igualitario y de calidad, accesible a todo aquel que pise el suelo argentino, ya que históricamente es la alternativa que ha demostrado ser la de mayor eficacia social. ese sistema debe contemplar mecanismos concretos de control popular que involucren la planificación, la asignación de prioridades, el control de gestión, y, en general, pautas que aseguren un funcionamiento democrático del sistema.
En noviembre de 2003 realizamos nuestro segundo Encuentro Nacional, nuevamente en la Facultad de Medicina de la UBA. Se mostró allí la potencia del principio de construcción de Unidad en la Diversidad que deja de lado los hegemonismos esterilizantes y que explica el desarrollo que el Foro fue alcanzando tanto en la Ciudad de Buenos Aires, como en el conurbano y en distintos puntos del interior del país.
NO ESTAMOS SOLOS: EN TODO EL MUNDO SE LUCHA POR EL DERECHO A LA SALUD
Ese segundo Encuentro tuvo otra particularidad que fue la de reunir por primera vez a los distintos espacios que en el Mundo venían planteándose objetivos similares a los nuestros: la Organización
Mundial en Defensa de la Salud de los Pueblos con sede en Nueva York, el Foro de Salud de Porto Alegre y el Foro Europeo de Salud. De ese encuentro con entrañables compañeros que en otras latitudes son portadores de los mismos sueños que portamos nosotros surgió la propuesta al Comité Ejecutivo del Foro Social Mundial de realizar en enero de 2005 el Primer Foro Social Mundial de Salud.
Hace muy poco volvimos a encontrarnos con algunos de ellos en la III Cumbre de los Pueblos de América en Mar del Plata y marchamos hacia el Primer Foro de Salud de nuestros hermanos uruguayos del 8 al 10 de diciembre, hacia Caracas en la Venezuela Bolivariana para la edición 2006 del Foro Social Mundial y para un nuevo encuentro del Foro Social Mundial de Salud en el 2007 en el continente africano.
Es bueno saber que no estamos solos. Que tal vez en este mismo momento, en varios puntos del planeta y a miles de kilómetros de aquí otras compañeras y compañeros están luchando por hacer realidad el Derecho a la Salud para sus Pueblos.
El 7 de abril, en el Día Mundial de la Salud volveremos juntos a impulsar como lo hicimos este año una inmensa Jornada de Movilización Continental y Mundial para luchar por el Derecho a la Salud.
AVANZA LA ORGANIZACIÓN DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD A NIVEL NACIONAL
También fue en ese segundo encuentro cuando plantamos la semilla de una Organización Nacional de los Profesionales de la Salud del Sector Público. Esa semilla prendió, y estamos hoy en condiciones de anunciar que el 16 de diciembre realizaremos el Congreso Fundacional de esa organización que se plantea como objetivo central no sólo la defensa de los derechos laborales de ese sector de los trabajadores de la salud sino también la defensa de la Salud Pública y del Derecho a la Salud para todos y todas y la alternativa del Sistema Nacional de Salud, como la mejor alternativa para asegurar ese Derecho.
ENFRENTAR EL GENOCIDIO AMBIENTAL
En 2004, en ocasión de nuestro tercer Encuentro hicieron irrupción con mucha fuerza los colectivos que venían planteándose la lucha por el Derecho a la Salud desde otra perspectiva. Nos referimos a los cientos de foros y organizaciones vecinales que vienen planteándose como eje de su accionar la defensa del Medio Ambiente. Es
nuevamente la sociedad civil reclamándole a un Estado desertor que por inoperancia o, peor aún por corrupción, mira para otro lado ante la destrucción sistemática del medio ambiente que provoca el afán de lucro de las empresas transnacionales.
A nadie parecen importarle las terribles consecuencias actuales y futuras sobre la salud y la vida de los seres humanos. La contaminación de los cursos de agua y del suelo, la falta de inversión en obras de saneamiento, la falta de una política racional para el tratamiento de los residuos, la contaminación con PCB, uranio, metales pesados, el uso irresponsable de plaguicidas, la contaminación electromagnética causan diariamente miles de casos de graves enfermedades y muertes. Dan cuenta de ello los mapas de la muerte que estas organizaciones realizan ante la indiferencia y, hasta en ocasiones la represión de las autoridades estatales, que en lugar de velar por el bien del conjunto social solo parecen interesados en asegurar los negocios de los poderosos con una cortedad de miras que es realmente criminal.
En este cuarto Encuentro nos planteamos dar un salto cualitativo que nos ponga en mejores condiciones para frenar el Genocidio Ambiental y denunciar con nombre y apellido a sus responsables y encubridores. En este plano nos proponemos avanzar en la coordinación de todas las organizaciones que abordan estas cuestiones, promover acciones en común que le den visibilidad y alcance nacional e impulsar una Ley que sancione el Delito Ecológico castigando tanto a las empresas inescrupulosas que contaminan, como a los funcionarios que miran para otro lado e incumplen con sus responsabilidades.
LOS LEGISLADORES TIENEN LA PALABRA
En este cuarto Encuentro nos plantearemos cómo dar un nuevo impulso a las distintas alternativas legislativas que el Foro ha venido impulsando y que hasta ahora siguen durmiendo en los cajones de los «representantes del pueblo». La Ley de Gratuidad en el Sistema Público alcanzó media sanción en Diputados pero luego fue cajoneada en el Senado. Busca terminar con el arancelamiento abierto o encubierto en hospitales y centros de salud del estado. ¿Escucharán los senadores este reclamo antes de que la ley pierda estado parlamentario?
Otra de nuestras iniciativas, la Ley de Boleto Sanitario para derribar una de las más implacables barreras de accesibilidad para los pobres a los servicios de salud -el costo del transporte público- no ha tenido
mejor suerte. ¿Lograremos esta vez que nuestros legisladores destinen un Fondo de Emergencia para que la Salud Pública pueda ampliar la oferta de servicios dotando a los hospitales y centros de salud de los recursos humanos y materiales necesarios?
Nos proponemos impulsar nuevos proyectos de Ley:
– Ley que declare la Emergencia Nutricional en todo el Territorio Nacional y destine recursos a eliminar el hambre y la desnutrición infantil.
– Ley de creación del Ente Coordinador de los Laboratorios de Producción Pública de Medicamentos.
