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El acto, desde abajo

La ex presidenta Cristina Fernández convirtió su citación para declarar ante la Justicia en un acto opositor. Antes de escuchar su discurso, una multitud criticó al poder judicial, las medidas del gobierno actual y protestó contra los despidos y el ajuste.

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La ex presidenta Cristina Fernández convirtió su citación para declarar ante la Justicia en un acto opositor. Antes de escuchar su discurso, una multitud criticó al poder judicial, las medidas del gobierno actual y protestó contra los despidos y el ajuste.

El acto, desde abajo

Foto: Nacho Yuchark/lavaca


“¡Gracias Bonadío, mirá lo que armaste!” vocea un hombre cubierto por un pilotín celeste, mientras alrededor se agita una multitud humedecida. La Policía Metropolitana calculó 12.000 personas, la Federal 25.000 y los organizadores imaginaron 250.000, todas creencias numéricas para adornar a favor o en contra lo real: muchísima gente para este miércoles lluvioso, que para muchos comenzó a la madrugada y para todos culminó en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, en Retiro, convertido en escenario del primer acto opositor de Cristina Fernández de Kirchner.
La ex presidente había sido citada a declarar en una causa gaseosa (venta de dólares a futuro) por el juez federal Claudio Bonadío, quien acaso no supuso este escenario. O tal vez sí: conviene recordar que las corporaciones son las que marcan la agenda de estos tiempos. En este caso, la corporación judicial, que le confiere así cierta sintonía inestable a la palabra justicia.
Desde la noche anterior llegaron columnas bonaerenses de múltiples organizaciones kirchneristas. A la mañana temprano se fueron sumando sindicatos y organizaciones que tomaron como punto de encuentro la plaza Fuerza Aérea Argentina, de Retiro, alrededor de la vieja Torre de los Ingleses, que tras la guerra se llama Monumental.
El acto, desde abajo

Foto: Nacho Yuchark/lavaca


El acto, desde abajo

Foto: Nacho Yuchark/lavaca

La justicia en el banquillo

Cantos de la gente que se iba reuniendo:
“El que no salta tiene cuenta en Panamá”.
“Che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”.
“Vamos a volver”.
Dante, 17 años, vino en el tren que desde José León Suárez. “Creía que era el único que venía al acto, pero de golpe una persona empezó a cantar ‘vamos a volver’ y todo el tren lo siguió”.
En la plaza hay un exaltado vendedor. “¡Pilotos a 50, paraguas a 70! ¡Estuve en la marcha de Nisman, ahora acá! ¡Soy un panqueque, papá!”, grita el hombre, que tal vez merezca un lugar en alguna Honorable Cámara de Diputados o en el mismo fuero federal.

