Hijas de la murga uruguaya, desafiantes, divertidas, provocadoras, no binarias. El grupo está presentando el espectáculo Cutre, burlándose de la alegría de cartón y todo lo que se barre debajo de la alfombra, incluida la violencia, para plantear a la vez otros estilos de vida. La policía, el amor y las perdices para cantarle al presente. Por María del Carmen Varela.

«Llega el Tren de la Alegría / Alegría de cartón / Subite a este furgón /vos sí, vos sí, vos no / Y si querés bajarte, ya arrancó / Aquel sí, esta no / y si no te pintaba, ya zarpó  / Hay lugar para vos / empujá bien hasta el fondo del vagón  / Acoplate a esta alegría de cartón / Ya llegó la murguita / preparen las serpentinas, que esto se pone bien cutre / ¡Ya llegó!” 

Llegó el Tren de la Alegría y todo parece una fiesta. A medida que avanza Cutre, el nuevo show de la murga al estilo uruguayo Baila la Chola, veremos que el brillo se opaca y tal como ellas confirman, la alegría es de cartón. ¿Quiénes pueden subirse a este tren? ¿Quiénes quedan afuera? ¿Vuelve a pasar? El título del espectáculo nos da la pista. ¿Qué es lo cutre? Lo rancio, lo que se esconde debajo de la alfombra, lo que nadie quiere ver, lo oscuro, lo mal acentuado, aseguran las murgueras que en septiembre llenaron la sala del Centro Cultural Konex y se preparan para llenar otra a fines de octubre. Con ritmo y humor, echan luz a lo que se resiste a salir a la superficie y encienden el escenario, hasta que lo logran.

Bienvenidas al tren

Baila la Chola nació hace doce años con una determinación: formar una murga de mujeres e identidades no binarias. Algunas ya se conocían de otras murgas de estilo uruguayo –cada vez hay más de este lado del Río de la Plata– y se decidieron por lo nuevo. Ana Laura Pereira está desde el origen en el grupo. “Queríamos visibilizar que podíamos cumplir todos los roles. En la murga los lugares para mujeres suelen ser estereotipados, solo cantamos las voces agudas y nos encargamos del maquillaje. Pero nosotras podemos dirigir, escribir los textos, pensar los cortes en la percusión, la puesta en escena y tocar todos los instrumentos”. 

Al grito de “¡actitud, pecho y cogote!” las Cholas se plantan y accionan. Se organizan en comisiones –de prensa, vestuario, maquillaje, arreglos, musicalidad, letras, producción, puesta en escena, batería, articulación– y ya van por el cuarto espectáculo. Arrancaron con De terror, le siguieron Se picó, luego Flexible y ahora es el turno de Cutre, que venían masticando desde mediados de 2022 hasta que terminaron de darle forma y estrenaron este año. 

El trabajo de estos doce años murgueros se hace evidente por la calidad y creatividad en las letras, los textos, la musicalidad y el vestuario. Para amasar este nuevo espectáculo, reunieron algunos temas que les venían resonando: la discapacidad, la vejez, el contexto político y social. “Buscábamos mostrar –cuenta Ana– lo rancio de todo lo que estamos viviendo en el país. Tomamos la metáfora del Tren de la Alegría, los personajes que suben al tren y esta idea de la alegría y del estar bien, cuando en realidad hay mucha gente que no lo está, que no encaja en ese tren”.  Suma Martu: “Nos preguntamos quién sube al trencito y quién no. Y a qué costo subimos. El tren como la normalización de lo que esta cultura nos impone”. 

Policía y un nuevo amor

Con De terror se animaron a hablar de los temores. Eran zombies rebeldes que se negaban a ser instrumentos del miedo. “Ya lo sabía / No fue la crisis fue la policía / la que a Kosteki le quitó la vida, como a Darío, como a Facundo / fue la policía / Ya lo sabía / la impunidad que se mantiene viva / tiene a Marita desaparecida / queremos a Julio López con vida / Ya lo sabía / se volvió ley que le quiten la vida / no era solo una bala perdida / matan a pibas, matan a pibes en cualquier esquina”.

En el segundo espectáculo, Se picó, eran abejas que debatían el tema del  progreso, lideradas por las abejas reinas: la dedocracia, la meritocracia. “¿Dónde vamos en pos de avanzar? / ¿Agotar recursos es progresar? / ¿Aplastar culturas, civilizar? /¿Cuántas muertes en nombre de la paz?” 

