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Alerta Chascomús: amenazan a mujeres organizadas contra la violencia machista

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La red que acompañó a la familia de Návila Garay, asesinada a golpes en septiembre de 2019, hoy sufre distintas amenazas por parte de hombres violentos del barrio La Noria que amedrentan al tejido que busca frenar la violencia machista. La quema de un auto a una de las vecinas organizadas y las amenazas a Ruth, prima de Návila, por parte de hombres ya denunciados que no cumplen las restricciones perimetrales, son los nuevos indicios de una escalada de la que el Estado no se hace cargo. Compartimos aquí la historia de Návila y el grupo de mujeres que se organiza para pedir verdad y justicia, para exigir medidas urgentes y para que no haya una Návila, Nunca Más.

17 mazazos: Lo que devela el femicidio de Návila Garay en Chascomús

Návila murió con esa cantidad de golpes. Tenía 15 años. Su cuerpo apareció enterrado en una casaquinta cercana a la laguna. El sospechoso es empleado de la Policía Federal. La fiscal y la Bonaerense, bajo la mira de la comunidad. Cómo fue la búsqueda de la niña, y lo que se descubrió: una trama de abuso sexual infantil que implica mucho más que a un femicida.  FRANCO CIANCAGLINI

No es exagerado decir que se quemó el paraíso: es literal. Estamos pisando pastizales incendiados a la vera de la laguna de un pueblo que perdió ya su calma. La ceniza salta entre los pies y se vuela con el viento; es bastante el polvo: las diez zapatillas de Ruth, Quimey, Pamela, Alexia y Soledad van de acá para allá, y sus ojos buscan huellas y signos. Miran atentas el piso, esperando encontrar algo.

En los humedales secos emergen botellas, metales, gomas, envases, chatarra. También un corpiño que las mujeres agarran pero descartan por las medidas exageradas para una joven de 15 años: su familiar y amiga Návila.

En esta zona se encontró la última evidencia de la causa judicial abierta tras su femicidio: la mochila que llevaba el día que desapareció. Tras el hallazgo, el lugar apareció incendiado. “No está quemado: lo prendieron fuego”, corrigen estas mujeres que aprendieron a buscar porque entendieron que alguien quería tapar.  “Fue un encuentro, no una búsqueda”, definen sobre cómo lograron desactivar la desidia cómplice del Poder Judicial, y hallar un cuerpo.

Quimey -20 años, tía de Návila- ha aprendido a corregir ese tipo de incongruencias semánticas típicas de medios de incomunicación, policías y fiscales: “No murió: a Navi la mataron”.

Aún faltan aparecer el celular y las zapatillas que Návila llevaba ese día, acaso como otra evidencia de un femicidio que sigue contando con un ocultamiento evidente, o al menos con una falta de investigación sospechosa. Eso es lo que estas mujeres buscan en el paraíso incendiado (el celular, las zapatillas, la verdad), quizá porque ya aprendieron que nadie lo hará sino son ellas.

Návila Garay según la foto con la que eligieron recordarlas Quimey y Ruth.
Foto: Nacho Yuchark

Sonrisas y silencios

Návila Garay desapareció el 10 de septiembre a las 18 horas y su cuerpo apareció recién el domingo 15 a la madrugada en la morgue de Dolores, cuando su madre Débora viajó y pudo reconocerla. La autopsia marcó que fue asesinada de 17 mazazos y enterrada en una quinta muy cerca de la laguna de Chascomús. Todo el resto son hipótesis judiciales y mediáticas de las que los familiares desconfían.

El único detenido al momento es Néstor “Lito” Garay, un parquero de 56 años a quien Návila conocía desde hace tiempo. Según es vox populi en el barrio, el hombre abusaba sexualmente de mujeres menores de edad (entre ellas, Návila) y les proporcionaba dinero a cambio. Néstor Garay fue señalado desde el principio por la familia, ya que la última vez que vieron a Návila con vida ella avisó que se iba a la casa del hombre. Pese a esta evidencia, la detención de Néstor Garay recién se selló cuatro días después de la desaparición, cuando la dueña de una de una quinta en Chascomús se enteró del caso de Návila por televisión: el sospechoso era su parquero, el mismo que días antes le había pedido permiso para “enterrar  a un perrito” en el fondo de su casa.

Según el relato judicial, la mujer se presentó espontáneamente el domingo 11 en la estación de la Policía Comunal de Chascomús para conectar cabos. Pero esta es otra de las teorías que no terminan de cerrar.

La entrada de la Fiscalía nº 9 de Chascomús arroja más sospechas. Policías bonaerenses, federales y empleados judiciales se tratan como lo que son: vecinos, sino compañeros de trabajo. La propia fiscal Daniela Bertoletti pasa y saluda con una ancha sonrisa a los uniformados, antes de entrar a su despacho y de negarse a contestar preguntas para este medio. La escena parece obvia y típica de una ciudad-pueblo, pero lo que estamos viendo es quizás una imposibilidad estructural: díficilmente Bertolotti pueda avanzar en una investigación contra sus amigos y vecinos policías si una causa así lo requiriera. Esta hipótesis puede ser extensible hacia otras fiscalías y otros pueblos, donde muchas veces se verifica la misma inacción judicial ante la sospecha policial, salvo cuando las órdenes bajan de muy muy arriba.

En el caso de Návila este tipo de dudas están sostenidas en el destrato de la fiscal hacia la familia de la adolescente desde el día de sus desaparición (“se nos reía en la cara”) y en la extraña dinámica que la magistrada le imprimió a la causa tras el hallazgo del cuerpo: en 48 horas dijo tener cerrado el caso.

La confirmación de que el femicida Garay cobraba un sueldo como empleado del Círculo de Suboficiales de la Policía Federal es otra de las variantes que siembran dudas sobre el diletante accionar policial en la causa, el apuro de Bertolotti por encerrar –solo, rápido- al parquero, y algunas falsas sonrisas.

La quinta donde presuntamente fue encontrada Návila. Ningún familiar ni representante legal estuvo presente en la pericia.

La casa del horror

La quinta donde encontraron a Návila queda a menos de 100 metros de la sede recreativa del Círculo de Suboficiales de la Policía Federal donde trabajaba el femicida, un lugar con anchas parrillas. Un jueves al mediodía no se ve un alma y se escucha el suave canto de los pajaritos. Alguien podría decir que la postal es muy bella sino fuera porque esta quietud se aprovechó para esconder un crimen.

