Nota
Cómo informar mal
«Informar es dar una base para elegir, esto es, una creencia en la mayor eficiencia de una elección comparada con otra. De ahí que la información modifica las probabilidades objetivas de elección», asegura el teórico Felicísimo Valbuena en este ensayo sobre la práctica periodística. Centrado exclusivamente en la ejercicio cotidiano del oficio y citando numerosos estudios realizados, Valbuena identifica culpas, algunas de las cuales se citan a continuación:
Los periodistas cuando informan sobre hechos relevantes de la vida económica que tendrá repercusiones en la vida cotidiana de sus lectores:
– Muestran un interés elitista por una audiencia específica que ya sabe mucho sobre el tema y que tiene el poder de decisión. De ahí el estilo para iniciados, que exige leer entre líneas, propio de muchos escritos periodísticos.
– Confunden palabras con hechos. Recordemos que dos ilusiones que Freud identificó fueron la omnipotencia de los propios pensamientos y la de los propios encantos. Hay periodistas que confunden informar o educar a la audiencia de los mass media con informarles sobre cómo hacer algo con las actitudes e información que ya tienen. Domina la función expresiva sobre la función apelativa, los gestos más que los resultados prácticos. Dicho de otro modo, los periodistas están más interesados en ellos mismos que en la audiencia.
-Unos periodistas recogen noticias (recolectores) ; los otros tienen el poder de decidir (procesadores) y lo que hacen, a menudo, es suprimir, dejar sin contexto las noticias y dejar así al público sin una orientación precisa.
– (Un estudio realizado sobre uno de los grandes medios ingleses estableció que ) tanto los recolectores como los procesadores sólo eran -entonces- el 11,5% del total del personal. El resto -técnicos, la dirección financiera y otras de un gran periódico- desarrollan trabajos rutinarios. Ahí podemos encontrar una pista de por qué puede desaparecer la información en los periódicos, sobre todo cuando puede perjudicar a los intereses económicos.
– Después de estudiar la cobertura que nueve organizaciones de medios daban a ocho importantes temas sobre negocios, encontraron que las informaciones sirven para obstaculizar, más que facilitar, que los ciudadanos participen en el proceso de legislar. Raramente alertaron al público sobre lo que estaba en juego cuando de una votación se trataba; nunca describieron la posición de un político local sobre el asunto; cubrían el hecho los periódicos de élite, no los locales, aunque no daban instrucción. Cubrieron los ocho asuntos superficialmente, a pesar de que todos eran de gran importancia. Tampoco es que se arrodillasen ante las compañías, difundiendo lo que las Relaciones Públicas les entregaban. Éstas podían escoger un camino más sutil: como los «lobbies» o grupos de presión operan junto a los legisladores y éstos tratan con los periodistas, aquéllos podían ser muy efectivos, pasando información interesada a los periodistas que estaban cubriendo los hechos.
– Lo que está en juego cuando hablamos de informar es el poder. No sólo el que los directivos tienen sobre los periodistas a la hora de decidir qué publicar o qué tirar al clásico cesto de los papeles. También está en juego el poder de las audiencias. Si los públicos reciben instrucción a diario, sentirán que controlan cada vez más su ambiente, el miedo no se apoderará de ellos y las Instituciones tendrán cada vez más respaldo.
A continuación, el ensayo completo:
LA PRESION DE LA VIDA COTIDIANA SOBRE EL CONCEPTO DE INFORMACIÓN PERIODISTICA
Felicísimo Valbuena
1.Introducción: ¿Riqueza terminológica o maleza terminológica?
2.¿Por qué multiplicar los entes sin necesidad?
3.Periodistas, medios de comunicación, instrucción
4.Hacia los cuatro tipos (con variaciones) de periodistas
5.¿Por qué los periodistas no instruyen en algunas ocasiones?
6.Las posibilidades de instrucción en la vida cotidiana
7.Conclusión
1. INTRODUCCIÓN: ¿RIQUEZA TERMINOLÓGICA O MALEZA TERMINOLÓGICA?
Quiero reflexionar sobre unos hechos que están conformando una manera distinta de ver la información periodística. Tendría que referirme primero a los periodistas y después a los investigadores, pero me veo obligado a comenzar por estos últimos para clarificar los conceptos entre los que voy a moverme en este trabajo. A un creciente número de autores les gusta hacerse un nombre creando términos que otros no hayan empleado antes. Que esos nuevos términos representen las mismas realidades que las de otros autores, parece importarles muy poco. Así es como tal estado de cosas ha originado uno de los grandes problemas que tenemos en las Ciencias de la Información y de la Comunicación. Me atrevo a decir que, antes de abordar cualquier asunto, deberíamos examinar el edificio conceptual por si la decoración no permite ver bien los elementos (científicos) sustentantes y sostenidos. No voy a remontarme al intento de Otto NEURATH por crear una jerga universal y una ciencia unificada en 1944 [[1]. Hace casi veinte años, Raymond C. SMITH observó lo que pasaba en nuestro campo, ofreció soluciones -aprovechando, ya entonces, los ordenadores-, pero se jubiló y ya sabemos lo que ocurre a ciertos proyectos cuando se retira la persona que los impulsa. «El primer paso para desarrollar cualquier ciencia es, en gran medida, taxonómico. Aislar, diferenciar y definir conceptos. Después de resolver los problemas taxonómicos, podemos diseñar experimentalmente, controlar la variable, manipular y predecir …» «El problema ha sido especialmente agudo en las ciencias de la comunicación donde cada investigador inventa y define su propio conjunto de variables. La dificultad de los resultados ha impedido acumular evidencia necesaria para establecer conductas según leyes. Hasta no resolver la dificultad taxonómica, es irreal esperar cambios sustanciales que supongan mejoras» [2].
Escribo todo lo anterior, porque algunos autores interesados por la información en la vida cotidiana, por saber cómo los públicos se vuelven activos, han denominado de varias maneras y sin necesidad a lo que ayuda a que las personas actúen. Casi al mismo tiempo en que SMITH se daba cuenta del caos que podría sobrevenir en nuestro campo si proliferaba la maleza teminológica, James B. LEMERT, solo o en compañía de sus colaboradores en varios estudios, acuñó el término «información movilizadora» como cualquier información que favorece la acción de las personas que la quieren o información que permite a la gente actuar desde esas actitudes que ya tienen: «Si usted mantiene actitudes en oposición a las de otra persona, y si tiene IM relevante y él o ella no, usted probablemente será políticamente más efectivo» [3].
A comienzos de los noventa, Marshel D. ROSSOW y Sharon DUNWOODY deciden dar otra vuelta de tuerca a los términos y prefieren llamar información facilitadora (enabling) a lo que LEMERT y los suyos llamaban movilizadora. ¿Por qué? Porque al informar (los periodistas sobre la radiactividad) no intentaban incitar a la acción o movilizar sino aclarar el asunto y ayudarles a actuar con esa información si estaban inclinados a hacerlo. «Facilita, más que motiva, la acción; desemboca en la acción sólo cuando hay una predisposición a actuar» [4].
Apuntan a un elemento nuevo -la motivación-, pero no razonan muy bien el cambio del adjetivo «movilizadora» por «facilitadora».
Es más, me parece que interpretan mal a LEMERT, porque éste se cuida muy bien de distinguir entre «información movilizadora» y «mensajes movilizadores»: estos últimos «motivan», cosa que no hace aquélla. Sin embargo, no hay por qué dejar a un lado a ROSSOW y DUNWOODY, que también cubren aspectos importantes. Finalmente, y por ahora -sólo por ahora-, Joseph D. KEEFER reconoce que su término información operaci
onal equivale a lo que los anteriores denominaban «movilizadora» y «facilitadora». ¿Razones? No las da. Ofrece este término junto con otros dos más:
Información sobre política -sobre la sustancia de un asunto: la que define y fundamenta el asunto y la que describe la información del competidor para resolver el problema; e Información política -sobre la composición, fuerza y puntos de vista de las fuerzas competidoras e información sobre los efectos probables de la acción de un legislador sobre su carrera [5] .
