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El acto piquetero: panorama desde el puente

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Durante toda la noche y gran parte del día, el Puente Avellaneda fue escenario del recuerdo. Y de algunas cosas más. Mientras la organización piquetera se concentró en la denuncia de un plan criminal cuyo responsables políticos siguen impunes, el tradicional ímpetu de Hebe de Bonafini intentó encender polémicas. Mucha gente, mucho dolor, demasiadas palabras.

Bajo el Puente Pueyrredón de Avellaneda la imagen no era la de piqueteros, acampantes o manifestantes, sino la de sobrevivientes del futuro.

En ciertas películas -Terminator, Mátrix- aparecen tribus de humanos de alguna posguerra, empobrecidos, despojados de todo, perseguidos por la maquinaria de la muerte pero resistiendo: en ellos vive la esperanza.

A tales escenas habría que agregarle un frío húmedo y cruel, un viento antisocial, el aroma de gomas quemadas, una pobreza latinoamericana y un mural que muestra a dos jóvenes asesinados por la maquinaria de la muerte.

Se llaman Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

En ese paisaje los hombres, las mujeres y los chicos de los Movimientos de Trabajadores Desocupados que acamparon bajo el puente pasaron la noche del 25 al 26 de junio comiendo alrededor de ollas. Abrigándose pegados los unos a los otros en cuclillas o sentados en cajones de frutas frente a hogueras de maderas, ramitas y papeles. Durmiendo rotativamente por cuestiones de seguridad, iluminados por las llamas y algunas híbridas luces de neón.

“Demasiado frío, y se rompieron muchos termos” cuenta Carlos, del MTD de Florencio Varela ya en la mañana de los preparativos para conmemorar un año de aquellos asesinatos. Los termos volaban por el viento y se les partía el alma de vidrio. “Volaron también las ollas, y las carpas se aplastaban contra el piso. Pero ya pasó” dice Carlos, que se levanta para observar a las columnas que van acercándose.

Algunas vienen por una de las ramas de la autopista que sobrevuela el campamento. Ahí pasan Barrios de Pie y el Polo Obrero.

Otras llegan desde la zona de Mitre y Pavón, donde hay un local cerrado con un mensaje que ahora suena extraño: “Menem 2003”. Son columnas de los MTD que decidieron no acampar sino dirigirse directamente al acto: vienen con menos frío, y los termos sanos. Algunos cantan: “El puente es nuestro, la puta que los parió”.

Entre los de arriba de la autopista, los de abajo y los que llegan, hay miradas cruzadas, un par de desganados aplausos, algunos que se saludan de lejos. Cada uno entiende el acto de un modo distinto, aunque parezca que todos participan de lo mismo.

Por los parlantes pasan la densa música del conjunto norteamericano System of a down. El escenario se armó en el medio del puente. Una frontera. Y un cambio, o un agregado: de las concentraciones en las plazas, a ocupar puentes, autopistas, redes de comunicación.

Por el carril que va hacia Avellaneda, pero a contramano, sube el MTD. El escenario está de espaldas a la Capital. Por la otra se movilizan el resto de las agrupaciones, más o menos incluidas en el Bloque Piquetero. Andan por allí el multifacético Raúl Castells con su Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, la gente del Polo Obrero, y todos van pasando hasta rodear completamente el escenario. El panorama desde el puente -con el permiso del señor Miller- es que cada una de esas autopistas aéreas está totalmente cubierta de gente. Algunos calculan 30 mil personas. Muchos con gorros, gorras, cualquier cosa que sirva para cubrirse. Muchos con pañuelos y bufandas sobre el rostro, entre el frío y el hábito de las movilizaciones piqueteras.

Una de las banderas frente al escenario dice: “Maximiliano, el artista que no dejaron ser” y en un dibujo lo envían “al paraíso de los dibujantes valientes”. El MTD de Lanús canta: “Dale alegría a mi corazón, la sangre de los caídos es de Verón”.

Como había diferentes escenarios, desde el que ocupaba el Bloque Piquetero se leyó el documento que pide juicio y castigo a los culpables de la represión, y cuyo mayor valor parece residir en que toda esa retórica pudo firmarse de modo conjunto por todas las organizaciones que participaron allí.

