CABA
El shock de Obama
Si Barak Obama resultó un vuelo de esperanza frente a George Bush y sus ocho patéticos años, Naomi Klein, autora de No Logo y La Doctrina del Shock propone ir aterrizando. Entrevista en Nueva York, sobre los verdaderos dueños de los bancos.
Naomi Klein vive en Toronto, Canadá, pero sería más específico decir que vive en el planeta Tierra. Eso le permite saltar de denuncias sobre la guerra en Irak, a descripciones deslumbrantes sobre el nuevo capitalismo chino como estilo de control social, o pasar por Argentina y convivir con procesos como el de las fábricas sin patrón. Libros como No Logo o La Doctrina del Shock, son verdaderas investigaciones globales que descubren con una inteligencia profunda y práctica, desde múltiples ubicaciones físicas, la temperatura de lo que podría llamarse sistema-mundo. Ahora anda como por su casa por Nueva York, por esas calles florecidas de moles de 90 pisos; dominicanos y senegaleses que venden relojes; ardillas del Central Park; porteros de librea cual dibujito animado; limusinas 4×4; latinos sonrientes; turistas sin barbijo; plasmas gigantes que hacen de Times Square un panel alucinado del marketing moderno. Llegó para Fire the boss (Echalo al patrón) evento que reunió a obreros, sindicalistas, movimientos sociales, intelectuales y a la cooperativa lavaca, programado a partir de la edición en inglés de Sin Patrón-Fábricas y empresas recuperadas en la Argentina, y de la toma de la fábrica Republic por parte de sus trabajadores.
Hubo tiempo, además, para las conversaciones y para conocer el pensamiento de Klein sobre Barak Obama, el demócrata y primer presidente negro de Estados Unidos. De la esperanza inicial, Naomi pasó a plantear que se está ante una nueva versión de lo que llamó “doctrina del shock”: la utilización de las crisis económicas y hasta los desastres naturales, como shocks (o electroshocks) que generan pánico, parálisis, y permiten domesticar a las sociedades para imponer situaciones económicas, laborales y sociales cada vez más perversas.
¿Cuáles son tus impresiones acerca del gobierno de Obama?
Estamos viendo que el patrón de La Doctrina del Shock se repite en el contexto de la crisis económica. Comenzó con Bush, pero continúa bajo Obama, y quiero ser clara: estoy hablando del salvataje económico, al que considero el mayor atraco en la historia monetaria. Hemos asistido a una transferencia de la riqueza pública a manos privadas sin precedentes. Bloomberg News estima que 12.5 billones de dólares han sido invertidos ya para salvar al sector financiero. Nunca antes habíamos visto algo de tal escala. No se trata de privatizar el sistema de aguas o el de caminos: es tomar el dinero de la esfera pública y dárselo a la privada. Pero la historia no termina ahí, porque eso crea una crisis de deuda en las cuentas públicas, y mi temor es que a la larga esta gran transferencia de recursos –que se hizo en nombre de aumentar el crédito– cosa que no sucedió–; que se hizo en nombre de la ayuda a los propietarios de hogares hipotecados –ayuda que no se dio– genere una crisis fiscal que se use como argumento para privatizar el sistema de seguridad social y otros ataques a la esfera pública.
Desgraciadamente, creo que es una repetición de la doctrina del shock. Mi objeción es que se ignora la voluntad democrática del pueblo, el derecho de la gente a participar en sus democracias de manera más profunda.
¿Qué cambió del discurso de Obama a su acción como presidente?
