Nota
El primer arrepentido: cuadernos, corrupción y violencia
Los arrepentimientos empresarios analizados desde la mirada de un caso anterior: la llamada Mafia del oro reveló en los 90 un entramado de corrupción y complicidad entre empresarios y funcionarios menemistas. Enrique Piana, propietario de la prestigiosa Casa Piana, fue capturado en Estados Unidos en 1997 acusado de estafas y contrabando que efectuaba desde Argentina. De la mansión en el Boating, el yate y los Rolex de 12.000 dólares, pasó a quebrar y conocer las cárceles norteamericanas. Su experiencia, comparada con los arrepentimientos actuales. Desde Tailandia, datos para entender la Mafia del oro y las impresiones de Piana sobre los empresarios, la justicia, el sistema, y el origen de la violencia. Por Sergio Ciancaglini.
“Lo que más me llama la atención de lo que se ve de la Argentina no es lo de los cuadernos, la corrupción y las coimas. Lo peor es la violencia que significa todo eso. Pero nadie habla de eso que, para mí, es mucho peor que la violencia de un tipo que sale con un revólver a robar”.
Enrique Piana está en Tailandia rodeado de selva y preguntas. Vive en la choza que le presta un ilustrador sueco en el fondo de su casa. Tiene anteojos de armazón rojo, está rapado y luce mostachos puntiagudos: “Soy un Caparrós trucho”, explica, aunque podría atribuírsele también un aire al Dalí hecho máscara en la serie española La casa de papel.
Su fortuna personal en el momento de la conversación por Internet asciende a 3 euros: logró cobrar 20 por la venta de uno de sus libros digitales (Enrique Piana y su media valija), pero gastó 17 en abastecer la heladera. Está al tanto de las novedades argentinas y no se recupera del asombro: “Yo veo lo que dicen de los empresarios que se presentan y se vuelven a la casa, pero no me parece un arrepentimiento sino un negocio”.
Cuando fue declarado culpable en Argentina en diciembre de 2006, Piana dijo ante los jueces Jorge Pisarenco, Carlos Schlegel y Susana Castro de Pellet Lastra: “Quiero pedir perdón a mis hijos, a mi familia y a la sociedad, porque la Argentina no se merece lo que nosotros hicimos”.
Y agregó: “No está bien cagarse en todos”.
El arte de endeudarse
“Aquí se narra la historia de Enrique José Piana: argentino.
Nacido el 26 de abril de 1954.
Casado, divorciado, dos hijos.
Su ascenso en una empresa familiar de gran prestigio.
La forma en que organizó una estafa de antología.
El pago de coimas, la compra de impunidad.
El modo en que construyó una fortuna personal y cómo la perdió.
Su vida en prisión.
Su rol como testigo arrepentido. (…)
Su regreso a la Argentina.
Y algunos otros sucesos”.
Así comienza Confesiones de oro – La mafia del oro contada por Enrique Piana, el libro que escribí durante 2001 en los ratos libres que me dejaba el derrumbe del país, publicado en agosto de 2002. Fue la descripción y el reconocimiento de Piana sobre cómo delinquió con un entusiasmo enfermizo.
El libro fue producto de 29 horas de entrevistas con él grabadas en Long Branch, Estados Unidos, en la era del cassettte. A Piana le habían otorgado libertad vigilada y vivía en un monoambiente del que solo podía moverse en un radio de un kilómetro –y a ciertas horas- con grillete electrónico. Durante un año, intercambiamos más de 1.500 mails de preguntas y respuestas en aquella Internet paleolítica.
Ahora Piana me envía un Whatsapp grabado: “¿Cómo es esta historia? Yo me arrepentí sin ningún beneficio personal. Cuando declaré mi abogado me decía ‘estás loco como una cabra, con todo lo que confesaste no hay forma de defenderte’. Pero lo mío era sincero. Esto de ahora me parece un circo”.
No lo dice enojado, sino riendo.
Breve reseña de andanzas previas, para comprender sus sensaciones actuales. Entre 1993 y 1997 Piana ideó una serie de mecanismos para estafar al Estado y lograr una especie de milagro de mercado: exportaba oro, cuando en Argentina ese metal todavía no se extraía.
Primero, importaba el oro con subsidios.
Luego lo exportaba cobrando reintegros.
Volvía a importarlo y así continuaba la calesita.
El mismo esquema fue utilizado por la empresa Sevel (dirigida por los Macri padre e hijo) con la circulación de autopartes y coches, en lugar de oro.