– Ley que sancione el Delito Ecológico y Ambiental penalizando severamente a los responsables.
SISTEMA NACIONAL DE SALUD O FRAGMENTACIÓN Y TRANSFERENCIA DE FONDOS DESDE LA SOCIEDAD AL SECTOR PRIVADO
El 8 de febrero de 2004 impulsamos una carta abierta al actual presidente de la República. Decíamos allí:
“Señor Presidente, la salida no radica en subsidiar con Fondos Públicos al subsector privado volviendo a apostar a las medidas de los ´90 sino en fortalecer al hospital y la salud pública. Para reparar los graves errores de la década pasada, Argentina debe encauzar su salud dentro de los siguientes principios generales:
1- Financiar la salud con las rentas generales del Estado nacional y no con créditos internacionales que nos generan más deuda externa. La implementación progresiva de un Sistema Nacional de Salud, que tenga como eje el sector público y como aliado estratégico al PAMI y las Obras Sociales estatales resulta la mejor ecuación como muestra la práctica de países como Gran Bretaña, Canadá y más cercanamente Brasil.
2- Acceder a la salud por el principio de ciudadanía o residencia, no por el privilegio de tener trabajo en blanco o por poder pagarla en el mercado. 3- Rechazar los Programas focalizados de salud (para unos pocos) promovidos por el Banco Mundial, y reemplazarlos por programas universales (para tod@s) ofrecidos por instituciones oficiales.
Señor Presidente, con todo respeto le decimos que rechazamos la actual tentativa del ministro Ginés González García de cerrar
trato con el Banco Mundial, a cambio de préstamos que aumentan la deuda externa, para adoptar un seguro parcial de salud a la norteamericana destinado a refinanciar al subsector privado de salud”.
NOS PRONUNCIAMOS POR UN SISTEMA NACIONAL DE SALUD, GRATUITO, UNIVERSAL, IGUALITARIO Y DE CALIDAD.
La solución es política y está en sus manos comenzar a implementarla. Confiamos y exigimos que así sea. Lamentablemente hasta ahora este planteo no ha sido escuchado. Los resultados están a la vista y no pueden ser tapados por las cataratas de publicidad oficial o las campañas distractivas a las que es tan afecto el actual ministro.
El «SISTEMA» de Salud Público es cualquier cosa menos un SISTEMA. Reina la fragmentación, agravada por las políticas focales. La política de medicamentos (los mal llamados «genéricos» y el Programa «Remediar») sólo sirvió para salvar los negocios de los laboratorios privados y aumentar el endeudamiento y la dependencia externa. Lo que es peor: sigue sin dar respuesta al problema del acceso a los medicamentos para los excluidos en el 60% de los casos. Los mercaderes de la salud y la burocracia sindical traidora preparan sus cubiertos para comerse el superávit como ya se comieron a las obras sociales sindicales a las que chuparon la sangre con voracidad digna del conde Drácula, lo mismo quieren hacer con el PAMI y con el sector público.
Ginés González García los alienta mientras sigue posando de «progre». Su máscara cada tanto se cae y irrumpe su verdadero yo cuando llama «terroristas» a los trabajadores que reclaman condiciones de trabajo y salarios dignos o cuando acusa de «ultra izquierdista» a todo aquel que se anime a mostrar el largo exiguo de las patas de sus mentiras. En lugar de acabar con el trabajo en negro, fomenta nuevas formas de precarización laboral en el área de salud. No es casual: sabe que la resistencia de los trabajadores de la salud es, junto a la de la comunidad, uno de los principales obstáculos para el avance de las políticas que le dictan desde el Banco Mundial.
El diagnóstico es compartido por muchas de las organizaciones populares que integran el Foro y otros espacios similares, también es apoyado por una gran cantidad de intelectuales, profesionales, sanitaristas, catedráticos y fuerzas sociales y políticas. De lo que
se trata es de entender que el remedio para el mal pasa por construir cada vez más unidad, cada vez más fuerza social, cada vez más voces que se unan para gritar que la Salud es un Derecho del Pueblo que el Estado tiene la Obligación de Garantizar.
Ese es el «SUR» orientador de este Foro.
Renovamos el compromiso de seguir trabajando cotidianamente en esa dirección.
PROPUESTAS DE ACCIÓN SURGIDAS DEL IV ENCUENTRO DEL FORO SOCIAL DE SALUD Y MEDIOAMBIENTE
Con una nutrida participación de militantes y organizaciones que luchan por el Derecho a la Salud y al Medio Ambiente saludable culminó el domingo 20 de noviembre de 2005 la última edición del Foro, que sesionó bajo la advocación del recientemente fallecido Dr. Pedro De Sarasqueta, un ser humano excepcional, excelente profesional que se encontraba al frente del Servicio de Neonatología del Hospital Garrahan y destacado luchador por el Derecho a la Salud.
El riquísimo intercambio de ideas y experiencias que tuvo lugar en las tres mesas centrales, los talleres autogestionados y la Asamblea de Cierre dio lugar a conclusiones y propuestas de acción orientadoras para el trabajo de la próxima etapa:
1- Difundir ampliamente la Declaración Política y conclusiones del IV Encuentro Nacional del Foro de Salud y Medio Ambiente de la Argentina así como las intervenciones en Mesas Centrales y conclusiones de los diferentes Talleres a través de todos los medios posibles.
2- Adherir a la Jornada del 25 de noviembre por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
3- Apoyar plenamente todas las iniciativas que surjan de la Multisectorial por la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas.
4- Participar del Primer Foro Social de Salud del Uruguay que se celebrará en Montevideo entre el 8 y el 10 de diciembre de 2005.
5- Participar en Caracas del capítulo Américas del Foro Social Mundial, y, en ese marco del Foro Social de Salud organizado por los compañeros venezolanos los días 22 y 23 de enero y de
las actividades del Comité Organizador del Foro Social Mundial de Salud, rumbo a África 2007.
6- Convocar durante el mes de diciembre a una reunión amplia de todos los espacios que en la Argentina coincidimos en la lucha por el Derecho a la Salud para organizar juntos nuestro aporte a la Jornada Continental por el Derecho a la Salud del 7 de abril, de acuerdo a lo dispuesto recientemente en la Conferencia de Sindicatos de Salud de la ISP, decisión que fue ratificada en el Foro Continental de Salud y Medio Ambiente realizados en Mar del Plata.