Vivimos un momento sin precedentes cuando Barack Obama desarrolló su campaña electoral, en la cual señaló como las causas de la crisis la ideología de la desregulación y la teoría de beneficiar a los de arriba esperando que el bienestar se derrame hacia abajo. Lo que es bueno para Wall Street no es necesariamente bueno para el pueblo, dijo. Así ganó un extraordinario mandato popular para cambiar el rumbo. Pero ese mandato no se está cumpliendo. Me estoy refiriendo al salvataje, porque en el paquete de estímulo y reactivación se puede entrever algún cambio de rumbo y una voluntad de invertir en la esfera pública que no vimos en décadas. Pero el salvataje es tan ineficiente y beneficioso para las elites, y no para el resto de la gente, la hipocresía es tan grande, que al fin va a absorber todas esas otras inversiones maravillosas que se están haciendo en la esfera pública, porque la crisis de la deuda nos espera en algún punto del camino. Además, si pensamos en nombramientos de figuras clave en la desregularización del sector financiero, como Larry Summers y Tim Geithner, que ahora vienen a salvarnos, sentimos cierta falta de credibilidad. ¿Las mismas personas que eliminaron las reglas las van a reponer? Tenemos el derecho a sospechar.
¿Quiénes podían simbolizar otro tipo de política?
Hay algo que resulta comprensible: si Obama hubiera nombrado, no sé, a Joseph Stiglitz, por ejemplo, como secretario del Tesoro, me hubiera encantado, pero los mercados se habrían hundido. Creo que podría haberlo hecho de todos modos, pero aquí enfrentamos una tensión real entre el pueblo que quiere un cambio y los mercados que quieren más de lo mismo, sin entender la medida del abismo. Pero aun si esto funcionara, si canceláramos nuestra incredulidad como cuando leemos una novela para tragarnos lo que nos dicen, me preocupa que esto se considere una nueva normalidad, que salva bancos a costa de trabajadores. Se necesita al movimiento obrero, a los trabajadores para que cuente cómo están ocurriendo en realidad las cosas.
De quién debe ser Citibank
Para Naomi Klein hubo todo un arranque del actual gobierno estadounidense donde se vivió bajo la siguiente metáfora: “No cuestionen a los bomberos, la casa está en llamas”. El crédito tras un abrumador triunfo electoral quedó abierto. “Pero tiempo después acá estamos, con la economía real colapsando: ejecuciones hipotecarias, despidos, falta de crédito. Todas las promesas quedaron incumplidas. Y hoy existe un consenso, por ejemplo, alrededor de la idea de que si un banco fracasa, pues no debería existir”.
¿Y cuál fue el punto de inflexión entre la promesa y la realidad?
Existe una diferencia entre el presidente Obama y el candidato Obama. Él ganó la elección cuando comenzó a hablar sobre la ideología de la desregulación que había cautivado a este país durante ocho años, o más. Pero recordemos: antes de la crisis financiera, Obama estaba atrás en las encuestas y sus rivales conservadores parecían ir creciendo. Cuando la crisis estalló, él comenzó a hablar contra la economía del derramamiento de la riqueza de arriba hacia abajo, y sobre necesidad de reconstruir la vida de la gente en lugar de las finanzas de Wall Street. Allí comenzó a conectar con los votantes. Creo que tendríamos que recordarle a Obama las promesas que hizo en la campaña. Personalmente no me siento traicionada, pero creo que se trata de ver si existe un movimiento de base que le ponga presión, ya que sabemos que sí hay mucha presión desde arriba.
¿En qué consiste?
Pese a todo el dinero que transfirió a los bancos, la derecha sigue diciendo que es un gobierno socialista. Sin embargo, en el Senado fue derrotado un proyecto de ley que habría ayudado mucho a los dueños de hogares hipotecados. Dick Durbin (senador demócrata) denunció que la industria financiera es la dueña del Congreso, a través del lobby (los grupos de presión de intereses sectoriales). Ese lobby tan intenso sigue ganando batallas. Lo increíble es que eso, además, se paga con dinero de los contribuyentes porque se trata de bancos que recibieron dinero del salvataje y que lo están canalizando hacia la presión de sus lobbistas, para derrotar políticas de interés público.
Pago para que me quiten.
Un caso extremo es el Citibank, que vale 21.000 millones de dólares, pero el gobierno le transfirió 45.000 millones. Con todo derecho los contribuyentes deberían poseer el banco, para ordenarle que entregue crédito a esos mismos contribuyentes. Ésa es la paradoja. Durban denuncia que los bancos usan el dinero para hacerse dueños del Congreso. Y en realidad los bancos tendrían que ser del pueblo norteamericano por una sencilla razón: pagó por ellos. Si eso pasara, también podrían empezar a ser ser dueños de su propio gobierno. Eso sería revolucionario.
