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El primer arrepentido: cuadernos, corrupción y violencia

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Los arrepentimientos empresarios analizados desde la mirada de un caso anterior: la llamada Mafia del oro reveló en los 90 un entramado de corrupción y complicidad entre empresarios y funcionarios menemistas. Enrique Piana, propietario de la prestigiosa Casa Piana, fue capturado en Estados Unidos en 1997 acusado de estafas y contrabando que efectuaba desde Argentina. De la mansión en el Boating, el yate y los Rolex de 12.000 dólares, pasó a quebrar y conocer las cárceles norteamericanas. Su experiencia, comparada con los arrepentimientos actuales. Desde Tailandia, datos para entender la Mafia del oro y las impresiones de Piana sobre los empresarios, la justicia, el sistema, y el origen de la violencia. Por Sergio Ciancaglini.

“Lo que más me llama la atención de lo que se ve de la Argentina no es lo de los cuadernos, la corrupción y las coimas. Lo peor es la violencia que significa todo eso. Pero nadie habla de eso que, para mí, es mucho peor que la violencia de un tipo que sale con un revólver a robar”.
Enrique Piana está en Tailandia rodeado de selva y preguntas. Vive en la choza que le presta un ilustrador sueco en el fondo de su casa. Tiene anteojos de armazón rojo, está rapado y luce mostachos puntiagudos: “Soy un Caparrós trucho”, explica, aunque podría atribuírsele también un aire al Dalí hecho máscara en la serie española La casa de papel.

El primer arrepentido: cuadernos, corrupción y violencia

Enrique Piana hoy.


Su fortuna personal en el momento de la conversación por Internet asciende a 3 euros: logró cobrar 20 por la venta de uno de sus libros digitales (Enrique Piana y su media valija), pero gastó 17 en abastecer la heladera. Está al tanto de las novedades argentinas y no se recupera del asombro: “Yo veo lo que dicen de los empresarios que se presentan y se vuelven a la casa, pero no me parece un arrepentimiento sino un negocio”.
Cuando fue declarado culpable en Argentina en diciembre de 2006, Piana dijo ante los jueces Jorge Pisarenco, Carlos Schlegel y Susana Castro de Pellet Lastra: “Quiero pedir perdón a mis hijos, a mi familia y a la sociedad, porque la Argentina no se merece lo que nosotros hicimos”.
Y agregó: “No está bien cagarse en todos”.