7- Realizar una Movilización de similares características en el Día Mundial del Medio Ambiente. 8- Continuar cuestionando el Plan Federal de Salud y las políticas impulsadas por el actual ministro del área, Ginés González García. Seguir proponiendo la implementación de un verdadero Sistema Nacional de Salud.
8- Realizar una Campaña en pos del objetivo de llevar la inversión estatal en salud desde el actual 2,5 % del PBI al 5% del PBI para garantizar un shock que duplique la oferta pública de servicios de salud gratuitos en los 1500 hospitales y en los 6000 centros de salud dependientes del estado con provisión gratuita de medicamentos provenientes de la producción estatal.
9- Impulsar la sanción de una norma que declare la Emergencia Nutricional en todo el territorio nacional similar a la impulsada por el Foro local para la Ciudad de Buenos Aires para acabar con el escándalo del hambre y la desnutrición en la Argentina.
10- Impulsar el incremento de la oferta de servicios públicos gratuitos en Salud Mental.
11- Impulsar legislación que castigue el Delito Ecológico y Ambiental tanto sobre las empresas que contaminan irresponsablemente como sobre los funcionarios públicos encargados del área que incumplan sus obligaciones.
12- Impulsar la reestatización de todas las áreas tercerizadas en los hospitales y centros de salud públicos.
13- Apoyar la movilización del 24 de marzo en el 30 aniversario del golpe genocida de 1976.
14- Plantear con claridad nuestro rechazo a que el superávit fiscal y el del PAMI se empleen como pretende el actual ministro para que el sector privado asociado a la burocracia sindical recupere sus márgenes de rentabilidad a costa del sector público de salud. Apoyar el criterio de que el PAMI
contrate con el Hospital Público pero incrementando para ello los recursos humanos y materiales hoy insuficientes.
15- Lanzar una campaña para que los senadores que asumen el 10 de diciembre voten la Ley de Gratuidad impulsada por el Foro que cuenta con media sanción de diputados antes de que la norma pierda estado parlamentario.
16- Proponer para el 2006 la realización del Primer Foro Social de Salud y Medio Ambiente del MERCOSUR, como un aporte concreto al proceso de integración de nuestros Pueblos avanzando en la idea de un MERCOSUR DE LOS PUEBLOS que involucre no solo los aspectos económicos y políticos, sino también los sociales.
Actualidad
Hasta el lunes, Nora

Nora Irma Morales de Cortiñas, alias Norita, cumpliría hoy 95 años. A dos días de otro 24 de marzo, y en medio de tantos días turbios, una semblanza de una mujer que eligió la libertad, el pensamiento, el sentimiento, la resistencia cotidiana y la alegría. La publicamos el año pasado, como homenaje a un ejemplo que no tiene fecha de vencimiento y que el lunes, en muchos sentidos, volverá a decir presente.
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Nora como copilota de auto, y su agenda infinita. Nora, el clítoris, y su número de DNI. Nora y la pelopincho. Nora y la justicia. Nora y la inteligencia. El feminismo, el cannabis, la sensibilidad, y su teoría de las endorfinas. Su propuesta sobre qué hacer frente a la crisis actual. Y su respuesta a una consulta: ¿qué pasará con Madres el día que no haya más Madres?
Los relojes sostienen con una precisión insoportable que todo ocurrió –o dejó de ocurrir– a las 18.41 del jueves 30 de mayo de 2024, un rato después de la ronda de Madres de cada jueves a la que esta vez obviamente ella no había podido ir, internada. Tenía 94 años, cumplidos el 22 de marzo.
Es una de las figuras más importantes en la historia argentina, una mujer gigante que nunca quiso revelar cuánto medía, partidaria de los abrazos y de todas las luchas, y abanderada de la sonrisa y la cordialidad, oficios que se ejercen con el corazón. Se despidió para instalarse en el infinito. Estos son algunos retazos, algunas semblanzas, algunas palabras, para intentar desobedecer a la muerte.
Para recordar a una persona maravillosa, y para no decirle adiós.
Por Sergio Ciancaglini
Hace unos meses, ante acontecimientos electorales (a)narco capitalistas que son de público conocimiento, alguien le comentó a Nora Cortiñas: “Qué desastre lo que está pasando, ¿qué vamos a hacer frente a todo esto?”.
En lugar de hablar de lucha, resistencia, desobediencia civil, coraje y otras cosas que podían esperarse que salieran de sus labios ante semejante desafío, ella contestó, desde su silla de ruedas: “Una fiesta”.
Dio detalles: “En un barco, bailando y cantándole al río”.
Y se rio. Todo lo demás estaba sobreentendido. Ella sabía, tal vez desde siempre, que las cosas hay que concretarlas más que anunciarlas, y que la rebeldía debe aprender a alimentarse también de la celebración, el encuentro. La fiesta.
Es lo primero que se me ocurre recordar sobre Nora. Ante la muerte, la memoria fragmenta las imágenes, como cuando se mira a través de unas ventanas o de unos ojos empapados. Perdón entonces por el estado de mis ventanas: estos son algunos fragmentos de lo que alcanzo a ver en la memoria, y que quisiera contar desordenadamente antes de olvidarlo.
El DNI
Una tarde en la sede de Madres Línea Fundadora. Nora revisa su cartera en la que lleva el pañuelo blanco, el verde por el aborto, crema de cannabis medicinal para su rodilla, una lata de sardinas y la agenda en la que anota sus hiperactividades cotidianas, entre otros secretos. Su agenda fue siempre el mejor mapa para comprender la conflictividad social argentina. Las luchas por la vida.
En la cartera está también su DNI: 0.019.538. “Fui de las primeras en la cola para sacarlo. El otro día, por un trámite, los empleados de un banco me dijeron que la máquina no podía interpretar un número tan bajo”.
La ayudé a cerrar la sede de Madres ese día mientras me apuraba: “Dale, dale, que tengo mucho que hacer”. Se puso el ponchito de barracán, agarró la cartera, el bastón, apagó la luz y cerró con llave. Al cerrar esa puerta, da media vuelta y abre un mundo. Nora se transforma en Norita, que en lugar de ser un diminutivo resulta un aumentativo, una clave, un código de acción.
