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De qué hablamos cuando hablamos de ajuste: testimonios y datos de trabajadores estatales en lucha

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La pérdida de soberanía en ciencia y tecnología. Las vacunas que ya no llegan. Los métodos anticonceptivos que ya no están. La renuncia del director del área de Sida, ETS y Tuberculosis por la reducción a la mitad de su presupuesto. La salud desde una perspectiva asistencial. El vaciamiento de la Agricultura Familiar a la medida de la Sociedad Rural. La destrucción de procesos organizativos. Trabajadores poniendo plata de su bolsillo para continuar los conciertos de orquestas. El desfinanciamiento de las casas de cultura barriales. Postales en primera persona de qué hablamos cuando hablamos de ajuste en el Estado.

1) Secretaría de Agroindustria: “Buscan destruir procesos organizativos”

Tatiana, Lorena y Silvia son tres de las 400 personas despedidas de la subsecretaría de Agricultura Familiar, en el exministerio de Agroindustria. Fue el área más afectada tras los 567 despidos de la cartera que maneja el ex presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevere. Las tres son técnicas que trabajaban hacía una década desde los territorios:
“Al no estar las técnicas de terreno, los agricultores familiares no van a tener la asistencia técnica que muchas veces terminan recurriendo a un ingeniero agrónomo. Son sectores muy vulnerables y esas familias, al no estar el Estado, quedan desamparadas sin políticas públicas para ese sector. Eliminaron dos herramientas fundamentales como el Monotributo Social Agropecuario y el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (ReNAF). Las sacaron, y eso también es desprotección.

Foto: Lina Etchesuri


Es un claro recorte a lo que significan las políticas públicas que buscan construirnos soberanos en nuestros alimentos. A la hora de poder elegir qué comer y cómo producirlo nos estamos viendo afectados todos, no sólo técnicos y agricultores, sino personas que consumen estos alimentos, que son los que luego llevamos a la mesa.
¿Por qué el ajuste cayó de forma tan brutal en Agricultura Familiar? Es que así buscan destruir a procesos organizativos que trabajan desde lo social y hacen arraigo en la gente del campo, que ahora queda excluida y se va a vivir a las ciudades. El Estado busca así excluirlos, porque lo maneja un Gobierno que prioriza la Sociedad Rural y los grandes productores. El desguace es un traslado de dinero hacia Etchevere y sus amigos”.

2) Secretaría de Ciencia y Tecnología: “El Gobierno demostró que no tiene interés en tener un proyecto soberano de país”

Gabriela, 57 años, hace más de 30 que trabaja como administrativa en el Conicet.:
“Pasé el ajuste en los ´90 y sobrevivimos, pero ahora tuvimos un gran retroceso al perder nuestro Ministerio y convertirlo en una Secretaría: eso significa menos presupuesto para investigación y desarrollo de de ciencia y tecnología. Y más hambre en nuestro país”.
Nuria Giniger, investigadora adjunta del Conicet, se dedica a la antropología social del trabajo:
“Desde que asumió, el Gobierno nacional demostró que no tiene interés en tener un proyecto soberano de país. Esa subordinación y subalternización a los capitales internacionales y los países centrales se demuestra cotidianamente, entre otras cosas, desmantelando el Ministerio, que era poner en algún punto el futuro de nuestra patria. Tenemos una situación complicadísima porque los subsidios que se mantienen están en pesos, pero la producción científica mayoritariamente es en dólares. Los insumos se compran en dólares, por lo que quedaron muy achicados por la enorme devaluación y especulación financiera. Hoy estamos hablando de tres mil dólares anuales en un equipo de investigación. En insumos para equipo de biología: un reactivo sale 500 dólares. Entonces imagínense un equipo de 20 compañeros desarrollándose en cualquier área del conocimiento: no alcanza en lo más mínimo”.

