CABA
Reunión cumbre: María Galindo entrevista a Susy Shock
La teórica y activista boliviana, en su paso por Argentina, entrevistó a Susy Shock la emisora de Mujeres Creando: identidad, etiquetas, el mundo mediocre, burocracias de género, rebeldías y una pregunta desconcertante: Susy, ¿serías candidata? Comienza el programa. Por María Galindo / Radio Deseo.

Acabamos de escuchar cantar a Susy Shock, cantante, actriz, poeta, ícono trans argentina. Es una mujer impresionante, es una mujer de una trayectoria de lucha gigante, yo te tenido el privilegio de robarle una hora. Susy no acepta cualquier entrevista porque su agenda es cargadísima y ustedes me dirán “pero María, estamos en una emergencia de feminicidios, de violencia machista contra las mujeres…”. ¿Qué te pasa que nos vas a pasar una entrevista con una actriz trans argnetina despues de haber pasado una entrevista con una actriz trans boliviana? Miren, mi interés, mi decisión (si cambian de dial a mí me da lo mismo), pero mi decisión es entender que la lucha es más profunda: no solo necesitamos meter a la cárcel a un feminicida sino cuestionar el sistema carcelario que reproduce la violencia. No solamente necesitamos meter a la cárcel a un violador, sino cuestionar el sistema patriarcal que hace que un niño se convierta en un violador y una niña se convierta en una mujer violable. Y si no cuestionamos el binarismo sexogenérico… ¿qué significa el binarismo sexogenérico? Que hay un hombre absoluto modélico y una mujer absoluta modélica, y que la mujer que no responda al absoluto modélico de ser mujer, es una mujer desechable, maltratable, utilizable, reemplazable. Y, ¿quién esa mujer que no es el absoluto modélico femenino? Todas nosotras. Y, ¿quién es ese hombre que no es el absoluto modélico masculino? Todos ustedes. O rompemos esos modelos y entendemos que entre hombre y mujer, entre masculino y femenino hay una pluralidad de existencias y que esa pluralidad de comprensiones de nuestros cuerpos, de nuestras sexualidades, de nuestros deseos, de nuestras subjetividades, tienen un lugar de dignidad, de creatividad y de placer; si no hacemos eso, vamos a seguir enterrando mujeres y metiendo hombres en la cárcel. Hay que cambiar el sistema de fondo, romper el modelo masculino; un hombre mata para sentirse hombre,un hombre viola para sentirse hombre, díganme que no hay que romper esa visión de ese hombre y esa visión que ese hombre tiene de esa mujer. Entonces no se trata de ser tolerantes con la población trans, tolerantes con la población lésbica, o con la población marica; se trata de entender que estamos todos, todas y todes atrapados, atrapadas y atrapades en un sistema sexogenérico opresivo y destructivo. Con esa pequeña introducción, quiero dejarles en manos de una mujer fabulosa: Susy Shock. Yo tengo y me he traído sus Brotecitos, Nuestrans Canciones, ella trabaja con infancias trans y voy a rifar este hermoso libro en el próximo Tacones de Lilith. Vamos con el encuentro con Susy Shock.
Es un privilegio, estamos en Buenos Aires, estamos con una diosa. Te agradezco enormemente la generosidad porque sé que tu tiempo es precioso, y ya te han peguntado tantas cosas, que quien quiera saber quién es Susy Shock aprieta un botón… que lo lea, que lo vea, que lo disfrute. Así que muchas gracias, hermosa.
–Gracias a vos María por este viaje relámpago que nos despereza, a un país que está dormido, que está en una siesta demasiado intensa. Siempre hablo de personas necesarias, te nombro a vos, a Marlene Wayar, otra gran incomodadora, cuando se espera cierta certeza.
