Nota
El desafío de los medios sociales de comunicación
La promulgación de la Ley de Servicios Audiovisuales puede significar la apertura de una nueva etapa en la comunicación en Argentina, para la cual lavaca viene planteando hipótesis y propuestas desde 2001, plasmadas, por ejemplo en 2006, con la edición del libro El fin del periodismo y otras buenas noticias (Los nuevos medios sociales de comunicación – Una hipótesis y una guía). Planteamos aquí algunas ideas que contiene ese trabajo, como un aporte en un momento en que el concepto de Medios Sociales de Comunicación pasa a tener una importancia tal vez crucial para el futuro. La ética, la estética, las formas de organización, los recursos, y el debate de “lo alternativo”, como temas que atraviesan la construcción de nuevas relaciones sociales, y nuevas redes de comunicación.
Lo alternativo
(Del prólogo de El fin del periodismo y otras buenas noticias (Los nuevos medios sociales de comunicación – Una hipótesis y una guía. Editora lavaca.)
La resistencia global parió nuevas formas de comunicación que, en general, aceptaron la denominación de “medios alternativos” o “contrainformativos”.
Sin duda, en cada localidad estas nuevas formas han tenido un proceso diferente, de acuerdo a las posibilidades que hayan encontrado para desarrollarse y la creatividad que le hayan podido inyectar los movimientos sociales que les dieron sentido.
Nuestra mirada puede, entonces, reducirse a la experiencia local. Y el riesgo de generalizar las conclusiones corre por cuenta de quien lee.
No es nuestra pretensión sumar prejuicios, sino reflexionar sobre problemas que nos incluyen y para los cuales no hemos podido encontrar todavía respuestas eficientes.
Aceptemos como punto de partida la definición del término según la Real Academia de la Lengua Española:
Alternativo: En actividades de cualquier género, especialmente culturales, aquello que se contrapone a los modelos oficiales comúnmente aceptados. Por ejemplo, “medicina alternativa”.
Siguiendo esta lógica, al modelo oficial, entonces, debería contraponerse una forma de comunicación que sea otra. Es decir, diferente en cuanto menos, los ejes sobre el cual se asienta ese modelo.
Sabemos que la organización interna de un medio comercial de comunicación es militar. No es tan solo jerárquica, sino disciplinaria. Las identidades que consagra determinan con precisión quien manda y quien obedece. También quién está dentro (redactor, cronista) y quien afuera (colaborador, columnista) y hasta quién habla en nombre del medio y quién lo hace con su propia firma, como una manera de señalar niveles visibles de responsabilidades.
Por lo general, los llamados medios alternativos se han organizado en forma de colectivo, sin jerarquías y, en algunos casos, sin diferenciaciones acerca de los límites entre productores y lectores.
No es tan claro, en cambio, que no hayan establecido niveles de control de la producción, aún cuando sean más laxos. En algunos casos, esa diferenciación está dada por la pertenencia o no al grupo fundador o al más productivo. En otros, porque un grupo ejerce la edición, determinando qué se publica y qué no, e incluso cómo. Es decir, hegemoniza los límites del estilo, estableciendo aquello que está bien y aquello que está mal. Categorías que, por lo general, son inmutables porque están moldeadas a partir de una pre-determinada visión de la realidad. Un signo evidente de esta lógica puede medirse en los porcentajes de información que contienen y distribuyen estos medios. O, para decirlo a través de categorías más tradicionales, cuántas columnas de opinión y cuántas crónicas y reportajes publican.
Hace falta decirlo claramente, porque no siempre es evidente: a mayor cercanía a un artefacto ideológico tradicional, mayor es la cantidad de opinión. Y así como los partidos de la izquierda tradicional se acercaron a las asambleas barriales para interferirlas, cooptarlas y desgastarlas, así se lanzaron sobre los medios alternativos para poblarlos con sus propagandas.
La producción es, por lo general, hija de una lógica organizativa. No solo por la necesaria elección de las temáticas, sino fundamentalmente por cómo son narradas.
Detengámonos un momento en este problema.
