CABA
Juego sucio
Campaña, elecciones y marketing político. La nueva estrategia electoral: la campaña son las noticias y su presentación, y no la foto de los candidatos ni sus discursos. Cómo se manejan trolls, encuestas y focus groups. Las miradas de los distintos comités. Represiones, consejos y tendencias modelo 2017. POR SERGIO CIANCAGLINI
Por las formas o por los contenidos, el presente electoral se ve como una teoría marxista: “Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”.
Groucho Marx zafó de verse en la Argentina, país en el que la política ha empezado a subordinar sus campañas a una mezcla de marketing y maquillaje, como si todos siguiesen el camino trazado por el macrismo en los últimos años. Los partidos de izquierda pegan afiches amables con sus candidatos metidos entre gente común y corriente, por ejemplo, como venían haciendo los partidos de centro y derecha, si es que esas ubicaciones siguen significando algo. Sonrisas tenues a cámara o miradas al horizonte, con un click de esperanza.
Mientras las figuras parecen clonarse, la imagen real de campaña del oficialismo, -en la neocampaña diseñada bajo la inventiva de los ecuatorianos Jaime Durán Barba y Gandhi Espinosa Tinajero- no es la de los afiches y los spots, sino la que aparece en la tapa de los diarios y en las pantallas de los noticieros:
Despliegue de fuerzas de seguridad, allanamientos, enfrentamientos, operativos, control de la calle, violencia si es necesario, todo siguiendo encuestas cualitativas o tendencias recogidas de redes sociales (parte de la Big data) que revelan que ese despliegue no es antipático, ni autoritario, ni represivo, sino que es –junto al señalamiento de corruptos y supuestos corruptos- lo que le permitirá ganar las elecciones.
Esas operaciones pueden reflejar casos reales o no. No es lo principal. Lo que importa es el manejo de los tiempos para darlas a conocer en el gran juego de estos meses: controlar la comunicación y digitar la tendencia electoral.
Juan y Pinchame
Las encuestas son una religión actual.: los números siempre parecen decir una verdad. La Universidad Católica Argentina plantea que el 72,3% de las personas se siente insegura. Dice el asesor de un candidato como si hablara de Juan y Pinchame: “En todas las encuestas aparecen dos problemas principales: primero la inseguridad y segundo la economía. El gobierno no va a hablar de economía. ¿Qué queda?”.
El diario zonal La Nación informó que otras encuestas postulan que más del 70% de los consultados rechaza los cortes de calles ocasionados por protestas sociales. Las encuestas van a parar al principal dúo de elaboración política oficial, Marcos Peña, jefe de gabinete, y el consultor histórico del macrismo, Jaime Durán Barba.
Luego estalló un puñado de noticias:
El anuncio de quita de subsidios a personas con discapacidad (que el gobierno finalmente suspendió).
La emisión de un bono de deuda externa de 2.750 millones de dólares que Argentina pagará durante 100 años, al 7,9%.
El allanamiento en La Salada.
El acto de Cristina Kirchner en Sarandí.
Una recorrida por el Congreso, bares y comités de campaña permite recoger algunas hipótesis: lo que peor pegó en términos de imagen fue el anuncio sobre la quita de subsidios. Aunque el gobierno haya reculado, la sensación que quedó es que no le importa la gente.
Lo del bono escandaliza o atrae a los interesados en estos temas, pero no mueve las agujas electorales. Frase de asesor en ascensor: “A la mayoría le importa un corno”. Los medios oficialistas evaporaron velozmente el tema hacia un terreno amnésico. La teoría del desinterés empalma con la de Durán Barba sobre el círculo rojo: sólo 20% de las personas sigue los vericuetos políticos, mientras que el 80% está con su vida y su cabeza en otra cosa. Dato de neocampaña: el post más exitoso de la historia del PRO fue el del perro Balcarce en el sillón presidencial (diciembre 2015). Durán Barba: “Demostramos que somos sensibles y creemos en la vida”.
El allanamiento en La Salada fue un gol para el gobierno de medición encuestológica y de reacciones en redes sociales. La imagen: policías combatiendo a mafias de zonas marginales.