¿De verdad está justificado que cada investigador haga la terminología por su cuenta? Veo que éste es un caso más de conflicto entre las presiones que las Universidades ejercen sobre los Profesores para que publiquen y se destaquen de los colegas de otros Centros y las exigencias de consolidar una Teoría de la Información. Por supuesto, pierde la Teoría y ganan los intereses particulares. Pero así son las cosas y seguirán así hasta que los Profesores actúen más como investigadores que como sujetos obligados a buscarse un prestigio que, a la vez, eleve la «imagen» del Centro para el que trabajan.
2. ¿POR QUÉ MULTIPLICAR LOS ENTES SIN NECESIDAD?
En lugar de preguntar, Guillermo de OCKAM aconsejaba no multiplicar los entes (los términos) sin necesidad, al legarnos su célebre «cuchillo». Lo que he explicado en la Introducción pasa porque los investigadores no parten de unas bases sólidas desde las que despegar. Cuando los autores tienen que acudir a un adjetivo para concretar una información, ¿no será que no han encontrado el término adecuado? Parece que también ven clara la motivación y no necesitan adjetivarla. Entonces, ¿cuál puede ser el término que deber superar a las informaciones adjetivadas?
Unos años antes de que LEMERT y su equipo hablasen de «información movilizadora», Rusell L. ACKOFF y Fred EMERY habían fundamentado muy bien los conceptos claves de nuestro campo:
«INFORMACIÓN: Es una comunicación que produce un cambio en cualquiera de las probabilidades de elección del receptor.
INSTRUCCIÓN: Es una comunicación que produce un cambio en las eficiencias de cualquiera de las vías de acción del receptor.
MOTIVACIÓN: Es una comunicación que produce un cambio en alguno de los valores relativos que el receptor concede a los posibles resultados de su elección» [6].
Con haber tenido LEMERT en cuenta simplemente estas líneas, se hubiera ahorrado algunos dolores de cabeza, se los hubiera evitado a los otros autores citados y habría contribuido a insertar su teoría dentro de la Teoría General.
La información movilizadora, la facilitadora y la operativa son instrucción.
Él podría haber razonado que «instrucción» era un término ya «ocupado» por la Pedagogía, como sinónimo de «enseñanza». Pero «instrucción» tiene una significación más general. No es que dejemos a un lado la enseñanza. Más adelante hablaremos del periodista que se ve como profesor. Lo que ocurre es que la instrucción atraviesa prácticamente todos los campos de la actividad humana, sin necesidad de restringirla únicamente a la enseñanza. Aparte de que también muchos ciudadanos han «ocupado» el término «instrucción» para contraponerlo a «enseñanza».
Así nos encontramos que, según una opinión cada vez más extendida, «en la Universidad se aprende lo que no da dinero». Si alguien pide que le aclaren eso, le explicarán: «En la Universidad enseñan generalidades, no cómo hay que hacer las cosas. Para aprender esto último, hay que pagar Cursos especializados, Masters, etc.». Afirmación y explicación pueden ser inexactas pero revelan una distinción subyacente: la Universidad «informa»; los cursos especializados «instruyen». Y a partir de ahí podemos ir tirando de algunas cuestiones: ¿Qué misión tiene la Universidad?, ¿El «saber cómo» sólo para quienes lo pagan…?
Retrocederé en el tiempo, que no en la importancia. Todos los autores citados están interesados por saber qué puede hacer que los ciudadanos participen más en la vida pública. Pues bien, en 1942, en plena Guerra Mundial, nada menos que Kurt LEWIN estaba inmerso en una investigación para averiguar por qué la gente comía lo que comía. Esto era un paso para cambiar los hábitos alimenticios de los ciudadanos. En una economía de guerra, desciende la calidad de los alimentos, hay que reservar los mejores para los combatientes y hay que acostumbrar a la gente a sustituir unos alimentos por otros.
Decía LEWIN:
«…Incluso una motivación poderosa puede no bastar para cambiar la acción de una persona respecto de sus hábitos alimenticios. La motivación conduce a la acción sólo si desciende del nivel de los deseos y sentimientos al nivel de una «decisión» [7].
Este experimento fue un intento de evaluar la efectividad de la toma de decisión de un grupo, en el que un experto en nutrición coopera con el líder de un grupo de discusión. Este experto facilita el conocimiento técnico en un ambiente social que induce la decisión.
De lo que está hablando muy claramente LEWIN aquí es de lo que ACKOFF y EMERY llamarán instrucción. ¿Qué es el «conocimiento técnico» sino un «saber cómo», que transforma los deseos y sentimientos en una decisión?. También LEMERT, cuando quiere especificar qué es la información movilizadora se refiere a CARTWRIGHT quien, al sintetizar la campaña de bonos de guerra en la Segunda Guerra Mundial, concluyó que las ventas de bonos de guerra aumentaron mucho cuando los mensajes de campaña especificaban la conducta deseada para la audiencia [8].
También se refiere a Paul LAZARSFELD y Robert K. MERTON cuando razonaban que la publicidad suele ser más efectiva que la propaganda para conseguir sus objetivos porque la publicidad «canaliza» las actitudes existentes, dirigiéndolas hacia una marca más que a otra, mientras que la propaganda tiende a marchar directamente contra las actitudes existentes.
Aunque no lo decían, subyace el hecho de que dirigir la atención a comprar las marcas implica la información movilizadora, mientras que la propaganda centrada en el tema, no [9] .
La instrucción, pues, se manifiesta de muchas maneras y campos. Los autores «clásicos» -LEWIN, LAZARSFELD, MERTON- la han observado en la alimentación, ventas y publicidad. Aunque los autores citados en la Introducción tienen el gran mérito de haber ligado instrucción y vida política, veremos al final de este artículo que podemos concebirla de una manera más ambiciosa todavía. Mientras tanto, es el momento de ocuparnos de la instrucción precisamente en nuestro campo, es decir, en la información periodística.
3. PERIODISTAS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN, INSTRUCCIÓN.
¿En qué podemos concretar esa eficiencia de la instrucción? LEMERT ha concretado en tres los subtipos de información movilizadora que ofrece la prensa.
1. Para situar. Habitualmente proporciona información sobre el tiempo y lugar para la actividad: historias «por anticipado» sobre encuentros inminentes, peticiones de ayudas de caridad, casi todas las listas de programas de Radio y TV, casi todos los cuestionarios de periódicos y adónde enviarlos, casi todos los anuncios de registro para votar y anuncios de dónde hay que votar…
2. Para identificar: Nombres y la suficiente información movilizadora como para permitir a las personas reconocer y/o contactar con las personas, grupos o entidades a identificadas. Ejemplos: los nombres y direcciones de los individuos; nombres y números de teléfono; nombres y posiciones en organizaciones relativamente estables, fácilmente localizables (X, Profesor en tal Departamento de tal Universidad); descripciones físicas de personas no identificadas a las que busca la policía; nombres de marcas para los consumidores (sin demasiada información para situar), nombres de compañías (habitualmente con al menos una mínima información movilizadora para localizar).
3. Táctica. Ha
ce disponibles modelos explícitos e implícitos de conducta: recetas, consejos para jardinería y belleza, modus operandi efectivos y no efectivos en los crímenes, y tácticas empleadas en huelgas, movimientos políticos y actividades terroristas.
Hay informaciones movilizadoras que contienen los tres subtipos; otras sólo dos o uno [10] .
A mi entender, esta clasificación es lo que más va a perdurar de su obra. Puede parecer modesta, aunque abre puertas al futuro de la investigación.
Lo primero que salta a la vista es que los dos primeros subtipos tienen entre sí más puntos de contacto que con el tercero. Como que si aplicamos los conceptos de ACKOFF y EMERY, sólo la información táctica sería realmente instrucción. La información para situar y para identificar es simplemente información. Pienso también que dentro de los cuatro modos clásicos de la Retórica -Descripción, Narración, Exposición y Argumento- los dos primeros subtipos entrarían en la Descripción, mientras que la Exposición acogería el tercero.