3) Secretaría de Cultura: “Estamos en emergencia cultural”

Rosi, coordinadora de la Casa de Cultura en la villa 21-24 de Barracas, delegada de ATE:
“Prácticamente lo que hacemos es sobrevivir manteniendo el espacio con talleres culturales que los mismos vecinos buscan y quieren dar para bancar el día a día de la Casa. Estamos bancando nosotros el material con el que tenemos que trabajar, haciendo fotocopias, y abasteciéndonos entre nosotros porque no baja nada del ex Ministerio, hoy Secretaría. En limpieza, por ejemplo, nos bajaron el presupuesto. Imaginate que ponemos un papel higiénico por baño. Para todos. La Casa es un espacio para chicos y chicas del barrio, pero está totalmente abandonado por el Estado sin contenido barrial ni social”.
Marcos Antúnez, técnico de la Orquesta Sinfónica Nacional:
“Ya desde la asunción de Pablo Avelutto como ministro, pero ahora aún más con el rango de Secretaría, se afectó la programación de organismos como orquestas, coros y ballets, que siguen adelante porque somos los propios trabajadores quienes ponemos el hombro, y muchas veces de nuestro bolsillo, para hacer traslados de partituras y elementos para que los conciertos se puedan seguir llevando adelante. De todas formas, los organismos han menguado de forma exponencial dado que la función se redujo al ámbito de la Capital y del conurbano, dejando de hacer presentaciones en el resto de las provincias”.

Martín Rosetti, delegado en el sector administrativo:
“Trabajamos con programas de fomento de producción cultural e industrias culturales: vemos de primera mano cómo el ex Ministerio redujo presupuesto. Lanzamos una campaña que es ´emergencia cultural´, para que toda la sociedad se haga carne de este reclamo: con la reducción a Secretaría, lo que ocurre es que el pueblo argentino tiene menos derechos”.

4) Secretaría de Salud: “No vamos a permitir que destruyan la salud pública”

Luciana Angueria, trabajadora de la Dirección de Sida, Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), Hepatitis y Tuberculosis
“Hace días que renunció nuestro director por el brutal recorte. Hoy estamos acéfalos. El ajuste en nuestra área llega a un 50 por ciento si contemplamos la suba del dólar. Y hay que aclarar algo: el programa es para las personas que tienen cobertura y las que no. ¿Cómo va a impactar en los pacientes esto? Va a impactar, sobre todo, en la medicación, que no se consigue en farmacias: el Programa de Sida compra la medicación para toda la población que habita este suelo. Y la compra venía saliendo con mucho esfuerzo del ex director del programa que amenazaba con renunciar si le tocaban el presupuesto. Y renunció.

El Ministerio tiene una función rectora con todas las provincias. ¿Qué va a pasar ahora como Secretaría? ¿Cómo van a seguir impartiendo las políticas? El Ministerio imparte normas, protocolos, pero lo único que tenemos son recortes: se cayeron los contratos de universidades, que eran quienes trabajaban en salud territorial. Y eso no sólo son personas sin trabajo, sino una ausencia de políticas públicas en lugares donde el Estado estaba y ya no va a estar más, porque se va a privilegiar una mirada de salud de corte caritativo y asistencial”.
Carlota Ramírez, trabajadora del Programa SUMAR: “Pensamos que el nuestro es un programa protegido porque es financiado por un préstamo internacional del Banco Mundial que representa el 0,5 por ciento del presupuesto nacional. Su función es gestionar y asegurar la calidad de las prestaciones de otros programas, pero al estar debilitados en su mayoría, corremos el riesgo de que se convierta en un programa de prestaciones básicas dirigido a los sectores más vulnerables desde una lógica asistencial.
Y lo que nos preocupa, más allá de si va a haber despidos o no, es la función del Ministerio de Salud: su jerarquía es porque tiene una función rectora con un rol de elaboración de políticas públicas como vigilancia epidemiológica, relevamiento de datos estadísticos, etc. El mensaje que nos están dando es que todo va a seguir igual, pero sabemos que en ese caso no tendría sentido entonces la reorganización. Si desaparecen funciones, claramente las políticas públicas van a desaparecer en términos de salud, y sólo van a quedar políticas asistencialistas con algunas prestaciones para los más vulnerables y que el resto vaya al sector privado”.

