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Asumió Milei: el enigma de la mitad de la Plaza

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Palabras, silencios, certezas, dudas, patas en la fuente. Los fans y los fanáticos. Cantos, miedos, adoctrinamientos, aplausos a la policía, merchandising distópico y otros eventos durante la asunción de Javier Milei. La gente no alcanzó a ocupar la mitad de Plaza de Mayo. Recorrida y conversaciones por el acto para entender las lógicas, los rumbos, los prejuicios y lo que imaginan quienes aplaudieron cuando el nuevo presidente anunció que “no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock, naturalmente eso repercutirá de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”.

Con ese argumento y otras falacias buscó justificar el shock que pagará gran parte de la sociedad y no «la casta«, mientras el enigma es qué pasará con quienes no fueron a avalar la teología de la motosierra.

Laura y su marido Juan Pablo, panaderos de Grand Bourg, Malvinas Argentinas, llevaron a cabo con sus cuatro hijos el acto más irreverente de una tarde disruptiva: para decirlo con palabras de otros tiempos, metieron las patas en una de las fuentes de Plaza de Mayo.

Asumió Milei: el enigma de la mitad de la Plaza

Los más pequeños se bañaban con camisetas argentinas y una felicidad que tal vez envidiaba otro tipo de público que pasaba por allí: visibles rugbiers, una persona ataviada de motosierra, mujeres vestidas a lo Miami con Ray Ban legítimos, jóvenes conurbanos con camisetas argentinas, chicas con uñas esculpidas, un libertario disfrazado de Dragonball Z. Había público del que se ve en los trenes, público del que se ve en los colectivos, y otro tramo de gente de la que se ve en los barrios cerrados y los restaurantes caros.       

Las conversaciones en este domingo de asunción mostraron que el mileísmo logró elaborar una teoría (las causas de los males),

una narrativa (que rearma la historia argentina en modo libertario),

una teología (a veces esotérica: pulularon las gorras terrenales con la leyenda «las fuerzas del cielo»),

un proyecto (el sufrimiento del ajuste que será seguido por la prosperidad en un tiempo indescifrable),

argumentos económicos (la falsedad de estar ante una inflación del 15.000% anual, como forma de hacer más digerible la mezcla de estancamiento e inflación prometidas por Milei) y

enemigos (la casta política, aunque hoy no la nombró).

Repitió además la idea de “los argentinos de bien” (los libertarios) estableciendo una nueva grieta que deja en suspenso y en la mira al resto.

Esa combinación generó una especie de adoctrinamiento o dogma, del cual la recorrida de lavaca muestra que algunas versiones son más bien fanáticas, otras más bien fans, y otras representan a personas hastiadas con lo que pasó, e ilusionadas con lo que creen que va a pasar.

Asumió Milei: el enigma de la mitad de la Plaza

La policía adjudicó a los actos menos de 25.000 personas, aglomeradas en ciertas zonas con vallas para dar una mejor imagen televisiva de muchedumbre. Más de la mitad de Plaza de Mayo estaba vacía. Milei se dio el gusto de asomarse al histórico balcón de la Casa Rosada, donde Mauricio Macri se dedicó en su tiempo a danzar de modo patético. Milei apareció diciendo: “Hola a todos, soy el león”, cantó parte de un tema de La Renga y planteó: “Si bien vamos a tener que soportar un período de dureza, vamos a salir adelante. No hay noche que no haya sido derrotada por el día”, dijo recogiendo ovaciones de un bosque de celulares que a la vez intentaban filmarlo.   

Milei le habló a la gente que estaba allí, y a la que podría estár mirándolo por redes y televisión. La zona más cercana a las vallas de la Rosada estaba cubierta. Y donde hubiera sombra. El resto de la Plaza de Mayo estaba vacía. La gente que se movilizó alcanzó apenas para eso. Pero a la vez, fue el candidato más votado en todo el país. La gente que estaba en la Plaza, y antes en Congreso, aclamó las promesas de ajuste fiscal y sacrificio económico, que no afectarán a ninguna «casta» política ni económica.

