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Eric Sadin: «Nuestra época está marcada por la ingobernabilidad permanente»

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Con un aspecto similar al de una estrella musical, el filósofo francés Éric Sadin (París, 1972) se ha propuesto una tarea ciclópea: desentrañar esos episodios que, aunque desconcertantes, hoy gobiernan nuestras vidas. ¿Por qué triunfan burdas teorías de la conspiración mientras las sociedades occidentales se fragmentan en trozos cada vez más pequeños? A esta clase de preguntas trata de responder en ‘El individuo tirano‘ (Caja Negra), una obra que muestra una nueva aproximación crítica a la tecnología, recogiendo el testigo de libros anteriores, como ‘La silicolonización del mundo‘. La respuesta, según él, es multidimensional: no parte tan solo de la precariedad o la polarización política sino que nace, en gran medida, de un ‘ethos’ individualista que gobierna el mundo desde hace varias décadas.

Por Pelayo de las Heras para etich.es. Traducción por Sandra Gallego Salvá

A pesar del optimismo generalizado tras la caída del Muro de Berlín, en El individuo tirano sostienes que fue entonces cuando cristalizó de forma definitiva la ruptura de la confianza entre los individuos, el cuerpo social y las instituciones. ¿Cómo nos ha hecho evolucionar la tecnología?

En dos décadas hemos experimentado una transformación absoluta de nuestra percepción de las tecnologías digitales. Partiendo del entusiasmo inicial, las conciencias están hoy marcadas por la desilusión. Pero entre estos dos momentos hubo un término medio, durante el que se jugó lo esencial: el hecho de que a principios de la década de 2010, sistemas dotados de capacidades tanto interpretativas como sugestivas comenzaran a enmarcar nuestras vidas con fines comerciales, presentándonos a diario productos supuestamente adecuados para cada uno de nosotros –siempre con el propósito de hiperoptimizar ciertos sectores de la sociedad. Pensemos en el mundo de la logística, en el que los fabricantes reciben señales que les indican qué hacer: Este fue el punto de partida, a medida que avanzaban mis libros, de mi exploración sobre la naturaleza y el alcance de los efectos inducidos. Sin embargo, no lo veíamos claramente y seguimos sin verlo. Ha llegado el momento ya no de elaborar una única crítica del tecnoliberalismo, sino de invertir el foco de alguna manera, de captar los efectos inducidos en nuestras psiques de un uso más asiduo de las tecnologías digitales.

En tu obra, tal como indica el título, hablas del «individuo tirano», haciendo hincapié en un individualismo extremo carente casi de toda colectividad. Pero ¿a qué te refieres concretamente con ese concepto?

Vivimos un momento de extrema saturación en el orden político y económico que reaviva la intención de no estar de brazos cruzados. Esto lleva vigente casi medio siglo. Desde entonces, la mayoría ha estado dividida entre dos estados opuestos: por un lado, la constatación de no pertenecer más a uno mismo y enfrentarse a situaciones cada vez más precarias; por el otro, el hecho de usar tecnologías para facilitarnos la existencia, el acceso inmediato a la información, la formulación de opiniones y esa sensación de ganar aún más poder. Es una tensión explosiva, pues contribuye a imaginarnos como sujetos autárquicos replegados sobre nuestros instrumentos –que supuestamente nos ofrecen mayor control–, liberando así la expresión continua de nuestro resentimiento. Esta sería la era del individuo-tirano: una condición civilizatoria sin precedentes que contempla la abolición progresiva de una base común para dar paso a un enjambre de seres que se consideran tan engañados que no consiguen darle crédito a su propia percepción de las cosas.

Habla del smartphone como una herramienta esencial al contribuir con las posibilidades que ofrece para situar la individuo como primera y última instancia de un poder legítimo, creando una sensación de falso control de la realidad. En este sentido, incluso la ‘i’ del iPhone es simbólica.