Camila Lim, trabajadora de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva: “El ajuste ya venía sucediendo. No es de ahora. Siempre nos pedían que recortemos, que dejemos de viajar, que no nos capacitemos. Hace dos meses que venía muy presente la palabra ajuste, que implicaba un recorte del 30 por ciento. En nuestro caso, con el estallido del dólar, nosotros compramos métodos anticonceptivos: todo se multiplicó por dos. Ya llegábamos a cubrir hasta junio, pero nos espera un 2019 sin métodos anticonceptivos, después de la discusión sobre el aborto y tanto que se habló de educación sexual.
El recorte es tan claro que lo hace terrible.
Todo se agudiza cuando perdemos la jerarquía de Ministerio. No se tiene dimensión: ahora que pasó a Desarrollo, hay despachos que van a estar multiplicados como recursos humanos, planteles de tesorería, espacios de entrada. Estamos muy preocupados por los puestos de trabajo y en lo que eso significa en la continuidad presupuestaria de nuestros programas. Ni que hablar de las reuniones de Gabinete donde haya no haya un ministro de salud sentado o de las reuniones del Consejo Federal de Salud (COFESA).
Pero estamos organizados, esperando sacar a la calle todo lo que venimos defendiendo.
Y no vamos a permitir que destruyan la salud pública en Argentina”.

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Blas Correa, y la condena a 11 policías responsables de su muerte: “Esto recién comienza”

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11 agentes policiales fueron condenados por la muerte de Blas Correas en agosto de 2020 en Córdoba, después de 7 meses, 36 audiencias y el testimonio de más de medio centenar de testigos. La sentencia es histórica no solo porque demostró cómo funciona la máquina de violencia institucional, sino porque incorpora la capacitación a todos los agentes de la policía en el trato a víctimas, en el uso de armas de fuego, y obliga que se profundicen los exámenes psicotécnicos periódicos. Estos argumentos fueron planteados por la familia de Blas, que dice: “Marchando el 24 de marzo por mi hijo entendí en el lugar que estoy: vi mujeres marchando durante 40 años y así voy a morir yo, como las abuelas. Ese es el camino”.

Por Bernardina Rosini desde Córdoba. Fotos: Amnistía Internacional Argentina | Nicolás Bertea

“Prometo hacer todo lo posible para que las cosas cambien”.  

Soledad Laciar en una carta dirigida a su hijo. 

Soledad Laciar es la mamá de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que la noche del 5 de agosto de 2020 salió a comer una pizza junto a cuatro amigos -Mateo, Cristóbal, Camila y Juan Cruz- y quien horas se convertiría en una nueva víctima de la policía de Córdoba. 

Vale recordar: los cinco jóvenes regresaban a casa a bordo de un Fiat Argo cuando divisan un control vehicular; Juan Cruz (19 años, quien conduce) al ver que uno de los policías tiene un arma en la mano, se asusta, se saltea el control. Entonces se escuchan disparos. Seis. Uno de impacta en la espalda de Blas, quien siente la herida y le pide a Camila que le de la mano. Van rápidamente a un clínica, la primera que ven, lo bajan a Blas pero en la puerta se niegan a recibirlo, lo suben nuevamente al auto, intentan llegar al Hospital de Urgencias pero nuevamente son detenidos por un control policial; no los dejan avanzar y los obligan bajarse del auto; los amigos de Blas desesperados ruegan que atiendan al amigo herido pero los agentes policiales niegan cualquier asistencia, les piden documentos y hablan por radio. 

Así muere Blas, en el asiento trasero del auto, solo. 