Al cambiar la palabra «casta» por «Estado», Milei confirmó lo que cualquier no fan y no fanático veía como obvio: que el ajuste violento y el sacrificio atacarán a gran parte de la sociedad.

El enigma de los próximos tiempos será sobre el comportamiento de millones de personas, incluso las que lo votaron, que no se movilizaron ni fue a aplaudir y a justificar esta ruptura de promesas electorales. ¿Qué clase de actitud tendrán frente al ajuste?

Asumió Milei: el enigma de la mitad de la Plaza

Ser de derecha

¿Cómo interpreta el presente esa familia que decidió refrescarse en la fuente de la Plaza, cual postal peronista del siglo pasado?

“Para mí esto mejora el ambiente, el aire” dice el panadero Juan Pablo, con su camiseta argentina, su esposa Laura y sus cuatro hijos que van desde los 20 a los 8 años. “Yo creo en la honradez, en el sacrificio. Te digo la verdad: soy de derecha. Nunca estuve en política. Cuando vinieron las elecciones fui a fiscalizar. Y estaba yo solo. Toda la gente que ayudó en Malvinas fue de corazón. El peronismo en alguna época defendía a la gente pobre, pero ya hace mucho que todo lo hace por intereses políticos, no les importa nada del trabajador. Lo único es mantenerse en el poder. Somos de barrios carenciados, pero ya la gente no quiere que le regalen plata. Quiere que le den oportunidades para desarrollarse”. Laura: “Conozco mucha gente que está cobrando planes sociales hace 10, 15, 20 años. Entonces hay un estancamiento. La gente no prospera. Los hijos crecen con una mentalidad pobre. No quieren estudiar, no quieren trabajar. El problema al final no es la pobreza, sino algo mental”. Cuentan que miran mucho los programas de televisión (hablan de los de La Nación+) «pero al final hacemos nuestro propio balance”.

Algo de ese balance: “El 80 % de los argentinos quiere mano dura. La escuela está bien que sea pública, pero que no enseñen más cosas del peronismo, que ellos son los buenos y el resto los malos, o del comunismo, cosas que no tienen nada que ver con nosotros, adoctrinando a los chicos. Porque son cosas de izquierda, y la izquierda es rara: los hombres creen que son mujeres, se acuestan entre ellos o entre ellas. Entonces, ¿A dónde vamos?”

Pasaban unos policías, aplaudidos por alguna minoría de quienes estaban en la Plaza.

Otra idea: “Milei dice que vino a despertar a los leones. Eso es despertar los dones de la gente, las capacidades que los políticos te las compran para paralizarlas…”

Dicen Laura y Juan Pablo que «ahora todo el mundo entendió que la inflación es por la emisión monetaria». ¿No hay además una incidencia de los monopolios formadores de precios, que ahora se sienten liberados? “Bueno, uno dice que no tiene que haber regulación del Estado en todo, pero si tiene que haber en algunas cosas. Que no pase como en las épocas donde todo se exportaba para que esos monopolios vayan mejor, pero quedaba el mercado interno desabastecido, no?”

Juan Pablo reconoce que votó a Cristina, a Macri y ahora a Milei. «A Cristina no la voté más cuando salieron las causas por todos lados, los hoteles y todo eso. Hay gente fanática que te dice que eso no está comprobado. Pero para mí sí».

No reconoce contradicción entre que Milei haya denunciado la deuda externa contraída por Macri y Caputo, a quien convocó al gobierno: «Nadie es perfecto. Se habrá fumado la deuda externa pero fue un error, no corrupción». Hay un sol de plomo, es muy difícil conversar. Juan Pablo me informa que ya está preparado el golpe contra Milei: «Los que tiraron las 14 toneladas de piedras (manifestación contra la reforma jubilatoria) ahora quieren muertos en las calles, para preparar un golpe como el que le hicieron a todos los no peronistas: Alfonsí, De la Rúa y Macri». ¿Macri? «Sí, a Macri querían darle un golpe» dice.