Sale Nora de Madres y entra Norita a la calle, las plazas, las ciudades, los pueblos, las rutas, las fábricas, la naturaleza, los conflictos.
Entra a sus verdaderos lugares de acción: lo público, los espacios donde ocurren las cosas, o donde las cosas se manifiestan escapando de los encierros y del silencio.

La foto de portada: Martín Acosta. La que se ve sobre estas líneas, Alejandro Carmona. Ambas para la cobertura colaborativa. Enero 2024
Los sí y los no
Vi su DNI por primera vez en 2012, en Tribunales, cuando presentó un hábeas corpus por su hijo Carlos Gustavo Cortiñas, desaparecido el 15 de abril de 1977 a las 8.45 en la estación Castelar, cuando iba hacia su trabajo en el INDEC.
Aquel 10 de diciembre de 2012 fue también la primera y única vez, en décadas, que la vi llorar. Como cronista de lavaca, me tocó ser el único periodista presente en ese momento. Acompañaba a Nora Ana Careaga, desaparecida durante la dictadura, embarazada, a los 16 años, hija de Esther Careaga, una de las tres madres desaparecidas en diciembre de 1977. También estaba con Nora Adolfo Mango, del equipo de Derechos Humanos de la Iglesia de la Santa Cruz, epicentro de la desaparición de la propia Esther, Mary Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de Devincenti, además de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, tras la infiltración realizada por el marino genocida Alfredo Astiz.
Nora me explicó que su idea con el hábeas corpus era lograr que se abran los archivos sobre qué pasó con cada persona desaparecida, incluso su hijo: “Claro: nosotros no torturamos a los militares para que hablen. Depende de ellos. Y no hablan porque es parte de su culpabilidad y la demostración del crimen que cometieron. Lo mío es una pregunta sencilla y de madre. No tiene ninguna otra intención que saber dónde está mi hijo”. Como siempre, tenía la foto de Gustavo colgada del cuello, junto al corazón.
Durante la espera repasaba algunos no y algunos sí que plantearía ese mismo día al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA: “No a la Ley Antiterrorista. No a Clarín ni a ningún tipo de monopolio. No a la megaminería a cielo abierto. No al glifosato, no a Monsanto. No a la discriminación a los pueblos indígenas. No al pago de la deuda externa inmoral, impagable y odiosa. Sí a la Justicia. Sí a la verdad. Sí a la memoria. Sí al apoyo a los juicios hasta que se condene al último genocida. Sí a la recuperación de la identidad para todos los jóvenes que fueron niños apropiados por el terrorismo de Estado. Sí a la reivindicación de la lucha de nuestras hijas, hijos, y del pueblo”.
La llamaron del despacho del juez Ricardo Warley y la secretaria Miriam Halata. Me pidió que fuese con ella. Le preguntaron la causa del hábeas corpus: “Es que sigo sin saber qué le pasó a mi hijo. Y yo quisiera que él, de algún modo…” La emoción la hizo callar. Me miró con los ojos inundados haciendo un gesto con su mano, tipo “no puedo”. Hubo unos segundos de silencio. Se repuso: “Quisiera que él sepa que siempre lo buscamos”.
El cine, la onda verde y los pelotudos
Una de nuestras salidas en los últimos años fue al cine, en 2022, para ver Argentina 1985. La pasé a buscar por el Congreso, el mismo en el que hoy se decide –o no– el posible remate del país, sobre el que ella tanto advirtió. Bajó con una persona que la acompañaba, plegamos en el baúl del auto la silla de ruedas que ya le resultaba inevitable y allí fuimos hacia el infierno de Puerto Madero. En el cine no pidió nada en especial, ubicaron su silla un pasillo, y vio conmovida la película. Saludó al director Santiago Mitre y a Dolores Fonzi con afecto y me dijo: “Vamos a comer algo”. Salió del cine, impermeable a los flashes y las celebridades. No sabía qué pensar de la película, que la había sacudido. La emocionaron muchas cosas, le pareció que faltaban otras: esta historia es tan infinita que siempre falta algo o mucho por contar.
Comimos con Marisa, su asistente, y con Claudia Acuña. Nora saludaba y conversaba con la gente de las mesas cercanas en ese restaurante de Avenida de Mayo. La llevamos a su casa de Castelar. Iba como mi copilota, era la una de la madrugada: “Mirá, ya lo tengo estudiado. Si agarramos la onda verde, no nos para nadie hasta la General Paz. ¿Sabés cuál puede ser el único problema?”.
La miré de reojo y replicó: “Los pelotudos”.
Arrancamos. Cuando algún auto o colectivo hacía una maniobra indescifrable, Nora saltaba: “¿Ves lo que te digo? Lo que hay que hacer es esquivar a los pelotudos, y así se llega bien a donde uno quiere”.
Empezar a romper
La primera vez de las Madres en Plaza de Mayo fue el sábado 30 de abril de 1977. El 15 había desaparecido Gustavo. Militaba en la Juventud Peronista. Flaco, sonriente, bigote setentista, pelo largo.
En la casa de Nora hay una foto en la que se lo ve mirando a los chicos de la Villa 31, en la que militó con el padre Carlos Mugica. “Tiene un gesto que me parece dolorido y comprometido con lo que está viendo. Pero fijate los chiquitos: son iguales a los que ves hoy en las villas”. Se queda pensando: “Nuestros hijos luchaban por la justicia social. Pero hoy la brecha entre ricos y pobres es todavía mayor que cuando se tomó esta foto”. Para esa mujer que había tenido que amoldarse al rol de ama de casa y profesora de alta costura, la desaparición del hijo representó el fin de muchas cosas. “Fue dejar la casa y salir a buscarlo. Y fue para todas igual. Mujeres comunes que no éramos de la academia, ni de los grupos de pensamiento. Pero hoy entiendo que ahí ya fuimos feministas. Ahí empezamos a romper”.
Relata Nora que los varones y esposos no intervenían en las rondas porque el horario de las 15.30 era de trabajo. “Pasaba otra cosa. Al ver a los milicos algunos padres decían ‘yo le dije a mi hijo que no se metiera’ y cosas así. Entonces eso no servía. Las madres no hacíamos esas cosas”. Confrontaban. El lugar común indica que el dolor enceguece, pero Nora piensa distinto: “El dolor nos hizo ver. Nos fortaleció, y nos ayudó a ser claras”.
