Nota
Asumió Milei: el enigma de la mitad de la Plaza

Palabras, silencios, certezas, dudas, patas en la fuente. Los fans y los fanáticos. Cantos, miedos, adoctrinamientos, aplausos a la policía, merchandising distópico y otros eventos durante la asunción de Javier Milei. La gente no alcanzó a ocupar la mitad de Plaza de Mayo. Recorrida y conversaciones por el acto para entender las lógicas, los rumbos, los prejuicios y lo que imaginan quienes aplaudieron cuando el nuevo presidente anunció que “no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock, naturalmente eso repercutirá de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”.
Con ese argumento y otras falacias buscó justificar el shock que pagará gran parte de la sociedad y no «la casta«, mientras el enigma es qué pasará con quienes no fueron a avalar la teología de la motosierra.
Laura y su marido Juan Pablo, panaderos de Grand Bourg, Malvinas Argentinas, llevaron a cabo con sus cuatro hijos el acto más irreverente de una tarde disruptiva: para decirlo con palabras de otros tiempos, metieron las patas en una de las fuentes de Plaza de Mayo.

Los más pequeños se bañaban con camisetas argentinas y una felicidad que tal vez envidiaba otro tipo de público que pasaba por allí: visibles rugbiers, una persona ataviada de motosierra, mujeres vestidas a lo Miami con Ray Ban legítimos, jóvenes conurbanos con camisetas argentinas, chicas con uñas esculpidas, un libertario disfrazado de Dragonball Z. Había público del que se ve en los trenes, público del que se ve en los colectivos, y otro tramo de gente de la que se ve en los barrios cerrados y los restaurantes caros.
Las conversaciones en este domingo de asunción mostraron que el mileísmo logró elaborar una teoría (las causas de los males),
una narrativa (que rearma la historia argentina en modo libertario),
una teología (a veces esotérica: pulularon las gorras terrenales con la leyenda «las fuerzas del cielo»),
un proyecto (el sufrimiento del ajuste que será seguido por la prosperidad en un tiempo indescifrable),
argumentos económicos (la falsedad de estar ante una inflación del 15.000% anual, como forma de hacer más digerible la mezcla de estancamiento e inflación prometidas por Milei) y
enemigos (la casta política, aunque hoy no la nombró).
Repitió además la idea de “los argentinos de bien” (los libertarios) estableciendo una nueva grieta que deja en suspenso y en la mira al resto.
Esa combinación generó una especie de adoctrinamiento o dogma, del cual la recorrida de lavaca muestra que algunas versiones son más bien fanáticas, otras más bien fans, y otras representan a personas hastiadas con lo que pasó, e ilusionadas con lo que creen que va a pasar.

La policía adjudicó a los actos menos de 25.000 personas, aglomeradas en ciertas zonas con vallas para dar una mejor imagen televisiva de muchedumbre. Más de la mitad de Plaza de Mayo estaba vacía. Milei se dio el gusto de asomarse al histórico balcón de la Casa Rosada, donde Mauricio Macri se dedicó en su tiempo a danzar de modo patético. Milei apareció diciendo: “Hola a todos, soy el león”, cantó parte de un tema de La Renga y planteó: “Si bien vamos a tener que soportar un período de dureza, vamos a salir adelante. No hay noche que no haya sido derrotada por el día”, dijo recogiendo ovaciones de un bosque de celulares que a la vez intentaban filmarlo.
Milei le habló a la gente que estaba allí, y a la que podría estár mirándolo por redes y televisión. La zona más cercana a las vallas de la Rosada estaba cubierta. Y donde hubiera sombra. El resto de la Plaza de Mayo estaba vacía. La gente que se movilizó alcanzó apenas para eso. Pero a la vez, fue el candidato más votado en todo el país. La gente que estaba en la Plaza, y antes en Congreso, aclamó las promesas de ajuste fiscal y sacrificio económico, que no afectarán a ninguna «casta» política ni económica.
Al cambiar la palabra «casta» por «Estado», Milei confirmó lo que cualquier no fan y no fanático veía como obvio: que el ajuste violento y el sacrificio atacarán a gran parte de la sociedad.
El enigma de los próximos tiempos será sobre el comportamiento de millones de personas, incluso las que lo votaron, que no se movilizaron ni fue a aplaudir y a justificar esta ruptura de promesas electorales. ¿Qué clase de actitud tendrán frente al ajuste?