“No hay lucha sin palabra”, proclaman enfáticas las integrantes del movimiento feminista Mujeres Creando, de Bolivia. Y no la hay porque “no hay lucha sin voz propia y solo esa voz es voz subversiva. Lo demás es ruido y rutina ruidosa, lo demás es hablar si, pero no alcanzar a decir nada”.
Son ellas las que han sabido meter con desafiante puntería el dedo en la llaga del periodismo alternativo: quién habla.
Está claro, por ejemplo, que en el documental Grissinopoli hablan sus trabajadores. No hay una sola palabra que refiera a la jerga de la izquierda partidaria, pero así habla claramente de explotación, exclusión, lucha social, represión, revolución y dignidad. La voz de los protagonistas convierten estos términos en piedras que arrojan al sistema, incluyendo sus modos de clasificar sus sueños y esperanzas. También habla, por supuesto, Darío Doria, su realizador. Nos dice qué lugar ha elegido para narrar esta historia, cuánto tiempo acompañó la batalla librada por estos trabajadores (la filmación duró ocho meses, desde la toma hasta la expropiación de la fábrica) y hasta desde dónde plantó su punto de vista: el documental se inicia con una de las obreras recorriendo la sede de la calle Púan de la Universidad de Buenos Aires con una alcancía. Está juntando dinero para poner en marcha la primera producción autogestiva de esa fábrica de grisines. Lo necesitan para comprar harina. Los alumnos la escuchan sin oír, la miran sin ver. Y cuando la cámara se acerca a los apuntes que sostienen en sus pupitres de universidad pública puede leerse de qué se trata la clase: “Las revoluciones como cambios del concepto de mundo”.
Está claro, también, quién habla cuando se lee lo producido por la experiencia y la inteligencia de los propios movimientos sociales, sin necesidad de intermediarios supuestamente expertos.
Veamos un ejemplo de ese aire fresco. Así definen las Mujeres Creando la palabra política:
Es la capacidad, el sueño y el empeño de transformar la sociedad. Es una tarea vital y vitalizante y que la asumimos como interminable y por lo tanto gozosa. Es una tarea y un modo de vivir que vale las penas, las alegrías y los placeres que nos cuesta. Para poder asumirla así lo primero que tuvimos que subvertir es la concepción de la lucha como un sacrificio, como un acto heroico de inmolación, tuvimos que subvertir la concepción de la lucha como un finalismo que tiene una meta estática grande y monstruosa por la que hay que morir, la lucha es para nosotras algo por lo que vale la pena vivir, es tan seductora que podemos desvelarnos o hambrear, pero que jamás nos impone olvidar los cumpleaños de la amiga, ni dejar de festejar la vida en todas las formas posibles y en todos los momentos posibles incluidos bautizos, abortos y divorcios”.
El colectivo Radio Bronka, de Barcelona, plantea el problema de la llamada contrainformación de la siguiente manera:
“No podemos seguir pensando en la contrainformación como lo hacíamos en los años setenta. No podemos centrar los esfuerzos de nuestros fancines, libelos, radios -y mucho menos la utilización de Internet- con las premisas que se manejaban entonces. No son suficientes y en ocasiones se convierten hasta en un complemento necesario para la legitimación de las redes de información -o de la red de “comunicación”- oficiales”.
No es casual la mención a los setenta, punto central de la cultura contrainformativa de la cual se nutren muchos de los medios sociales de comunicación que rescataron de ese arcón viejas herramientas para enfrentar nuevas batallas. En la Argentina, en especial, esto significa muchas cosas positivas y algunas negativas. Las positivas, fundamentalmente, están relacionadas con recuperar un diálogo interrumpido nada menos que por una brutal dictadura. El arquetipo de Rodolfo Walsh resume el espíritu del cual se aferraron, dos generaciones después, quienes salieron a contar esas verdades que los medios comerciales de comunicación acallaban.
Pregunta imposible:
¿Pero de qué arquetipo estamos hablando?
El Rodolfo Walsh escritor es magnífico y escaso. Como literato dejó pocas y perfectas obras de un estilo impecable. El irlandés de las pampas que asoma en el Walsh escritor es austero e implacable en el uso del lenguaje, al que somete hasta ponerlo al servicio de la historia que narra.