Empezó a entender algunas charlas que había tenido con su hijo: “Una vez me dijo: ‘¿Sabés que te pasa, mamá? Te falta calle’. Aprendí. Ahora me pasé de calle. Más que en los libros, la concientización está en la calle. Esto significa moverse siempre. Y no pensar dos veces ”.
Mínima, vital y móvil
Más fragmentos.
Desde que cumplió 82 años se definió como mínima, vital y móvil.Mínima: Nunca escondió la edad, pero ocultaba su estatura.
“Ni a mis nietos se los digo”. En el jardín de su casa hay una pequeña piscina
de dos metros de largo y uno de profundidad. Me la mostró y me guiñó un ojo: “Me
meto con salvavidas”.
Vital: Parece inagotable, aunque no lo es. Hace años sufrió
un ínfimo ACV. “Hablé dos horas después de eso en un acto, y parada. Ni yo lo
puedo creer. Pero es un compromiso con nuestros hijos y nuestras hijas. No es
un sacrificio para nada. Cada día es estar donde hay una injusticia”.
Móvil: Sus idas y vueltas a Castelar en micros, trenes
y subtes fueron durante décadas una especie de gesta cotidiana en medio de la
multitud. Un día me contó: “El otro día bajaba del tren. En el medio del gentío,
un chico que iba a subir me vio, tenía un chocolate, me dijo ‘gracias por todo
lo que hacés’, me lo dio y subió. Me quedé en el andén con el chocolate
llorando de emoción. Ni sé el nombre. Solo sé que era un chico del oeste”.
Nora estuvo en la inauguración de la anterior y de la actual sede de lavaca: nuestra madrina. Siempre llegaba con flores. Allí, y en todas partes, la gente siempre le pidió fotos. Cuando le reclamaban sonrisas con el clásico “digan whisky”, Nora replicaba: “Digan clítoris”.
Un día me dijo: “La magia no nace porque sí. La tenés que crear con tu espíritu. El espíritu de ver el lado bueno de la vida. Si no hacés magia con lo que te pasa, es imposible sentir que lo que hacés está bien, que te genere alegría porque no estás entre los mafiosos”.
Me contó también que su biznieta Camila, a los 9 años, le dijo que los besos y los abrazos contagian gérmenes. “Pero el abrazo y las caricias estimulan las endorfinas que son lo que dan ganas de vivir. Cuando alguien está enfermo, lo acariciás, le das la mano y eso es terapéutico por las endorfinas. Así que en eso sí que tengo partido: soy partidaria de los besos y los abrazos”.Defendió siempre la democracia, por eso desconfiaba de los políticos. Varias veces votó metiendo un papel en el sobre, con estas palabras: “30.000 detenidos desaparecidos. No al extractivismo. No a la persecución a las comunidades indígenas. No a la deuda externa impagable, inmoral y odiosa. Me lo habrán anulado. No importa, saben que estuve ahí”.
En la Plaza, antes y hoy
Plaza de Mayo, jueves, 15.30.
Las Madres están partidas desde 1986, pero allí están. Girando siempre en sentido inverso al de las agujas del reloj, como para recuperar el tiempo detenido por el terror. Cada uno de los dos grupos (Asociación y Línea Fundadora) en el extremo opuesto de ese círculo alrededor de la Pirámide de Mayo que culmina con una estatua que representa a la Libertad. La libertad está inmóvil, mientras la memoria, la verdad y la justicia rondan alrededor. Esa vez ocurre en tiempos de Mauricio Macri. Al final de la marcha circular Nora toma un micrófono, presenta a gremialistas, a asambleístas anti mineros, a maestras de escuela, a familiares víctimas de femicidios, denuncia la deuda externa y eterna, y anticipa lo que vino desde entonces hasta hoy, “porque hay gente que se queja en la verdulería, pero no entiende que lo que le pasa es consecuencia de que se están llevando los dólares y las riquezas, y cada dólar se paga con hambre en nuestro país”.
Repaso lo que dijo aquel día, como si lo estuviese diciendo hoy. Dice que el gobierno (¿aquel gobierno?) es “negacionista, inmoral y ladrón”, y cuenta lo que está sintiendo. “Hoy no hay buenas noticias para dar, la buena noticia fueron esos chiquitos que vinieron de Lugano”.
Agrega: “No nos volvamos locos. Cada día me acuesto pensando ¿qué mal van a hacernos mañana? Es como que con cada acción, con cada decisión, quieren humillar. No lo logran, porque nos tienen que resbalar las cosas que dicen y hacen”.
Mira a la gente: “Siento que esta Plaza es mágica. Me siento feliz aquí. Me da pudor decirlo, con tantos desastres que pasan, pero es lo que siento viendo que tantas personas vienen, se encuentran, se abrazan, se reconocen”.
Salto a este 2024, en el que mis compañeras y compañeros de lavaca resolvieron reforzar el acompañamiento a cada marcha, cada vez con menos Madres, que sienten que lo que está en juego es seguir. Les debemos eso: acompañarlas en un momento así. Nora fue varias veces este año. Otros jueves empezó a no poder. Se organizó una cobertura fotográfica colaborativa de cada una de esas rondas. En esos giros vimos el nacimiento de Hermanxs (hermanos y hermanas de personas desaparecidas) y lo más nuevo: Nietes. Norita alcanzó a fotografiarse con esos grupos que fermentan el futuro.

Nora puño en alto, Elia Espén, y Nietes. Foto: Lucía Prieto para la cobertura colaborativa. Abril 2024.
Me llegan mensajes de hoy. Lina y Francisco están en Misiones, cubriendo el conflicto provincial. «Le dimos la noticia a la asamblea y acampe docente, le brindaron un aplauso. Fue muy emotivo». Claudia: «Fue muy fuerte estar en la ronda hoy, y verla a Elia Espén, y que transmitía tan claro y con el cuerpo que sabía, y nos miraba a los pocos que éramos, y decía ‘griten más fuerte’, y temblaba. Pedía que no dejemos de ir. Le agarré las manos y le dije que se quede tranquila, que íbamos a seguir». Lucas: «Por cada lágrima se me vienen mil sonrisas porque así iluminabas todo. No sólo por tu Gustavo, que llevabas siempre a la altura de tu corazón, sino en una calle conurbana que pedía a gritos la aparición de un pibe desaparecido por la Bonaerense, en una asamblea de algún pueblo fumigado, en cualquier marcha feminista, en cada fábrica recuperada. Decías: todo daño que nos hacen transformémoslo en amor». Franco: «Norita era magia subidora, sonrisa y puño en alto, se fue para no aguantar más a este gobierno, y estará más que viva que nunca».
