Nota
Entrevista a Gianni Miná
Es el periodista italiano que más conoce América Latina. Y en esta cita con lavaca, en Roma, expone su visión, punto por punto: Fidel, Lula, Chávez, la Argentina, la vieja izquierda, la nueva derecha, la guerra imperial y el nuevo rol de los medios de comunicación. Dice Miná: «Estamos en un momento de transición, donde tienen que aparecer nuevos dirigentes que acepten que su papel no implica privilegios. Donde hay que crear una realidad política que sustituya la lógica y los ritos de los viejos partidos. Que sea algo que venga de las bases y que combata los hechos cotidianos, no tanto con la justificación de una teoría ideológica. Los nuevos movimientos tiene potencialidad. El problema es cómo buscan la organización y a los líderes. No es poco».
Miná escribió Historias de América, Marcos y la insurrección zapatista y Un Mundo Mejor es posible, entre otros libros. Trabajó durante más de cuarenta años en la RAI y ahora prepara un documental sobre el mítico viaje que Ernesto Che Guevara realizó en motoneta por todo el continente. Este viernes presentó en Roma el número 82 de su revista-libro Latinoamérica bajo el subtítulo La infamia de la Guerra. Allí reúne artículos y entrevistas a Adolfo Pérez Esquivel, Eduardo Galeano, Hugo Chávez, Frei Betto, entre otros célebres personajes. «Las páginas internacionales de los medios italianos ignoran a Latinoamérica. Creen que lo único importante es lo que pasa en Europa. Sin embargo, los autores mas leídos aquí son García Márquez, Sepúlveda, Galeano y Paco Taibo. Y se escucha más música latina que el rock», dice a la hora de explicar las razones de este obstinado proyecto. Poco después de verse con su amigo Diego Maradona – «lo vi mejor, le hizo bien reencontrarse con su hijo»-, concedió esta entrevista donde habla de sus temas preferidos : el movimiento de resistencia global y, por su puesto, Latinoamérica.
– ¿Cómo impactó la guerra en el movimiento no global?
– La guerra fortaleció al movimiento no global, porque una de sus gritos más fuertes fue el no a la guerra. Al movimiento intentaron reprimirlo, pensaron que podían borrarlo con la intervención policial. Pasó en Seattle, pero sobre todo en Génova, cuando se reunió el G8. Pienso que ese fue un ensayo de la comunidad atlántica. El comportamiento de la policía italiana en Génova no tiene precedentes en los últimos 25 años: asaltó la escuela donde dormían los militantes, llevaron una botella molotov para decir que eran violentos, mataron. En febrero 2003, en Porto Alegre, se vio que los músculos empiezan a dar impulsos. Esto pone en crisis hasta algunos de los partidos de la izquierda.
– ¿Por que?
– Porque el movimiento no respeta los ritos de los partidos de izquierda, el modo con el cual los partidos le dice a la gente lo que tiene que pensar, hacer. Es todo mucho más espontáneo, instintivo. Claro, ese también es el límite del movimiento: no tiene líderes, no tiene una organización. Y, a la vez, expande su presencia en todos los países. Y algunas veces puede más que una acción de la política. Los movimientos llevaron un millón de personas contra la guerra en Roma, usando un lenguaje menos retórico y diplomático que los partidos políticos. La guerra fue absurda e inútil, hasta ahora estamos esperando saber donde están las armas de destrucción masiva y químicas que fueron la justificación de la guerra. Creo que la deshonestidad de esta guerra hizo crecer al movimiento internacional.
– Nunca en la historia tanta gente se movilizó en el mundo contra una guerra. Sin embargo, George Bush llevo su plan hasta el final.
– Esto no tiene nada que ver con las fuerzas del movimiento. Una guerra decidida por las transnacionales del petróleo, las armas y la energía y por un gobierno donde cuatro de los miembros de su gabinete eran managers de compañías de petróleo y armas, no la frena ni Dios. Esto ya estaba decidido, a pesar de cualquier cosa. La realidad es que el movimiento no global solo puede poner al poder contra el rincón, pero no lo puede parar. También el Papa fue un derrotado, porque a pesar de su diplomacia y sus tentativas públicas y privadas no pudo frenar la guerra. Creo que hoy no hay ninguna fuerza del mundo que puede parar esto. Solo el miedo, cuando existían los países socialistas, podía pararlo. Era el miedo que generaban con la bomba atómica. Tanto es así, que Corea del Norte que cuenta con la bomba atómica y con una actitud amenazante, no tiene el mismo tratamiento de Irak.
– Entonces, ¿a qué tiene que aspirar el movimiento de resistencia global?