Leído el documento, el foco pasó nuevamente al otro escenario, donde comenzaría el Juicio Popular, regido por las evidencias de que en la represión -como tantas otras veces- no hubo errores ni excesos, ni policías con los nervios alterados, sino la planificación de un aparato que actuó siguiendo órdenes. ¿Órdenes de quién?

Empezó a contestar esa pregunta Juan Cruz D’Affuncio, del MTD, que en una intervención fuerte y emotiva dijo que quería recordar a Santillán y a Kosteki vivos. Lo hizo mirando a las integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo sentadas en primera fila con Hebe de Bonafini en sitio preferencial. Juan Cruz dijo de Darío que era el primero en trabajar, en ser solidario, en luchar y en estudiar. “Valía oro”. De Maxi dijo: “Era un ángel al que le cortaron las alas”. “Eran dos jóvenes espléndidos -continuó- que tenían todo para dar, y los masacraron”.

Juan Cruz estableció tres niveles de responsabilidad.

  1. La mano de obra que se utiliza -dijo- para masacrar al pueblo que se levanta para luchar.
  2. El Estado y el Gobierno de Eduardo Duhalde. “Muchos periodistas dicen que estamos locos por acusar al gobierno. Que nos prueben que no tuvieron nada que ver. Tuvimos que escribir un libro con todas las pruebas que nunca pudimos presentar en los medios”. El libro es Darío y Maxi-Dignidad Piquetera, capaz de provocar brotes envidiosos en buena parte del denominado periodismo actual. Lo extraño del argumento de Juan Cruz es que los periodistas a los que alude parecen abogados de Duhalde. Y lo lamentable es que alguien deba perder el tiempo respondiendo a los balbuceos de ese supuesto periodismo.
  3. El tercer acusado, según D’Affuncio, es el imperialismo. “El enemigo número uno del género humano, los Estados Unidos, estado asesino y masacrador de pueblos. Y decimos que acusamos al imperialismo, aunque los periodistas y los políticos nos digan locos. El FMI presionaba al gobierno en aquellos días para que hubiera control social y seguridad financiera, seguridad para los banqueros”. D’Affuncio dijo que ese tipo de cosas fue empujando la situación, sin control alguno por parte de una dirigencia a la que calificó así: “Casta política cagona, verduga del pueblo, y cobarde”.

Luego habló el abogado de la Correpi (Coordinadora contra la represión policial), Claudio Pandolfi, quien contó que la fiscalía que lleva la acusación judicial ya ha reconocido la existencia de un plan, pero no la autoría intelectual del mismo. Según surge de la causa, varias comisiones policiales han ido a buscar al prófugo agente Leiva a su casa pero -consta en actas- se van después de tocar el timbre varias veces sin éxito. El doctor Pandolfi dudó del entusiasmo puesto en la búsqueda, cuya responsabilidad atribuyó al gobernador Felipe Solá y al ministro Juan Pablo Cafiero. Otro abogado, Sergio Sminowsky, cambió el tono de la intervención, diciendo que Santillán fue un modelo de Hombre Nuevo, según la propuesta de Ernesto Guevara, demostrando, al ir a proteger a Kosteki, la mezcla de dureza y ternura que el Che reclamaba para los revolucionarios. El público rubricó: “Maxi no se murió, que se muera Fanchiotti la puta madre que lo parió”.

Subió al escenario Mario Pérez, del MTD de Florencio Varela, que omitió la retórica: “La yuta son una manga de hijos de puta que mataron a dos muchachos que sólo querían dignidad y comida”. El público cantó “piqueteros, carajo”. Sebastián Conti, del MTD de Almirante Brown, relató cómo la policía parecía preparada para la represión, cómo se veían movimientos atípicos. Sintió un golpe en la espalda mientras corría porque los estaban cercando. Fue un balazo que le perforó el pulmón, pero está para contarlo. Remató su intervención diciendo: “Podemos sentir opresión y represión, pero tenemos dignidad, coraje y fuerza. La dignidad es piquetera, compañeros. La dignidad es nuestra”.

Esa idea de dignidad es tal vez la que marca los discursos de la rebeldía y la resistencia en esta época, y que la palabra sea reiterada con tanta vehemencia es una demostración de los grados de humillación a los que se ha sometido a millones de personas.

