CABA
Hermanarte: Ferni y Luchi de Gyldenfeldt
Gemelas no binarias, docentes y cantantes. Comparten el dúo Ópera Queer y un camino artístico y activista que avanza en visibilidad y derechos. Lo bueno y lo malo de estar en foco. Los caminos individuales, los colectivos. Y qué significa hermanarse: autogestión, arte y política para un mundo mejor. Por Claudia Acuña.

Es la mirada de Luchi y Ferni la que alumbra esta charla que comenzó en una parrilla de Chacarita, siguió por wasap –audios y textos- y terminó en un mediodía en la confitería Las Violetas, Almagro. Y en cada ocasión el deteriorado mundo cotidiano se oscureció y solo quedó, brillando, lo que ellas hacen ver: un futuro en tensión de inminente parto.
El dolor que obliga a hacer fuerza.
Claros son los ojos de estas gemelas que llegaron a este mundo fecundadas en un mismo óvulo por dos espermatozoides. El patriarcado y el capitalismo, les digo en broma y en serio, para sintetizar lo que tienen en común con el resto de la humanidad, pero también aquello que las distingue: ellas lo saben desde el vamos. Tienen además una conciencia especial, como un súper poder que les otorga el plus que las caracteriza: les tocó en suerte aprender a compartir, a ser cómplices y a construir juntas cada destino personal. “Nadie puede nada en soledad”, concluirán ahora, cuando esa frase la convierten en linterna para atravesar la oscuridad de una época opaca.
Ferni está en pleno jaleo, luego de haber logrado cambiar para siempre las reglas del festival de Cosquín cuando dijo “no” a la propuesta de participar en las tradicionales categorías binarias –voz femenina o masculina- y demostrar así cómo había cambiado el mundo, el nuestro, el de todos los días. El Festival se avino a sincronizar estos tiempos –denuncia ante el INADI mediante– y el aplauso y respeto del público de Cosquín hizo el resto. El resultado: ahora todos los miércoles a las 20 conduce el programa Brotecitos, en Radio Nacional Folklórica –junto a Susy Shock y Valen Bonetto–, prepara junto al guitarrista Nahuel Quipildor un recital en el Centro Cultural San Martín –será el 26 de abril a las 20.30– y espera que se defina la propuesta para interpretar la Misa Criolla junto a la Filarmónica Nacional. En tanto, de 8 a 17, sigue al frente de las clases de música del Liceo 9: es docente en la escuela pública donde estudió.
Luchi está concentrada en su próximo desafío académico: concursa por una vacante en la Maestría de Gestión Cultural LGTBI+ de la Universidad de Buenos Aires, mientras prepara la celebración del primer año de la Cátedra de Canto Disidente que dirige en la Universidad Nacional de las Artes –será el jueves 5 de mayo a las 17–, mientras ensaya la ópera Mujer sin nombre, que tendrá como escenario el CCK: será el 9 de julio a las 18. Sí: también es docente en la universidad pública donde estudió.
Juntas son Ópera Queer y harán una gala lírica en el auditorio principal de la Facultad de Derecho junto a la Banda Sinfónica porteña, en junio también.
Este breve resumen de algunas de las muchas actividades que nutren la agenda de Luchi y Ferni es apenas una de las tantas pruebas de ese futuro que nos hacen ver. Las otras pruebas son las mozas de la parrilla o las vecinas que toman su té con masas en Las Violetas, que ni se sorprenden ni cuchichean cuando las ven, Ferni con un vestido turquesa, Luchi con un la boca y las uñas color fuego; ambas con la brillante mirada de quien habita el presente con luz propia.
Lo que sigue es apenas un resumen de lo mucho que hablamos, de lo tanto que dejaron resonando y del enorme desafío que representan. Palabras que se comprenden mejor al escucharlas cantar, porque es en la música y con el arte donde calan profundidad, donde realmente se sienten.

¿Hay una nueva agenda de la diversidad cultural?
Luchi: Sí y no. No podemos perder de vista que algunas cosas no cambiaron igual para toda la comunidad. El desafío sigue siendo asumir que nuestra comunidad necesita una reparación histórica, con todo el dolor que eso representa. La nueva agenda, por otro lado, significa asumir que nos estamos quedando sin planeta. La pandemia nos dejó la necesidad urgente de militar un cambio de paradigma de la producción extractivista. Y también nos dejó, en materia social y cultural, la confianza en que el arte y el encuentro son herramientas irremplazables, por necesarias y básicas. Tenemos entonces en nuestras manos una posibilidad histórica y una responsabilidad enorme de dejar de producir culturalmente bajo parámetros que ya están en decadencia y que corresponden a una lógica exitista, que es la que nos propone el mercado industrial de la cultura para que la “peguemos” y seamos merxs entretenedorxs con bajo porcentaje de contenido crítico.