El acto de Cristina Kirchner provocó que Durán Barba dijera: “Es temible, nos copia”, lo cual representó a la vez una burla a esa imagen de un kirchnerismo ansiolítico, un modo de posicionarla como el rival a enfrentar, y un mensaje al propio corral: empezó la campaña.
Ese zapping de noticias destrabó una interna oficial: Mauricio Macri venía reclamándole más mano dura para reprimir piquetes porteños a Horacio Rodríguez Larreta. “Hay que hacer algo”, dijo varias veces públicamente responsabilizando al jefe de gobierno por su inacción, mientras felicitaba las intervenciones de la ministra Patricia Bullrich. En abril se exhibió el tanque antipiquetes Maverik como para mostrar cuál es la idea.
La agencia oficial La Nación hizo aparecer a un funcionario de la Rosada hablando sobre la mano blanda larretista: “Nos critica nuestro electorado, la clase media, y quedamos bien con piqueteros que nunca nos van a votar». Pero Larreta y su secretario de seguridad Marcelo D’Alessandro tenían una percepción sobre la capacidad –o incapacidad- de la policía, que podría derivar una violencia con resultados contraproducentes para su gestión a 15 años, por ejemplo, del asesinato a manos policiales de Maximiliano Kostecki y Darío Santillán que obligó a Eduardo Duhalde a despedirse del poder.
Los focus groups de Durán Barba mostraban el reclamo de mano dura, curiosamente monitoreados por el ya citado señor Gandhi. Son grupos de 8 a 12 personas convocadas para contar sus impresiones sobre determinados temas, de donde equipos de psicólogos y sociólogos captan tendencias y leen el humor social.
Reseteando
Durán Barba conectó a Peña y a Patricia Bullrich, la más tapada de las cocineras políticas del gobierno, y se reseteó la línea de acción oficial. Los lunes la ministra encabeza el llamado comité antipiquetes. La acompañan Larreta y Guillermo Dietrich (ministro de Transporte) y/o sus representantes. Allí Bullrich recordó la idea del Protocolo antipiquetes, informó que Macri le dio el ok, que Durán Barba aullaba por el tema con sus focus groups, y logró romper la mano blanda, como pudo constatarse días después en la represión a grupos sociales afines al kirchnerismo, que fue definida periodísticamente de un modo más ameno: desalojo.
Las mejores filmaciones de lo ocurrido en la 9 de julio muestran que la policía ignoró la negociación y se lanzó a desalojar con balas de goma y detenciones. Las imágenes volaban por las redes impulsadas por la neocampaña. Fernando Esteche -que no se sabe si está o se fue de Quebracho- se dio tiempo para publicar un tweet desde el lugar, criticando un mural (incomprensible para quien no vea la serie) de Claire Underwood, personaje de la serie House of Cards. “El autor de semejante provocación a metros del sobrerelieve de Evita es un gorila de la pospolítica, o sea un PRO. Y después se espantan por la grieta”, escribió Esteche, lo cual habrá sonado a música celestial a Durán Barba, y fue reproducido con ahínco por todo medio afín al oficialismo, empezando por el diario zonal. Había mujeres y niños en la 9 de Julio, también perseguidos por los policías, pero eso no se mostró.
Neocampaña: mejor exhibir a Esteche o a jóvenes con palos, que hacer hablar a Esteban Bullrich. Por eso pueden plantear candidaturas de paradójico bajo perfil. El ejemplo máximo para el ecuatoriano: “José López con sus bolsos en el convento fue el mejor comunicador. Ningún discurso de Macri hubiese sido más efectivo”.
Dos días después del choque en la 9 de Julio se lanzó un operativo majestuoso en la villa de Bajo Flores: diarios y noticieros hicieron coberturas sobre supuestos narcotraficantes, bunkers, paquetes de marihuana, detenciones. (Curiosidad: nunca hay operativos parecidos en countries, y menos aún en los muelles privados y los containers sellados que van y vienen de puertos como el de San Lorenzo, cerca de Rosario. El tema no aparece en los focus groups).