Habló también Marcial Balarino, del MTD de Quilmes, con una flauta colgada al cuello con la que había estado demostrando sus habilidades en las horas previas al acto. No fue excesivamente musical, aunque dijo cosas tremendas con voz serena y dulce. La descripción fue la de una cacería, de las “lanchas” policiales contra los manifestantes: “La sangre nos une para salir de este sistema hijo de puta que nos caga de hambre y nos mata”. “Queremos justicia de veras y que paguen con su sangre, porque son unos negros de mierda, como somos nosotros, pero nosotros por lo menos tenemos dignidad y huevos para salir a pelear”. A este señor le fracturaron la pierna de un balazo de plomo.

Algunos cantaron y saltaron: “Borom-bom-bom, el que no salta es un botón”.

Juan Carlos Rey, de Lanús, un hombre mayor de 60, habló de Santillán y de su sabiduría, de su solidaridad, y dijo que aquel 26 de junio se dispersaron. Santillán le dijo: “Viejo, buscá a las mujeres y llevátelas, yo voy a la estación que están reprimiendo”. Rey volvió a Lanús, y allí se enteró del asesinato. “Se me cayó el alma. Darío fue el que me dio coraje, con mis años, a seguir con la lucha”. Carlos Tapia, de Almirante Brown, contó que vio a los “cabezas de tortuga” -policías con casco- perisguiéndolos, y que vio también que a Darío “lo mataron como a un perro, por la espalda”. Hizo también su relato el fotógrafo Sergio Kovalewsky, cuyo material fue central para observar la secuencia del asesinato de Santillán. “Las fotos no cambian la historia. La historia la cambia el pueblo luchando en la calle. La dignidad está acá” dijo.

Orlando Vaqueiro, funcionario de la Municipalidad de Avellaneda, acompañó a Santillán en la camioneta que lo trasladó al hospital Fiorito. Darío estaba vivo. “Yo le hablaba, él me miraba, me parece que no confiaba. Le puse una almohada en la cabeza y ahí cambió. Me miró distinto. Empezó a desmayarse, y yo sentí como que pasaba un ángel. No escuché más nada. Creo que murió en paz, eso transmitía. Como el que está tranquilo de haber hecho lo que tenía que hacer”. Dijo también: “He visto muchas represiones, pero ésta fue la más injusta que vi en mi vida”.

Hablaron también integrantes de otros movimientos como el MTR (Alejandro Adrón), el FTC (Roberto Palavecino), el Teresa Vive (Mariano Benítez), siempre alrededor de lo que ocurrió aquel día, la correspondiente denuncia, y los reclamos encendidos. El señor Palavecino aprovechó para intercalar su convocatoria a una asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados, tema que no despertó adhesiones.

Isabel Mazo, médica del Fiorito, hizo un aporte muy interesante al describir la complicidad de las autoridades del hospital con la policía al negar públicamente que hubiera heridos con balas de plomo, entre otras miserias como impedir la entrada al hospital a los familiares de las víctimas, y permitírsela a la policía para que arrestara a heridos.

Pilar Molina, de RedAcción, centró sus palabras en la complicidad de los medios masivos de comunicación, “que construyen la verdad de los que oprimen”. Carlos Rodríguez, de Página/12 dijo que los periodistas, cuando les ordenan ciertas notas o contenidos, tienen al menos la posibilidad de decir “no”.

Luego fue el turno de Pablo Solanas, de Lanús, que subió al escenario con el libro-investigación del MTD. Dijo: “Duhalde tiene responsabilidad directa en los asesinatos de Maxi, Darío y en la balacera que recibían los compañeros. ¿Es discurso de barricada, como nos decían los periodistas? Nos enorgullecemos de esas barricadas, las del 26 de junio, las del 20 de diciembre. Pero también les decimos que podemos ir más allá. Que además de hacer piquetes, además de construir organización en los barrios, podemos y sabemos entender la realidad, investigar y documentarla. El gobierno de Duhalde no fue ajeno a la planificación y la responsabilidad directa sobre la muerte de Darío y Maxi, y tenemos fundamentos”.

