CABA
Bot & Voto: Big data y política
¿La Big Data alcanza para ganar una elección? Un documental y un libro analizan el uso de las estrategias electorales, de uso de datos y manipulación. Diferentes miradas, del caso de Cambridge (Trump y Macri) a la paliza en las PASO, camino a octubre. FRANCO CIANCAGLINI
Se le atribuye al candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto haber dicho que el comando de campaña del PRO se parece a la NASA. La imagen va en línea con un mito autogenerado por Durán Barba sobre el uso novedoso de la tecnología que aplica Cambiemos en las estrategias electorales, no tan bien respaldado en las últimas PASO. Se habla de big data, de granja de trolls, de bots, de targeting, de microtargeting, de fake news. Pero, ¿cómo funciona, supuestamente, esa máquina?
En el reciente documental Nada es privado (The Big Cheat) Netflix muestra cómo actuó la polémica empresa Cambridge Analytica en distintos procesos electorales. Los más abordados son los que llevaron a la victoria de Trump y la campaña promotora del Brexit en el Reino Dividido, pero al minuto 40:22, entre los logros de la empresa británica, figura una placa que dice “Argentina – 2015” junto a la imagen de un Macri sonriente acompañado por Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.
La vinculación de Cambridge Analytica a la campaña 2015 de Cambiemos ya había sido adelantada por el informe del canal británico Channel 4, que reveló en marzo de 2018 lo que se consideró un escándalo a nivel político, electoral y democrático: cómo, supuestamente, los candidatos de Cambridge aplicaron métodos para manipular a los votantes. Aquí hay dos cuestiones: una de corte ético, si se quiere, sobre si está bien o mal manipular a personas que debieran elegir libremente (¿no fue, acaso, siempre así?); otra más concreta apunta a investigar si se valieron de manera ilegal de datos de los usuarios tecnológicos. Ese informe de Channel 4 (que puede verse en YouTube como Cambridge Analytica Uncovered: Secret filming reveals election tricks) comienza con una mujer que luce una remera de Argentina festejando la victoria de la fórmula Macri-Michetti en diciembre de 2015.
En mayo de 2018, la Agencia de Acceso a la Información Pública de Argentina respondió a MU lo siguiente: “Desde la Agencia de Acceso a la Información Pública iniciamos una investigación de oficio contra Facebook para determinar si violó la Ley de Protección de Datos Personales de nuestro país a raíz del caso Cambridge Analytica. Es un proceso que llevará su tiempo y todavía sería imprudente adelantar cualquier conclusión al respecto”.
Consultada nuevamente para esta nota, la Agencia se limitó a responder que la investigación continúa abierta (después de más de un año) y que, a las puertas de otra elección, “no hay más comentarios para hacer por el momento”.
TÉRMINOS Y CONDICIONES
El denominado Project Alamo fue el monstruo que creó Cambridge como estrategia para buscar la victoria de Trump en las elecciones de 2016 en Estados Unidos frente a Hillary Clinton. Ya la campaña de Obama en 2012 había innovado en el uso de redes sociales, pero fue el crecimiento de un senador con aspiraciones presidenciales, Ted Cruz, lo que llamó la atención del magnate rubio. El CEO de Cambridge Analytica, Alexader Nix, se adjudicó esa campaña de Cruz –aunque finalmente no ganó- y Trump terminó por contratarlo.
La estrategia de Cambridge se centró sobre todo en Facebook (invirtió 1 millón de dólares por día) donde, a través de una encuesta falsa, logró obtener perfiles psicológicos de 50 millones de ciudadanos. Gustos, conductas, intereses, todo formaba parte de un gran volumen de datos que, teóricamente, les permitía arribar a cierta previsibilidad en el comportamiento de los votantes. Según el documental, esos datos colectados para campaña de Ted Cruz se pusieron al servicio de Trump.
Lo siguiente fue que un grupo de “creativos” generara mensajes pensados según esos perfiles influenciables, ya sea en forma de videos, memes, banners, blogs, noticias verdaderas o falsas. Un ejemplo: bombardearon las redes con distintas piezas comunicacionales que caracterizaban a Hillary Clinton como corrupta. ¿El límite?: “Hasta que vieran al mundo como nosotros queríamos, hasta que votaran a nuestro candidato”, revela uno de los cerebros de Project Alamo.
Otra de las claves es que no todo votante fue blanco por igual: los recursos se destinaron a quienes podían cambiar su voto o que aún no lo tenían definido. Los “persuadibles” –como los llamaba Cambridge- conformaban un porcentaje más bien bajo de la población.