El arte de endeudarse

“Aquí se narra la historia de Enrique José Piana: argentino.
Nacido el 26 de abril de 1954.
Casado, divorciado, dos hijos.
Su ascenso en una empresa familiar de gran prestigio.
La forma en que organizó una estafa de antología.
El pago de coimas, la compra de impunidad.
El modo en que construyó una fortuna personal y cómo la perdió.
Su vida en prisión.
Su rol como testigo arrepentido. (…)
Su regreso a la Argentina.
Y algunos otros sucesos”.
Así comienza Confesiones de oro La mafia del oro contada por Enrique Piana, el libro que escribí durante 2001 en los ratos libres que me dejaba el derrumbe del país, publicado en agosto de 2002. Fue la descripción y el reconocimiento de Piana sobre cómo delinquió con un entusiasmo enfermizo.
El libro fue producto de 29 horas de entrevistas con él grabadas en Long Branch, Estados Unidos, en la era del cassettte. A Piana le habían otorgado libertad vigilada y vivía en un monoambiente del que solo podía moverse en un radio de un kilómetro –y a ciertas horas- con grillete electrónico. Durante un año, intercambiamos más de 1.500 mails de preguntas y respuestas en aquella Internet paleolítica.
Ahora Piana me envía un Whatsapp grabado: “¿Cómo es esta historia? Yo me arrepentí sin ningún beneficio personal. Cuando declaré mi abogado me decía ‘estás loco como una cabra, con todo lo que confesaste no hay forma de defenderte’. Pero lo mío era sincero. Esto de ahora me parece un circo”.
No lo dice enojado, sino riendo.
Breve reseña de andanzas previas, para comprender sus sensaciones actuales. Entre 1993 y 1997 Piana ideó una serie de mecanismos para estafar al Estado y lograr una especie de milagro de mercado: exportaba oro, cuando en Argentina ese metal todavía no se extraía.
Primero, importaba el oro con subsidios.
Luego lo exportaba cobrando reintegros.
Volvía a importarlo y así continuaba la calesita.
El mismo esquema fue utilizado por la empresa Sevel (dirigida por los Macri padre e hijo) con la circulación de autopartes y coches, en lugar de oro.
Los anteojos rojos se sacuden: “A ellos los hizo zafar la Corte de Menem. Pero mirá, si hablamos de eso, los macristas van a decir que soy kirchnerista. Y si digo que en el kirchnerismo hubo corrupción  van a decir que soy macrista. Está todo muy loco”.
Lo dice una persona que gracias al entramado de estafas, contrabando, falsificación descomunal de facturaciones y coimas a funcionarios aduaneros y políticos (entre otros hallazgos a los que llamaba “desarrollos creativos”), llegó a tener un caserón en el Boating Club, varios Mercedes, un yate con el que se iba a pasear a las Islas Vírgenes, los Rolex de 12.000 dólares, viajes cotidianos a París para cenar en restaurantes exclusivos (en esa época aún resplandecía La Tour d’Argent) con vinos de 1.000 euros la botella, y la sensación de que no había límites para seguir creciendo.
El apogeo económico de Piana contó con otra herramienta: la facilidad para endeudarse. “Yo no decía ‘debo un millón de dólares’, sino ‘tengo un millón de dólares’”. Esta posibilidad de creer que contraer deuda es tener dinero forma parte de la genética argentina y es una de las tantas cosas que permiten enlazar la historia de Piana con la de una época, que acaso también es ésta, en la que habrá que pagar unos 40.000 millones de dólares de deuda externa de aquí a 2019 que nadie sabe de dónde saldrán. O mejor, ni saberlo.

El síndrome Yabrán

El caso de la Mafia del oro cobró notoriedad en 1996 por un ataque al fiscal Pablo Lanusse (recibió heridas de cuchillo en la cara y un brazo) y, sobre todo, por el secuestro de su hermana Patricia, a quien obligaron a escribirse con un cortante en la frente la palabra “ORO”.
El propio fiscal reconoció que nunca pensó que Piana hubiera ordenado esos atentados, sino que fueron una maniobra de distracción motorizada por el empresario Alfredo Yabrán como parte de una disputa con Domingo Cavallo, el ministro de Economía de Menem. Cavallo propiciaba la llegada de competidores norteamericanos de las empresas de Yabrán. Como contragolpe, el escándalo del oro era un modo de apuntarle a Cavallo quien se había mostrado impávido ante la fiesta de reintegros, sobrefacturaciones y lavado de dinero. Las internas en el menemismo con respecto a estos temas no eran de salón. Todo esto había sido investigado por Marcelo Zlotogwiazda en su excelente libro La mafia del oro.
El argumento de Piana: “Yo lo veía como un partido de fútbol por arriba mío entre Yabrán, el menemismo y Cavallo. Y me parece que yo era la pelota”. Lanusse se sentía del mismo modo. Piana: “Jamás hice algo así. Hice mil cagadas, el hecho de robar y contrabandear en sí mismo fue un hecho de violencia, pero nunca atacar a nadie. Y cuando hicieron eso contra los Lanusse fue que empecé a hundirme”.

El primer arrepentido: cuadernos, corrupción y violencia

La tapa del libro Confesiones de oro.