Detalló cómo el gobierno había preparado el terreno para la represión antes (con declaraciones de Duhalde sobre cómo estaba dispuesto a poner orden frente a los cortes de calles y rutas) y cómo había ideado incluso los pasos posteriores. Todo esto está insuperablemente detallado en el propio libro, ya que además se trata de una compleja trama de actitudes, revelaciones y complicidades. El ministro de Justicia Jorge Vanossi, por ejemplo, inició una causa contra las víctimas (los que recibieron los balazos, por ejemplo) por 17 delitos y por violación a la Ley de Defensa de la Democracia. Toda esa planificación, dijo Pablo, fracasó por la aparición de las fotos y por las nuevas movilizaciones. Pidió juicio y castigo a los responsables.

Subió después Hebe de Bonafini, quien encaró un discurso para la polémica. Algunas frases.

  • “Darío y Maxi están volando sobre nosotros para exigirnos lo mismo que hicieron ellos. No habrá revolución posible si los hombres y las mujeres no nos hacemos revolucionarios. El Che decía que la verdad ajustaba como un guante. Que a veces hay que abandonar todo, hasta la familia, para iniciar el camino de la revolución. Que hay que entregar la vida al servicio de otros, para que la vida tenga valor”.
  • “Nuestros hijos nos mostraron que no quieren una memoria de mierda, quieren que se imite lo que ellos hicieron. No hay revolución posible si los pueblos no aprendemos que tenemos derecho a la violencia. Y que se dejen de joder con que nos digan violentos. Ellos son los violentos, no sacan la comida, nos sacan el trabajo, nos sacan la educación, ellos nos matan los hijos de hambre, y después nos dicen violentos”.
  • “Si queremos una revolución, lo dijo muchas veces el presidente Chávez, y lo dijo Fidel, una revolución sin armas no es posible, es una cagada”.
    Debe decirse que con esta apelación la señora de Bonafini levantó aplausos (aunque quedó la sensación que fue más por el tono que por el contenido explícito de sus palabras). La oradora exigió al gobierno de Kirchner que desprocese a todos los procesados por manifestarse, que meta cuchillo hasta donde sea necesario y que “si tiene que llegar hasta Duhalde que lo haga”. Dijo también que Kirchner “no es igual a Duhalde, no es igual a Menem, pero que cumpla lo que prometió”. Una mujer le gritaba “son lo mismo, son la misma mierda”; la señora de Bonafini la observó, pero siguió con su discurso. Volvió a mezclar pasado y presente con sus ideas habituales:
  • “Nuestros hijos, a los que reivindicamos cada vez con más fuerza, nuestros queridos y amados guerrilleros, se levantaron en armas porque se hartaron de que los pisoteen, que los engañen, se hartaron de ver la muerte de tantos chicos. Y no nos da vergüenza decirlo, al contrario, el orgullo más grande de haber tenido hijos con semejantes pelotas para enfrentar al sistema y al imperialismo”.
  • “Hoy vemos en ustedes a nuestros hijos. Nuestros hijos nacieron en los piquetes, en los puentes, en las fábricas ocupadas en producción. Y nacen cada día como nace el hombre nuevo. El hombre nuevo no es una utopía. Nace cuando cada uno de nosotros deja de ser un hombre común y se planta en la calle para decirle basta a estos hijos de remil puta que nos quieren masacrar”.
  • “Vamos a vengar a nuestros hijos cuando el pueblo sea feliz, y el pueblo será feliz cuando la revolución esté en marcha”.

El discurso, levemente abrumador, fue seguido por el de Mariano Pacheco. Ahí se tenía que llegar a la conclusión del Juicio Popular, tramo un tanto teatral de la presentación, ya que Mariano pidió a los presentes que dijeran si los mencionados como responsables materiales o ideológicos de la represión son inocentes o culpables. Por supuesto, todo el mundo contestó “culpables”. Luego preguntó cuál es el castigo que corresponde, pero todo estaba coordinado para que desde distintos puntos se gritara “paredón”, y como aún así no se oía bien, Mariano pidió aclaraciones: “¿Escuché que dijeron paredón?”.

Sin embargo, varias pancartas del MTD lucían una consigna diferente: “La mejor venganza es la justicia”.