La charla al solazo se interrumpió, porque salía al balcón de la Rosada el flamante presidente. La jornada había empezado antes.

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El remedio y la enfermedad

Desde ese Moreno viajan a ver la asunción de Milei Nicolás , Alexis, Luna y Lautaro. Tienen 16, 20, 17, 18 años, y remeras de Nirvana y Metallica, bandas símbolo de diversas épocas (ochentas y noventas) que expresaron un descontento de millones de generaciones en sonidos crudos, directos y, también, muy sinceros.

«Votamos a Milei, claro», responden al unísono.

Son estudiantes. Alexis y Lautaro trabajan en comercios. Quieren seguir estudiando psicología, derecho, informática. Celebran los 40 años ininterrumpidos sin golpes de Estado y no reivindican la última dictadura militar.

También coindicen en algo, pero Nicolás es el que lo dice primero: «Se vienen tiempos difíciles. Pero era el remedio o la enfermedad».

Lautaro habla de ajuste con naturalidad. «Que vengan los ajustes que sean, pero es esto o seguir empeorando como veníamos».

Alexis agrega: «La pelota que nos dejaron es muy tremenda, y así no se puede seguir. No se puede mejorar haciendo lo mismo que hacen siempre. En algún punto hay que cambiar. Si venís tomando cianuro no te vas a curar tomando cianuro. Esto es un poco de agua».

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Método bomba

María Jesús es una señora que vende banderas amarillas con la imagen del león a 3.000 pesos. Explica: «Si ganaba Massa también iba a haber devaluación. Y ahora el país se quedó sin ninguna moneda. No hay plata. Pero Milei no ha mentido. Dijo todo clarito».

¿En qué afecta a la casta? «Los que están afectados son todos los que recibían la leche de arriba. Ahora la vaca se quedó seca, no hay más leche, así que están enojados con eso».

Marcelo vende flores y plantas. «Yo lo voté. Pero pasa que yo a toda la gente le vendo el pastito, como el que tengo en esa maceta, para que le den de comer a los camellos. Porque yo creo en los Reyes Magos. ¿Me entendés?» Le confieso que no: «Creo en Milei, pero también en los Reyes. Así que lo que hay que hacer es ver si aparece cumpliendo todo lo que dijo. Hay que esperar. Porque nunca nada fue a favor nuestro. Hay que darle tiempo, y ver qué hace con lo del Chocolate, con Insaurralde. Y si no, habrá que hacer como aquel que no era de nuestro país. ¿Cómo era que se llamaba?» pregunta, sin que yo sepa qué responder, hasta que me sorprende de modo épico: «Me acordé. Habrá que hacer lo que hacía Pablo Escobar. Les ponés una bomba y que revienten todos» dice, instalando en el debate público la reivindicación del método narco para combatir la corrupción.

Un cambio

Por Avenida de Mayo, la primera postal es de una peregrinación de personas sueltas que cumplen con lo que peticionó Milei: la gran mayoría lleva camisetas, gorros, banderas de Argentina. Las banderas las venden a 2000 pesos, pero en Once advierten que «abajo» (es decir, más cerca del Congreso) las venden a 3000. Silvia es una de las que escuchó la advertencia, la compró y se la ató al cuello como una capa albiceleste.

Es de Ciudadela, también conurbano, trabaja en un laboratorio, alquila, y está parada en uno de los andenes a la espera de otra amiga conurbana, que viene de Merlo. Dice que no lo votó en las generales porque eligió a Larreta, pero en el balotaje, aun con miedo, no dudó: «La verdad es que esperaba un cambio. Confío. Espero que no nos defrauden. Hay una frase de las que dice que me define en la vida: dentro de la ley todo, fuera de la ley nada».

