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De lo malo, lo bueno: el fin del neoliberalismo, la ciencia no exacta y el momento de invertir en lo común

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Cuarta parte del intercambio entre Claudia Acuña y América Vera Zavala, de Buenos Aires a Estocolmo. Los dos países mantienen estrategias totalmente distintas: Argentina va por su segunda semana decuarentena obligatoria, mientras Suecia mantiene abiertos los lugares públicos. ¿Cómo se vive el mismo virus? La estrategia intermedia en México, y la idea de que nuestras vidas dependen «del epidemiólogo que nos toque en suerte». Quién está pensando en el post corona, la preocupación por los trabajos sin ingresos fijos y cómo aprovechar para sentar una base de derechos.

Buenos Aires, Argentina, 28 de marzo de 2020

Querida América:

Dos temas me preocupan y ocupan estos días.

El principal es  para mí el  prioritario y definitorio: cómo afecta el aislamiento de un país a aquellos que no tienen un ingreso fijo.

A partir de hoy el Estado argentino otorga un subsidio de 10 mil pesos (115 dólares, aproximadamente)  a aquellos trabajadores precarizados, que aquí están clasificados bajo un régimen tributario especial, llamado “monotributo”, que nació en 1998, en plena pandemia neoliberal. Y que ningún gobierno corrigió, por cierto. Esta medida llega después de muchos reclamos, pero llega y comienza a tramitarse hoy en forma online y durante los próximos días, según el número en el cual termina tu documento de identidad. Para los que no tienen ni siquiera una  categoría impositiva, se están repartiendo bolsas de comida. El ejército lo hace en villas y periferias urbanas, el sector más afectado por el stop de la actividad económica llamada “informal”  que implican estas medidas. En esto días tuve que hacer de puente entre esos bolsones y muchas amigas que trabajan limpiando casas y quedaron atrapadas en una habitación de pensión, con sus hijos y sin ingresos. Se trata de mujeres que nunca tramitaron ayuda estatal porque se las han arreglado arremangándose y que ahora quedaron fuera del radar de la asistencia social. Sus hijos habitualmente desayunan y meriendan en las escuelas públicas, pero el gobierno porteño –el distrito más rico del país que sigue en manos del partido que gobernó el país los últimos cuatro años, destrozando los servicios públicos y endeudándonos- ha cerrado varios y los que funcionan, solo entregan sándwiches. Es imposible aguantar este desastre con sándwiches. Los comedores escolares, integrados por madres y padres, se organizaron y plantearon este reclamo a las autoridades porteñas, que se comprometieron a comenzar a entregar bolsones nutricionalmente completos. ¿Cuándo? En los próximos días, aseguran.

Esperemos.

Leo ahora un reportaje que le hizo el diario El País de España al secretario de salud mexicano, Hugo López-Gatell, a quien presentan como “investigador, epidemiólogo y la voz de (el Presidente) López Obrador en la lucha contra el coronavirus”. Son muy interesantes los argumentos con los que cuestiona las proyecciones que obligaron a tomar medidas drásticas a otros gobiernos (el nuestro, el más estricto).  Con argumentos similares a los emiten en mi país las autoridades para defender la política sanitaria de aislamiento total, él argumenta lo contrario: “ En México tenemos una enorme inequidad, ofensiva, alarmante, la mitad de la población vive por debajo de la pobreza, al día. Pensemos en un comerciante de alimentos o en un albañil: esa es la población a la que nos interesa proteger. El balance correcto entre proteger la salud y la vida y proteger a la sociedad, no solo en el presente, sino en meses, en años después, es una delicada tarea. Para decirlo de una manera dramática, pero que no deja de ser real, quien pierda el trabajo pero esté dentro del empleo formal, cuando se recupere esta recesión, tendrá cierta posibilidad de volver. Pero quien viva al día, no va a tener esa posibilidad en el corto plazo y eso va a crear una disrupción social mayúscula”.

Replica entonces el periodista:

-Diría, entonces, que la economía prevalece sobre la crisis sanitaria…

Responde Lopez-Gattel: “Lo social, que es parte de la responsabilidad primaria del Estado. Eso es lo que queremos cuidar junto a la parte sanitaria. Queremos tener un equilibro, un balance entre las medidas que son correctas desde el punto de vista de la ciencia y la metodología de la salud pública sin vulnerar, hasta donde sea posible, a las personas con las economías más debilitadas”.