Me he preparado diez preguntas, como una niña que va al colegio. Me he preparado diez preguntas porque te estoy entrevistando porque estoy en busca de respuestas y sé que algunas las tienes acá. ¿Qué hacemos ahora, Susy? Han conseguido ustedes una ley, hace tiempo ya; esa ley repercutió en otros países, en Bolivia para mí es una ley de cambio de datos, de sexo, en el plástico, más nada; la ley boliviana es probablemente de todas la más pobre, pero sirve para inflamar al Estado de sí, somos, respetamos, damos y tú me hablas de un adormecimiento. Es tan tóxico conseguir algo, ¿qué viene ahora para adelante o por dónde deberíamos ir?
–La ley cumple este año, María, diez años. Hay un censo nacional ahora que una esperaría que los datos duros signifiquen que diez años después de semejante ley que la hemos peleado y pateado nosotras, en un enorme activismo que se ha puesto a discutirle a un Estado, y que entre otras cosas ha logrado esa ley. Hasta hace poquito –si es que estos datos no nos cambian de idea– el promedio de vida de una persona travesti trans era de 35 años, diez años después de la ley. Yo creo que eso, para mí, habla de un fracaso. Sí, es verdad, una puede acceder a su documento, yo soy de ese grupo que ha peleado la ley y que no tiene cambio registral, (…) no somos ni hombres ni mujeres, no trabajamos, no construimos, ni peleamos para eso (…). Yo digo que ver a Susy cantando en un festival, accediendo a una nota, viajando por el mundo, no significa que el colectivo travesti trans lo esté haciendo: está Susy. Parece que está el colectivo y no, dificilmente después de que estuve en un lugar vinieron compañeras, hermanas, detrás, cuando accedemos otras y otros es porque nosotras abrimos el juego.
Donde no hubo ningún regalo, ni ninguna concesión, ni una caja de bombones.
–Nada.
Que conste. Voy a mi siguiente pregunta: No sé si has visto el camino de Francia Márquez, la afrocolombiana que incluso conversando conmigo me dijo se quedó chico el espacio y he decidido candidatear a presidenta, ahora está yendo a vicepresidenta. Yo te veo a ti como un ícono argentino, no te veo como un ícono trans, a mí me hablas tú directamente, como mujer o como feminista, o como la que soy lo que quiero ser, en fin, tú me hablas a mi libertad, a la mía, a la de tantos, tantas, o sea lo trans, lo travesti, te queda chico, ¿no te lanzarías a una cosa así, a disputar el debate país, a futuro país, a disputar el futuro, la esperanza?
–No, me parece que hay algo que termina siendo complejo en el entramado, porque es absolutamente patriarcal y absolutamente macho en el peor sentido de la palabra y de la construcción política; está todo vulgarizado y está para que en todo caso entremos en una trampa sentir que de adentro lo podemos cambiar.
Pero no porque podamos cambiar adentro. Yo tampoco soy del adentro, soy del afuera, pero Susy, ¿qué más vas a hacer? Lo has roto todo.
–No, pero yo creo que hay mucho más para hacer en el arte porque el arte en todo caso sí siento que es el camino. Me gusta lo que decís, yo tengo muchos más años como artista, antes de nombrarme de un montón de otras cosas, creo en la artista y estar aferrada al espacio de arte como inquietud. (…) Sería una candidata demasiado honesta, no sé…
¿Y si te lo tomas como una obra de teatro?
–Me encantaría desafiar a este sistema y creo que Claudita Rodriguez, la trava poeta chilena… antes de la pandemia tuvimos una charla pública, ella hablaba de ciencia ficción y yo creo que hay que mentirle a este mundo, hacerle creer lo que quiere creer y nosotros. No sé si está bien hacerlo público, nos van a encontrar el secreto, pero yo creo que es tan torpe, tan básico, tan mediocre este mundo que cree que estamos contentas con lo que nos da, que es desde el arte, el compromiso y la acción que el arte es política. No estoy hablando de hacer cancioncitas.
Explícale a la gente que nos está escuchando por millonésima vez cuando dices que el arte es político, ¿qué estás diciendo?
