Nota
#CaminoAChaco: el Encuentro Nacional de Mujeres ya empezó
Apenas termina un Encuentro comienza otro: el que durante todo el año prepara el viaje hacia el próximo. Esta vez será en Resistencia, Chaco, este fin de semana. Y ahora mismo ya están ardiendo las cadenas que se tejieron para llegar. Estrategias y recursos de grupos y organizaciones sociales para autogestionar el viaje, compartir info y recomendaciones de autocuidado. La agenda de actividades y los ejes que recorrerán tres días de poderoso abrazo feminista.
Se siente: el Encuentro ya empezó. Se hace carne en la ansiedad de todas las que viajan por primera vez, en posteos y notas que circulan en las redes sociales y en las guías prácticas para transitar de forma plena este hecho político creativo y autogestionado que se repite desde hace 32 años. Se palpita en los grupos de whatsapp creados entre las que comparten el viaje, donde circulan consejos, información de los talleres y las marchas y, sobre todo, recursos y recomendaciones de autocuidado. Se materializa también en las diversas estrategias implementadas para bancar los gastos: rifas, bonos contribución, obras de teatro a beneficio. Estrategias basadas en el reconocimiento de que aunque la experiencia de ser mujer en esta sociedad nos hermana, no nos iguala, y las condiciones materiales son de lo más variadas. Así, las organizaciones gestionan becas para que la falta de dinero no sea motivo de ausencia. Los verdaderos recursos son otros.
Lo que se deja ver, entonces, es que el Encuentro dura mucho más que tres días. Cada una, de forma individual y colectiva, está recorriendo desde hace tiempo la ruta que la lleva a Resistencia. Las redes que se activan, las prácticas y las relaciones que garantizan sus condiciones de posibilidad, se están tejiendo desde hace meses y son en sí mismas transformadoras.
Tejiendo el Encuentro
Dice la definición que tejer es pasar un hilo repetidamente y con distintas combinaciones entre pequeñas mallas hechas con él mismo para formar un tejido.
Un ir y venir creativo que se entrelaza en una red, que se expande y se encuentra con otros hilos, que se mezcla y crea un tejido que sostiene a las propias manos que se mueven.
Tejer es sostenernos. Agarrarnos de las estrategias y saberes que se comparten o inventar nuevas formas que nos permitan estar juntas.
El último Encuentro en Rosario desbordó 42 cuadras, calculando más de 100 mil personas que por las calles del centro de la ciudad cantaban para exigir una ley que despenalice el aborto. Pero cada año, cuando termina el Encuentro Nacional de Mujeres empieza otra cosa: el tejer invisible, delicado y potente se reanuda para el próximo.
Ir a aprender
Nazarena hace unos muffins riquísimos. Es estudiante de teatro en la Universidad Nacional de las Artes, y a muchas de las chicas que son parte del Centro de Estudiantes las conoce de la cursada y de llevarles sus exquisiteces. Con ellas va a viajar a Chaco. No conoce a todas. No importa. “Este año empecé a curtirme más, a hablar de feminismo, de patriarcado, de deconstruirse”, dice y eso es lo que importó para que las ganas de ir por primera vez al Encuentro de Mujeres le ganen a todo. “No quería que un año más no tener un grupo con quien ir sea un impedimento. La idea del Encuentro nace desde que arranco a ir con mujeres que casi ni conozco, es parte de todo el evento: compartir cada una sus realidades, sus conocimientos. Ir a aprender”.
Tomar la calle
Del barrio Rodrigo Bueno y la Villa 31 viajan más de sesenta mujeres. Algunas viajan con hijos, que Maru, referente de El Hormiguero llama “hijos colectivos”. En otros encuentros viajaron también varones que se encargaban del cuidado de niños, pero este año, el bolsillo las obligó a crear otras estrategias: entre ellas están armando grilla de responsables de cuidados para que las madres puedan asistir a los talleres. “Tenemos que ponernos creativas para no dejar de ocupar esos espacios”, dice Maru Bielli, que también es docente, socióloga y rectora del Instituto Superior de Formación Docente Dora Acosta en la Villa 31, y enumera las acciones que desde la organización y en cada barrio hicieron para juntar la plata: fiestas, encuentros, ferias, venta de tortas y comidas en los recreos del profesorado, rifas y un ciclo de arte feminista, con todas protagonistas mujeres. La cifra a alcanzar era gigantesca. “En este contexto de ajuste, que podamos poner la voz en el Encuentro y que no tengamos que recortarlo es fundamental y es una decisión política de la organización”.
