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Nora Cortiñas: «Nunca apoyamos al oficialismo, fuera el gobierno que fuera»
Una de las Madres de Plaza de Mayo más activas habló con lavaca y explicó por qué se opone al pago de la deuda externa y a la reforma del Consejo de la Magistratura. Además, analiza cuál debe ser la agenda actual de los organismos defensores de los derechos humanos y qué rol deben jugar con un gobierno que anuló las leyes de impunidad y expropió la Esma a la Marina. Cómo se preparan los actos para el próximo 24 de marzo y el valor de la coherencia: “Señalar lo que no nos gusta –afirma- es el mejor ejercicio de la defensa de la democracia”.
Nora Cortiñas tiene la agenda completa. Sus compromisos trazan un mapa perfecto de la conflictividad social de la Argentina de hoy. Viernes, marcha junto a los familiares de Cromañón. Lunes, presencia la sentencia del juicio por la Masacre del Puente Pueyrredón. Martes, asiste a una conferencia de prensa en defensa de los trabajadores que recuperaron el Hotel Bauen. Miércoles, participa de la reunión de Diálogo 2000-Jubileo Sur para fijar posición sobre el pago anticipado de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Jueves, infaltable, marcha alrededor de la Pirámide de Mayo reclamando juicio y castigo a los represores de la última dictadura. En el medio, se hace un tiempo para participar de otras reuniones políticas, como en la que está organizando los actos conmemorativos del próximo 24 de marzo o como aquella que se pronunció en contra de la reforma del Consejo de la Magistratura. La presencia de una Madre de Plaza de Mayo allí, irritó a más de un personero del presidente Néstor Kirchner. Pero a los 75 años, ya nada la intimida. No importa si cae una lluvia torrecial o si los 40 grados de sensación térmica achicharran hasta al más curtido. Ella siempre está. “Creo que lo que nos impulsa es el amor a nuestros hijos y el gran respeto que les tenemos. Ellos se merecen todo nuestro esfuerzo diario. Honrarlos no es sólo poner una placa en una escuela, sino mantener nuestra lucha permanente por el mundo que soñaron. ¿Si perdiéramos la coherencia que dirían desde donde estén soterrados? Si cambiáramos nuestro convencimiento en una lucha clara y transparente sería terrible. ¿Qué le dejaríamos a nuestros nietos?”, se pregunta.
– ¿Por eso decidió firmar un amparo pidiendo la suspensión del pago de la Deuda Externa?
– Las Madres participamos de Diálogo 200-Jubileo Sur desde hace casi diez años, a partir de una invitación de Adolfo Pérez Esquivel. Es un movimiento que promueve el no pago de la Deuda Externa. Nosotras apoyamos de entrada, hicimos recorridas por los bancos del Microcentro, con pancartas y carteles. Participan también miembros de todas religiones: metodistas, musulmanes, protestantes, luteranos, la Confederación de Religiosos y Religiosas, las Iglesias del Río de la Plata. En todo este tiempo se hicieron investigaciones sobre la deuda, se realizaron también tribunales éticos que la condenaron y plebiscitos populares. Pero como la consulta popular no está reglamentada sus resultados no fueron vinculantes. Está el trabajo de Alejandro Olmos, que llegó a los tribunales y define muy bien el origen espúreo de la deuda, los intereses usureros, la cantidad de veces que ya se pagó y toda la corrupción que hubo en torno a ella. Este desendeudamiento no es ni más ni menos que una exigencia del Fondo. Al anunciar que se iba a terminar de pagar, encima en forma anticipada, creímos que era necesario presentar este amparo. Tal vez, el pueblo argentino poco informado no tiene en cuenta que el costo humano de la deuda empieza con 30.000 mujeres y varones detenidos desaparecidos, con torturas, con presos políticos y con miles y miles de exiliados. Y también con los más de cien niños que mueren diariamente por hambre o por causas prevenibles. No implica que seamos opositores al gobierno, sino a una medida que sabemos que no favorece a la Argentina. Porque este dinero se tendría que haber utilizado para la distribución de la riqueza y la reactivación económica.
– – Usted, además, integra una cátedra que se dedicó casi siete años a investigar sobre la deuda.
– Sí, soy titular de la Cátedra Libre Poder Económico y Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Este año tendremos cinco materias curriculares. Durante los más de seis años que lleva la cátedra hemos organizado mesas redondas, clases, sobre el ALCA y la Deuda Externa. Se profundizó con economistas, filósofos, periodistas, investigadores que estudiaron el tema a fondo. No es nuevo, por más que llame la atención. Lo hicimos públicamente, nos parábamos a protestar en las puertas de los bancos, incluso delante del propio Banco Central.
– Es verdad, los organismos de Derechos Humanos siempre proclamaron el No pago de la duda. Sin embargo, no hubo grandes pronunciamientos ahora que se le pagó al FMI.
– Algunos organismos, no todos, cambiaron el modo de pensar. En nuestros documentos siempre mencionamos el no pago. En la última marcha de la Resistencia, también. Creo que hay un poco de confusión, pero desde luego que va a pasar. Porque el tema de la deuda sigue, no se acaba con este pago, tenemos el Banco Mundial, el BID, los deudores particulares. La responsabilidad de ser titular de una cátedra hizo que le pidiera al Presidente, mediante un telegrama, que suspendiera el pago al FMI y que se creara una auditoría para dilucidar la legitimidad de la deuda. Pero no hubo respuesta.
– La ministra de Economía, Felisa Miceli, integraba esa misma cátedra. ¿No le dio ninguna explicación?