El Rodolfo Walsh periodista es obsesivo y disciplinado. Como investigador construyó piezas clásicas con la solidez del dato que coloca con precisión de artesano. Es imposible leer hoy estos relatos sin asombrarse por lo que no está dicho, pero implícito: el tiempo que le ha dedicado.
Por último, el Rodolfo Walsh militante fue capaz de vivir y morir por una causa que creyó justa y necesaria.
Son estos tres Walsh los que hacen uno.
Y convergen, como trágica confirmación, en esa Carta abierta de un escritor a la Junta militar que le costó la vida.
Hemos progresado.
Difundir la verdad ya no cuesta ni sangre ni lágrimas.
Pero sigue implicando sudor para eludir el facilismo de reemplazar con consignas y adjetivos la información.
Y aquí es donde está hoy el problema.
La contrainformación es hija de otro mundo. Aquel donde la verdad podía oponerse a la mentira por la fuerza de la voluntad militante. Así estaba construida esa utopía y allí nacía su fuerza.
Sin embargo, hoy, “ya no se trata del problema de la verdad o la falsedad, sólo disponemos de los datos de que disponemos y son los mismos para todos”, resume Radio Bronka. Lo cual significa admitir que el voluntarismo no alcanza para acceder a información que está guardada bajo siete llaves y clasificada asimétricamente.
La tarea actual parecería simplificarse. Se trata de elegir aquellas zonas de la realidad no iluminadas u oscurecidas a sabiendas, de acuerdo a lo que el poder necesita tanto atacar como defender.
La pregunta es ¿iluminarlas para qué?
¿Para que las vea ese sujeto que llamamos opinión pública?
En algunos casos, tal vez con eso alcance y conforme.
Pero, sobre todo y fundamentalmente, para que puedan exponerse tal cual son y reconocerse entre sí y multiplicarse en su rica diversidad y generar diálogos que surgirán si se estimulan los debates sobre los ejes que esos propios movimientos dictan porque su realidad los impone. Aún al costo de iluminar peleas que surgen por la batalla cotidiana por evitar las desfiguraciones, cooptaciones e indiscriminaciones, la comunicación estratégica no puede pensarse hoy de “abajo hacia arriba”, ni de la periferia hacia el centro, ni de la “sociedad civil” hacia las instituciones intermediarias, ni siquiera “contra” algo sobre el cual hay que hacer fuerza para derribar, porque el sólo hecho de hacerlo lo fortalece y restaura. La comunicación debe crear vínculos que fortalezcan las identidades que luchan por dejar de ser lo que otros quieren que sean.
Hay cierta tensión disciplinadora que está presente en el deber ser de los medios alternativos o contrafinformativos que no nace de sus preocupaciones, sino de sus limitaciones.
El colectivo brasileño La revolución no será televisada lo explicita así: “El problema no es el patrón, sino el padrón”. El padrón es lo que Bauman llama diseño. Es decir, la cartografía mental que domina el ideal, la maqueta que está instalada en el imaginario individual y colectivo.
La jaula.
Una vez más Bauman recurre a las metafóricas ciudades de Calvino para recrear las trampas que tiende este mundo desquiciado. La ciudad metáfora en este caso se llama Aglaura, donde cada habitante está convencido que vive en un lugar poblado de virtudes y defectos que ya no existen. No hay nada cierto en lo que los habitantes dicen de Aglaura, pero de tanto repetirlo han terminado forjando una ciudad sólida y compacta que solo tiene consistencia en sus cabezas.
“El resultado es este: la ciudad de la que se habla tiene mucho de lo que se necesita para existir, mientras que la ciudad que existe en su lugar existe menos”.
Las habitantes de Aglaura han fijado en sus cabezas un diseño de ciudad que es más vivible, consolador y comprensible que la propia realidad y defienden esa ilusoria Aglaura que ya no existe construyéndola todos los días con el único material capaz de consolidar y resguardar esa ilusión: las palabras. Por eso Calvino exhala:
“Aglaura aprisiona las palabras y te obliga a repetir en lugar de decir”.
En el caso concreto de un medio de comunicación la construcción de Aglaura incluye en su diseño mental una serie de elementos concretos que le dan verosimilitud al ensueño: eso que llamamos genéricamente redacción, noticia, columna de opinión, secciones y, sobre todo, las palabras con que construimos una visión de la realidad, sea esta mejor, peor o diferente de la que construyen los medios comerciales de comunicación.