Los anteojos rojos se sacuden: “A ellos los hizo zafar la Corte de Menem. Pero mirá, si hablamos de eso, los macristas van a decir que soy kirchnerista. Y si digo que en el kirchnerismo hubo corrupción van a decir que soy macrista. Está todo muy loco”.
Lo dice una persona que gracias al entramado de estafas, contrabando, falsificación descomunal de facturaciones y coimas a funcionarios aduaneros y políticos (entre otros hallazgos a los que llamaba “desarrollos creativos”), llegó a tener un caserón en el Boating Club, varios Mercedes, un yate con el que se iba a pasear a las Islas Vírgenes, los Rolex de 12.000 dólares, viajes cotidianos a París para cenar en restaurantes exclusivos (en esa época aún resplandecía La Tour d’Argent) con vinos de 1.000 euros la botella, y la sensación de que no había límites para seguir creciendo.
El apogeo económico de Piana contó con otra herramienta: la facilidad para endeudarse. “Yo no decía ‘debo un millón de dólares’, sino ‘tengo un millón de dólares’”. Esta posibilidad de creer que contraer deuda es tener dinero forma parte de la genética argentina y es una de las tantas cosas que permiten enlazar la historia de Piana con la de una época, que acaso también es ésta, en la que habrá que pagar unos 40.000 millones de dólares de deuda externa de aquí a 2019 que nadie sabe de dónde saldrán. O mejor, ni saberlo.
El síndrome Yabrán
El caso de la Mafia del oro cobró notoriedad en 1996 por un ataque al fiscal Pablo Lanusse (recibió heridas de cuchillo en la cara y un brazo) y, sobre todo, por el secuestro de su hermana Patricia, a quien obligaron a escribirse con un cortante en la frente la palabra “ORO”.
El propio fiscal reconoció que nunca pensó que Piana hubiera ordenado esos atentados, sino que fueron una maniobra de distracción motorizada por el empresario Alfredo Yabrán como parte de una disputa con Domingo Cavallo, el ministro de Economía de Menem. Cavallo propiciaba la llegada de competidores norteamericanos de las empresas de Yabrán. Como contragolpe, el escándalo del oro era un modo de apuntarle a Cavallo quien se había mostrado impávido ante la fiesta de reintegros, sobrefacturaciones y lavado de dinero. Las internas en el menemismo con respecto a estos temas no eran de salón. Todo esto había sido investigado por Marcelo Zlotogwiazda en su excelente libro La mafia del oro.
El argumento de Piana: “Yo lo veía como un partido de fútbol por arriba mío entre Yabrán, el menemismo y Cavallo. Y me parece que yo era la pelota”. Lanusse se sentía del mismo modo. Piana: “Jamás hice algo así. Hice mil cagadas, el hecho de robar y contrabandear en sí mismo fue un hecho de violencia, pero nunca atacar a nadie. Y cuando hicieron eso contra los Lanusse fue que empecé a hundirme”.
Los presos VIP
El desarrollo creativo se cortó definitivamente en 1997. Piana hizo un viaje romántico a Nueva York con su pareja de entonces, a la que le había obsequiado una operación de siliconas a la que llamaba “tetas nuevas”.
Al llegar al aeropuerto Kennedy, Piana descubrió que lo estaban esperando ya que la aduana había detectado la maniobra que le permitía exportar chatarra metálica en lugar de oro a Estados Unidos. Lo hacía en complicidad con la empresa norteamericana Handy & Harman, asociada a Casa Piana en Refinerías Riojanas, emprendimiento inaugurado por el entonces presidente Carlos Menem.
Cuenta Piana: “El fiscal Noel Hillman (actual juez en New Jersey) me mandó preso, como para ablandarme. Fue muy duro, en cárceles pesadas, hasta que acepté colaborar, o arrepentirme. En ese momento, la verdad, no era un arrepentido de corazón, sino un empresario que estaba negociando una mejor condición. Además, no me quedaba otra”.
Durante varios meses, cada miércoles, Piana se reunió en la Union County Jail de New Jersey con Hillman, agentes de inteligencia aduanera y funcionarios judiciales que lo interrogaban y chequeaban detalles de cada transacción para armar la causa que tenía como destino principal a los implicados norteamericanos de la estafa: Handy & Harman y el banco MTB (Manfra, Tordella & Brooks) que ganó fama también como eslabón financiero los casos de tráfico de armas a Ecuador y las coimas del caso IBM-Banco Nación, entre otros.