Desde la calle Mercedes al 707 se ve  hacia adentro una red de tenis caída, una pileta abandonada y también, al fondo, un galpón: según la reconstrucción de la fiscal Bertoletti, Néstor Garay perpetuó el femicidio allí y con sus herramientas de trabajo. 17 mazazos. Luego habría enterrado el cuerpo en el jardín y tapado la evidencia con ramas y hojas secas.

Días después del hallazgo del cuerpo, el único presente en la quinta del horror es un perro callejero. De pronto aparece una señora que, al detectar periodistas, sale a cerrar su portón, aunque finalmente se termina prestando a dialogar.

Vive en la misma cuadra de la quinta donde hallaron enterrada a Návila y, por eso, conoce al femicida de esta manera: “Lito, el parquero del barrio”. La señora caracteriza a Garay como “corto, pero respetuoso” y dice que trabajaba en la zona hace unos 20 años. Por eso reconoce estar doblemente azorada: “Hijo de puta, lo que hizo…”, dice por un lado. Y por otro: “No se puede creer que haya sido Lito”.

Algo no le cierra.

La señora no confirma los rumores que dicen que en su barrio hay casaquintas que se usan para fiestas demasiado privadas. Tampoco relaciona la cercanía del Círculo de Suboficiales con la trama del caso, aunque confirma que Lito trabajaba en ese camping policial.

La señora se vino a Chascomús tras la crisis del 2001, cuando echaron a su marido del trabajo, buscando una vida más apacible. “Ahora desconfío todos: esto alteró mi tranquilidad”, dice antes de cerrar el portón que se había olvidado abierto, acaso como resabio de otro tiempo mejor.

El círculo de suboficiales de la PFA que queda a menos de 100 metros de donde la fiscal dijo haber encontrado el cuerpo. El acusado, Néstor Garay, era empleado de este camping.

Una mujer

¿Cómo era Navila?

Ruth (30 años, prima): Una loca bárbara, en el buen sentido.

Quimey (20 años, la tía): Súper independiente. Una mujer.

Tío: Tenía carácter fuerte.

Quimey: Veía a los milicos y les decía de todo…

Ruth: Si llegamos a hablar de las cosas lindas que hacíamos, terminamos todos en cana…

Quimey: La pasábamos bien. La última vez que la vi fue en mi cumpleaños: tomamos unas cervezas; yo no tomo y ella casi no tomaba tampoco, pero ese dia sí trajo 3 cervezas.

Tío: Le gustaba más estar en la calle que mirar la tele.

Ruth: Andaba de noche. Era un murciélago. Vivía con la abuela.

Quimey: Dormía también en lo del novio, en lo de la madre, o acá.

Ruth: Tenía humor negro.

Quimey: Era muy limpita. Iba a mi pieza y, si veía todo desordenado, me decía “tía, qué quilombo”, y se ponía a limpiar. Le gustaban mucho los bebés, jugaba siempre con los nenes.

Ruth: La mayoría de las veces cocinaba yo y a ella le gustaba lavar. Ella cocinaba cosas con tuco, milanesas, churrasco.

Quimey: Si me agarraba hambre a las 2 ó 3 de la mañana, me hacía un arroz con leche.

Ruth: Si no estamos nosotras, en esta casa no comen.

La casa donde Návila vivía junto a su abuela y su tío, en el barrio La Noria de Chascomús.

Lo que pasa en el barrio

Ruth y Quimey están paradas en la esquina de la casa donde vivía Návila junto a su abuela y su tío, en el barrio La Noria. A metros, el Grupo Poético de Chascomús pintó un mural premonitorio. Dice: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.

Ellas son, además de prima y tía, las dos compinches de Navi, como le dicen. Cada vez que hablan de ella sonríen de oreja a oreja y critican a los medios que desfiguraron su retrato: “Sólo pusieron las cosas malas”.

En su recuerdo y en su bronca ambas repiten constantemente una idea: “Návila tenía carácter fuerte”. Ellas también lo tienen; se nota en su forma de hablar, y también en cómo se han forjado en el dolor de la pérdida.

El carácter de estas mujeres es, como dice la teórica feminista María Galindo, una forma de entender un femicidio: como rebelión ante la violencia machista. El límite que un macho no puede superar: el “no”. Contar la historia de un femicidio es también contar la historia de esa rebeldía, dirá la Galindo uniendo cientos y miles de relatos de familiares que subrayan el “carácter fuerte” de la mujer que acaba de ser asesinada por un hombre. Ruth lo cuenta desde su historia personal, ante la pregunta de si se ve violencia machista en el barrio: “Sí, en todos lados. Es más: yo pasé por algo así. Y no me gusta por eso: el papá de mi hijo me cagaba a palos. Hoy en día nadie me levanta una mano, porque lo cago a palos yo”.

Los códigos del barrio parecen obligar a no cruzar reproches por la muerte de Návila -al menos ante ajenos- pero en cambio las mujeres fruncen el ceño para pensar lo que pasó: “Návila iba a muchos lugares, pero a este tipo yo no lo conocía”, cuenta Ruth. “Después supimos que la verdadera casa de él (por Néstor Garay) es a dos cuadras y media de acá. Tiene otra casa donde alquila que está más cerca: ahí es donde juntaba a las menores. Porque acá en el barrio no lo dejamos: si vemos a alguien que hace eso, le reventamos la casa”.

Todo está tan cerca que cuesta delimitar las fronteras barriales, como si existiesen solo en la cabeza de quienes las habitan. La casa a donde dijo dirigrse Návila por última vez es la misma a la cual, según señala Ruth, Néstor Garay llevaba menores. Hoy esa casa está custodiada por la Policía Bonaerense.

La casa donde el acusado supuestamente llevaba mujeres menores, custodiada por la Bonaerense.

Hallazgos y preguntas

Reventar casas. Eso fue literalmente lo que los familiares y amigos de Návila comenzaron a hacer cuando desapareció y ante la inacción policial. Ruth: “Hicimos lo que la policía no estaba haciendo: buscarla. Ellos necesitaban una orden, yo no. Ellos perdían tiempo y nosotros, dato que nos pasaban, lugar donde íbamos y nos metíamos, como sea”.

Los datos los llevaron a lugares impensados, pero todas recuerdan sobre todo uno de ellos, que revela la extendida y compleja trama que envuelve al femicidio de Návila en Chascomús: “En la calle Garay hay un lugar… nos dijeron que Návila podía estar ahí. Nos tiraron esa data. Entonces nos juntamos con la familia del novio y fuimos a esa casa. Cuando entramos había ropa interior tirada, de todo. Y cinco mayores con una chica de 12 años”.