El acto terminó allí, y en ese momento en el otro escenario comenzó el del resto de las agrupaciones, instaladas en la misma autopista, pero del lado de Capital.

La bajada por el Puente Pueyrredón fue más bien silenciosa.

Un integrante del MTD comentó: “La señora (Bonafini) dijo un discurso un poco raro. No me llega. Me parece que es querer copiar cosas que ya demostraron ser un fracaso. Mataron a mucha gente. Nosotros no queremos que maten a nadie. Ni queremos matar a nadie. Y que mezcle esas cosas con nosotros, no me gusta. Pero ella tendrá su forma de pensar y nosotros tenemos la nuestra”.

Un integrante de una agrupación de derechos humanos -que participó justamente en toda aquella situación de los 70 que la señora de Bonafini rescató con su conocida retórica- comentó su radiografía del discurso: “Ella dice que los otros se armen, pero va a hablar con Kirchner. Propone lucha armada, pero crea una universidad popular. Además, no todos los desaparecidos eran guerrilleros, ni mucho menos. Lo puedo decir porque yo lo fui. Pero entender qué ocurrió en aquel momento no puede significar querer trasladarlo a esto. Justamente aquí los piqueteros están demostrando que hay otras formas de construcción, que cuando hay violencia es para defenderse, para reclamar por sus derechos, y porque no les queda otro camino. Pero esta gente no es estúpida, el discurso de Hebe es muy seductor, pero los del MTD son muy educados: escuchan, y después hacen lo que ellos quieren”.

Miguel, un joven que apenas pasó los 20 del MTD de Don Orione (Almirante Brown) estaba ya acomodando los bolsos, ollas y mochilas para emprender el regreso. Llevaban también canastos, floreros, velas y tejidos de los que producen, y que exhibieron estos días. “Estuvo bueno el acto, pero bajaron mucha línea política ¿no? Los movimientos de izquierda. Madres articula bien con nosotros. Pero en muchas cosas no coincidimos. Nosotros lo de la violencia lo agarramos con pinzas. Somos movimientos de trabajadores desocupados, no solo piqueteros. Hacemos otras cosas, organizamos el barrio, trabajamos. Eso no está mal”. Miguel casi pide disculpas, tras un discurso que pareció decir que las cosas que él considera valiosas, no lo son.

Un poco más allá estaba Nito Librado, también de Almirante Brown, responsable de la olla de 100 litros en la que preparó un guiso carrero que permitió que sus compañeros pasaran la noche de un modo más digno. “Se hace con carne, hueso, verdura, especias, arroz. Y otra olla con fideos”. Nito, como Carlos Escalada que está a su lado, tienen esa pobreza que incluye educación, seriedad y un tono amistoso que en los tiempos actuales tantas veces parece perdido y que en estas agrupaciones se encuentra a cada paso, a cada palabra.

Ambos pasaron la barrera de los 60. Carlos comenta que el regreso (al contrario que las otras organizaciones que llegaron al acto) no es en los clásicos micros escolares alquilados, sino que vuelven al pago en colectivos y trenes. Tiene 14 hijos, y a poco de conversar cuenta que su mujer lo echó de la casa: “Me dijo que no soy hombre si no pongo plata, y puso a mis hijos en mi contra. Toma muchas pastillas para los nervios. Me fui a vivir con un amigo”.

Nito, que era comerciante, dice: “Es el drama de las familias. La familia desintegrada”. Carlos es carpintero, perdió su trabajo hace tres años, y es especialista en tapizados, decoraciones, muebles de cocina, pulido de pisos, placards a medida, modulares, refacciones en general. “El problema es que no tengo dónde instalarme para iniciarme” dice. ¿En el barrio no hay lugar? le pregunto.

Nito lo mira de reojo: “¿Cómo no me dijiste? Yo tengo un localcito”. Carlos: “Yo te pago”. Nito: “¿50 pesos por mes?” Se dieron la mano y me la dieron a mí.

¿Por qué están en el MTD? Nito: “Compañerismo. Es muy feo andar solo”.