El problema, entonces, no radica esencialmente en la forma de organización de la producción de un nuevo medio de comunicación (“el problema no es el patrón”) sino de crear otro modelo y luego organizarlo de la forma más conveniente a sus fines, objetivos y prácticas.
Desde ese punto de vista, la oportunidad es fabulosa: es el momento de hacer todo, pero absolutamente todo, de nuevo.
La pregunta es ¿por qué conformarse con crear una alternativa si se puede soñar con crear un espacio propio y original?
La pregunta es ¿por qué dedicar energía a contrarrestar los efectos de la emisión monopólica si se pueden crear muchas otras sintonías?
En la palabra alternativa está escondida cierta limitación que suena a repetición.
En la palabra contrainformación está determinado el campo de batalla al cual dirigimos nuestros esfuerzos.
Es el diseño de un molde que es más chico que lo que quiere contener y menos ambicioso que aquello que se necesita alcanzar.
Es como si redujéramos nuestra oportunidad de creación actual a un menú único de opciones. No se trata ya de optar por seguir o romper con determinadas reglas, ya que no hay un solo grupo de reglas que deban obedecerse o romperse. La cuestión más bien consiste en comprender la complejidad del modelo actual de poder, que contempla diferentes grupos de reglas y diferentes autoridades que las predican. Y rebelarse a todas y cada una de ellas.
Si aceptamos que el capitalismo es, fundamentalmente, un sistema de creación de identidades, el diseño de una nueva identidad es una tarea, pero también un problema que acompaña permanentemente su proceso de construcción. Necesita de una reflexión crítica constante, una lucha implacable para no ser tragado y vomitado.
Fue el suizo Max Frisch quien definió la identidad como “el rechazo de lo que los otros quieren que seas”.
La pregunta, entonces, es ¿qué queremos ser?
Nuestra hipótesis es que la categorización de “medios alternativos” así como la llamada “contrainformación” es ajena o extranjera, dicho esto no en el sentido territorial, sino de una reflexión que no es propia de quienes han creado estas nuevas herramientas. Por falta de tiempo, por comodidad intelectual e incluso por moda –algo que, finalmente, otorga cierta pertenencia-, las nuevas formas de comunicación terminaron por conformarse con categorías forjadas en otros ámbitos y otros tiempos. Hijas de la exclusión, terminan así incluidas en un universo teórico disciplinador, que desdibuja su potencial rebeldía y las arrodilla ante una etiqueta que delimita los escalones del poder, como en el categórico ejemplo de la Real Academia cuando menciona a la “medicina alternativa”.
“Hoy hay identidades que estereotipan, pero muchas más que humillan y estigmatizan”, nos advierte Bauman.
Rechazar aquello que los otros quieren que seamos es la primera tarea de una nueva forma de comunicación. Elegir libre y creativamente desde qué lugar hablar, sobre qué y con quiénes es lo que define el por qué. Y no aquí no hay posibilidad de viceversa.
“El hogar natural de la identidad es un campo de batalla”, sigue Bauman y con eso nos señala que no existe posibilidad de instalarse cómodamente en ninguna categoría hasta obtener un horizonte diferente que no se ciña a la lógica de inclusión/exclusión sino a otra, propia, distinta, nueva.
Y si bien nada nuevo se puede describir con viejas palabras, no es necesario inventar otras para anunciarlas. Alcanza con eludir los lugares comunes, los adjetivos gastados, las consignas vacías y así, desnudos y livianos, elegir las propias hasta hacerlas nuestras.
¿Cómo hacerlo?
Bauman nos dice que “El problema no es qué se necesita para `llegar allí`, para llegar al punto que se quiere alcanzar, sino cuáles son los puntos que se pueden alcanzar dados los recursos que ya tenemos en nuestro haber y cuáles merecen que uno se esfuerce para conseguirlos”. Pero nos advierte:
“Para poder atreverse a correr riesgos, para tener el valor que requiere elegir, se necesita esa triple confianza: en uno mismo, en los demás y en la sociedad”.