En la Fundación Patria un camporista que interviene en el equipo de campaña sostiene: “Es una encerrona. Nuestro reflejo es denunciar la represión, pero si lo hacemos nos ponen como defensores de violentos o de mafias”. ¿Hablan internamente del tema de la corrupción? “Hacia afuera no, sería hacer el juego. Y adentro tampoco se habla. El foco está puesto en hacer crecer lo que tenemos, con Cristina como jefa de todo lo que se decide”.
Sobre la campaña: “El producto es el mismo, cambiamos el envoltorio. El macrismo quiere hablar del pasado y la corrupción. Cristina entendió que hay que hacer un discurso más amable, abierto, hablando del presente que provoca un rechazo del 65% en la gente, del desempleo, los tarifazos, la inflación, lo mal que va la economía. Con mostrar eso nos alcanza”. Sobre la avenida del medio en la cual compiten Sergio Massa y Florencio Randazzo: “De ahí podemos comer también nosotros. La idea es no perder lo que tenemos como caudal, pero abrirnos, sin tanto de nuestra liturgia. Las únicas campañas definidas son la nuestra y la de Macri. Los otros quedan en la ambigüedad. A la larga la opción es uno o el otro”.
Cambiemos apuesta a lo mismo: las PASO funcionarán como una primera vuelta, pero en octubre los candidatos macristas concentrarán todo el voto anti K, que incluye según ellos a Massa y Randazzo. Y en esa polarización creen que ganan.
En la campaña de Massa calculan que un tercio del electorado está harto de la grieta. Massa critica a los bancos, la especulación, los hipermercados, la concentración económica, las mineras. “Los estudios dan que la palabra que más usa la gente con respecto al macrismo es desilusión. Hicimos oposición constructiva, Sergio fue a Davos, pero el gobierno insiste con una política para favorecer a los ricos y perjudicar a la gente”. Massa alterna sus propuestas con las de operativos contra el narcotráfico. Por ahora no propone que las fuerzas armadas entren en los barrios, como lo hizo en 2015 cuando corría por derecha.
Confesiones de un troll
Se van a elegir (aunque la palabra resulte exagerada) 127 diputados, 24 senadores y miles de concejales en todo el país. Las PASO costarán 2.800 millones de pesos. Cada campaña de las grandes cuesta entre 200 y los 1.000 millones. En uno de los comités calculan: “Colgar 15 gigantografías hace un tiempo nos salía 3 millones de pesos. Las encuestas telefónicas para medir tendencias te salen de 50 a 70 mil pesos, según los casos. Las encuestas presenciales, 700 casos, 250.000. Un acto, prolijo, con sonido, pantallas y todos los chiches, no te baja de un millón de pesos”.
Otro ítem: “En la mayoría de las radios te tarifan todo, por nombrarte, anunciar una actividad, y ni te digo si te hacen una nota. Televisión es más cara. Hay por lo menos uno de los nocturnos que está en 300.000 la entrevista”. Todos dicen que el dinero lo ponen empresarios amigos, nunca se revela nombre alguno.
También hay un rubro destinado a coaching: “Le enseñan a responder al político, a aparecer en TV, a evitar preguntas difíciles hablando de otra cosa. Arman un esquema con 16 palabras tipo ‘seguridad’, ‘futuras generaciones’, ‘la gente’, ‘progreso’ y vos tenés que argumentar a favor o en contra de cualquier tema, pero siempre metiendo esas mismas palabras”.
En todos los comités no macristas hay un reclamo compartido: los trolls. “Tu candidato dice cualquier cosa crítica contra el gobierno, y en minutos tenés 50 energúmenos matándote y difamándote desde los trollcenters”. A esos grupos se los llama también granjas de trolls: centros de especialistas que por un lado recaban datos y tendencias en las redes sociales y plataformas de información, y por otro falsifican identidades y crean miles de cuentas para difundir mensajes por las redes sociales (Facebook, Snapchat, Twitter, Instagram) para generar corrientes de opinión, tending tropics, y mensajes según para quién trabajen.