ACKOFF y EMERY lo ven muy claro:
«La información y la instrucción son también conceptos relativos; una puede convertirse en la otra redefiniendo sus cursos de acción. Consideremos el curso de acción «usar un computador» donde el resultado que interesa es la solución correcta de una ecuación. El sujeto interesado puede o no ser consciente de la disponibilidad de un paquete de instrucción con, digamos, una probabilidad de éxito (eficiencia) igual a 0.5. Si un mensaje le hace saber que existe ese programa, su eficiencia en el uso del computador puede elevarse a 1.0. Entonces podemos medir la cantidad de instrucción que él ha recibido.
Por otra parte, podemos definir dos vías de acción. C1que es «el uso del computador con su propio programa» y C2 que es el «uso del computador con un programa especial». Entonces, antes de la comunicación, su probabilidad de seleccionar la primera vía de acción puede haber sido 1.0, pero después de la comunicación la probabilidad de seleccionar la segunda vía puede cambiar de 0 a 1.0. En esta interpretación, diríamos que el mensaje informa más que instruye.
Nuevamente esta relatividad de conceptos no presenta problema alguno en tanto en cuanto podamos ajustar las dos diferentes interpretaciones del mismo estado objetivo de un sujeto para que resulten comparables. Las definiciones que hemos proporcionado aquí hacen posible claramente dicho ajuste [11].
Puesto que no intento aquí detenerme demasiado tiempo en cuestiones terminológicas sino despegar hacia la Teoría, ¿cómo podemos concebir la instrucción y sus modalidades dentro del Periodismo? Atribuyendo esos tipos de información movilizadora a los periodistas y viendo qué tipos de periodistas resultan.
LEMERT es un caso más de autores que se quedan a medio camino. Aislan algunas conductas y modalidades pero no avanzan hasta anudarlas y atribuirlas a sujetos concretos. Parece como si los periodistas de los que habla no tuviesen una entidad definida. Y vaya si la tienen. ¿Dónde dejar, si no, toda la corriente de estudiosos que han indagado en lo que los periodistas piensan de sí mismos?
Si nos fijamos en esa corriente, entonces sí que las ideas de LEMERT adquieren un sentido mucho más pleno. Los investigadores han ido adentrándose en la imagen de los periodistas y pasando de dos, tres y hasta cinco tipos diferentes.
Ithiel DE SOLA POOL e Irwin SHULMAN identificaron, en 1956, las imágenes del periodista que quería agradar y el que quería castigar o punitivo [12]. No podemos atribuir, sin más, la instrucción al periodista que quiere castigar. Estamos de acuerdo en que un periodista sabe cómo funcionan los tres poderes políticos y también los económicos, sociales… y por eso cuando ataca sabe cómo hacerlo. Pero el periodista que quiere agradar también sabe cómo facilitar la acción de su público. Puede predominar en éste más la información que la instrucción, pero no siempre. Incluso, el periodista combativo puede cometer el error -y de hecho lo comete frecuentemente- de no ofrecer instrucción. Con lo cual, la eficiencia que en sus mensajes puede encontrar la audiencia es dudosa.
Aun siendo verdaderos estos aspectos, es fácil advertir que se nos queda fuera un elemento importante, que no contamos con los conceptos adecuados para captar lo que identificaron estos dos autores. Por eso, ACKOFF y EMERY nos ofrecen la clave para interpretar los hallazgos.
«Uno de los cambios más llamativos en la situación psicosociológica, y no sólo psicológica, es que simpatía es operacionalizada como buscando beneficiar, y antipatía como buscando dañar. La prueba de si un sujeto tiene simpatía por otro es si, cuando los resultados no le afectan al primero hace las elecciones que él cree que beneficiarán al segundo para conseguir mejor sus fines. Esto no es lo mismo que devoción, amor o lealtad, puesto que no implica noción alguna de sacrificio como aquéllos» [13].
Es fácil pensar en la simpatía rigiendo los actos del primer tipo de periodista, pero ¿cómo imaginar que el segundo ve a la audiencia como alguien a quien castigar? La respuesta es que ve dos tipos de audiencias:
Una, minoritaria pero poderosa, a la que quiere desenmascarar, para que deje de hacer inmoralidades; Otra, la mayoritaria, a la que quiere mostrar que él vela por los intereses generales.
En 1960, Morris JANOWITZ encontró semejanzas entre el militar profesional y el periodista. El militar «heroico» se parecería al periodista de exclusivas, mientras el «manager militar» se parecería al «manager periodístico», que domina los entresijos de los hechos. En aquél predominaría la información y la motivación, mientras en éste la instrucción. Lo que resaltaba JANOWITZ es que iban teniendo mucha más importancia los managers en las dos profesiones [14 ] .
Jeremy TUNSTALL reconoció la importancia de lo que JANOWITZ había observado y dio un paso más. En 1971, distinguió los periodistas que recogen las noticias y periodistas que las procesan (a los que llamó «gatekeepers»). Los primeros actúan más rutinariamente que los segundos.
Resulta que uno de los problemas centrales que va a detectar LEMERT está aquí, aunque él no cite a TUNSTALL. Si se hubiera dado cuenta, hubiera tirado el sedal aguas arriba y se habría elevado hasta las estructuras que TUNSTALL distingue. Ya pueden unos periodistas recoger noticias y ofrecer instrucciones; los otros tienen el poder de decidir y lo que hacen, a menudo, es suprimir ese «cómo hacer» las cosas que aquéllos ofrecen al público. Es decir, pueden llegar a dejar sin contexto las noticias y a dejar al público sin una orientación precisa.
El autor británico descubrió también que tanto los recolectores como los procesadores sólo eran -entonces- el 11,5% del total del personal. El resto -técnicos, la dirección financiera y otras de un gran periódico- desarrollan trabajos rutinarios [15]. Ahí podemos encontrar una pista de por qué puede desaparecer instrucción en los periódicos, sobre todo cuando puede perjudicar a los intereses económicos de entidades que sostienen con publicidad el periódico. LEMERT investigará más concretamente por qué desaparecen las instrucciones.
Creo que la Teoría del «Gatekeeper» es la Teoría del poder en el Periodismo, como en otro lugar explico con detalle [16]. Por tanto, lo que está en juego cuando hablamos de instrucción en Periodismo es el poder. No sólo el que los directivos tienen sobre los periodistas a la hora de decidir qué publicar o qué tirar al clásico cesto de los papeles. También está en juego el poder de las audiencias.
«Informar es dar una base para elegir, esto es, una creencia en la mayor eficiencia de una elección comparada con otra. De ahí que la información modifica las probabilidades objetivas de elección modificando las probabilidades creídas (subjetivas) de éxito. La instrucción está intere
sada en modificar las probabilidades objetivas de éxito- la eficiencia. La cantidad de instrucción que un sujeto tiene en un estado particular equivale a la cantidad de control que puede ejercer sobre los resultados posibles en ese estado. Tiene un control máximo si es capaz de ocasionar cualquiera de los posibles resultados por cualquiera de los medios de que dispone. Instruir es impartir tal capacidad donde falta» [17].
Si tenemos claros estos conceptos, podemos entender muy fácilmente muchas de las cosas que están ocurriendo en nuestro campo, en los medios de comunicación y en el público en general. Dentro de la Información Periodística, cada vez está cobrando más importancia la instrucción, precisamente porque es clave para que los públicos se constituyan y maduren. A la vez, muchas de las disputas teóricas tienen su origen en que unos autores echan en cara a otros que no se ocupan, «de verdad», de las audiencias y de sus necesidades, de la subjetividad [18].
Si los públicos reciben instrucción a diario, sentirán que controlan cada vez más su ambiente, el miedo no se apoderará de ellos y las Instituciones tendrán cada vez más respaldo [19].