Se me ocurrió hace tiempo preguntarle a Nora: ¿Cómo imaginar esa ronda cuando ya no queden Madres?
“Yo no me imagino nada. Nunca digo que esto va a ser así o asá. Lo que creo es que siempre hubo etapas con determinadas personas que vivieron y luego murieron. Es la ley de la historia, y de la vida. Ojalá nunca más tenga que haber Madres porque hay genocidios y represiones. Pero en nuestro caso, de algún modo estaremos en la Plaza. Y entonces habrá que ver qué es lo que nace”.
Me lo dijo sin miedo y sin nostalgia, haciendo bailar esa sonrisa alimentada en la calle con abrazos y resistencia, besos y valentía, magia y endorfinas.
Su última salida pública fue para ver el show de Susy Shock: una noche de alegría.
Hay tanto para contar, y tan poco para decir en esta noche triste, que tal vez solo alcance con repetir la palabra que le dijo aquel chico del Oeste que le regaló un chocolate en un andén, y que la emocionó: gracias. Mientras la imagino ahora mismo en un barco, bailando y cantándole al río.

Nora en la Cooperativa Lavaca, en la inauguración de nuestra trinchera. Año 2016.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
Derechos Humanos
Diego Borjas: comienza el juicio oral a más de 10 años de su muerte

Un chico de 17 años en un centro socioeducativo. En la foto se lo ve de pie, el más alto, en el Agote, un Día de la Madre. La desesperación por salir. El encierro en una “tumba” de castigo. La responsabilidad de los funcionarios y una muerte que podría haberse evitado. Detrás, esa madre, Liliana Basualdo, empleada doméstica, que nunca abandonó otra forma de desesperación: la búsqueda de justicia. Detalles del caso que llega a juicio desde este martes: 10 años después. El relato de Liliana que es una radiografía de muchas vidas vulnerables, y la expectativa frente a la causa.
Por Lucrecia Raimondi
El 26 de noviembre de 2014 hacía seis meses que Diego, 17 años, se encontraba con una medida de privación de su libertad ambulatoria en el Centro Socioeducativo de Régimen Cerrado “Dr. Luis Agote”. Las últimas semanas en el Centro no estaba bien, se sentía irritable, contestaba, no acataba las normas. Estaba enojado porque el juez le había negado la libertad y el traslado. La convivencia con los otros pibes también era difícil. Quería salir. Esa mañana, por insultar a un profesor, la directora del Centro lo castigó por 48 horas en el sector de “ex ingreso”. La celda ubicada en el subsuelo era de 3 por 1,80 metros sin ventilación ni agua ni baño, entraba poca luz natural por una pequeña ventana enrejada y hermética, había una cama de hierro, un colchón de espuma.
Ese día fue de visita, a la tarde vió a su hermana y a su sobrino; a las 17:00 horas el celador lo llamaba y no se quería despedir, volvía y le daba besos a su familia, los abrazaba. Una hora y media después, la reja de su celda estaba con candado. A las 20:30 horas, el adolescente protestaba encerrado, desesperado por salir. Diego tenía un encendedor que pasó por alto dos requisas. Para intentar un traslado prendió el colchón: pasados los minutos el incendio se descontroló, a los gritos pidió auxilio entre el fuego y el humo tóxico. Los adultos que debían cuidar de su integridad se demoraron el tiempo suficiente como para que las consecuencias sobre Diego fueran irreversibles. Entrada la noche del 2 de diciembre murió solo en el Instituto del Quemado.
A la Justicia le llevó 5 años resolver el procesamiento y más de 10 años dar inicio al juicio por la muerte de Diego Iván Borjas, que vivió 17 años. El debate oral y público comenzará este martes 11 de febrero en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº5 de Capital Federal contra cuatro funcionarios del Centro “Dr. Luis Agote” y la entonces responsable de la Dirección Nacional de Adolescentes Infractores a la Ley Penal (DINAI) de la ex Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Sennaf). Está prevista la citación de 35 testigos que declararán en al menos siete audiencias que se podrían extender hasta principios de marzo.

Diego en su décimo cumpleaños, entre sus padres.
En la ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Sennaf tenía a su cargo los Centros Socioeducativos de Régimen Cerrado “Dr. Luis Agote”, “Gral. Manuel Belgrano”, “Gral. San Martín” y “Dr. Manuel Rocca” bajo la órbita de la Dirección Nacional de Adolescentes Infractores a la Ley Penal. Tras las muertes de Diego Borjas y Lucas Simone, la DINAI fue reorganizada y los cuatro Centros se transfirieron en el año 2016 a la ciudad de Buenos Aires. La actual autoridad responsable es la Dirección Operativa de Centros Socioeducativos de Privación de Libertad Ambulatoria dependiente del Consejo de los Derechos de las Niñas, los Niños y Adolescentes (CDNNYA) del Gobierno de la Ciudad.
“Un caso de esta trascendencia llega a juicio gracias al esfuerzo de Liliana Basualdo, la mamá de Diego, con nuestra representación, y el empuje que también trabajaron la querella de la Procuración Penitenciaria de la Nación y la Fiscalía de Instrucción. Este es un caso que atravesó muchas instancias, incluso varias veces se recurrió a la Casación, el máximo tribunal del país, para que finalmente se habilite la etapa de juicio. A pesar de que la enorme mayoría de las pruebas en las que se fundamenta la responsabilidad de los funcionarios acusados estaban disponibles desde un primer momento. Con lo cual, hemos atravesado una resistencia bastante fuerte, por lo menos de ciertos operadores del sistema de administración de justicia, para procesar este tipo de casos que presentaban una complejidad adicional. Nos demandó mucho esfuerzo, reiteradas presentaciones, para que esto avance y que el juicio se resuelva con la mayor celeridad posible”, manifestó en diálogo con lavaca Pablo Rovatti, abogado querellante por el Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos que representa a la mamá de Diego Borjas.
