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Brasil hoy: El costo de volver
Retornar al gobierno es la principal estrategia trazada por los dirigentes del PT. La fecha clave es agosto, cuando el Senado debe votar la destitución definitiva de Dilma Rousseff en Brasil. Plazos demasiado cortos para un objetivo ambicioso.
Retornar al gobierno es la principal estrategia trazada por los dirigentes del PT. La fecha clave es agosto, cuando el Senado debe votar la destitución definitiva de Dilma Rousseff en Brasil. Plazos demasiado cortos para un objetivo ambicioso. Por Raúl Zibechi, para Brecha.

Miguel Rossetto / Foto: Agencia Estado
“Derrotar el golpe para restaurar la democracia con grandes movilizaciones en la calle.” Palabras más o menos, es la estrategia trazada por el Partido de los Trabajadores (PT) para los próximos meses, según el relato de Miguel Rossetto, ex ministro y dirigente petista, a los medios y organizaciones sociales montevideanos. “Los golpes pueden ser derrotados”, dijo el dirigente, que visitó Montevideo en los últimos días.
Desde 2003 Rossetto fue ministro de Desarrollo Agrario de los gobiernos de Lula y Rou-sseff. Antes se había incorporado al ala trotskista del PT. Forma parte de Democracia Socialista, una de las corrientes más importantes del partido, arraigada con fuerza en Río Grande del Sur y que cuenta entre sus líderes más destacados al ex alcalde de Porto Alegre Raúl Pont. De algún modo, Rossetto pertenece a los sectores que pueden ser considerados como el ala izquierda del PT.
Llegó a Montevideo con el objetivo de difundir la situación de su país y, de modo especial, para defender la idea de que no habrá democracia hasta tanto la presidenta Rousseff no sea repuesta en el cargo, algo que puede suceder en el mes de agosto si se modifica la relación de fuerzas que llevó a 55 senadores, el 12 de mayo pasado, a separarla de la presidencia por 180 días,.
ESTRATEGIA PARA DOS MESES. Rossetto se muestra optimista, por lo menos ante Brecha, a la hora de trazar el futuro inmediato. “Se trata de construir opinión democrática movilizando a la sociedad brasileña en las calles para generar la base política que permita revertir el golpe. Todos los esfuerzos del PT y de los partidos democráticos son para seguir en la calle con manifestaciones que son enormes, ampliar el diálogo con los senadores para impedir la construcción de una mayoría para el apartamiento de Dilma y conseguir el aislamiento internacional del gobierno ilegítimo de Michel Temer.”
Según Rossetto, el PT es responsable ante el pueblo brasileño, que escogió a Dilma con 54 millones de votos para presidir el país durante cuatro años, por lo que considera que su retorno al Palacio de Planalto es innegociable. “La democracia en Brasil depende de la derrota del golpe”, asegura el dirigente. Cree que es posible derrotarlo porque en Brasil estaría creciendo la opinión democrática que “rechaza al impostor Temer y a un gobierno marcado por la corrupción que ya tiene dos ministros separados por corrupción y que además desorganiza las políticas públicas y los programas sociales”.
Rossetto asegura que “una parte de los senadores ya anunciaron que no están comprometidos con sacar a Dilma del gobierno, y sabemos que algunos rechazan su salida definitiva”. Además de volver al gobierno se trata de “crear las condiciones para poder gobernar”. Eso pasa por un “diálogo con la sociedad” que tarde o temprano debería cuajar en una reforma política, porque la izquierda considera que el sistema de representación política fracasó en Brasil, sobre todo por la financiación empresarial de las campañas electorales.
En este punto, Rossetto debe responder por qué razones habría de hacerse ahora una reforma que el gobierno del PT no consiguió plasmar en 12 años. “Es el financiamiento empresarial lo que creó un Congreso donde dominan las bancadas más conservadoras”, señala en referencia a la “triple B”, las bancadas de la bala, la Biblia y el buey, hegemónicas en el parlamento más conservador desde el retorno de la democracia, con fuerte presencia de evangélicos, de defensores de la pena de muerte y del agronegocio.
