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Comisión de Diputados en Esquel: “La hipótesis más fuerte que investiga el juez es la desaparición forzada”

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La Comisión de Derechos Humanos del Congreso Nacional sesionó en Esquel, a 72 días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado. También se reunieron con el juez Gustavo Lleral, quien les aseguró que la principal hipótesis en la investigación apunta a Gendarmería y que decidió que los abogados de la fuerza nacional ya no tengan vista de la causa. Una comitiva de la Comisión visitó en prisión al lonko  Facundo Jones Huala y también escuchó a las querellas y a representantes de las comunidades mapuche, en una reunión abierta a la comunidad. Las primeras conclusiones de las y los representantes de todos los bloques parlamentarios fueron expresadas en un comunicado consensuado, que resalta la necesidad de que “las instituciones del Estado construyan un vínculo de confianza” con la comunidad mapuche y que la paz se alcanzará “con una  resolución definitiva sobre el tema de las tierras”. Las impresiones que dejó este viaje en las y los legisladores y la comunidad Pu Lof en Resistencia.

Comisión de Diputados en Esquel: “La hipótesis más fuerte que investiga el juez es la desaparición forzada”

La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación con el juez Gustavo Lleral


“Le pregunté al juez si la hipótesis principal era la de desaparición forzada y dijo que sí: esa es la hipótesis que ellos están investigando”, dijo a lavaca la diputada y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Nación, Victoria Donda (Libres del Sur), tras la reunión de los representantes de todos los bloques parlamentarios  con el juez Gustavo Lleral, que instruye la investigación por la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Precisó Donda: “La hipótesis del juez es que Santiago fue visto por última vez durante la represión de Gendarmería”.  La Comisión de DDHH sesionó en Esquel a 72 días de la desaparición forzada del joven de 28 años y recibió los testimonios de integrantes de la Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, de la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, de organismos de derechos humanos y también de Noelia, una amiga de Santiago, quien advirtió: “Caerán gendarmes, pero no los verdaderos responsables”.
De esta sesión extraordinaria de la Comisión participaron además de su presidenta, Victoria Donde, los diputados Daniel Lipovetzky (Cambiemos), Facundo Moyano y Horacio Alonso (Frente Renovador), Juan Carlos Giordano y Nathalia González Seligra (FIT), Silvia Horne (Movimiento Evita) y Santiago Igon, Walter Santillán y Oscar Martínez (FpV). Algunxs diputadxs visitaron al lonko Facundo Jones Huala en la Unidad 14 de Esquel, preso desde el 27 de junio a la espera de un juicio de extradición a Chile, causa por la que fue juzgado el año pasado.
Las primeras conclusiones de este viaje fueron sintetizadas en un comunicado consensuado por todos los legisladores que participaron:
“Los miembros de la comisión de Derechos Humanos aquí presentes queremos expresar la necesidad de construir un vínculo de confianza entre las distintas expresiones del Estado y la comunidad mapuche. Es la única manera de lograr el esclarecimiento sobre las circunstancias que lamentablemente terminaron con la desaparición de Santiago Maldonado, así como lo que permitirá arribar prontamente a una solución de fondo. No obstante, la síntesis de ese encuentro es que la resolución definitiva sobre el tema de la tierra es lo que va a traer paz a los sectores hoy en conflicto, comunidades que se encuentran desde hace tiempo en evidente vulneración de sus derechos humanos más básicos.”
Comisión de Diputados en Esquel: “La hipótesis más fuerte que investiga el juez es la desaparición forzada”