Durante las Treinta Gloriosas, la industria desarrolló productos que apoyaron el proceso de individualización ,como el automóvil, el camping o el magnetoscopio. Técnicas que daban la sensación de vivir la vida que uno quiere. A finales de los 90 aparecieron simultáneamente dos dispositivos que iban a dar una nueva dimensión a este movimiento: internet y el móvil. Nos permitían mayor movilidad y ampliaban el acceso a la información, generando la ilusión de sentirnos más activos (en el sentido de actuar, de realizar). Porque la utopía de la emancipación a través de las redes es una fábula. ¿Quién iba a creer que a través de simples intercambios en foros en línea nos libraríamos de nuestras alienaciones? Por otro lado, se creó muy pronto un mito: el de una mayor autonomía y valor de nuestro capital humano. Esa ‘i’ que mencionas fue celebrada en todas partes, consolidando el individuo autorrealizado: la gente se apropiaba de las lógicas neoliberales pero bajo una forma aparentemente cool y el smartphone amplificó el fenómeno. El círculo está cerrado: el tecnoliberalismo ha engendrado un autoliberalismo de uno mismo.

¿El falso empoderamiento es la razón de centrarse especialmente en las redes sociales?

Las redes encarnan los dispositivos que habrían generalizado normalizado una relación inflada con la realidad y los demás. Despegaron a finales de los años 2000, en un momento en que la mayoría vivía con la sensación de inutilidad e invisibilidad social. Entonces, una plataforma permitía exponerse ante los demás mientras recibía un baño de agrado simbolizado por un pulgar erecto. Durante la crisis del 2008, que respaldó una desconfianza hacia las instituciones económicas y políticas, Twitter dio voz al resentimiento con fórmulas escuetas que favorecían la afirmación categórica y que condujeron rápidamente a una brutalización de los intercambios. En un momento en que la industria digital estaba ocupada mercantilizando la totalidad de nuestras vidas, proporcionó una interfaz destinada a crearse un aura simbólica. En cuanto a Instagram, esta red ha llevado a una estilización pública de la existencia con el fin de monetizar el poder de recomendación.

«¿Quién iba a creer que a través de simples intercambios en foros en línea nos libraríamos de nuestras alienaciones?»

Rechazas una de las tesis principales acerca del actual capitalismo, como es la del «capitalismo de la vigilancia» de Shoshana Zuboff. ¿Dónde nos encontramos entonces?

La vigilancia se caracteriza por la recopilación de información con fines de control disciplinario, algo que solo usan los Estados. A la industria numérica le importa un pepino espiarnos, lo que pretende es penetrar nuestro comportamiento –generalmente con nuestro consentimiento– con el único objetivo de marcar el rumbo de nuestra cotidianeidad. Se trata más concretamente de un capitalismo de la administración de nuestro bienestar en el que no dejamos de acurrucarnos. Ya no puede ser solo el momento de denunciar a los gigantes digitales que nos absuelven de nuestra parte de responsabilidad; es preciso entender que nuestros usos han generado formas de sordera entre los distintos componentes del cuerpo social, principalmente por la declaración ad nauseam de nuestras opiniones en las redes sociales. Estas prácticas no hacen más que consolidar nuestras propias creencias, suscitar tensiones interpersonales que proceden de una ilusión de implicación política ya que por lo general se dan al margen de cualquier compromiso concreto. Una disimetría tan grande entre el discurso y la acción representa un drama de nuestra época.

¿La sensación de poder ofrecida por los dispositivos tecnológicos, la sensación de haber sido engañados políticamente y la voluntad de no seguir siendo engañados es lo que crea la situación de «ingobernabilidad permanente» que defiende?

Desde principios del 2010, no han dejado de martillar con que estamos ante un aumento de los populismos Es una lectura que no me parece propia para analizar fenómenos inéditos, pues quien dice populismo supone aspiraciones comunes, promesas hechas por figuras fuertes a las que las masas dan su aprobación. Sin embargo, de lo que se trata hoy es de la llegada de una nueva condición de individuo contemporáneo hecho de sus heridas en un momento de la historia que, década tras década, habrá acarreado tantas experiencias fallidas. En esto, la ira actual surge menos de motivos ideológicos que de afectos subjetivos, que se expresan con el smartphone en mano. Este nuevo ethos baraja las cartas del pacto que obra entre gobernantes y gobernados para descubrir lo que llamo un estado de ingobernabilidad permanente.