Pero no resulta sencillo explicar cómo se puede crear una nueva relación de fuerzas, justo ahora que los conservadores son fuertes y la izquierda está en franco retroceso. Más aun cuando el PT se propone no sólo generar las condiciones para la reforma política sino también para la democratización de los medios de comunicación, “que censuran la realidad brasileña y perjudican la democracia”. Rossetto sostiene que “los medios eliminaron la agenda democrática nacional” y que resulta urgente resolver esta cuestión porque la sociedad tiene “derecho a la información democrática”.
DEMASIADAS INCERTIDUMBRES. La dirigencia del PT parece acertar en la descripción de la situación actual, pero no logra convencer en cuanto a los caminos para resolverla. La propuesta de Rossetto es calcada de la que defiende Emir Sader, uno de los intelectuales fieles al partido. En su opinión, se trata de llegar al 16 de agosto (fecha de la votación decisiva en el Senado) con la capacidad de impedir que los partidarios del impeach-
ment obtengan dos tercios de los votos.
Sader razona que se puede cambiar la relación de fuerzas mediante un plebiscito para que la población decida si quiere nuevas elecciones presidenciales. Pero esa convocatoria debe contar con el apoyo de la mayoría del Congreso. “Es una posibilidad, la única concreta que se puede vislumbrar, de derrota del golpe y de reafirmación de la democracia en Brasil. En caso de darse, el país saldría más fuerte, la democracia renovada, el pueblo más confiado y decidido a tomar otra vez en sus manos el destino de Brasil”, asegura el sociólogo (Alai, 13-VI-16).
Hace una semana Dilma Rousseff defendió en una entrevista televisiva que el plebiscito sería una forma de rehacer el “pacto democrático” que, en su opinión, fue roto al abrirse el proceso de impeachment. “Es necesario un proceso en el que la población sea consultada. Puede ser un plebiscito. Es algo que está siendo discutido” (El País, 1-VI-16). Para evitar su destitución, Dilma necesita el voto de 28 senadores, un tercio del cuerpo. Hace un mes hubo 22 que votaron en contra del impeachment, 54 lo hicieron a favor y cuatro no votaron. En suma, necesita convencer a seis senadores.
Hay dos aspectos que no parecen claros en esta estrategia. El primero, y básico, es que los aliados con que cuenta el PT son pocos y es difícil que pueda sumar nuevos. Según Rossetto, además de los movimientos y la Iglesia Católica, hay sectores empresariales que estarían apoyando el retorno de Dilma, aunque no consiguió aclarar a cuáles hacía referencia. Es cierto que el gobierno de Temer es débil (tiene un apoyo similar al que tuvo Dilma, en torno al 11 por ciento), pero no debe olvidarse que la mayor parte de la población apoyó y sigue apoyando la destitución. El discurso que dice que si Dilma no retorna al gobierno “es el fin de la democracia brasileña” parece poco atractivo aunque racionalmente suene coherente.
Esta posición argumenta que el movimiento social ha infligido derrotas al gobierno golpista, como la restauración del Ministerio de Cultura, que Temer había suprimido. Pero en el PT hay quienes dudan de la conveniencia de esta estrategia. Señalan que al adoptar el discurso del plebiscito el PT daría un giro radical a su posición de que la separación de Rousseff de la presidencia fue un “golpe”. Sin embargo, uno de los movimientos más activos en estos momentos y con mayor incidencia en los barrios populares, el Movimiento Sin Techo, cree que lo mejor es la convocatoria de nuevas elecciones, ya que el gobierno de Temer es la peor salida para el proyecto de país que defienden.
Los problemas del PT tienen difícil solución en cualquiera de los escenarios imaginables. Una reciente encuesta de cara a las elecciones de 2018 muestra a Lula bien posicionado en la primera vuelta, pero siempre derrotado en la segunda. Su principal problema es que el índice de rechazo supera el 50 por ciento (El País, 11-VI-16). Quienes todo lo apuestan al carisma de Lula pueden equivocarse feo si hubiera elecciones este mismo año. Pero los riesgos también son grandes a mediano plazo, ya que el gobierno de Temer puede mejorar la situación económica y poner en jaque el capital político del PT.
