Nota
Cacerolas y asambleas
Integrantes de la flamante Asamblea Regional Argentina Uruguay, bajo el lema “por nuestros ríos, nuestra tierra y nuestro futuro” presentarán esa experiencia el viernes 26 a las cinco de la tarde frente al Congreso, a cielo abierto, luego del cacerolazo que organizará la Asamblea de Gualeguaychú sobre el puente fronterizo ese mismo día. La actividad en Congreso será un modo de conversar sin intermediarios con la gente de Entre Ríos, y con los asambleístas menos conocidos hasta ahora: los productores y vecinos uruguayos que rechazan el modelo de contaminación, monocultivo y uso irracional de recursos naturales, empezando por el agua. Las claves de su propuesta.
El viernes 26, tras el cacerolazo que realizará la Asamblea de Gualeguaychú sobre el puente fronterizo como repudio a la visita de una comisión de la Comunidad Económica Europea a Botnia, vecinos y productores de Gualeguaychú y de la República Oriental del Uruguay llegarán a Buenos Aires a una actividad convocada por lavaca y revista Mu en el marco de las Jornadas de Defensa del Espacio Público, frente al Congreso. Viajarán para conversar y explicar sin intermediaciones la creación de la Asamblea Regional Argentina Uruguay nacida en Nueva Palmira, Uruguay, el 7 de octubre último, bajo el lema “por nuestros ríos, por nuestra tierra y nuestro futuro”. En Buenos Aires se conoce a los integrantes de la Asamblea de Gualeguaychú, pero no a estos nuevos asambleístas, que del lado uruguayo se están organizando para proponer modos de desarrollo diferentes a esto que definen en el documento inaugural como “modelo de miseria y saqueo de nuestros bienes naturales”.
Aquí damos a conocer ese documento, y la nómina de quienes lo elaboraron, que sirve como introducción a los planteos que los asambleístas argentinos y uruguayos harán el 26 sobre un tema siempre enigmático: el futuro.
Asamblea Regional,
comunicado de la primera reunión
Hoy, en Nueva Palmira, ciudad-puerto que será el punto de partida de la pasta de celulosa uruguaya hacia el mundo, ha quedado instaurada, por aclamación, la Asamblea Regional. Convocada por treinta organizaciones sociales de la región, en la reunión estuvieron presentes delegaciones de Montevideo y de los Departamentos de Rivera, Tacuarembó, Río Negro, Soriano, Colonia, San José, Maldonado y Rocha. También de las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Debemos subrayar la valiosa presencia de una delegada del Movimiento Sin Tierra del Brasil (MST).
Más de 400 personas han tenido voz y voto y compartido un histórico espacio de libertad y deliberación. Pequeños productores, apicultores, técnicos, luchadores sociales, trabajadores desocupados, trabajadores de la forestación, vecinos de la ciudad. Voces habitualmente desoídas por nuestros gobernantes y los medios de comunicación.
Movidos por la certeza de que solamente a partir de la unión y la hermandad lograremos fortalecer nuestra lucha, consideramos que ha llegado el momento de que comiencen a oírnos.
A las multinacionales que desembarcan en esta región repleta de riquezas naturales con el único propósito de saquearlas, dejándonos, como históricamente ha sido, miseria y devastación, les decimos que se vayan, que aquí no tendrán lugar.
A los gobiernos de una y otra orilla del río Uruguay, que nada hacen frente a esta situación, les decimos que la tolerancia tiene un límite.
Ya no toleramos que ignoren nuestros justos reclamos y solamente nos dirijan la palabra en tiempos de elecciones.
No toleramos el estado de esclavitud en el que viven los trabajadores forestales de una y otra margen del río.
No toleramos el despropósito de convertir nuestros cultivos de cereales y caña de azúcar en combustible para los automóviles de los países del norte.
No toleramos, en fin, el sometimiento a políticas degradantes que no guardan ninguna relación con nuestro modo de vida, con nuestra dignidad, con nuestro irrenunciable compromiso de construir un mundo que contemple las necesidades y anhelos de todos.
A los medios de comunicación que no hacen más que fomentar una engañosa disputa entre los pueblos de la Argentina y el Uruguay, les decimos que no hay peor pecado que el oscurantismo, la desinformación y la malicia premeditada. El establecimiento, en suma, de un estado de ignorancia que, precisamente, favorece la silenciosa aceptación del falso modelo de desarrollo que padece la región. Les decimos, entonces, que cada día hay más gente que no les cree, porque el buen periodismo debe estar al servicio del bien común y nunca jamás al servicio del poder económico y político, como sucede desde hace tiempo en nuestros países.