Alguien dice: “Alguien nos mandó ese mensaje. La chica, o una persona que quería que la saquemos”.

Así salvaron a otra Návila.

Cae la tarde en el barrio La Noria, donde en vez de pajaritos se oye el ruido de las motos. En una de ellas llega Quimey, la joven tía de Navi. “En el momento de la desaparición no apareció nadie acá”, suelta. “Ni siquiera los medios. Nadie nunca nadie nos avisó nada: por los medios supimos que encontraron la mochila. Y el día que apareció el cuerpo nos enteramos recién a las 10 y pico de la  noche, cuando ya estaba el cuerpo en Dolores”.

Quimey resalta este dato central, que baña de sospecha a la investigación de la fiscal Bertolotti: el hallazgo de Návila –a quien los familiares y amigos buscaron de estas formas durante cinco días-, el desentierro de su cuerpo, su traslado a Dolores y la autopsia se hicieron sin la presencia de ningún familiar ni garante legal de las víctimas. Recién cuando se completó ese círculo, la fiscal avisó a la familia que Návila había “aparecido”. Ellas ya se habían enterado por los medios.

Pamela, Alexia y Soledad, tres mujeres que se pusieron al hombro la difusión del caso y el reclamo de justicia.

Aprender a buscar

Pamela y Alexia no viven en el barrio La Noria y tienen unos años e hijos más que las jóvenes amigas de Navi, que confiesan: “Si no fuera por ellas, nosotras estaríamos en la cama llorando. Nos re levantaron”.

Pamela y Alexia son las cuñadas de Návila y juntas conforman la dupla que se hizo cargo de contener a la familia y de aparecer ante las cámaras de tevé, primero para difundir la búsqueda de Návila, luego para denunciar la trama que encubre su muerte.

Pamela asegura que en Chascomús hay una máxima: “Todo el mundo sabe, pero nadie habla”. Ella no dudó desde el principio, cuando un día después del hallazgo del cuerpo dijo a lavaca: “El asesinato de Navi destapa una red de mayores que abusan de nenes y nenas en Chascomús”. A partir de la repercusión de esta declaración, el Fiscal General de Dolores abrió una causa de oficio para investigar el asunto, aunque hasta el cierre de esta edición se desconocían avances concretos. “Por ahora lo único que supuestamente se está investigando es la denuncia que nosotras hicimos de esa casa donde estaba la nena de 12 años”.

¿Cómo se animaron a romper el silencio?

Alexia: Ya no tenemos miedo.

Pamela: A nosotros no nos la contaron: la vivimos. La desidia, el maltrato, la risa de la fiscal la vivimos; nos lo hacían a nosotras en la cara. Investigaban menos que si se hubiesen robado una bicicleta. Le fuimos a decir desde el primer momento dónde había desaparecido Návila, le llevamos al remisero: le servimos todo en bandeja y no hizo nada. ¿Por qué?

¿Cómo se busca a una desaparecida?

Pamela: no sabíamos adónde ir a buscar. Decíamos: vamos a dar vuelta a la laguna y si vemos algo, que sé yo, rastrillemos nosotras.  Y cuando empezamos a movernos nos empezaron a llegar datos.

Alexia: levantábamos baldosas, buscándola. La queríamos encontrar.

Pamela: Lo nuestro no era una búsqueda: era un encuentro. Porque buscar podés buscar toda la vida; nosotros la queríamos encontrar y la encontramos. Si no nos hubiésemos movido, si no hubiésemos hecho ruido, en esa quinta crece el pasto y Návila es una desaparecida más.

¿Creen en la versión de la fiscal, que dice que Garay la mató y la enterró por que Návila lo extorsionó por dinero?

Návila: Escuchando y viendo todo lo que ha pasado, no creo nada de lo que me digan.

Pamela: A nosotras nos empezó a sonar muy raro ya cuando la fiscal nos daba vuelta la cara. Y el domingo a la noche, cuando aparece en los medios que habían encontrado el cuerpo, pensamos que lo habían encontrado ese mismo domingo. Fuimos a la quinta donde supuestamente estaba y nos dijeron que ya ahí no había nada. O sea, la habían encontrado, ya la habían trasladado, habían analizando la zona y el cuerpo estaba en Dolores.  Entonces dijmos:

¿Cuantas horas pasaron?

¿Cómo no nos avisaron?

¿Quienes estuvieron ahí, en la escena del crimen, cuando la desentierran?

¿Cuándo la enterró el hombre?

¿Dónde están las zapatillas y el celular?

Al cierre de esta edición, el Fiscal General de Dolores Diego Escoda había declarado que el caso estaba casi cerrado, que no había razones para sospechar de la participación de terceros, y la fiscal Bertolotti había dejado trascender que ya no se buscarían las zapatillas ni el celular porque eran irrelevantes para la causa. “Pensamos todo lo contrario”, señalan Pamela y Alexia. “Son cosas que eran de ella, que tienen que aparecer, que en algún lado tienen que estar. Y son las dos evidencias que pueden demostrar dónde estuvo ella”. También se esperaban resultados de las pericias sobre los objetos de la mochila, que se llevaron a analizar a Junín, y la familia había logrado reunirse con la gobernadora María Eugenia Vidal para transmitirle las sospechas sobre la investigación.

Vidal se comprometió a brindarle abogados penales a la familia y dijo que el caso lo iba a manejar el fiscal Escoda, de Dolores, directamente. “Después de una semana, no pasó más nada. Recién estamos esperando que se abra el expediente para empezar a hablar de las causas paralelas”. La estrategia de la familia es romper el “cuento” de la fiscal Bertoletti para comenzar a hurgar en los entramados que dibujan sus dudas y sus certezas.

De la Ruta a las casas

Es difícil homogeneizar un relato sobre una ciudad de 55 mil historias, pero varios de los habitantes de Chascomús describen –acaso como en todo el país- un deterioro generalizado de las condiciones de vida. Al margen de quienes viven de cargos públicos medios y altos, son dueños de comercios o viven del campo, donde queda lejos la laguna las estrategias de supervivencia cada vez son menos y más peligrosas. Y se sabe que donde no hay nada, están las mujeres sosteniendo lo más elemental de la existencia a costa de sus cuerpos, sus futuros y, en el peor de los casos, de sus propias vidas.