¿Ha marcado la pandemia un antes y un después en nuestra concepción tecnológica?

De la noche a la mañana, el confinamiento impuso la necesidad de realizar muchas actividades corrientes en línea. Esto ha tenido tres efectos importantes: primero, una intensificación repentina del uso de protocolos digitales; en segundo lugar, la extensión de estos a muchas actividades, algunas de las cuales hasta ahora era inimaginable poder llevar a cabo de forma remota. Y finalmente el tercero: un fenómeno de naturalización, como si ahora fuera normal realizar actividades humanas sin una presencia carnal compartida. Hemos cruzado el umbral de una nueva condición, tanto individual como colectiva, marcada por una relación con los sistemas digitales cada vez más totalizadora.

«Lo alternativo ya no debería ser heroico»

Ahora, la crisis económica que vamos a vivir y que se traducirá especialmente en la necesidad de reducir costes, nos llevará al fortalecimiento de procesos como el teletrabajo. Por ejemplo, los empleados de Facebook que así lo deseen pueden teletrabajar de forma permanente. Por su parte, el Daily News se ha convertido en el primer diario sin redacción física. Dondequiera que la distancia pueda destronar al cara a cara, lo hará. Estamos asistiendo a un borrado progresivo del cuerpo y la presencia y veremos llegar  una nueva globalización, la de los servicios, donde la ubicación será cada vez menos relevante y el salariado se cuestionará a favor del trabajo por encargo. Será entonces necesario que todos estos cambios, así como el alcance de sus consecuencias, sean objeto de debates y acuerdos. De lo contrario, aparecerán inevitablemente nuevas formas de competencia desleal entre países del Norte y del Sur.

¿Hay un fracaso de ese ideal ilustrado que aspira a conjugar la autonomía con el interés general?

Exactamente. Lo que hoy hemos entendido es que el individualismo liberal es un mito que ha durado más de dos siglos. Al final de una larguísima secuencia, solo nos queda tomar nota del fracaso de este pacto político supuestamente virtuoso, porque nunca ha dejado de generar desigualdades y competencia feroz  mientras persigue en una carrera desenfrenada la búsqueda del progreso sin fin que nos ha llevado al borde del precipicio. Lo que también hay que señalar es que se ha vuelto a recolocar repetidamente sobre unas bases más equitativas para terminar produciendo, como es inevitable, el mismo resultado. En este sentido, deberíamos esforzarnos por definir de manera muy diferente los términos de esta noble aspiración inicial. Y esto exige constatar que el principio de delegación como modo exclusivo de gobernanza está agotado para, después, implementar una infinidad de prácticas capaces de hacernos más actores de nuestras vidas.

«Debemos defender el derecho a experimentar otros modos de existencia con fines más virtuosos y solidarios»

«La fase destructiva de las protestas nunca da lugar a una fase constructiva», se puede leer en El individuo tirano. ¿Estamos secuestrados por una especie de nihilismo universal? Y lo que es más, ¿se puede vislumbrar hoy algún mimbre constructivo de algún tipo?

Deberíamos trabajar hacia el establecimiento de una democracia radical, en palabras del filósofo John Dewey. Más que instituir una renta universal, sería sensato que los fondos públicos pudieran apoyar todo tipo de proyectos que traten de establecer formas de organización menos preocupadas por el lucro y que apunten a la mejor expresión de cada uno en el campo del cuidado, la educación, la artesanía, etc. Lo alternativo no debe ser un acto heroico, sino que debería ser alentado a todos los niveles. Debemos defender el derecho a experimentar otros modos de existencia más virtuosos y solidarios: es hora de frustrar las pasiones tristes que nos socavan, atizadas por la amarga sensación de sentir nuestra propia inutilidad, para sustituirlas por la lógica inversa. En otras palabras, la alegría de implicarse en los asuntos comunes y de sentirse plenamente involucrado en el desarrollo de nuestros destinos individuales y colectivos. De lo contrario, es probable que la furia del todos contra todos se convierta en el rasgo dominante de la época.