Comencemos entonces por darnos confianza.
En su tratado sobre la eficacia, Francois Jullien analiza las diferentes concepciones que han plantado el diseño en nuestras cabezas acerca de lo que esa palabra significa. Contrapone para ello dos culturas: la occidental y la china. Y las analiza en el terreno de las estrategias, esencialmente en las del arte de la guerra. Una analogía muy útil si damos por cierto que crear una identidad es el resultado de quién gana esa batalla entre el destino que el poder quiere imponernos y forjar el propio.
La cultura china parte de una concepción: “se vence a un enemigo ya derrotado”. El combate es un resultado, pone de manifiesto una situación que ya está implícita. Corona un proceso, no lo inicia: lo consagra. Es interesante que Jullien destaque que esta estrategia está basada “en una empresa de información sistemática” capaz de evaluar, estimar, medir, sopesar y especular cuándo conviene entrar en combate abierto. “La guerra deja entonces de ofrecer nada extraño o inseguro. Se ve reducida a la lógica de un proceso que, al evolucionar a partir de la simple interacción de los polos (opuestos y complementarios: los dos adversarios) se vuelve perfectamente coherente”. Semejante concepción es posible porque el punto de partida de toda esta cultura es una idea clave: la transformación. Aquello que es progresivo, acumulativo, persuasivo, imparable. También caracterizado por un uso del tiempo que desmiente la inmediatez. Un tiempo largo.
La eficacia es hija de la duración.
Y solo dura aquello que tiene capacidad de crear.
Porque crea, dura.
Cuando Bauman y Fidler nos hablan de la “mediamorfosis” para describir el proceso de permanente transformación que han sufrido los medios de transporte de la información, están identificando el ADN que llevó a los medios comerciales de comunicación a transformarse en un factor de construcción de poder. Siguiendo esta lógica que describe su fenomenal capacidad de creación es posible pensar que el enemigo ya está mortalmente vencido porque el propio corpus de la comunicación mutó, guiado por su fenomenal instinto de supervivencia. Si el emisor se cree a salvo de semejante mutación es porque aún no comprendió que el cambio comenzó por el otro extremo del circuito, fatalmente ligado a él: las audiencias.
Con las nuevas tecnologías a su favor, cualquiera puede probarse el traje y actuar el tiempo que quiera, necesite o disponga de productor de comunicación. Esa capacidad será permanente o transitoria, de acuerdo a la necesidad o el deseo.
Es una opción, de las tantas disponibles.
Pero aún cuando regrese a su sillón de consumidor de información, ya no es el mismo. Tiene elementos para evaluar el producto que se le ofrece desde una perspectiva distinta.
Así las cosas, cualquier proyecto de comunicación por más disparatado que parezca no implica ya ninguna posibilidad de derrota, siempre y cuando esté dispuesto a pensar críticamente todos los componentes de su fórmula.
Está condenado a cambiarlas.
Y de sus posibilidades de formular tantos cambios como sean necesarios dependerá ser parte de lo que aún no terminó de nacer o de aquello que se resiste a morir.
El hacer implica recursos.
Y si bien se experimenta con lo que se tiene, el punto de partida del que no tiene nada es reconocer que con algo carga. Y ese es su principal problema: deshacerse del peso mental del mito de Aglaura.
En los numerosos seminarios que hemos organizado con profesionales y estudiantes avanzados de comunicación comenzamos por plantearle al grupo una pregunta: ¿qué se necesita para hacer un medio de comunicación? En todos estos años, hemos tenido un invariable menú de respuestas, que inventariaban necesidades imposibles: redactores, diseñadores, fotógrafos, oficinas, computadoras, teléfonos, personas cumpliendo diferentes y estereotipados roles y hasta algunos delirios de confort. Hasta que una oportunidad, la lista fue completamente diferente. Fue en diciembre de 2005 y en un grupo de treinta jóvenes menores de 20 años, pertenecientes a organizaciones sociales de todo el país, con variadas experiencias en comunicación comunitaria. Cada uno fue sumando en voz alta un recurso, hasta quedar conformada la siguiente lista, que copiamos a continuación por riguroso orden de aparición:
1. Ganas.
2. Tiempo.
3. Voluntarios.
4. Contenidos: textos, imágenes, opiniones, audios.
5. Compromiso.
6. Responsabilidad.
7. Continuidad.
8. Experiencia en trabajo en red.
9. Respeto.
10. Participación.
Con esta sencilla lista escribieron el obituario del periodista profesional y anunciaron el parto de un nuevo estilo de producción de la información. Son los habitantes de una nueva ciudad, que nunca conocieron ni Aglaura ni su mito. Están a salvo de su maleficio, y desde esa ignorancia crearon herramientas nuevas, con materiales viejos que encontraron en el gran basural de productos desechados por los expertos.
