CABA
Cianuro o glaciares
Jáchal vs Barrick: el expediente judicial. La causa que investiga la responsabilidad de los funcionarios nacionales en el derrame de cianuro de Barrick Gold aporta datos sobre la complicidad del Estado. Ahora, la clave es si además se violó la Ley de Glaciares. Qué está en juego. Por Franco Ciancaglini.
Si se aplica la Ley de Glaciares, Barrick Gold tiene que cerrar Veladero. Sin embargo, el retardado inventario a cargo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable hace que la multinacional canadiense aproveche la brecha entre la ley y su aplicación para seguir explotando la cordillera.
El descontrol es ley desde el 3 de julio de 2012, cuando la Corte Suprema revocó una medida cautelar presentada por Barrick Gold. Hasta ese día la cautelar habia logrado suspender durante un año y ocho meses la aplicación de numerosos artículos de la Ley de Glaciares, favoreciendo la supervivencia de Barrick. Sin embargo, esa medida que le sirvió para patear la pelota afuera hoy se transformó en evidencia: “Al presentar la cautelar se dan por aludidos en la Ley de Glaciares”, razona Roberto Vargas, vecino de Jáchal devenido en especialista en geología y uno de los testigos en la causa federal que se abrió para investigar el derrame de cianuro de septiembre de 2015 y que, a partir del segundo derrame de este año, ahora averigua por qué no se cumple esa ley.
Vargas está lleno de informes, mapas y en su computadora muestra un Google Earth que señala cómo el campamento Veladero está montado sobre glaciares y ambientes periglaciares. Su fuente es nada menos que la propia Barrick: “Cuando la empresa presenta su informe de impacto ambiental todavía no había ningún proyecto de ley, por eso no tienen reparos en admitir que están sobre ambientes glaciares y periglaciares”, dice.
Confesión de parte
El primer Estudio de Impacto Ambiental presentado por Barrick a las autoridades chilenas para explotar Pascua Lama registra la presencia de unos 20 glaciares. En el informe publicado en el año 2000, capítulo 5, también se hace referencia a la importancia de los glaciares como fuente de abastecimiento a las cuencas del Río Toro y Río Estrecho, ambos con glaciares en su cabecera. “En sus informes posteriores, la empresa -cuenta Vargas- pasa de decir que esos glaciares no existen; a reconocer que aportan agua; luego, a negar que tengan ‘relevancia hídrica’; para después contar una veintena y, por último, identificar sólo siete: el Estrecho, Amarillos, Los Amarillos, Esperanza, Toro 1, Toro 2 y Guanaco”.
El conflicto de Barrick en Chile terminaría una década más tarde, con la clausura total de Pascua Lama en abril del 2013. Así, la experiencia chilena dejó el claro la imporancia estratégica de cuidar los glaciares: son los fabricantes naturales del 75% del agua dulce del mundo.
En Argentina, la primera en llevar la preocupación de los glaciares a la justicia fue la Fundación de Ciudadanos Independientes de San Juan, presentando una denuncia penal a Barrick Gold en el 2005 por el riesgo que representaba la actividad en Veladero y alertando sobre Pascua Lama. El siguiente denunciante fue el jachallero Ricardo Vargas: en el 2007. Patrocinado por el abogado Diego Seguí, presentó una acción en la Corte Suprema de la Nación que denunciaba la falta de consulta pública, la ausencia de seguro ambiental, los riesgos a la Reserva de San Guillermo y el impacto de los residuos peligrosos del proyecto Veladero.
La presión sobre Barrick Gold para que asumiera el impacto en glaciares que estaba causando del lado argentino empujó a la empresa a producir estudios. Lo hizo a la criolla: contrató a glaciólogos del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), el organismo estatal que debería controlar a la empresa.
Sí: Barrick contrató a quien debía controlarlo.
Dicen los glaciólogos del IANIGLA en la primera página de ese estudio: “Este informe no constituye un informe de impacto ambiental, sino un conjunto de mediciones y conclusiones relativas al estado y posible evolución de los cuerpos glaciales mencionados”. Es decir: estudiaron cómo están los glaciares, pero no porqué están como están. Este detalle es importante: el discurso de Barrick, avalado por IANIGLA, sostiene que la desaparición de los glaciares es producida por el cambio climático.
Todo cambió cuando el 22 de octubre del año 2008 se aprobó la primera ley del mundo que protege a glaciares y al ambiente periglacial. Por unanimidad y por todos los bloques, algo que parecía inédito para los egos e intereses políticos. La entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner les envió entonces el siguiente mensaje: “Los diputados y senadores que levantaron la manos livianamente sin saber lo que votaban, que se hagan cargo”. César Gioja, hermano del entonces gobernador José Luis y entonces senador, sí sabía: se levantó del recinto y se fue.