Según Rossetto, “los golpes pueden ser derrotados, como sucedió en 2002 en Venezuela”, cuando Hugo Chávez fue derribado y hecho prisionero. Esta posición olvida que, en una década, el clima político regional cambió de rumbo y que hoy las tendencias conservadoras son más potentes que las progresistas.
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Alerta: pretenden dejar impune el femicidio de la periodista Griselda Blanco en Corrientes

La fiscal María José Barrera Sahagun dejó abierta la puerta por la que ingresó la defensa del único imputado para solicitar un juicio abreviado y así quedar libre a pesar de haber confesado un crimen atroz cuyas imágenes conoce todo Curuzú Cuatiá ya que fueron filtradas las fotos de la escena del crimen. El caso no fue caratulado como femicidio ni la fiscal consideró que fuese un delito con un componente de violencia de género. Ahora es César Sotelo, fiscal general de Corrientes, quien tiene en su poder la impunidad o la justicia.
En otro escandaloso giro judicial, la fiscal María José Barrero Sahagún, quien debe investigar el crimen de la periodista correntina Griselda Blanco, dio curso al pedido de la defensa de un juicio abreviado, considerando que el delito que se le imputa a Darío Holzweissigl –único detenido en esta causa– contempla una pena de ocho años de prisión. Berrero Sahagún solicitó al fiscal general César Sotelo que resuelva el pedido de audiencia para formalizarlo.

El pedido de juicio abreviado fue posible dado que la fiscal calificó de homicidio simple ese crimen, ya que no dio por acreditado el vínculo entre la víctima y el homicida, aunque en todas las declaraciones públicas aseguró que habría entre ambos una relación que calificó como “tóxica”. Tampoco tuvo en cuenta las evidencias de violencia que presentaba el cuerpo de la víctima –fue ahorcada con tres vueltas de hilo celeste en su cuello, le clavaron dos veces un cuchillo tramontina en su herramienta de trabajo: su garganta– y no consideró esa saña como agravante. La acusación de la fiscal quedó entonces debilitada como un homicidio simple, lo que abrió el camino para que la defensa realizara este pedido. Al no ser tampoco calificado por la fiscal como un delito con componente de violencia de género, la pena no es de cumplimiento efectivo, por lo cual el imputado puede quedar libre en menos de dos años.
Así la persona que acepta haber cometido ese crimen atroz –cuyas imágenes se filtraron a la prensa y se hicieron virales– estará pronto en las calles de Curuzú Cuatiá: ese es el motivo que desespera a los hijos de la periodista, que fueron expuestos por la fiscal, ya que informó a los medios que fueron ellos quienes aportaron la pista que concluyó con su detención, lo cual tampoco se ajusta a la investigación que realizó la Policía Federal, que analizó cámaras de seguridad y contenidos de celulares, además de las muestras que cotejaron con el ADN del imputado.
El abrupto cierre que quiere darle la justicia correntina a este caso, a menos de diez días de cometido el crimen, deja sin indagar las otras líneas de investigación que deberían profundizarse: las denuncias de amenazas y presiones que realizó Griselda por su tarea periodística y, en particular, las que mencionan la connivencia policial con los boliches bailables por el no pago de adicionales de los agentes que debían cumplir tareas de seguridad en esos locales. El imputado era dueño de uno.
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Las Blondis: la película debut de Dolores Fonzi como guionista, directora y protagonista

Hoy se estrena la ópera prima de Dolores Fonzi: Blondi narra la relación entre una madre y su hijo varón, entre la crianza en soledad, el cannabis, el humor y el amor. En esta nota para la revista MU contamos cómo la filmó: el equipo, los trucos, la tecnología de la sororidad, las inspiraciones, los actos de fe, en medio del desfinanciamiento del cine argentino. Ahora compartimos la mirada de Claudia Acuña sobre qué representa ser una Blondi.