Dividieron entonces Estados como Michighan, Pensilvania o Florida en distritos más pequeños. Y cruzaron los perfiles de esas localidades para ver qué cantidad de “persuadibles” había en cada lugar. Si llegaban a la conclusión de que había, por ejemplo, 22 mil persuadibles y era suficiente, trabajaban ahí.
El documental desliza que Cambridge se valió de datos de manera ilegal, es decir, sin que los usuarios dieran su consentimiento. Actualización de estados, likes y hasta mensajes privados habrían servido para engordar esos perfiles nacidos con la falsa encuesta. Brittiny Kaiser, excéntrica ex directora de Negocios de Cambridbge, dice en el film tener pruebas de que en la elección del Brexit y la de Trump pudieron haberse valido de recursos ilegales. Confiesa que el relato que desnuda a Cambridge aún es fragmentado pero que pronto se espera sea “perfecto”.
Extrañas coincidencias
La teoría de Cambridge y la del PRO coinciden en el siguiente planteo: un mensaje efectivo dirigido a la persona correcta puede hacer convertir un voto indeciso en un voto propio. Y eso surge no de la Big Data sino del clásico análisis electoral: la mayoría de los analistas coincide en que 1 de cada 5 argentinos decide su voto en la última semana de campaña. “La consultoría política pretende que en un día determinado la gente vote como tú pretendes”, plantea Jaime Durán Barba en el documental ¿Qué democracia? de Artó Cine. “Una buena estrategia es un plan general de la campaña que analiza todo lo que se hace basado estrictamente en investigaciones”, revela. Y da un ejemplo sencillo: “Había gente que decía que (Macri) privatizaría la salud y la educación. ¿Qué carteles pusimos? Más educación gratuita, más salud gratuita. Carteles más bobos que esos desde la publicidad, imposible”.
En sintonía con la campaña de Trump, entre las PASO y octubre de 2015 el PRO centró su estrategia sobre pocos distritos: Córdoba, Buenos Aires y Capital Federal. No más. Y aterrizó allí con mensajes teledirigidos a votantes que pedían cloacas, el fin de la corrupción o más seguridad, dependiendo el perfil influenciable en cada caso.
La ex CEO Kaiser también confiesa que “en todas las campañas de Cambridge Analytica para los países en desarrollo se recurrió a la práctica de algún truco o nueva tecnología: cómo convencer a la gente, cómo evitar la participación o cómo aumentarla”. Y eso también ocurrió en 2015 en Argentina: en octubre Cambiemos sumó un millón de votos de electores que no habían ido a las internas, lo cual contribuyó a revertir el resultado.
No hay dos consultores políticos que repitan explicaciones sobre por qué ocurren estos fenómenos que parecen ser multicausales. Y mientras Cambiemos alimenta el mito digital, se sabe que un mago no revela sus trucos. Si bien ahora la estrategia en las PASO parece haber fallado –con bots disléxicos como el principal bochorno- lo cierto es que en 2015 la fórmula Macri-Michetti se subió a la presidencia por apenas 600.000 votos. Al otro día, Macri fue decorado por los medios como “el primer Presidente de Facebook”.
La red y la trama
¿De qué sirve pensar la elección de 2015 hoy? Para el especialista Luciano Gallup el uso de la llamada Big Data es tan sólo una arista más de un proceso electoral mucho más complejo. El resultado de las PASO parece darle la razón. A diferencia del documental de Netflix, su primer libro Big data y política, de los relatos a los datos intenta no caer en teorías conspirativas ni paranoicas. Y aunque también da indicios de cómo funciona la cocina de las redes, logra su objetivo de permanecer en el análisis y no en el discurso.
Según Gallup, Cambiemos primereó en 2015 al darle una lugar central a la estrategia digital de la campaña. “Entendieron que podían resolver vía redes algunos de los problemas que tenían en los territorios”, explica. “De 2008 a 2015 hay un montón de años en los cuales lo digital crece no solo en términos electorales sino en términos de movimientos sociales: la primavera árabe, Ocuppy Wall Street, el 15, el Ni Una Menos. Esas experiencias le muestran a la clase política que lo digital no es solo un medio de comunicación sino que tenés espacios de participación, que las personas se conectan para sumarse a causas que les interesan”.
