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Venimos a cambiar todo

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Más de 10.000 jóvenes y adolescentes marcharon desde Plaza de Mayo a Congreso en un clima de alegría y a la vez de reclamo contra el cambio climático. Y no solo eso. En el cierre del acto se leyó un documento planteado desde la visión argentina y latinoamericana, en el que se exigió una reforma agraria integral y popular, transición productiva hacia la agroecología, se reivindicó la Soberanía Alimentaria y se definió a la justicia climática y ecológica como parte de la justicia social. Voces en la marcha y algunas pistas para entender a Greta Thunberg, la niña sueca con una condición de la cual se pueden aprender varias cosas.
 
Hay carteles escritos a mano sobre cartones y papeles por gente irreverentemente joven. Se puede leer:
-“El $$$ no va a darte oxígeno”.
-“Cambiá el sistema, no el clima”.
-“Salvemos el mundo, salvemos el futuro”.
-“Destruyamos el patriarcado, no el planeta”.
-“La Tierra no está muriendo. Está siendo asesinada”.
-“Si el Amazonas fuera un banco, ya lo hubieran salvado”.
-“No hay economía en un planeta destruido”.
-Las otras luchas no tienen sentido si el planeta se va a la mierda”.
-“El capitalismo nos está extinguiendo”.
Buenos Aires y 19 provincias argentinas vivieron la autoconvocatoria a la 3º Movilización frente a la Crisis Climática y Ecológica y, en el caso porteño, la concentración se inició en Plaza de Mayo donde se escuchaba la siguiente canción masivamente coreada:
-“Fuera Monsanto, fuera Chevron, fuera el modelo de saqueo y extracción”.
Monsanto es una corporación símbolo del agronegocio, propiedad del laboratorio alemán Bayer, dedicada principalmente a la monopolización de semillas y a elaboración masiva de pesticidas, para el monocultivo de soja transgénica. Chevron es símbolo del comienzo de la explotación de hidrocarburos a través del fracking en Vaca Muerta.
Las canciones y pancartas no tenían relación con la versión descremada que muchos han querido endilgarle al movimiento que la niña sueca Greta Thunberg, nacida el 3 de enero de 2003, ayudó a disparar en agosto de 2018 cuando –angustiada- dejó de ir a la escuela un día a la semana para reclamar frente al Parlamento sueco.
Nacía Fridays for future (viernes para el futuro) una huelga escolar, mientras Greta se convertía inesperadamente en un símbolo mundial de la lucha contra el cambio climático con sus palabras sencillas y tremendas, sus trenzas y su mirada.

Fotos Nacho Yuchark
¿Quién contamina el planeta?
La marcha de este viernes en Buenos Aires tuvo como motores organizativos a Jóvenes por el Clima de Argentina (JOCA) y Alianza por el Clima, entre otras agrupaciones.
Manuel Muñoz, de JOCA, 17 años, cuenta a lavaca: “Somos un movimiento ambiental, latinoamericanista, popular y combativo. Buscamos detener el cambio climático a través de la movilización de dos sujetos que siempre fueron relegados por los ambientalistas: la juventud y los sectores populares”.
Agrega Manuel: “El 71% de la contaminación del mundo lo producen las 100 corporaciones más grandes. Frente a eso, no estaos en contra de las acciones individuales pero creemos que por sí solas no van a cambiar los efectos del cambio climático. Necesitamos movilización, para que haya regulaciones y políticas concretas del Estado”.
El argumento: “Hay que cambiar el sistema socioproductivo de nuestro país y de nuestro planeta. Si seguimos así no tiene sentido que haya un progreso, porque no vamos a poder vivirlo. No venimos a aportar tecnicismos porque todo eso ya lo plantea a nivel global toda la comunidad científica. Lo que hay que hacer ahora es cambiar las cosas”.
Sobre Greta: “Es una líder internacional que logró visibilizar esta problemática, solo faltando los viernes a la escuela. JOCA tiene 9 meses. Nacimos replicando todo este movimiento pero entendiendo cuál es nuestro marco latinoamericano y nacional”.

Venimos a cambiar todo
Rodeada de quinceañeros y sonriendo pasaba un poco más allá una joven de 89 años, Nora Cortiñas. Anduvieron por allí también Juan Carr (Red Solidaria): “Aprendí el problema climático de los chicos”. Y el senador Pino Solanas: “Esto es extraordinario. Cuando el tema ambiental lo toma la juventud renace la esperanza. Este es el futuro frente al cinismo de la clase dirigente mundial”.
El recorrido por Avenida de Mayo fue acercando más gente. Otros estribillos: “El pueblo consciente, defiende el medio ambiente” y “Alerta que camina la lucha ecologista en América Latina”.
Ileana, 17 años: “Esta generación trae otro paradigma que plantea preguntarse qué comemos, qué hacemos, cómo se produce. Venimos a cambiar todo”.
Iara, 18: “Cuando se habla de cambiar el sistema es porque el planeta no está mal. Los que estamos mall somos nosotros que tenemos que dejar de destruir y de provocar injusticias. Hay que cambiar de enfoque”.
Leyla: “Tenés explotación de los recursos naturales, de las personas, de los géneros. El capitalismo no está funcionando”.
Ileana, Iara y Leyla agregan que son veganas.