Alexia describe una radiografía que en los márgenes se dibuja más como la regla que como la excepción. Señala: “El Estado es el responsable de garantizar los derechos de las personas, sobre todo de chicos y chicas vulnerables. Una persona no llega a un estado de vulnerabilidad sola: es un contexto el que te lleva. En la casa de Návila y en el de un montón de chicas el Estado no aparece ni como salud, ni como educación, alimentación, vivienda ni trabajo. Por eso el Estado es el más responsable, más allá de que haya gente perversa a la que le gusta hacer daño”.

El barrio reconstruye la historia secreta de Chascomús situando a la Ruta 2 como la antigua y clásica zona de prostíbulos. Entre la catarata de anécdotas y rumores, los más aceptados recuerdan el acento de mujeres paraguayas a las que les quitaban el documento. “Entonces las chicas se tenían que quedar uno o dos años. Yo conocía a todas las paraguayas y tenía confianza: decían que una vez que pagaban, se podrían ir”. El que habla es un familiar de Návila que asegura que durante los 80 y los 90 el plan nocturno por excelencia era irse a “tomar una copa” a la Ruta 2.

Los prostíbulos cerraron promediado la entrada del 2000, no por la falta de oferta ni de demanda, sino por la mentada “decisión política”. Pero el negocio estuvo lejos de caerse: “Una vez que cerraron los de la Ruta, los prostíbulos se fueron a casas particulares”, sigue el relato. El desplazamiento de este tipo de negocios se hizo así aún más oscuro. Y se desliza que de ese modo empezaron a llegar los ofrecimientos a las jóvenes de los barrios humildes de Chascomús, mientras el deterioro ahogaba.

El deterioro

Cómo es ser mujer en esos márgenes? Soledad tiene el doble de edad de Návila y es otra de las mujeres que acompañan a la familia; también es parte de una asamblea feminista nucleada desde el 8M, y además, vecina del barrio La Noria. “Hay pocas oportunidades para las mujeres en Chascomús: los mejores puestos laborales los tienen siempre los hombres. Es un pueblo muy conservador, donde el modelo familiar es la mamá con 2, 3 pibes en la casa, y el padre saliendo a laburar. Recién ahora está cambiando con nosotras, con las de mi edad”, dice.

¿Hay trabajo?

Hay mucho laburo en negro, que no es laburo: es subempleo. Un camionero de la Municipalidad hoy está cobrando 15 mil pesos. Mi primo, recolector de basura, está ganando 10 mil. Labura todos los días, menos cuando llueve.

¿Se puede vivir con eso?

Cuando no tenés otra, vivís. Acá los alquileres son muy caros, es muy difícil vivir en Chascomús si no tenés un buen sueldo en blanco. Y si no tenés casa propia, fuiste.

¿Cuáles son los buenos empleos?

La gente que mejor vive es porque trabaja en la Autovía (peajes), en Atalaya, Villa del Sur, antes estaba Gándara – que cerró-, Conarco –que tiene reducido el personal-, Macis -que cerró-, Emepa (trenes) que cerró… y Tía Maruca, que está por cerrar también.

¿Todo eso en qué lapso?

Macri. En 4 años destruyó una industria de 40. Y Villa del Sur está ahí, pensando qué hacer, si se va o se queda.

¿Qué hace la gente que se queda sin trabajo?

Changas, cortar el pasto… El que changueaba se quedó sin laburo. Y el que tenía laburo fijo, agarra esas changas. Se va corriendo todo hacia abajo: el que era clase media es pobre, y el que era pobre ahora es súper pobre. Bah: ya sos pobre trabajando en blanco.

¿Cómo se traduce en violencia machista ese modelo?

Mucho bullying en la escuela, primero: si una chica se corta el pelo, los propios pibes le dicen que es lesbiana. A mi hija le pasó. Y después, en la mirada inquisidora del otro: todos ven cuando entran hombres a tu casa, pero nunca ven cuando te entran a robar. Esa es la misma mirada machista que dice que la culpa es de ella porque qué hacia ahí, o que pregunta dónde están los padres.

¿Qué responderías a esa pregunta?

Que, por suerte, mis padres estuvieron siempre conmigo y sin embargo me manosearon. ¿Vas a culpar a mis padres? Donde te críes te puede hacer más o menos vulnerable, pero no te hace culpable nunca.

La leyenda que el Grupo de Acción Poética de Chascomús escribió a metros de la casa de Návila, mucho antes del femicidio.

La ronda

Llega un momento en que todas las mujeres de esta historia coinciden en una ronda para tejer juntas la historia de Návila y el futuro de todas. Están sentadas a la sombra de un árbol y separan en gajos mandarinas que planta una de ellas en el fondo de su casa. Por ahí, revolotea el hijo de Ruth.

¿Dónde ponen la esperanza?

Quimey: En los chicos

Alexia: Sí. En las escuelas están a todo ritmo con esto.

Pamela: Mis hijas son re feministas.

Alexia: Cuando hablamos a los medios les  hablamos a ellos, a los niños: si ustedes están viviendo o pasando por una situación similar a la de Návila, díganlo, avisen. Si están yendo a casa de proxenetas, de abusadores a cambio de algo, salgan de ahí. Y a todos los adultos que lo están haciendo: ya los vamos a encontrar. Los estamos mirando.

Pamela: Que tengan miedo ellos, no nosotras ni los chicos.

Alexia: Este caso dio para visibilizar este sector tan pobre y la falta de sus derechos básicos por parte del Estado. Después, el mensaje fue para los niños y adolescentes. Hay que hablarles a ellos.

Soledad: Ahora estamos más conscientes. Y las mujeres nos empezamos a juntar sin conocernos y a activar.

Pamela: Cuando se haga el juicio se presentarán las pruebas y ahí veremos. Pero internamente nosotras nos vamos a organizar con algún dispositivo más allá del Estado, más allá de todo para poder amparar a estas chicas. No podemos hacernos más las sordas ni las ciegas. Vamos a actuar entre nosotras, como grupo de mujeres, para proteger a nuestros niños y niñas y no ser presas de estos depredadores. No nos quedamos en que acá hay un cuerpo y ya está: no. Esto recién empieza.

Nota

Lucía Pérez: dos responsables del femicidio y una perpetua

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El segundo juicio por el caso de Lucía Pérez confirmó que la menor (16 años) fue víctima de un femicidio en octubre de 2016. El fallo de los jueces del Tribunal Oral Federal 2 Roberto Falcone Alexis Semaz, y Gustavo Fissore, leído por este último lo decribe así: “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida, por el suministro de estupefacientes y en el marco de un contexto de violencia de género, en concurso ideal con femicidio” por lo que dictaminó la perpetua para Matías Farías.