El mismo año en que salió el libro de TUNSTALL, el investigador americano John JOHNSTONE acometió una gran encuesta entre periodistas. Identificó dos tipos de periodistas, el crítico y el profesional, a los que llamó participante y neutral. La verdad es que, para el asunto que nos ocupa, esta distinción no nos lleva muy lejos. El crítico informa, instruye y motiva; el profesional informa e instruye.
Por segunda vez, aparece Morris JANOWITZ en este recorrido. En 1975, interpretó el quehacer periodístico. Sin realizar un estudio empírico, ofreció una de esas piezas que deberían figurar más a menudo en las revistas científicas, tan ayunas de teoría en muchos números [20] . Lo que más nos interesa son los dos tipos de periodistas en los que profundizó:
El «gatekeeper», que se ve como un profesor ante su audiencia, El crítico/ intérprete/ participante, que se ve a mismo como un abogado defensor de quienes no tienen voz.
Pienso que el término «gatekeeper» estaba ya ocupado con un significado muy preciso desde el trabajo de LEWIN y del que hizo David Manning WHITE en 1950 dentro de un medio de comunicación. Quizá por gratitud hacia TUNSTALL, admirador de JANOWITZ, éste le devolvió el cumplido al hablar de «gatekeepers», término con el que aquél había denominado también a los procesadores (con toda razón, por cierto). Pero dejemos al lado lo que me parece una falta de ajuste y quedémonos con la imagen del «profesor». Lo que logra JANOWITZ es que tanto uno como otro coincidan en dar instrucciones. ¿Qué es un Profesor sino quien no se limita a dar información sino a enseñar cómo se hacen las cosas? (Ésa debe ser una de las funciones de los Profesores en las Universidades) ¿Y qué es un abogado sino quien domina los procesos de muchas acciones humanas cuando se hacen públicas? Por tanto, las imágenes de JANOWITZ significan un avance importante en el paso del periodista más volcado a la instrucción.
También avanzó JANOWITZ algunos puntos muy importantes, que se han cumplido en muchos casos. Primero, él vio que habría problemas con el periodista «abogado». El punto clave para JANOWITZ lo constituía la confidencialidad. El periodista «abogado» respetaba a sus fuentes… siempre que éstas no fuesen gubernamentales. Entonces, se sentía libre para hacerlas públicas. Con lo cual, la antipatía ocupaba un papel muy importante. Precisamente, la antipatía -del periodista- o la simpatía -de los directivos- hacia un personaje, empresa o Institución será una de las razones fundamentales para no insertar instrucciones.
El otro asunto al que JANOWITZ dio mucha importancia era que los periodistas de cualquier tipo fuesen reacios a auditorías independientes sobre su trabajo. Así , decía él, resultaba muy difícil que el Periodismo se consolidase como institución. Lo que entonces podría verse como una intromisión en la independencia del periodista luego fue visto como un desprecio a los intereses de las audiencias. Aprovechándose, como siempre, de estas situaciones, firmas de abogados se ofrecieron a distintas personalidades que se consideraban perjudicadas por los periodistas. El resultado ha sido una verdadera conmoción en bastantes medios, pues las indemnizaciones multimillonarias impuestas por los jueces han llegado a poner en peligro o a hacer desaparecer algunos medios.
Durante los años 1982-1983, David H. WEAVER y Cleveland WILHOIT volvieron a realizar el estudio de JOHNSTONE, para hacer una radiografía de cómo había evolucionado el periodismo. Dejemos a un lado todos los aspectos típicos de la situación norteamericana. En este artículo nos interesa conocer las conquistas teóricas. Y aquí se produce alguna, de cierta importancia. En lugar de dos imágenes de periodistas – John DILLON las llama tipologías emergentes de rol – aparecen tres: Interpretativa, Divulgadora y Adversaria.
Estas imágenes responden a distintos valores. Los intérpretes están al corriente de los asuntos que interesan a la audiencia y procuran colocar un marco, ofrecer un sentido, sobre todo en los medios impresos. Hasta el 60% de los periodistas se identificaron con esta imagen.
Los divulgadores desean suministrar información al mayor número de personas y de una forma rápida. Más del 50% de los periodistas también se veían así.
Los adversarios quieren criticar los abusos de los funcionarios y de las empresas poderosas. Sólo el 17% de los periodistas se situaron aquí.
¿Qué deducimos de este paso de dos a tres imágenes? ¿Es posible que, en poco más de diez años, hubiera emergido un nuevo tipo de periodista?
Ante todo, vuelve a aparecer explícitamente el periodista adversario, prácticamente idéntico al punitivo de DE SOLA POOL y SHULMAN y al abogado de JANOWITZ, en el que la simpatía o antipatía es una nota definitoria.
En los divulgadores predominaría la información.
En los intérpretes, la información y la instrucción. Si volvemos a ACKOFF y EMERY, nos encontramos con lo siguiente:
«Una misma comunicación puede, por supuesto, a la vez informar e instruir. Un mensaje que hace esto ilumina o ilustra al receptor… Así, mientras la información se relaciona con la familiaridad y la instrucción con el conocimiento, la iluminación se relaciona con la comprensión» [21].
Según esto, el periodista intérprete buscaría preferentemente iluminar; el divulgador, informar; el adversario, motivar y castigar.
Volviendo al estudio de WEAVER y WILHOIT, nos damos cuenta de que los porcentajes no cuadran. Efectivamente, porque los periodistas ven que pueden estar en varias categorías. Si con dos tipos de periodistas, sólo el 18% de los sujetos de los que JOHNSTONE estudió se reflejaban en una de las dos imágenes, el porcentaje desciende ahora al 2%.
Además, el estudio de WEAVER y WILHOIT confirma indirectamente lo que podía suceder si, como decía JANOWITZ, los periodistas no aceptaban auditorías independientes sobre su trabajo. No sólo muchos más juicios con los periodistas como acusados sino que, a raíz de ciertos escándalos, como el de Janet COOKE, los periodistas iban a aventurarse mucho menos. Disminuye, por tanto, el número de periodistas «adversarios» y se abre paso una ética de la no participación, del no-compromiso [22].
John DILLON ha seguido, a la vez, la línea de JANOWITZ y ha refinado los conceptos de WEAVER y WILHOIT, puesto que busca los valores de los periodistas y la visión que éstos tienen de los medios. De esta manera, las imágenes se concretan en valores y los medios son polos de atracción para los futuros periodistas, que esperan encontrar en ellos la realización de esos valores y de su imagen [23].
4. HACIA LOS CUATRO TIPOS (CON VARI
ACIONES) DE PERIODISTAS.
Sin embargo, ni DILLON ha sabido romper creativamente el marco de WEAVER y WILHOIT ni éstos acabaron por completar las insuficiencias de JOHNSTONE. Pienso que el defecto de entrada de estas ambiciosas radiografías del Periodismo es que no parten de los mejores fundamentos teóricos. ¿Por qué sólo dos tipos o tres de periodistas? Si estamos hablando de formas de enfrentarse con la realidad, tenían a su disposición -claro está, si los conocían- los Tipos psicológicos, de Carl Gustav JUNG, que tanto han ayudado a los estudiosos desde los años veinte: reflexivos, perceptivos, intuitivos y dinámicos [24] . Russell L. ACKOFF y Fred EMERY se encontraron con el mismo problema cuando estudiaron los distintos tipos de bebedores. En una extensa investigación, que desarrolló con individuos de varias nacionalidades, EMERY sólo había identificado tres tipos de bebedores. Cuando ACKOFF repitió la investigación en Estados Unidos, tuvo presente los hallazgos de EMERY, pero pensaba que tenía que haber cuatro tipos de bebedores.
Así pudieron fundamentar uno de los diseños de investigación más importantes en Ciencias Sociales [25] . Resumiendo mucho, la clave está en advertir que JUNG no sólo tenía en cuenta una escala sino dos: la relación del individuo con el entorno -hay personas más sensibles que otras a los estímulos-; y el efecto del individuo sobre el entorno -hay personas que actúan más que otras-.