Una muerte evitable
El Centro Agote fue protagonista de sucesivas quemas de colchones en el año 2014: una en marzo, una en octubre, dos en noviembre y tres en diciembre. Seis meses después de la muerte de Diego, en julio del 2015, Lucas Simone de 16 años murió en su habitación en el Centro Rocca por la quema de un colchón a modo de protesta. El Gobierno de la Ciudad cerró las puertas de ese Centro tras un motín ocurrido en abril del año siguiente; Pablo César Arce, director del Centro Rocca al momento de la muerte de Lucas, fue llevado a juicio y absuelto en octubre de 2024.
Durante la investigación en el Juzgado de Instrucción Nº27 de Capital Federal se demostró que la DINAI había sido informada de los incendios y su recurrencia, tanto en el Centro Agote como en otros centros. “La Dirección debió hacer una contratación directa para la una compra urgente de colchones ignífugos y reemplazar los de espuma de poliuretano. Además, en el Centro Agote se cometieron una multiplicidad de negligencias: la directora ordenó una medida de sanción en un espacio que no estaba en condiciones para su uso, las dos requisas de ese día fueron defectuosas porque Diego tenía en su poder un elemento prohibido y que era de riesgo en esa celda, el celador de guardia no estaba en su puesto y su relevo tampoco al momento del incendio, su superior no controló que estuvieran en la vigilancia de ese sector”, describió el abogado de la familia del adolescente. “Esto no tendría que haber pasado”, se lamentó su mamá Liliana, en diálogo con Lavaca.
Para el juez que procesó a los funcionarios, Diego no debió permanecer en una celda de mínimas dimensiones sin ventilación, con un colchón de un material altamente inflamable que libera gases tóxicos al arder, sin ningún tratamiento retardante de la combustión. Diego no debió tener consigo un encendedor ni debió estar solo ni la puerta debió estar cerrada con candado. “En su momento el juez expuso en el auto de procesamiento que era una trampa mortal. Cómo pudieron dejar a un chico encerrado en una celda de dos metros, con un colchón inflamable y un encendedor. Además estaba sancionado, con el riesgo de reclamo que esto genera. No hacía falta ser experto. Un funcionario que se supone que está especializado en la atención de chicos en conflicto con la ley penal, debería saberlo. Ese es el eje de las imputaciones”, aseveró Rovatti.
Por su parte, Rodrigo Borda afrontará la querella institucional por la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), que dentro de sus funciones solicitó al Tribunal ser parte acusadora con el objetivo de que se dirima la responsabilidad del Estado en la muerte de Borjas por las irregularidades tanto en la prevención como en la actuación frente al siniestro. El Ministerio Público Fiscal presentará su acusación desde la Fiscalía Nº5 a cargo de Juan Manuel Fernandez Buzzi.
Adultos irresponsables
Los cinco imputados en el juicio por la muerte de Diego Borjas serán indagados en un juicio oral y público por el delito de “homicidio imprudente”. Las penas van de 3 a 5 años de prisión. Si la condena es menor a tres años la ejecución de la pena podría quedar en suspenso.
Cada funcionario deberá responder según la responsabilidad y rol que cumplían al momento de la muerte del adolescente:
- Alejandra Beatriz Aguilar Pedalino, quien fuera la Directora de la DINAI, era la primera superior de los directores de los cuatro Centros de Régimen Cerrado para adolescentes en conflicto con la ley penal de CABA. Tomaba conocimiento formal de los sucesivos incendios ocurridos en el Centro Agote, que anticiparon el riesgo que finalmente se concretó en la muerte de Borjas. Por inacción incumplió con su deber de garante de la vida de los adolescentes por no tomar de inmediato todas las medidas a su alcance para la inspección, relevamiento y recambio de colchones de poliuretano por una nueva dotación de colchones ignífugos.
- La entonces directora del Centro de Régimen Cerrado “Dr. Luis Agote”, Lidia González, ordenó una medida de sanción teniendo conocimiento de la problemática de consumo de estupefacientes y los conflictos con la ley penal que tenían Diego y otros chicos. La cercanía con ellos le permitía prever el modo de reaccionar ante, por ejemplo, una sanción. La acusada decidió separar al adolescente de sus pares y ponerlo en un lugar que no se usaba porque no estaba en condiciones, lo que incrementó el riesgo de que prendiera fuego un colchón a modo de reclamo, como había sucedido en tres oportunidades anteriores. Ante la cercanía con Diego y conocer su trayectoria de vida, más los incendios previos, la circunstancia le exigía extremar los cuidados.
- Al momento de incendiar el colchón no había ningún adulto vigilando el sector de “ex ingreso” donde Diego estaba sancionado. Humberto Marcelo Fernández era el celador de turno pero al momento del incendio había pedido un relevo a Eduardo Alberto Morales. Fernández está imputado por no detectar en la requisa que Diego tenía consigo un encendedor. Por su parte Morales, que hacía el relevo, decidió ausentarse del sector para realizar otra tarea: dejó a Diego y la reja del sector bajo llave y se llevó el manojo; las llaves no tenían identificación.
- Héctor Rufino Ruiz, el encargado de guardia, era el superior de ambos celadores, debía supervisar que el sector estuviera cubierto y que los adolescentes sancionados estuvieran con vigilancia permanente.
El juez de instrucción había resuelto en el año 2019 el procesamiento de seis funcionarios por considerar que la sanción y las condiciones que le habían impuesto a Borjas no habían sido correctamente supervisadas, que habían violado los derechos de detención del adolescente. A los meses, la Cámara Nacional de Apelaciones dictaminó la falta de mérito para procesar o sobreseer a la vicedirectora. Entre 2021 y 2022 el ex secretario de la Sennaf, Gabriel Lerner, y el entonces Director Nacional de Gestión y Desarrollo Institucional de la Subsecretaría de Desarrollo Institucional e Integración Federal de la Sennaf, Carlos Andrés Fagalde Fernández, fueron sobreseídos por entender la Justicia que “el rol institucional que le cupo al imputado al momento del luctuoso suceso no basta para imputar la responsabilidad penal por el mismo”.
“¿Habrán sentido su muerte?”