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Foto: Nacho Yuchark/lavaca


Antes de ir hacia la puerta de los tribunales, Alicia le saca una foto a Omar. Ambos son analistas de sistemas. Análisis del sistema, según Omar: “La justicia es como un poder monárquico, no la mueve nadie, no pagan impuestos, y encima los ponen con las servilletas” (Memoria: el juez Bonadío estaba en la famosa servilleta que Carlos Corach esgrimía ante Domingo Cavallo con la lista de jueces fieles al menemismo). Alicia cuenta algo más: “Trabajo en el Estado. Prefiero no decirte dónde. Echaron mucha gente. Pero ¿sabés qué hicieron después? Tomaron gente propia, y con sueldos más altos. Gente que ni experiencia tiene, pero es del PRO. En el área de recursos humanos pusieron a una fabricante de zapatos. Aprovechan la precarización laboral para hacer lugar a sus propios militantes”.
Alejandro Ruiz, del sindicato de Televisión (SATSAID): “El kirchnerista fue un proyecto que incluyó y distribuyó. Uno sabe que en todo gobierno hay errores o cosas que tienen que ver con la corrupción. Pero ¿quién juzga a la corrupción? ¿Los mismos que perdonaron a Macri con las escuchas o no hacen nada con las cuentas off shore? Sigue pendiente una reforma”, sugiere, mientras cuenta los malabarismos del sindicato frente a empresas como CN23 (100 despidos, propiedad de Sergio Spolszky, vendido en febrero al grupo Indalo de Cristóbal López) o la emisora 360 (empresa manejada por Electroingeniería). Ruiz: “Empresarios absolutamente irresponsables. Recibieron dinero por pauta oficial, pero ¿qué hicieron? Como ahora les levantaron las pautas del Estado tienen problemas todos los canales que han tenido que ver con el kirchnerismo, y también los otros, porque el mercado publicitario privado es pequeño y concentrado”.
A lo largo de todas la marcha los temas recurrentes son esos: despidos, desempleo, empobrecimiento, ajuste son los conceptos que fluyen entre la gente empapada. César, vendiendo pilotines, transmite la imagen de una persona humillada: “Detesto lo que está pasando. Hacen todo esto de traerla a Cristina para tapar toda la inflación y los desastres que están haciendo. Me estoy cagando de hambre hermano. Era repositor para una empresa privada. Nos rajaron a varios en diciembre y acá estoy: en la calle. ¡Pilotos, 50 pesos madre, llévese uno!”.
Gustavo, arquitecto, llega con su hija de 21 años: “La citación a Cristina es un invento para agredir a un proyecto de país. Que investiguen los casos de corrupción es lógico, pero esto es otra cosa. Es un mensaje. Hay una parte de la justicia que responde a intereses opuestos al pueblo”.
Eduardo, dueño de una pequeña imprenta: “Kirchner y Cristina recuperaron la política, eso lo agradezco. Lázaro Báez, Cristóbal López, Jaime y todo lo demás: si son corruptos, que vayan adentro y que devuelvan la plata. Es básico”. Sugiere otra idea: “Toda esta gente que viene, reconoce y agradece. Para mí los otros políticos no reconocen esto. O los periodistas. Creen que es una presión a la justicia. No entienden el amor”.
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Foto: Nacho Yuchark/lavaca

Teoría del medio vaso

La ex presidente Fernández de Kirchner quedó convertida en referente opositor casi excluyente de un conglomerado en el que no está muy clara cuál es la ecuación entre el amor del que habla Eduardo y el espanto de quienes empezaron a entender qué es el ajuste. Otro misterio es a dónde lleva un escenario político y mediático binario: entre macrismo y kirchnerismo no hay nada.
Martín suspira: “Para tapar problemas inflan las causas” ¿Son infladas las causas que se imputan al kirchnerismo, más allá de la del dólar a futuro que parece la menos sólida? Martín: “Me parece que nunca vamos a tener los elementos objetivamente planteados para opinar. Onda: ¿quién mató a Kennedy? Qué sé yo”.
Con una empresa de distribución de medicamentos, César pone otra mirada: “No me sorprenden los casos de corrupción. Nadie pone las manos en el fuego sobre cosas que han ocurrido en el kirchnerismo, no jodamos. Lo de hoy es una maniobra política contra Cristina. Lo de Báez, puede ser más o menos inflado, pero es real. Y tampoco se puede armar algo si el candidato es Scioli, a quien voté. Ni te puede sorprender Bossio. Todo eso es real. Pero también es real que estamos acá. Para mí no es todo lo mismo. La alternativa a esto es Macri. Al kirchnerismo le veo el vaso medio lleno; pero a éste, en el vaso no le veo ni una gota”.
Otra idea: “Ver a la gente agradeciendo por lo bueno que hizo el gobierno anterior me emociona”.
La emoción es bella, ¿alcanza?
Dante, con la sabiduría de los 17 años: “Banco esto, pero también pienso que lo de tener un liderazgo que hay que seguir no es tan bueno, porque se termina y sonaste”. Un poco más allá Guido dice: “Yo sí creo en los liderazgos fuertes, y Cristina nos empodera”. ¿Oficio? “Asesor de un bloque de Diputados”.