Por Claudia Acuña
1.La primera escena de Blondi es una patada que desordena todo. Entre otras cosas, lo que pensábamos que íbamos a ver y lo que creíamos que sabíamos del cine argentino, que hoy por hoy es el único noticiero que nos muestra la actualidad. Así, con un perfecto trailer que va de la cama hasta el auto –dos escenarios centrales de esta historia- Dolores Fonzi nos lleva de la mano por los caminos de Blondi. Y no nos suelta más.
2.Lo que nos atrapa es una red tejida con puntadas sensibles. La primera es el guión, escrito por Fonzi y Laura Paredes, con diálogos precisos y escenas que hacen hablar a la cámara. Es esa conversación entre textos e imágenes uno de los mayores logros de esta película que hace reir –mucho- y también llorar –un poco- a un ritmo que no es ni vertiginoso ni moroso: Blondi fluye. Es cierto que el tema se centra en formas de maternar que hasta ahora nunca había sido registradas en la pantalla, que nos hace ver modos de ser y de criar que son otros, nuevos para la industria de la imagen y cotidianos para las personas, y que eso es, de por sí, un mérito, un aporte y un hallazgo en términos de qué novedad nos representa que una directora tome por primera vez el mando. Pero lo que hace que esta historia no sea letra, sino música, aquello que nos mueve los pies de la mirada –que es alma- es la precisión, la secuencialidad. El humor hace explícita la exigencia de sincronizar exactamente la velocidad mental del interlocutor para saber qué hace falta decirle y qué no. Un chiste explicado aburre, síntoma de lo que ofende. Lo contrario, lo que entretiene, es lo exacto. Y para alcanzarlo es necesario crear para quien ve, necesitarlo y creerle. El revés de Flaubert: Blondi no es Fonzi. Sos vos. No como espejo, sino como universo.
3.Aquello que podríamos llamar “la mujer y el cine” (odio esta etiqueta, pero así estamos) nos hace ver cosas invisibles. Una es la cama. Vemos en el cine camas, por supuesto, pero las camas que nos hace ver Lucrecia Martel en La Ciénaga no son las que habíamos mirado en la pantalla hasta su gloriosa llegada. Recordé esas escenas –tan distintas a estas, tan distintivas con respecto a otras, a cualquiera: Martel es única- cuando la cama de Blondi apareció en esa primera escena, perfecta. Me esforcé, luego, para encontrar algo en común, eso que nos señala la mirada femenina como síntoma de su imaginario. ¿El nido? Es pregunta.
4.Criar películas a partir de sueños y pesadillas: quizá sea ese un punto de partida. En Blondi sin duda lo es, aunque su protagonista no sueñe. Ella es toda realidad, sin tiempo para agobiarse. Blondi actúa. Hace lo que hay que hacer como puede. No juzga ni se juzga, y si alguien se atreve a hacerlo, no lo entiende. Como si le hablaran en chino: no conoce ese idioma.
5.Si Miss Mary –gloria y honor a María Luisa Bemberg- es la pampa, si La ciénaga – me pongo de pie para teclear Martel- es Salta; Blondi es Liniers, el borde. ¿Territorializar las historias biográficas es otro eslabón en común? Es pregunta.


6.El nido tiene raíces en cartografías precisas, de clase, de culturas y de destinos pre anunciados para las mujeres que allí habitan. El de Blondi registra esos barrios de la periferia urbana con masculinidades ausentes o desteñidas, en donde las mujeres solas o aburridas deben criar…¡varones! Y así como una generación tuvo que ponerse a escribir manuales de crianzas masculinas más divertidas y menos violentas, así es como Blondi inscribe una forma de hacer crecer sexos más creativos y menos soberbios, mostrándonos otras formas de cuidados menos trillados y por eso mismo, menos esclavos. No recuerdo muchas películas que registren lo que significa para estas maternidades amorosas dejar volar a sus pichones. ¿Star Wars quizá? Es pregunta. Si así fuera esta película es su antítesis: no hay guerra entre las luces y las sombras, se convive con ambas, siempre, y en continuado. Hay vida.