–Estoy diciendo que es imposible pensar que cantarle a un amor desesperada no es un acto politico, todo eso es político (…) Yo tengo un compromiso en este momento con las infancias, yo sé que las infancias me creen, empezamos en MU, nuestra querida casa, pensando un proyecto radial, pensando en el mundo adulto, y yo quería ser una tía trava que le hablara a ese mundo adulto, entonces partir de la excusa pensé en Uriel mi sobrino y a partir de eso, empezó a crecer la idea (Crianzas) y hoy es un libro hecho para las infancias y ahí dije “wow”, ahí hay algo que está haciendo eco. Y también es una decisión política no creerle más al mundo adulto, porque estar con una infancia significa que yo tengo que ser transparente, no tengo que mentir, no puedo caretear, soy esto (…) Eso en todo caso quiero y entiendo y me emociona y es más lindo que ser presidenta de la nación.
Por si acaso yo soy LGTB, como gorda lesbiana, terca y boliviana, pero esto de LGTB plus… ¿cómo ves esa nomenclatura? ¿Qué harías, qué haces, qué le dirías a la gente que nos está escuchando sobre esa nomenclatura? ¿Te sienta bien, te estorba?
–Yo aprendí de la importancia de constituirse cuando se trata de esa relación, esa discusión con un Estado. Porque el Estado nos ignora precisamente por ser LGTB. Yo empecé a decir soy género colibrí, y yo tengo ganas de pelear esta emergencia, esta urgencia para pedir, aunque una no esté después, que las nuevas generaciones puedan volar con sus propias alitas. Al mundo yo lo siento de una forma cada vez más clara, que el mundo va cada vez más a un casillero, ese casillero en lo normado: quiere ser ese hombre, esa mujer, no quiere discutir más eso (…) Yo no tengo ganas de estar de la manera en que deberia estar una feminidad.
No sé si te entiendo, ¿tú tirarías lo LGTB plus? ¿No lo adoptas, lo entiendes, lo respetas, te sirve no te sirve?
–Lo entendí en un momento, y estoy hablando de hace diez años, cuando hubo que dar esa pelea, donde yo empecé a nombrarme más travesti que género colibrí. Todo ese vuelo que el arte me daba, porque el arte será muy complejo, María, pero si hay algo que no es, es prejuicioso; yo entré en la adolesencia y todo el mundo me abrazó, porque no andan mirándote cómo nos vestimos, si me pinto, si hago un dedito parado, tendrán otros problemas pero prejuicios no; entonces yo crecí en un lugar donde no tenía que ponerme a desafiarlo, porque me amaba, porque ama lo distinto. Pero después una se encuentra en el marco de lo social, de conocer a las amigas ya discutiendo política y creo que han dejado una condicion interesante y a la vez nos ha burocratizado mucho esto, que nos quedamos ahí. Esto que yo entendí, que me nombro porque tengo que discutir con un diputado, y decirle la palabra, no le puedo decir “bueno, somos género colibrí” a la persona que está sentada ahí al pedo hace años y que no entiende de derechos. Son términos prácticos, concretos; yo entendí que era una táctica necesaria, ahora yo creo que mucha gente se quedó en esa comodidad.
Porque se volcó también contra nosotros, nosotras, nosotres esa etiqueta, se volvió de una manera muy perversa…
–El hecho de por qué tenemos Ministerio, tenemos secretaría…
Tenemos bandera, pero ¿quiénes tenemos bandera?
–Yo digo: llámenme para cantar a otra cosa que no sea al evento de la secretaría de género.
¿Y cómo damos ese salto?
–Metiendo el cuerpo.
Yo también quiero destruir el mundo.
Esta conversación se produjo en medio de la gira de presentación de Feminismo bastardo, el último libro de María Galindo, editado por lavaca.
La entrevista original puede verse en el canal de Youtube de Radio Deseo 103.3.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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