Piana pasó casi cinco años entre cárceles y libertad vigilada con tobillera electrónica. Considerado culpable, y con el tiempo de detención cumplido, fue extraditado a la Argentina en 2002, donde lo aguardaban las causas locales, reactivadas por la notoriedad de su captura en Estados Unidos.
“Yo expliqué todo el businesstruch”. Confesó que pagó coimas a funcionarios aduaneros, denuncia no muy exitosa: los funcionarios fueron ascendidos. También reveló que le pagaba a Alberto Kohan, secretario general de la Presidencia durante el menemismo 30.000 dólares mensuales (dólares de hace 23 años) por una supuesta protección política.
Al ser extraditado desde Estados Unidos pasó otros dos años preso en la llamada “cárcel VIP” de Gendarmería en el puerto de Buenos Aires. “Ahí estuve con Carlos Grosso que me dijo: ‘sos el único empresario que reconoció responsabilidades en la joda’. Ahora, por lo que vi en televisión, parece que Carlitos está en la mesa chica de la Rosada, asesorando directamente a Macri. También estaba con nosotros el ex juez Hernán Bernasconi, que ahora está cerca del Papa”.
Grosso había sido detenido por asociación ilícita en la entrega de concesiones cuando fue intendente porteño, y Bernasconi por fraguar pruebas en casos de consumo de estupefacientes como el de Guillermo Cóppola y Alberto Tarantini.
La población supuestamente VIP de Gendarmería incluía, entre otros, a Enrique Mathov, secretario de Seguridad de Fernando de la Rúa, hombre que defendía el uso de armas de fuego contra los manifestantes y fue condenado por los homicidios provocados por la represión del 20 de diciembre de 2001.
Otro huésped del pabellón fue Enrique Arancibia Clavel, agente de inteligencia chileno condenado en Chile por coordinar al grupo de asesinos que mató al general René Schneider en 1970. Había sido liberado por Pinochet en 1973, vivió en Argentina y participó en el atentado en el que fueron asesinados el general chileno Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert en Buenos Aires (1974). El crimen fue perpetrado junto a la CIA a través de otro agente, Michael Townley. Arancibia Clavel fue condenado a prisión perpetua.
Actualiza Piana: “El chileno estaba conmigo en Gendarmería, salió libre, se quedó viviendo en Buenos Aires, y lo mató un taxi boy”. Fueron 34 puñaladas, en 2011.
Corrupción en tiempo presente
“Yo no fui un arrepentido virtual”, explica Piana desde Tailandia. “Hablé en Estados Unidos y hablé en Argentina. No sacaba ningún beneficio sino que reconocí lo que hice. De acuerdo a mi experiencia con los norteamericanos, lo que están haciendo ahora con los arrepentidos me parece poco profesional”.
Piana se ha dedicado en los últimos años a escribir libros de tono espiritual como la serie Pepito Sentinfante o Enrique Piana y su media valija que vende a través de su blog en Internet. “Me las voy arreglando porque mucha gente me ayuda y hace donaciones. Vendo los libros virtuales. Paso algún tiempo en Irlanda del Norte, cuidando hostels a cambio de alojamiento y comida. Así estuve en Albania, Marruecos, Berlín. Si junto plata para el pasaje, trataré de ir antes de fin de año a Gran Canaria donde otra amiga, Andrea, me ofreció su hostel para que viva allí un tiempo. A veces mi hijo Matías me manda algo (vive en Australia donde instaló una empresa de catering de comidas típicas argentinas). Ahora hace varios meses que estoy acá en Tailandia, que es baratísimo, en la choza que me prestó Saard Nilkong en el fondo de su casa. Es el ilustrador de uno de mis libros. Un tipo bárbaro: recién me dejó tres bananas”.
Internet es la ventana que le permite a Piana trabajar con su notebook y estar conectado a los sucesos argentinos: “Lo que se ve con el tema de la corrupción es que no hay tratamiento equivalente. Unos son mejor tratados que otros. A los políticos les pegan duro y a los empresarios los sueltan enseguida. Pero para que haya coimas hay dos culpables. Vos podés pensar que el Estado tiene más responsabilidad, por representar a la gente, pero los empresarios no son inocentes”.
Un argumento que se suele deslizar en estos días postula que los empresarios fueron extorsionados por los funcionarios para pagar los llamados retornos.