7.Blondi termina como comienza (no es spoliler: es la cama) y al terminar la función del Bafici en donde pude verla antes de su estreno en cines, Fonzi sintetizó ese final con una frase que dice mucho sobre ella y sobre su película: “Blondi no se empodera sola”. Aplica, entonces, a ese guión que transformó en cine un equipo de artistas. Javier Juliá, a cargo de la dirección de fotografía –el mejor, sin duda de este “nuevo cine argentino (sí: también odio esta etiqueta)-, Micaela Saiegh a cargo de la dirección de arte (el cuarto de Blondi es un delicadísimo cuadro pintado con objetos, texturas, matices y más), además de un elenco (Rita Cortese –de pie, again- Carla Peterson, Leonardo Sbaraglia y –atenti con este nombre- Toto Rovito) que funciona como una coreografía sincronizada al milímetro y que mereció la excepción de que el Bacifici en la categoría Mejor Actuación premiara por primera vez a todas y cada una, lo cual habla de lo que representa el debut de Fonzi como directora: brilla y hace brillar.



8.No recuerdo films de mujeres que escribieran, protagonizaran y dirigieran una comedia. ¿Barbra Streissand? Es pregunta.
9.Pienso que quizá, por motivos que van desde el humor hasta la contemporaneidad, pasando por lo urbano y lo transgresor, Fonzi represente algo así como Wooda Allen, la hija feminista de Allen, pero quizá esta asociación es producto de un deseo personal y re-sentido. Lo que sí estoy segura es que siempre, siempre, el cine de las directoras que admiro nos transmitieron a nosotras, sus espectadoras, algo de la época, una actualidad política y social imprescindible que solo se hizo evidente luego, en el después del temblor. Miss Mary se estrenó el 31 de julio de 1983, dos días después de que Argentina ganara el Mundial y meses antes de que se desatara el debate sobre el divorcio legal, que fue aprobado un año después. La ciénaga iluminó las pantallas el 12 de abril de 2001 y ya esbozaba las tensiones sociales, el derrumbe de una forma de estar juntas, lastimadas. ¿Qué nos anticipa Blondi? Es pregunta.
10. Nos nos empoderamos solas. Nunca, y menos ahora. Quizá eso nos está anunciando Blondi.

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Femicidio de Griselda Blanco: el informe de la comitiva de Periodistas Argentinas de su misión a Curuzú Cuatiá

La primera delegación de Periodistas Argentinas que viajó a Curuzú Cuatiá entrevistó a los jefes de la Policía Federal y Provincial a cargo de las investigaciones y a la fiscal, y se encontró con los hijos de la víctima. El resultado de la información que chequearon con varias fuentes pone en duda las declaraciones que hizo ante la prensa la fiscal de la causa, que estigmatizan a la víctima y exponen a su familia. ¿Por en una causa con secreto de sumario, y a una semana del crimen, no puede la funcionaria a cargo de investigar afirmar hechos que todavía no están probados? Los tres giros que en cinco días tomó la causa, y las tres pruebas que justificaron la detención e incomunicación del periodista que más conocía las amenazas que recibía Griselda. El rol de la prensa en un crimen que se informa con más respuestas que preguntas.
El pasado viernes 26 de mayo, una delegación de Periodistas Argentinas compuesta por las periodistas Claudia Acuña y Nancy Pazos lleg a Curuzú Cuatiá, Corrientes, a las 10 de la mañana, tal como había acordado con la fiscal de la causa, María José Barrero Sahagún. Se encontraron entonces que a esa misma hora la funcionaria había convocado a los hijos de la víctima a una audiencia en la cual liberó a Armando Jara, al que había detenido e incomunicado cinco días antes bajo la acusación de femicidio, y a informar la detención de Darío Alfredo Holzweissig, un empresario dueño de boliches bailables de Curuzú Cuatiá.
Luego de esa audiencia y esa noticia la fiscal recibió a la comitiva de PA en una reunión formal, en la que además estuvieron presentes las máximas autoridades de la Policía Federal a cargo de la investigación y el comisario y subcomisario de la Comisaría n.º 1 de Curuzú Cuatiá. La primera pregunta la hizo la periodista Nancy Pazos: “¿Qué hace acá la policía provincial, cuando tenemos entendido que está apartada del caso?”. Sentado estaba Nicolás Romero, el comisario denunciado por Griselda como presunto autor de abusos sexuales.