Los presos VIP

El desarrollo creativo se cortó definitivamente en 1997. Piana hizo un viaje romántico a Nueva York con su pareja de entonces, a la que le había obsequiado una operación de siliconas a la que llamaba “tetas nuevas”.
Al llegar al aeropuerto Kennedy, Piana descubrió que lo estaban esperando ya que la aduana había detectado la maniobra que le permitía exportar chatarra metálica en lugar de oro a Estados Unidos. Lo hacía en complicidad con la empresa norteamericana Handy & Harman, asociada a Casa Piana en Refinerías Riojanas, emprendimiento inaugurado por el entonces presidente Carlos Menem.
Cuenta Piana: “El fiscal Noel Hillman (actual juez en New Jersey) me mandó preso, como para ablandarme. Fue muy duro, en cárceles pesadas, hasta que acepté colaborar, o arrepentirme. En ese momento, la verdad, no era un arrepentido de corazón, sino un empresario que estaba negociando una mejor condición. Además, no me quedaba otra”.
Durante varios meses, cada miércoles, Piana se reunió en la Union County Jail de New Jersey con Hillman, agentes de inteligencia aduanera y funcionarios judiciales que lo interrogaban y chequeaban detalles de cada transacción para armar la causa que tenía como destino principal a los implicados norteamericanos de la estafa: Handy & Harman y el banco MTB (Manfra, Tordella & Brooks) que ganó fama también como eslabón financiero los casos de tráfico de armas a Ecuador y las coimas del caso IBM-Banco Nación, entre otros.
Piana pasó casi cinco años entre cárceles y libertad vigilada con tobillera electrónica. Considerado culpable, y con el tiempo de detención cumplido, fue extraditado a la Argentina en 2002, donde lo aguardaban las causas locales, reactivadas por la notoriedad de su captura en Estados Unidos.
“Yo expliqué todo el businesstruch”. Confesó que pagó coimas a funcionarios aduaneros, denuncia no muy exitosa: los funcionarios fueron ascendidos. También reveló que le pagaba a Alberto Kohan, secretario general de la Presidencia durante el menemismo 30.000 dólares mensuales (dólares de hace 23 años) por una supuesta protección política.
Al ser extraditado desde Estados Unidos pasó otros dos años preso en la llamada “cárcel VIP” de Gendarmería en el puerto de Buenos Aires. “Ahí estuve con Carlos Grosso que me dijo: ‘sos el único empresario que reconoció responsabilidades en la joda’. Ahora, por lo que vi en televisión, parece que Carlitos está en la mesa chica de la Rosada, asesorando directamente a Macri. También estaba con nosotros el ex juez Hernán Bernasconi, que ahora está cerca del Papa”.
Grosso había sido detenido por asociación ilícita en la entrega de concesiones cuando fue intendente porteño, y Bernasconi por fraguar pruebas en casos de consumo de estupefacientes como el de Guillermo Cóppola y Alberto Tarantini.
La población supuestamente VIP de Gendarmería incluía, entre otros, a Enrique Mathov, secretario de Seguridad de Fernando de la Rúa, hombre que defendía el uso de armas de fuego contra los manifestantes y fue condenado por los homicidios provocados por la represión del 20 de diciembre de 2001.
Otro huésped del pabellón fue Enrique Arancibia Clavel, agente de inteligencia chileno condenado en Chile por coordinar al grupo de asesinos que mató al general René Schneider en 1970. Había sido liberado por Pinochet en 1973, vivió en Argentina y participó en el atentado en el que fueron asesinados el general chileno Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert en Buenos Aires (1974). El crimen fue perpetrado junto a la CIA a través de otro agente, Michael Townley. Arancibia Clavel fue condenado a prisión perpetua.
Actualiza Piana: “El chileno estaba conmigo en Gendarmería, salió libre, se quedó viviendo en Buenos Aires, y lo mató un taxi boy”. Fueron 34 puñaladas, en 2011.