Fotos: Nacho Yuchark
El decreto de Macri
Jaquelin Flores, cartonera, recicladora de basura, revela a lavaca durante la marcha otro hallazgo de la actual gestión gubernamental: “Somos actores de toda esta movilización y apoyamos totalmente a la juventud, porque el servicio de reciclado en Buenos Aires es el que está evitando el colapso del medio ambiente en la ciudad. Y estamos totalmente en contra del decreto de Macri (591/19 de semanas atrás) que permite la importación de basura tóxica”. El tema fue parte también del documento que se leyó al final de la marcha, en Congreso, y es acaso una muestra de la creatividad de la clase política en momentos de crisis.
Se acercó a la marcha también Juan Martín (29), desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) llevando una bolsa de frutas agroecológicas para convidar a los autoconvocados. La charla con lavaca rondó los puntos en común que esta movida podría tener con el feminismo: “Para mi este es un movimiento típico de este siglo. Yo también lo comparo con todo lo que viene siendo la movilización feminista porque aparece la demanda desde una representación social muy diversa que irrumpe en el cotidiano, en el patrón normal de la política, y genera desequilibrios. Hay gente que le tiene miedo a esto porque es nuevo, porque es reciente, pero claro, en la mirada política, también progresista, cada uno cuida su quintita y cuando aparecen actores nuevos no les gusta”.
Otro argumento: “Habla de Greta, si es blanca. Si es europea. Si tiene autismo. No sé por qué la gente cae en esas discusiones. Y yo pienso que ella representa el otro del sistema. Es una nena. Que dice las cosas como son. Entonces, hay muchos que bancan a los indígenas, a los sectores pobres, trabajadores, pero Greta es otro igual que esos actores, porque es una niña. Y además habla en serio de las generaciones futuras, que para el sistema no existen. Entonces ella nos obliga a pensar en un nuevo tipo de ética, de responsabilidad con el futuro. Así como hay una ética del compañerismo y de la lucha, tiene que nacer una ética para las futuras generaciones a las que les festejamos todo, pero la Amazonia no se la dejamos”.

Reforma agraria y agroecología
En el escenario se leyó un documento que acompañó la marcha, redactado por JOCA. Algunos párrafos:

  • “Los discursos vacíos ya no alcanzan. Queremos acción”.
  • “Sabemos que la crisis climática y ecológica nos atraviesa a todes, pero no a todes por igual Como en toda crisis social los sectores históricamente marginados y discriminados son los más perjudicados”.
  • “Creemos profundamente que el concepto de justicia climática y ecológica es un concepto de justicia social. Pero también de soberanía nacional y regional. Sabemos que no es lo mismo hablar de ecologismo en Europa o en Norteamérica que en América Latina”.
  • “Exigimos realizar un cambio profundo del sistema de producción de alimentos. Basta de industrialización animal. El modelo de producción agroindustrial está devastando ecosistemas y comunidades. Necesitamos una transición agroecológica inmediata, soberanía alimentaria y una reforma agraria integral y popular”.
  • “Aplicación plena y pleno cumplimiento de la ley 26160 Ley Cristian Ferreyra, para evitar los desalojos de los territorios indígenas y la tala indiscriminada”.
  • Acelerar la transición justa hacia una matriz energética de fuentes renovables. Exigimos a les candidates de todos los frentes, y a los comunicadores y comunicadoras que digan la verdad: Vaca Muerta no es el futuro”.
  • “Necesitaos y exigimos un mundo justo, un mundo limpio, un mundo sano, un mundo sostenible. Un mundo posible para nosotros y para las generaciones futuras. Hoy volvemos a alzar la voz por cada une de los jóvenes presentes y por cada sector de la sociedad. Hoy decimos basta”.


