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Carta Abierta de periodistas y comunicadoras por #AbortoLegalYA

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264 periodistas, comunicadoras y trabajadoras de prensa ya sumaron su firma a la Carta Abierta a diputadas y diputados para que voten el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Ente ellas están Magdalena, María Laura Santillán, Mónica Gutiérrez.
Por primera vez y en un hecho histórico, periodistas de todos los medios se unen en el reclamo de Aborto Legal. La formalización de la firma se realizará el lunes 7 a las 15 en Mu (Riobamba 143). A esa hora está convocada la realización de la foto colectiva que simbolizará este pedido a las y los diputados.
Las 264 periodistas que ya expresaron su adhesión convocan así a sumarse el lunes 7 a todas las colegas para aunar fuerzas al grito colectivo de #AbortoLegalYA
¡Las esperamos!
Este es texto de la Carta Abierta y el listado completo de las firmas:

Carta Abierta de Periodistas y Comunicadoras a diputadas y diputados de la Nación:

Nosotras, periodistas y comunicadoras argentinas, escribimos esta Carta Abierta con la esperanza de ser escuchadas. Tal como cada dos años lo hacen ustedes, esta vez nosotras les pedimos su voto.
Les pedimos su voto para terminar con la muerte, la cárcel y el silencio.
Porque estamos a favor de todas las vidas, también de las de aquellas mujeres y personas con capacidad de gestar que arriesgan sus cuerpos en manos de un negocio siniestro y clandestino. Porque estamos a favor de todos los derechos: del derecho a decidir sobre el propio cuerpo y del derecho a la vida. Por todo eso, estamos a favor de que el aborto sea legalizado. 
 
Les pedimos que voten el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito porque estamos convencidas de que el aborto legal –acompañado de políticas públicas de educación, prevención y contención para evitar el embarazo involuntario- nos convertirá en una sociedad más justa, más moderna y definitivamente menos hipócrita. Se los pedimos también para que honren el sistema representativo que simboliza, justamente, el derecho a elegir. Les pedimos su voto, finalmente, porque tenemos fe en la democracia.
 
Llegó la hora. Hagan historia y salden su deuda con las mujeres.
 
 
 