La sentencia llegó 44 días después de iniciado este nuevo proceso. Los padres de Lucía, al salir, plantearon que seguirán impulsando la perpetua para Juan Pablo Offidani. En su caso, estos 8 años de condena como partícipe secundario del femicidio sumados a la condena previa por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo” le significan 15 años de prisión.

Marta Montero, la madre de Lucía, dijo en la calle, rodeada de mujeres: “Yo les puedo asegurar que con esta perpetua que conseguimos todo cambió”. Sus referencia a los narcos, las fake news y lo que llamó “perversión” en sectores académicos y mediáticos.

Las mujeres en la calle, acompañando todo el juicio y la sentencia. Fotos Lina Etchesuri.

(Desde Mar del Plata)

Miles de mujeres en la calle miraban con ansiedad en sus celulares el streaming de la sentencia, y escucharon en silencio cuando el juez Gustavo Fissori leyó: “Se resuelve condenar a Matías Gabriel Farías por ser autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexcual con acceso carnal agravado, con el suministro de estupefacientes y por resultar la muerte de la persona ofendida en concurso ideal con femicidio (…) ocurrido el 8 de octubre del 2016 en la ciudad de Mar del Plata, del  que resultó víctima Lucía Pérez Montero, e imponerle la pena de prisión perpetua, accesorias legales y costas del proceso”. La calle fue una ovación, un desahogo hecho de lágrimas y abrazos, y la confirmación de la legitimidad de un recamo de justicia.

Un día antes del 24 de marzo empezó a escucharse la consigna que armoniza también con las luchas de las mujeres: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.   

La sentencia consideró luego a Juan Pablo Offidani “partícipe secundario” del mismo delito, por lo cual se le impusieron 8 años de prisión. El juez Fissori aclaró que por lo tanto se impone a Offidani la pena de 15 años, al unificarse la presente condena con la del juicio anterior (2018) en el que junto con Farías había sido condenado por  “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”.

Pocos minutos después, al culminar la lectura del fallo, bajó de la sala Guillermo Pérez, el padre de Lucía y dijo en medio de la multitud: “Es injusta la pena de Offidani. Vamos a apelar para que tenga perpetua, lo que le corresponde. Pueden comprar voluntades donde quieran, pero a nosotros no nos va a comprar nadie: van a tener que pagar lo que tengan que pagar. Son cul-pa-bles. Y no pueden tener ningún privilegio. Ahora vamos por Offidani”.

La emoción tras el fallo. Fotos Lina Etchesuri.

La voz de Marta

Cuando llegó Marta desde la sala las lágrimas y los abrazos se multiplicaron al infinito.

Dijo Marta:

“Yo no les puedo decir lo que les agradezco a todos por habernos acompañado, aguantado, bajo el agua, el viento, lo que miércoles fuese. Pero estábamos juntos. A veces menos, a veces más, pero es importante estar unidos y seguir una lucha. Si estamos solos, separados, como cuando nos dicen muchas veces ‘no hagan eso, no hagan lo otro’…. No. Decimos que hay que hacer estrategias como lo hemos hecho. Porque si no hubiésemos hecho todo lo que hicimos hoy Lucía no tendría justicia”.

“Y les puedo asegurar que con esta perpetua que conseguimos para Farías hoy todo cambió. Porque hasta ayer no sabíamos si hoy se iba a hacer o no esta audiencia. No sabíamos si esta sentencia se iba a dar”.

Luego, conmovida, agregó:

“Pero ¿Por qué cambió para nosotros? Porque ahora ningún narco, ningún dealer, le va a romper el culo a ninguna piba más como se lo hicieron a Lucía”.

“A Lucía la destrozaron, a Lucía la destruyeron internamente, la violaron hasta 15 minutos antes de su muerte. La violaron hasta que su cuerpo terminó muriéndose. ¿Por qué lo decimos? Hay internamente nódulos, células que se rompen y hematomas que quedan ahí. Pero tenías que escuchar una defensa que decía “todas las mujeres somos violadas”. Yo estoy casada, estuve siempre con el mismo hombre, nadie me violó ni fui lastimada”.

“¿De donde sale esa perversión, que nos quiere hacer creer también un grupo de gente que se creen que porque le pagan a unas antropólogas y vienen a hablar pelotudeces, y sacan en una revista Fem disparates? ¿Nosotros tenemos que creer esos disparates?

Marcha del jueves en Mar del Plata. Se cantó, como en las marchas de derechos humanos: «Como a los nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar». Fotos Lina Etchesuri.

Las fake news del caso Lucía

Marta continuó profundizando su mirada sobre estos días.

“Mujeres: estuve todos los días del juicio, el que lo pudo ver sabe de qué hablamos, qué es lo que le hicieron a Lucía. Ahora esta gente, estas feministas, estas antropólogas que dicen ser, académicas… Claro, nosotras somos las brutas, las de la calle. Por intuición vamos viendo lo que hicieron y lo que no hicieron, y también vamos deduciendo. Pero no somos ningunas ignorantes, ni van a venir a vendernos pescado podrido como esta gente quiso hacerlo”.

“Vieron las fake news que están tan  de moda? Algunos no sabemos ni qué diablos es eso. Yo ni sabía ni me importaba cuando escuchaba esa palabra. Pero esa palabra es eso: armar un discurso, venderlo, que la gente compre ese discurso, y que la gente crea que a Lucía no le pasó nada”.

“Y que fue Lucía con su consentimiento y les dijo ‘cójanme hasta matarme’. Eso nos quisieron hacer creer esas dos mujeres, perversas como si las hay, eso es una perversión. Lucía era una criatura de 16 años, jamás hubiese dado un consentimiento. Un menor, con lo que significa un adulto, ¿hasta donde tiene el dominio ese adulto de ese menor? Y todo el fin de semana se ocuparon de mandar a los medios que Lucía había consentido su propia muerte. A Lucía no la mató nadie. Cuando escuchábamos eso, cuando leíamos eso, no podíamos creer que mujeres llamada feministas actúen de esa manera. Todas tenemos que decir y saber quiénes son. Porque si no parece que una está loca y habla cualquier pelotudez que se le ocurre”.

“Y lo que le pasó a Lucía es lo que hacen con todas las pibas. Estos jueces gracias a Dios tuvieron esa certeza de poder leer todo, ver todo lo que le hicieron a Lucía, lo que tanto la querella como el fiscal mostraron, la cantidad de pruebas… Que hayan podido ver eso, y darse cuenta de la realidad que quisieron ocultar en el juicio anterior: que esto era un femicidio”.