Eso es lo que llamamos aquí “medio social de comunicación” y es hijo de un nuevo fenómeno social que está transformando los cimientos de un sistema, en perfecta sincronía con los nuevos tiempos.
¿De qué sistema estamos hablando?
El sistema de comunicación que permitió la consagración del capitalismo mediático tiene un diseño definido: un circuito clásico que parte del emisor, coloca en el medio al medio y en el final de la cadena, al receptor. La teoría de Mc Luham intentó señalar qué transformación se había producido en eso que llamó “la aldea cósmica o global”. Amplió los conceptos comprendidos en el diseño del circuito y alertó cómo el medio se estaba convirtiendo en un centro con suficiente poder para modificar el curso y funcionamiento de las relaciones humanas. Esta teoría que coloca el eje en la tecnología (hija de su época y -por qué no- fiel representante de las concepciones que centran la disputa en el control de los medios de producción) es la que certeramente describió el problema en el cual estábamos atrapados.
¿De qué cambio, entonces, estamos hablando?
En principio, del que nos enseña que todo problema tiene más de una solución.
Si el circuito de la comunicación, tal como estaba planteado, es un elemento clave para la consagración de un poder vertical, autoritario y concentrado, una manera radical de confrontarlo es crear otro diseño, que contemple y sea capaz de albergar otra concepción de poder.
Ese nuevo diseño es el que coloca en su centro al sujeto social y a su alrededor, como los rayos de un sol omnipresente, todas las herramientas de comunicación que es capaz de crear para compartir su mensaje. Estas herramientas se convierten así en opciones y no en condiciones de la comunicación.
El sujeto social se transforma, según nuestra hipótesis, en un medio de comunicación.
El resto son formas que adquiere para transmitir su mensaje.
Este sujeto social tiene, además, características diferentes a las tradicionalmente atribuidas a un medio de comunicación. Puede ser colectivo o individual, puede ser permanente o transitorio, puede ser emisor o receptor, puede ser local o global (y todas estas cosas al mismo tiempo); es decir que puede optar por constituirse como quiera y por el tiempo que quiera, porque la motivación que le da origen no es la construcción y sostén de un medio, sino de un mensaje.
John Holloway lo define como “la fuga del trabajo hacia al hacer” y sus implicancias en el territorio de la producción de la comunicación implican, cuanto menos, un regreso a las formas artesanales de creación, de permanente experimentación y de apropiación de toda esa experiencia a una escala tal que las distancias entre protagonista, productor y consumidor de las noticias son idénticas al ancho del abrazo humano.
Al hablar de un regreso a las formas artesanales de producción estamos mencionando algo fundacional: el principal insumo de estas nuevas formas de producción de la comunicación es el tiempo.
Un tiempo propio, con valor pero sin precio.
No hay forma de cotizar en moneda corriente el tiempo invertido en cada producto realizado bajo estas nuevas formas de producción. Y no estamos hablando aquí de aquello que podría llamarse “comunicador militante”, sino de algo nuevo, que plantea por lo tanto nuevos interrogantes.
Estas nuevas formas de comunicación re-diseñan el circuito tradicional y colocan su centro en un sujeto social que utiliza diferentes herramientas para comunicarse, entre sí y con los demás.
Están forjadas en una ecuación que separa los ingredientes de la receta que las viejas formas de producción mezclaron con la única finalidad de cocinar otra cosa: confusión en lugar de información.
Volvamos entonces a ponerlas en su lugar:
El medio es el medio.
El mensaje es el mensaje.