La reunión con el juez Lleral


Sobre la visita Soraya Maicoño, vocera de la comunidad Pu Lof en Resistencia, sintentizó en una entrevista realizada por Radio Kalewche: “La Comisión realizó dos hechos concretos y, en ese sentido, importantes. El primero, visitar en prisión al lonko Jones Huala, poniéndose al tanto de la persecución política hacia el pueblo mapuche en general y hacia él en particular. Nos pareció interesante e importante que lo hayan escuchado y hayan observado la situación. Y luego, en la reunión que se realizó después, también pudieron escuchar a todos los hermanos mapuche presentes, denunciando sus problemáticas, que para todos es la misma, y que plantearon la situación con claridad y con precisión. Duró casi tres horas, con gran cantidad de público. Ahora lo que esperamos es que no quede en la nada, sino seguir trabajando con compromiso. Creo que pudieron entender lo fundamental: a Santiago Maldonado lo desaparecieron en el contexto de un reclamo concreto, no sólo en cuanto al reclamo de la tierra, sino de la criminalización y judicialización de ese reclamo por nuestros derechos que el Estado incumple”.
Comisión de Diputados en Esquel: “La hipótesis más fuerte que investiga el juez es la desaparición forzada”
Victoria Donda (Libres del Sur): “El tipo penal de la desaparición forzada debe incluir a las y los funcionarios que por acción y omisión permiten que el delito se siga cometiendo”
¿Cuál es la importancia que la Comisión viajara y sesionara en Esquel?
Victoria Donda: Es importante haber tomado contacto con la comunidad. Los abogados defensores en la ciudad de Esquel tienen que ver que hay un respaldo político. Y, también, involucrarnos y esforzarnos para obtener una solución de fondo, que es la tenencia de la tierra. Eso también se está discutiendo: la desaparición de Santiago Maldonado y la detención de Facundo Jones Huala tienen que ver con la discusión sobre la propiedad de la tierra. Eso es lo que no resuelve el Estado: al dejar el problema latente, cada vez se va agravando más.
¿Cuál es el rol del Poder Legislativo, en tanto uno de los tres poderes del Estado, en el marco de una desaparición forzada en democracia?
Victoria Donda: Primero, evaluar si la legislación que tenemos hoy es acorde a las necesidades. La evidencia es que no. Hay que modificar el artículo N° 142 ter del Código Penal (el que tipifica la desaparición forzada de personas) para que el tipo penal incluya a los funcionarios que, por acción u omisión, permiten que se continúe cometiendo el delito de desaparición forzada. Eso fue lo que expuso en la sesión la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia. En segundo lugar, también, evaluar la importancia de contar con un protocolo de actuación para fijar cuáles son las acciones que tiene que llevar adelante el Estado ante un caso de desaparición forzada. Como no lo tenemos, cada actor termina haciendo lo que quiere.
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La reunión donde escucharon a las querellas y a representantes de diferentes comunidades mapuche.


