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#CaminoAChaco: el Encuentro Nacional de Mujeres ya empezó

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Apenas termina un Encuentro comienza otro: el que durante todo el año prepara el viaje hacia el próximo. Esta vez será en Resistencia, Chaco, este fin de semana. Y ahora mismo ya están ardiendo las cadenas que se tejieron para llegar. Estrategias y recursos de grupos y organizaciones sociales para autogestionar el viaje, compartir info y recomendaciones de autocuidado. La agenda de actividades y los ejes que recorrerán tres días de poderoso abrazo feminista.

#CaminoAChaco: el Encuentro Nacional de Mujeres ya empezó

Foto: Lina Etchesuri para lavaca


Se siente: el Encuentro ya empezó. Se hace carne en la ansiedad de todas las que viajan por primera vez, en posteos y notas que circulan en las redes sociales y en las guías prácticas para transitar de forma plena este hecho político creativo y autogestionado que se repite desde hace 32 años. Se palpita en los grupos de whatsapp creados entre las que comparten el viaje, donde circulan consejos, información de los talleres y las marchas y, sobre todo, recursos y recomendaciones de autocuidado. Se materializa también en las diversas estrategias implementadas para bancar los gastos: rifas, bonos contribución, obras de teatro a beneficio. Estrategias basadas en el reconocimiento de que aunque la experiencia de ser mujer en esta sociedad nos hermana, no nos iguala, y las condiciones materiales son de lo más variadas. Así, las organizaciones gestionan becas para que la falta de dinero no sea motivo de ausencia. Los verdaderos recursos son otros.
Lo que se deja ver, entonces, es que el Encuentro dura mucho más que tres días. Cada una, de forma individual y colectiva, está recorriendo desde hace tiempo la ruta que la lleva a Resistencia. Las redes que se activan, las prácticas y las relaciones que garantizan sus condiciones de posibilidad, se están tejiendo desde hace meses y son en sí mismas transformadoras.
Tejiendo el Encuentro
Dice la definición que tejer es pasar un hilo repetidamente y con distintas combinaciones entre pequeñas mallas hechas con él mismo para formar un tejido.
Un ir y venir creativo que se entrelaza en una red, que se expande y se encuentra con otros hilos, que se mezcla y crea un tejido que sostiene a las propias manos que se mueven.
Tejer es sostenernos. Agarrarnos de las estrategias y saberes que se comparten o inventar nuevas formas que nos permitan estar juntas.
El último Encuentro en Rosario desbordó 42 cuadras, calculando más de 100 mil personas que por las calles del centro de la ciudad cantaban para exigir una ley que despenalice el aborto. Pero cada año, cuando termina el Encuentro Nacional de Mujeres empieza otra cosa: el tejer invisible, delicado y potente se reanuda para el próximo.
Ir a aprender
Nazarena hace unos muffins riquísimos. Es estudiante de teatro en la Universidad Nacional de las Artes, y a muchas de las chicas que son parte del Centro de Estudiantes las conoce de la cursada y de llevarles sus exquisiteces.  Con ellas va a viajar a Chaco. No conoce a todas. No importa. “Este año empecé a curtirme más, a hablar de feminismo, de patriarcado, de deconstruirse”, dice y eso es lo que importó para que las ganas de ir por primera vez al Encuentro de Mujeres le ganen a todo. “No quería que un año más no tener un grupo con quien ir sea un impedimento. La idea del Encuentro nace desde que arranco a ir con mujeres que casi ni conozco, es parte de todo el evento: compartir cada una sus realidades, sus conocimientos. Ir a aprender”.
Tomar la calle
Del barrio Rodrigo Bueno y la Villa 31 viajan más de sesenta mujeres. Algunas viajan con hijos, que Maru, referente de El Hormiguero llama “hijos colectivos”. En otros encuentros viajaron también varones que se encargaban del cuidado de niños, pero este año, el bolsillo las obligó a crear otras estrategias: entre ellas están armando grilla de responsables de cuidados para que las madres puedan asistir a los talleres. “Tenemos que ponernos creativas para no dejar de ocupar esos espacios”, dice Maru Bielli, que también es docente, socióloga y rectora del Instituto Superior de Formación Docente Dora Acosta en la Villa 31, y enumera las acciones que desde la organización y en cada barrio hicieron para juntar la plata: fiestas, encuentros, ferias, venta de tortas y comidas en los recreos del profesorado, rifas y un ciclo de arte feminista, con todas protagonistas mujeres. La cifra a alcanzar era gigantesca. “En este contexto de ajuste, que podamos poner la voz en el Encuentro y que no tengamos que recortarlo es fundamental y es una decisión política de la organización”.
Maru está convencida: el Encuentro es una de las actividades principales del año. ¿Por qué? “No volvemos las mismas que nos vamos. Compartir con compañeras es muy lindo, pero el momento más transformador es la marcha. Ahí nos damos cuenta la potencia que tenemos cuando nos juntamos miles y miles de mujeres. Nos pintamos, gritamos, saltamos, cantamos. Y lo hacemos desde la alegría, sabiendo que necesitamos poner el cuerpo y ser muchísimas. Ese momento de tomar las calles es transformador”.
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Foto: Lina Etchesuri para lavaca