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Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

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Gabriel González, 45 años, pintor, fue asesinado por personal de la Policía de la Ciudad el jueves navideño en el barrio de Lugano, en un nuevo caso de gatillo fácil que además fue registrado por las cámaras de los vecinos. Gabriel intentó intervenir cuando la policía le estaba pegando a uno de sus hijos. Estaba sin remera, descalzo, desarmado. Lo fusilaron a corta distancia, las imágenes que aquí reproducimos están disponibles y se observa perfectamente quién le disparó. En el barrio sostienen que hubo violencia policial, además, sobre algunos de los testigos, para que hagan el silencio necesario para permitir la impunidad del y los autores.

En la foto de portada se ve a la derecha a Gabriel en el momento en el que es impactado por los disparos policiales.

Además de su trabajo como pintor, Gabriel se dedicó especialmente a la contención de jóvenes con consumos problemáticos. Presentamos la información publicada por el diario Tiempo Argentino, integrante junto a lavaca de la Unión de Medios Autogestivos, un símbolo y una realidad sobre la violencia institucional de estos tiempos.  

Amigos, allegados y vecinos de Gabriel González, el muchacho de 45 años que murió en medio de una violenta represión de la Policía de la Ciudad, ocurrida en Navidad en Villa Lugano, marcharon en reclamo de justicia. La familia aseguró que fue asesinado a mansalva y denuncia un nuevo caso de gatillo fácil. 

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Las lágrimas de Nelly, la viuda de Gabriel González. (Foto: Gentileza Pablo Lecaros)

Nelly, la viuda de Gabriel, aún habla de su marido en tiempo presente. En diálogo con la prensa que se movilizó hasta Cruz y Escalada, en Lugano, donde se concentró la movilización, expresó: “Hace más de 25 años que comparto con él, que vivo con él, que la luchamos, salimos a laburar todos los santos días. Tanto él como yo, salimos a trabajar para tener las cosas que tenemos y lo que pudimos construir. La peleó siempre. No es una mala persona. No se merecía morir de esa forma. Quiero justicia por la vida de Gabriel”. 

La mujer recordó que llegó a la escena del crimen cuando a su pareja “ya le habían pegado. Tenía toda la cara ensangrentada. En todo momento traté de pararlo y que no le sigan pegando, porque lo estaban lastimando. Escuchaba cómo lo incitaban a pelear con ellos. Todo el tiempo lo incitaban a pelear. Él estaba enojado y ellos eran cada vez más. Le dieron un tiro muy de cerca”. Nelly también recibió heridas en las piernas y en los brazos. 

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

Entre sollozos, la viuda pidió a sus vecinos que no la dejen sola. “Luchemos. No es la primera vez que pasa algo así. Ellos vienen a matar, no vienen a apaciguar las cosas, a tranquilizar, sea lo que sea que esté pasando. Al amigo de él lo cagaron a palos, lo llevaron a la comisaría y le dijeron que no diga nada”. 

La mujer se refiere al amigo de Gabriel que en los videos, donde quedó registrada toda la secuencia, se advierte que intenta calmar a la policía. Gerardo, el hermano de la víctima, también mencionó “al muchacho que se llevaron preso, lo golpearon y lo amenazaron que lo iban a matar, le dijeron que conocían a su familia y a su casa. Para que no declare”.

Según pudieron reconstruir, el amigo de Gabriel fue liberado de la Comisaría 8A a eso de las 5 de la madrugada de este viernes. “Le aflojaron todos los dientes, le pegaron en las costillas entre el policía que disparó y había otro peladito. Todo para encubrir la cagada que se mandaron ellos”.