Marta y Guillermo hablaron sobre «la perversión» de sectores supuestamente académicos y feministas que publicaron cosas en los medios «como si Lucía hubiera consentido su propia muerte». Fotos Lina Etchesuri.

Un día de justicia

Dijo también Marta: “Cuando hablamos de Farías, hablamos de Offidani. La diferencia es que uno tiene el poder. Los dos son culpables. Offidani no tiene derecho a tener esa condena. Lo vamos a apelar y vamos a llevarlo a la perpetua que tiene que ir”.

A la salida habló también Eduardo Carnicero, que siguió el juicio en representación de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires: “Por un lado entendemos que es un antes y un después. Está bueno que se aplica la figura que solicitó la acusación. No pudimos ver los fundamentos todavía, pero sí tenemos la confirmación del delito. Sabemos que hay una pequeña disidencia entre los jueces en cuanto a la calificación, pero de hecho la pena es la misma. La condena se hace por mayoría por las dos figuras, eso es bueno”. 

“Con respecto a Offidani se da esta situación de que el fiscal (Arévalo) pide la pena de 20 años porque es una participación secundaria. La querella se apartó de eso. Los jueces receptan lo que pide la fiscalía aplicando en la escala una pena inferior, para saber el por qué hay que ver los fundamentos”.

Entre los familares de otras víctimas se encontraba Gerardo Mellman, el papá de Natalia: “Es una lucha por la familia y por el movimiento feminista. En este nuevo juicio se ha mostrado la verdad. Lo importante: han tomado esta sentencia como una sentencia de femicidio. Está creando un precedente para miles de casos, sin ninguna duda”.

Cristina, la mamá de Eliana Gómez analizó así lo ocurrido: “Fue muy importante haber conseguido una perpetua. Deberíamos haber conseguido las dos, pero habrá que seguir luchando. Sin embargo, repito, lo de hoy fue muy importante, un alivio para la familia, por haber luchado tanto. También es una puerta para el jury también. El fallo sirve para lo que viene, todo lo que hacemos sirve, sea poquito o mucho lo que se logre, todo sirve. Juntarnos, marchar, acompañar a las familias. Y vamos a seguir por todas las familias que aún no tienen justicia”. Tal cual lo que dice Cristina, aun está pendiente el jury o juicio político a los jueces que llevaron adelante el primer proceso por este femicidio, con un fallo que tuvo que ser anulado por la Cámara de Casación por su parcialidad, prejuicio y misoginia, lo cual dio lugar a este segundo proceso.

Daniel, el papá de Cecilia Basaldúa: “Estamos luchando por lo mismo: que se castigue a los culpables y que no se tape nada. Que la justicia se dé cuenta que no estamos solos y que vamos a luchar siempre. La gente no está sola”.

Susana, la madre de Cecilia Basaldúa fue otra muestra de cómo sintieron el fallo las familias de otras víctimas: «Todos los casos de la muertes de nuestras hijas son de la misma manera. Están la policía, la fiscalía, los jueces. Nos alegra mucho ver en el caso de Lucía Pérez que hay dos jueces en el banquillo. Y además, con esta perpetua que se obtuvo, ahora vamos a seguir por Offidani. Sabemos que todos juntos somos la fuerza y vamos a seguir acompañando, como también nos acompañan con el caso de nuestra hija. Muchos años pasaron, parece eterno esto. Nos ponemos al lado de Marta y Guillermo y es una cruz bastante pesada la que tuvieron que cargar todos estos años. Queremos festejar con ellos este fallo. Y con esto, queremos que vayan saliendo todas las perpetuas, que el poder judicial vea que estamos todos unidos y que vamos a luchar siempre. Y que no le tenemos miedo».

Alfredo, papá de Carla Soggiu: “Primero es importante para que Lucia pueda descansar en paz, y para que los padres sientan fuerza para seguir porque todavía falta. Y a nosotros nos marca un precedente para que la justicia no pueda defender más a los narcos, a los que tienen poder, a la misma justicia, a la policía, a los políticos… es importantísimo. Aparte Marta y Guillermo son un faro para nosotros. Marta tiene la fuerza de todos los mares juntos, nos la transmite a todos los demás. Nuestras hijas merecen justicia y descansar en paz”.

Marisa, la mamá de Luna Ortiz, sumó su sensación este jueves: “Hoy se pudo marcar un precedente, hoy es un día de felicidad para nosotros porque para estos femicidios en los que está entrelazado el narcotrafico nunca podíamos llegar a hacer justicia”.

En pocas palabras Marisa expresó lo que la calle estaba sintiendo: “Hoy llegó el día compañeras. Hoy llegó el día de justicia para Lucia”.

Fotos Lina Etchesuri.
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Las claves de la causa Lucía Pérez: un análisis del expediente y los dos juicios orales

Lucía Pérez: las pruebas que figuran en la causa por el femicidio y complican a Farías y Offidani

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Un expediente de seis cuerpos y dos juicios orales basados en las mismas pruebas y los mismos testigos serán sentenciados este jueves 23 de marzo, a las 14.30, por los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone. del Tribunal N°2 de Mar del Plata. Ese día, con la lectura del fallo, responderán la pregunta que desde hace casi siete años espera respuesta: ¿quién mató a Lucía Pérez? Las pruebas clave que complican a Farías y a Offidani en el femicidio. Revisitando hoy todo lo leído y escuchado durante el seguimiento y análisis de las tres etapas de este larguísimo proceso (investigación procesal, primer y segundo juicio) estas son las evidencias que se han reiterado.

Uno

Los imputados son Juan Pablo Offidani (49) y Matías Farías (30), pero en Mar del Plata se atribuye  al apellido del primero que este proceso se convierta en una clásica investigación judicial de un crimen del poder: Offidani padre es un influyente escribano local, con fluidas relaciones con el Poder Judicial local y la policía bonaerense desde, al menos, los tiempos de la dictadura hasta la actualidad.

Dos

Offidani Hijo se define en la causa como el “compadre” de Farías: es el padrino de su segundo hijo, nacido apenas unos meses antes del crimen de Lucía.