Una manera de entender todas las imágenes de periodistas que han ido saliendo en este Capítulo es partir de que cada periodista tiene un estilo primario y otro secundario, al menos. Entonces, todo lo que hay que hacer es comprender que cada solapamiento indica que actúan dos estilos, o tres o cuatro, en importancia decreciente. Después, darles un nombre preciso, que puede ser algunos de los que aquí han ofrecido los diversos autores.
Por tanto, y de entrada, podríamos encontrarnos con cuatro tipos de periodistas «puros» que, combinados, podían ser dieciséis. Si las preguntas de los cuestionarios tuvieran presente este esquema teórico, sería mucho más fácil interpretar los resultados.
Por poner algunos ejemplos, los periodistas que, según DE SOLA POOL y SHULMAN, deseaban agradar a la audiencia, serían los Perceptivos-Reflexivos, de JUNG. Los Intérpretes, de WEAVER y WILHOIT, serían Intuitivos-Perceptivos; los Divulgadores, Reflexivos-Dinámicos; los Adversarios, Dinámicos-Reflexivos [26] . Algunos intentos teóricos de caracterizar en sólo tres tipos no dan un resultado favorable sino una resultancia desfavorable [27] .
Partiendo de esta base teórica, podemos integrar las imágenes que el cine ha ofrecido sobre los periodistas. No son tan pasajeras como las que ofrecen las encuestas sobre el nivel de aceptación que las diversas profesiones tienen entre el público. Las imágenes de las obras «argumentales» son más duraderas y ofrecen modelos de vida que sirven ara el aprendizaje social de los aspirantes.
Alex BARRIS ha estudiado las películas sobre periodistas con categorías-nociones que los periodistas alimentan sobre sí mismos: fustigador del crimen,
- cruzado,
- corresponsal de guerra,
- paño de lágrimas; o
- sensacionalista y villano, sin limitaciones morales para conseguir o fabricar una noticia [28] .
Con las nociones expuestas hasta ahora en este artículo es fácil estudiar cualquier película e identificar el estilo de cada periodista. Puestas las cosas a, vuelvo al concepto de instrucción y a los cambios que poco a poco están produciéndose en la información periodística. La importancia de la instrucción es mucho mayor desde el momento en que existen grupos de presión, «lobbies», muy bien organizados, que saben cómo funcionan los mecanismos del Estado. Si, además, los políticos se relacionan con los grupos de presión de la manera más natural, si éstos cuentan con firmas de Relaciones Públicas que saben muy bien comunicarse con los periodistas, el ciudadano está en una situación muy desfavorable. Cuando los periodistas no ofrecen la instrucción que necesita la audiencia, ésta se siente cada vez más desprotegida y crea sus propias formas de actuación. Así pues, día a día las audiencias están solicitando expresa o tácitamente más instrucción sobre su ambiente.
5. ¿POR QUÉ LOS PERIODISTAS NO INSTRUYEN EN ALGUNAS OCASIONES?
LEMERT estudia este asunto y cree identificar las razones, que son distintas según los periodistas recojan información o simplemente la procesen, según la muy útil distinción de TUNSTALL.
Los periodistas que informan sobre asuntos públicos están centrados en los temas, es decir, están más preocupados por describir y analizar temas públicos que con lo que la gente puede hacer sobre esos temas. O dicho de otra manera, al centrarse tanto en el mensaje, estrechan su campo de visión y no contemplan más que a una parte reducida de la audiencia. Esto se manifiesta de dos maneras:
– Muestran un interés elitista por una audiencia específica que ya sabe mucho sobre el tema y que tiene el poder de decisión. La audiencia de un Editorial puede ser quien va a decidir sobre un asunto. De ahí el estilo para iniciados, que exige leer entre líneas, propio de muchos escritos periodísticos.
– Confunden palabras con hechos. Recordemos que dos ilusiones que Freud identificó fueron la omnipotencia de los propios pensamientos y la de los propios encantos. Hay periodistas que confunden informar o educar a la audiencia de los mass media con informarles sobre cómo hacer algo con las actitudes e información que ya tienen. Domina la función expresiva sobre la función apelativa, los gestos más que los resultados prácticos . Dicho de otro modo, los periodistas están más interesados en ellos mismos que en la audiencia.
Para Fred y Merrelyn EMERY, en su libro titulado precisamente Una Elección de Futuros: Iluminar o Informar, publicado hace más de veinte años, quedarse con la información o con la instrucción era una de las claves que definían a las sociedades burocratizadas. Elevaron la nota hasta enlazar nada menos que con el George ORWELL de 1984.
El efecto más penetrante de estas sociedades es que bifurcan las dos funciones primarias de la comunicación: informar e instruir. Los mensajes no iluminan. ORWELL ha explicado todo esto cuando explica qué es el Neohabla.
«Como para prevenir cualquier malentendido sobre estos intereses fundamentalmente diferentes, los mandarines de la burocracia típicamente tienen sus pensamientos más profundos revestidos en lenguaje esotérico por los ideólogos, economistas, planificadores… En una sociedad burocratizada la comunicación es ya Neohabla» [30].
¿Forman parte también muchos periodistas de ese conjunto de profesionales que emplean un lenguaje esotérico, sólo para minorías? En ese caso, su sentido de la audiencia es muy distinto de quienes apuestan por la información y la instrucción, para ilustrar a las audiencias.
Los periodistas procesadores tienen otros criterios. Es el momento de recordar lo que decía TUNSTALL: Al superar el personal técnico a los periodistas, intervienen factores no estrictamente periodísticos. Ven con simpatía a quienes sostienen al medio con su publicidad; ven con antipatía a quien pone en peligro esa relación. Por tanto, si temen represalias, suprimen la instrucción que pueda ir en contra de sus intereses. Si la instrucción no perjudica al medio, entonces dejan pasar la instrucción, sobre todo en noticias de interés humano. Un ejemplo muy fácil de entender, que ofrece LEMERT, es el de una pareja de jubilados y viudos que, aun renunciando a una parte de sus pensiones, prefirieron casarse antes que «vivir en pecado». Un periódico contó el hecho y ofreció las identidades y dirección de la pareja para que la gente enviase donativos y así compensar la pérdida económica que conllevaba casarse.
En un contexto dañino
para el medio, los procesadores eliminan la instrucción porque dicen que es partidista o porque se trata de detalles «tontos».
Los teóricos han indagado en las consecuencias que puede tener para la vida social la presencia o ausencia de instrucciones en la información periodística. Emplean unos conceptos que recuerdan la Teoría del Campo Social de Kurt LEWIN, aunque no le nombren. Por otra parte, concretan las instrucciones en el efecto que pueden tener sobre la vida política. En el último apartado de este artículo mostraré que las posibilidades pueden abarcar más que la simple participación.
LEMERT parte de una estructura de influencia. La instrucción -la información movilizadora- agranda la amplitud de un tema y por tanto, puede cambiar el resultado del proceso de influencia, sobre todo si el tema es sobresaliente y si las actitudes son intensas. Tema y actitudes pueden sobresalir o hacerse más intensas por algún suceso precipitante.
Cuando los medios no proporcionan instrucciones, disminuye la participación, aunque la intensidad de las actitudes sea notable. Con lo cual, los medios están dando más peso (por defecto) a las actitudes de los participantes que ya tienen acceso al proceso político [32].
Joseph D. KEEFER [33] considera que la cobertura informativa puede afectar a la visibilidad, una de las tres dimensiones de cualquier situación conflictiva; las otras son amplitud e intensidad.
La visibilidad es «el número de personas o grupos que se darán cuenta del conflicto y de sus posibles consecuencias»;
La amplitud es «el número de personas y grupos que se han aliado en un conflicto»;
La intensidad, «el grado de compromiso de las partes contendientes con posiciones mutuamente incompatibles».
Un aumento en la visibilidad de un conflicto puede conducir, por supuesto, a extender la amplitud y a aumentar intensidad [34].