Se supone que hay al menos un equipo que trabaja para el oficialismo, con unos 40 especialistas en temas digitales. No son empleados precarizados, precisamente, y por eso hay tanto silencio alrededor, sin filtraciones. Firman cláusulas de confidencialidad para garantizar la opacidad del sistema. El gobierno dice que no es algo promovido desde la Casa Rosada, sino una especie de militancia PRO. Marcelo Tinelli denunció este tipo de campañas y a partir de eso se difundieron nombres como el de Guillermo Riera, que trabaja en la jefatura de gabinete o el de Octavio Paulise, como posibles coordinadores de estos dispositivos.
MU pudo hablar con alguien que trabajó en una de estas granjas. “Yo era desarrollador de software para que una cuenta de Twitter pudiera interactuar con muchas más. Medían el impacto en redes, y vendían seguidores truchos que a la vez interactúan para hacer llegar más lejos los mensajes. Unas 6 o 7 personas te podían manejar unas 20.000 cuentas desde una oficina que siempre estaba cerrada. Se crean las cuentas falsas o bots, por robots, que en muchos casos se compran a la India muy barato. Vos les cambiás el nombre y les ponés fotos, había todo un stock fotográfico con perros, mascotas, dibujos y plantas. A esos bots los manejan personas reales, y todo salía por servidores proxys, conectados a un servidor en un tercer país y de ahí iba Twitter, por lo tanto son cuentas muy difíciles de rastrear. Encima la empresa tenía dos o tres nombres, para hacer más complicado que la detectaran”.
La granja diagramaba horarios y contenidos a determinados periodistas o “influencers” para instalar tendencias. El aspecto menos conocido de todo esto es el análisis de Big data. El gobierno ha desarrollado un acuerdo con Facebook (Facebook at work, FAW, una intranet para canalizar la comunicación dentro del Estado de alcances no conocidos). Tiene además acceso a toda la base del Ansés, y otras plataformas de Big data como los bancos, las telefónicas, los servicios públicos. Es un enigma hasta qué punto el gobierno está en condiciones de acceder y usar esa Big data en beneficio de sus necesidades de comunicación y votos para preservarse.
La noticia: los algoritmos, búsquedas de tendencias y captación de ánimos en la Big data son lo que hay, pero no pueden acceder a lo que hay y no se ve. No pueden prever, por ejemplo, que Durán Barba diga, como dijo, “Hitler era un tipo espectacular”, ni que la sociedad a la que nada le importa un corno haya podido rechazar con eficiencia el 2×1 que intentaba favorecer a genocidas. El gran ojo no lo ve todo.
Supersticiones
La neocampaña continuará según algunas coordenadas que Durán Barba transmitió a los candidatos de Cambiemos en un encuentro en Parque Norte. A María Eugenia Vidal se la mantendrá en un cono del silencio, sin confrontar, e intentando mostrar gestión y obras. Al resto: “Les preguntan si habrá ajuste, ustedes responden: ‘No vamos a hace un ajuste’. A toda crítica empiecen respondiento ‘no’, y después digan lo que quieran”. Durán Barba refrescó sus viejos consejos para los debates políticos: “No propongas nada y no expliques nada. Mejor hablá de tus hijos”. Otra orden, destilada por el periódico contrainformativo Clarín: “Vamos hablar solamente del pasado y del futuro”. Dicen los consultores que el marketing no soluciona la falta de gestión, pero sí puede esconderla: el presente económico queda en la agenda de la oposición mientras la neocampaña, la presentación de las noticias, los bots, las operaciones y las viralizaciones intentarán llevar todo hacia atrás o hacia el principal producto que estará en oferta, incluso contra la realidad: la ilusión.
Mientras tanto regirá la superstición de creer que el sistema electoral es equivalente a la democracia. Y si en agosto y octubre la decisión depende de los indecisos, el enigma será saber a quiénes dirigirán los votantes otro virulento apotegma del marxismo: “Jamás olvido una cara, pero en su caso haré una excepción”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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