La respuesta de Piana es posterior a unas carcajadas: “Mirá: el empresario quiere ganar la guita lo más rápidamente posible. En Argentina y en todo el mundo. Es lo único real. Los de Handy & Harman eran tan chorros como yo. Y si se te presenta un tipo del Estado que te permite duplicar la facturación, vas para adelante. En estos casos nadie extorsiona a nadie, no seamos ingenuos”.
Una suposición: “Puede ser que en algún momento los políticos dijeran ‘poneme para la campañita’, pero los empresarios hacen lo que quieren, es un sistema”.
Una cuestión que hasta ahora no se mencionó, según Piana: “El tema del IVA y las facturas truchas va a tener que aparecer, porque ¿cómo hacés para sobrefacturar y ganar fortunas sin pagar impuestos demenciales? Así como la parte financiera iba para los políticos, está faltando que los empresarios digan cómo hicieron para coimear, sobrefacturar y pagar impuestos. ¿Cómo hacían para sacar 8 millones, 10 millones, 300 millones de una cuenta? O necesitás facturas monstruosas, o tenés guita negra en un paraíso fiscal: a mí, que no me la cuenten”.
El modelo de la violencia
“La corrupción y el robo, como lo hice yo y como lo hacen estos empresarios y políticos, es terrible, es pura violencia”, sigue Piana.
“Pero nadie habla de esa violencia que es mucho peor que la del pibe que sale de la villa con un trabuco para robar un par de zapatillas, o que la de los que te afanan el teléfono y se escapan corriendo en moto. Para la gente esos son los violentos. Pero todo esto que se está mostrando tiene mucha más violencia, porque es la violencia que genera las otras. Los pibes quieren salir de la miseria y del maltrato. Pero ven por televisión a estos otros pibes, los empresarios y políticos, que ganan millones y millones de dólares y no les importa absolutamente nada de lo que le pasa a la gente. Porque esa es la verdad. Entonces los que miran esto, dicen: ‘Ah, este es el modelo’”.
Teoría sobre el arrebato: “Los chorros te arrebatan un teléfono. Pero estos empresarios te arrebatan un país. Es muy raro ver que los medios aparecen casi defendiendo a los empresarios, siendo que ellos saben que ese arrebato existe. Es como si cada vez se robaran tres provincias, cuatro empresas, dos puertos”.
Sostiene Piana que el espectáculo tiene signos pornográficos: “Valijas de un lado para el otro, empresarios, políticos y también la Justicia, aunque de eso todavía no se habló, y te lo digo porque aprendí que la corrupción es transversal a todos. Y después dejan sin castigar a muchos de los que los que estuvieron en el circuito. Es un acto de violencia superior, en el marco de gente de traje, paqueta, hijos de familias de buena posición, que estudiaron en universidades privadas o en el exterior, pero que son absolutamente violentos en lo que hacen. Porque además no tenés riesgo. El pibe chorro se la juega con la policía. El empresario es amigo del presidente, de los ministros, tiene abogados y jueces que lo cuidan, fiscales que no lo acusan. Está muy protegido. Esa es, para mí, la violencia”.
Dinero, destrucción & egodultos
¿Qué explicación se da para los hechos que él cometió y para los actuales? “Yo era un adicto al dinero, con una especie de hueco espiritual que llenaba metiéndome en un mundo de transgresión, de mentiras. Mi forma de mostrar valor era teniendo guita. Era el “egodulto” del que hablo en los libros de Pepito Sentinfante: un adulto ególatra, un hijo de puta que no tiene sensibilidad ni le importa nada de los demás, sin conciencia, un tipo deshumanizado”.
Piana apunta al presente: “Mirá estos empresarios en lo que se metieron. Van a tener que vender sus empresas por monedas, salen en los diarios, sus familias se quieren morir. Todo para tener más y más, al final no se sabe para qué mierda. Yo mismo fui así: hice sufrir a mi familia, me metí yo también en una situación de sufrimiento absolutamente ridícula. Todo para estar a la altura de un sistema de consumo que solo propone eso: tener más y más cosas. Es una locura muy destructiva”.
Un costado político del tema: “En un mundo deshumanizado, solo vale la plata conseguida del modo más fácil posible. Nada está unido a un valor industrial, o incluso de trabajo. Agarrás 100, lo ponés en un banco o un bono, sacás la guita, comprás otro bono, lo revendés. El trabajo es un desvalor. Fijate que incluso Macri ha puesto su energía en eso. Nadie habla del trabajo: están todo el día hablando de cómo pedir más plata prestada. Creo que el tema de que no haya trabajo es lo básico. No se entiende a qué mundo vamos. Y parece que a nadie le importa, por eso de la deshumanización”.