Dice que no le daba miedo ser como Venezuela, sino como México o Colombia: «Lo narco. Por eso no lo voté a Massa». Sobre el ajuste revolea los ojos: «Lo iban a hacer todos. A mí ya me cuesta llegar a fin de mes, y soy una laburante. De alguna manera u otra había que salir de la situación donde estábamos».

Y vuelve a la fe: «Espero que no dañe al pueblo».

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Aspecto de Plaza de Mayo: el vacío, momentos antes de que hablara Milei, y la gente en la fuente refrescándose.

V de Venganza

Trata de acercarse a la Plaza de los dos Congresos un hombre con un megáfono, que dirige a los policías detrás de las vallas: «Ustedes deben dejarme pasar. Están en el juego la operación del capitalismo perverso de adentro y afuera. Inventaron un falso profeta para opacar al verdadero profeta. Vengo en nombre de dios, que no tiene signo político. Déjenme pasar».

Una mujer policía le dice que debe ir dos cuadras más allá. El hombre sale anunciando por el megáfono: «Si ustedes no me permiten pasar, Washington, la gran ciudad de los Estados Unidos comenzará a temblar como una hoja de otoño es presa un huracán. Es la palabra de dios, así que ya saben».

Leonardo vende remeras negras con imágenes amarillas. Unas son del león, referencia política obvia del día. Las otras son la imagen de Anonymous, el personaje de V de Venganza, la película de 2005 con guion de las hermanas Wachowski (gente rara). Le pregunto si hace alguna relación entre aquel personaje increíble y Javier Milei. Se queda pensando. «No lo pensé, pero Anonymous era un individuo frente a un estado opresor, que representa la libertad casi al borde de lo que es la ley. Y acá estamos ante un individuo que generó todo esto que estamos viviendo ahora, al que se le fueron acoplando de otros dirigentes. Y al final de la película todo el pueblo se da vuelta contra el orden. En cierto sentido tiene relación con lo que está pasando ahora».

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Leonardo sabe lo que es la política: «Como Milei no tiene estructura, tendrá que hacer negociados con los que ya están. Así que habrá que ver qué pasa con eso. Pero desde hace varios años lo escucho, y siempre se mantuvo en su discurso. Incluso en la pandemia pedía que abran la economía y lo trataban como el diablo, lo odiaban, pero le di valor a alguien que defiende lo que piensa» dice vendiendo una remera del león, y otra de Anonymous.

«La única opción es el ajuste»

El discurso en las escalinatas estuvo signado, por una parte, por el diagnóstico de la herencia recibida por el anterior gobierno; y por otra, por la ratificación del ajuste que se viene: «Prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable». Estas fueron algunas de las frases de Milei en su primer discurso presidencial en ese sentido:

•             “Es cierto que habrá estanflación”.

•             “La única opción posible es el ajuste”.

•             “Sabemos que será duro”.

•             “Sabemos que la situación en corto plazo empeorará”.

•             “No hay solución alternativa al shock”.

El nuevo presidente habló durante menos de una hora y citó a Benegas Lynch hijo, a Julio Argentino Roca (a quien caracterizó como uno de los mejores presidentes de la historia) y reprodujo una frase de Perón («dentro de la ley todo, fuera de la ley, nada»), dijo que no era casual que la asunción ocurriera en la celebración judía de Janucá (obvió el aniversario de los 40 años de democracia), mencionó a «las fuerzas del cielo» y bendijo a los argentinos. «Será difícil pero lo vamos a lograr», fueron sus últimas palabras antes del famoso cierre «Viva la libertad, carajo» con el que culminó su discurso, transmitido por cadena nacional hasta las 12.50, mientras se esperaba fuera más extenso.

En ese momento se subió a un descapotable junto a su hermana Karina, iniciando el recorrido hasta la Casa Rosada.