Hamburguesas y antropólogos

Sobre Comodoro Py la muchedumbre es cada vez más abigarrada. Cuentan que la ex presidente está con el juez, recusándolo y presentando un escrito. Daniel Catalano, de ATE Capital: “Si hay algo que habría que cambiar es a la corporación judicial. Esa reforma se frenó en el anterior gobierno, pero es una cuenta pendiente. Tiene que hacerse para que haya un marco democrático para la justicia, que hoy anda atrás del poder económico”.
Hamburguesas y choripanes a 40 pesos. Javier, el vendedor: “Anda todo para atrás. Ganaba 5.000 en un día fuerte, yendo a River, Boca, San Lorenzo. Ahora saco menos de 1.000. A la gente le chuparon la plata”.
Miguel es antropólogo: “Vine porque hay que frenar a la derecha que gobierna al país”. Su mujer Gloria dice algo parecido. Ambos trabajan para el Conicet y cuestionan al ministro de Ciencia y Técnica Lino Barañao. Cuando era kirchnerista, criticarlo por su apoyo al modelo transgénico, fumigador y sojero parecía sinónimo de hacerle el juego a la derecha. Gloria: “Cuando siguió con este gobierno, a la comunidad científica nos llamó la atención. Después descubrimos que no, que está haciendo las cosas de la mano de intereses personales”. Miguel: “Ahí volvemos a las contradicciones del kirchnerismo. Cristina lo tuvo como ministro y avaló que siguiera con Macri. Claro que eso no quita que este gobierno significa un retroceso”.

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Foto: Nacho Yuchark/lavaca


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Foto: Nacho Yuchark/lavaca

Cañitas voladoras

Beatriz usa piloto y sombrerito tipo Burrberrys. Es psicóloga. “Vine sola, me parece que hay que defender cosas claras. Pero si el objetivo no es aclarar judicialmente las cosas, sino embarrarlas para que funcionen a favor de la actual gestión, estoy en contra. Por eso vine. El Poder Judicial actual tendría que sincerarse”.
¿Kirchnerista? “He votado de todo. No voté a Kirchner, pero después vi lo que hacían, no el blablablá. Se hizo mucho por una parte de la población que no tenía acceso a la educación, a poder vivir un poco mejor. Valoro el intento de equiparar. Después sí voté a Cristina. De lo actual, me preocupa si hacen las cosas adrede. Tal vez el objetivo es que todo esté como está. Porque si hay gente sin trabajo, va a aceptar empleo por dos pesos, y la van a tener oprimida, y no van a poder reclamar. Entonces es una política, no es una casualidad, un error o una burrada: es premeditado”. Beatriz tiene pacientes que apostaron por el PRO: “Pero el ajuste y los despidos empiezan a preocupar a todos”. ¿Sobre este acto? “La gente está desesperada por tener a alguien que la represente. Todo está mal, pero al menos tengo la alegría de estar esperanzada siguiendo a alguien. No sé si eso va a cambiar las cosas. Pero una ve a la gente contenta, llorando de alegría. Mi miedo es que todo quede en una explosión de cañitas voladoras y termine en eso. Pero bueno. Ojalá que no”.

Cambio

Hernán y Lorena son dos hermanos de Bella Vista (San Miguel, noroeste del Conurbano) que trabajan en jardinería. Dice ella: “No fuimos a trabajar para venir acá”. Dice él: “Para hacer el aguante”. Ella: “Deberíamos estar cumpliendo con nuestros clientes: todos macristas”. ¿Es un tema eso? “Es un tema. Tratamos de no hablar de política, pero la realidad te supera”.
¿Qué realidad? Hernán: “Una desigualdad social muy grande. Se están tomando muchas medidas preparadas para gente que no vendría a ser el pueblo, sino sectores concentrados de mucha riqueza. Ahí entra la justicia: que no es realmente ciega ni pone los mismos valores en la balanza”. Lorena: “El proyecto no murió. Venimos a hacer el aguante. Nos sentimos socialmente representados”.
Hernán: “Fue buena la idea del gobierno al decir que iba cambiar algunas cosas, pero detrás de la palabra ‘cambio’ había una gran estafa popular. Una mentira. Hay una angustia. Espero que podamos volver. Y lo que se hizo mal, se haga bien”.
Cristina Fernández de Kirchner habló desde un palco, sin compañía. Solo ella y la multitud.
En uno de los móviles de televisión ponen el sonido fuerte para que la gente alrededor escuche mejor. “En Canal 13 están pasando El Zorro”, dice alguien. La ex presidenta habla de despidos. En el móvil asienten, y aplauden fuerte cuando el discurso termina.
La multitud vuelve a los medios de transporte. En el subte todos pagan. Los vagones van repletos de gente que estuvo en la movilización. Muy pronto las caras alegres se transforman en caras de subte, opacas, casi todas con las miradas clavadas en las pantallas de los celulares. La vida vuelve a la normalidad, al menos hasta que se demuestre lo contrario.

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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