Justamente la policía provincial, a pedido del Sindicato de Periodistas de Corrientes, había sido separada de la investigación ya que la víctima había denunciado que estaba siendo amenazada para revelar sus fuentes, y que había recibido la misma mañana del crimen una carta documento del comisario Romero.
La respuesta a la pregunta de Pazos llegó de parte del jefe departamental: explicó que le habían pedido ayuda para los rastrillajes que se habían realizado a la mañana, “ya que conocían la zona”; y que además estaban siguiendo una pista que ya no involucraba a la policía.
Pazos repreguntó: “¿Y si en el rastrillaje encontraban una prueba que los comprometiera?”
El comisario de la Federal respondió: “Estuvieron todo el tiempo bajo mi supervisión”.
La fiscal aclaró además que ella había dirigido al operativo.

Acuña preguntó por qué consideraban que la nueva línea de investigación no estaba relacionada con el trabajo periodístico de Griselda, ya que la periodista había dedicado varios programas a denunciar la connivencia de la policía local con los boliches bailables de los que el nuevo detenido era propietario. Fue entonces cuando la fiscal aseguró que por el contenido de las conversaciones de Whatsapp reveladas del teléfono de la víctima, existía un “vínculo personal” con el empresario detenido. Vínculo que calificó como una “relación tóxica”.
Sin embargo, dos días después, cuando formuló la imputación contra Darío Alfredo Holzweissig pidió procesar al sospechoso por homicidio simple “ya que no se había probado el vínculo personal”. Tampoco lo calificó como agravado, ya que consideró que no había “alevosía”. Griselda tenía tres vueltas de cinta en la garganta y dos cuchilladas con Tramontina en el cuello; un diente roto y la cara notablemente golpeada.
Consultada por qué no calificó como “femicidio” el crimen de Griselda en esta nueva imputación, la fiscal respondió que “no tenía evidencia de violencia de género”.
No son éstas las únicas contradicciones que asoman en las declaraciones públicas de la fiscal.
La principal: la forma intaxativa en que habla de extorsión. Tres fuentes de la investigación aseguraron que en las conversaciones encontradas en el chat, la víctima y el ahora acusado “hablan de plata y él le propone relaciones sexuales, pero no hay una sola conversación en la que se diga taxativamente: si no me das plata, te escracho”.
Según confirmó la comitiva de PA, Griselda Blanco hace años que tenía como auspiciante al empresario, quien hacía tiempo que no abonaba la pauta, por lo cual hay que investigar si esa conversación sobre dinero no estaba relacionada con el vínculo comercial que tenía la víctima. Es decir: todavía resta mucho de la investigación como para que la fiscal descalifique a la víctima como “amante y extorsionadora”.
Otro punto conflictivo de la actuación fiscal es en relación a la detención del periodista Jara. Consultada sobre en qué pruebas basó su detención, incomunicación e imputación por cargos de “femicidio”, la fiscal respondió:
1) Que se habían encontrado pertenencias de él en la casa de Griselda; cuándo se le preguntó que pertenencias, respondió: “Una campera”;
2) que había una relación preexistente;
3) que el perito forense indicó que el asesino tenía un vínculo con la víctima por el tipo de violencia hallada en el cuerpo.
Jara no quedó desvinculado de la investigación ya que la fiscal espera el resultado del ADN; consideró que iban a estar listos “entre miércoles y jueves” de esta semana.
Así, este caso tuvo en menos de cinco días su tercer giro en la investigación fiscal: comenzó considerándolo un suicidio, siguió caratulándolo como “femicidio” – deteniendo arbitariamente a un periodista- y ahora lo califica de “homicidio simple” queriendo por dar cerrada la causa.
Ni las amenazas, ni las presiones que Griselda dejó grabadas en su audio fueron nunca una línea a investigar para la fiscal.
Ese es justamente el reclamo de todas las organizaciones de periodistas a las que la Comitiva de Periodistas Argentinas envió un informe detallado.
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