¿Cómo se sale? “Para mí es un cambio individual. O muchos cambios individuales. Recuperar la capacidad de sensibilidad por los demás, y de buscar un lugar más cómodo para todos. Eso no va a venir de un gobierno. El argentino egodulto tendría que hacerse una autocrítica y salir de la cosa muy hipócrita. Hay un dominio de lo económico que realmente no tiene sentido”. Un recuerdo: “En Italia hicieron el Mani pulite, fue todo el mundo en cana, parecía el fin de la corrupción, y después vino Berlusconi que era igual o peor”.
Por momentos parece que Piana hablara de enfermos al mencionar a los empresarios: “Es que están programados así. Por eso no hay ningún arrepentimiento sincero. Yo entré en ese sistema de enfermedad por el dinero, y salí. Lo que digo entonces es que se puede volver de eso, porque además es mucho más lindo. No la voy a ir de salvador, profeta o Madre Teresa. Pero la verdad es que el camino –no te digo de la felicidad que es medio abstracto, pero sí de cierta paz, de cierta calma- es algo más vinculado a una cosa interior que una cosa externa y de acumular objetos y dinero”.
Reconoce Piana que su propia experiencia posterior a las cárceles le cambió los mapas mentales: “Hice el Camino de Santiago hace siete años, que me marcó mucho con respecto al desapego a las cosas. Me cambió la vida y me liberé de muchas culpas. Pero además, si he podido vivir de este modo es gracias a mucha gente, a muchos amigos y amigas. Es como que entendí que los caminos laterales del pueblo son los que te llevan a la buena gente. Y los centrales, los de Callao y Santa Fe, no te apoyan en nada. El camino principal del pueblo es la miseria. Y en los laterales está el que te ayuda sin preguntarte nada. Es otra idea: compasión, solidaridad, y así me fui encontrando a gente verdaderamente maravillosa”.
La percepción sobre los jóvenes: “Son los que más se dan cuenta de que la gente vive tironeada, haciendo lo que no le gusta hacer, con sensación de falta de libertad. Porque esa cosa mágica del dinero, al final te chupa la vida. Los chicos no quieren ese modelo: tienen los huevos llenos”.
Imágenes sobre los espejos: “Todo esto que pasa podría hacer que nos miremos en el espejo como sociedad, y eso sería bueno. Pero como está la grieta, cada uno ve la parte del espejo que le conviene. Y así sigue la hipocresía”.
Si hay algo que parece molestarlo especialmente es esa historia mediática de la grieta. “Una locura: de eso no quiero saber nada”, dice Piana, que pronto pondrá a la venta el último de sus libros. Se trata de un diálogo con la terapeuta española María Fernández, que no sé si figurará entre los textos de autoayuda, de economía política, o de ciencia ficción: se llama Ani-kill-ando el sufrimiento.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Nota
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
Un guardapolvo blanco, pintado de letras rojas en el dorso: “Salud en lucha”. Una pancarta naranja, con letras negras, que grita: “El Garrahan es insalubre”. Lo que adorna a las instalaciones del centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuito, de altísima calidad y de máxima complejidad donde se atiende a infancias de todo el país, refleja el contexto de lucha: seis paros en diez semanas. Una movilización el martes pasado a Plaza de Mayo. Otros paros por venir. Y un festival que se está organizando para el 8 de noviembre. Seis mil laburantes que dijeron basta, que ya no se puede, que así no se sigue. Los reclamos son tan centrales como diversos: salario, condiciones laborales y presupuesto. Todos, repercuten en un problema tan primordial como poco tenido en cuenta: la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores.
Por Francisco Pandolfi
Lo que pasa puertas adentro de esta entidad emplazada al sur de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que en 2019 se creara la Comisión de Condiciones de Trabajo Insalubres y Agotamiento Prematuro del Hospital Garrahan.
Ivone Malla tiene 55 años y es, desde hace 12, médica hepatóloga del hospital e integra la comisión desde su nacimiento. Le cuenta a lavaca por qué surgió la necesidad imperiosa de organizarse y de ponerle ese nombre: “En 2019 empezamos a notar la situación compleja en la que estábamos. El grado de sufrimiento que padecíamos por estar expuestos durante tanto tiempo, todos los días, muchas horas por día, bajo una presión insoportable un tercio de nuestra vida. Armamos un grupo de whatsapp, primero entre cinco, seis personas, y en menos de una semana éramos 200. Hicimos reuniones y armamos la comisión con integrantes de distintas áreas del hospital. Y decidimos armar un informe que es contundente por los datos que denuncia. El documento de 40 páginas tiene cifras como estas: “En el Garrahan muere casi un paciente por día. La mayor parte es menor de un año y un cuarto menor a un mes”.