Estamos entonces frente a otro epidemiólogo que dicta otras medidas, diferentes a las que tú estás cumpliendo en Suecia y diferentes también a las que yo estoy cumpliendo en Argentina.

Me queda claro que la epidemiología no es una ciencia exacta. Y que nuestra vida cotidiana se afecta según el epidemiólogo que nos toque en suerte.

Esperemos.

Sin embargo, el mexicano tiene la virtud de señalar que el límite de las medidas sanitarias lo va a poner el contexto social. Es decir, cuánto soporte la gente más debilitada por estas economías desiguales, concentratarias e ineficientes, que en nuestro continente colapsan década tras décadas. Antes las llamábamos crisis, ahora por reiteradas, agotadoras y enfermantes, pandemias.

Sigue luego el reportaje:

López-Gatell: … otra crítica a los Gobiernos del mundo: las medidas de contención en las fronteras marítimas, aéreas… Reto a cualquiera a que me dé una colección razonable de artículos científicos o simplemente técnicos que muestren cuál es el rendimiento de esa intervención en términos de disminuir el riesgo de introducción [del virus], ya sea porque lo difieren temporalmente o porque se disminuye la probabilidad de que entre a un país.

Periodista: Igual es que en estas crisis se va aprendiendo al paso de esta nueva epidemia. Es legítimo que los Gobiernos procuren proteger de la mejor manera que entiendan.

López-Gatell: Va. Eso lo doy por legítimo. Vamos a suponer, como dicen los abogados, suponiendo sin conceder, que la aspiración es legítima y que el compromiso como gobernantes es ético. Quieren proteger a su población, va. Pero la dinámica que vivió el mundo fue la de un dominó. Después de que Trump anunció que cerraban los vuelos, le siguió El Salvador, con muy pocos casos y pocos vuelos internacionales; Colombia; luego, Ecuador y luego.

Hoy la noticia es que Argentina cerró sus fronteras.

Ya nadie podía entrar, pero ahora nadie puede salir.

Nos dicen que debe ser así porque estamos esperando la peor etapa de la pandemia.

Leo entonces en el principal portal de noticias una nota sobre “Cómo será el peor día de la pandemia en la ciudad de Buenos Aires”: ese es el título. Lo que narra esa noticia es cómo se preparan las autoridades sanitarias de esta ciudad para darle batalla a “la bestia”: así denomina esta nota al virus, en su segunda línea. Lo que sigue es la descripción de un escenario de ciencia ficción: entre el domingo 26 y el jueves 30 de abril proyectan que 2.500 personas necesitarán en simultáneo atención en centros hospitalarios, el 5% en terapia intensiva. No existe en toda la nota una fuente con nombre, ya sea institucional o que a título personal se haga cargo de estas afirmaciones. Ni hablar de tres fuentes, lo cual es ya una costumbre perimida para la prensa argentina. Ningún editor con oficio editaría una nota semejante. Consulto entonces con colegas de ese medio sobre con qué pautas este tema están trabajando y me responden con una frase del Presidente: “estamos en una guerra contra un enemigo invisible”.

Otra vez, la memoria: comencé a trabajar en periodismo dos meses antes de que un dictador borracho declarara la guerra a Inglaterra ocupando las islas Malvinas. Aprendí así, muy rápido y muy cruelmente, que en una redacción la primera víctima mortal de una guerra es la verdad.

¿Así estamos?

Esperemos que no.

La respuesta llega hoy.

Ese mismo portal publica ahora una entrevista a Pablo Goldschmidt, un virólogo argentino radicado en Francia, en la que cuenta que el científico del College de Londres que elaboró las estadísticas que precipitaron la decisión del Primer Ministro británico (aquella escena Black Mirrow que te conté en la segunda carta) acaba de admitir un error. “(Neil) Ferguson dijo que la proyección que hicieron debía ser masivamente disminuida -tal la palabra que usó en inglés- con respecto a las cifras de muertes”.