El fin de un mundo
Miranda, Evelyn y Flor están reunidas ultimando los detalles de logística. Son parte del Colectivo Fin de un Mundo, un espacio donde artistas se proponen interpelar en la calle mediante manifestaciones con lenguaje poético. Desde que bajaron del micro que las trajo de Rosario, empezaron a pensar en Chaco. El pensar fue colectivo en encuentros que llamaron Eclipses, donde la propuesta fue poner el cuerpo y ver qué pasa. El primer eclipse fue con otras activistas: hicieron un intercambio de cómo funcionaban los distintos colectivos artísticos y de por qué eligen la calle como lugar de intervención. En el segundo hablaron de violencias: “hicimos una quema de lo que el patriarcado nos dice que tenemos que hacer”. En el tercer eclipse aparecieron los cuentos infantiles y dispararon la acción que llevan a Chaco: Juguemos en el bosque. “Es un recorrido que venimos haciendo hace unos años en las intervenciones feministas, la necesidad de ponernos en otro lugar. Desde la representación no seguir imitando imágenes de violencia. Buscar cómo podemos salir al bosque sabiendo que el lobo siempre va a estar, que es un territorio que lo tenemos inhabilitado y que igual lo tenemos que salir a tomar”.
Ese bosque es el espacio público. “Salir de la intimidad y desde la intimidad hacia ese espacio. En esta acción aparece la sexualidad, el erotismo, la lucha, el duelo, el ritual de unión. Hay una serie de secuencias que se van sucediendo. La caída de las compañeras, la libertad en la sexualidad, el orgasmo como una trinchera, la unión, la sororidad”.
Son 65 mujeres las que viajan a estallar las fronteras entre arte y política. Van en un micro junto a la Murga Baila La Chola, que en sus redes sociales subieron una canción para escuchar en la previa al Encuentro. Cantan:
“Si de fe estamos hablando eso no nos da rechazos,
las creencias nos unieron aborto legal gritamos.
Ya dijimos ni una menos y abajo el patriarcado,
defendiendo nuestras vidas en las calles te encontramos”
Apuntando al Estado
Los Encuentros Nacionales de Mujeres se constituyen en espacios de autonomía femenina, de intercambio de experiencias y saberes, de generación de redes militantes y de lazos afectivos y amorosos. Sin embargo, son también espacios de denuncia de discriminaciones y violencias múltiples y, fundamentalmente, de demanda frente al Estado. Allí se visibiliza y se articula la situación de las mujeres y las femineidades en todo el país, con énfasis en los derechos que falta reconocer o, aun reconocidos, se continúan violando de forma sistemática.
En este punto, es el Estado el que tiene que rendir cuentas. Y el panorama no es muy alentador. Como es bien sabido, un aspecto fundamental de las políticas es el presupuesto. Mientras que en 2017 se asignó al Consejo Nacional de las Mujeres (actualmente Instituto Nacional de las Mujeres) $163.500.000, para el 2018 el monto presentado es de $161.548.292. Es decir que en términos absolutos se restan dos millones de pesos, recorte que asciende aún más si se considera la inflación estimada para el próximo año, que según el gobierno nacional será del 15,7%. Aún más, en el presupuesto presentado por Nicolás Dujovne, Ministro de Hacienda, se evidencia la ausencia de financiamiento del Plan de Acción contra la Violencia hacia las Mujeres, que presupone una partida específica para el INM para, entre otras cosas, la construcción de Hogares de Protección Integral y gastos operativos hasta 2019. Ya en el 2017, el Ejecutivo Nacional había incurrido en este “olvido” y debió demandarse una asignación especial adicional.
Afuera de los recintos donde se debaten las cifras de las políticas, la violencia machista mata. Hasta principios de agosto de este año, hubo 173 femicidios, de acuerdo a los registros de MuMaLá.
Sofia es referente de Mumalá Rosario, Santa Fe, una de las tantas provincias desde donde viajan: son más de 600 mujeres, muchas militantes de la organización y otras compañeras cercanas, con quienes comparten otros espacios o acciones específicas. En la previa, se organizaron para recaudar fondos y pensar la logística, pero también para pensar los temas que quieren debatir en el Encuentro: “Soberanía para poder decidir sobre nuestros propios cuerpos, la legalización del aborto y la autonomía de las mujeres. Pero también no salimos de un año electoral, y de esa lógica. El año pasado creo que tuvimos un Encuentro antimacrista, con un fuerte mensaje desde el feminismo hacia el gobierno. Este año se notó muchísimo las dificultades económicas, no recuerdo otro año donde haya sido tan así. Creo que va a ser un Encuentro que va a estar muy teñido de estas discusiones que son nacionales: las cuestiones económicas, la desaparición forzada de Santiago Maldonado y el aborto legal, seguro y gratuito”.
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Cómo llegar
Llegar al Encuentro implica juntarse y organizarse. Algunas experiencias que nos compartieron por Twitter:

  • «Somos tres abogadas de Junín. Vamos en auto. Como sobraba un lugar, decidimos avisar por Whatssap, pero ahí pensamos ¿a qué grupo? Elegimos al de ex compañeras de secundario. Terminó armándose una cadena. Vamos 14, en diferentes autos”.
  • «El centro de Estudiantes de mi cole organizó colecta. Alcanzó para dos pasajes, que se sortearon. Cuando le conté a mi mamá que gané uno, decidió sumarse”.
  • «Somos 8, de la oficina. Vamos en 2 autos. Llevamos bolsa de dormir y si llueve, a los coches. Es el tercer año que vamos».
  • Otra, que nos cuenta el diario La Posta: “La organización Madres en Lucha, de Mar del Plata, es una agrupación de jóvenes mujeres que hace 12 años que organiza una delegación para concurrir a los encuentros nacionales. Laura Ruocco, una de sus referentes, describe a la organización: ´Cada año crecemos más y eso nos pone muy contentas. Nuestra organización tiene una composición muy variada, principalmente somos todas jóvenes mujeres, y eso incluye a chicas de colegios secundarios, universitarias, de organizaciones barriales, mujeres que trabajan en fábricas de la ciudad, como Havanna, o la industria del pescado, docentes, también jóvenes que son amas de casa, trabajadoras de la salud. Somos mujeres muy diversas entre nosotras´. El grupo se auto financia: algunas de las estrategias que realizan para reunir los fondos para viajar son peñas, fiestas, elaboran y venden comidas (empanadas, tortas), también rifas. Además, venden una revista que hacen desde la organización. Uno de los objetivos es sumar a mujeres que viajan por primera vez: interesadas que necesitan la contención de un grupo para animarse a vivir la experiencia, situación que todas conocen y recuerdan con emoción”.

El Encuentro día por día
Las actividades arrancarán el sábado, a las 7, con la recepción de las delegaciones y la inscripción de las participantes en la Sociedad Rural (avenidas Alvear y McLean). Se estima que serán aproximadamente 90 mil mujeres las que asistirán, provenientes de distintas puntos de Argentina, Latinoamérica y otras partes del mundo. A su vez, en el mismo lugar, se recibirá a los y las casi quinientos periodistas que solicitaron su acreditación.
El primer día, a las 10, en el estadio Centenario del Club Sarmiento (Avenida Alvear 1977) se llevará adelante el acto de apertura. La Comisión Organizadora leerá el documento elaborado para el Encuentro de este año, señalando las injusticias y exigiendo políticas públicas integrales que aborden la problemática de género.
De 15 a 18, darán inicio los talleres. Este año se han incorporado a la grilla oficial dos nuevos (sobre activismos gordo y “Cultura de la violación”) por lo que serán 71 los espacios en los que las mujeres se reunirán a debatir y compartir experiencias. A estos se les sumarán talleres autoconvocados, que se replicarán en diferentes espacios de la ciudad, de acuerdo a la demanda y autogestión de las involucradas.
A las 18.30, partiendo de avenida Alberdi y peatonal Arturo Illia, se desplegará la Marcha Orgullosamente Torta, que culminará en un festival en la plaza Belgrano (French y avenida Paraguay). A la misma hora, proseguirán las actividades culturales en los distintos espacios de la ciudad.
Al día siguiente, el domingo 15 de octubre, de 9 a 12 y de 15 a 17, continuará el trabajo en los talleres. Y a las 18, será la concentración para la Marcha (avenidas Las Heras y Castelli), que mostrará la masividad y diversidad del Encuentro. Las actividades de ese día cerrarán a las 21.30 en el Parque de la Democracia, con una gran Peña.
El último día, el lunes 16 de octubre, en el estadio Centenario del Club Sarmiento (Avenida Alvear 1977), se llevará a cabo el acto de cierre del 32º Encuentro Nacional de Mujeres. Allí será elegida la próxima sede a la que Chaco pasará la posta para 2018.

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Foto: Lina Etchesuri para lavaca

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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