Corrupción en tiempo presente

“Yo no fui un arrepentido virtual”, explica Piana desde Tailandia. “Hablé en Estados Unidos y hablé en Argentina. No sacaba ningún beneficio sino que reconocí lo que hice. De acuerdo a mi experiencia con los norteamericanos, lo que están haciendo ahora con los arrepentidos me parece poco profesional”.
Piana se ha dedicado en los últimos años a escribir libros de tono espiritual como la serie Pepito Sentinfante o Enrique Piana y su media valija que vende a través de su blog en Internet. “Me las voy arreglando porque mucha gente me ayuda y hace donaciones. Vendo los libros virtuales. Paso algún tiempo en Irlanda del Norte, cuidando hostels a cambio de alojamiento y comida. Así estuve en Albania, Marruecos, Berlín. Si junto plata para el pasaje, trataré de ir antes de fin de año a Gran Canaria donde otra amiga, Andrea, me ofreció su hostel para que viva allí un tiempo. A veces mi hijo Matías me manda algo (vive en Australia donde instaló una empresa de catering de comidas típicas argentinas). Ahora hace varios meses que estoy acá en Tailandia, que es baratísimo, en la choza que me prestó Saard Nilkong en el fondo de su casa. Es el ilustrador de uno de mis libros. Un tipo bárbaro: recién me dejó tres bananas”.
Internet es la ventana que le permite a Piana trabajar con su notebook y estar conectado a los sucesos argentinos: “Lo que se ve con el tema de la corrupción es que no hay tratamiento equivalente. Unos son mejor tratados que otros. A los políticos les pegan duro y a los empresarios los sueltan enseguida. Pero para que haya coimas hay dos culpables. Vos podés pensar que el Estado tiene más responsabilidad, por representar a la gente, pero los empresarios no son inocentes”.
Un argumento que se suele deslizar en estos días postula que los empresarios fueron extorsionados por los funcionarios para pagar los llamados retornos.
La respuesta de Piana es posterior a unas carcajadas: “Mirá: el empresario quiere ganar la guita lo más rápidamente posible. En Argentina y en todo el mundo. Es lo único real. Los de Handy & Harman eran tan chorros como yo. Y si se te presenta un tipo del Estado que te permite duplicar la facturación, vas para adelante. En estos casos nadie extorsiona a nadie, no seamos ingenuos”.
Una suposición: “Puede ser que en algún momento los políticos dijeran ‘poneme para la campañita’, pero los empresarios hacen lo que quieren, es un sistema”.
Una cuestión que hasta ahora no se mencionó, según Piana: “El tema del IVA y las facturas truchas va a tener que aparecer, porque ¿cómo hacés para sobrefacturar y ganar fortunas sin pagar impuestos demenciales? Así como la parte financiera iba para los políticos, está faltando que los empresarios digan cómo hicieron para coimear, sobrefacturar y pagar impuestos. ¿Cómo hacían para sacar 8 millones, 10 millones, 300 millones de una cuenta? O necesitás facturas monstruosas, o tenés guita negra en un paraíso fiscal: a mí, que no me la cuenten”.

El modelo de la violencia

“La corrupción y el robo, como lo hice yo y como lo hacen estos empresarios y políticos, es terrible, es pura violencia”, sigue Piana.
“Pero nadie habla de esa violencia que es mucho peor que la del pibe que sale de la villa con un trabuco para robar un par de zapatillas, o que la de los que te afanan el teléfono y se escapan corriendo en moto. Para la gente esos son los violentos. Pero todo esto que se está mostrando tiene mucha más violencia, porque es la violencia que genera las otras. Los pibes quieren salir de la miseria y del maltrato. Pero ven por televisión a estos otros pibes, los empresarios y políticos, que ganan millones y millones de dólares y no les importa absolutamente nada de lo que le pasa a la gente. Porque esa es la verdad. Entonces los que miran esto, dicen: ‘Ah, este es el modelo’”.
Teoría sobre el arrebato: “Los chorros te arrebatan un teléfono. Pero estos empresarios te arrebatan un país. Es muy raro ver que los medios aparecen casi defendiendo a los empresarios, siendo que ellos saben que ese arrebato existe. Es como si cada vez se robaran tres provincias, cuatro empresas, dos puertos”.
Sostiene Piana que el espectáculo tiene signos pornográficos: “Valijas de un lado para el otro, empresarios, políticos y también la Justicia, aunque de eso todavía no se habló, y te lo digo porque aprendí que la corrupción es transversal a todos. Y después dejan sin castigar a muchos de los que los que estuvieron en el circuito. Es un acto de violencia superior, en el marco de gente de traje, paqueta, hijos de familias de buena posición, que estudiaron en universidades privadas o en el exterior, pero que son absolutamente violentos en lo que hacen. Porque además no tenés riesgo. El pibe chorro se la juega con la policía. El empresario es amigo del presidente, de los ministros, tiene abogados y jueces que lo cuidan, fiscales que no lo acusan. Está muy protegido. Esa es, para mí, la violencia”.