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

Por su parte, la abogada de la familia, Romina Ávila, precisó que “cuando le tiran a Gabriel, le tiran estando totalmente desarmado, indefenso y a una distancia prudencial del personal. Esto quiere decir que en ese momento no estaba agrediendo al personal. Tampoco se puede argumentar que hubo un exceso en legítima defensa, es lo que nosotros llamamos gatillo fácil”.

La asesora de la familia señaló en Radio Con Vos que esperan los resultados de la autopsia y las pericias, cuyos análisis preliminares deberían estar para este sábado. “Está documentado que quien dispara es un policía que bajó del patrullero. Tenemos su rostro, imagen por imagen. Ahora a pedido de la justicia, la Policía de la Ciudad, debería identificarlo”, esgrimió.

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

Gabriel era pintor y solía contener a los chicos del barrio que padecen consumo problemático. De hecho, comenzó con esa tarea social tras un contexto de abuso de drogas por parte de su hijo. “Era una persona humilde, hijo de migrantes, muy pujante, una persona que trabajaba y en ocasiones como esta, un festejo popular, participaba. Lo grave de su conducta ayer fue salir a la vereda a compartir con los amigos, sus vecinos. Es común eso acá. Los encuentros se comparten por más que a ellos no les gusten. Es parte de la cultura”, analizó la abogada. 

“Acompañaba a chicos con consumo, porque con su hijo dio una larga lucha por esa misma situación”, añadió Ávila, quien concluyó: “La Policía de la Ciudad sigue deambulando y caminando por acá. Son los mismos policías de la Comisaría Vecinal 8A que ayer estaban tomándole declaración a sus mismos compañeros que horas antes habían ido a herir de muerte a GabrielConviven con nosotros y el miedo es grande y está”

Respecto a la autopsia, la mujer indicó que los restos fueron trasladados este viernes a las 8 a la morgue judicial y que los resultados «van a ser sumamente clarificadores de lo que creemos y que sostenemos como teoría del caso, que para nosotros se trató de un hecho de violencia institucional. Que no tuvo ningún tipo de defensa, ni exceso en legítima defensa por parte del personal policial».

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

“Mi primo asesinado por la policía era un chico trabajador, nacido acá en el barrio, en la Villa 20. Era papá de Dante y Ángel de 21 y 25 años. Re familiero. En cumpleaños o reuniones familiares él siempre estaba en la parrilla haciendo el asado. Le encantaba compartir, era fanático de la pesca, un arquerazo del equipo del barrio que hace poco salió campeón. Cariñoso, amable, sencillo, solidario. Gabriel era muy valiente, no le tenía miedo a nada”, dijo a Tiempo Oscar Villaverde, primo de Gabriel y docente de la Escuela Técnica N° 13, Ingeniero José L. Delpini de Villa Lugano.

Fue el propio Oscar quien publicó en las redes en la tarde noche de ayer el asesinato de su primo: “Hoy en un forcejeo con la policía tras defender a su hijo asesinaron a quemarropas a mi primo Gabriel González e hirieron de bala a su mujer”.

El video filmado por un vecino dejó en evidencia el asesinato a quemarropa denunciado por quienes fueron testigos del brutal crimen. Se lo ve Gabriel sin remera, defendiéndose de los golpes contra media docena de efectivos policiales que lo golpean sin piedad.