Tres

Farías tuvo dos parejas y con ambas un hijo. Así describió Offidani Hijo a la primera, sin atribuirle a su compadre ninguna responsabilidad: ”La mujer de él era media loca,cuando estaban juntos les sacaron los hijos, tenía 6 hijos la mujer, y vivían en Serena, a media cuadra de la salita y no iban a hacerle los controles ” (foja 414). La segunda era una chica muy joven, que Farías también llevó a parir a esa salita, sin ningún control previo al parto, según declaró en el segundo juicio la enfermera que la atendió y quedó impresionada por su vulnerabilidad.

Cuatro

En esa salita de emergencias de Serena descargó Offidani Hijo el cuerpo de Lucía aquel sábado 8 de octubre de 2016. Si la primera impresión es la que vale, esta es la causó en un testigo que estaban en la puerta:

            Declaración de Testigo en foja 142 (sic)

            “Ve al más joven (Farías) juntándose en la vereda de la sala con los dos sujetos que quedaran afuera (Offidani Hijo y Maciel) comenzando a entablar algún tipo de      conversación, murmurando entre los mencionados, es allí donde el dicente logra escuchar que el sujeto más joven (Farías), el mismo que momentos antes saliera de la sala de primeros auxilios manifiesta "SIC... COMO LO EXPLICO, QUE DIGO, QUE HAGO... ", mientras el sujeto que conducía la camioneta (Offidani Hijo) le responde "SIC... TRANQUILO... LO VEMOS...". Allí cuando el dicente observa el ambo de un efectivo policial a pie, el cual se dirigía hacia la salita, adentrándose a la misma, momento en donde los tres sujetos se observan entre si y comienzan a hablar en voz baja y de manera inmediata, el conductor de la camioneta y el acompañante se suben al rodado, con actitud de apremio según criterio del declarante, y se retiran del lugar a bordo del rodado a gran velocidad.

Foja 142 – Declaración del testigo en la puerta de la sala de salud en La Serena.

Cinco

El primer policía que interrogó a Offidani Hijo y a Farías sobre qué le había pasado a Lucía dejó asentado en un acta las contradicciones que detectó (foja 37):

“ Se iniciaron actuaciones de Oficio en el marco de autos caratulados "AVERIGUACION CAUSAL DE MUERTE",  por lo que en primer instancia recepcione declaración testimonial a Farias Matias Gabriel, y como segunda medida recepcione declaración testimonial a Offidani Juan Pablo, ello dado 'a que son las dos personas que llevaron a Lucia Perez Montero, a la Salita de Emergencia del Barrio Playa Serena, de la cual luego de haber tomado ambas declaraciones, surge que entre ambas persona existe una relación a los que ellos llaman compadre, que en la mayoría de lo relatado surge que se encontraban juntos, pero también surge una gran contradicción entre la declaración de uno y de otro, un ejemplo clara es que FARIAS, manifiesta que Lucia Perez Montero arribo a su domicilio siendo las 14:00hs del Sabado 08 del corriente, y manifestó desconocer dondeviviría Lucía, sin embargo OFF!DANI, manifiesta que junto a Farias, el Sabado 08, del corriente, siendo aproximadamente las 10:00hs, fueron a buscar a Lucia a su domicilio, encontrándola en la esquina de la casa, y que dejo a Farias Matías junto a Lucia siendo las 11:00hs, en el domicilio de calle Diagonal Centra y Racedo, asimismo otra cosa que llamo mi atención fue que Farias Matias, una vez finalizada su declaración manifiesta verbalmente que no podía regresar al domicilio dado a que la llaves de su vivienda la tenía su compadre Offidani Juan Pablo, quien al llegar a la salita se retiró del lugar rápidamente, manifestando que su pareja se encontraba sola, y en mal estado de salud”.

Seis

Offidani Hijo declaró que conocía a Farías desde hacía 7 años. Pocos días antes de la muerte de Lucía gestionó para él el alquiler de una pequeña construcción ubicada detrás de un chalet en el coqueto barrio de El Alfar: así llegó Farías al almacén que por las tardes atendía la compañera de escuela de Lucía. Su declaración (foja 38):

“La dicente conoció a una persona de nombre Matías quien le refirió que ella le gustaba, que le gustaría que le pasara su número telefónico, a lo que la deponente accedió, e intercambiaron número, fue entonces cuando Matías le manifestó que el vendía porro. En ese momento le pasó a Lucía el número telefónico de Matías, que ese mismo día momentos más tardes Lucia le manifiesta a la deponente que al salir  del colegio iba a venir Matías a buscarla y le pide que no la deje sola porque tenía miedo, que por favor la acompañe, al salir de la escuela siendo las 14.00hs, en la esquina de dicha institución se encontraba Matías esperándolas, al llegar la dicente junto a su amiga se suben a una camioneta de color gris, y observa que en su interior había otra persona quien conducía el rodado (Offidani Hijo)  a quien Matías lo presento como su compadre, desde ese lugar se dirigieron a la parada del colectivo de línea 523. en rotonda del faro, sito en calle Diagonal Velez Sarfield y la costa. lugar donde Lucia le entrega a Matías cien pesos, y a cambió recibe una bolsa de nylon que en su interior poseía una sustancia como porro, en ese momento Matías invito a su casa a Lucia, y la deponente dijo que no porque se iban juntas, insistentemente Matías invito a las dos, a lo que nuevamente rechazaron la invitación”.

Foja 38 – Declaración de la compañera de colegio de Lucía.

Siete

Aquel día Farías le entregó a Lucía una bolsita con marihuana que costaba 200 pesos. Lucía le entregó 100. Fiar droga es una práctica poco común, pero eso fue lo que sucedió. Fue entonces cuando Farías comenzó a enviar mensajes a Lucía y su amiga, incluso durante la madrugada, insistiendo en un encuentro con la excusa de la deuda. A la mañana del sábado Lucía acordó pagarle y Farías pasó a buscarla por su casa en la camioneta que manejaba Offidani Hijo.

Ocho

El policía que indagó luego a los vecinos sobre la casa a donde Farías llevó a Lucía escribió en su informe (foja 39):

Offidani resulta ser nombrado por la vos popular como vendedor de drogas actividad que realizaría en forma conjunta que los mismos se movilizarían en una camioneta marca Fiat, modelo Estrada color verde oscuro, hago constar que habiendo realizado una compulsa el mencionado FARIAS posee antecedentes Penales por el delito Robo en Vía Publica, de fecha 27/11/2012, en jurisdicción Comisaria Quinta, de fecha 29/06/2013 Portación Ilegal de Arma de Uso Civil, en Comisaria Quinta y de fecha 10/07/2013 Portación ilegal de Arma de Fuego de Uso Civil, Comisaria Quinta. Se hace mención que tanto en la Declaración Testimonial de FARIAS como la de OFIDANI, existe contradicciones en ambos testimonios”.


