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Date un fierrazo

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Orquesta Típica Fernández Fierro. La mejor orquesta de tango es, además, un grupo autogestivo que inventó su propia etiqueta. Crearon música, espacios de encuentro y formas de producir juntos.

Date un fierrazoEl lugar es oscuro y se va encendiendo. Un puñado de muchachos sacude cuatro bandoneones y cuatro violines, cello, contrabajo y piano. Mayoría de público sub 30, muchas chicas. Un sector sub 40, y sobrevivientes de quién sabe qué batallas.
Un trueno de música revienta el silencio. Rastas, anteojos oscuros en la noche. La Orquesta Típica toca en zapatillas o chancletas. El contrabajo es un latido, el piano es una pregunta, los bandoneones un hachazo, a veces un beso. Como buen equipo son 11. Pero juegan con ventaja: aparece el cantor. Conoce un código secreto de todo este grupo, que armoniza reciedumbre, desesperación, ternura, demencia. Canta un tema bajo un casco de moto. Otro, haciendo girar una sombrilla de colores. Lo he visto salir a cantar en pollera. O con una capucha. El último sol-do, el chan-chán de cada tema, es como una granada dirigida suavemente al público, que estalla en ovación, mientras el cantor grita cosas como “mucha mierda”.
El escenario oscurece, se viene otro trueno. En el Club Atlético Fernández Fierro, antro mágico de la Orquesta Típica (o banda atípica) del mismo nombre, acaban de propinarnos una noticia: el tango existe.
Pugliese vs. el souvenir
El marketing universal argentino actual incluye tres opciones: Maradona, Che y el tango. Pero el Che ya no canta. Es memoria o camisetas. Maradona desafina a cada rato. Y el marketing tanguero hace fulbito en estatuas, mausoleos, nostalgias. Chicas de piernas perfectas que bailan con señores de gel. O tangos viejos con propina verde.
Frente a eso, la Orquesta Típica Fernández Fierro es una invención abierta sólo a dos tipos de usuarios: a los que les gusta el tango, y a los que no.
Llega Flavio, rastas, 33 años, lentes oscuros, se relaciona con el bandoneón en una danza visceral, y me dice: “Soy El Ministro”. Es uno de los fundadores de la orquesta que nació de un puñado de sueños de la Escuela Popular de Música de Avellaneda, para espantar determinadas pesadillas.
“Para nosotros hubo una lucecita: Osvaldo Pugliese. Por música y forma de trabajo. No es casual que esa música tan bien hecha y tan innovadora haya salido de una agrupación que se manejaba como cooperativa. Desde el comienzo decidimos manejarnos así. (Osvaldo Pugliese, 1905-1995, músico excepcional, cooperativista de alma, y afiliado nº 108 al Partido Comunista).
Sigue El Ministro: “Después surgió estar contra los clichés del tango, de esa cuestión por parte del Estado, del falso nacionalismo. Hubo épocas nefastas en las que sólo se podía escuchar tango y folklore mientras la juventud tenía otras necesidades. Eso alejó a muchos del tango, incluso a los músicos. Se hizo algo cerrado en sí mismo. Después vino el tango ‘souvenir’. Pero la bronca contra eso, en vez de alejarnos, nos hace criticar al tango para hacer algo distinto”.
Estructura Nirvana
¿Algo distinto? Llega Yuri Venturín, otro fundador, director musical, compositor de buena parte de los temas del último disco, contrabajo, raya al medio, pelo largo (y el “Chino” Walter Laborde, cantor y ex futbolista, me dirá: “Yuri es el más tanguero de todos, pero, ¿lo viste? Es un Cliff Burton, el de Metallica”).
Yuri revela ciertos genes: “Tenemos mucha influencia de Pugliese, algunas cosas de (Astor) Piazzolla que han sido definitivas para nosotros aunque no se noten. Y formalmente me gusta Nirvana. No sólo el gusto, sino la forma de organizar nuestra música, es un fuerte-suave-fuerte, se utilizan uno o varios riffs y éstos van desarrollando los motivos de manera beethoveniana. Eso es tradicional en el tango. Las estrofas se van desnudando y vistiendo de acuerdo a esos momentos fuertes y suaves, mayor o menor tensión”. El Ministro: “Después dicen que hacemos lo más rockero del tango. Pero en ningún disco nuestro dice que hacemos tango, ni etiquetas. Es música”.
Resultado clínico: Fernández Fierro se puede escuchar por los ojos, ver por los oídos, y se ecualiza en el pecho.