La salud de quienes cuidan la salud
Ivone actualiza algunos datos del informe presentado en marzo de 2020:
–El 26 por ciento de las licencias que se piden en el hospital se deben a trastornos de depresión y problemas de salud mental.
–Hicimos una encuesta y uno de cada 2 trabajadores del hospital toma psicofármacos.
–Otro dato alarmante tiene que ver con la tasa de suicidios. El hospital duplica a la tasa del país, que es de uno cada 12 mil personas por año. En el Garrahan somos 6 mil laburantes y tenemos un trabajador por año que se suicidó. De hecho, cuando empezó este reclamo se mató un compañero. Obviamente este no es un número oficial, porque pedimos el registro a las autoridades y no brindan la información, pero nosotros sabemos bien lo que pasá acá.
Frente a este escenario, desde la Comisión proponen medidas concretas: “Demostramos con datos fehacientes que el trabajo que realizamos afecta nuestra salud física y mental y amerita la aplicación de un régimen especial que contemple las condiciones de trabajo insalubres y/o agotamiento prematuro a los que estamos expuestos, y limite la exposición con reducción horaria sin afectar nuestros salarios (de ocho a seis horas el área médica y de siete a seis la enfermería), licencias por estrés (de cinco a quince días anuales) y reducción de nuestros requisitos jubilatorios (25 años de servicio, mínimo 50 años de edad y 82% móvil).
Ivone sentencia: “Se habla mucho del modelo Garrahan, que la manera de sostenerlo es que pasemos más horas en el hospital y debe suceder todo lo contrario. Un motivo por el que se están yendo muchos profesionales es por los bajos salarios, porque aunque siempre cobramos poco el ajuste de los últimos meses es feroz, pero otro factor es por ese mismo modelo Garrahan que te obliga a quemarte, a dejar la salud, porque te exprime a tal punto de ser expulsivo. No podemos continuar un sistema que no cuida la salud de quienes cuidamos la salud pediátrica de mayor complejidad del país”.
La situación de insalubridad de las y los trabajadores del Garrahan es gravísima.
El sueldo más bajo de la historia
Norma Lezana es la Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos. Tiene 62 años y hace 36 que trabaja en el hospital, cuando ingresó meses después de la inauguración del Garrahan, el 25 de agosto de 1987. “Estudié en la universidad pública y recuerdo cómo mi sueño era trabajar en ese lugar que se estaba construyendo. Yo armé mi vida en paralelo a este hospital de tanto prestigio, que sigue solucionando las enfermedades más graves y raras de los niños y niñas de Argentina, que no son números. Cada historia es un pacientito, un nombre, una familia. Cada caso requiere una reunión, un equipo interdisciplinario detrás, esa siempre fue la intención acá, así nos formamos y así creció el Garrahan”, dice Norma, ya con los ojos vidriosos.
Esa labor en equipo, hoy la replican para otro tipo de lucha: “Ahora nos toca defender la importante misión que tiene esta institución, en un momento en el que quienes trabajamos estamos cobrando el sueldo más bajo de la historia. En menos de un año, la inflación fue de 236% y nuestro salario apenas subió el 100. Este cambio fue de golpe, entonces no hubo manera de acomodarnos, porque no podés de un día para el otro dejar de pagar internet, de mandar a tu hijo al colegio, ya no pagar los impuestos. Es angustiante lo que estamos viviendo. Una compañera el otro día me dijo que empezó a pagar el alquiler con el crédito que te da Mercado Pago, que te cobra mucho interés y en poco tiempo ya no va a tener sueldo. Otra me dijo que no tenía de dónde sacar para el campamento escolar de su hijo. Yo gastaba 5 mil pesos de luz y me vinieron 100 mil. Es muy estresante, esto antes no pasaba”.