De golpe, uno de ellos saca su escopeta y le dispara. La muerte fue instantánea y uno de los disparos hirió a la compañera de vida del asesinado y a otros vecinos que observaban con asombro la brutalidad policial.

https://twitter.com/mapadelapolicia/status/2004682374236569608?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E2004682374236569608%7Ctwgr%5Eac1d97fec004d4b6f43c539db126fd40cbc95cf4%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.tiempoar.com.ar%2Fta_article%2Fgatillo-facil-en-lugano-no-es-la-primera-vez-que-pasa-algo-asi-ellos-vienen-a-matar-no-vienen-a-apaciguar-las-cosas%2F

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Se confirmó el procesamiento del gendarme Guerrero por el ataque al fotógrafo Pablo Grillo

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El gendarme Héctor Guerrero será procesado por el ataque que hirió gravemente en la cabeza al  Pablo Grillo el 12 de marzo pasado (la foto de portada muestra a Pablo durante su recuperación, que aún continúa). La Sala II de la Cámara Federal porteña ratificó la decisión de la jueza María Servini que había sido apelada por el acusado. Además, pidieron investigar las posibles responsabilidades de quienes estuvieron a cargo del operativo. Presentamos aquí la información del diario Tiempo Argentino, uno de los integrantes de la Unión de Medios Autogestivos.

La Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones confirmó el procesamiento del gendarme Héctor Guerrero por las lesiones gravísimas producidas al fotógrafo Pablo Grillo y por el abuso de armas en otras cinco oportunidades durante la manifestación de los jubilados del 12 de marzo pasado.

Se confirmó el procesamiento del gendarme Guerrero por el ataque al fotógrafo Pablo Grillo

El gendarme Héctor Guerrero el día de su declaración ante la jueza María Servini.

El fallo de la Cámara lleva las firmas de los jueces Eduardo Farah, Martín Irurzun y Roberto Boico. En su voto, Boico además, exigió que se profundice la investigación por las eventuales responsabilidades de las autoridades a cargo del operativo.

La situación del gendarme Guerrero había llegado a la cámara de apelaciones luego de un planteo de la defensa del acusado en la que pidió revocar el procesamiento como presunto autor del disparo con una pistola lanza gases contra Pablo Grillo, quien sufrió heridas gravísimas durante la represión policial a aquella protesta de jubilados en el centro porteño.

El planteo de la defensa se produjo en el contexto de varias resoluciones judiciales polémicas que se dieron durante en la semana posterior al triunfo electoral de La Libertad Avanza (LLA), que tuvieron como principales beneficiarios a Mauricio Macri y Javier Milei, y como principales perjudicados a Cristina Kirchner y Guillermo Moreno. Sin embargo, el oportunismo no funcionó y este viernes los tres camaristas le dio un revés al gendarme al entender que el acusado debe ir a juicio.

Guerrero, asistido por los abogados Martín Sarubbi y Claudio Nuncija, solicitó revertir el procesamiento que oportunamente había sido dictado por la jueza federal María Servini. La defensa sostuvo que no está acreditado que el gendarme haya sido el autor del disparo y afirmó que su conducta se ajustó a los protocolos vigentes para el uso de armas lanzagases.

En tanto, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que interviene como querellante, respaldó la resolución de Servini y la validez de las medidas de prueba, entre ellas el relevamiento en el lugar del hecho, un informe balístico de la Policía de la Ciudad y la reconstrucción denominada “Mapa de la Policía”, elaborada por realizadores audiovisuales y peritos forenses.

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MU 210: La batalla final

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MU 210: La batalla final

El femicidio de Lucía Pérez a manos de dos narcos de Mar del Plata motivó el primer Paro Nacional de Mujeres. Tras una larga luchar familiar y social se logró la condena, pero ahora una nueva maniobra judicial puede dejar impunes a los culpables. Un ejemplo de que todo lo que conseguimos está en peligro. ¿Podrán?



Las notas de esta edición:

MU 210: La batalla final

Negacionismo de Estado: Informe 2025 del Observatorio Lucía Pérez

¿Qué hay detrás de la avanzada oficial para negar los femicidios? Radiografía de cómo cada poder del Estado, por acción u omisión, busca ocultar las causas y consecuencias del asesinato de mujeres. Y por qué lo hace. Por Claudia Acuña


