Sigamos en contacto

Nota

«El aguante» no se aguanta más

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Miguel Ramírez, 32 años, padre de una hija y de otro en camino, murió este lunes 9 de mayo tras ser gravemente herido con una bengala en el cuello. El periodista Diego Gassi, director de la flamante revista Dale y el sitio rock.com.ar escribió este artículo duro y terminante, que reclama una autocrítica a periodistas, bandas y fans. Aquí reproducimos el texto completo:
La muerte de Miguel Ramírez tras recibir un bengalazo en el cuello en pleno show de La Renga simboliza el eje de la cuestión: las cosas que somos capaces de hacer por el rock.

«El aguante» no se aguanta más

Miguel Ramírez, última víctima del "aguante"


Y toda reflexión debe empezar por una autocrítica: los periodistas tenemos parte de la culpa por fomentar «la fiesta». Fue tema de debate justamente esta semana con Nacho Girón y con Bruno Larocca en la presentación de la Revista Dale: durante mucho tiempo, los medios reflejamos lo que sucedía abajo del escenario, como si fuera más importante que lo de arriba. Y en buena medida, seguimos haciéndolo.
Dejemos de hablar de «accidente» porque no es un suceso eventual. Acá hay desidia, irresponsabilidad, delincuencia e impunidad. ¿Por qué suponemos que tirar una bengala en un lugar abierto no trae riesgos? Acaso haya pasado mucho tiempo ya desde el asesinato del hincha de Racing Roberto Basile, 25 años, en la Bombonera, en 1983, cuando la barrabrava de Boca tiró una bengala que impactó también en el cuello del joven, que estaba en la popular de enfrente.
«El aguante» no se aguanta más

Las bengalas durante el show de La Renga en Tandil


¿Ahora sí aprenderemos?
Es hora de cortarla. De pensar qué hicimos, qué hacemos. De discutir. De seguir pensando y de decidir qué haremos. Tenemos derecho a exigir no ya calidad artística, sino al menos un nivel de show. Con las condiciones adecuadas en el lugar para albergar a la cantidad de gente que corresponda.
Lo ocurrido en el Autódromo de La Plata no es igual a lo de Cromañón. A diferencia de La Renga, Callejeros incentivaba públicamente el uso de bengalas y, según consta en la causa, ayudaba a ingresar la pirotecnia al boliche.
Seguramente sea sincero el sentimiento de la banda tras lo sucedido el sábado. Y es elogiable que acompañen a Miguel y sus familiares. Pero más allá de eso, La Renga tiene su responsabilidad en la mala organización del recital. Un fan muerto y otros 59.999 que vivieron una odisea inexplicable, insólita y peligrosa por ir a verlos. Debieron caminar 5 kilómetros por el barro y bajo la lluvia para entrar o salir del Autódromo. Debieron esperar durante horas para poder volver a sus casas. Eso no es «tener aguante»: es tolerar cualquier vejamen por parte nuestros ídolos, de aquellos que dicen preocuparse por nosotros y cuidarnos. Y encima, los defendemos ciegamente.
Que se entienda bien: no estoy mezclando a La Renga con la bengala. Pero si La Renga (o cualquier otro) sigue organizando los shows de esta manera, no debiéramos ir más. En algún momento tenemos que decir basta. Nosotros, los periodistas y los espectadores. No podemos seguir aguantando cualquier cosa en el nombre del rock. Así como nos indignamos porque TBA nos trata como caballos para viajar en tren también debiéramos hacerle saber a estas productoras de eventos masivos que no estamos conformes. Porque vamos a ser sinceros: viajar para ir a trabajar es realmente la diferencia entre la vida y la muerte.
Es cierto que, como dijo el Indio Solari, resulta prácticamente imposible revisar a miles de personas que pugnan por entrar a un lugar media hora antes de empezar un recital. Pero es un facilismo exigir que se prohiba la venta de bengalas por la sencilla razón que es inviable.
Un tipo con el carisma y los millones de seguidores que tiene Solari, dejó pasar una oportunidad quizás única de quebrar esta lógica macabra: si hubiera condenado en serio a las bengalas, desde ese momento en adelante la historia sería otra. Habría sido tomado como palabra santa. Pero prefirió poner en primer lugar su reclamo hacia la venta de pirotecnia y la imposibilidad de controlar la situación en vez de hacer una autocrítica y bajar línea. Las palabras «les pido a quienes se acerquen a mis conciertos que se abstengan de su uso» suenan muy tibias para un momento como éste.

Nota

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

  • El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

Seguir leyendo

Nota

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

Seguir leyendo

Nota

83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

Publicada

el

Pablo Grillo
Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.