Desde las distintas organizaciones que forman la vida política del hospital dan números concretos: los operarios y técnicos no llegan a 500 mil pesos. De enfermería a 750 mil. 900 mil del área médica con aproximadamente 15 años de experiencia. Ivone expresa: “Necesitamos una recomposición salarial del 100% y un sueldo inicial igual a la canasta familiar, que hoy está en 1.500.000 mil pesos”. Completa Norma: “Los sueldos más bajos están bajo la línea de la pobreza y los de la mayoría, salvo los de los médicos más antiguos y los cargos de conducción, tampoco llegan a cubrir la canasta básica. Frente a esto, nuestro sueldo subió un 1 y un 2% en las últimas paritarias, que es lo que firmó UPCN con el gobierno nacional. Por eso denunciamos al sindicato, a la CGT y a la CTA, porque firmaron esto calladitos, como si no se dieran cuenta la situación que vivimos”.
Norma es licenciada en nutrición y pone el foco en lo que compra (o no) la gente y en lo que mira (o no) el Gobierno nacional: “Veo changuitos vacíos, poca fruta, verdura y lácteos. El salario no es algo que nos puedan recortar, porque no es un gasto. Pero este gobierno es insensible, cruel, lleno de mercenarios. Pueden hablar de déficit cero, de que Caputo es el mejor ministro, pero la realidad es que varios enfermeros después de trabajar diez horas, cuando salen a las 7 de la mañana de acá se van a otro trabajo y no a descansar. Puede ser libertario o no libertario, pero si esta es la realidad sólo queda claro que es un gobierno pésimo”.
Mientras tanto, la perspectiva del Ejecutivo: “El Ministro de Salud Mario Lugones acaba de presentar un plan estratégico de recorte del 20% en la salud. Es criminal esta decisión. Y sólo se explica con el lobby que está haciendo la gestión privada. Los funcionarios son sus gerentes y nos están llevando a un retroceso tremendo”.
Hay salarios iniciales que no llegan a los 500 mil pesos.
El éxodo de trabajadores
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 36 años y hace 15 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. “Desde hace varias semanas luchamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones de trabajo. Este año convivimos con un presupuesto congelado que duró los primeros seis meses. El Ministerio de Salud mandó una ampliación de ese presupuesto, pero es insuficiente. Por eso exigimos la apertura de paritarias y un porcentaje acorde que por lo menos nos empate con la inflación. Las categorías más bajas no pueden cubrir ni lo básico, como vestirse, comer, educarse”.
Josmar es delegado de la junta interna de ATE y comparte un dato que refleja la situación extrema: “No nos quisieron decir el número concreto, pero desde la propia Dirección confesaron que en los últimos 9 meses renunció la misma cantidad de profesionales que en los últimos 9 años. Si bien esta situación no empezó con este gobierno, sí la profundizó muchísimo y potenció el éxodo de profesionales. Esa pérdida no se recupera”.
Guido Gromadzyn es neurocirujano y parte de Trabajadores Autoconvocados del Garrahan. Tiene 40 años y desde 2009 recorre estos pasillos. Su cumpleaños de 15 no está siendo el más feliz: “Nunca estuve tan preocupado, porque la salud pública está peor que nunca. El hospital hasta ahora, había sido un oasis al realizarse las técnicas más avanzadas y nunca nos faltó nada. Si bien muchas veces tuvimos conflictos de sueldo, es muy preocupante sentir cómo el hospital de a poco se va debilitando y desmantelando desde el recurso humano, y desgranando todo el trabajo interdisciplinario tan característico del Garrahan. Siempre tuvimos los mejores profesionales y ahora están renunciando porque no llegan a fin de mes, profesionales que tienen alquilar y les es imposible, hipermegaespecialistas que ya no les conviene hacer las jornadas extendidas de 8 horas cobrando un sueldo miserable y entonces se van a trabajar a otro lugar o directamente fuera del país”.
Guido mira el futuro: “Es lo que más me preocupa. Somos un hospital escuela y va a llevar años y décadas formar este tipo de profesionales. Esto va a repercutir directamente en la salud de los chicos y si sigue así va a empeorar, porque muchos compañeros nos dicen: ‘Yo estoy hace 15 años, siempre me puse la camiseta, pero más allá de marzo no aguanto’. Es desesperante saber que en poco tiempo el gobierno está rompiendo todo y que nos va a llevar muchísimo reconstruirlo”.
Sobre el financiamiento freezado, Norma Lezana pone números: “Al presupuesto que teníamos de 60 mil millones del año pasado, que estuvo congelado todo el año y que en junio se acabó, llegó un refuerzo de 90 mil millones de pesos, o sea, un tercio más. Pero eso no tiene nada que ver con la realidad. Solo por poner un caso: el medicamento gammaglobulina aumentó 10 veces, y lo mismo sucede con el resto de los remedios, insumos y obras. Por eso en salud no se puede ajustar, pero el ministro Lugones es el hombre manos de tijera, solo piensa en recorte, recorte y recorte”.