Dinero, destrucción & egodultos

¿Qué explicación se da para los hechos que él cometió y para los actuales? “Yo era un adicto al dinero, con una especie de hueco espiritual que llenaba metiéndome en un mundo de transgresión, de mentiras. Mi forma de mostrar valor era teniendo guita. Era el “egodulto” del que hablo en los libros de Pepito Sentinfante: un adulto ególatra, un hijo de puta que no tiene sensibilidad ni le importa nada de los demás, sin conciencia, un tipo deshumanizado”.
Piana apunta al presente: “Mirá estos empresarios en lo que se metieron. Van a tener que vender sus empresas por monedas, salen en los diarios, sus familias se quieren morir. Todo para tener más y más, al final no se sabe para qué mierda. Yo mismo fui así: hice sufrir a mi familia, me metí yo también en una situación de sufrimiento absolutamente ridícula. Todo para estar a la altura de un sistema de consumo que solo propone eso: tener más y más cosas. Es una locura muy destructiva”.
Un costado político del tema: “En un mundo deshumanizado, solo vale la plata conseguida del modo más fácil posible. Nada está unido a un valor industrial, o incluso de trabajo. Agarrás 100, lo ponés en un banco o un bono, sacás la guita, comprás otro bono, lo revendés. El trabajo es un desvalor. Fijate que incluso Macri ha puesto su energía en eso. Nadie habla del trabajo: están todo el día hablando de cómo pedir más plata prestada. Creo que el tema de que no haya trabajo es lo básico. No se entiende a qué mundo vamos. Y parece que a nadie le importa, por eso de la deshumanización”.
¿Cómo se sale? “Para mí es un cambio individual. O muchos cambios individuales. Recuperar la capacidad de sensibilidad por los demás, y de buscar un lugar más cómodo para todos. Eso no va a venir de un gobierno. El argentino egodulto tendría que hacerse una autocrítica y salir de la cosa muy hipócrita. Hay un dominio de lo económico que realmente no tiene sentido”. Un recuerdo: “En Italia hicieron el Mani pulite, fue todo el mundo en cana, parecía el fin de la corrupción, y después vino Berlusconi que era igual o peor”.
Por momentos parece que Piana hablara de enfermos al mencionar a los empresarios: “Es que están programados así. Por eso no hay ningún arrepentimiento sincero. Yo entré en ese sistema de enfermedad por el dinero, y salí. Lo que digo entonces es que se puede volver de eso, porque además es mucho más lindo. No la voy a ir de salvador, profeta o Madre Teresa. Pero la verdad es que el camino –no te digo de la felicidad que es medio abstracto, pero sí de cierta paz, de cierta calma- es algo más vinculado a una cosa interior que una cosa externa y de acumular objetos y dinero”.
Reconoce Piana que su propia experiencia posterior a las cárceles le cambió los mapas mentales: “Hice el Camino de Santiago hace siete años, que me marcó mucho con respecto al desapego a las cosas. Me cambió la vida y me liberé de muchas culpas. Pero además, si he podido vivir de este modo es gracias a mucha gente, a muchos amigos y amigas. Es como que entendí que los caminos laterales del pueblo son los que te llevan a la buena gente. Y los centrales, los de Callao y Santa Fe, no te apoyan en nada. El camino principal del pueblo es la miseria. Y en los laterales está el que te ayuda sin preguntarte nada. Es otra idea: compasión, solidaridad, y así me fui encontrando a gente verdaderamente maravillosa”.
La percepción sobre los jóvenes: “Son los que más se dan cuenta de que la gente vive tironeada, haciendo lo que no le gusta hacer, con sensación de falta de libertad. Porque esa cosa mágica del dinero, al final te chupa la vida. Los chicos no quieren ese modelo: tienen los huevos llenos”.
Imágenes sobre los espejos: “Todo esto que pasa podría hacer que nos miremos en el espejo como sociedad, y eso sería bueno. Pero como está la grieta, cada uno ve la parte del espejo que le conviene. Y así sigue la hipocresía”.
Si hay algo que parece molestarlo especialmente es esa historia mediática de la grieta. “Una locura: de eso no quiero saber nada”, dice Piana, que pronto pondrá a la venta el último de sus libros. Se trata de un diálogo con la terapeuta española María Fernández, que no sé si figurará entre los textos de autoayuda, de economía política, o de ciencia ficción: se llama Ani-kill-ando el sufrimiento.

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Nota

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

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LA NUEVA MU. No podrán

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