Mientras tanto, lo que ocurre es que Obama mantiene su popularidad.
Sí, el amor por Obama está fuera de control. Esto ocurre particularmente en tiempos de crisis, nos volvemos casi regresivos. Queremos creer que nuestros líderes nos van a cuidar: creo que eso es poco sano. Creo que es hora de guardar en el ropero todas las camisetas y los gorritos de la campaña. Él es el presidente de la nación más poderosa de la tierra, y la cultura de fans de la campaña debe ser reemplazada por una cultura ciudadana comprometida que le haga sentir una respetuosa presión desde las bases. Me da temor toda la ira que circula, ira merecida: los bonos millonarios para los ejecutivos de las empresas que generaron la crisis, como aig, la hipocresía de acceder al salvataje de Wall Street pero rechazar el salvataje de Detroit (una de las principales ciudades industriales de Estados Unidos).
Danger: ego magullado
Una de sus recientes columnas se llamó Glosario para la decepción, una propuesta de despojarse de la esperanza para pasar a la acción, y un juego de palabras como “hopesick”, o “esperalgia” (nostalgia de cuando se tenían esperanzas), “hopeover” o “esperanzaca” (una resaca tras una borrachera de ilusiones). Más allá de los juegos, Naomi dice que la ira puede ser un recurso: “Un recurso, y un bien. La ira por la situación no es necesariamente populista, pero debe canalizarse en alguna dirección. Si no logra orientarse hacia un proyecto de sociedad más equitativa, que enfrente los elementos que han creado esta crisis, es una ira que queda flotando, lista para que la use cualquiera. Ya lo estamos viendo. Hay un aumento en la retórica horrible contra los inmigrantes, y hasta contra el presidente mismo por ser afroamericano. En tiempos de crisis, particularmente cuando el ego nacional anda magullado, pueden pasar cosas peligrosas. Como persona de izquierda, siento que no tenemos solamente una oportunidad sino una responsabilidad moral para estar a la altura del momento y asegurarnos que esa ira sea utilizada en un proyecto constructivo”.
¿Por ejemplo?
Exigir seguro de salud para todos. Y una economía realmente verde. Y una política de tolerancia cero para la pérdida de empleos.
Otro mercado
¿Cómo lograrlo? Si Obama ha cambiado su discurso…
Es que creo que Obama es un político brillante porque es un mediador muy bueno. Por eso es tan crucial que quienes lo apoyan, quienes quieren seguro de salud para todos y políticas serias sobre el medio ambiente, se conviertan en una fuerza de presión. Él es de centro. Para mí no es un problema. Él es quien es y eso significa que los progresistas de este país deben pensar en mover el centro. Roosevelt lanzó el New Deal (tras la llamada Gran Depresión, en los años 30) porque la gente estaba tan movilizada, y hacia la izquierda, que le permitió venderlos a las corporaciones norteamericanas que el New Deal era un compromiso necesario ante una alternativa que parecía la revolución. Yo no soy una autora utopista. No tengo un plan de diez puntos. Pero durante los últimos treinta años hemos vivido una revolución por la cual la lógica del mercado se impuso sobre todos los aspectos de la vida. Creo que existe, sin dudas, un papel para el mercado, pero no que deba mandar sobre cada cosa. Existen áreas muy grandes donde deben prevalecer otros valores y donde el concepto de ganancia es destructivo. La salud es una. Y el agua es otra. Y creo que tendremos problemas en el futuro con el copamiento de las corporaciones sobre la industria alimenticia.
Sin utopías, ¿qué hacer frente a esa agenda?
Pienso que necesitamos una economía mixta, donde existan algunas cosas que podamos considerar demasiado importantes como para dejarlas en manos del mercado, pero donde también existan los mercados, y otros elementos como las cooperativas, y otros modelos de organización social.
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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