No sé si según el discurso del puente, Nito y Carlos, o Miguel, o tantos otros que anduvieron por allí, son hombres nuevos. Tal vez sean buenos hombres. Tomaron sus cosas y fueron con cientos de compañeros a las paradas de colectivo. La mayoría no pudo ver el recital de León Gieco y Víctor Heredia ante cientos de jóvenes piqueteros que seguían el ritmo moviendo sus cuerpos, junto a la estación clausurada donde mataron a Santillán y Kosteki.

El hit de la tarde fue “Todavía cantamos”.

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Detienen a una integrante de la asamblea de Famatina por desplegar una bandera

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La presión social hizo que la liberaran a las tres horas y sin ninguna causa. Su detención ocurrió ante la llegada del gobernador Quintela a un evento pro minero, cuando Jenny Luján, docente integrante de la asamblea de Famatina, intentó desplegar una bandera que decía “El Famatina no se toca”. La política detrás del intento de volver a instalar proyectos en la provincia. La postura de las asambleas. Cómo fue el episodio y cómo se organizan las y los vecinos que defienden el medioambiente y la vida, en medio de RIGI locales, tejes de corrupción y una política partidaria en contra del pueblo: “Estamos no solo resistiendo sino pensando qué queremos construir y cómo lo vamos a lograr. No es fácil, pero lo bueno es que seguimos y acá estamos y estaremos”. Hoy Jenny denunciará al gobierno por detención ilegal y vulneración del derecho a la libre expresión y protesta.

Por Anabella Arrascaeta

Jenny Luján era docente en Famatina, La Rioja, cuando en 2006 empezó a hablar con sus estudiantes y otras colegas sobre minería. Ese mismo año, ella junto a otras personas, crearon la Asamblea de Famatina que describe su eficacia hoy así: “Fue creciendo de tal manera que hace 18 años no tenemos minería en Famatina, la gente está muy orgullosa, aumentó el turismo en la zona y en el proceso recuperamos nuestras identidades ancestrales”.  

Ayer, fue desde donde vive actualmente, Chilecito, hasta la localidad de Villa Castelli, departamento General Lamadrid, para protestar junto a otros asambleistas, vecinos y docentes en el acto que el gobierno difundió como Multisectorial Actores del sector minero en La Rioja, donde nueve empresas mineras proponían informar sobre proyectos en la provincia. 

Cuando llegó el gobernador Ricardo Quintela, Jenny intentó desplegar una bandera que decía: “El Famatina no se toca”; pero la policía la rodeó para que no pueda hacerlo. Entonces ella gritó con fuerzas: “La cordillera no se toca, el agua es para los pueblos”. Automáticamente fue detenida, abrazada a su bandera, y llevada por tres horas a la comisaría local. El gobernador le dedicó unas palabras en el acto, cuenta ella: “(Quintela) dijo que me quede tranquila, que la minería que van a hacer es responsable, que se van a encargar de controlar todo. Pero nosotros sabemos que es un desastre”, cuenta hoy Jenny ya desde su casa, en libertad, gracias a la enorme presión que ejerció la asamblea, que sigue protestando. 

“Nosotros ya estamos acostumbrados, y siempre que vamos y hacemos este tipo de actividades vamos preparados”, sigue Jenny. “Siempre digo: hay que llevar un calzón por si te detienen. Y sabemos además que cada vez que pasa esto es un efecto bumerán para el gobierno: tiene una repercusión a nivel de la gente que se le vuelve en contra”. 

¿Qué fue lo que pasó?

Desde hace tiempo que el gobierno viene profundizando las políticas mineras, sobre todo de extracción de litio. En el último tiempo hubo presión de la Cámara Minera, de las empresas y de los medios que empezaron a fogonear el tema, todo en el contexto en el que Quintela quedó en el aire: se lleva mal con Milei y quedó afuera de la interna PJ. Entonces lo que hace es ver de dónde saca dinero para pagar deudas que tiene la provincia y por eso generaron este encuentro con la excusa de informar a las comunidades de que se trataban los proyectos de las nueve mineras. Se suponía que iba a ser abierto, todo un verso hermoso. El tema es que no fue un encuentro para eso, fue para visibilizar que en La Rioja se están haciendo cosas por la minería. Lo hicieron en un lugar que fue una provocación, un lugar ancestral, ahí se juntaron 500 más o menos entre mineros, funcionarios del gobierno provincial, local, y mucha policía. Nosotros éramos 15 personas, de asambleas, vecinos e integrantes de AMP, la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja. Lo que veíamos es que no había pueblo. Estaba todo ornamentado: pantalla, sillones, mesas, alfombras. 