Daniel Lipovetzky (Cambiemos) : “Estamos aquí para darle apoyo al nuevo juez y mayor seguridad a los testigos”
La diputada Donda contó que efectivos de civil siguieron a su comitiva hasta un bar y les sacaronn fotos. Consultado al respecto, el diputado de Cambiemos, Daniel Lipovetzky, dijo a lavaca: “Hay un clima de preocupación, y eso lo transmitieron las comunidades: desde hace mucho tiempo  hay cuestiones vinculadas a investigaciones e  inteligencia ilegal. Nos contaban que hay una causa donde están involucradas desde el año 2015 un agente de la AFI, dos miembros de la policía y dos fiscales. Es una causa que hay que seguir de cerca, porque es muy grave”.
¿Qué importancia tuvo para usted la sesión en Esquel?
Daniel Lipovetzky: Luego de la primera reunión que tuvimos después de la desaparición de Santiago, yo fui uno de los que dijo que me parecía importante reunirnos en Esquel para darle mayor seguridad a muchos testigos que tenían miedo de declarar. Pasó un tiempo y ahora estamos aquí para darle apoyo al nuevo juez: lamentablemente se perdieron muchos días valiosos con Otranto, que no estuvo a la altura de las circunstancias.
¿Qué evaluación hace de la reunión con el juez Lleral?
Daniel Lipovetzky: Muy medido con sus declaraciones porque no puede prejuzgar, por supuesto, pero sí dijo algunas cosas interesantes. Primero, le preguntamos cuál era el grado de apoyo que tenía de los diferentes poderes, sobre todo del Ejecutivo y las fuerzas de seguridad: dijo que absoluta. Nos dejó tranquilos con respecto a que los tres poderes están consustanciados con la aparición con vida de Santiago Maldonado. Y, por supuesto, que va a profundizar las hipótesis. En base a lo que investigó cree que hay algunas hipótesis que tienen más fortalezas que otras, y sobre esas va a tomar medidas más fuertes.
¿Qué hipótesis tiene más fortaleza que otras?
Daniel Lipovetzky: No lo dijo, pero creo que son las que tienen que ver con las cosas que van surgiendo: una de las posibilidades es que sea una posible intervención de algún miembro de Gendarmería. Otra que va a investigar: va a pedirle información a Chile sobre si hay posibilidad de que Santiago esté allí. También adelantó que va  profundizar la búsqueda de Santiago en los lugares donde posiblemente haya desaparecido, que es en el lugar del corte y del río.
Usted ¿qué evaluación hace del caso?
Daniel Lipovetzky: Hay que investigar todas las hipótesis, incluida la más alta calificación que se le ha puesto a la causa, que es la de desaparición forzada. Por supuesto, en lo personal, no coincido con esa calificación porque no creo que el Estado tomara una decisión de encubrir ni participar en la desaparición. Pero más allá de eso, cuando la Justicia investiga, tiene que investigar hasta la hipótesis más grave, en este caso la desaparición forzada, para ir descartando cualquiera de ellas hasta llegar a la verdad. Desde ahí, me parece que está bien encaminado todo lo que se está haciendo hoy desde la Justicia.
Ante una hipótesis de desaparición forzada, sí hay una participación del Estado: la Gendarmería es una fuerza nacional y quienes participaron son agentes del Estado.
Daniel Lipovetzky: Sí, pero no es una participación institucional orgánica. Todo esto tiene que probarse de manera fáctica, pero lo que yo creo que se va a terminar acreditando, si se certifica la intervención Gendarmería, es la de un miembro que pudo haber cometido un hecho ilícito. Y por ese hecho ilícito tiene que ser juzgado y, si se comprueba, condenado. En Argentina se terminó la impunidad de todo tipo: de los uniformados, de los sindicalistas mafiosos y de los funcionarios corruptos. En ese marco, si hubo un miembro de Gendarmería que cometió un delito tiene que ser juzgado y condenado, pero eso no significa que haya habido una voluntad orgánica de participar en esta desaparición.
El Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU sí puntualizó en el accionar posterior del Estado, en particular sobre el Ministerio de Seguridad, y manifestó su alta preocupación. Un ejemplo: aseguró que el Ministerio introdujo falsas hipótesis dentro del expediente.
Daniel Lipovetzky: El Comité tiene que expresar su preocupación, es lógico. Por eso también como Comisión de Derechos Humanos estamos acá. Habrán hecho algunas consignaciones que le generan preocupación. No tengo tan claro que haya cuestiones en el expediente que hayan sido implantadas desde el Ministerio de Seguridad. De todas maneras, lo que luego hay que hacer es una evaluación, tanto jurídica y política, para ver qué pasó. Pero esa es una evaluación que hay que hacer una vez que se determine qué pasó con Santiago Maldonado.
La propia ministra de Seguridad ubicó a su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, en el lugar de los hechos que culminaron con la desaparición de Maldonado. Él también lo reconoció en diversas entrevistas e incluso Gendarmería confirmó en documentos internos que estuvo coordinando las acciones en la Patagonia.
Daniel Lipovetzky: Él vino a una reunión vinculada con la seguridad regional en Bariloche, luego se trasladó a Esquel, pero no por el proceso de desalojo del 1 de agosto que hubo en el corte. Pareciera que ese argumento tiene sentido teniendo en cuenta que si bien era una orden dada por el juez, no parecía tan importante como para que el jefe de Gabinete de la ministra de Seguridad esté acá. De todas maneras, otro miembro de la Comisión le preguntó al juez sobre esto: dijo que lo va a investigar, no en esta causa, sino en la de desaparición forzada. Ahí es donde deberá determinarse si tuvo o no algún tipo de participación. Está bien que haya una hipótesis a investigar: la causa por desaparición forzada tendrá que seguir esta línea.
¿Qué evaluación hace del accionar de la ministra Bullrich?
Daniel Lipovetzky: Hoy le pregunté al juez sobre qué grado de apoyo tenía del Estado y dijo que tenía apoyo absoluto. Y en ese punto es una buena evaluación de lo que está haciendo la ministra hoy, apoyando la investigación judicial. Después – y esperemos que Santiago aparezca con vida y se sepa lo que pasó-, hay evaluaciones que tendrá que hacer el propio Presidente, no ahora sino con la investigación judicial resuelta. Por supuesto que pudo haber habido alguna declaración mejor que otra, pero en general uno tiene que evaluar lo que hizo: sumarios a los gendarmes y poner a disposición de la Justicia el Ministerio. Todo lo otro son evaluaciones políticas que tendrá que hacer el Presidente.
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La sesión de la Comisión en Esquel