– Debe luchar por una nueva realidad política en los distintos países, con objetivos menos ideológicos y más prácticos. Cuando los partidos de la ex izquierda italiana aceptan determinadas políticas económicas, dejan de ser de izquierdas, más allá de la ideología que profesen. Progresista es quien quiere una mejor distribución de la riqueza en el mundo, quien rechaza que un millón y medio de personas no tengan agua potable, el que no acepta la rapiña de los países del Norte sobre los del Sur, el que sostiene que los gastos sociales de un estado son indiscutibles. Se es progresista si se habla de la dignidad de la persona, el primer paso para la democracia. Si los partidos de izquierda aceptan la precariedad del trabajo en todo el mundo pierden su esencia. El derecho y el trabajo son los dos pilares de la dignidad humana. La economía sostiene que no es posible tutelar y proteger a todo el mundo. Pero la economía la crean los hombres. Entonces, en el mejor de los casos, estos hombres se equivocan. En el peor de los casos, son personas que decidieron suprimir una parte de la humanidad, porque según ellos un Dios decidió que unos pueden vivir y otros no.
– ¿Por qué la izquierda y el movimiento de resistencia global no logran articular sus trabajos si comparten las banderas? ¿Solo por la autonomía o el espontaneismo del movimiento que mencionó anteriormente?
– Los partidos tienen miedo que se acaben sus privilegios. Estamos en un momento de transición, donde tienen que aparecer nuevos dirigentes que acepten que su papel no implica privilegios. El ex partido comunista italiano, hoy Democracia de Izquierda, todavía tiene un aparato donde los funcionarios eligen las autoridades, no el pueblo. Si elige el aparato y no la gente, se traiciona el ideal de izquierda. Yo estoy seguro de que muchos de estos dirigentes no hubieran sido elegido si votaran las bases, la calle. Hay que crear una realidad política que sustituya la lógica y los ritos de los viejos partidos. Que sea algo que venga de las bases y que combata los hechos cotidianos, no tanto con la justificación de una teoría ideológica. Los nuevos movimientos tienen potencialidad, el problema es cómo buscan la organización y a los líderes. No es poco.
– ¿Y tienen que disputar el poder?
– Sí. Y prontamente.
– ¿No cree en lo que dice John Holloway: cambiar el mundo sin tomar el poder?
– Son utopías o esnobismos intelectuales. Hay que cambiar y tomar el poder. Democráticamente, pero tomándolo.
– ¿Cuál cree que debería ser el rol de los intelectuales para cambiar el mundo?
– Tendrían que exprimir ideas alternativas. Si los partidos progresistas actuaran de buena fe, aceptarían sus ideas. No los verían como un regodeo intelectual, sino como cerebros de renacientes partidos de la izquierda.
– Italia tiene un movimiento de intelectuales importantes, como los Girotondi, que encabeza el cineasta Nanni Moretti, ¿por qué usted no lo integra?
– Yo los veo con simpatía. Pero no estoy con ellos porque pienso que para que un periodista sea creíble no tiene que estar en ningún movimiento de manera militante. Ya los periodistas de derecha están vinculados de una manera ambigua del poder, creo que no tenemos que repetir el error.
– Usted dice que los Girotondi no son bien vistos por los partidos de izquierda. ¿Por qué tampoco son los referentes de los nuevos movimientos sociales?
– Un poco lo son. Existe cierta indiferencia o desconfianza de la gente sobre muchos intelectuales que guían movimientos como los Girotondi. Los sienten lejanos. Por un lado, no existen líderes en los partidos y por otro, a esta gente la siente lejana, hablan un lenguaje que no entienden. La gente tiene que intentar comprender a los intelectuales y los intelectuales salir de la torre de marfil.
– ¿No será porque muchos intelectuales progresistas, arriados por el poder, trabajaron para el neoliberalismo?
– Muchos se vendieron por intereses: a Cardoso (el ex presidente de Brasil) le interesaba ser profesor de la Sorbona. Hace ocho años era todavía un ideólogo de la izquierda. Yo no conozco muchos los procesos por los que ex comunistas terminaron en la derecha. Quizá ya eran de derecha cuando eran comunistas. Muchos tienen remordimientos: Castaneda, el ministro de Fox, trabajó para los servicios cubanos. Son remordimientos de una juventud rebelde. Un intelectual no tendría que aceptar ser confidente de servicio de inteligencia de un país: pierde su idea de libertad.
– Como intelectual de izquierda, ¿le generan contradicciones las ejecuciones de Fidel Castro?