Ser de derecha
¿Cómo interpreta el presente esa familia que decidió refrescarse en la fuente de la Plaza, cual postal peronista del siglo pasado?
“Para mí esto mejora el ambiente, el aire” dice el panadero Juan Pablo, con su camiseta argentina, su esposa Laura y sus cuatro hijos que van desde los 20 a los 8 años. “Yo creo en la honradez, en el sacrificio. Te digo la verdad: soy de derecha. Nunca estuve en política. Cuando vinieron las elecciones fui a fiscalizar. Y estaba yo solo. Toda la gente que ayudó en Malvinas fue de corazón. El peronismo en alguna época defendía a la gente pobre, pero ya hace mucho que todo lo hace por intereses políticos, no les importa nada del trabajador. Lo único es mantenerse en el poder. Somos de barrios carenciados, pero ya la gente no quiere que le regalen plata. Quiere que le den oportunidades para desarrollarse”. Laura: “Conozco mucha gente que está cobrando planes sociales hace 10, 15, 20 años. Entonces hay un estancamiento. La gente no prospera. Los hijos crecen con una mentalidad pobre. No quieren estudiar, no quieren trabajar. El problema al final no es la pobreza, sino algo mental”. Cuentan que miran mucho los programas de televisión (hablan de los de La Nación+) «pero al final hacemos nuestro propio balance”.
Algo de ese balance: “El 80 % de los argentinos quiere mano dura. La escuela está bien que sea pública, pero que no enseñen más cosas del peronismo, que ellos son los buenos y el resto los malos, o del comunismo, cosas que no tienen nada que ver con nosotros, adoctrinando a los chicos. Porque son cosas de izquierda, y la izquierda es rara: los hombres creen que son mujeres, se acuestan entre ellos o entre ellas. Entonces, ¿A dónde vamos?”
Pasaban unos policías, aplaudidos por alguna minoría de quienes estaban en la Plaza.
Otra idea: “Milei dice que vino a despertar a los leones. Eso es despertar los dones de la gente, las capacidades que los políticos te las compran para paralizarlas…”
Dicen Laura y Juan Pablo que «ahora todo el mundo entendió que la inflación es por la emisión monetaria». ¿No hay además una incidencia de los monopolios formadores de precios, que ahora se sienten liberados? “Bueno, uno dice que no tiene que haber regulación del Estado en todo, pero si tiene que haber en algunas cosas. Que no pase como en las épocas donde todo se exportaba para que esos monopolios vayan mejor, pero quedaba el mercado interno desabastecido, no?”
Juan Pablo reconoce que votó a Cristina, a Macri y ahora a Milei. «A Cristina no la voté más cuando salieron las causas por todos lados, los hoteles y todo eso. Hay gente fanática que te dice que eso no está comprobado. Pero para mí sí».
No reconoce contradicción entre que Milei haya denunciado la deuda externa contraída por Macri y Caputo, a quien convocó al gobierno: «Nadie es perfecto. Se habrá fumado la deuda externa pero fue un error, no corrupción». Hay un sol de plomo, es muy difícil conversar. Juan Pablo me informa que ya está preparado el golpe contra Milei: «Los que tiraron las 14 toneladas de piedras (manifestación contra la reforma jubilatoria) ahora quieren muertos en las calles, para preparar un golpe como el que le hicieron a todos los no peronistas: Alfonsí, De la Rúa y Macri». ¿Macri? «Sí, a Macri querían darle un golpe» dice.
La charla al solazo se interrumpió, porque salía al balcón de la Rosada el flamante presidente. La jornada había empezado antes.