Foja 39 – Declaración del policía que interrogó a los vecinos de la construcción del barrio El Alfar.

Nueve

Son varios los testigos que en el expediente denuncian la complicidad policial con este puesto de venta de drogas, señalando que por esa notoria impunidad no se atrevían a denunciarlo.

Diez

En los allanamientos realizados en los domicilios de los imputados se secuestraron balas y drogas. Pero fue en la construcción alquilada por Farías donde se incautaron, además, blister de pastillas, una cámara de video sin la tarjeta de memoria y cinco celulares. En todos las conversaciones entre los imputados fueron borradas.

Once

Lo que pasó dentro de ese aguantadero lo cuenta el cuerpo de Lucía. La primera en analizarlo fue la médica forense de la policía bonerense a cargo de la autopsia. Esta es su declaración (foja 120):

“En la zona anal había una importante dilatación no propia de la relajación post-mortem sino que obedecía a maniobras de penetración. No tenía pliegues, para mí era una dilatación atónica y mandé a periciar el esfínter para ver si estaba roto. La dilatación atónica es cuando se produce un ingreso brusco y violento. Claramente el sexo anal consentido no deja lesiones, mucho menos como las que presenta la joven."”.

Doce

Tiempo después y ya realizadas las pericias complementarias, el perito de la Corte Suprema Bonaerense determinó (foja 864):

“Las lesiones descriptas en la autopsia son compatibles con relación sexual forzada, esto según interpretación de este perito y basado en la presencia de las lesiones que se describen en el informe de autopsia "Equimosis en labios menores del laclik izquierdo y en paredes de la vagina, Equimosis en margen anal izquierdo", y que han sido corroboradas en el estudio anatomo patológico informando en región vaginal descongestiona, extravasación de glóbulos rojos a nivel de planos profundos, así como en submucosa y planos profundos de la piel de la región anal. En casos de dilatación anal forzada, es evidente la existencia de dolor en la victima y es una de las causas que se pueden describir que ocasionarían un reflejo vaso vagal. Por lo expuesto este perito estima como causal de muerte, en base a los hallazgos de los estudios complementarios, sobre todo el Anatomopatologico un mecanismo asfictico, y dado la ausencia de otro tipo de lesiones, podría deberse a una asfixia por sofocación ( obstrucción de los orificios respiratorios), en una persona que ha consumido cocaína, y que pudiera estar disminuida su conciencia, por lo tanto no se considera factible una muerte por causas no violentas”.

«No se considera factible una muerte por causas no violentas”.

Perito de la corte suprema bonaerense

Trece

Al día siguiente (9 de octubre) Offidani Hijo, como era habitual, fue a la casa donde estaba la construcción donde estaba Farías. La dueña, testigo de la defensa, recordó así cómo se comportaron ( foja 163):

“Al rato cae Juan Pablo, que siempre está exacerbado, porque siempre está bajo el consumo de alcohol, el padre siempre se hacía problemas por él porque incluso lo había querido internar, estuvo en tratamiento, siempre tuvo problemas de adicción. Juan Pablo comentaba como había sido la secuencia de bajar a la chica de la escalera, de cuando la llevaron en el auto a la salita que se le cayó en la vereda a Juan Pablo. En todo éste momento Matías estaba mal y me pedía perdón, ya desde el día anterior me pedía perdón, desde que salí de testigo, me pedía disculpas por lo que me había hecho pasar. Por eso no entiendo, comieron como si nada y se fueron como si nada, pusieron música desde la casa de él como si nada, meta cumbia”.

Catorce

Ya en la cárcel la personalidad de Farías fue analizada por una psicóloga y psiquiatra, perito de la Corte bonaerense. El resultado (foja 733) :

“Presenta un trastorno de Personalidad, con rasgos ya descriptos ut supra, como egocéntrico; retentivo de sus emociones y sentimientos; con tendencia a la petulancia y fanfarronería, que en sí enmascaran sentimientos más profundos de inseguridad y necesidad de estimación, (aparentar más de lo que se es) y también presenta rasgos antisociales, con embotamiento afectivo, frialdad frente a los otros, con tendencia a la impulsividad marcada, manifiesta en el consumo compulsivo de tóxicos, preferentemente benzodiacepinas a modo de dependencia, y a la comisión de conductas desadaptativos. En torno a los hechos que se le imputan, su discurso es coherente y ordenado, sin alteraciones cronomnésicas que impresionen alteración del estado de conciencia, por lo que se infiere que tuvo capacidad de delinquir. Se sugiere que el mismo realice un tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico en forma ambulatoria, para lograr la deshabituación del tóxico en el tiempo y así mismo aprovechar el espacio para reflexionar de sus conductas, no obstante por la ausencia de demanda y escasa capacidad de autocrítica, se evidencia pronóstico sombrío”.
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El contexto de la amenaza a Messi en Rosario: narco Estado, violencia, femicidios y extractivismo

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Lionel Messi fue amenazado en Rosario a través de un atentado con mensaje mafioso al supermercado de la familia de su pareja, Antonela Rocuzzo. ¿Cómo funciona el mercado sicario? ¿Cuánto se pagan las amenazas y muertes por encargo? ¿Cuál es el marco territorial e institucional de la amenaza? El abandono del Estado y la proliferación de bandas. El rol policial y penitenciario. La ciudad en disputa. Publicamos aquí la investigación realizada por la revista MU en Rosario: El narco-Estado: plomo & humo, que fue tapa de nuestra edición de diciembre y refleja el contexto en el que se da esta situación que cobra relevancia por la celebridad de Messi, pero que sigue gestándose desde hace años sin respuestas. Las voces rosarinas para comprender en qué ámbito se fermentó la amenaza.

Rosario, el narco-Estado: plomo & humo.

Narcofemicidios, violencia y extractivismo

La jefa de la Unidad Fiscal de Balaceras revela cuánto se pagan las amenazas y muertes por encargo, entre otras confesiones sobre cómo trabaja la justicia cuando el Estado es cómplice del narco. Una ciudad sitiada por el terror, donde las mujeres y los niños pasaron de ser intocables a principales víctimas. La relación entre extractivismo, pobreza y un sistema penitenciario corrupto. Y las organizaciones feministas y ambientales que explican cómo funcionan las lógicas de una ciudad en disputa. Por Claudia Acuña.

Foto Sebastián Smok para lavaca
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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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