– La única manera de abordar estos personajes son los hechos, las cifras, los datos. Con esto no se puede tener doble moral. Si ataco a Cuba por los 420 prisioneros políticos que denuncia Amnesty -y que es legítimo que lo haga porque es inaceptable que existan- no puedo olvidar que en el mismo continente Perú tiene 12.000 encarcelados políticos. O que en las prisiones de México desaparecieron 200 personas en los últimos dos años sin que nadie sepa decir donde están. O que el presidente del parlamento de Guatemala sea un general genocida. El trabajo de información debe ser general, no solo el que conviene a los países de Europa que quieren parecer democráticos. Si Fidel Castro reprime en nombre del comunismo no está bien, pero sí se puede hacer en nombre del capitalismo. Mi trabajo fundamental es estar siempre buscando documentos, datos, cifras, realidades. Yo no justifico la pena de muerte, para mí es inaceptable. Pero la explico, porque en menos de dos años encarcelaron a penas inmorales a cinco cubanos, no respetaron el acuerdo de 20.000 visas norteamericanas, logrando así que haya cubanos que se quieren ir y no pueden, para crear problemas. Además, enviaron a un jefe de la oficina de intereses de los Estados Unidos con 52 millones de dólares para organizar la oposición. Cuando estas sitiado, se comenten errores. El mundo tendría que rechazar las condena de Fidel Castro de la misma manera que tendría que rechazar la guerra sucia de Bush. Porque intelectuales como Dorfman, Rigoberta Menchu, Pérez Esquivel, Galeano, Sepúlveda, Giardinelli firmaron un documento donde alertan al mundo sobre que los Estados Unidos puede realizar acciones militares contra Cuba, ¿Están locos? Evidentemente tienen alguna prueba. Desgraciadamente, los cubanos se pusieron fuertes para generar miedo. Terrible, no es justificable.
– ¿Y cual es su posición respecto de Chávez?
– Con mucha sinceridad digo que tengo prejuicio con los militares, por lo que hicieron en la Argentina, Uruguay, Chile. Comprender si es un militar aceptable es muy difícil. Entreviste a Chávez y no es banal, no es un loco, su discurso no es mero populismo. Ahora hay que verlo en la práctica. La guerra que le está haciendo la oligarquía local, que se robaba el petróleo, es muy fuerte. Y esa oligarquía tiene la ayuda los Estados Unidos. La esperanza es que no conteste de manera antidemocrática. Podemos decir que es demagogo, populista. Pero está elegido dos veces en cuatro años y realizó un plebiscito que ganó con el 80 por ciento.
– Cuando las diferencias son tan abrumadoras se puede desconfiar del espacio existente para la pluralidad en una sociedad
– Si, uno desconfía, es verdad. Pero llegó después de Caldera y Pérez, dos de los más tramposos políticos de América Latina. Carlos Andrés Pérez, que tiene 80 años, salió de la presidencia como el quinto hombre más rico de América Latina. Pero es cierto, cuando la elección es abrumadora uno desconfía un poco. Pero espero para ver, antes de juzgar a Chávez.
– La Argentina fue una esperanza para los movimientos de resistencia global de todo el mundo ¿cómo evalúa estos resultados electorales?
– Cuando yo fui el año pasado a la Argentina, poco después de los hechos de diciembre, vi una situación desesperante, pero también una gran fiebre. Típica del carácter argentino, esta capacidad de reacción, de orgullo. Fui a dos manifestaciones, vi que la gente estaba harta hasta con los legisladores decentes. No distinguía entre decentes y no decentes. Todo esto me hizo esperar que surgiera algo nuevo, el famoso que se vayan todos. Cuando empecé a ver que los candidatos eran tres peronistas y uno, un neoliberal salvaje como López Murphy, empecé a pensar que los argentinos están en una contradicción profunda. Esa contradicción permitió que los peronistas acepten que Menem traicione el ideal social del peronismo y gobierne como un neoliberal salvaje, que vendió a bajo costo el país. Cuando vi que Menem tuvo el 24 por ciento de los votos, sentí miedo por el ballottage. Me tranquilice cuando vi que mis amigos argentinos me decían que el 70 por ciento, por no verle la cara a Menem, iban a votar a este «señor nadie», imprevistamente aparecido en el Perito Moreno. Hasta ahora para mí, lector extranjero, el nuevo presidente tiene un único mérito: dicen que es honesto. Después de lo que vivimos en Italia y de lo que vivió la Argentina, eso ya es algo importante. Pero no puedo olvidar que el gran esponsor de Kirchner es Duhalde, una persona muy discutible, con muchas argucias. Ahora, espero con buena voluntad que Kirchner sea distinto a Menem y atienda lo social, como el peronismo le debería sugerir si todavía es una cosa seria. Además, tiene que quitarse de encima a los Estados Unidos, reforzar el Mercosur y hacer un trabajo conjunto con Lula, con Lagos en Chile y el Frente Amplio, si gana las elecciones uruguayas. Debe crear una economía independiente. En verdad, no se puede tener hoy una economía independiente, pero por lo menos con autonomía.