A partir del 2017 Gallup calcula que lo digital entra en todos los partidos políticos argentinos, en mayor o menor medida. Y que cada año que pasa el grado de importancia de la estrategia digital es mayor: “Fundamentalmente por un dato: en la elección de 2015 Argentina no tenía un desarrollo de banda ancha móvil como ahora. Aumentó la conectividad. Esto genera que haya más consumo digital en móvil: más videos, más formatos. Es medio obvio que tiene un peso significativo, lo que no quiere decir que haya desplazado a otras cosas. Las redes amplían la esfera pública pero no reemplazan ni los territorios físicos ni a otros medios como la prensa o la publicidad clásica”.
Primera posible lección de la derrota del gobierno: las redes suman, pero no reemplazan. Y si se usan mal (como los bots de Twitter), restan.
Sin identidad
En la campaña para las PASO tanto el PRO como el Frente de Todos sofisticaron sus equipos digitales.
Por su parte, la oposición se aggiornó aunque según Gallup tiene menos recursos que el PRO: “Lo digital requiere mucho tiempo y en eso los oficialismos van con ventaja porque tienen más recursos y pueden planificar mejor: ya saben quiénes son sus candidatos, etc. Dentro de la urgencia y la desprolijidad de ser opositor, el Frente de Todos tiene una idea de qué hacer en lo digital y convoca a la participación. Hablar de otros espacios es complicado, pero por nombrarte a la campaña de Lavagna, no tienen la menor idea de cómo gestionar lo digital”.
Por otro lado Cambiemos intentó innovar en el uso del Whatsapp, invirtió mucho dinero en Youtube y en redes como Facebook, Twitter e Instagram llamó los ciudadanos a que participaran de la campaña (como lo hizo Obama en 2012): convocó a convertirse en “Defensor del Cambio” e hizo circular fotos con la imagen de Macri y un “Yo te voto”.
Para Gallup la estrategia importada no terminó de estar bien resuelta: “Es una elección en la cual la definición es a quién odiás menos y no con quien te sentís más conmovido, sobre todo del lado de Cambiemos. Cambiemos hoy está definido como ‘lo de en frente es peor’, y no como una identidad potente. Entonces quiere resolver una instancia de participación pero para participar tenés que sentirte parte de algo, y hoy sentirse parte de Cambiemos es difícil, a diferencia de 2015”.
Segunda lección: no hay participación sin identificación. Y definirte por oposición puede ser útil, pero no genera compromiso: “Decir que los de en frente son malísimos no necesariamente te alcanza para ganar una elección; y si ganás, no te genera un compromiso de tus votantes con tus proyectos. Vas a seguir teniendo problemas de legitimación de la opinión pública pase lo que pase”.
En este sentido se notó también que el PRO sólo hace un uso electoral de las redes pero no lo desarrolla durante la gestión. Gallup: “Hay muchas más ganas de ganar una elección que de ver qué se puede hacer más allá de pedir votos. Lo digital y las tecnologías de la información permitirían pensar nuevas formas de relacionarse con los ciudadanos más allá de contarles que estás haciendo: dinámicas de gestión, de toma de decisiones, de denuncia, de sentirse parte. Hoy eso no se está usando”.
Es la política
La sobreestimación del poder Big Data fue fogoneada al calor del escándalo de Cambridge y ante la propia confesión de muchos de sus creadores sobre el uso de datos privados con fines electorales y comerciales.
Su uso pareció hacerse efectivo en elecciones reñidas pero para Gallup no es la causa sino otro de los efectos de un termómetro que sigue siendo social y político. Otro ejemplo: “Bolsonaro se montó sobre un descontento e hizo circular mensajes de odio en las redes, sí. Pero, ¿cuál era la razón? Probablemente tenga que ver más con el hartazgo de la sociedad brasilera con la violencia y la pobreza que con que se los pueda manipular o no por redes sociales. El problema no es el uso o no de Big Data, sino que las sociedades son más injustas”.
El planteo de Gallup apunta a descartar la idea de que las personas son fácilmente manipulables: “Las teorías de manipulación no pueden explicar, por ejemplo, por qué el Brexit fue votado por los viejos y no por los jóvenes que son los más usuarios de redes; no logra explicar por qué en el primer trabajo de Cambridge con Ted Cruz perdieron la elección con Trump”.
Entonces, última lección: las redes son un canal más de manifestación y participación, pero no el único. “No es que tenemos mayor circulación de mensajes de odio o estamos más polarizados que durante el 55 en Argentina. El antiperonismo fue un mensaje de odio y ‘viva el cáncer’ (destinado a Eva Perón) estaba escrito en la pared como hoy estaría en las redes. Pensar que la Big Data define una elección es tranquilizador porque la conclusión sería cerrar las redes, y no es así. El problema es económico, cultural y de las democracias, no de las redes sociales”.
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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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