Nathalia González (FIT): “Le preguntamos al juez por el rol de Noceti”
“Vinimos con muchas expectativas de poder hablar con las comunidades. Es difícil conocer la realidad que viven sin venir al territorio”, dijo a lavaca la diputada Nathalia González, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). “Por otro lado, la expectativa era también política: queríamos poder impactar en la región y poder generar un hecho político para conmover al Poder Judicial y al poder político. Eso significaba, también, darle fortaleza a la comunidad para avanzar en encontrar la verdad en la investigación de la desaparición de Maldonado y determinar la responsabilidad de los efectivos de Gendarmería, de los máximos responsables de esa fuerza y de los responsables políticos. Hablando con los vecinos aquí en Esquel la desaparición es una cuestión que a todos angustia, preocupa: han recibido la visita de innumerable cantidad de fuerzas. Es muy intimidatorio y, lo que notamos, es una situación de alerta permanente”.
La diputada González subrayó la dificultad que contó la Comisión para trasladarse a Esquel. “No contábamos con el aval institucional, pero vinimos. Fue gratificante: estuvimos con los organismos que desde el día 1 han denunciado toda la situación de represión y lo que ocurrió con Santiago. También hablaron decenas de referentes de las comunidades de las zonas: no sólo plantearon la urgencia por la aparición con vida de Santiago, sino también las denuncias por el hostigamiento brutal que sufren, incluso estos días. Hubo testimonios de referentes de la comunidad Vuelta del Río, a quienes les quemaron las viviendas después de denunciar el allanamiento del 18 de septiembre. Viven una situación de amedrentamiento y faltas de garantías permanente”.
¿Le comunicaron ese amedrentamiento al juez Lleral?
Nathalia González: Es una cuestión preocupante que le llevamos. Lamentablemente no nos dio respuesta. Preguntamos qué medidas iba a tomar para garantizar la integridad tanto de los testigos como de la familia de Santiago. El juez planteó que él mismo considera que no tiene todas las garantías, que no las puede dar y que está tratando de instruirse en la causa. Es un sabor amargo: no planteaba herramientas para que la comunidad se sienta protegida y poder seguir denunciando. Dijo que tendió un diálogo con la comunidad: él mismo dijo que tenía que hacer toda una serie de maniobras para llegar sin las fuerzas de seguridad, lo que habla de la militarización de la zona. También le preguntamos si tenía una línea de investigación alrededor del principal responsable del operativo donde desaparece Santiago, que es Noceti: se reservó a contestarme. Lo que sí hay que rescatar es que dio lugar a una demanda concreta de la familia: apartó a Gendarmería del acceso de la causa. El juez accedió a ese planteo.
¿Qué dijo sobre la hipótesis de desaparición forzada?
Nathalia González: Se lo preguntamos explícitamente: dijo que desde el día en que asumió la causa hasta el momento no tiene probatoria de otra hipótesis.
Comisión de Diputados en Esquel: “La hipótesis más fuerte que investiga el juez es la desaparición forzada”

Expone ante la Comisión Julio Saquero de la APDH. en la mesa, la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia.