La mirada de Ana: “Concluíamos que no está bueno el progreso individual, sino que es mejor pensarse colectivamente. Ese espectáculo fue previo al movimiento Ni una menos, hay algo que se fue hilando con lo que fue pasando, con ese grito absoluto contra los femicidios, contra todo lo que veníamos hablando”. 

Flexible iba a estrenarse en junio de 2020 y la pandemia no lo permitió, así que hubo que postergarlo. Con la palabra “flexible” como resorte para hablar de varios temas, incluyeron el acto de repensar los vínculos sexoafectivos, la idea del amor romántico, la flexibilidad laboral y el mandato de adaptarse y encajar. También se animaron a hablar de otras intimidades femeninas. “Mueren ya las ilusiones del amor / ¿Quién me engañó con sus promesas crueles? / Devuélvanme el tiempo que perdí / fumándome ‘Diario de una pasión’ / Disney fue su gran aliado, siempre fiel / ¿Quién dijo que me gustan las perdices? / Nunca sé si es amor o acidez / lo siento acá, pasame un Alikal / Nunca más en los almuerzos callaré / si me preguntan para cuándo el novio / les diré que ando descubriendo en mí / un nuevo amor: es la masturbación”. 

Divas como Lali

El nombre de la murga surgió a raíz de observar una cholita que giraba en la punta superior de un lápiz, alguien dijo: “Baila la Chola” y así quedó. Cou hace hincapié en la identidad del grupo desde que hicieron la convocatoria en 2012 para formar la murga y se presentaron más de 40 personas. “Se nota el paso del tiempo y el crecimiento en la velocidad con que nos entendemos vocalmente, en la calidad de los shows. Hay sincronía”. Agrega Ana: “Y hay confianza”. 

Coinciden en que hicieron un trabajo de hormiga, tocaron en muchos y diversos lugares, chicos, grandes, hasta que notaron que con Flexible el público se fue consolidando. “Llegamos a este público porque nos animamos, así se fue generando esta masa de gente que nos viene a ver”. 

Ana reconoce que también colaboró a forjar público haber participado de los Encuentros Plurinacionales en las distintas provincias. “Interesaba la temática transfeminista. Hay gente que nos convoca para muchas movidas feministas y quizá no conocen tanto el género, pero saben que las Cholas tenemos ese contenido”. 

En esta orilla, el circuito de murgas estilo uruguayo viene creciendo mucho en los últimos años. En el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi) en lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada (ex ESMA), se lleva a cabo de forma anual un encuentro de murgas donde cada una muestra parte de su trabajo y se tejen lazos de amistad y complicidad. 

¿Por qué hacer murga de estilo uruguayo? Martu señala: “Hay algo muy potente, que es lo que se dice y de qué forma, a través del humor, de la música. Riéndonos, pero profundamente político, comprometido con lo que creemos”. Ana: “Es la voz del pueblo, la voz que sale a decir algo. Hablamos desde la música, el humor, el vestuario. En Cutre estamos transitando mucho el absurdo y nos reímos de cosas que nos duelen, que también nos atraviesan a nosotras”. Ludmila, conocida como Ringo, asegura que le interesa “la idea de la voz del pueblo, porque hasta ahora esa voz era blanca, hegemónica, masculina. En Uruguay hay murgas de mujeres pero no participan del Carnaval oficial, no tienen tanto público como una murga de varones o una mixta. Acá las murgas de mujeres pisan fuerte. Este espacio es una trinchera, hay algo del canto colectivo que es muy catártico y sanador”. 

Los tres conceptos: 1) Actitud para plantarse en el escenario y comprometer la palabra. 2) Pecho para no esquivar las balas y que la postura acompañe el sentir. 3) Cogote, porque con el mentón arriba, se mira mejor. Las Cholas definen una especie de ADN, y una mirada hacia adelante: cantan que son “Divas como Lali, como Moria, como el Indio, devotas de Norma Pla / Nos abren las puertas, somos centro de la escena, dame luz con tu celular / Glitter por acá, glitter por allá / todo está por estallar / Brillos y piquetes, saltamos los molinetes, en la calle nos vas a encontrar”.