Informa, también, las causas que hay detrás de las masivas muertes en Italia: años de desfinanciación de la salud pública. Y en particular, qué hay detrás de tantas muertes en Lombardia. Cito textual ese fragmento de la entrevista: Todas las fábricas de fibrocemento que usaban amianto estaban ahí. Hasta 1992, que lo prohibieron, estaba en techos y aislante de fábricas. Las paredes tenían amianto, que larga cristalcitos que llegan al pulmón, que luego puede cicatrizar, o no. El mesotelioma es el cáncer de pulmón producido por asbestosis o amianto. En las autopsias que se hicieron en Lombardía en los últimos diez años, el 85 por ciento eran por exposición laboral. Tumores malignos con localización pulmonar y peritoneal. Y hasta el 92 nadie prohibió el uso. Lombardía tiene diez millones de habitantes, es el lugar que tiene más empleados en la industria del amianto, el lugar del mundo con más asbestosis. Pero además, el amianto se pega a la ropa, a las fibras. La ropa de alta costura del norte de Italia las hacen señoras costureras. Puede creer que entre el 2000 y el 2012 hubo 4442 mesoteliomas malignos (2850 en hombres y 1592 en mujeres), cáncer de pulmón invasivo por exposición al amianto. Y crece más. Este año hubo 3,6 por ciento más que en años anteriores en hombres y 3,3 en mujeres mayores de 65 años. Y hasta el 2030 habrá 20 mil más.

-¿Qué relación existe con el coronavirus?

-Que en esa región, castigada por falta de medios, el cierre de camas, falta de aparatos de respiración, se encuentra la gente mayor, con pulmones con cáncer o lastimaduras crónicas, que hace que una infección viral se transforme en una infección mortal. Un pulmón agredido por una fibra mineral, tendrá una reacción distinta a un pulmón sano. Y no es casualidad que muera más gente donde están las fábricas de amianto”.

Le envío por wasap a una colega esta nota y me responde:

-Lo escuché en la radio. Y al terminar la entrevista, pidió que el gobierno argentino lo nombre delegado en la Organización Mundial de la Salud.

Otra vez, la ciencia no exacta, en este caso en términos de media timming.

Buscamos entonces la admisión de error del científico que hizo los cálculos. Por suerte, tiene Twitter y el chequeo fue rápido: ahí explica que fue malinterpretada su declaración ante el Parlamento británico. No admite error: ratifica sus pronósticos de letalidad.

¿Entonces?

¿Quién tiene razón?

¿Y cuáles son las razones valederas?

No se trata de que gane un epidemiólogo u otro porque esto no es una apuesta. Se trata de  ninguna de nosotras, las millones de personas que habitamos este mundo que se ha puesto horrible, pierda.

Por ahora, lo que estamos padeciendo millones en el planeta es, sin duda, este modo espera, cual Godot

Recuerdo un diálogo en especial de esa obra, cuando un personaje pregunta:

-¿Qué hacen cuando caen un lugar en donde no hay quién pueda ayudarlos?

-Esperamos poder levantarnos. Y después, nos vamos.

Esperemos a poder levantarnos: esa parece ser por ahora la tarea.

 El otro tema que me desgasta la energía estos días es la violencia que sufren las mujeres durante este encierro obligado, pero eso te lo contaré en la próxima carta, porque es largo y complicado.

Te abrazo.

Estocolomo, Suecia, 30 de marzo de 2020.

Claudia

Es domingo en la noche y estoy cansada.

Mi mejor amiga tiene cáncer de mama, y no sabe cuándo le van a hacer la operación, y justamente esta noche, una bomba explotó en el restauran de su casa y sus hijas se despertaron en shock. Ni me puede imaginar el estrés que está padeciendo. Y como ella es grupo de riesgo no pueden salir de la casa.

La criminalidad aumentará, como siempre en tiempos difíciles, y como si fuera poco, el trámite para cobrar el seguro es otro crimen, lo que me hizo acordar a otra película argentina: Carancho. ¡Qué buenas películas se hacen en Argentina!

Me dormí acostando a mis hijos, así que sigo hoy, lunes medio día en Estocolmo, que está en plena ola de frio: esta mañana hacia 2 grados. ¡Estoy harta del frio!

Bueno.

Hablemos de la economía con Corona (virus).