El remedio y la enfermedad
Desde ese Moreno viajan a ver la asunción de Milei Nicolás , Alexis, Luna y Lautaro. Tienen 16, 20, 17, 18 años, y remeras de Nirvana y Metallica, bandas símbolo de diversas épocas (ochentas y noventas) que expresaron un descontento de millones de generaciones en sonidos crudos, directos y, también, muy sinceros.
«Votamos a Milei, claro», responden al unísono.
Son estudiantes. Alexis y Lautaro trabajan en comercios. Quieren seguir estudiando psicología, derecho, informática. Celebran los 40 años ininterrumpidos sin golpes de Estado y no reivindican la última dictadura militar.
También coindicen en algo, pero Nicolás es el que lo dice primero: «Se vienen tiempos difíciles. Pero era el remedio o la enfermedad».
Lautaro habla de ajuste con naturalidad. «Que vengan los ajustes que sean, pero es esto o seguir empeorando como veníamos».
Alexis agrega: «La pelota que nos dejaron es muy tremenda, y así no se puede seguir. No se puede mejorar haciendo lo mismo que hacen siempre. En algún punto hay que cambiar. Si venís tomando cianuro no te vas a curar tomando cianuro. Esto es un poco de agua».

Método bomba
María Jesús es una señora que vende banderas amarillas con la imagen del león a 3.000 pesos. Explica: «Si ganaba Massa también iba a haber devaluación. Y ahora el país se quedó sin ninguna moneda. No hay plata. Pero Milei no ha mentido. Dijo todo clarito».
¿En qué afecta a la casta? «Los que están afectados son todos los que recibían la leche de arriba. Ahora la vaca se quedó seca, no hay más leche, así que están enojados con eso».
Marcelo vende flores y plantas. «Yo lo voté. Pero pasa que yo a toda la gente le vendo el pastito, como el que tengo en esa maceta, para que le den de comer a los camellos. Porque yo creo en los Reyes Magos. ¿Me entendés?» Le confieso que no: «Creo en Milei, pero también en los Reyes. Así que lo que hay que hacer es ver si aparece cumpliendo todo lo que dijo. Hay que esperar. Porque nunca nada fue a favor nuestro. Hay que darle tiempo, y ver qué hace con lo del Chocolate, con Insaurralde. Y si no, habrá que hacer como aquel que no era de nuestro país. ¿Cómo era que se llamaba?» pregunta, sin que yo sepa qué responder, hasta que me sorprende de modo épico: «Me acordé. Habrá que hacer lo que hacía Pablo Escobar. Les ponés una bomba y que revienten todos» dice, instalando en el debate público la reivindicación del método narco para combatir la corrupción.
Un cambio
Por Avenida de Mayo, la primera postal es de una peregrinación de personas sueltas que cumplen con lo que peticionó Milei: la gran mayoría lleva camisetas, gorros, banderas de Argentina. Las banderas las venden a 2000 pesos, pero en Once advierten que «abajo» (es decir, más cerca del Congreso) las venden a 3000. Silvia es una de las que escuchó la advertencia, la compró y se la ató al cuello como una capa albiceleste.
Es de Ciudadela, también conurbano, trabaja en un laboratorio, alquila, y está parada en uno de los andenes a la espera de otra amiga conurbana, que viene de Merlo. Dice que no lo votó en las generales porque eligió a Larreta, pero en el balotaje, aun con miedo, no dudó: «La verdad es que esperaba un cambio. Confío. Espero que no nos defrauden. Hay una frase de las que dice que me define en la vida: dentro de la ley todo, fuera de la ley nada».
Dice que no le daba miedo ser como Venezuela, sino como México o Colombia: «Lo narco. Por eso no lo voté a Massa». Sobre el ajuste revolea los ojos: «Lo iban a hacer todos. A mí ya me cuesta llegar a fin de mes, y soy una laburante. De alguna manera u otra había que salir de la situación donde estábamos».
Y vuelve a la fe: «Espero que no dañe al pueblo».