Pero el horror no termina ahí: en minutos las dos duplas policiales que participaron del tiroteo se reúnen y resuelven plantar un viejo revólver calibre 22 y así intentar justificar sus disparos. El elenco policial interviniente lo conforman 13 agentes. 11 acaban de ser condenados (debajo de la nota, el detalle de las condenas).

Hacer historia

La sala del primer piso de Tribunales II en la ciudad de Córdoba está repleta, desborda hacia los pasillos. Amigos de Blas y de los sobrevivientes, hinchas de Belgrano (club del cual Blas era fanático), Abuelas de Plaza Mayo, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, madres que llevan remeras de sus hijos también víctimas fatales de la policía, mucha prensa, y ningún funcionario.

Es una jornada histórica, no sólo por la cantidad de agentes policiales condenados, sino porque la sentencia reconoce a Blas Correas, a su familia y a los sobrevivientes, como víctimas de actos de violencia institucional. Soledad Laciar, la madre, luego señalaría que éste reconocimiento fue el momento más conmovedor de la lectura, puesto que señala a la maquinaria en su totalidad.

Y es que la Cámara 8ª del Crimen de la ciudad de Córdoba dió lugar al señalamiento de la familia de Blas, por un lado, con respecto a la ampliación del alcance de responsabilidades y ordenó investigar al ahora ex Ministro de Seguridad de Córdoba y actualmente legislador por el oficialismo, Alfonso Mosquera, y a la actual jefa de la Policía, Liliana Zárate. 

Al primero, por presuntos actos de corrupción y malversación de caudales públicos al entregar un vehículo judicializado a uno de los comisarios. Mosquera declaró en el juicio que se trató de “una gauchada personal”.

En cuanto a Zárate -que se desempeñaba como titular de Recursos Humanos de la fuerza para aquel entonces- se la responsabiliza de que los policías Lucas Gómez y Javier Alarcón (autores de los disparos) se encontraran en ejercicio a pesar de que sus legajos estaban nutridos con varias imputaciones anteriores al hecho y, en el caso particular de Alarcón, de no haber aprobado una práctica de tiro. A Zárate se la investigará por omisión de los deberes de funcionario público y por las falencias en la formación y el control de los agentes policiales.

El Tribunal también indicó que se inicie investigación judicial y se identifique a los uniformados policiales que durante esa madrugada detuvieron el Fiat Argo y no permitieron que los amigos de Blas lo llevaran al hospital a pesar de la evidente necesidad de atención médica.

Conforme con la sentencia, la mamá de Blas expresó: “Siento que me acerqué enormemente a la justicia, confieso que tenía muchas dudas. Pero para mí es importantísimo que hayan incorporado la capacitación a todos los agentes de la policía en el trato a víctimas, en el uso de armas de fuego, que se profundicen los exámenes psicotécnicos periódicos. Un mes más o menos en las condenas no me significa nada, pero que se realicen cambios para asegurar que ésto no siga pasando, es lo que me importa”.

Además de las capacitaciones a la totalidad de los agentes de la fuerza, se indicó al Ministerio de Seguridad que se retenga el armamento a todo policía que repruebe las evaluaciones de tiro.

“Esto recién comienza” añadió Soledad, porque ahora asegura que irá tras los demás responsables, estará pendiente de la implementación efectiva de lo expresado en la sentencia, y acompañará a las demás familias que buscan justicia por sus hijos. “Ahora será buscar justicia para Joaquín Paredes, tenía 15 años. Les pido que nos acompañen, que no les quede lejos Cruz del Eje”.

Unas horas antes de conocerse la sentencia Soledad ya lo había adelantado “Marchando el 24 de marzo por mi hijo entendí en el lugar que estoy: vi mujeres marchando durante 40 años y así voy a morir yo, como las abuelas. Ese es el camino”.