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Maldita decepción

Nahuel trabaja haciendo cartelería comercial, pero está vendiendo gorras con el presidente ilustrando un dólar, y con la motosierra: «Se viene un ajuste durísimo, pero creo que va a ser positivo. Los que laburamos somos siempre los más perjudicados, así que estamos acostumbrados. Pero yo creo que va a ser lo que él dijo: un ajuste de arriba para abajo, que es como siempre se hubiera tenido que hacer». ¿Y si no lo hace? «Será otra maldita decepción» dice Nahuel.

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Leila, de 26 años, está con su beba Kiara, de casi dos años. Vende escarapelas «a voluntad». Normalmente prepara facturas y las vende en Morón. «Vivo en Merlo, me robaban montones de veces, así que para mí lo peor es la inseguridad. Ahora también la inflación. Fui a comprar leche y la más baratita no baja de 500 pesos, es un horror. Eso me da un poco de miedo de Milei. Lo voté, tengo esperanza, pero yo entendí que no nos va a perjudicar a nosotros sino a la casta. Ya mintió antes Macri. Espero que él no». Leila fue echada de la panadería en la que trabajaba, cuando quedó embarazada. «Me puse a emprender con las facturas, más o menos voy tirando, pero si siguen los aumentos como esta semana, ¿qué hago?». Kiara muestra una escarapela. Leila sonríe.

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Promesa de sacrificios

La calle de MIlei hoy superó a la de la asunción de su socio Mauricio Macri en 2015. Si bien este domingo amaneció con este solazo inmejorable, Milei arranca con una interpelación a otras sensibilidades que van poblando por los bordes una avenida que está vallada, lo cual aumenta la sensación de muchedumbre en la plaza.

Pero lo presencial permite entender mejor: hay clase obrera y hay Recoleta, hay informalidad laboral y hay relación de dependencia. Hay una calle distinta que escucha hablar de cifras, deudas y ajustes brutales, pero que no se espanta, sino que la asume como inevitable. Y hasta la aplaude.

El recuerdo de Milei de una cita de Roca arranca ovación: “Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios». Lo dice claro, sin vueltas, y la respuesta son aplausos. No niega que «en el corto plazo la situación empeorará», pero habla de una luz al final del camino. Milei explica. Habla de lo teórico y de lo empírico frente a una plaza. Muestra doctrina. Y muchas y muchos le creen.

Amalia, 62 años, también de Ciudadela, es de las que está feliz. «Primero, porque festejamos 40 años de democracia, y segundo, porque cambiamos. Veníamos remando un país que no daba más y acá una esperanza. Soy jubilada, cobro la mínima, y ahora por lo menos puedo ver algo distinto. Espero que así sea. No quiero más corrupción. Hay mucha droga, y yo quiero que se fomente el trabajo. Tenemos todos los climas, el litio y Vaca Muerta, pero estamos en la miseria».

Dice que es la primera vez que sale a la calle. «Sentí la necesidad. Te digo la verdad: no sé si nos irá bien, no sé si nos irá mal, pero sí me da esperanza de algo distinto».

Hay muchos jóvenes, hay muchas mujeres. Hay quienes vinieron con sus perritos y perritas (lookeados con algún detalle de Argentina), y hay cientos de infancias con las camisetas de Messi. Mariana tiene una bandera que le quedó de los festejos del Mundial, y una banderita amarilla con el logo del león que acaba de comprar: «Me salió dos dólares», dice el precio y se ríe.

Es psicóloga y vino de Haedo, localidad de Morón, uno de los pocos distritos donde Milei ganó en el balotaje: 50,54% versus 49,45%, cuando en primera vuelta había quedado tercero con el 22,61% de los votos. «Este señor es un genio, haga lo que haga va a estar bien», dice efusiva. «Estoy cansada de que te controlen, de que te digan cómo tenés que pensar hasta en lo ideológico».

¿Qué de lo que ve en el consultorio puede emparentarlo con esta calle?

«Mucha gente con problemas de adicciones y con problemas laborales. Es lo que pasa cuando a la gente la vacían de sentido: no tienen un norte, no tienen un trabajo, no tienen nada».

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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