Nota
De Jujuy a Buenos Aires, contra la violencia machista: familias viajaron para reclamar el fin de la impunidad

Familiares de distintas víctimas de la violencia machista y personas que denuncian impunidad judicial viajaron desde Jujuy a Capital Federal para saltear el cerco que, denuncian, reina en la provincia: “No tenemos visibilidad en Jujuy, estamos encerrados”. Lo que tienen en común: años de impunidad, perdida de expedientes, pagos de gastos judiciales, falta de búsqueda policial, complicidad policial y judicial, no hay imputados, no hay detenidos. Qué piden: presupuesto, visibilidad, justicia, memoria y verdad. Cómo lo están haciendo: “Gracias a las marchas la gente hoy no se calla”.
Una, y otra, y otra, y otra, y otra remera blanca con una foto estampada. Una sonrisa perdida. Y una palabra: justicia.
Una decena de familiares con remeras blancas y fotos estampadas caminan por las calles de Buenos Aires. Durante un largo día mantendrán distintas reuniones, conferencias e irán a Plaza de Mayo a grabar un video. En el medio, hablarán con lavaca para denunciar el grito que traen desde Jujuy, a 1.500 kilómetros y otras cosas más de distancia de la Casa Rosada.
Muchas no pueden estar acá por falta de miedo, o por falta de dinero”, cuenta Elmiro, familiar de Katherine Vilte, asesinada en 2011. “Nosotros somos la voz de todas estas víctimas de gente que se cree impune”.
El hermano de Rosita Aliaga, asesinada el 29 de mayo de 2015, saca cuentas: hace seis años y 5 meses que no hay justicia. Ni ningún detenido. “La causa está freanada”, define. “Tenemos la cuarta abogada del caso. La fiscalía en su momento no actuó para investigar, por eso es que hoy está la causa frenada”, explica. El sospechoso, la ex pareja.
Rosalia Quiroga se encuentra desaparecida. Una de sus familiares viajó para denunciar que no la buscan. “Yo conozco toda la provincia y les pregunto a los policías si conocen el caso de mi hija: no la conocen”, revela cómo verifica la inacción policial y judicial.
En el caso de Rosalía Lucía Quiroga, de Palpalá, la familia cuenta que el sospechoso es amigo de la policía: “Una persona de dinero, que tenía negocios”, cuentan como explicando las causas de la impunidad. “No hicieron bien el rastrillaje. Y la madre no pudo seguir buscándola, porque se enfermó. Lo único que quiere ella es que la sigan buscando”, trae su voz hasta Buenos Aires una de sus vecinas.
Roxana Mabel Cruz, por su parte, fue abusada sexualmente.Su relato estremece y demuestra la otra cara de la violencia machista: “Denuncié a mi jefe. Hasta el día de hoy, va a hacer 1 año, no me llamo la fiscalía, nada. Me dieron una medida cautelar para sacarme de mi lugar de trabajo. A la semana, lo ascienden. Me empezaron a tildar por loca, mentirosa. A los directores que yo denuncio, también: la jueza dijo que para protegerme a mí me sacaban del lugar de trabajo. Pero estaban protegiendo a ellos. Yo sé que me puse al frente de la denuncia y corro riesgo. Dos veces me amenazaron en mi casa. En Jujuy se ven que las mujeres que denuncian y son contratadas o precarizadas, las echan, quedan sin trabajo. Si a mí no me echan es porque soy planta permanente, pero es una constante lo de los abusos: hay muchos abusos, muchas violaciones, y también hay mucha impunidad. Caminar este camino de dolor es feo. Yo llevo una cruz por haber denunciado que fui abusada. Piensan que es mi culpa, que miento. Pero yo sé que hay algo bien claro que yo tengo: que yo no quiero que sigan pasando estas cosas. Les digo a otras mujeres que denuncien. Es lo que nos queda: seguir y seguir, porque yo sé que es lo que tengo ahora. Hay muchas mujeres que sufrimos en silencio durante años. Me toca ahora juntarme con muchas que ahora me cuentan”.
Desde el Barrio San Isidro de San Salvador de Jujuy, la hermana de Agustín denuncia una trama de impunidad que protagoniza al narcotráfico. Agustín apareció ahorcado hace 3 años y si bien los peritos dieron lo quisieron hacer pasar por suicidio, “mi mamá recaudando datos entendió que Agustín había sido asfixiado por alguien”. Sigue contando: “El abogado que estuvo llevando el caso había sido familia del juez y el sobrino de la fiscal: se cerró el caso0. Mi mamá venía denunciando cuestiones de drogas, creemos que fue un ajuste de cuentas. Y en la familia seguimos amenazados por los tranzas. Yo tengo miedo por mis hermanos menores. Queremos que se termine, la policía hasta ahora no hace nada”.