  1. Magdalena Ruiz Guiñazú
  2. María Laura Santillán
  3. Liliana López Foresi
  4. Mónica Gutiérrez
  5. Maju Lozano
  6. María O’Donnell
  7. Nancy Pazos
  8. Ana Torrejón
  9. Silvia Martínez
  10. Natasha Niebieskikwiat
  11. Miriam Lewin
  12. Débora Plager
  13. Mariel Fitz Patrick
  14. Silvia Naishtat
  15. Josefina Licitra
  16. Soledad Barruti
  17. Lorena Maciel
  18. Olga Wornat
  19. Teresa Pacitti
  20. Claudia Acuña
  21. Silvia Mercado
  22. Romina Manguel
  23. Soledad Vallejos
  24. Hinde Pomeraniec
  25. Marcela Ojeda
  26. Valeria Sampedro
  27. Ingrid Beck
  28. Nora Veiras
  29. Natalia Vinelli
  30. Ailin Bullentini
  31. Valeria Gantman
  32. Julia Izumi
  33. Liliana Franco
  34. Any Ventura
  35. Adriana Meyer
  36. Florencia Halfon Laksman
  37. Teresa Napolillo
  38. Cata Bonadeo
  39. María Julia Mastromarino
  40. Anabella Messina
  41. Sonia Lifschitz
  42. Sofía Barruti
  43. Florencia Etcheves
  44. Camila Barral
  45. Bárbara Pereira Corvalán
  46. Laura Yanella
  47. Florencia Monfort
  48. Carolina Arenes
  49. Carla Rebello
  50. Mercedes López San Miguel
  51. Anabella Arrascaeta
  52. Cecilia Fumagalli
  53. Irina Hauser
  54. Deborah Lapidus
  55. Gabriela Cerioli
  56. Dolores Curia
  57. Tatiana Schapiro
  58. Ana Correa
  59. Silvia Itkin
  60. Victoria Ginzberg
  61. Mariana Iglesias
  62. Mariane Pécora
  63. Julieta Roffo
  64. Alejandra Peñalva
  65. Fiorella Sargenti
  66. Sabrina Roth
  67. Debora D’Amato
  68. Dora Becher
  69. Mariana Mactas
  70. Natalia Carcavallo
  71. Patricia Valli
  72. Claudia Pasquini
  73. Julia Pomiés
  74. Emilia Delfino
  75. Virginia Trombetta
  76. Ximena Pascutti
  77. Clara Uranga
  78. Gisela Busaniche
  79. Florencia Scarpatti
  80. Valeria Shapira
  81. María del Carmen Varela
  82. Sofía Benavides
  83. Patricia Surano
  84. Fernanda Nicolini
  85. Fernanda Kobelinsky
  86. Lucía Aita
  87. Nadia Fernández
  88. Florencia Coll
  89. Estafanía Cámera Da Boa
  90. Sibila Camps
  91. Nadia Fernández
  92. Paula Marussich
  93. Silvina Martínez Porta
  94. Romina Mohr
  95. Anabelia Cerezo
  96. Lucila Trujillo
  97. Mercedes Mora
  98. Stella Maris Campos
  99. Laura Efron
  100. María Guadalupe Rodríguez
  101. Adriana Bruno
  102. Laura Durán
  103. Marta Del Pino
  104. Catalina De Elía
  105. Eliana Braier
  106. Claudia Marengo
  107. Gaby Grosso
  108. Carola Birgin
  109. Clara Roucco
  110. Sandra Acosta
  111. Cecilia Fogliatti
  112. Sol Lopatin
  113. Agustina Larrea
  114. Julieta Egul
  115. Carolina Muzzi
  116. Fabiana Fondevilla
  117. Ana Laura Pérez
  118. Mercedes Funes
  119. Marina Abiuso
  120. Gabriela Pepe
  121. Natalia Gelós
  122. Paula Rodríguez
  123. Laura Cukierman
  124. Noelia Barral Grigera
  125. Juli Schulkin
  126. Mayra García
  127. Paula Bistagnino
  128. Julieta Tarrés
  129. Virginia Porcella
  130. Maru Rafaelli
  131. Lulu Benegas
  132. Rocío Olivera
  133. Flor Bidabehere
  134. Zelmira Kroselj
  135. Agostina Maggiani
  136. Verónica Rubi
  137. Emilse Pizarro
  138. Cecilia Boufflet
  139. Valeria Sorin
  140. Gaby Tijman
  141. Celeste Nasimbera
  142. Cecilia Conde
  143. Natalia Páez
  144. Victoria de Masi
  145. Einat Rozenwasser
  146. Paulina Cossi
  147. Carolina Salvini
  148. Karina Micheletto
  149. Natalia Zuazo
  150. Gabriela Navarra
  151. Irene Haimovichi
  152. Ana Espinoza
  153. Marta Salinas
  154. Alicia Lipovetzky
  155. Florencia Ure
  156. Silvina Rouvier
  157. Daniela Yaccar
  158. Sofía Zoffoli
  159. Belén Croce
  160. Vanesa Spaccavento
  161. Belén Lescano
  162. Laura Palau
  163. Tatiana Scorciapino
  164. Maia Romano
  165. Grabriela Krause
  166. Rocío Rodríguez
  167. Julieta Sanow
  168. Ferni Moreno
  169. Lola Monteiro
  170. Amelia Álvarez
  171. Clara Sirvén
  172. Soledad Itria
  173. Eugenia Zicavo
  174. María del Pilar Ayuso
  175. Luz de Sousa Quintas
  176. Sofía Bustamante
  177. Ana Clara Pedotti
  178. Maricel Spini
  179. Elizabeth Peger
  180. Marina Giacometti
  181. Belén Papa Orfano
  182. Florencia Lendoiro
  183. Graciela Moreno
  184. Cecilia Camarano
  185. Belén Escobar
  186. Gabriela Oprandi
  187. Laura Yawien
  188. Paula Boente
  189. Paula Etchegoyen
  190. Mariel Fuentes
  191. India Molina
  192. Mariana Percovich
  193. Clara Loustaunau
  194. Fabiana López
  195. Julieta Abusier
  196. Nuria Rebón
  197. Gabriela Vulcano
  198. Paula López
  199. Soledad Navarro
  200. Adriana Lazzeretti
  201. Florencia Maccione
  202. Melina Manfredi
  203. Micaela Levitt
  204. Maria José Vitale
  205. María Emilia Rebollo
  206. Eugenia Baliño
  207. Marianela Insúa Escalante
  208. Marina Caldarelli
  209. Cecilia Díaz
  210. María Boccanera
  211. María Iglesia
  212. Belén Fernández
  213. Guadalupe Rivero
  214. Bibiana Ricciardi
  215. Estela Nesci
  216. Ivana Szerman
  217. Cecilia Delatorre
  218. Maria Zentner
  219. Julieta Habif
  220. Maia Ciavatta
  221. Belén Andreozzi
  222. Andrea Vulcano
  223. Ana Papadópulos
  224. Mariana Roveta
  225. Gabriela Bruzos
  226. Andrea Basconi
  227. Paola Florio
  228. Pía Shaw
  229. Mercedes Barradas
  230. Cecilia Labate
  231. Julia Alperowicz
  232. Ronith Gitelman
  233. Nadia Koziner
  234. Norma Loto
  235. Laura Santos
  236. Liliana Podestá
  237. Martina Rúa
  238. Flavia Pittella
  239. Virginia Quiroga
  240. Mariana Rolleri
  241. Guadalupe Carril
  242. Cecilia Toledo 
  243. Cristina Galasso
  244. Andrea Recúpero
  245. Agustina Conte
  246. Mariana Stizza
  247. Sofía Rey
  248. Candela Crevatini
  249. Alejandra Páez Triviño
  250. Guillermina Riva Carretti
  251. María de los Ángeles Alemandi
  252. Marcela Repossi
  253. Celina Abud
  254. Romina Coluccio
  255. Inés Marquevich
  256. Liliana Belforte
  257. Belén Tenaglia
  258. Daniela Morán
  259. Rocío Insaurralde
  260. Jessica Fabaro
  261. Débora Ruiz
  262. Mariana Leiva
  263. Paula Galloni
  264. Marianne Peccora

…y siguen las firmas…

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Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

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Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.

Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.

Por Sergio Ciancaglini

A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas. Foto: lavaca.org

Sonrisas junto al paraíso

Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
 

Madre de la bombacha roja

Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
 
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
 
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
 
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
 

El día que se distanciaron

Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
  

La hora del secreto

Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
 
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
 
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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