KEEFER viene a dar la razón a los EMERY. Después de estudiar la cobertura que nueve organizaciones de medios daban a ocho importantes temas sobre negocios, encontraron que aquéllas sirven para obstaculizar, más que facilitar, que los ciudadanos participen en el proceso de legislar. Raramente alertaron al público sobre lo que estaba en juego cuando de una votación se trataba; nunca describieron la posición de un político local sobre el asunto; cubrían el hecho los periódicos de élite, no los locales, aunque no daban instrucción. Cubrieron los ocho asuntos superficialmente, a pesar de que todos eran de gran importancia. Tampoco es que se arrodillasen ante las compañías, difundiendo lo que las Relaciones Públicas les entregaban. Éstas podían escoger un camino más sutil: como los «lobbies» o grupos de presión operan junto a los legisladores y éstos tratan con los periodistas, aquéllos podían ser muy efectivos, pasando información interesada a los periodistas que estaban cubriendo los hechos.
Cuando KEEFER quiere ofrecer una normativa intencional sobre lo que debería ser instruir, se queda bastante corto. Para que la instrucción se convirtiese en una fuerza:
a) Las Agencias de Noticias deberían acompañar información sobre cómo podrían afectar los asuntos a las vidas de los ciudadanos;
b) O podrían los periodistas telefonear a los representantes políticos para comprobar cuál era su postura. Para ese viaje, no había necesitado la alforja de haber investigado nada menos que a nueve organizaciones para averiguar su posición ante ocho temas de negocios.
¿Por qué no entender la instrucción de una manera mucho más ambiciosa? Como ha habido un autor que la ha comprendido así, destinaré el último apartado a este asunto.
6. LAS POSIBILIDADES DE LA INSTRUCCIÓN EN LA VIDA COTIDIANA.
Recordemos que con la instrucción ha ocurrido que varios términos tenían una misma denotación. Al pensar cómo la instrucción puede conformar muy amplia y profundamente la vida cotidiana, el problema es el inverso: un término -en este caso, comunidad- tiene diversas connotaciones. Y sin aclarar este tema, la Teoría no puede avanzar con seguridad.
Hay autores a quienes tenemos que agradecer que aborden seriamente las diferentes facetas de un término. Uno de los últimos ha sido J. MEYROWITZ a quien debemos un estudio condensado y muy valioso sobre el concepto mismo de medios, término tan central en Teoría General de la Información .
Volviendo al concepto de «comunidad», importa ahondar en él, porque la instrucción es esencial para constituirla y que funcione. A Keith STAMM debemos que se haya tomado su tiempo para ir aislando LAS FACETAS de este término, en un trabajo parecido al que los científicos realizan cuando descubren cómo es una molécula concreta.
STAMM estudió la literatura científica y comprobó que un autor, George A. HILLERY había aislado en 1955 nada menos que 94 definiciones de comunidad e identificado 16 conceptos diferentes que se acogían bajo el término «comunidad». ¿Con cuál quedarse? Después de reflexionar sin prisas, concluyó que comunidad puede entenderse como proceso, lugar y estructura. Cuando hablamos de lazos sociales ¿a qué nos referimos: a un proceso, a un lugar o a una institución social? No ponerse de acuerdo en la definición de comunidad lleva a no poder comparar resultados, puesto que un investigador se refiere a unas cosas y otro a otras diferentes. «Esta clase de situación dificulta construir la teoría. Encontramos hallazgos contradictorios para los que no hay explicaciones adecuadas» [36].
Este autor considera la participación, tan decisiva para los autores anteriores, como una faceta más en entre gran número de posibilidades. A los tres fundamentos citados para entender la comunidad, hay que añadir que los lazos comunitarios pueden ser de individuo a comunidad, de familia a comunidad y el hogar. No todas las familias constituyen un hogar ni todos los hogares están constituidos por familias.
Finalmente, STAMM y FORTINI-CAMPBELL han identificado cuatro enlaces posibles del individuo con la comunidad: espacial, cognitivo, afectivo y comunicativo.
En total, treinta y seis enlaces o vínculos comunitarios. Disponemos así de un concepto combinatorio de comunidad y no sólo de un término que inunda con sus notas la realidad, pero con unos perfiles vagos.
Un paso más para construir una teoría sólida de la instrucción lo da STAMM cuando se refiere a la Teoría de los usos y gratificaciones. Los enlaces comunitarios sugieren una gran cantidad de usos que podemos especificar claramente. Los individuos, las familias, los hogares, usan los medios para construir vínculos comunitarios. Un concepto complementario del de uso es el de vacíos. Los medios llenan los vacíos, es decir, las carencias de vínculos.
La información periodística, cuando contiene instrucción, ayuda a tomar conciencia del lugar -residencia en un barrio-, a estar presentes en un proceso -participar-, a formar parte de una estructura -pertenencia o membrecía-. Llena los vacíos espaciales -informa sobre un atasco e instruye sobre las vías alternativas-. Igualmente, los medios pueden fomentar la cercanía psicológica a una comunidad. También puede aplicarse a un lugar, proceso o estructura. Echar de menos un local, resistirse a dejarlo; lo mismo cuando alguien toma parte en un proceso; o cuando pertenece a un grupo.
Los medios informan sobre un lugar antes de visitarlo o de cambiarse a otro: ofrecen el fundamento para decidir si pertenecer o no a una comunidad. Sobre todo, contribuyen al compromiso con una comunidad, que va más allá de la simple participación. Un individuo, una familia, pueden asistir a reuniones para tratar asuntos de su barrio, pero hay quien está mucho más implicado que otro. Los medios instruyen para que las personas se impliquen. El compromiso es más discriminador que otras medidas.
Al llenar los vacíos informativos, la instrucción indica cómo averiguar lo que un individuo, una familia o un
grupo necesitan saber en cualquier situación. También, la información periodística puede llenar los vacíos políticos: saber dónde están las oficinas o burocracias que se encargan de solucionar los problemas imprevistos. De esta manera, no sólo informan sobre quién ejerce la autoridad sino que instruyen para dar cierto control sobre los representantes.
Finalmente, los medios llenan vacíos sociales, puesto que instruyen sobre cómo formar grupos según las aficiones. De esta manera, los individuos o las familias satisfacen sus necesidades de relación.
Para rematar esta manera de contemplar la instrucción en la información periodística, creo que Ronald HAVELOCK es quien, antes que STAMM, ofreció criterios para movernos con seguridad en medio de tantos vínculos o enlaces.
La información periodística ayuda a crear relaciones entre personas que no se conocen. Lo que ocurre muchas veces, sin embargo, es que son los observadores quienes ven más unión de la que realmente existe entre esas personas, familias u hogares. Las relaciones pueden ser externas y mostrar únicamente que pertenecen a un mismo lugar o barrio. La conexión es un criterio para saber si los individuos participan en un proceso. Por tanto, los medios, al instruir, fomentar esa conexión.
La cohesión es un paso más, puesto que indica un compromiso, resultado más de las experiencias compartidas que de objetivos claramente formulados. Las personas o grupos relacionados o conectados comienzan a desarrollar una identidad común, atributos comunes, fronteras comunes y una coincidencia más aguda de que ellos forman parte de una empresa común. Los responsables que eliminan la instrucción de la información periodística pueden tener en la cohesión un criterio claro para permitir que llegue a los lectores. Entre otras razones, porque unas familias y hogares más cohesionados pueden convertirse más fácilmente en suscriptores [37]. Aunque HAVELOCK no lo señala, un uso muy importante de los medios es indicar cuándo el compromiso puede convertirse en algo peligroso. Pertenecer a un grupo demasiado cohesionado es pertenecer a una secta, en la que el individuo pierde su libertad. Irving JANIS sí ha tratado este tema con gran detalle [38]
Con la conexión dinámica, individuos, familias y grupos comienzan a ser interdependientes, a ejercer una influencia mutua, a realizar tareas conjuntamente. Roles diferenciados, división del trabajo, planificación participativa, son otros tantos términos que sugieren este nivel de desarrollo del sistema.