Silvia Horne (Movimiento Evita): “El conflicto que subyace todo es el problema de la tierra de las comunidades originarias”.
“Pudimos oír los testimonios y el conflicto que subyace y atraviesa todo: el problema de la tierra de las comunidades originarias”, dijo a lavaca Silvia Horne, diputada por Río Negro del Movimiento Evita. “También pudimos reunirnos con el juez, a quien le transmitimos algunas de las preocupaciones que recogimos el día anterior, sobre todo la situación de temor que hay en la población por el nivel de militarización que tiene la zona. Nuestra preocupación era la presencia de Gendarmería en la investigación, pero aclaró que resolvió que no interviniera más ni tomara vista en el expediente. También hicimos hincapié en investigar las comunicaciones del jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, y de la ministra Bullrich, ya que está absolutamente constatado la presencia de Noceti en el lugar, confirmada no sólo por él sino por el ministro de Gobierno de Chubut, Pablo Durán, en su interpelación en la Legislatura”.
Horne dejó en claro que el juez Lleral debe actuar de “forma independiente”. Y agregó: “Nos confirmó que la hipótesis principal es que Santiago Maldonado fue visto con vida por última vez en el operativo que hizo Gendarmería en la zona”.
La diputada fue una de las que visitó al lonko Jones Huala en la Unidad 14. “Nos queda la preocupación de que no corresponde que esté sometido por segunda vez al mismo proceso. Tampoco creemos que corresponda la extradición”.
Horne resaltó que la Comisión estuvo “muy completa”, ya que contó con los bloques con representación en el Congreso. “Estamos muy conformes con haber ido. La comunidad de Esquel también esperaba una respuesta, un espacio donde poder expresarse. Es muy grave que a muchos años de recuperada la democracia hoy estemos viendo estos hechos con una persona desaparecida en un operativo de seguridad. Y ocultando el conflicto de tierras. Argentina tiene una deuda constitucional, ya que el Estado asumió el reconocimiento a la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios, mientras que el Código Civil reconoce los títulos comunitarios”.
Comisión de Diputados en Esquel: “La hipótesis más fuerte que investiga el juez es la desaparición forzada”

La sesión de la Comisión de Derechos Humanos fue pública.


 

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

Un abrazo contra la motosierra

Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

Un abrazo contra la motosierra

La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

Un abrazo contra la motosierra

Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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Nota

Gabriel García Márquez: periodismo, ambiente, el nudo de la soledad, y las victorias sobre la muerte

Gabriel García Márquez había abierto mis ojos, neuronas y corazón sin proponérselo con sus libros y sus artículos, pero cuando por una carambola yo estaba por cumplir una especie de sueño despabilado, el de poder entrevistarlo ahí, en Cartagena de Indias, hace exactamente 30 años, me dijo: -No estoy aceptando entrevistas, porque debo escribir. Pero además, me duele una muela.

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Una muela, zapatos blancos y un charco. Un edificio llamado Máquina de escribir. Flores amarillas frente al mar, un dibujo de puño y letra. Lo narco las drogas. Su paso por Buenos Aires y la señora que venía de la verdulería. La memoria, lo real, las mujeres, el ambiente, el fin de la humanidad. El Nobel, los diluvios, las pestes, las guerras eternas. Las respuestas de la vida frente a los sordos poderes de la muerte. La cordialidad, la generosidad, el humor. Hace diez años murió Gabriel García Márquez, dicen. Lavaca publicó esta nota -estos recuerdos- aquel día, cuando se conoció la última noticia sobre ese escritor que nunca dejó de sentirse cronista, y decía que el periodismo es el mejor oficio del mundo.