Y el que emite -convertido profesional, vocacional, permanente o transitoriamente en comunicador- debe tener “ganas”, “tiempo” y “compromiso” en dosis suficientes, según enumera la lista que devuelve a la responsabilidad individual la construcción de una herramienta comunitaria.
El nosotros así se transforma en una suma de yo.
Es plural y diverso y desafía no solo a aquello que llamamos “pensamiento único”, sino a su clon más noble: esa antigua utopía de unidad.
La reinterpreta.
Los nuevos medios sociales de comunicación demuestran, en sus prácticas, que la unidad es un falso punto de partida.
En un mundo desfigurado por las desigualdades, negarlas es un síntoma de ceguera.
Nacen por eso con una dificultad que queda demostrada en la incapacidad para tejer redes que conecten estos sistemas que crecen autónomos, pero también en solitario, multiplicando al infinito esfuerzos que podrían compartirse para potenciar sus resultados.
“La capacidad de convivir con las diferencias, por no hablar de disfrutar de ellas y aprovecharlas, no se adquiere fácilmente y por cierto no viene sola. Esa capacidad es un arte que, como todas las artes, requiere esfuerzo y ejercicio”, nos advierte Bauman.
Sin embargo, reconocer esas diferencias es quizá el paso que nos permite transformarlas en diversidad.
Y ya aprendimos esa lección: la diversidad hace la fuerza.
Es en ese sentido que nuestra hipótesis se completa y adquiere sentido con la guía que la acompaña. Un intento por demostrar la variedad de experiencias de comunicación que, sin importar su forma, tamaño o intensidad, han realizado un aporte esencial para crear este nuevo diseño.
El otro elemento que pone en jaque esta apropiación del tiempo por la que bregan los nuevos sujetos de comunicación social es la concepción misma de noticiabilidad. Es noticia el hombre que muerde al perro, nos repitieron hasta el hartazgo para simplificar esa concepción de excepcionalidad y acontecimiento extraordinario que debía tener un hecho para ser considerado producto de consumo masivo. Los medios sociales de comunicación han cambiado radicalmente esta premisa hasta el punto de muchas veces negarla.
No es noticia que se inaugure una fábrica gestionada en forma cooperativa por sus trabajadores, sino que todos los días 200 fábricas operen bajo las órdenes de todos.
Todos los días, cada hora y en medio de este sistema que los desafía, niega y deforma permanentemente.
No es noticia que un grupo numeroso de desocupados corte una ruta para exigir subsidios al Estado, sino que esos desocupados destinen ese dinero para comprar insumos que pongan en funcionamiento sus proyectos productivos. De esa manera se puede “ver” claramente, entre otras cosas, qué es lo que en realidad enfrenta a las diferentes organizaciones: la forma en que reparten internamente esos recursos, las extorsiones que reciben, o si es el compromiso o la necesidad lo que une a cada miembro con el movimiento, entre otras cuestiones importantes.
Para tornar visible una realidad cada vez más compleja no alcanza con verla. Es necesario sostener la mirada tanto como sea necesario.
La solidez de la información de un medio de comunicación social está relacionada con el tiempo dedicado a acompañar el proceso de generación de nuevas formas de relaciones sociales.
Mujeres Creando tiene una casa en La Paz que es hostal, café, videoteca, almacén de productos orgánicos y centro de debates y conspiraciones. Edita una publicación mensual –Mujer Pública– y tiene una página web www.mujerescreando.com Sus escritos fueron compilados en el libro La virgen de los deseos, editado por Tinta Limón, el sello del Colectivo Situaciones.
Nota
Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:
- Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
- Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
- Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.
En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.
Por Lucrecia Raimondi
Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.
Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:
- El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
- la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
- el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.
En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional.
Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.
En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:
- la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
- la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
- las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.
La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos.
Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva. “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La economía popular y el avance narco
La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).
La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”.
Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.
Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”.
En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.
Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.
Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”.
La voz de los marginados
Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”.
Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”.
“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”
En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.
Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.
Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”. Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.
Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”.
En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”.
La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños.
Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”.
Proyectos de vida y niñas violadas
Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.
Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.
En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”.
El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.
Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.
En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.
En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”.
Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”
Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.
El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.
En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan.
“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.
Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria.
El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”.
En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”.
La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos.
El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”.
Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.
Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: “Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.
Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
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