Por todo lo expuesto, esta Asamblea Regional exige:
. El cese de los monocultivos de soja transgénica y de árboles de laboratorio destinados a la producción de celulosa, actividades que causan el envenenamiento de nuestros ríos, de nuestras tierras, y el éxodo de los trabajadores rurales. Decenas de familias que día tras día deben abandonar sus lugares de origen y pasan a extender los cordones de miseria en las grandes ciudades.
. El cese de la entrega de nuestras tierras a empresas y grupos multinacionales.
. La inmediata erradicación de las industrias contaminantes que vienen a instalarse en nuestra región, como Botnia, Isusa, Ence y Stora Enso, y también de las que están asolando, desde hace décadas, las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, y causando la intoxicación de las aguas del Río de la Plata.
. El desarrollo de un modelo regional que se encuentre fundado en el respeto a la vida, la dignidad humana y el trabajo.
Por unanimidad han sido aprobadas las siguientes mociones:
1. Adherir a la lucha que diversas organizaciones de la provincia de Misiones llevan adelante para detener el diario desmonte de bosques naturales.
2. Adherir, sin movilización de la Asamblea Regional, a la marcha que Fucvam, Ancap, sindicatos rurales y la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida iniciarán en Bella Unión y finalizará en Montevideo.
3. Repudiar enérgicamente la visita que el próximo día 26 de octubre realizará una delegación de la Comunidad Económica Europea a la ciudad de Fray Bentos para respaldar la puesta en marcha de la empresa Botnia.
4. Crear una mesa coordinadora de la Asamblea Regional, conformada por delegados de cada una de las organizaciones que suscriben este documento.
5. Elaborar un registro detallado con la nómina de todos los políticos, funcionarios, gobernantes y empresarios de la región que tornan posible este modelo de miseria y saqueo de nuestros bienes naturales. Un instrumento que servirá para exponer ante los ojos del mundo la identidad de los responsables de esta situación.
6. Realizar la segunda reunión de la Asamblea Regional en Uruguay, en lugar y fecha a confirmar, dentro de los próximos treinta días.
Porque todo nos une: la historia, la cultura, los pueblos originarios y la lucha que durante años llevaron adelante Artigas, San Martín y Andrés Guaçurarí por la emancipación de nuestros pueblos. Lazos e historia que gobierno o interés económico alguno lograrán destruir.
A todos nuestros hermanos paraguayos, brasileños, argentinos y uruguayos, que comparten el mismo suelo que alberga al acuífero guaraní, les decimos que hemos dado el primer paso en esta difícil tarea de integración regional.
Por eso los convocamos a sumarse a esta Asamblea Regional que desconoce fronteras.
Porque vendrán otros y otros pasos, cada vez más firmes, cada vez más vigorosos.
Por nuestros ríos, por nuestras tierras, por nuestro futuro
Asamblea Regional
Nueva Palmira, Colonia, Uruguay, 7 de octubre de 2007
. Productores de Colonia Agraciada, Soriano.
. Movimiento de Chacreros de Mercedes.
. Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
. Movimiento 10 de Septiembre de 1815, Tacuarembó.
. Delia Villalba, ambientalista de Fray Bentos.
. Movimiento por el Trabajo, la Vida y el Desarrollo Sustentable, Fray Bentos.
. Comisión Multisectorial, Montevideo.
. Asamblea del Callejón, Montevideo.
. Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, Entre Ríos.
. José Bautista, secretario general del Sindicato de los Trabajadores de la Forestación de Rivera.
. Asamblea Popular Ambiental de Colón, Entre Ríos.
. CONCORVIDA- Asamblea de Concordia, Entre Ríos.
. CONOSUR (Comisión Nacional de Organizaciones Sociales del Uruguay)
. El Agua Manda, Gualeguaychú, Entre Ríos.
. Chasque Artiguista, Uruguay.
. Red Nacional de Acción Ecologista de la República Argentina, Santa Fe.
. José Antonio Echenagusía, productor rural, Paso de los Toros
. Frente Popular Darío Santillán, Argentina.
. Andrés Zavattiero, Ituzaingó, Esteros del Iberá, Corrientes.
. Colectivo Testimonios, Montevideo.
. Fundación Integradora Latinoamericana Ambiental
. Grupo Sierras de Rocha
. Víctor Cardona, productor de Mercedes
. César Ortiz, Grupo Eco-Tacuarembó.
. Gustavo Cassola Perezutti, abogado ambientalista, Carmelo.
. Organizaciones campesinas y de pequeños productores de las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, Argentina.
. Asamblea Vecinal de Carapachay, Buenos Aires.
Nota
Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
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Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
Nota
5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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