MU 210: La batalla final

El Aleph (versión putas): Entrevista a Georgina Orellano

¿Cuánto cuesta la vida? ¿Cuánto vale? La dirigente de AMMAR y la actualidad desde la esquina: lo que se ve, lo que no se escucha, las falsas soluciones progresistas, lo que hay que abolir. Lo narco, la revolución, el cuerpo, la salida. Una recoridapor sus tatuajes, y todo lo que significa ser puta. Por Claudia Acuña y Lucas Pedulla



MU 210: La batalla final

Carla Soggiu: La impunidad avanza

Carla recibió un botón antipánico por las agresiones de su pareja, que la ató, golpeó y violó delante de su hija de dos años. Semanas después de ese hecho, accionó cinco veces ese botón pero la policía no la encontró. Apareció muerta en el Riachuelo. Las complicidades, las burocracias, el rol de Diego Santilli y la lucha de una familia que define el caso como un femicidio de Estado. Por Francisco Pandolfi



MU 210: La batalla final

Alma y vida: El femicidio de Lucía Pérez, hoy

¿Qué es la justicia? ¿Cómo enloquecer a una familia? ¿Por qué buscan eliminar la figura de
femicidio? ¿Cuál es el rol práctico del Estado y el negacionismo? El Tribunal de Casación resolvió que el de Lucía Pérez no fue un femicidio. La política de la misoginia como aversión hacia las mujeres y el paralelismo con lo narco que vende droga junto a las escuelas. Las “sumisitas”, la violencia y el sometimiento. Marta y Guillermo: una familia que trabaja en comunidad, y las claves para que las pesadillas no sigan asesinando a los sueños. Por Sergio Ciancaglini



MU 210: La batalla final

Crónicas del más acá: Al trote

POR CARLOS MELONE



MU 210: La batalla final

El Caliban y las brujas: La obra Fuerza mayor, protagonizada por jubiladas

La alianza entre Jubilados Insurgentes con integrantes del Teatro Caliban parió está obra que pone en escena lo que pasa todos los miércoles frente al Congreso. Una forma creativa de elaborar la actualidad con las herramientas del teatro, para hacer sentir, pensar e interpelar a los más jóvenes. Por Franco Ciancaglini



MU 210: La batalla final

Sin berretines: Lo que nos cuenta la cárcel

Estudiantes de Sociología y Trabajo Social que cumplen condena en la cárcel de San Martín comparten sus reflexiones sobre la libertad, el encierro, y la actualidad más acá de las rejas. ¿Cómo funciona lo narco? ¿Qué implica buscar plata fácil? Lecciones sobre educación, berretines y prejuicios, el sentido de la vida, y la teoría de la bobalización. Por Sergio Ciancaglini



MU 210: La batalla final

Sin protección: Ley contra el Acoso y después

Perdió estado parlamentario el proyecto de ley de acoso en ámbitos laborales y académicos: una muestra de la desidia y el abandono de las políticas de género. Del caso Brieger a Milei, cómo sigue la organización de las mujeres para empujar lo imposible en tiempos de motosierra, fascismo y un Congreso estancado. Por Evangelina Bucari



MU 210: La batalla final

Con horizonte: 38º Encuentro Plurinacional en Corrientes

Cien mil personas participaron del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades. MU lo registró con crónicas día a día, que pueden leerse en lavaca.org. Compartimos aquí parte del registro fotográfico y una mirada sobre la trastienda de debates que explican mucho de lo que pasó en un evento extraño y extraordinario. Por Claudia Acuña. Fotos de Line Bankel



MU 210: La batalla final

Sin cuerpo: La ¿impericia? en la causa de Cecilia Basaldúa

A lo largo de este 2025 la nueva instrucción que investiga el femicidio de Cecilia Basaldúa, ocurrido en el año 2020 en la localidad cordobesa de Capilla del Monte, Cambió fiscales, tomó nuevas pruebas y amplió testimoniales. Sin embargo, en el marco de un proceso judicial que avanzaba, una noticia coronó la impunidad en esta causa: hace cuatro años que el cuerpo de Cecilia fue retirado de la morgue judicial sin el consentimientode la familia. Por María Eugenia Marengo


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