¿Ustedes iban a participar del evento?

No, nosotros no nos acreditamos, obviamente, porque no estamos de acuerdo. Desde que fuimos transitando en la ruta nos pararon varias veces, nos revisaron absolutamente todo, nos trataron con prepotencia. Llegamos al lugar, sacamos fotos, y nos quedamos afuera. Aunque es un centro ancestral, está en el medio del campo, alrededor hay piedras y nativas nada más. El estar afuera daba lo mismo: se veía absolutamente todo. Estábamos muy marcados por la policía, que había mucha, entonces teníamos como estrategia que cuando se baje el gobernador íbamos a despegar una bandera.

¿Y cuando llegó el gobernador qué pasó?

Se bajó el gobernador, se bajó la vice, la policía nos había dicho que no digamos nada, que no gritemos nada. Y cuando intento abrir la bandera me abrazan tres o cuatro policías, y no me lo permiten. Entonces, como la consigna tenía que estar, grito: la cordillera no se toca, el agua es para los pueblos. Eso puso muy furiosos no solo a los policías, sino también a los funcionarios que gritaban “llevenla de acá”. 

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1863594870515908810

¿El gobernador qué hizo?

El gobernador entró. Después dijo que no se enteró, que iba a interceder para que me liberen. Me dedicó un mensaje de discurso: dijo que esa “señora grande de edad”, quería decirme que me quede tranquila, que la minería que van a hacer es responsable, que se van a encargar de controlar todo. Cuando sabemos que es un desastre. 

¿En ese momento te llevaron a la comisaría?

Me subieron a un patrullero, y no arrancaba. Así que me pasaron a otro. Mientras tanto, los gritos: “llevala rápido”. Llegué a la comisaría y me dijeron que estaba detenida. Me quisieron sacar la bandera, la cartera, dije “no, hasta que no tenga el acta de detención no entrego nada”. Después me dijeron: “no está detenida, está demorada”. El comisario estaba en el circo con el gobernador. Me hicieron el acta de contravención, cuando lo leyeron decía que era por resistencia a la autoridad policial y alteración del orden público; la hacían muy lenta, para tardar. La sanción era pagar una multa o hasta detención 30 días, yo le dije no voy a pagar ninguna multa, esos delitos no los cometí. Mientras, estaban saturados los teléfonos de compañeros y compañeras de todo el país. La gente se empezó a juntar afuera de la comisaría. Había presión. Y decidieron a último momento que dejaban sin efecto la contravención y que me vaya. Les avisé: voy a hacer una denuncia por detención ilegal, por vulneración del derecho a la libre expresión y protesta, y por violencia verbal de la policía. Estuve desde las 10 de la mañana hasta 13.30 de la tarde. Cuando bajé de ese pueblo a la fiscalía, ya eran las tres de la tarde y no había nadie, después vine a Chilecito. Mañana voy a ir a la fiscalía.  

En clave de lo que pasó: ¿Cómo lees el panorama político de la provincia gobernada por la oposición nacional pero a su vez impulsando estos proyectos?

Quintela hace 2 años aprobó una ley declarando al litio “mineral estratégico”, y lo que dice es que él quiere explotar la minería dando un valor agregado a la provincia y que haya derrame para el pueblo. No adhirió al RIGI, pero tiene su propio RIGI. Él usó la lucha del Famatina para llegar al poder, para acumular partidariamente, como muchos: no es el único, lo hicieron de todos los partidos. Pero dentro de lo que hay de la provincia, es lo mejor, mirá lo que te digo: así de terrible es esto. Del otro lado está Beder Herrera, ex gobernador de la provincia que impulsó la minería desde 2006 en adelante, por eso nacimos nosotros como Asamblea; Martin Menem, que ya sabemos; Angel Maza, que es ex gobernador de la provincia y es uno de los asesores creadores de las leyes mineras que se impulsaron en la época que fue presidente Carlos Menem, cuando él estaba como Secretario de Minería. Ni hablar del radicalismo, que está totalmente mileinisado, derechosos, apoyan fuertemente las políticas de Milei. Y bueno, el PRO. Todo es terrible, no estamos teniendo dirigentes en la provincia que den otro horizonte. Hay un partido que viene tomando fuerza, trabajando con las organizaciones, pero es muy difícil en estas provincias donde el peronismo y el feudalismo tiene raíces profundas. Entonces es Quintela, que es terriblemente demagogo, llega a mucha gente y da soluciones que son muy pequeñas pero que resuelven cosas en lo cotidiano, mientras tanto la corrupción viene generando nuevos ricos políticos de manera bochornosa. Es obsceno. Tenemos funcionarios del gobierno que ya son dueños de pedazos enteros de la provincia. 