– ¿Porque que cree que la efervescencia social argentina no logró renovar su clase dirigente?
– Por la debilidad de la izquierda argentina, por la ausencia de información adecuada, porque los movimientos sociales eran nuevos y no tienen 20 años como el PT, en Brasil. Hay que ver si estos movimientos se solidifican, se unen o si se pierden todo. El poder intentará hacerlos volar. Tal vez esperábamos algo que no se corresponde con los argentinos. Porque al final, los argentinos aceptaron al segundo Perón, a la Triple A, a los generales.
– Tal vez no haya que olvidar que ahora el 40 por ciento votó por López Murphy o Menem, dos candidatos cuya campana se basó en la necesidad de mano dura.
– Uno es el autor material y otro el teórico de la economía que mató a la Argentina. Esto da qué pensar. Significa también que los partidos tienen una organización territorial muy fuerte. Hay un problema universal, una crisis mundial de la dirigencia. Nosotros en Italia tampoco tenemos nuevos líderes.
– ¿Es un problema de personas o de sistemas?
– El sistema de partidos está viejo. Es un problema que excede a la izquierda, también lo sufre la derecha. Fijate en Italia, Berlusconi gana por su fuerza mediática. Pero en los pequeños pueblos pierden porque la credibilidad de la persona que se conoce en las comunas, es más fuerte que la propaganda mediática. Sin embargo, ninguna de estas personas llegan al parlamento o a nivel nacional.
– ¿Porque cree que la izquierda argentina no logró ponerse al frente de las demandas sociales ni siquiera cuando el neoliberalismo mostró su verdadera cara?
– Sí, la de la fábrica de miserias. Al mundo moderno lo manejan los medios de comunicación. Y está claro que el 80 por ciento de esos medios, en América latina, están en manos de la derecha. Y faltando información, no hay creación de una conciencia ni comprensión de los propios derechos. No es solo un fenómeno latinoamericano. En Europa ya tampoco existen los editores puros, los que crean un medio de información por el placer de hacer un medio de comunicación. Ahora son managers que crean radios, televisiones o diarios o los compran, para sostener otros negocios que tienen en otros sectores de la economía. Los medios le sirven como un megáfono para impulsar sus intereses privados. Esto es un límite enorme para la izquierda. En los próximos diez años ganará los que manejan los medios.
– Lula ganó en Brasil sin manejar los medios.
– El trabajo de Lula duró 20 años. El PT era un partido de protesta, hasta de la izquierda. El alma del PT era católica progresista, hoy están marxistas, laicos, verdes, socialistas. Este aglutinamiento en Italia todavía no existe. Lula tuvo que perder tres elecciones para ganar la cuarta. Tuvieron que elegir a Collor de Melo, que a los dos años lo echaron por corrupción. Cardoso, el gurú de la izquierda, vendido a la derecha, como muchos intelectuales europeos. No hizo ni siquiera la reforma agraria que en Europa se hizo a fin del 800. En América Latina todavía existe gente que es dueña de tanta tierra como tres regiones italianas, y la dejan sin cultivar. Y tienen escuadrones de la muerte que disparan a los Sin Tierra, que ya suman diez millones. Tuvo que suceder todo esto para que Lula ganar, por eso digo que para que algo así suceda en la Argentina tendrá que pasar tiempo.
– ¿Cree que Lula podrá cumplir con sus promesas? Ya hay un sector del PT que lo critica con dureza.
– Creo que esos son integristas. Hay que tener en cuenta que si no se maneja con equilibrio con las grandes organizaciones internacionales esto termina pronto. Frai Beto, teólogo de la Liberación, uno de los cerebros finos que tiene a su lado Lula, me dijo hace poco: «Ustedes, progresistas europeos, están a nuestro lado, borrachos de felicidad porque nosotros ganamos. Si ustedes estarán con nosotros dentro de dos años, significará que son amigos verdaderos. Porque dentro de dos años puede ser que a nosotros quieran ponernos de espaldas contra el muro, como hicieron con Allende, como quisieron hacer con Chávez». Es verdad que Brasil tiene más fuerza, es un país grande, con muchas ciudades gobernadas por la izquierda, con experimentos como la democracia participativa. Pero no será fácil para Lula. Tendrá que hacer la reforma agraria, no entrar en el Alca tal como está planteado, tendrá que hacer un manejo estatal del petróleo favorable al Brasil. Todo eso entra en contraste con el deseo de los Estados Unidos. Y ellos están preocupados por América latina, sienten que está pasando algo. Saben que Lula es uno de los símbolos del cambio. También esta Chávez, Gutiérrez en Ecuador, el Frente amplio en Uruguay, la posibilidad que la izquierda gane en Bolivia. Toda esta situación puede hacerles pensar que Lula no es conveniente.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
Nota
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