Así, la descripción de cada caso va dibujando a la máquina de violencia institucional y machista de la cual estas personas, al igual que sus seres perdidos, siguen siendo víctimas. Por eso, el relato detallado de los culpables de femicidios y culpables de la falta de justicia es una herida abierta que el Estado sigue profundizando día a día, sin dar respuestas.
Mientras tanto, ellas y ellos viajaron como quien escapa de una burbuja: “Todo Jujuy está a la expectativa de qué estamos haciendo acá. Se ponen nerviosos porque salimos de la provincia, donde allá tienen controlado”, dice la mamá de Iara Rueda.
“Lo que tenemos en común es que todos sufrimos”, sigue, y enseguida el resto suma otras conexiones: perdida de expedientes, pagos de gastos judiciales, no hay imputados, no hay detenidos, la mayoría no supera los 20 años.
“No tenemos visibilidad en Jujuy, estamos encerrados”, repiten. Y piden recursos, porque saben que los hay: “No es que no hay, sino que los privilegian hacia otro lado. Para otros, en 2, 3 meses se solucionan las cosas”. Aquí hay familias que cuentan que hay causas que llevan 10 años sin justicia.
Ahora, por primera vez, viajaron en una red de familiares que parece recién empezar.
En Jujuy, ya parieron una fórmula: “Gracias a las marchas, la gente hoy no se calla”.
En Buenos Aires pretenden prender la misma mecha.

Los casos
Uno de los femicidios emblemáticos de esta comitiva es el de Iara Rueda. Su madre fue una de las impulsoras del viaje.
Iara estuvo desaparecida desde el 24 de septiembre, luego de que un compañero la citara para entregarle unos materiales y tarea del colegio. La familia salió a buscarla desde un primer momento mientras, cuenta su madre Mónica, la policía ponía excusas y no la buscaba.
Después de una pueblada recién ahí empezaron rastrillajes. Pero, de nuevo, ante la falta de respuesta de la policía y el Estado, se cortó la ruta.
El lunes 28 de septiembre fue finalmente encontrada asesinada en un descampado de Barrio 2 de abril en Palpalá. La encontraron en un lugar donde los vecinos habían rastrillado días antes, luego de un llamativo apagón en todo el pueblo.
Por su femicidio se encuentran detenidos en prisión preventiva Raúl Arnaldo Cachizumba y Mauricio Esteban Abad, y hay involucrado un menor de 17 años, alojado en un Centro Educativo de Menores. Cachizuma y Abad están acusados de ser los autores del delito de «homicidio doblemente gravado por alevosía y femicidio», en tanto el menor de edad está imputado como presunto autor del delito de «homicidio triplemente gravado por alevosía, por el vínculo y femicidio».
La familia de Iara realizó, a su vez, una denuncia a funcionarios por incumplimiento de deberes. Denuncian que tanto Alejandra Martínez (Consejo Provincial de la Mujer), como Exel Meyer (Ministro de Seguridad) y Guillermo Corro (Jefe de la Policía) no activaron siquiera los protocolos de búsqueda para este tipo de casos.
Teléfono: Mónica – 38850822050.
Rosa Adriana Aliaga
Rosa “Rosita” Aliaga fue asesinada el 29 de mayo del 2015 en el barrio Virgen dela Merced, Libertador general San Martín, Jujuy. Fue punzada con un cuchillo la zona del cuello y fue arrastrada hasta el fondo de la casa y la semisepultaron.
Hasta el día de hoy el caso sigue impune: hubo un detenido 11 meses, pero lo dejaron en libertad por faltas de pruebas.
Contacto: 3886 448477.
Camila Peñalva
Este caso lo habían caratulado como muerte “por una broncoaspiración por ebriedad”. Su familia denunció desde el comienzo irregularidades en la investigación y acusó al perito oficial del caso de falsear la autopsia. Tras la conformación de una junta médica que realizó un informe completo, Roberto Quipildor, la ex pareja, quedó detenido y acusado por homicidio triplemente agravado: por el vínculo, por uso de veneno y por violencia de género.
Camila tenía dos hijos: Lara Yuliana Quipildor y Aarón Bruno Peñalva.