Cómo inventar un sistema
Fue la primera orquesta típica callejera. Con piano y todo. Un domingo a fines de los 90 habían alquilado un local en San Telmo. Salieron a repartir volantes por la feria. “Pero a la hora de empezar, no había nadie. Ni una persona” cuantifica El Ministro. “Entonces sacamos los instrumentos a la calle, y ahí sí se juntó toda la gente. El sistema no funcionaba. En vez de mejorarlo, inventamos uno nuevo. Como no convocábamos al público, lo inventamos en la calle” (¿hay imagen más tanguera que ese invento del público, y de uno mismo, en la calle?). Después llegaría el armado del territorio propio: otro invento. Yuri regala lo que puede ser una clave más: “El mayor placer es cuando la música funciona. Cuando la inteligencia se impone a la dificultad”. Pasa en la música, en la calle, en la vida. Pero tenían un problema con el nombre.
Fernet / Massera / Capusotto
Desde el bunker de los músicos se va escuchando la gente que llega al Club Atlético Fernández Fierro (CAFF) para el show de cada miércoles. Por los parlantes suena The Doors. El Ministro: “Siempre me pregunté qué hubiera pasado si Pugliese hubiese visto a Jim Morrison. Hubiera cambiado la escena”. Vuelta a la historia. La banda tanguera se estaba armando: “Pensábamos nombres graciosos. Éramos fervorosos admiradores del fernet. Decíamos: Fernando, un Fernando Branca. Y elegimos ese nombre. Como Patricio Rey. Cuando debutamos nos preguntaron si el nombre tenía que ver con un empresario que había sido carcelero (Fernando Branca). Su mujer (Marta Rodríguez Mc Cormak) había sido la amante de Massera (almirante Emilio Eduardo ídem)”. Branca se había hecho empresario y socio de Massera. Un día de 1977 salieron a pasear juntos en yate. Branca desapareció.
“Mirá dónde terminó la broma del fernet. Todo te lleva a un pasado argentino, la cuestión de la muerte y el silencio”, reflexiona El Ministro. “Nos pusimos Fernández Branca, nos consolidamos un poco, hubo cambios de músicos, algunos conflictos, y quedó sólo Fernández. Después apareció Fierro por una cosa de Capusotto, que hablaba de los premios Martín Fierro pero decía ‘Martínez Fierro’ porque eran muchos. Le dejamos el Fernández, pusimos Fierro y sacamos el primer disco, Envasado en origen”.
El 23 de julio de 2011 la Fernández Fierro cumplirá 10 años.
Destrucción masiva
El nombre original del segundo disco era Nosotros también tenemos armas de destrucción masiva, mensaje a George W. Bush durante la invasión a Irak, arrojando un piano desde un puente. Quedaron las últimas dos palabras. Empezaron las giras por Europa, Estados Unidos, Brasil. Otro disco –definido como “pirata-oficial”– fue tomado en vivo justamente en Suiza, en 2004. Simultáneamente la Fernández Fierro seguía presentándose en la calle o participando con su música en actos como el del Obelisco, por los presos de la Legislatura. Con piano y todo. “No tenemos código de barras” describe El Ministro. En 2004 alquilaron un galpón abandonado en Bustamante al 700, Buenos Aires. “El arquitecto se equivocó, había hecho una escalera en el pasillo de entrada, las camionetas no podían entrar, no servía, piso de tierra, todo roto. Pusimos todo el esfuerzo en reconstruirlo y mover todo el circuito de San Telmo y traerlo para acá”. Manos a la obra, cambiaron teclas y cuerdas por ladrillos, carretilla y pintura. Inauguraron el CAFF pero a los pocos meses, el 30 de diciembre de 2004 ocurrió Cromañón, 194 muertos, miles de víctimas sobrevivientes. Ministro: “Además de lo que nos jodió el propio hecho, empezó la persecución a los locales, no podíamos abrir. Fue durísimo, seguimos en la calle para estar con el público, que es lo que nos gratificó siempre”. El Chino Laborde: “Fue un luto total. Estábamos mal emocionalmente. Además nos rompían el orto. Pero nos aferramos al laburo. La Ciudad hizo un acto por Cromañón. Nos zarpamos en el escenario. Boqueamos un par de cosas, dijimos lo que pensábamos, y nunca más nos llamaron porque saben que somos conflictivos. Tenemos una actitud”. El gobierno de Aníbal Ibarra dejaba las cosas claras tras la versión porteña de la destrucción masiva.
