CABA
En carne propia: frigoríficos recuperados y el debate sobre la producción
Mercado concentrado en manos de corporaciones, reinado sojero y precios de exportación en las carnicerías. En ese paisaje nació un espacio que agrupa a 12 frigoríficos cooperativos y representa a más de 1.400 trabajadorxs, con potencial para llegar al 10% de la producción nacional. ¿Cómo combinar exportaciones y mercado interno? Experiencias, ética y propuestas que muestran desde la autogestión los caminos para democratizar la alimentación y generar trabajo. Por Lucas Pedulla.

Esta nota forma parte de la MU 160 que hicimos gracias a nuestrxs cómplices. #HaceteCómplice del periodismo sin patrón acá.
Máximo Paz es una localidad de 10 mil habitantes de la bonaerense Cañuelas, que en 2004 vivió un temblor: el frigorífico que lleva el nombre del pueblo había dejado a sus 110 trabajadores y trabajadoras en la calle. Pero lo que parecía una más de las sucesivas quiebras que desde los 90 la familia Piczman tenía como estrategia para licuar deudas, se transformó en tres verbos de trabajo: “Ocupar, resistir y producir”.
El 25 de junio de 2007 fue la primera faena de un proceso que no solo recuperó fuentes laborales, sino que las creó: hoy son 150 trabajadorxs que faenan 10 mil vacas por mes, tienen 48 corrales para 2.549 cabezas de ganado y 15 cámaras de frío para 3.200 animales. Aun así, Miguel Manteca Saavedra, 52 años y actual presidente de la cooperativa Frigocarne, dice: “Estamos al 50% de nuestra capacidad”.
La explicación es uno de los motores de un espacio novedoso, que se insertó en la discusión por el precio de la carne vacuna con un nombre que interpeló al Estado e incomodó a los grandes jugadores del negocio: Mesa de Frigoríficos Recuperados.
Algunos datos:
- Agrupan a 12 cooperativas: 6 de la provincia de Buenos Aires, 3 de Chaco, una de Mendoza, una de Misiones y otra de CABA, con posibilidad de sumar más.
- Representan a 1.425 trabajadoras y trabajadores directos.
- En el último año tuvieron una producción-faena de 536.621 cabezas: 110 millones de kilos gancho de medias reses vacunas.
- Sobre un total anual de 14 millones de cabezas, representan el 4% del mercado interno, “con capacidad para llegar a un 10% del total”, aclaran.
Mirta Aranda fue la primera presidenta de una recuperada de la carne, en apoyo de su compañero, uno de los fundadores de la cooperativa, cuando las familias eran el pilar de la recuperación y debían juntar entre todas el dinero que apenas alcanzaba para comprar zapatillas a sus hijos: “Era buscarse otro laburo o resistir todos. Y resistimos todos”.
Con esa misma filosofía, nació esta Mesa de Frigoríficos Recuperados.
De quién es la propiedad
Frigocarne es un predio inmenso de 10 hectáreas que resistió distintas embestidas a lo largo de su historia. La última fue durante el macrismo: 18 meses frenado y suspensión de matrícula. El entonces Ministerio de Agroindustria emitió además una resolución en la que decía de forma taxativa que “las Cooperativas de Trabajo no podrán solicitar inscripción de la categoría Matarife Abastecedor”, la que le permite a los frigoríficos comprar los animales y comercializarlos por su cuenta. De esa forma, muchas cooperativas pasaron a ser únicamente prestadoras de servicio.
Saavedra: “Las cámaras empresariales dijeron que éramos competencia desleal. Sacaron esa resolución por la cual no podemos comprar ni vender, solo vender nuestra fuerza de trabajo y el establecimiento. Pasamos de echar un patrón a tener otro. Pero a nosotros no nos pueden asustar. Muchos planteaban que con Macri no íbamos a abrir más. Fueron discusiones bravas, porque los compañeros tienen que comer, comprar remedios, tienen hijos. No es fácil: hicimos guardias, nos quedamos en las noches, pasamos las fiestas aquí. Nuestra posición fue siempre política y así resistió tanto tiempo el frigorífico. Acá ya tenemos tres generaciones: los que tomamos la cooperativa, los hijos y los nietos”. Miguel Navarro es parte de las nuevas camadas, tiene 31 años, empezó como operario y hoy está en la administración: “Todos los días demostramos una producción sustentable sin patrón. Nuestra discusión no es de renta: es por el trabajo”.