Ferni: Como comunidad en estos momentos estamos en un foco social. Nos apuntan, ya no sólo los focos del patrullero en los oscuros bordes de la explotación sexual, sino en el centro de la cocina del odio social, como lo son redes y medios. Y eso significa dos cosas: por un lado, violencia. Pero por el otro, asumir que las luces enceguecen, cosechan expectativas por momentos muy competitivas, buscando construir liderazgos. Y no tenemos que perder de vista que esos son los patrones que queremos derribar. El desafío ahora es construir desde otras formas. Es sentirnos comunidad, más allá de las trayectorias individuales, y sin perder el sentido de lucha histórica ni la capacidad de diálogo, de charla, para hacer el mundo que queremos.
¿Qué le exigen al Estado y qué a la autogestión social?
Luchi: Al Estado hay que exigirle todo, no de manera extractivista pero sí de manera vehemente. A la autogestión social le exigiría no perder las calles ni las causas. O la gran causa, que es querer un mundo más justo y con igualdad de posibilidades para todes. Que podamos asumirnos como herramientas de construcción de belleza y catapulta hacia esa otra humanidad que necesitamos.
Ferni: Al Estado hay que pedirle todo: totalmente de acuerdo. Eso lo entendí con el tiempo, con la práctica, con experiencias concretas. A la autogestión le pediría que no nos quiten la alegría. La pandemia acentuó el entristecimiento, el engrisamiento de las causas… que no nos quiten la fiesta, pero no la del pogo y alcohol, sino la fiesta del abrazo, del encuentro, para reconocer que hoy las cosas no son iguales a 20 ó 50 años atrás, y que eso merece celebrarse. Hay muchos motivos para festejar y para sentir orgullo, y felicidad, y poder. Hay mucho que nos duele, claro, nos duele Tehuel, pero también hay mucho para sentir la alegría de la fuerza, y eso es algo que necesitamos para conquistar lo que nos falta. No nos olvidemos del bosque, de lo que hay más allá, eso que todo el tiempo nos hacen creer que no existe, y así nos van sacando de la cabeza y del corazón el horizonte al que apostamos cada vez que hacemos algo: hay otra forma de producir y de vivir juntes. Y es mejor.

Aprender y enseñar
Luchi cuenta que el primer año de la Cátedra de Canto Disidente le dejó como saldo, entre muchas experiencias –en las que por supuesto está presente la de sanación personal– “la presencia fundamental de une alumne no binarie, que me expresó desde el comienzo que no se hubiese anotado si no fuese por esta cátedra, y que es, sin lugar a dudas, una de las vocalidades más maravillosas que escuché como profesora alguna vez”.
Ferni suma: “En cada clase, en cada aula, siento cierta reparación al despertar interés por la diversidad a través de la música. Los pequeños cambios cotidianos son los que logran que los grandes cambios ocurran. Los pequeños momentos revolucionarios que no son noticia, pero construyen las noticias. Nuestra sola presencia en la escuela pública inyecta arco iris a nuestras instituciones. Inyecta esperanza”.
Aprendieron, así, a poner límites para educar en la no violencia: el fascismo no reconoce límites ajenos. Les menciono entonces la paradoja de que los fachos criollos se autodenominen “libertarios” mientras que la diversidad sexual ha proclamado desde siempre la libertad como bandera.
Ferni: Qué interesante ver cómo juegan con las palabras los que atentan contra la libertad. Porque si la libertad realmente existiese, más arcoiris y más multicolor sería el mundo. Y sin embargo vemos cómo hoy en día nos siguen mostrando sólo una sola forma de ser, cómo nos quieren hacer vivir una vida que sea gris, opaca, binaria. La gran diferencia es que cuando hablamos de nuestra libertad de elección, estamos abrazando al resto de las libertades. Nuestras libertades tienen empatía con las otras: no las violentan. Son libertades que están dispuestas a charlar y a abrazar, a hermanar y no a aniquilar. Y eso es lo que hace el fascismo.