– Es verdad, formó parte de la Comisión de Reconstrucción de la Memoria. Yo a Felisa la quiero mucho, es una economista de primera. Participó mucho en las presentaciones de la cátedra. Desde luego, me llama la atención esta realidad. Quiero tener un diálogo con ella e intercambiar opiniones. Habrá pensado que esta medida favorece la actualidad económica.
– Usted no sólo se opuso al pago de la Deuda, sino también a la reforma del Consejo de la Magistratura. La quisieron equiparar con Mauricio Macri y López Murphy. Además otras Madres firmaron un comunicado manifestando desacuerdo un usted.
– Sí, un comunicado devastador. A mí me llamaron para invitarme a una audiencia abierta para tratar el tema de la Magistratura. Fui para escuchar. Había otros organismos de derechos humanos, estaba la Asamblea Permanente, el CELS, Poder Ciudadano y otras organizaciones sociales. Había un abanico de políticos, yo tengo una solidez de lucha de casi treinta años y no me asusté por ver ahí a algún canalla o a alguna persona con la que no estoy de acuerdo. El comunicado es muy desgraciado. Creo que no todas las madres lo leyeron. Las frases son muy agresivas contra mí y no creo que todas estén de acuerdo. Yo no fui a un foro de oposición, sino a un foro abierto de opiniones. Había mucha gente amiga nuestra de siempre y otros que no son amigos y no los queremos. Comparado con un grupo de Madres que fue a aplaudir cuando el presidente anunciaba el pago de la Deuda… creo que eso es más preocupante, cuando ponemos en nuestro último documento que no hay que pagarla. No quiero profundizar en el comunicado, creo que fue un error muy grande. Pero esto viene de afuera, no de adentro. Tratan de generar fisuras en el movimiento. Pero no va a hacer fácil. Las Madres tenemos que revalorar día a día esa función que cumplimos -además de ser las defensoras de la historia de nuestros hijos- de acompañar a nuestro pueblo en la lucha que viene llevando.
– ¿Pero qué piensa de la reforma del Consejo de la Magistratura?
– A mi no me satisface una reforma donde todo el poder sobre la Justicia quede en manos del Ejecutivo. Me asusta un poco. Creo en la democracia participativa y en la división de los poderes, es muy importante. Señalar lo que nos gusta y lo que no nos gusta es el mejor ejercicio de la defensa de la democracia.
– Con su política respecto a los crímenes de la Dictadura, ¿el Gobierno logró meter una cuña dentro de los organismos de derechos humanos?
– El Gobierno hizo mucho en materia de derechos humanos del pasado, los logros fueron importantes y nos ayuda a que el camino de la justicia se vaya ampliando. Son logros que no habíamos tenido con nadie, eso hay que señalarlo. Está la cuestión de la ESMA, la anulación de las leyes de impunidad. Pero lo que hay que poner énfasis es que, hasta ahora, los organismos de derechos humanos y en especial las Madres, no hacíamos partidismo político y manteníamos independencia del gobierno de turno, algo fundamental. Nunca apoyamos al oficialismo fuera el gobierno que fuera. Mi hijo y los 30.000 desaparecidos tienen que ver con la deuda que se está pagando. Ese es un principio que no lo voy a bajar. Yo tengo muy claro por qué la Dictadura se los llevó: porque eran militantes políticos y sociales y para implementar este sistema económico neoliberal de hambre, desocupación y de vaciamiento de nuestro país. Cuando decimos que nuestros hijos luchaban por la liberación y que nosotras levantamos sus banderas, está claro que vamos a seguir trabajando por la defensa de la educación y la salud pública, la vivienda, las tierras, el trabajo. Nosotros vamos a cumplir 29 años desde que enfrentamos una dictadura militar sangrienta, y ahora tenemos que luchar con gobiernos constitucionales para defender la democracia. Nosotras tenemos que valorar lo que conseguimos y seguir por la defensa de los derechos sociales, culturales, económicos, de raza… Tenemos que valorar que gracias a todas las movilizaciones y acciones que se hicieron la Argentina no aprobó el ALCA. Y tenemos que seguir por lo que todavía no conseguimos, como el desprocesamiento de los más de 4.000 varones y mujeres encausados por reclamar sus derechos. En definitiva, los que hoy reclaman trabajo, sueldo digno, comida en todos los hogares, buscan lo mismo que pretendían nuestros hijos. Un gobierno necesita tener una masa crítica, un empuje desde el pueblo.
– Ya empezó a organizarse la conmemoración de los 30 años del golpe militar y algunos miembros de organismos de derechos humanos dejaron traslucir su preocupación porque el gobierno se apropie de las movilizaciones y actos. ¿Para usted es una preocupacipon?
– Yo creo que el gobierno respetará una lucha de 30 años de derechos humanos. No me preocupa, pienso que tiene que hacerse con sensatez, con mucha voluntad, no agredirnos y ponernos de acuerdo en repudiar al terrorismo de Estado y la dictadura militar. Nos tenemos que poner firmes y no entrar en la provocación, en la pelea y la discusión. Los partidos políticos tienen 364 días para hacer mitines en todos lados, tienen sus propias fechas clave. Para el 24 de marzo pretendo que respeten el lugar de los organismos de derechos humanos. Yo sé que ellos también tienen desaprecidos, porque fueron partícipes de esta historia, pero que no estén disputándose quién va primero o quién se lleva los réditos. Pueden hacer lo que quieran el 1 de Mayo o el 17 de Octubre, pero que se respete el 24 de marzo. Yo tengo confianza en que las cosas van a salir bien.
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Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
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Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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