La que se hizo cargo fue la propia Cristina Fernández, quien vetó la ley con los argumentos mineros. La medida fue llamada “Veto Barrick”.
Tras dos años de debates en ambas cámaras del Congreso, se logró consensuar dos proyectos de ley: uno firmado por Miguel Bonasso -que respetaba el presentado por Diana Maffei y vetado por Cristina- y otro liderado por el senador Daniel Filmus, que eliminaba ciertas prohibiciones y ponía mayor control en mano de las provincias mineras. Después de idas y venidas, en septiembre del 2010 se aprobó un proyecto conjunto.
Así, las zonas que figuraban en los propios estudios de impacto ambiental de Barrick como glaciares, peligalciares o cubiertas de hielo, pasaron a ser zonas legalmente protegidas.
Las zonas sensibles
El paso definitivo para la aplicación de la ley se concreta con un inventario de glaciares, es decir, un ordenamiento territorial para localizar las zonas sensibles: “Como si en Capital Federal se tuviera que determinar dónde puede estar un shopping y dónde no”, grafica Ricardo Vargas. En este caso, el organismo encargado de inventariar es el IANIGLA, dependiente del CONICET, con sede en Mendoza y cuyas autoridades se encontraban de viaje al momento de contactalas MU, al igual que las autoridades de Ambiente: en este caso, en el retiro espiritual que el gabinete hizo a Chapadmalal.
En junio de 2016, el IANIGLIA fue parte de una audiencia pública en la que la Asamblea Jáchal No Se Toca pidió que se concretara al inventario de la cuenca del Río Jáchal, que venía postergado hacía más de 5 años. El pedido no es caprichoso: la letra de la ley indica que el inventario debe arrancar por las zonas sensibles donde se encuentran proyectos funcionando. En cambio, el Estado arrancó por Mendoza.
“En esa audiencia ellos dicen que era inminente la entrega del inventario de Jáchal al Ministerio de Ambiente”, recuerda Vargas sobre la promesa que nunca se concretó. Otras confesiones: “También admiten que habían sido objeto de presión tanto por el sector minero como de parte de la gobernación”. Ahora, el video de esa audiencia es uno de los materiales de prueba de la causa que investiga el juez federal Sebastián Casanello, abierta tras el derrame en septiembre de 2015.
El juez Casanello tuvo en sus manos la investigación completa del derrame que produjo Barrick en la cuenca del río Jáchal, ya que el desastre que produjo afectó a varias provincias. Pero la Corte Suprema determinó qué competencia debía investigar qué delito: así la provincial se quedó con la investigación del derrame, y la justicia federal con las responsabilidades estatales que permitieron el desastre. Partida la causa en dos, obligó a delegar todas las investigaciones que venía haciendo el juez Casanello en manos del juez provincial Pablo Oritja, entre ellas, los resultados de una inspección a Barrick Gold que nunca llegó a Comodoro Py.
Actualmente, el juzgado federal N° 7 se encuentra investigando no las causas del derrame, sino la responsabilidad de los funcionarios nacionales. En ese marco, el juez Casanello hizo un allanamiento a la sede del IANIGLIA y otro al Ministerio de Ambiente. El objetivo: recolectar información que permita entender el nivel de control del Estado a la empresa canadiense. El resultado: “Se secuestra documentación en la que se ve que están haciendo un inventario de glaciares que sean de más de una hectárea, y que no están incluyendo los ambientes periglaciares”, relata Gonzalo Strano, de Greenpeace, que tuvo acceso a los documentos secuestrados.
En criollo:
La documentación allanada demuestra que el IANIGLIA tomó una serie de criterios a la hora de efectuar el inventario, que no están acordes a la ley.
El primero y más llamativo: la decisión de no incluir en el inventario a los glaciares de menos de un kilómetro. La decisión viola la ley, que dice: “Todo hielo perenne, sin importar su forma o tamaño, es un glaciar”.
Dato: Barrick Gold pretende rebajar la categoría de glaciar a Toro 1, por cuya contaminación fue frenado el proyecto binacional Pascua Lama.
La segunda decisión polémica: no toma en cuenta los ambientes periglaciares. Así, elude las escombreras de Veladero, lo cual ubica a la mina explotada por Barrick en plena zona protegida por ley, tal cual se muestra en la ilustración de la nota.