Finalmente, la cohesión dinámica muestra que individuos, familias, grupos, tienen éxito al resolver diversos problemas cíclicos. Entonces, se ven a sí mismos como partes interrelacionadas y complementarias de un todo viviente en el que participan y del que se benefician.
7. CONCLUSIÓN
La vida cotidiana está influyendo de tal manera en la información periodística que en los próximos años irá aumentando el componente de instrucción. Algunos investigadores están logrando una visión combinatoria de la información periodística, resultado de su manera de abordar las múltiples audiencias.
A la vez, los periodistas pueden encontrar un autoconcepto cada vez más preciso, sabiendo cómo pueden contribuir a que la vida cotidiana de su público tenga un reflejo en los centros de decisión. De esta manera, contribuyen a dar sentido a los múltiples lazos de la vida social.
NOTAS
[1] NEURATH, Otto (1973): Fundamentos de las ciencias sociales. Madrid, Taller de Ediciones J. B., 152 pp.
[2] SMITH, Raymond C. (1978): The Messaqe Measurement Inventory. A Profile for Communications Analysis. Bloomington, Indiana, Indiana University Press, 219 Pp.
[3] LEMERT, James B (1981): Does Mass Communication Change Public Opinion After All?. A New Approach to Effects Analysis. Chicago: Nelson Hall, P. 118. Ver también LEMERT, James B., MITZMAN Barry N., SEITHER Michael A., COOK Roxana H. y HACKETT Regina (1977): «Journalists and Mobilizing Information». JOURNALISM QUATERLY, 5 4, 4 (Invierno): 721-726; LEMERT, J. B. y LARKIN Jerome P. (Otoño 1979): «Some reasons why mobilizing information fails to be in letters to the editor». JOURNALISM QUATERLY, 56: 3: 504-512; LEMERT, James B. y COOK Roxana J. (Invierno 1982): «Mobilizing Information in Broadca st Editorial and «Free Speech» messages». JOURNAL OF BROADCAST ING, 26,. BYBEE, Carl R. (Otoño 1982): «Mobilizing Information and R eader Involvement: An Empirical Test». JOURNALISM QUATERLY, 59, . LEMERT, James B. y ASHMA Marguerite G. (Invierno 1983): «Extent of Mobilizing Information in Opinion and News Magazines». JOURNAL ISM QUATERLY, 60,. LEMERT, James B. (Verano 1984): «News Conte xt and the Elimination of Mobilizing Information: An Experiment». JQ, Pp. 243-249 y 259.
[4] ROSSOW, Marshel D. y DUNWOODY Sharon (Primavera/Verano 1991): «Inclusion of «Useful» Detail in Newspaper Coverage of a High-Level Nuclear Waste Siting Controversy». JOURNALISM QUATERLY, PP. 87-100.
[5] KEEFER, Joseph D. (Verano 1993): «The News Media´s F ailure to Facilitate Citizen Participation in the Congressional Polic ymaking Process». JOURNALISM QUATERLY, Pp. 412-424.
[6] ACKOFF, Russell L. y EMERY Fred (1972): On Purposeful Syste ms. Chicago, Aldine-Atherton, P. 143.
[7] LEWIN, Kurt (Ocyubre 1943): «Forces Behind Food Habits and Methods of Change». En Bulletin of th e National Research Council. Número 108. Es un a rtículo en el que LEWIN ofrece su Teoría sobre el Canal y el Gatekeeper. Recomiendo leer precisame nte esta versión, mejor que la versión de 1947, aun que no resulte fácil hacerse con el artículo. [8] LEMERT (1981) P. 147. [9] LEMERT (1981) P. 148. [10] LEMERT (1981) Pp. 121-122.
[11] ACKOFF y EMERY (1972) P. 125.
[12] DE SOLA POOL, Ithiel, y SHULMAN, T. (1964): «News men’s Fantasies, Audiences and Newswriting», en DE XTER, L. A. y WHITE D. M.: People, Society and Mass C ommunications. Nueva York, The Free Press, Pp. 141-158.
[13] ACKOFF y EMERY (1972), P. 180
[14] JANOWITZ, Morris (1960): The Profesion al Soldier. Glencoe, Free Press, Pp. 223-224.
[15] TUNSTALL, Jeremy (1971): Journalists at W ork: Specialist Correspondents, the News Organizations, N ews Sources and Competitors-Colleagues. Londres, Constable. Pp. 24-26. Este autor sí sabe enlazar con los conceptos de otros autores. Por ejem plo, reconoce explícitamente lo útil que le han resultado los conceptos de rutina y no rutina, de Charles PERROW.
[16] VALBUENA DE LA FUENTE, Felicísimo (1996): Teor ía General de la Información. Madrid, Editorial Síntesis, 1996 . (Próxima a aparecer).
[17] ACKOFF y EMERY (1972) P. 153.
[18] Invito al lector a que, teniendo esto presente, lea BARKER Martin y BEEZER Anne (Eds ) (1994): Introducción a los Estudios Culturales. Barcelona, B osch, y se fije en cuántas veces los diversos comentadores d e los trabajos sobre estudios culturales reprochan a los autores q ue han escrito sin preocuparse de los intereses subjetivos de las au diencias. Se trata, en este caso, de autores «críticos». Puede observar que ocurre lo mismo cuando los autores «administrativos» cruzan acus aciones entre éllos. Y no digamos cuando hay polémicas entre las dos Escuelas. (Me doy cuenta de lo mucho que estoy simplificando cuando sintetizo en las dos Escuelas las múltiples corrientes).
[19] KRISTIANSEN, Connie M. y HARDING Christina M. (Verano 1984): Mobilization of Health Behavior By the Press in Britain. JOURN ALISM QUATERLY, PP. 364-370 y 398. Estas investigadoras hablan de la eficacia institucional, que so n las creencias y actitudes que las personas mantienen hacia las instituciones. Concluyen que hay poca información sobre la salud, que la prensa, además, evalúa negativamente a la sanidad pública y así es como puede disminuir la fé del público en el sistema médico británico. Hay más información sobre fisiología de la enfermedad que sobre fisiología de la salud.
[20] JANOWITZ, Morris (1
975): «Professional Models in Journalism: The Gatekeeper and the Advocate». JOURNALISM QUATERLY, 52, Pp. 618-626 y 662.
[21] ACOFF y EMERY (1972) Pp. 155-156. [22] ZHU, Jian-Hua ha identificado tres tendencias en los últimos años o chenta: Una caída en la posición de prensa adversaria entre los viejo s; un amento en los de mediana edad y una regresión hacia una posic ión intermedia en los más jóvenes. «Recent Trends in Adversarial Att itudes Among American Newspaper Journalists: A Cohort Analysis». J OURNALISM QUATERLY, Invierno 1990, P. 992. Ha surgido, también, una Literatura que enseña a los perio distas cómo arriesgarse sin ser temerarios: KANE, Peter E. (1992): Errors, Lies and Libel. Carbondale, S outhern Illinois University Press, 190 PP; ROSINI, Neil J. (199 1): The Practical Guide to Libel Law. Westport, Praeger, 229 Pp; K APLAR, Richard T. (Compilador) (1991): Beyond the Courtroom: Alt ernatives for Resolving Press Disputes. Washington, The M edia Institute, 153 Pp; DENNIS, Everette E. y NOAM Eli M. (Com piladores) (1989): The Cost of Libel: Economic and Policy Implica tions. Nueva York, Columbia University Press, 293 Pp; Recogen los estudios que encargó el Gannett Center for Media Studies de la Columbia Business School.
[23] DILLON, John (Verano 1990): «Career Values as Predictor of th e Perceived Role of Media». JOURNALISM QUATERLY, Pp. 369-376.
[24] JUNG, Carl Gustav (1964): Tipos Psicológicos. Buenos Aires, Editorial Sudamericana.