Las condenas:

  • Lucas Gómez (37) y Javier Alarcón (33) ,autores del homicidio calificado por ser integrantes de la Policía y agravado por el uso de arma de fuego y por la tentativa de homicidio contra los cuatro otros chicos:  condena a reclusión perpetua, inhabilitación absoluta y especial para desempeñar empleo y cargo público.
  • Wanda Esquivel (34), la oficial que plantó el arma que luego se quebró y confesó el delito fue condenada a 3 años de prisión domiciliaria.
  • La oficial  Yamila Martínez (25) fue condenada a cuatro años y tres meses de prisión e inhabilitación especial por tres años.
  • Leando Alexis Quevedo, condenado a cuatro años de prisión.
  • El cabo Ezequiel Vélez (25), a dos años y seis meses de prisión, por lo que no irá a prisión al ser la pena menor a tres años.
  • El subcomisario Sergio González (44); subcomisario Enzo Quiroga (36); comisario inspector Walter Soria (45); el comisario inspector Jorge Galleguillo (46)  el comisario Juan Antonio Gatica (46) condenados por falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal a cuatro años y diez meses de prisión.
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Daniel Solano: la Corte confirmó la detención de los 7 policías condenados por homicidio

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Los siete policías condenados a prisión perpetua por el asesinato de Daniel Solano, el joven salteño de 27 años desaparecido en Choele Choel el 5 de noviembre de 2011, fueron detenidos tras el rechazo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a un recurso de queja de los efectivos, y así deberán empezar a cumplir la pena en prisión por primera vez desde la sentencia. El juicio concluyó el 1 de agosto de 2018, pero desde entonces los oficiales Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez estaban en libertad, a la espera de la resolución de la Corte. “Nunca los sacaron de la policía: tenían libertad, cobrando sueldo y portando armas”, dice Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia Solano, que subrayó su “satisfacción” por el fallo: “Uno está golpeado, pero esto da energías para poder avanzar. No hay muchos casos en los que se detengan a 7 policías”.

La desaparición de Daniel se produjo tras un episodio de violencia policial en la vereda de un boliche de la ciudad. Antes había reclamado por su sueldo y el de sus compañeros como trabajadores rurales de la empresa Agrocosecha, tercerizada de Expofrut Argentina. Aparicio: “Fue un homicidio más allá de la desaparición, y fue un homicidio en un contexto de trata de personas, que está denunciada en la justicia federal de Roca, como está denunciado el narcotráfico, pero la causa no se mueve como se debería. Está parada. Pero esto va a servir para darle un impulso a toda esas cuestiones pendientes”.

Pedidos de justicia por Daniel Solano en 2012, a meses de su asesinato.

Entre esas cuestiones, en abril habrá audiencias por la acusación a otros cuatro policías, entre ellos Tomás Vega, a quien la familia lo señala como el “nexo” con la empresa: “Vega estuvo cuando le pegaban a Solano en el boliche. Vio todo eso. Y fue el que estuvo a cargo de la investigación los primeros día de la desaparición”.

Daniel sigue desaparecido. Gualberto, su papá, murió en medio del juicio, sin poder llegar a la sentencia por homicidio, y fue el principal motor de la causa que denunció la desaparición forzada y la connivencia judicial y estatal bajo un reclamo concreto que repitió una y otra vez a lo largo de seis años y medio: “Quiero encontrar el cuerpo y llevarlo”. No se detuvo un día: hizo huelgas de hambre, inició acampes y se encadenó al juzgado para exigir respuestas. Así reveló la trama de explotación laboral en Río Negro, la corrupción judicial que cubrió el caso y logró la detención de los oficiales que hoy están presos. Aparicio lo recuerda: “Nosotros tenemos esperanza de que el cuerpo aparezca. Algún policía capaz que se puede quebrar, o Vega mismo, sabiendo lo que se viene, puede dar información. Hemos hecho lo imposible para que aparezca el cuerpo”.

Compartimos la investigación de MU sobre este caso:

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Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

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Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.

En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.

La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.

Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.  

El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban  conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.

Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:

  • la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
  • el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
  • las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
  • el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
  • las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
  • las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
  • Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
  • Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.

Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:

  • Sí: sí a la vida.
  • Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
  • Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
  • Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.

Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.  

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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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