Texto: Sergio Ciancaglini, lavaca.org
El señor Gabriel García Márquez había abierto mis ojos, neuronas y corazón sin proponérselo con sus libros y sus artículos, pero cuando por una carambola yo estaba por cumplir una especie de sueño despabilado, el de poder entrevistarlo ahí, en Cartagena de Indias, hace exactamente 30 años, me dijo:
-No estoy aceptando entrevistas, porque debo escribir. Pero además, me duele una muela.

Yo sabía que García Márquez había rechazado contactos con un enviado de Times, con periodistas de la televisión japonesa, y con suecos indescifrables. Un humilde cronista argentino quedaba naturalmente fuera de juego. Le respondí que lo compadecía, y que frente a un dolor de muelas no había argumento, clemencia, ni ruego que esgrimir de mi parte. Cuando me estaba despidiendo desolado, me detuvo:
-Pero a las 3 de la tarde puede ser. Voy antes al dentista, a ver si lo soluciona.
Esa historia revolotea en mi cabeza desde hoy, cuando estaba con Osvaldo Bayer grabando el programa de radio Decí Mu, y nos interrumpió el teléfono. Osvaldo atendió, dio media vuelta, anunció: “Murió García Márquez”, y me dejó alborotados los ojos, las neuronas y el corazón.
Revolotea la historia porque aquella tarde me encontré con un escritor que cambió la historia de la literatura, que había ganado el Nobel, pero que fue capaz de decirme: “Todo eso está muy bien, pero yo me siento periodista”. Quisiera contar lo que aún no he olvidado de aquel encuentro para mí inolvidable.
García Márquez volvió efectivamente a las 3 de la tarde, bajó de su Mercedes, y miró preocupado el charco oceánico que un aguacero de Cartagena de Indias, Colombia, le había instalado en la playa de estacionamiento. Llevaba zapatos blancos, pantalones blancos y guayabera blanca, como cantante de sábado televisivo. Cruzó el charco apoyándose en los tacos. Al llegar a la otra orilla nos dijo “pasen por favor” a mí y al fotógrafo, enviados por una de las autodenominadas “revistas de actualidad” a cubrir las noticias sobre un asunto entonces llamativo, letal para los colombianos e incomprensible para nosotros: el narcotráfico.
No existían los celulares ni Internet, o sea que todo esto se ubica en la prehistoria de 1984, con la carambola de estar en el charco correcto, y de que un dentista providencial había rescatado del dolor a su paciente. García Márquez nos hizo subir. El edificio tenía balcones escalonados hacia la playa: lo llamaban Máquina de escribir. El departamento tenía dos ambientes, con vista al mar, una verdadera máquina de escribir (¿Olivetti, Remington, dónde estará la revista donde publiqué la nota?). El escritorio miraba al mar. Y había flores amarillas que siempre conviene tener a mano, explicó, para ahuyentar a la mala suerte.
Me planteó que no aceptaba hablar si lo grababa o si tomaba notas. Me dijo algo más o menos así: “No me gustan los grabadores, prefiero que conversemos con libertad, y que todo dependa de tu atención. Luego tú escribirás lo que te parezca, y eso es un beneficio para mí: los periodistas me mejoran. La memoria mejora a la realidad”.