Luchi: Tenemos que asumir que tener visibilidad es tener poder. O disputarlo, por lo menos. La cultura de la cancelación dejémosela al mundo paqui, pero nosotras tenemos que saber poner límites: acá no. Hay un mundo en donde alguna gente puede acusarnos de ser agentes de ideología de género, ponele, y eso es un síntoma de que estamos haciendo las cosas con contundencia, pero en ese otro mundo que necesitamos no hay espacio para discursos de odio. No es mundo para cualquiera ni para hacer cualquier cosa. Con un fascista no podemos compartir ni una mesa.
Ferni: Los cambios sistémicos van a llevar muchísimo más tiempo del que nosotras tenemos de vida, pero lo que podemos disfrutar hoy, lo hermoso, es generar esos cambios en una persona. Cuando alguien se enamora de nuestra voz, de nuestra obra, cuando alguien se conmueve, cuando alguien nos entiende. Son esos triunfos los que celebramos, los que estamos viviendo ahora. Y que son, a la vez, presente y futuro, porque donde más vamos a notar, ojalá, un cambio profundo en el entendimiento empático hacia las diversidades, hacia la Madre Tierra, y hacia el planeta, es en lo que son ahora las infancias. Ahí está nuestro objetivo. Opera Queer nunca perdió ese contacto con lo lúdico, habla per sé de esa etapa de la vida humana que el sistema también busca opacar, volver gris: la capacidad del juego. Por algo Opera Queer conmueve a tanta gente y, a la vez, le gusta tanto a las infancias: porque somos dos niñas jugando. Haciendo folklore yo puedo sentirme una cantora gigante, agradecerle a la vida, a Mercedes Sosa, a Lohana Berkins, y cantar con la intensidad de mi corazón, pero con Opera Queer soy también una niña jugando. Recuperar esa alegría de la niñez, donde todo es posible: ahí vamos a ver el cambio. Ahí tenemos que seguir apostando.
Luchi: Apuntamos a ese cambio a futuro, eso es lo esperanzador para la militancia, para el artivismo. Porque si pensás que el mundo va a quedar tal como está ahora ahora, ¿para qué exponerte? Hay mucho odio en nuestra sociedad. Existe. Esa repulsión a todo lo que se corre de la norma, existe. Y para evitar que eso alimente al fascismo tengo en claro que debo exigirle al Estado que cambie eso, porque tengo la convicción de que se puede hacer. Y que se debe hacer ya. Porque lo que veo en la calle es que todo lo que el sistema quiere sostener está ya derrumbado y ya los discursos no se los cree nadie. Y lo que hay que hacer es construir otra cosa.
¿Cómo hacerlo?
Dirá Luchi: “No hace faltar ser un hater o salir con un arma a matar travas para ser violento. Hay algo muy instalado en este mundo: ese individualismo, capitalista, de la sociedad, hegemónico, donde lo único de lo que te tenés que preocupar es de vos misme, y hasta te lleva a boicotear o amargarte por algo que no te involucre como protagonista. Entiendo entonces que ese mundo esté en contra de que lo último del jarro ahora produzca cosas tan importantes. A mí, en lo personal, y creo que como dúa también, eso nos genera la importancia del aprendizaje de la humildad. Siempre estamos pensando de qué manera podemos ser más empáticas, y de qué manera podemos entender mejor las necesidades de nuestro colectivo, por ejemplo. Y de qué manera esto que son conquistas, podemos no solamente sentirlas como colectivas, sino hacerlas colectivas. La responsabilidad está ahora, no en haber cambiado el estatuto de Cosquín, o haber hecho una cátedra. La historia nos dio esta oportunidad, pero es nuestra responsabilidad militar estos logros para que sean colectivos. Esto recién empieza.
Ferni: Como comunidad tenemos que comprender que el enemigo es inteligente y que tenemos que charlar más, encontrarnos más, y construir lo que queremos.
Luchi: Lo más importante para mí ahora: herramientas hoy para vencer mañana. Tenemos que formarnos, individual y colectivamente. Estamos en un momento en el que, sobre la base de algunas conquistas, podemos enriquecer nuestra capacidad de hacer.
¿Algo más?
Sí.
Luchi y Ferni me miran con esos ojos claros y húmedos de esperanza y en gemela sincronía repiten:
Ferni: Hermanarse es fundamental.
Luchi: La hermandad es una trinchera y es un poder. Le da a cada triunfo una historia y un futuro, y un cuidado. Y eso es lo que nos da fuerza: saber que juntas somos más poderosas.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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