Fotos Nacho Yuchark
Entendiendo a Greta
Mientras esto ocurría en Buenos Aires, se calcula que unos 6 millones de personas se movilizaron en diversas ciudades del mundo. La presencia de Greta Thunberg en Naciones Unidas fue otro envión para estas movilizaciones globales, nacidas en una niña diagnosticada con un llamado Síndrome de Asperger.
“Yo no hablo de un trastorno sino de una condición, porque no me gusta mirar a las personas desde la psicopatología sino desde la diversidad” dice la psicoterapeuta Susana García. “Si se ve desde la diversidad, se entiende que son personas que se expresan de forma muy directa, que se focalizan con intensidad en lo que despierta su interés. Son muy intensos en sus vínculos. No tiene relaciones sociales con muchas personas sino que podríamos decir que son más selectivos en sus amistades. Cuando conectan desde ese lugar de afecto son leales y sinceros. Son muy sensibles. Y algo característico es que no se vinculan desde la ironía, el sarcasmo, ni los dobles sentidos. O sea: son personas muy directas, muchas veces con una inteligencia muy desarrollada, pero a la vez personas sencillas. Por eso Greta tiene tanta fuerza, tanta intensidad en lo que dice, y por eso es tan empática con eso que focaliza. Se puede ver que se siente conectada, dolorida, oprimida, enojada, y que a la vez puede ver las cosas de una manera lúcida, simple y directa con mucha capacidad de acción sin salir del foco de lo que es su interés”.
En épocas de dispersión, estímulos, engaños, fake news, publicidad y operaciones de inteligencia, podría pensarse que la condición de Greta la mantiene centrada en eso que la angustia desde que tenía 11 años: la percepción de que se está destruyendo al mundo. Y frente a eso ella siente que hay que plantear el tema con sencillez, directamente, sin dobles sentidos, sin distracciones, porque todo es demasiado grave y urgente como para hacerlo de otro modo.
Hace poco dijo que esa condición tal vez es para ella un superpoder. Declaró también: “Sin mi síndrome no sería posible hacer esto. Yo pienso mucho, siempre, y no puedo dejar pasar las cosas. Cosas que me importan y están grabadas en mi cabeza”.
Conviene tal vez recordar qué cosas tiene grabadas Greta y fueron las que expresó esta semana en Naciones Unidas, cuando le preguntaron cuál es su mensaje a los líderes del mundo.
Dijo:
“Mi mensaje es que los estaremos vigilando. Esto está todo mal, yo no debería estar aquí, debería estar en la escuela al otro lado del océano.
Pero ustedes vienen a nosotros los jóvenes, buscando esperanza, ¿cómo se atreven?
Ustedes se robaron mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías. Y aun así yo soy una afortunada. Hay gente sufriendo, gente muriendo. Ecosistemas completos están colapsando. Estamos al inicio de una extinción masiva.
 
Y ustedes solo hablan de dinero. En cuentos de hadas y eternas promesas de crecimiento económico. ¿Cómo se atreven?
Por más de 30 años la Ciencia ha sido clara. ¿Cómo se atreven a desviar la mirada y venir aquí a decirme que están haciendo lo suficiente cuando las políticas y soluciones aún no están a la vista?
Dicen que nos escuchan y que entienden la urgencia. Pero no importa cuán triste o enojada esté. Yo no quiero creer eso. Porque si realmente entienden la situación y aun así siguen fallando a la hora de actuar, entonces significa que son malvados y me niego a creer eso.
Ustedes nos están fallando. Pero los jóvenes comenzamos a entender su traición. Los ojos de todas las generaciones futuras están sobre ustedes. Y si eligen fallarnos, les digo: nunca los perdonaremos.
No dejaremos que se salgan con la suya. Justo aquí es donde marcamos el límite. El mundo se está despertando y el cambio está llegando les guste o no».
 
 

 

 

 
Fotos Nacho Yuchark

 

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Mía: Cuando el arte abraza

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Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.

“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.

Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.

En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”. 

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143

Sábado 18 de marzo a las 21 hs

Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi

Entradas “a la olla”.

Podés reservar en este link:

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Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

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La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.

Por Cristina Montserrat Hendrickse

Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.

Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.

Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.

Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.

Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.

De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.

No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.

En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.

De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).

La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.

La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.

Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.

Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.

En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.

Cristina Montserrat Hendrickse

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Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

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La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.

Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:

  • “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
  • “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.

Por Francisco Pandolfi

Madres fumigadas: Silvana, Erika, Paola, Juana, Natalia. Fotos: Nacho Yuchark.

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.

El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Paola, su nieto con sobrepeso, su nieta con déficit de crecimiento, parte de los efectos en la salud de las fumigaciones masivas para cultivos transgénicos. Fotos: Nacho Yuchark.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Pedro y Guido, dos de los agricultores que descubrieron que se puede producir de modo sano en las zonas en las que se prohíben los agroquímicos. Fotos Nacho Yuchark

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.


https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

Salud humana y de la naturaleza: lo que está en juego en Pergamino, como caso testigo de tantos lugares del país.
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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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