Diego nació en diciembre de 1993 en Cuartel V, barrio Don Sancho de José C. Paz, en la Provincia de Buenos Aires. Era hincha de River, le gustaba la música y estar en la esquina con sus amigos. Diego era muy callado. El amigo más cercano era su primo Sebastian, con quien empezó a ir a Capital. Le costaba sostener la escuela y empezó a irse de la casa cuando se agravó su situación de consumo problemático. En la MU 142 contamos su historia a cinco años de su muerte.
Liliana encontró una carta de su hijo donde fantaseaba con unas vacaciones en Pinamar: “Debió ser un deseo que él tenía, porque Diego no conocía el mar. Jamás gané bien como empleada doméstica pero es mi trabajo, es lo que aprendí a hacer y yo no tuve oportunidad de estudiar. A mí nunca me alcanzó para decir me voy al mar. Nunca fuimos a conocer nada, eso era parte también de nuestra pobreza. Al tiempo de morir Diego, uno de mis sobrinos me dice por qué no lo cremaba y lo tiraba al mar. Yo no sé, nunca pude quemarlo”.
La única hermana con la que Liliana se entendía era la mamá de sus sobrinos que “tienen problemas con la droga”. Uno de ellos era Sebastián, que cayó detenido con Diego en 2014. Liliana contó a lavaca que su sobrino “hizo un tratamiento, se curó de las adicciones, se casó y ahora está bien”. Entre las anécdotas familiares de niños abandonados y maltratados, entre los recuerdos, deslizó que a las audiencias no pensaba ir acompañada.

Liliana y el papá de Diego, Francisco, con la foto de su hijo. Es ella quien impulsó la causa por la muerte de Diego.
-¿Por qué preferís afrontar sola el juicio?
Perdón la expresión pero es que yo tengo una familia de mierda, lo siento así en el sentido de que tuve muchos problemas porque trataban a mi hijo de peste, de que era un drogadicto, que era un chorro. Lo miraban mal de pies a cabeza. Venía Dieguito y me decía: “A mí no me interesa lo que hablen”. Por eso no quiero decirle a nadie, no quiero que me acompañen porque siento que no se lo merecen. Le diría a mi mejor amiga que falleció hace dos años o a mi hermana Patricia pero vive lejos. Igual no me molesta ir sola, siempre estuve muy sola en muchas situaciones.
La ausencia de Diego la lleva en solitario, la pone muy triste, evita hablar del tema. En diciembre de 2024, a 10 años de haber perdido a su hijo, recibió la notificación del juicio: “El día que me llegó el papel lloré muchísimo. Pasaron tantos años, pero no te olvidás de tu ser amado, siempre lo llorás. No puedo hablar tanto de esto porque a mí me causa mucha angustia. Me consuelo pensando que es parte de la vida, pero esto no tenía que ser parte de mi vida, no tendría que haber pasado”.
¿El juicio puede reparar algo de tu dolor?
Yo creo que depende de cómo sea la condena. No siento que vayan a la cárcel. Lo único que a lo mejor no podrán trabajar, pero si ya son personas grandes tampoco les importa. Lo que yo me pregunto de ellos es si habrán sentido su muerte de alguna manera.
¿Por qué creés que no les afectó?
En el sanatorio nadie se acercó cuando estaba internado, fuimos con mi hija, estábamos las dos solas paralizadas, yo no sabía ni por dónde empezar ni qué tenía que hacer. En ese momento no me daba cuenta de que me evitaban. Me visitó una vez un psicólogo de la Sennaf. Después nadie más, nunca más. Es como todo, si pasan cosas, del Estado nadie se acerca.
¿Cómo imaginás ver a los funcionarios acusados?
No sé, me lo imagino como en las películas. Yo sabía que en algún momento iba a pasar esto. Es un delirio, pero de González la verdad ni siquiera me acuerdo de la cara. Lo que nunca me olvido es de sus palabras. Cuando falleció Diego, entre tanta gente que iba, ella fue a mi casa. Lo único que recuerdo que tuvo para decirme fue: “Sí Liliana, Diego venía mal”. Eso me dio la sensación de que pensaba que merecía un castigo. Solo recuerdo esa vez, que eso fue todo.
¿Para vos es una forma de resguardo no hablar sobre qué pasó con Diego?
A mí me produce mucha angustia todavía. Si me hubieras dicho que falleció en la cama de un hospital por una enfermedad, obvio que me hubiera dolido y todo lo que significa el perder un hijo. No digo que sería menos doloroso, pero lo tomaría de otra manera. De esta forma tomé dimensión de lo terrible de lo que había pasado. A su vez, cuando me preguntan qué pasó con mi hijo digo que fue un accidente en moto. Yo siempre le pido perdón a mi hijo porque me cuesta decir la manera en que falleció, porque también me produce mucha vergüenza el lugar donde estuvo. Eso pasa, más allá de que no voy a estar explicando el caso, me resulta muy vergonzoso decir que se murió en un Instituto, porque si bien para la sociedad fue un delincuente, para mí era mi hijo.
¿Qué sensación te da cuando aparecen discursos de odio contra los pibes que están en esas situaciones difíciles?
Me pongo en el lugar del otro porque a nadie le gusta que le maten a un chico que trabaja como pasó en Moreno, hay que estar de ambos lados. Pero me provoca mucho dolor cuando escucho “una rata menos”, para mí no es así, se necesita más ayuda. Me causa culpa que nosotros como padres a veces no tenemos los medios o no tuvimos la educación porque fuimos criados sin amor. Pero me da rabia cuando hablan mal porque ven a un chico juntando cartón o consumiendo piensan “qué barbaridad, dónde están los padres”. A ver, acá estoy. Mi hijo se iba así y yo estaba. Si había algo que no le hacía falta era hacer eso.
¿Qué debería hacer la sociedad y el Estado con los chicos que están vulnerables?
No sé, quisiera saber qué tendríamos que hacer nosotros como padres, con tanta droga en la calle cómo prevenirlos, me lo pregunto porque en realidad me siento más responsable como madre. Yo fui una niña golpeada, que vivía con mi abuela y me marcaban a palo, después tuve una madrastra que también me lastimó. Siento que es mentira que existe algo para la niñez, está todo muy abandonado, lo veo ahora con unos sobrinos que el servicio local no existe, funciona todo mal. Lloro tanto y es tan grande mi sufrimiento hacia la niñez, porque me toca mucho de cerca.
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