[25] ACKOFF, R. L. (1978): La realización de un proyecto de futuro. P lanificación de Sistemas y Principios de Organización. Madrid, Servicio d e Publicaciones de la Escuela de Organización Industrial.– (1978) The Art of Problem Solving. Nueva York, John Wiley and Sons. Para un resumen del estudio citado, véase VAZQUEZ MUÑOZ, María Pilar (1995): «Los mensajes publicitarios», en EL MIR, A. y VAL BUENA DE LA FUENTE, Pp. 379-385.
[26] Un libro que podría ayudar mucho en estas inves tigaciones sobre los periodistas sería el de KEIRSEY, David y BATES Marilyn (1984): Please, Understand Me: Character and Temperament Types. Del Mar, California, Gnosology Books. Emplea el «Indicador de Tipo, de Myers-Briggs», derivado direc tamente de JUNG.
[27] BELENKY, M. F., CLINCHY F., GOLDBERGER N. R. y TARULE J.M. (1 986): Women’s ways of knowing: The development of self, voice and m ind. Nueva York, Basic Books. Distinguen una mujer constructivista y o tra procesalista, con dos tipos de esta última, las conocedoras separadas y las conectadas. ¿Por qué sólo tres tipos de mujeres? Si la constructivista se corresponde con el tipo intuitivo de JUNG, la separada con el reflexivo y la conectada con el perceptivo, ¿qué ocurre con la mujer dinámica?. Estas cuatro autoras figuran entre las <>. Prefiero pensar que me equivoco al interpretarlas porque si no, flaco favor teórico harían a las mujeres si dejan fuera nada menos que a las dinámicas. Podían haberse evitado este error, que puede seguir reproduciéndose durante años, con sólo haber consultado a JUNG, ACKOFF y EMERY. Janet BRIDGES muestra también las insuficiencias del modelo triádico . Logró que cumplimentaran su cuestionario nada menos que 111 Reda ctores-Jefe de periódicos de 38 estados. Sin embargo, la autora se enre da una y otra vez cuando quiere explicar lo que hubiera resultado relativ amente fácil si hubiera empleado los Tipos Psicológicos de JUNG. BRIDG ES, Janet A. (Invierno 1991): «Daily Newspaper Managing Editors’s Perce ptions of News Media Functions». JOURNALISM QUATERLY, Pp. 719 y sig.
[28] HARRIS, Alex. (1976): Stop the Presses! (The Newspaperman in Americ an Films). A.S. Barnes & Co./ Thomas Yoseloff Ltd, Nueva York-Londre s. Aunque es una obra para el gran público, que no se atiene a las norm as del Análisis de Contenido, contiene mucha información, incluso gráfi ca. Partiendo de este libro, un investigador puede refinar las categorías y lograr un gran trabajo. Sobre el periodista como paño de lágrimas, ABRAMSON, Phyllis Leslie (1990): Sob Sister Journalism. Westport, Con netticut, Greenwood Press.
[29] LEMERT (1981) Pp. 138-139 y 144.
[30] EMERY, Fred y EMERY Merrelyn (1975): A Choice of Futures: To En lighten or to Inform. Camberra, Center for Continuing Education. Austr alian National University, 212 Pp. La cita es de las Pp. 155-156. N o sólo no ha perdido actualidad este libro sino que ha resultado p rofético en muchas de sus previsiones.
[31] ROSSOW, Marshel D. y DUNWOODY Sharon (Primavera/ Verano 1991): «Inclusion of «Useful» Detail in Newspaper Coverage of a High-Level Nuclear Waste Siting Controversy». JOURNALISM QUATERLY, Pp. 87-100. Cuando encuentran a period istas que son «abogados» -a los que no consideran objetivos- omiten l as clases de detalles sobre individuos que permitirían a los lectores s ituarlos fáclmente.
[32] LEMERT (1981) Pp. 150-154.
[33] KEEFER, Joseph D. (Veranao 1993): «The News Media´s Failure to Fac ilitate Citizen Participation in the Congressional Policymaking Proces s». JOURNALISM QUATERLY, Pp. 412-424.
[34] KEEFER ha tomado estas variables de COBB, Roger W. y ELDER Charles D. (1983): Participation in American Politic s: The Dynamics of Agenda-Building. Baltimore, John Hopk ins University Press, P. 43.
[35] MEYROWITZ, J. (vERANO 1993): «Images of Media. Hidden Ferment -and Harmony- in the Field». En JOU RNAL OF COMMUNICATION. THE FUTURE OF THE FIELD I. T he Disciplinary Status of Communication Research. New Direc tion, New Agendas. Connecting Communication Scholarship to P ublic Policy. Pp. 55 y sig. Este autor distingue medios como conductos, lenguaje y ambientes , con un modo de trabajar muy semejante al de STAMM.
[36] STAMM, Keith R. (1985): Newspaper Use and Community Ties. Norwood, N. J., Pp. 14-19. La cita es de la P. 19.
[37] HAVELOCK, R. G. y HUBERNAN A. M. (1977): Solving Educational Problems. The theory and reality of innovations in developing cou ntries. Paris, Unesco, Pp. 28-32.
[38] JANIS, Irving L. (1972): Victims of Groputhink. A psychol ogical study of foreign-policy decisions and fiascoes. Bo ston, Houghton -Mifflin; Sus investigaciones anteriores: H OVLAND, Carl I; JANIS, Irving L. y KELLEY, Harold H. (197 0): Communication and Persuasion. Psychological Studies of Opinion Change. New Haven, Yale University Press (12ª Edición) 315 Pp. (La 1ª edición es de 1953); JANIS, Irvi ng L.; HOVLAND, Carl I. y otros (1959): Personality and P ersuasibility. New Haven. Yale University Press. En 1977 , publicó con L. MANN Decision making. Nueva York, The Free Press. En 1982, abrevió el título del libro citado.
Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
Nota
Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.

Nota
Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso
Mario Mainardi (en la foto tomada hoy), uno de los principales sospechosos por el femicidio de Cecilia Basaldúa cometido en Capilla del Monte, Córdoba, hace poco más de 5 años, finalmente fue citado por la fiscalía de Cruz del Eje para realizarle este martes una extracción de sangre. La abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón, se enteró apenas un día antes de esta citación a Mainardi. El sospechoso (actualmente vive en Santa Fe) había sido encargado de alojar a Cecilia en Capilla, y fue la última persona que la vio con vida, el 5 de abril de 2020. Sobre su presencia hoy en Cruz del Eje, contó la abogada: “Sacó fotos a todo el edificio, selfis con tribunales de fondo y salió custodiado con personal de la policía de Córdoba. Se subió a un móvil y se fue”.
Las irregularidades y desinformación o manipulación en la causa han sido frecuentes en perjuicio de la familia y sus defensores (además de Pavón, el abogado Gerardo Batistón es querellante en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También ha significado un ocultamiento a la prensa. Audiencias para las que los testigos no eran notificados, falsos argumentos policiales para explicar su propia inoperancia, demoras incomprensibles en la causa, todos temas por los que hay iniciada una denuncia de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la Dirección de Investigaciones de las Fuerzas de Seguridad. Además se solicitó a la Fiscalía de Cruz del Eje que la policía de Capilla del Monte, ya no sea la que realiza las notificaciones.
Queda pendiente ahora la información que se brinde a la sociedad sobre este trámite, que permitió ver a un sospechoso clave que nunca dio la cara. La causa ha sido siempre un laberinto sacudido en todo caso por numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad. Aquí publicamos la crónica de lo ocurrido hace menos de un mes, al cumplirse 5 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Basaldúa.
Fotos y crónica de María Eugenia Marengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Lúquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
- Revista MuHace 1 día
Mu 203: En la mira
- Derechos HumanosHace 4 semanas
40 años del Juicio a las Juntas: ¿qué significa hoy?
- NotaHace 2 semanas
Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
- ActualidadHace 4 semanas
Un legado del Papa Francisco: nuestra casa, el planeta
- ActualidadHace 1 semana
Lo viejo funciona