Gabo en Argentina
La publicación original de Cien años de soledad ocurrió en Argentina gracias a una editorial llamada Sudamericana, que ya no existe. Fue en mayo de 1967, plena dictadura de Juan Carlos Onganía, y el lanzamiento fue acompañado por una entrevista realizada por Ernesto Schóo, editada por Tomás Eloy Martínez y publicada en tapa por la revista Primera Plana que dirigía Jacobo Timerman.
García Márquez me contó que el éxito del libro fue inmediato. “Ahí, en Buenos Aires, empezó todo”, me dijo. Sudamericana había dispuesto editar 5.000 ejemplares, lo que para Gabo era un despropósito y el augurio de un fracaso para el libro de un desconocido escritor colombiano. Pero esa primera edición se vendió en 15 días, y la segunda fue de 10.000 ejemplares. En junio Gabo llegó a Buenos Aires. Me contó que viajó con Mercedes Barcha, su esposa: “Estábamos en un café y vimos pasar a una mujer que llevaba la bolsa de sus compras, con lechugas y tomates y Cien años de soledad”. La pareja fue al Instituto Di Tella a ver una obra de Griselda Gambaro, y el público los ovacionó de pie. Mientras él me lo contaba, todavía asombrado, yo recordaba que eran tiempos de The Beatles, revolución cubana, hippies, peronismo clandestino, rebeliones nacientes y todos los embriones de cambio, desventuras y utopías que se desplegarían en los años siguientes.
Cien años de soledad fue el libro de la época, y de varias generaciones. Tengo las dos ediciones que mis padres compraron para poder leerlo en simultáneo. Macondo era una patria. Entre la feria y la intelectualidad, miles de libros seguían vendiéndose y además se exportaban. El éxito se contagió en Europa, esto avivó el interés por otros autores (Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa) y estalló el llamado boom de la literatura latinoamericana. “Buenos Aires fue generosa conmigo. Nunca volví. No sé por qué. Tal vez por una superstición: a un lugar donde todo fue tan perfecto, quizás convenga no volver” me dijo, o creo que me dijo, mirando el Caribe.

Periodismo, droga y entusiasmo
Aquel día de 1984 García Márquez me contó una novela que estaba intentando escribir. No tenía título. Al año siguiente la reconocí ya publicada: me había anticipado El amor en los tiempos del cólera. Pero me dijo que pese a todo se seguía sintiendo fundamentalmente un periodista. “Escribo literatura como periodismo, con método. Todos los días intento tener dos páginas listas” me dijo sobre algo que hoy habría que traducir a unos 5.000 caracteres. “Tienen que estar impecables, sin tachaduras. Y tengo un truco: siempre dejo escrito el comienzo de lo que pienso escribir al día siguiente, para que me resulte más fácil comenzar”. Pero varias veces explicó esa idea de no diferenciar ambos oficios. “La crónica es como un cuento o una novela sobre algo real”. Algo más: “Tanto en la literatura como en el periodismo hay que ganarse al lector, capturarle el interés para que se quede leyendo”.
Planteó una teoría sobre las redacciones de periódicos y revistas: para él están puestas de cabeza, invertidas. El staff de las publicaciones ubica en el rol principal a directores y jefes que engordan junto a un escritorio y editorialistas que monologan desde su propia jaula.
“Pero ese esquema debería ser exactamente a la inversa. Los cronistas son quienes cumplen la labor principal porque son los que están afuera, donde las cosas ocurren”. En vista del contexto colombiano le pregunté si alguna vez se había drogado para escribir y me contestó: “No me hace falta. Yo nací drogado”.
Un detalle: fue la única vez en mi vida que pedí un autógrafo. En Cartagena sólo conseguí un ejemplar de El coronel no tiene quien le escriba. Le expliqué que no era para mí sino para mi novia. “¿Se llama la señorita?” Se lo dije. Dibujó un tallo, cinco pétalos, y escribió: “Para Claudia, con una flor. Gabo 84”.

Gabriel García Márquez: periodismo, ambiente, el nudo de la soledad, y las victorias sobre la muerte

Aquel día, además, me regaló los seis tomos de su obra periodística, publicados por la editorial Oveja Negra. Y organizó todo para que, una vez en Bogotá, un auto con su chofer fuera a buscarnos al hotel para llevarnos al aeropuerto. “Así van más tranquilos” dijo, y nunca supe si se le había cruzado alguna sombra para disponer ese viaje. Nunca pude evitar recordarlo como una persona amable, entusiasta, alegre, generosa.
Con el tiempo entendí que esa cordialidad, ese entusiasmo, ese interés por el otro, era un modo ético y hasta político de pararse frente a la vida.