Aspecto de Plaza de Mayo: el vacío, momentos antes de que hablara Milei, y la gente en la fuente refrescándose.
V de Venganza
Trata de acercarse a la Plaza de los dos Congresos un hombre con un megáfono, que dirige a los policías detrás de las vallas: «Ustedes deben dejarme pasar. Están en el juego la operación del capitalismo perverso de adentro y afuera. Inventaron un falso profeta para opacar al verdadero profeta. Vengo en nombre de dios, que no tiene signo político. Déjenme pasar».
Una mujer policía le dice que debe ir dos cuadras más allá. El hombre sale anunciando por el megáfono: «Si ustedes no me permiten pasar, Washington, la gran ciudad de los Estados Unidos comenzará a temblar como una hoja de otoño es presa un huracán. Es la palabra de dios, así que ya saben».
Leonardo vende remeras negras con imágenes amarillas. Unas son del león, referencia política obvia del día. Las otras son la imagen de Anonymous, el personaje de V de Venganza, la película de 2005 con guion de las hermanas Wachowski (gente rara). Le pregunto si hace alguna relación entre aquel personaje increíble y Javier Milei. Se queda pensando. «No lo pensé, pero Anonymous era un individuo frente a un estado opresor, que representa la libertad casi al borde de lo que es la ley. Y acá estamos ante un individuo que generó todo esto que estamos viviendo ahora, al que se le fueron acoplando de otros dirigentes. Y al final de la película todo el pueblo se da vuelta contra el orden. En cierto sentido tiene relación con lo que está pasando ahora».

Leonardo sabe lo que es la política: «Como Milei no tiene estructura, tendrá que hacer negociados con los que ya están. Así que habrá que ver qué pasa con eso. Pero desde hace varios años lo escucho, y siempre se mantuvo en su discurso. Incluso en la pandemia pedía que abran la economía y lo trataban como el diablo, lo odiaban, pero le di valor a alguien que defiende lo que piensa» dice vendiendo una remera del león, y otra de Anonymous.
«La única opción es el ajuste»
El discurso en las escalinatas estuvo signado, por una parte, por el diagnóstico de la herencia recibida por el anterior gobierno; y por otra, por la ratificación del ajuste que se viene: «Prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable». Estas fueron algunas de las frases de Milei en su primer discurso presidencial en ese sentido:
• “Es cierto que habrá estanflación”.
• “La única opción posible es el ajuste”.
• “Sabemos que será duro”.
• “Sabemos que la situación en corto plazo empeorará”.
• “No hay solución alternativa al shock”.
El nuevo presidente habló durante menos de una hora y citó a Benegas Lynch hijo, a Julio Argentino Roca (a quien caracterizó como uno de los mejores presidentes de la historia) y reprodujo una frase de Perón («dentro de la ley todo, fuera de la ley, nada»), dijo que no era casual que la asunción ocurriera en la celebración judía de Janucá (obvió el aniversario de los 40 años de democracia), mencionó a «las fuerzas del cielo» y bendijo a los argentinos. «Será difícil pero lo vamos a lograr», fueron sus últimas palabras antes del famoso cierre «Viva la libertad, carajo» con el que culminó su discurso, transmitido por cadena nacional hasta las 12.50, mientras se esperaba fuera más extenso.
En ese momento se subió a un descapotable junto a su hermana Karina, iniciando el recorrido hasta la Casa Rosada.