Corsini + Tosco
En 2006 el CAFF consiguió la habilitación. La inteligencia se impuso a la dificultad. Todas las sillas son diferentes, porque han cobrado como entrada una silla para poder instalar el lugar. Entran unas 150 personas. El Chino cuenta que pagan 7.000 pesos por mes y abre la boca como si lo estuvieran estrangulando: “¡Una locura! La orquesta no se solventa. Con las giras tampoco ganamos mucho, pero vamos sembrando. Todos son profesores de música, o trabajan como músicos contratados. Pero estamos jugados con este proyecto que es lo que queremos. La gente se da cuenta”. El propio Chino tiene una banda de rock, animó cumpleaños y fiestas (Ricky Martin, Chayanne, rock nacional): “A veces reemplazo a un chileno que imita a Gardel. Voy y hago a Corsini (Ignacio). Pero éste es nuestro lujo. Y estamos marcando tendencia”.
Yuri agrega: “Tengo un recorte de Agustín Tosco que dice ‘debemos ser pacientes, perseverantes y decididos, y así la tarea siempre ha de fructificar’”. Tosco fue parte del Cordobazo, de la CGT de los Argentinos, y pertenecía a un sindicato con nombre de metáfora: Luz y Fuerza.
Chabuca y un ministerio
Los otros discos son Tango Antipánico (“por esa idea de que te dan un volante de tango y te da miedo” se ríe El Ministro), Mucha mierda y el reciente Fernández Fierro que además de los temas de Yuri como Avenida Desmayo o Niebla Dura, incluye una impresionante versión de Una larga noche, de Chabuca Granda, y un tema con destino de clásico: Bluses de Boedo, de Alfredo Tape Rubín. Para un futuro disco queda otro tema de Yuri, con la primera letra de El Ministro, que ya puede escucharse en los shows: Desierto. El propio Ministro dice: “El fin de todo esto es que una orquesta de músicos pueda subsistir sin recurrir a covers, con una propuesta nueva, con un mercado que no existe. El medio fue hacer toda esta parte: las entradas, las cervezas, la albañilería, un poco de todo. El fin no es el boliche, sino la música”. Otro detalle: “Decíamos que en la orquesta había ministros, uno se encargaba de la economía, otro de los shows, y así. Yo era el ministro de Bienestar, porque íbamos a un lugar 12 tipos, pedíamos cerveza, o una empanada, se armaba lío y finalmente yo me encargaba de organizar y arreglar todo. Las relaciones públicas. Bueno, me quedó el nombre”. Un ministro que arregla y organiza todo quizá sea otro producto inédito de la Fernández Fierro.
Anarquismo responsable
El CAFF se sigue llenando de murmullos con lunares estroboscópicos. La cooperativa tiene asamblea una vez por semana. Integra a los 12 músicos, tres técnicos, y además da trabajo a la gente que atiende el CAFF. Yuri: “Se habla lo que hay que hablar. No hay mucha psicología en eso. Como hombres, entre comillas. A veces con mirarnos nos entendemos mejor que con palabras”. Reparten ingresos por igual, pero a más trabajo se respeta la diferencia. Tienen un código de comportamiento con respecto a faltazos y llegadas tarde. Yuri: “Esto es una suerte de anarquismo, que requiere mucha responsabilidad. Cuando hay un jefe que caga a pedos a los demás, es distinto. La idea es la responsabilidad. Yo creo que es un buen trabajo”. ¿Hay una mirada política? Ministro: “Aprendimos de Pugliese que la solidez musical y la forma de organizarse es la manera más clara de expresar una convicción política. Acá no es un jefe con empleados”. Yuri: “Uno pretende que haya justicia. El gobierno avanzó en muchos reclamos históricos. En otros no. Hace 10 años era más fácil estar radicalmente contra todo, porque todo era una mierda. Ahora hay que ver más la totalidad de lo que pasa. Hay avances, y hay una burocracia asesina de los sindicatos que lamentablemente el gobierno sigue apoyando. Compleja la cosa, ¿no?”.
Teoría del rosquete
El Chino (que jugó en inferiores de Independiente, Lanús y El Porvenir, y largó por lesión más hartazgo de la corruptela futbolera) avisa de las largas charlas con Héctor Larrea. “El tipo nos reconoce, porque le gusta Pugliese. Pero hay dinosaurios que por suerte se corren de la escena. Ésta es una orquesta del siglo 21, época de cambios muy bruscos. No llenaremos la cancha de River, pero tampoco entregás el rosquete a una discográfica. Y es nuestro lujo hacer lo que queremos. Casi no ganamos pero estamos con el proyecto que es más que un laburo, es un hecho artístico. Somos una familia, loco. Y nuestra carta es ésta: sabemos que a cada uno que nos vea, le vamos a romper la cabeza”. Va a empezar el ritual. Se apagan las luces. El Chino mira por una grieta al CAFF colmado: “¡Está hasta los huevos!”. Me agarra la mano y dice: “Es muy movilizador saber que sos libre”.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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