Por su caso viajó Walter Héctor Peñalva, tío de la víctima.
Celular: 1125534759.
Tania Palacios
El 15 diciembre 2019 en San Pedro de Jujuy Mauro Aparicio (miembro de fuerza federal) le dio un tiro en el pecho a Tania. El caso elevado juicio, y se espera fecha de juicio para dictar sentencia. Su madre reclama perpetua.
Se encuentra en Buenos Aires su tío Gabriel Palacios: 3888- 517871.
Cintia Tolaba
Cintia Tolaba se encuentra desaparecida desde el enero de 2016, en el departamento Santa Bárbara, Jujuy. Su familia denuncia que nadie la busca al día de hoy.
Tenía 15 años, en noviembre cumpliría 21.
Contacto: 3888608727.
Katherine Vilte
Katy salió de su casa con una amiga y a los días su cuerpo fue encontrado en el barrio Martijena. Corría 2011. Fue abusada y prendieron fuego su cuerpo.
10 años después, no hay detenidos y la familia pide que se haga justicia.
Contacto: 3885010774.
Paula y Bruno Huanco
Paula Huanco, de 28 años de edad y embarazada de 8 meses, fue atropellada en Alto Comedero el 5 de junio de 2021.
El conductor del automóvil, Ángelo Franco, de 38 años, fue imputado por homicidio simple con dolo eventual. Estaba alcoholizado.
La familia quiere que también se lo impute por el asesinato de Bruno, el niño que no llegó a nacer.
José María Villafañe
Fue asesinada el 3 mayo 2020 por su pareja, en complicidad con su amante. Su caso está caratulado como “homicidio calificado con alevosía agravado por el vínculo”. Se encuentran imputados Magalí Quiroga Sáenz y Víctor Hugo Garnica, en libertad. La causa se encuentra elevada a juicio, sin fecha de inicio.
Su hermana María Florencia se encuentra en Buenos Aires: 388 5070614.
Matías Puca
El 17 de septiembre de 2017 Matías Puca y sus amigos se bajaron mal del colectivo, confundieron las paradas y emprendieron caminata de unas 15 cuadras hasta el Regimiento 20, donde se alojaban. En ese trayecto, sobre avenida Fascio es que un auto atropella a Matías y dos compañeros más. Él se lleva la peor parte.
El auto se dio a la fuga. Tres días después Matías muere producto de los daños cerebrales y complicaciones del resto de las heridas causadas.
R. M. Cruz es el único detenido e imputado como supuesto responsable del delito de “homicidio simple” conforme lo previsto y penado por el artículo 79 del C.P.P.
Contacto: 1553457279.
Nota
Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.

Nota
Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso
Mario Mainardi (en la foto tomada hoy), uno de los principales sospechosos por el femicidio de Cecilia Basaldúa cometido en Capilla del Monte, Córdoba, hace poco más de 5 años, finalmente fue citado por la fiscalía de Cruz del Eje para realizarle este martes una extracción de sangre. La abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón, se enteró apenas un día antes de esta citación a Mainardi. El sospechoso (actualmente vive en Santa Fe) había sido encargado de alojar a Cecilia en Capilla, y fue la última persona que la vio con vida, el 5 de abril de 2020. Sobre su presencia hoy en Cruz del Eje, contó la abogada: “Sacó fotos a todo el edificio, selfis con tribunales de fondo y salió custodiado con personal de la policía de Córdoba. Se subió a un móvil y se fue”.
Las irregularidades y desinformación o manipulación en la causa han sido frecuentes en perjuicio de la familia y sus defensores (además de Pavón, el abogado Gerardo Batistón es querellante en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También ha significado un ocultamiento a la prensa. Audiencias para las que los testigos no eran notificados, falsos argumentos policiales para explicar su propia inoperancia, demoras incomprensibles en la causa, todos temas por los que hay iniciada una denuncia de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la Dirección de Investigaciones de las Fuerzas de Seguridad. Además se solicitó a la Fiscalía de Cruz del Eje que la policía de Capilla del Monte, ya no sea la que realiza las notificaciones.
Queda pendiente ahora la información que se brinde a la sociedad sobre este trámite, que permitió ver a un sospechoso clave que nunca dio la cara. La causa ha sido siempre un laberinto sacudido en todo caso por numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad. Aquí publicamos la crónica de lo ocurrido hace menos de un mes, al cumplirse 5 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Basaldúa.
Fotos y crónica de María Eugenia Marengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Lúquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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