En Frigocarne también se recuperó una ética de producción: todo el predio que rodea a la fábrica estaba lleno de yuyos, abandonado y desperdiciado. Hace un año y medio la cooperativa se puso en contacto con la Unión de Trabajadorxs de la Tierra y lo que antes eran ruinas hoy está en tránsito hacia un pulmón verde. Ya hay tres hectáreas y media de producción agroecológica de brócoli, coliflor, repollo, puerro, zanahoria, remollacha, lechuga, habas, verdeo. Allí trabaja Ariel Guzmán –boliviano, 35 años– con su familia: pasó de pagar $8.000 la hectárea en La Plata (trabajaban siete, $56.000 todos los meses) a vivir en ese predio que la cooperativa cedió en comodato a la UTT.
Saavedra retoma otra de las demandas de la Mesa de Frigoríficos: un Plan Integral Ganadero que incluya, entre otros elementos, el acceso a la propiedad de la tierra. “Hablamos de que los campesinos puedan tener tierras. Si nosotros podemos facilitarles estas hectáreas, el Estado puede: tiene las tierras donde poner a producir animales que van a ser para consumo del pueblo. No digo que vayas al choque contra el sector concentrado, pero sí empezar a socavar por abajo. Si no, estamos esperando siempre a elecciones. ¿Vos pensás que los otros tienen dudas? Tenés que moverte, porque ellos no perdonan”.
Cuchillos y bolsillos
El gobierno justificó el cierre de las exportaciones de carne por 30 días a partir de un dato concreto: la cantidad exportada en el primer trimestre del año aumentó un 22%, pero en dólares ingresó la misma cantidad que en 2020, en un contexto de escalada de precios. En los primeros cuatro meses el precio aumentó un 22%, y acumula 64,7% en los últimos 12 meses. La Mesa acompañó la medida, subrayó que el objetivo era abrir un canal diálogo con los grandes exportadores –el Consorcio ABC: 22 empresas– para frenar la disparada, pero puntualizó que si bien la exportación es una fuente distorsionadora de los precios locales, no es la única. De hecho, el precio no bajó: el lock-out de la Mesa de Enlace redujo la oferta y en el AMBA se registró en mayo una suba del 6,1%. Más allá de los nuevos consumos, la carne es una variable crucial en la economía doméstica: representa un 20% del gasto promedio de un hogar.
Para entender la complejidad de esta estructura no hay que ir a Harvard o Chicago, sino a Virrey del Pino, en los confines de la galaxia de La Matanza. En un predio rodeado de árboles, canchas de fútbol y una huerta agroecológica del MTE (Movimiento de Trabajdores Excluidos), se erige el frigorífico La Foresta, fundado con el barrio en 1957, recuperado en 2005, 156 integrantes, con una faena de 5.000 cabezas mensuales pero con capacidad para 20 mil. Cristian Montiel ingresó con 18 años y hoy, con 45, es el presidente de la cooperativa. Vivió todo: las quiebras, la toma, las noches, las discusiones familiares. “Los que salían a trabajar para llevarse un mango juntaban monedas y me traían algo todas las semanas para que no saliera a buscar trabajo, porque si no esto se perdía. En ese momento tenía dos hijos, hoy tengo cuatro. Era y es nuestra casa”.
Uno de los que despertó el sueño cooperativo fue Marcelo Gaucho Yaquet, militante del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), que apoyó el proceso. Los trabajadores votaron hacerlo socio y hoy sigue recordando la primera faena autogestiva, el 25 de noviembre de 2006: “Gente grande y de cuchillo, de esas que no te imaginás llorando, con lágrimas de felicidad”.
Yaquet es hoy director de Fortalecimiento de Sistemas Productivos Locales, dentro del Ministerio de Agricultura: “Así como están las mesas de consumo interno, o las de exportadores, una mesa de Frigoríficos Recuperados era necesaria para entrar en una relación de ida y vuelta con el sector, desde un cuerpo y un nombre que lo ponga en igualdad de condiciones para ser escuchados con voz propia y opinión”.