Es obvio, pero igual lo escribo: existe una gran diferencia entre las realidades económicas de nuestros países. Nosotros no tenemos grandes villas, no tenemos un sector informal grande, ni tenemos gente ”afuera” del sistema. Por ejemplo, en Suecia todas las personas tienen derecho a la salud pública y jardines públicos, no importa cuan pobre seas.

El tiempo de la Corona (virus) acá comenzó el 9 de marzo. Desde ese momento el gobierno propuso varios «paquetes económicos”. Anunció también los paliativos de subsidios: los afectados por suspensiones de empleo por el coronavirus recibirán el 90 % del salario. Otro: las empresas podrán diferir además el pago de varias tasas e impuestos, con efecto retroactivo desde el 1 de enero, según un plan valorado en hasta 300.000 millones de coronas suecas (27.785 millones de euros). Y varias medidas más.

Las grandes tendencias que veo son:

  1. La doctrina del shock, que Naomi Klein nos explicó en su libro. En todos los países existe una derecha, lobbyistas, empresarios, asociaciones de empleadores que tienen un PLAN. Nosotros tenemos que tener uno, otro.
  2. En Suecia los que trabajan en el sector público son los héroes y heroínas en tiempos de Corona (virus), más que todo los trabajadores de salud. Eso también crea una opinión muy fuerte en favor de los común, o sea en contra de soluciones privadas. Eso se tiene que utilizar políticamente para que en el tiempo de post-Corona (virus) reforzar el sector público y a las y  los que trabajan ahí.
  3. Varias de las medidas tomadas por el gobierno sueco ahora, en un tiempo extraordinario, son importantes en tiempos ordinarios. En Suecia, por ejemplo, existe un día que se llama Karensdag (google translate me pone solo la palabra “calificativo”), un día que no te pagan por estar en casa enferma. Mucha gente tiene entonces que ir al trabajo enferma y así puede enfermar a otros. En tiempos de Corona (virus) nos dicen que es muy importante quedare en casa si estás enferma, y así debería de ser siempre.
  4. Los derechos de la gente que trabaja en forma temporal o por horas se están reforzando: eso sería importante mantenerlo.
  5. Finalmente, cada país debería de crear un grupo responsable de elaborar un PLAN post-Corona virus, para un mejor futuro. Ese plan debería tener en cuenta temas centrales, como el cambio climático, la pobreza, el trabajo precario, la redistribución de la riqueza, entre otros.

Lo llame en aun amigo, diputado del parlamento Nacional por el partido de Izquierda, representante en la comisión de trabajo. Se llama Ali Esbati y es uno de los sobrevivientes de la masacre de Utoya (22 Julio 2011).

Le pregunté:

Suecia, otra vez, es el país diferente, ¿cuál es tu reflexión?

Tengo mucha confianza en la Agencia de Salud Pública. Pero diría que el país que más se distingue en estos momentos es Estados Unidos, con un Presidente que primero no dio importancia al coronavirus, después comenzó a tomar medidas, y ahora terminó convocando a que en Pascua llenemos las iglesias.

¿Qué opinión tienes sobre las medidas sanitarias que ha tomado el gobierno sueco?

Me parece que las medidas no están mal. Nosotros proponemos complementar con medidas que se destinen directamente a trabajadores con bajos salarios, por ejemplo, no pagar alquiler un mes, o dar posibilidad de pagar más tarde, aumentar la ayuda para familias con niños etc.

¿Qué ves más allá del tiempo coronavirus?

Tenemos una posibilidad histórica de terminar totalmente con el neoliberalismo. Ya está muerto desde hace tiempo, pero ahora podemos sacar el cadáver y botarlo. Es tiempo de invertir en lo común.

Ahora que estoy terminando esta carta veo por la ventana que comenzó a caer nieve. Mis amigos que reciben noticas de familiares en Estados Unidos me cuentan que en Nueva York hay personas muriendo en las calles. Y en España, muchas organizaciones de salud propusieron que niñas y niños puedan salir, pero el gobierno respondió: no. Me da pánico pensar en todos los niños del mundo encerrados, muchas veces en casa muy chicas, con adultos nerviosos.

Muchos abrazos Claudia.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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