Maru está convencida: el Encuentro es una de las actividades principales del año. ¿Por qué? “No volvemos las mismas que nos vamos. Compartir con compañeras es muy lindo, pero el momento más transformador es la marcha. Ahí nos damos cuenta la potencia que tenemos cuando nos juntamos miles y miles de mujeres. Nos pintamos, gritamos, saltamos, cantamos. Y lo hacemos desde la alegría, sabiendo que necesitamos poner el cuerpo y ser muchísimas. Ese momento de tomar las calles es transformador”.
El fin de un mundo
Miranda, Evelyn y Flor están reunidas ultimando los detalles de logística. Son parte del Colectivo Fin de un Mundo, un espacio donde artistas se proponen interpelar en la calle mediante manifestaciones con lenguaje poético. Desde que bajaron del micro que las trajo de Rosario, empezaron a pensar en Chaco. El pensar fue colectivo en encuentros que llamaron Eclipses, donde la propuesta fue poner el cuerpo y ver qué pasa. El primer eclipse fue con otras activistas: hicieron un intercambio de cómo funcionaban los distintos colectivos artísticos y de por qué eligen la calle como lugar de intervención. En el segundo hablaron de violencias: “hicimos una quema de lo que el patriarcado nos dice que tenemos que hacer”. En el tercer eclipse aparecieron los cuentos infantiles y dispararon la acción que llevan a Chaco: Juguemos en el bosque. “Es un recorrido que venimos haciendo hace unos años en las intervenciones feministas, la necesidad de ponernos en otro lugar. Desde la representación no seguir imitando imágenes de violencia. Buscar cómo podemos salir al bosque sabiendo que el lobo siempre va a estar, que es un territorio que lo tenemos inhabilitado y que igual lo tenemos que salir a tomar”.
Ese bosque es el espacio público. “Salir de la intimidad y desde la intimidad hacia ese espacio. En esta acción aparece la sexualidad, el erotismo, la lucha, el duelo, el ritual de unión. Hay una serie de secuencias que se van sucediendo. La caída de las compañeras, la libertad en la sexualidad, el orgasmo como una trinchera, la unión, la sororidad”.
Son 65 mujeres las que viajan a estallar las fronteras entre arte y política. Van en un micro junto a la Murga Baila La Chola, que en sus redes sociales subieron una canción para escuchar en la previa al Encuentro. Cantan:
“Si de fe estamos hablando eso no nos da rechazos,
las creencias nos unieron aborto legal gritamos.
Ya dijimos ni una menos y abajo el patriarcado,
defendiendo nuestras vidas en las calles te encontramos”
Apuntando al Estado
Los Encuentros Nacionales de Mujeres se constituyen en espacios de autonomía femenina, de intercambio de experiencias y saberes, de generación de redes militantes y de lazos afectivos y amorosos. Sin embargo, son también espacios de denuncia de discriminaciones y violencias múltiples y, fundamentalmente, de demanda frente al Estado. Allí se visibiliza y se articula la situación de las mujeres y las femineidades en todo el país, con énfasis en los derechos que falta reconocer o, aun reconocidos, se continúan violando de forma sistemática.
En este punto, es el Estado el que tiene que rendir cuentas. Y el panorama no es muy alentador. Como es bien sabido, un aspecto fundamental de las políticas es el presupuesto. Mientras que en 2017 se asignó al Consejo Nacional de las Mujeres (actualmente Instituto Nacional de las Mujeres) $163.500.000, para el 2018 el monto presentado es de $161.548.292. Es decir que en términos absolutos se restan dos millones de pesos, recorte que asciende aún más si se considera la inflación estimada para el próximo año, que según el gobierno nacional será del 15,7%. Aún más, en el presupuesto presentado por Nicolás Dujovne, Ministro de Hacienda, se evidencia la ausencia de financiamiento del Plan de Acción contra la Violencia hacia las Mujeres, que presupone una partida específica para el INM para, entre otras cosas, la construcción de Hogares de Protección Integral y gastos operativos hasta 2019. Ya en el 2017, el Ejecutivo Nacional había incurrido en este “olvido” y debió demandarse una asignación especial adicional.
Afuera de los recintos donde se debaten las cifras de las políticas, la violencia machista mata. Hasta principios de agosto de este año, hubo 173 femicidios, de acuerdo a los registros de MuMaLá.