Maldita decepción
Nahuel trabaja haciendo cartelería comercial, pero está vendiendo gorras con el presidente ilustrando un dólar, y con la motosierra: «Se viene un ajuste durísimo, pero creo que va a ser positivo. Los que laburamos somos siempre los más perjudicados, así que estamos acostumbrados. Pero yo creo que va a ser lo que él dijo: un ajuste de arriba para abajo, que es como siempre se hubiera tenido que hacer». ¿Y si no lo hace? «Será otra maldita decepción» dice Nahuel.

Leila, de 26 años, está con su beba Kiara, de casi dos años. Vende escarapelas «a voluntad». Normalmente prepara facturas y las vende en Morón. «Vivo en Merlo, me robaban montones de veces, así que para mí lo peor es la inseguridad. Ahora también la inflación. Fui a comprar leche y la más baratita no baja de 500 pesos, es un horror. Eso me da un poco de miedo de Milei. Lo voté, tengo esperanza, pero yo entendí que no nos va a perjudicar a nosotros sino a la casta. Ya mintió antes Macri. Espero que él no». Leila fue echada de la panadería en la que trabajaba, cuando quedó embarazada. «Me puse a emprender con las facturas, más o menos voy tirando, pero si siguen los aumentos como esta semana, ¿qué hago?». Kiara muestra una escarapela. Leila sonríe.

Promesa de sacrificios
La calle de MIlei hoy superó a la de la asunción de su socio Mauricio Macri en 2015. Si bien este domingo amaneció con este solazo inmejorable, Milei arranca con una interpelación a otras sensibilidades que van poblando por los bordes una avenida que está vallada, lo cual aumenta la sensación de muchedumbre en la plaza.
Pero lo presencial permite entender mejor: hay clase obrera y hay Recoleta, hay informalidad laboral y hay relación de dependencia. Hay una calle distinta que escucha hablar de cifras, deudas y ajustes brutales, pero que no se espanta, sino que la asume como inevitable. Y hasta la aplaude.
El recuerdo de Milei de una cita de Roca arranca ovación: “Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios». Lo dice claro, sin vueltas, y la respuesta son aplausos. No niega que «en el corto plazo la situación empeorará», pero habla de una luz al final del camino. Milei explica. Habla de lo teórico y de lo empírico frente a una plaza. Muestra doctrina. Y muchas y muchos le creen.
Amalia, 62 años, también de Ciudadela, es de las que está feliz. «Primero, porque festejamos 40 años de democracia, y segundo, porque cambiamos. Veníamos remando un país que no daba más y acá una esperanza. Soy jubilada, cobro la mínima, y ahora por lo menos puedo ver algo distinto. Espero que así sea. No quiero más corrupción. Hay mucha droga, y yo quiero que se fomente el trabajo. Tenemos todos los climas, el litio y Vaca Muerta, pero estamos en la miseria».
Dice que es la primera vez que sale a la calle. «Sentí la necesidad. Te digo la verdad: no sé si nos irá bien, no sé si nos irá mal, pero sí me da esperanza de algo distinto».
Hay muchos jóvenes, hay muchas mujeres. Hay quienes vinieron con sus perritos y perritas (lookeados con algún detalle de Argentina), y hay cientos de infancias con las camisetas de Messi. Mariana tiene una bandera que le quedó de los festejos del Mundial, y una banderita amarilla con el logo del león que acaba de comprar: «Me salió dos dólares», dice el precio y se ríe.
Es psicóloga y vino de Haedo, localidad de Morón, uno de los pocos distritos donde Milei ganó en el balotaje: 50,54% versus 49,45%, cuando en primera vuelta había quedado tercero con el 22,61% de los votos. «Este señor es un genio, haga lo que haga va a estar bien», dice efusiva. «Estoy cansada de que te controlen, de que te digan cómo tenés que pensar hasta en lo ideológico».
¿Qué de lo que ve en el consultorio puede emparentarlo con esta calle?
«Mucha gente con problemas de adicciones y con problemas laborales. Es lo que pasa cuando a la gente la vacían de sentido: no tienen un norte, no tienen un trabajo, no tienen nada».

Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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