Explica lo complejo: “La simpleza del proceso de la carne vacuna debería estar en tres eslabones concretos: 1) la producción primaria; 2) el valor agregado, que es el matadero-frigorífico y la industria; y 3) la boca de expendio, que es la comercialización. Lo que pasa es que en el desarrollo de esta cadena intervienen otros eslabones, y la cadena no es algo equilibrado o eficiente, porque cada eslabón juega en función de lo propio. En los últimos 20 años la producción del grano le fue sacando terreno a la producción vacuna y hubo un cambio de tecnología en la producción del animal, que terminó siendo el engorde de corral, lo que hoy llamamos feedlot. Antes necesitabas una hectárea para un animal, y ahora el engorde se hace todo amontonado. Por lo tanto, a la cadena ya le agregás el precio del alimento de engorde: si sube el maíz (aumentó 170% en un año), ya te sube un porcentaje del costo de animal producido”. Un animal hoy cuesta aproximadamente $80.000 ($240 el kilo).
Otro eslabón agregado es la recría: “Al no tener una buena pastura, los pequeños y medianos productores se sacan de encima el animal a 180 kilos, para que llegue a los 230 kilos necesarios para entrar a un engorde”.
Otros dos eslabones: “Entra el consignatario, que es el que junta las diferentes cabezas de animales para ponerlas en el Mercado de Liniers, o para venderlas directamente a los matarifes, otro eslabón: es el que compra el animal en pie y lo termina vendiendo a medias reses. Entre el animal de pie y la media rese, aparece el matadero-frigorífico”.
Otro cambio de las últimas décadas, según Yaquet: “Argentina viene perdiendo en consumo un kilo de carne vacuna per cápita por año. En los 80 veníamos en 86 kilos; hoy estamos en 46. Y no es que comemos menos carne: se come más carne aviar (casi 5 veces más) y porcina (casi 2 veces más). Lo otro tiene que ver con la exportación y es que hay una demanda muy grande de los chinos: se llevan casi el 70% de la exportación. Y están en un proceso de cambio de comer una carne mala a una mejor: eso hace que el ‘animal malo’ suba, y arrastra al de más categoría”. Otro 15% se destina a plazas de la Unión Europea, Israel y otros países que consumen cortes de alto valor.
En esa ecuación, Yaquet subraya un elemento clave: “El bolsillo de los sectores populares está cada vez más chico en relación a los alimentos. A eso hay que sumarle que el aumento de los costos de la boca de expendio también encarece el precio: si la luz y el alquiler de la carnicería aumentan, la carne va a salir más cara. Entonces, desde la renta de la tierra hasta la luz de la carnicería: ¿quién determina el precio”.
Yaquet responde: “Con décadas de neoliberalimo, es el juego del libre mercado”.
Pizarras y discusiones
La UTT realizó en mayo un “asadazo” en Avellaneda, sur del conurbano bonaerense, en el que vendió tira de asado a $460 el kilo ($900 o $1.000 en las carnicerías), con una consigna: “La carne puede estar más barata”. Juan Pablo Della Villa, secretario de Comercialización de la organización, explica: “Es carne de un frigorífico de Avellaneda que dedica el 70% a la exportación pero entiende la necesidad del pueblo. Por eso promedia entre los precios que exporta y los del mercado interno: si exportás a 1.500 podés vender adentro a 350”.
Vendieron tres toneladas en cuatro horas: “Hay un pueblo que se está muriendo de hambre. No hay margen: tenemos la crisis sanitaria más grande de nuestra historia y en el medio estamos peleándonos por el precio de la comida”. La UTT propone desarrollar la agroecología para no depender de la alimentación a base de cereales: “El pequeño productor está ahogado por los números, y termina produciendo carne el que tiene un buen cuadro de feedlot, que además es una mala carne: el 90% de la producción es feedlot o con engorde a través de granos, todo transgénico. Eso es lo que comemos”.
Saavedra piensa que la producción de otro tipo de carne choca con una urgencia: “Si no faenamos 5.000 animales mensuales, esto se muere. La luz pasó de $55.000 en 2017 a $1.200.000. ¿Cómo hacemos? Por eso es que planteamos que se necesita tener un Plan Integral Ganadero”.