Hay motosierra, licuadora y también organización como defensa de la salud pública.
El ministro que nunca pisó el hospital
El Juan Pedro Garrahan lleva ese nombre por un reconocido pediatra. En cuanto a su sostenimiento, depende un 80% del Ejecutivo nacional y un 20% del gobierno porteño. Cuando a principios de octubre asumió el ministro Lugones, una de sus primeras decisiones fue echar a todos los integrantes del Consejo de Administración, al otorgar un bono por única vez de $500 mil pesos a las y los trabajadores. Contextualiza Ivone: “El bono no fue una dádiva, sino el producto de varios meses de reclamo y además se obtuvo con recursos genuinos que producimos con nuestro trabajo, ya que ese dinero salió de una caja donde va la plata que se recauda de las obras sociales de los pacientes. Esa caja sigue existiendo, pero el mensaje de la patronal fue que ya no se repartirá entre las y los trabajadores”.
Josmar agrega: “Cuando Lugones se reunió hace 15 días con el nuevo Consejo de Administración (presidido por Soraya Anis El Kik) dijo públicamente que el presupuesto del hospital garantizaba su total funcionamiento, pero nosotros sabemos que no es así”. Da un ejemplo: “En una de las terapias especializadas en pacientes inmunosuprimidos donde sí o sí debe haber una determinada ventilación, en estos últimos días de calor los aires acondicionados no funcionaron. Y no funcionan desde hace varios meses porque dicen que no hay plata para arreglarlos. Da otro: “No solamente se nota en las habitaciones de los pacientes, también en los entrepisos técnicos donde está toda la maquinaria, hay mucha precariedad en el ambiente, con paredes, techos y pisos rotos”. Otro más: “En los vestuarios del personal hay humedad, hay ratas, hay baños clausurados”. Y explica el por qué de las palabras del ministro Lugones: “Nunca pisó el hospital”.
A 37 años de su inauguración, sus trabajadores denuncian cómo lo están desmantelando.
La resistencia
Por año, el Garrahan atiende 660 mil consultas. Realiza 12 mil cirugías. Trata el 40% del cáncer infantil del país. Hace más de 100 trasplantes pediátricos de órganos, lo que representa al 50% de toda la Argentina.
Eso, y muchísimo más, es lo que está en juego.
Tras la marcha blanca del martes pasado, donde confluyeron con las clases públicas universitarias, ayer se consensuó en la asamblea del Garrahan continuar el plan de lucha. Se votaron dos paros: el jueves 31 de octubre, con permanencia y distintas actividades. Y el viernes 8 de noviembre, con un abrazo cultural y social en defensa del hospital, y con el cierre de un festival musical.
Guido Gromadzyn: “Hace meses que reclamamos y, aunque esto nos está llevando un montón de desgaste mental y emocional, vamos a seguir organizándonos para que esto le llegue a toda la comunidad y así evitar que esto se desbande aún más. Vamos a seguir, porque aunque este gobierno parezca que nunca escucha, siempre sirve hacer ruido”.
Cierra Norma Lezana: “Hay mucho en riesgo y no sé si la población es consciente de lo que se puede llegar a perder si no hay un cambio de rumbo en un gobierno que no dialoga, que no entiende lo evidente. Acá estamos preparados para resistir, porque si no resistimos nosotros, no lo va a hacer nadie. Estamos fortalecidas y convencidos de que vale la pena defender todo lo que significa nuestro hospital Garrahan”.
- Revista MuHace 2 semanas
Mu 198: Tomar el futuro
- Fábricas RecuperadasHace 2 semanas
La combustión que permitió recuperar Aceitera La Matanza
- NotaHace 3 semanas
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
- ActualidadHace 2 semanas
El ojo izquierdo: el recuerdo para Barba Álvarez, víctima de la represión macrista por la reforma jubilatoria
- NotaHace 4 semanas
Desalojo a una comunidad originaria en Jujuy: el poder político detrás de la violencia policial
- ActualidadHace 3 semanas
Más de 100 clases públicas en Plaza de Mayo: una lección política
- teatroHace 2 semanas
Teatro comunitario: “No es lo que parece”, una obra comandada por niñes y adolescentes del Circuito Cultural Barracas
- NotaHace 5 días
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas