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18F: los sonidos del silencio en la marcha por Nisman

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Se realizó la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman. Los convocantes, la gente que fue, los diálogos, los silencios y las sorpresas. Las otras voces sobre el tema, fuera del cuadrilátero gobierno-oposición: derechos humanos del presente (Vanesa Orieta), la palabra del pueblo mapuche (Jorge Nawel), Esquel (Marta Sahores) y la mirada de una educadora, Cristina Devita.

18F: los sonidos del silencio en la marcha por Nisman

Marcha del silencio. Foto: Télam


Diez minutos antes de las 6 de la tarde, hora convocada para la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman organizada por un puñado de sus colegas, se largó la lluvia. Una dama sin edad, coqueta con su paraguas rosa, se resignó: “Es la maldición kirchnerista”. Alguien dijo: “Ojalá que se vayan”, pero ella contestó: “No, acá no vinimos para que se vayan. Que se queden hasta el último día, porque si se van antes encima van a presentarse como víctimas”. El paraguas rosa se sacudía con cada palabra, amenazando ojos ajenos.
La Policía Metropolitana cotizó generosamente la marcha en 400.000 personas, y la Federal calculó mezquinamente 50.000. El oficialismo le rebaja el tamaño, pero si la marcha hubiese sido propia, y bajo la lluvia, hubiera sido catalogada como una epopeya griega.
Hubo ciertas geometrías: un recorrido recto desde Congreso a Plaza de Mayo, un cuadrado o corralito dentro del cual caminaron los convocantes, lluvia oblicua, fiscales y políticos sinuosos.
Fue visible cierta homogeneidad social relacionada con ese enigma llamado clase media. Y fue notable también la enorme presencia del abanico generacional que va desde el medio siglo de vida hasta la tercera edad.
Salvo excepciones, los jóvenes de la marcha representaron una minoría que no bajaba de 40 o 45 años. Y la mayoría de veteranas y veteranos aguantaron la lluvia persistente bajo la lenta marcha de 10 cuadras. Hubo relativo silencio, algunas veces se cantó el Himno, algunas veces se gritó “justicia” y otras “Nisman”. En muchos momentos se masificó un prolongado aplauso.
Verónica, que trabaja en una empresa marítima: “Este acto es impresionante y ordenado. Vinimos a rendir homenaje a un fiscal. El gobierno no lo hizo, y hasta la Presidenta pareció burlarse al decir que dejaba el silencio para la marcha y la alegría para el gobierno. No entiendo la alegría cuando estamos hablando de una muerte”.
Los bares, incluido Mu.Punto de Encuentro, fueron refugio para algunos que huían del primer aguacero fuerte. Diálogo de dos hombres canosos:
-Vamos a ver, con esta marcha, qué hace la cerda.
-¿La cerda? No, no, nosotros la llamamos de formas peores.
-Uy, perdón, no soy de acá, vine del campo, entonces soy más delicado.
Un par de señoras se sacudían el agua. La que tenía más botox dijo: “Increíble, no había taxi para venir. Tuvimos que llegar en subte”. Asombrada, aunque sin poder estirar más las cejas, reveló: “Yo no sabía. ¿Vos viste el calor que hace ahí abajo en el subte? ¿Cómo hace la gente para viajar?”
En la vereda de Avenida de Mayo al 1400 una señora sub 60 con smartphone y paraguas al tono reclamaba: “Roberto, venime a buscar”. Silencio. “¿Y qué subte me decís que tome, Roberto?”. Silencio. “No, nunca ando por estos lugares Roberto. Vení por favor”. Habrá que resetear la idea de que la Argentina termina en la General Paz: tal vez haya encogido y finalice en Rivadavia. No se supo si Roberto logró zafar del reclamo telefónico.
A los 15 minutos de iniciada la lluvia, Jorge ya estaba vendiendo bolsas de plástico que servían como poncho-piloto a 20 pesos, y su compañero Diego tenía en la mano derecha un revoltijo de billetes mojados que no alcanzaba a guardar, cual personaje de Breaking Bad. “La embocamos con los pilotos. ¿La marcha? No me interesa nada. Yo vine a vender”.
La marcha era lenta, encabezada por una camioneta de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN). El copiloto a cargo del micrófono planteaba: “Ciudadanas, ciudadanos, este acto es de todos, demostremos que podemos marchar en paz y unidos por el fiscal Pablo Nisman”, en referencia a Alberto Nisman. “Ciudadanas, ciudadanos, el acto es de todos, pero córranse por favor que no podemos pasar, y cuidado con la camioneta”.
Unos metros más atrás se acercaba el corralito de los fiscales convocantes. Un señor con sus lentes y sus bigotes blancos mojados: “¿Por qué van ahí separándose del resto? ¿Qué tenemos, sarna?” Su señora, al lado: “Está perfecto”, dijo, y al tenerlos cerca les gritó: “¡Fuerza fiscales!” Los citados seguían su caminata con un gesto ante las cámaras acorde a la convocatoria. Se sumó la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado con sus hijas, en lo que resultó tal vez la presencia más fuerte y genuina dentro de ese corralito.
El grupo iba precedido por patovicas que empezaron a intentar acelerar la marcha. “Pero qué me empuja este negro” dijo un señor corrido de su lugar, en referencia a uno de los guardias. Los patovicas gritaron varias veces: “Córranse por favor, que viene la familia de los fiscales”. Más allá de que ostensiblemente no sabían de qué hablaban, la frase puede ser releída no como un error, sino como un involuntario editorial político.
Ya de noche la movilización llegó a Plaza de Mayo. Hubo velas encendidas, y la gente no permaneció sino que tomaba a la izquierda para desconcentrarse velozmente por Diagonal Norte.
En un bar estaban María Inés, María Laura y María Delia, tres primas todas en el rango de los 70-80 años. Casi no hicieron falta preguntas:
-Nos mojamos bastante pero estamos sinceramente felices. Salimos desde Palermo y no nos importó mojarnos.
-Lo que pasa es que se pide que no haya más tragedias como la de Nisman, basta de impunidad, y está el hartazgo de la gente que viene a decir basta de corrupción, basta de impunidad, basta de atropellos.
-Yo le digo, este es un país hermoso, era el granero del mundo. Cuando yo era chica llegué a tener institutriz in-gle-sa, y eso que mi padre era un chacarero. Y mi hijo que falleció hace poco, siendo ingeniero agrónomo, era menos que un peón. ¿Qué me dice?
-No sé.
-Mire, lo que falta aquí es libertad. Nos quieren someter.
-¿De qué modo la quieren someter?
-¡En todo! Los jóvenes no trabajan en lo que quieren. Entonces no hay libertad. El Himno es un rock. La escarapela no se conoce. En un país fantástico, estamos en el 5º mundo por los gobernantes que tenemos.
-¿Qué opina de los opositores que tenemos?
María Inés calla. María Laura toma la posta:
-Lo último que se pierde es la ilusión. Yo veo que alguien hace obras y digo: vamos a tirarnos a la pileta.
-Se refiere a Macri.
-Sí, porque si un gobernante hace obra, gestión, es lo mejor. Las bicisendas, el Metrobús. Y es darle la oportunidad a alguien distinto. Y que no haya más impunidad.
-Pero Macri intentó colocar en la Metropolitana a una de las personas acusadas de encubrimiento por lo de la AMIA, el comisario Palacios.
-Y bueno, por eso digo tirarte a la pileta. Pero al menos a ese lo sacaron. Macri arma buenos equipos de trabajo. Y por eso lo va a votar toda la gente que anda por acá.
Tres personas que opinaron cosas similares contestaron “no te lo puedo decir” cuando les pregunté por su trabajo o actividad. Si se descarta que sean agentes secretos, es posible que la marcha haya estado bastante poblada por empleados del gobierno de la Ciudad. El que sí lo reconoció fue Eduardo: “Estamos como indignados. Si no respetás la esencia del ser humano, ¿cómo hablás de derechos humanos?”. Luego dijo, textualmente y moviendo los brazos: “La Argentina tiene una falta de cualitividad que hace que tengamos una democracia que no es como la europea, que implica grados culturales en los que se le da a la gente sociológicamente su tiempo para que se lleve el contexto de cómo está educada la sociedad”. Inundado en mis propios zapatos, empecé a aceptar que tal vez sea cierto: el periodismo es un sacerdocio.
Una señora pasó, performáticamente, con una mordaza negra, para las fotos, pese a lo cual seguía hablándole a su marido, el único silencioso de la familia.
Mariana, una de las que no puede decir de qué trabaja: “Aquí vi ciegos, vi gente con bastón, con sillas de ruedas, movilizándose pese al diluvio. Creo que todos marchamos por la desprotección que muestra que maten a un fiscal que estaba por denunciar al gobierno. Aquí mucha gente piensa que a Nisman lo mandaron matar, o que no lo protegieron lo suficiente. Es cierto que el Poder Judicial también tiene sus peros, porque una causa como la AMIA no puede estar 20 años sin que se avance nada. ¿De qué tamaño son los cajones de los jueces para tener un expediente 20 años? Lo bueno hoy fue que los políticos que vinieron, ni se notaron”.
En Avenida de Mayo, un vendedor se quejaba: “Este público no es de choripán”. Una señora, como para desmentirlo, se acercó, pidió uno y dijo: “A nosotros no nos lo regalan. Lo compramos”, dijo con orgullo engulléndose el choripán bajo lo que a esa altura era una garúa de despedida.

Otras voces

Mientras la marcha parecía centrar todas las miradas, ¿cómo ven el presente experiencias que están trabajando en diferentes territorios, en diferentes realidades, que casi nunca son reflejadas en los medios oficialistas ni opositores? lavaca propuso estos contactos con Jorge Nawel, vocero del pueblo mapuche, Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, Cristina Devita, fundadora de la escuela de gestión social Creciendo Juntos, y Marta Sahores, de la asamblea de Esquel.

Fiscales, mafias, barrabravas

Luciano Arruga es el adolescente desaparecido cuyo cadáver se encontró el año pasado. Su hermana, Vanesa Orieta, se ha transformado en un referente de las nuevas generaciones que discuten y encaran el tema de los derechos humanos del presente. En viaje hacia Buenos Aires, Vanesa dijo a lavaca:
“Una cosa tiene que ver con lo que es el pedido de esclarecimiento de lo que ocurrió, que eso lo tiene que realizar la justicia, una investigación eficiente que nos permita saber que ocurrió con el fiscal Nisman. Pero aquí creo que se están jugando otras cuestiones. Escuchábamos hace un tiempo al que fue ex ministro de seguridad Calos Stornelli el que llama a la gente a marchar. Pero también sentimos que tiene que ver con una movida que intenta desestabilizar, no voy a decir al gobierno de turno, sino a la misma democracia. Son personas que han tenido cargos dentro del gobierno, que lo que han hecho fue darle mucho más poder a las policías mafiosas, como en el caso de Stornelli. Gente que no ha aportado para nada a la resolución de hechos terribles que hubo por en la provincia de Buenos Aires, que tiene que ver con la inseguridad. Un hombre ligado a barrabravas, que hoy le pide al sector político un mayor compromiso y acompañamiento. Así que lo que uno siente es una contracción muy grande”.
“Aquí se están trabajando otros temas que no tiene que ver con el esclarecimiento de lo de Nisman, sino con sacar ventaja para posicionarse con sus políticas de derecha. En ese sentido nos parece que hay que estar atentos, hay que informarse y tener una mirada propia, objetiva y por sobre todas las cosas sincera, no especulativa como es este caso, y entender que lo que se juega aquí en este momento es el futuro de todos nosotros y la democracia”.
“Los medios monopólicos de la derecha lo que están haciendo es aprovechar por supuesto también este hecho para afianzar su poder, seguir implementando medidas de control en una sociedad que está bastante dañada por el miedo que le provocan diferentes hechos de inseguridad. Este es un hecho más que se utiliza para seguir generando temor en nuestra sociedad mientras no toman otros hechos emblemáticos de nuestro país como han tomado ese caso”.
“Es grave lo de Nisman porque es una persona que estaba investigando un hecho terrible que ocurrió en nuestro país, pero siempre la investigación iba en beneficio de unos pocos. Y lo que uno entiende es que tiene que ver con una cuestión de clase. Las clases altas, poderosas, son los que generan esa marcha y los que seguimos denunciando hechos de inseguridad nunca somos escuchados ni por los medios, ni sectores políticos ni judiciales. Los judiciales y los fiscales salen a marchar para pedir que se garantice la justicia. Ellos deberían garantizarla. Uno se siente desamparado y no encontramos la forma de canalizar nuestro dolor y angustia en los poderes judiciales ni políticos. Y los medios monopólicos, como siempre, se ocupan de las noticas que les sirven a ellos, que generan miedo en la gente, y desestabilizan a los gobiernos que no cumplen exactamente con lo que ellos disponen”.

El gobierno que viene

Desde Neuquén el mapuche Jorge Nawel dijo a lavaca: “Nosotros nos hemos mantenido al margen de este debate no porque no tengamos una opinión, sino porque creemos que todo lo que está pasando con la muerte del fiscal y toda la disputa ente gobierno y oposición es un reflejo claro de las instituciones que están cada vez más degradadas. Porque esta situación muestra un sistema jurídico degradado, absolutamente oscuro, lleno de interrogantes hacia la sociedad civil. Y eso para nosotros no es nuevo, porque la justicia para nosotros está degradada desde su misma naturaleza porque responde a los factores del poder. A los pueblos indígenas nos han oprimido, nos han avasallado nuestro territorio. Y muestra también una degradación del sistema político, porque no es ni participativo, ni democrático, ni representativo, por lo menos de los intereses más populares. También del poder legislativo, que se ha convertido en cualquier cosa menos en un espacio de participación y representación”.
“En la última década los pueblos indígenas hemos sido marginados, destruidos, somos totalmente periféricos a la agenda que manejan los poderes tanto político, legislativo o judicial. Y no solamente estamos señalando al gobierno actual, sino a todos los que lo antecedieron”.
Sobre la oposición: “Creemos que lo que se viene después del gobierno de Kirchner es un gobierno todavía más discriminador. Entonces creemos que vamos a vivir momentos todavía muchos más duros. Y creo que van a ser momentos mucho más genuinos, porque vamos a estar peleando todos contra un claro enemigo de los sectores populares. Fueron tiempos de mucha confusión para los sectores populares y los movimientos sociales porque hay un doble discurso. Pero con el próximo gobierno va a ser diferente la disputa y la pelea que vamos a tener”.
El pueblo mapuche continúa reclamando por el avasallamiento que sufren sus territorios por parte de la industria petrolera, bajo la tecnología de la fractura hidráulica o fracking.

Condolencias y media asta

Desde Esquel, Mara Sahores, una de las fundadoras de la Asamblea vecinal que logró detener el proyecto de minería de oro en la región: “A nivel nacional y a nivel político la verdad que la muerte de Nisman no se sabe mucho como fue, pero que vino después fue mucho maltrato del poder político, porque se sabía amenazado. Lo menos que se podría haber hecho es poner la bandera a media asta, o dar las condolencias a la familia. Eso le critico por supuesto al poder político. Ellos saben por qué lo hacen y tendrán que explicarlo en algún momento. En cuanto a Esquel, no estoy de acuerdo en marchar por este tema porque si bien envío mis condolencias y me parece un desastre que estas cosas pasen en Argentina, no coincido con muchos de los políticos convocantes a la marcha. Me hace acordar a épocas muy nefastas donde estas marchas llevaban a otra cosa, no a precisamente a lo que se enuncia”.
“Pero además hay otra cosa que me preocupa y es el tema de que la justicia o los servicios de inteligencia han estado todo este tiempo con el gobierno y fallando en su accionar, es decir, no han actuado como deberían frente a tantísimas muertes y violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en esta época. Sin ir más lejos lo que en estos días se ve con los qom en Formosa”.
“Además, si ganara a nivel nacional la oposición, Esquel quedaría igual o peor. Desde Massa, Macri y hasta Scioli, tienen intereses con la minería. Yo no creo más en el partidismo, en esta democracia entre comillas. Creo que la democracia en el mundo está en picada fuerte y que tiene que terminar de estrolarse contra el piso, porque tiene que surgir otra democracia, la verdadera, la que surge del pueblo. No sé si lo veré, pero siento que es lo que se viene”.
Toda la provincia de Chubut continúa movilizada promoviendo la prohibición de la megaminería a nivel provincial.
Cristina Devita es una de las fundadoras de la escuela de gestión social Creciendo Juntos, de Moreno: “A veces me tomo la política y la vida con humor. Y pensé en esta marcha, y el ‘yo soy’ usado todo el mundo. Parece que el verbo ser, el soy, ya no es más lo que sos sino lo que te dicen que tenés que ser. Entonces se me ocurría ir a la marcha y decir ‘no soy Nisman, soy Cristina’. Pero ahí iba a tener serios problemas, ataques. Pero resulta que yo soy Cristina. Y me parece que no quieren que seamos lo que queremos ser”.
“Yo vivo donde estoy, así que pienso donde piso. Te puedo decir a veces con los medios pasa que me pudre estar escuchando todo el tiempo lo mismo. Y que no hay otra noticia. Se instala una noticia. Te marcan la agenda. Yo mucho no sé qué es eso, y me gustaría que el periodismo de todo tipo informara de otras cosas, porque se están haciendo cosas interesantes en otros lugares. Y tenemos voz, pero nadie nos pone micrófono. Si me decís a nivel país, hoy iba en tren a Luján, se armó una pavada que empezaron todos a decir: ‘los ferroviarios son todos chorros, si hay un gremio que no labura son los ferroviarios’. Otro dijo: ‘Asi estamos’, y otro agregó: ‘hay que matarlos a todos’, y otro terminó diciendo ‘con los militares estábamos mejor’. Esa charla la escuché hoy. Se me pararon los pelos. Es todo un clima de queja, cuando siento que estamos haciendo esfuerzos enormes todos por la educación y de esas cosas tendríamos que hablar. Y que no nos marquen la agenda, para que encima ande tanta gente quejándose todo el tiempo”.

Fotos: CC BY-NC-ND 3.0 – M.A.ƒ.I.A

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

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