Yaquet: “El planteo implicaría, por un lado, poder tener más stock ganadero en Argentina, que hoy tiene un plantel de 52 millones de cabezas, casi el mismo hace 50 años. Por otro, acompañar y fortalecer al pequeño y mediano productor para disputar la concentración de unos pocos y avanzar en el proceso sin eslabones intermediarios. Si planificás, podés pensar un esquema para abastecer el mercado interno, y a la vez quedarte con un saldo exportable”. Por eso la Mesa plantea que hay capacidad en las cooperativas de pasar del 4% al 10% de la producción.
Otra observación para transparentar el precio del mercado interno es que la compra directa de la hacienda para exportación no pase por el Mercado de Liniers. Montiel, de La Foresta, explica: “El Mercado es una feria y ahí los grandes jugadores distorsionan. Alguien pregunta cuánto sale un corral, se remata a $205, otro dice $207, pero llega Coto que dice $225, y ya está: le pone precio, ya no tenés competencia y marca el compás de los precios en Argentina”. Saavedra: “El productor pone Canal Rural para definir el precio”. Yaquet: “El valor del grano está fijado por la pizarra de Rosario, que a su vez es un reflejo de los precios del mercado de Chicago. Ese modelo de economía termina descompaginando todo”.
Al cierre de esta edición la Mesa se había reunido con Agricultura, INAES y Ministerio de Trabajo, pero el Ministerio de Desarrollo Productivo a cargo de Matías Kulfas no los había recibido. Saavedra: “Todavía hay funcionarios que nos dicen que no saben si realmente somos una recuperada y si somos testaferros de matarifes. Escuchame: estamos en regla con los libros, hacemos asambleas todos los meses, cumplimos todos los requisitos, nos hicimos cargo de esto porque el dueño la destruyó. Que el macrismo me diga eso, me lo banco. Ahora, que me lo digan nuestros compañeros…”.
Romper la factoría
Sobre Donato Álvarez al 1151, en Caballito, el puesto de fiambres y embutidos de la Cooperativa Torgelón no descansa: el barrio sabe que en este frigorífico casi centenario (nació en 1923) se consiguen, por ejemplo, salamines $200 más baratos que en cualquier supermercado. Victor Sena está por cumplir 50, es el presidente de la cooperativa que recuperó 52 fuentes laborales en 2008 y produce 8 mil kilos de embutidos por semana. Por qué el precio bajo no es un milagro: “Los empresarios están acostumbrados a ganar 100 veces más que un empleado. Acá uno se compraba un BMW, otro un Mercedes, mientras nos atrasaban los sueldos”. El cooperativismo de trabajo implica otro proyecto. “En un país que produce alimentos, comer es un lujo. Hay que ir más a fondo y que el Estado maneje las exportaciones: si no, entre la minería, los sojeros y los chinos te hacen del país una factoría. Hay que hacer un cambio drástico porque así la riqueza se va, y solo queda la pobreza”.
En La Foresta, esa mirada cruza generaciones, desde Anibal Montiel (74) hasta Daiana Machuca (23). Aníbal trabajó aquí hasta 1981 y volvió al jubilarse a su puesto de serruchador. Daiana está en Seguridad e Higiene: “Recuerdo que para mi abuelo esto era su vida”. Al fallecer, enterraron sus cenizas en el predio. Daiana: “Siento que esto es parte de la vida de toda mi familia”.
Estos frigoríficos generaron nuevas fuentes de trabajo: en los 15 años de La Foresta pasaron y se formaron más de 600 personas. Héctor Russo (50), es calderista: “Esto es una escuela, pero no tenés que pagar para aprender sino escuchar a los compañeros. Ves cómo la guerrean y se convierte en parte de tu historia. Estamos cuidando el trabajo, que es nuestra casa, pero también el plato de comida que llevamos a nuestros hogares”. Algo es obvio: la Mesa de Frigoríficos Recuperados representa algo más que un reclamo sectorial.
Es lo que expresa, por ejemplo, Mirta Aranda en Frigocarne: “Siempre tuvimos que luchar para profundizar lo que queríamos, cuando en la política a veces no sabes dónde moverte. Pero no nos movemos de un lugar: el de la justicia social. En eso no hay término medio”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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