Sofia es referente de Mumalá Rosario, Santa Fe, una de las tantas provincias desde donde viajan: son más de 600 mujeres, muchas militantes de la organización y otras compañeras cercanas, con quienes comparten otros espacios o acciones específicas. En la previa, se organizaron para recaudar fondos y pensar la logística, pero también para pensar los temas que quieren debatir en el Encuentro: “Soberanía para poder decidir sobre nuestros propios cuerpos, la legalización del aborto y la autonomía de las mujeres. Pero también no salimos de un año electoral, y de esa lógica. El año pasado creo que tuvimos un Encuentro antimacrista, con un fuerte mensaje desde el feminismo hacia el gobierno. Este año se notó muchísimo las dificultades económicas, no recuerdo otro año donde haya sido tan así. Creo que va a ser un Encuentro que va a estar muy teñido de estas discusiones que son nacionales: las cuestiones económicas, la desaparición forzada de Santiago Maldonado y el aborto legal, seguro y gratuito”.
Cómo llegar
Llegar al Encuentro implica juntarse y organizarse. Algunas experiencias que nos compartieron por Twitter:
- «Somos tres abogadas de Junín. Vamos en auto. Como sobraba un lugar, decidimos avisar por Whatssap, pero ahí pensamos ¿a qué grupo? Elegimos al de ex compañeras de secundario. Terminó armándose una cadena. Vamos 14, en diferentes autos”.
- «El centro de Estudiantes de mi cole organizó colecta. Alcanzó para dos pasajes, que se sortearon. Cuando le conté a mi mamá que gané uno, decidió sumarse”.
- «Somos 8, de la oficina. Vamos en 2 autos. Llevamos bolsa de dormir y si llueve, a los coches. Es el tercer año que vamos».
- Otra, que nos cuenta el diario La Posta: “La organización Madres en Lucha, de Mar del Plata, es una agrupación de jóvenes mujeres que hace 12 años que organiza una delegación para concurrir a los encuentros nacionales. Laura Ruocco, una de sus referentes, describe a la organización: ´Cada año crecemos más y eso nos pone muy contentas. Nuestra organización tiene una composición muy variada, principalmente somos todas jóvenes mujeres, y eso incluye a chicas de colegios secundarios, universitarias, de organizaciones barriales, mujeres que trabajan en fábricas de la ciudad, como Havanna, o la industria del pescado, docentes, también jóvenes que son amas de casa, trabajadoras de la salud. Somos mujeres muy diversas entre nosotras´. El grupo se auto financia: algunas de las estrategias que realizan para reunir los fondos para viajar son peñas, fiestas, elaboran y venden comidas (empanadas, tortas), también rifas. Además, venden una revista que hacen desde la organización. Uno de los objetivos es sumar a mujeres que viajan por primera vez: interesadas que necesitan la contención de un grupo para animarse a vivir la experiencia, situación que todas conocen y recuerdan con emoción”.
El Encuentro día por día
Las actividades arrancarán el sábado, a las 7, con la recepción de las delegaciones y la inscripción de las participantes en la Sociedad Rural (avenidas Alvear y McLean). Se estima que serán aproximadamente 90 mil mujeres las que asistirán, provenientes de distintas puntos de Argentina, Latinoamérica y otras partes del mundo. A su vez, en el mismo lugar, se recibirá a los y las casi quinientos periodistas que solicitaron su acreditación.
El primer día, a las 10, en el estadio Centenario del Club Sarmiento (Avenida Alvear 1977) se llevará adelante el acto de apertura. La Comisión Organizadora leerá el documento elaborado para el Encuentro de este año, señalando las injusticias y exigiendo políticas públicas integrales que aborden la problemática de género.
De 15 a 18, darán inicio los talleres. Este año se han incorporado a la grilla oficial dos nuevos (sobre activismos gordo y “Cultura de la violación”) por lo que serán 71 los espacios en los que las mujeres se reunirán a debatir y compartir experiencias. A estos se les sumarán talleres autoconvocados, que se replicarán en diferentes espacios de la ciudad, de acuerdo a la demanda y autogestión de las involucradas.
A las 18.30, partiendo de avenida Alberdi y peatonal Arturo Illia, se desplegará la Marcha Orgullosamente Torta, que culminará en un festival en la plaza Belgrano (French y avenida Paraguay). A la misma hora, proseguirán las actividades culturales en los distintos espacios de la ciudad.
Al día siguiente, el domingo 15 de octubre, de 9 a 12 y de 15 a 17, continuará el trabajo en los talleres. Y a las 18, será la concentración para la Marcha (avenidas Las Heras y Castelli), que mostrará la masividad y diversidad del Encuentro. Las actividades de ese día cerrarán a las 21.30 en el Parque de la Democracia, con una gran Peña.
El último día, el lunes 16 de octubre, en el estadio Centenario del Club Sarmiento (Avenida Alvear 1977), se llevará a cabo el acto de cierre del 32º Encuentro Nacional de Mujeres. Allí será elegida la próxima sede a la que Chaco pasará la posta para 2018.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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