Ideas
En sus obras periodísticas pude leer las primeras crónicas que publicó en El Universal, de mayo de 1948, cuando era un chiquilín de 21 años. La primera celebra que se suspendió el toque de queda militar, al que define como símbolo de una decadencia. “Con este mundo materializado donde los peces de colores tienen que abrirle agua a los submarinos, con esta civilización de pólvora y clarines, ¿cómo se nos puede pedir que seamos hombres de buena voluntad?” y plantea que quizás ahora la gente pueda ir a dormir mansamente “antes de que los relojes doblen la esquina de la medianoche”. Luego escribe sobre indios, negras, retratos de la ciudad y de la época. Escribió sobre cine, sobre deportes, sobre todo. La pasión por conocer y por contar lo que el mundo estaba desplegando ante sus ojos.
A fines de los 50 García Márquez participó en Cuba con los argentinos Jorge Massetti, Rodolfo Walsh y Rogelio García Lupo en los primeros pasos de Prensa Latina, idea que puso en marcha Ernesto Guevara, hasta que el lado soviético de la vida isleña desplazó a este elenco por otro más dócil.
García Márquez nunca perdió la afinidad con el propio Fidel Castro. El director argentino Eduardo Mignogna contaba que cierta vez, invitado a La Habana, estaba comiendo con García Márquez cuando el propio Fidel cayó de improviso y comenzó a hablar con sabiduría de crítico sobre la historia del cine argentino, mientras Gabo se quedaba irremediablemente dormido en un rincón. Pero más allá del sueño o de los discursos de Fidel, García Márquez se plantó en defensa de Cuba como una cuestión cultural y estratégica frente a los Estados Unidos y la densa idea de controlar vida y obra del resto del continente.

Las ventajas de la vida
Cuando me contó la noticia, le pregunté al propio Osvaldo Bayer sobre Gabo: “Tenía mi edad, pero yo aprendí de él. Es el mejor escritor que ha tenido Latinoamérica. Aprendí con él a amar la literatura, ver las cosas que se pueden hacer y crear. Para mí fue un hombre que luchó por la libertad, o sea un libertario, y cumplió la misión que tiene un intelectual: escribir para todos, para mejorar la sociedad, y para seguir soñando”.
De todas las ideas y escritos de Gabo, frecuentemente abominados por las academias, no resulta demasiado conocida su exposición al recibir el Nobel de Literatura en 1982, llamado La soledad de América Latina, que resulta un manifiesto por la descolonialidad, para usar términos actuales. “La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia” dijo ante la academia sueca. Repasa los golpes de Estado, crímenes y matanzas ocurridos en el continente. “Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad”.
Al recibir el Nobel de Literatura, García Márquez hacía periodismo sobre la realidad del continente, incluyendo la situación argentina: “Ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto, 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi 120 mil, que es como si hoy no se supiera donde están todos los habitantes de la cuidad de Upsala. Numerosas mujeres encintas fueron arrestadas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aun se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 muertes violentas en cuatro años”.
Otro concepto: “La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”.
Y otro: “Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte”.
Se preguntó por qué le habrían dado a él semejante distinción, y postuló que se trató de un homenaje a la poesía: “En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte”.

Mujeres, aborto y ambiente
Cuando le preguntaron sobre las prioridades de la humanidad para las próximas décadas, propuso que las mujeres asuman el manejo del mundo. “Alguien dijo: ‘si los hombres pudieran embarazarse, el aborto sería casi un sacramento’. Ese aforismo genial revela toda una moral, y es esa moral lo que tenemos que invertir. Sería, por primera vez en la historia, una mutación esencial del género humano, que haga prevalecer el sentido común –que los hombres hemos menospreciado y ridiculizado con el nombre de intuición femenina- sobre la razón –que es el comodín con que los hombres hemos legitimado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables”.
Y luego plantea: “La humanidad está condenada a desaparecer en el siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo por su incapacidad de sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso la inversión de poderes es de vida o muerte”.
Son solo ideas sueltas para pensar, discutir, y leer, ahora que el reloj dobló no sé qué esquina, tras la malparida noticia sobre la muerte de Gabriel José de la Concordia García Márquez, hace unas cuantas horas de soledad.  

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