Y en ese contexto, las Asambleas, ¿cómo están?

Las asambleas son muy respetadas y muy creíbles, porque vienen teniendo coherencia desde hace 18 años. A pesar de que hubo algunos referentes asamblearios que disputaron el poder partidariamente y lo hicieron desde el PRO y de La Libertad Avanza, lo que fue terrible para la asamblea, un terremoto… Pero no les fue bien. Y sabemos que el pueblo no se aparta de la lucha, está dispuesto a seguir defendiendo el territorio, y eso es muy bueno. La mayoría cree en las asambleas, apoya y siente que son un nudo coordinador de acciones y de formación: todos saben de qué se trata, y todos han recobrado el orgullo de ser de su lugar, y por eso lo defienden. Y sobre todo hemos perdido el miedo, lo que es muy importante en este contexto en el que hay mucha presión y miedo de perder el trabajo, donde todos estamos poniendo energía para ver cómo sobrevivimos cada día. Sin embargo hay espacios para seguir juntándonos, haciendo actividades, y sosteniéndonos solidariamente: tenemos por ejemplo ferias de todo tipo para ayudar a quienes la están pasando muy mal. Y seguimos tejiendo con organizaciones, porque creemos que lo único que nos va a hacer salir de este gobierno es unirnos por abajo, tejiendo la trama: estudiantes, jubilados, trabajadores, amas de casa, agricultores, defensores de la vida. Estamos no solo resistiendo sino pensando qué queremos construir y cómo lo vamos a lograr. No es fácil, pero lo bueno es que seguimos y acá estamos y estaremos. 

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Tres audiencias ante la CIDH: mujeres, derechos humanos y economía popular

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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:  

  • Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
  • Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
  • Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.

En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.

Por Lucrecia Raimondi

Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.

Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:

  • El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
  • la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
  • el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.

En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional. 

Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.

En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica. 

Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:

  • la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
  • la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
  • las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.

La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos. 

Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva.  “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Tres audiencias ante la CIDH: mujeres, derechos humanos y economía popular

La economía popular y el avance narco

La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).

La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”. 

Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.

Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”. 

En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.

Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.

Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”. 

La voz de los marginados

Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”. 

Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”. 

“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”

En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.

Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.

Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”.  Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.

Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”. 

En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”. 

La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños. 

Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”. 

Proyectos de vida y niñas violadas

Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.

Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.

En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”. 

El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.

Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.

En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.

En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”. 

Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”

Tres audiencias ante la CIDH: mujeres, derechos humanos y economía popular

Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.

El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.

En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan. 

“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.

Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria. 

El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”. 

En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”. 

La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos. 

El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”. 

Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.

Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.

Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.

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Rosario y el asesinato de Pillín Bracamonte: un corte de luz antes de las balas

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En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.  

La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas

Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).

Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.

El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación.  Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.

Rosario y el asesinato de Pillín Bracamonte: un corte de luz antes de las balas

La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.

La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.

El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central

Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).

Rosario y el asesinato de Pillín Bracamonte: un corte de luz antes de las balas

—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?

—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.

Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.

No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.

Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.

Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.

De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.

En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.

Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.

En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.

En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.

Mediático

Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.

En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.

Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.

Causas judiciales

En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.

Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.

Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.

Rosario y el asesinato de Pillín Bracamonte: un corte de luz antes de las balas

Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.

Vienen días bravos

Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.

Por Carlos Del Frade

El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.

Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.

Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.

Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.

Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.

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