Pero el hallazgo más impresionante de los allanamientos ordenados por el juez Casanello es el inventario de los glaciares que sí fueron censados. Según interpreta Greenpeace, con sólo el 10% del inventario realizado ya se detectaron 44 proyectos mineros que deberían estar prohibidos. Dice Gonzalo Strano: “Si uno superpone el mapa de emprendimientos mineros de Argentina sobre ese 10%, se identifican que hay 77 proyectos en esas cuencas. De los cuales, 44 estarían afectando glaciares o ambientes periglaciares. Son proyectos en distintas fases de desarrollo: en exploración, en proceso. Pero el número solo puede incrementarse en la medida que se siga avanzando con el inventario”.
Según un inventario realizado por el Centro de Derechos Humanos y Ambiente, que toma de partida y línea de base el período 2005/2006, se contabilizan al menos 247 cuerpos de hielo, entre glaciares descubiertos y glaciares de escombros en zonas de influencia de la actividad de Pascua Lama y Veladero. El caso más grave está registrado sobre el glaciar Almirante Brown. En una imagen tomada el febrero 27 del 2006 el glaciar medía casi 2.5km de largo. En otra imagen se lo ve luego de que Barrick Gold lo partiera literalmente al medio: hizo un camino para llegar a Veladero.
Otras imágenes satelitales que forman parte del informe del Centro de Derechos Humanos y Ambiente evidencian la reducción de muchos glaciares desde que comenzaron actividades mineras, a mediados del año 2000. “Las voladuras en el proceso de extracción y preparación impactan en glaciares, elevando enormes nubes de polvo que se depositan en su superficie”. La foto en la tapa de este informe es del Toro 1, que según Barrick Gold tiene oro bajo su hielo.
El derrame
Ricardo Vargas, junto al abogado Diego Seguí y Gonzalo Strano de Greenpeace están de paso por Buenos Aires: deben visitar al juez federal Sebastián Casanello. Los tres son parte de una serie de indagatorias que apuntan a recolectar información sobre la aplicación de la Ley de Glaciares en la zona de Barrick.
Significa, también, que la causa tomó un giro: el juez Casanello empezó investigando el derrame de 2015, luego la responsabilidad de los funcionarios y ahora el cumplimiento de la Ley de Glaciares. Y ese giro fue originado por una presentación que hizo la Asamblea Jáchal No Se Toca. Cuenta su abogado Diego Seguí: “Cuando fue el segundo derrame –públicamente conocido el 8 de septiembre- nos presentamos ante el juez Casanello pidiendo que asociara el incumplimiento de la Ley de Glaciares al acontecimiento sucesivo de derrames que se producen en Veladero. ¿Por qué? Porque en el lugar donde se producen los derrames, que es en el valle de lixiviación, está localizado en un ambiente periglaciar. Y la ley señala que no debe haber actividad en ambientes de esa naturaleza”.
En síntesis, el planteo de la asamblea fue: de haberse aplicado la Ley deGlaciares los derrames no hubieran ocurrido.
Y eso investiga ahora el juez Casanello.
Tanto el derrame de un millón de litros en 2015 como el sucedido este septiembre, si bien se desconocen las causas exactas, tuvieron como protagonistas a las extremas condiciones de producción, pero también geográficas en las que se desarrolla el campamento Veladero. Según concuerdan todas las teorías -asamblea, empresa, Estado- el primer derrame ocurrió en el marco de un desborde de la pileta de lixiviación producto, entre otras cosas, del deshielo. El protagonista del segundo derrame fue directamente un bloque de hielo que habría roto un caño.
Dice Seguí: “Lo que demuestran estos derrames es la sensatez de la ley. Realizar una obra de envergadura en un ambiente periglaciar, en donde 9 meses al año nieva de modo constante, es un despropósito”. Ricardo Vargas suma: “Los glaciares son reservas de agua dulce, por eso la fragilidad de la zona. Es muy peligroso que justo ahí esté funcionando el valle de lixiviación, que trabaja con cianuro, pero en este caso se suma que también el campamento y la escombrera están en ambiente periglacial. La zona es delicada, y por eso no es que sólo la minería a gran escala no puede estar: una fábrica de alfajores, tampoco. No es una ley antiminera: es una ley que protege el agua”.
Si bien la causa está caratulada en cumplimiento de la ley de residuos peligrosos, que no implica prohibiciones sino sanciones ante una contaminación, este viraje hacia la Ley de Glaciares puede derivar en una prohibición.
Dice Seguí sobre la expectativa de la Asamblea: “La causa puede determinar que Barrick no puede estar donde está; y después, quién paga por todo esto”.
CABA
El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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